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Pescueza, un pueblo amigable para las personas mayores


Pescueza, el pueblo extremeño que hace fácil la vida a sus mayores. El alcalde de este municipio de 168 habitantes, el teólogo y educador social José Vicente Granado Granado (en Twitter @pescueza1), ha creado un proyecto para que sus mayores no tengan que dejar su hogar cuando ya no se valen por sí mismos.

Manuela Pérez, una vecina, espera sentada bajo la sombra en la terraza del único bar que hay en Pescueza. Está al lado de su casa, ubicada en la plaza principal de este pequeño municipio de la provincia cacereña. A cinco metros de ella acaba de aparcar un pequeño coche eléctrico. Hasta él se desplaza lentamente con ayuda de su andador y se monta en el asiento del copiloto. Es su rutina diaria para trasladarse hasta el centro de día desde hace varios meses, cuando descubrió que a un vehículo no hace falta echarle gasolina para que funcione. El que le recoge a ella todas las mañanas se carga con electricidad cada 72 horas. «A mis 91 años, he descubierto este invento», comenta, con una tímida sonrisa, mientras deja atrás la plaza de este pueblo en el que hay censados 168 habitantes.

«He sufrido dos ictus pero desde que tengo cámaras estoy más segura» De ellos, más de la mitad superan los 65 años. Muchos rondan los 80 y la mujer más longeva se acerca a los 100. Sus días pasan en una localidad acostumbrada a vivir en el anonimato. Sin embargo, de vez en cuando alza la voz por ser escenario de iniciativas curiosas como el Festivalino, conocido como el festival musical 'más pequeño del mundo' que en primavera atrae a miles de jóvenes. La última idea que ha visto la luz y que ya ha conseguido resultados se llama 'Quédate con nosotros'. Es un proyecto que incluye diferentes actuaciones en materia de accesibilidad y servicios al ciudadano con el objetivo de fomentar que los vecinos no abandonen el lugar en el que siempre han vivido.

Conocido por iniciativas curiosas como el Festivalino, desarrolla desde 2011 el programa 'Quédate con nosotros'.  Este programa lo empezó a desarrollar hace siete años el alcalde de Pescueza, José Vicente Granado Granado. La mayoría de sus objetivos centrados en los mayores. «Queríamos romper con la forma tradicional de cuidar a nuestros ancianos y que su última etapa no la pasaran en una residencia alejada de su pueblo, sino en su propio hogar, en sus calles, en su plaza de toda la vida», explica tras matizar que la residencia de ancianos más cercana está en Portaje, a nueve kilómetros. Hay otras dos situadas a 20 y a 23, en Ceclavín y Coria respectivamente. 

Con esas premisas, el alcalde y la asociación 'Amigos de Pescueza' empezaron a buscar posibilidades que cubrieran las necesidades de los mayores sin que abandonaran su tierra. «Es un tema complicado de solucionar, hay personas que tienen 90 años y sus hijos viven en Cáceres, Madrid o Barcelona. Ellos no quieren irse de sus casas, pero tampoco tienen la capacidad física para valerse por sí mismos», añade José Vicente, que alude a 2011. 

En la localidad cacereña hay sistemas de televigilancia en casas, un coche eléctrico que transporta a ancianos y pasamanos en calles para evitar caídas Para él ese año 2011 fue crucial, ya que abrió las puertas el centro de día con la ayuda de la Junta de Extremadura. Pero eso no era suficiente. «Buscamos la manera de cambiar el modelo tradicional de centros asistenciales. No queríamos que los ancianos pasaran allí entre ocho y nueve horas sin moverse». Hoy pueden decir que lo han conseguido. Han convertido todo un pueblo en una residencia de mayores al aire libre. «En ningún momento nos planteamos hacer un centro que costara millones de euros como los que se han hecho en algunos pueblos», confiesa José Vicente Granado. De hecho, sus principales acciones se han centrado en la accesibilidad y las nuevas tecnologías.

Cada mañana, un coche eléctrico recoge a tres ancianos para trasladarlos hasta el centro de día. De color, blanco y negro, se le puede ver circulando por las calles del municipio. «Lo manejamos algunas de las auxiliares del centro residencial. Si tienen que ir al consultorio médico también les llevamos», apunta María Ángeles Santano mientras aparca en la puerta de la casa de una de las usuarias. El vehículo lo compró de segunda mano la asociación 'Amigos de Pescueza', una agrupación a la que pertenecen 110 socios y que se ha convertido en la 'empresa' más grande del pueblo. Tiene contratadas a diez personas y todas se dedican a la ayuda a domicilio y servicios de cuidado al mayor. 

Tras el coche eléctrico llegó a Pescueza el sistema de televigilancia avanzada, que está instalado en cinco casas del pueblo. En ellas hay cámaras cuyas imágenes se ven en un ordenador del centro de día. Cuando los ancianos activan la alarma, las auxiliares entran en acción. «Tardamos menos de un minuto en llegar a cualquier casa», destacan. 

La última novedad de Pescueza es la instalación de pasamanos en las calles por las que se llegan a los lugares más transitados: el consultorio médico, el centro de día y la iglesia. Además, también se pueden ver en las vías que presentan peor accesibilidad. 

«Queremos que nuestros abuelos pasen sus últimos días en su hogar, en sus calles, en su plaza de toda la vida». Para Apamex, se trata de una «buena práctica y modelo a seguir por muchos municipios de España en los que la orografía es compleja». Reivindican que «es preciso buscar soluciones para mejorar la accesibilidad en urbanizaciones que no cumplen toda la normativa». 

Jesús Gumiel, Presidente de Apamex, destaca la originalidad del proyecto. «No conozco a ningún alcalde que haya hecho esta solicitud en España para poner pasamanos en sus pueblos. Además, la accesibilidad es algo que se olvida. En Portugal sí lo he visto». De igual forma, defiende la importancia de este tipo de acciones para fijar población en el medio rural, algo en lo que también coincide José Vicente Granado. Él asegura que hay mayores que estaban en residencias tradicionales y han vuelto a su pueblo. «Gente que tenía pensado irse se ha quedado. Ya no tienen miedo a la soledad», añade. La iniciativa ha servido para dar oxígeno a un pueblo que se asomaba peligrosamente a la despoblación. Hasta 2007, las previsiones eran poco esperanzadoras. La localidad afrontó 17 años de sequía de nacimientos. Hoy hay varias familias que trabajan en el proyecto 'Quédate con nosotros' y en la última década han nacido 13 niños.

El sábado de la vida

Hace dos meses, el 3 de abril de 2018, cumplimos 65 años y "nos" jubilaron. Comprendimos que habíamos entrado en "el sábado de la vida" o la madurez de la existencia.

Una larga (y ancha) vida puede analizarse en períodos de 13 años. No sufrimos de triscaidecafobia, esa manía o miedo, en cualquier caso irracional, al número 13.

El lunes de la vida son los primeros 13 años, el ciclo desde el nacimiento hasta el décimo tercer año. Conforma lo que conocemos como la infancia. Es una etapa feliz, tanto como lo son las demás, si bien esta depende más de la suerte que se tenga al nacer,... Las siguientes dependen, sobre todo, de las decisiones de cada persona.

El martes de la vida abarca de los 14 a los 26 años, ambos inclusive. Podemos hablar de la adolescencia (sí, ahora se vive más, y se retrasa la juventud). Otro tramo que se añora cuando ha pasado, que marca la transición entre los (primeros) estudios y el paso a la etapa laboral.

El miércoles de la vida va desde los 27 a los 39 años, cuando vivimos la juventud, tardía en la era contemporánea. Sí, ese estado que se trata de prolongar, incluso que se sobrevalora en exceso, pero que concluye cuando se cumplen los malditos cuarenta años. Si antes era el momento de ser "hijos o hijas", ahora es cuando nos convertimos en padres o madres,...

El jueves de la vida es ese intermedio existencial que va desde los 40 a los 52 años. Podríamos definirlo como la primera madurez. Necesitamos un neologismo para delimitar eso que conocemos como la fase de las personas cuarentonas,...

El viernes de la vida el el tramo desde los 53 a los 65, algo como la segunda madurez. Es una estación, de paso como todas, donde se vislumbra una transición que deje atrás la vida laboral a plena jornada,... Con suerte por estas fechas, nosotros con 56 años, nos estrenamos como abuelos y abuelos.

El sábado de la vida es la primera vejez, una andadura gloriosa (de puro senderismo) desde los 66 hasta los 78 años (si la salud lo permite). Nuestro eslabón temporal preferido, simplemente porque es el que nos toca vivir ahora.  Es una edad maravillosa, cuando cada jornada al despertar se entiende que todos los días de la semana son sábados, un día perfecto, precedido de un día inmejorable y seguido de otro día insuperable. Os recomendamos llegar hasta aquí, entender que esta "abuelescencia" es un pack de todo en uno: lo mejor de la infancia, de la adolescencia, de la juventud y de la madurez con tiempo libre para disfrutarlo,..

El domingo de la vida es el estadio final, de llegada (y salida) o la segunda vejez entre los 79 y los 91 años,... Quizá algunos años más, lo que cada individuo pueda sobrevivir, la propina que los afortunados,... Si todo ha ido bien, quizá alcancemos la categoría de bisabuelos, incluso tatarabuelos,... Todo será como un domingo, pero al anochecer se recuerda lo que viene y no es algo cíclico como las semanas ordinarias,... ¿o sí (y creemos en la reencarnación)?
Cientos de posts sobre infanciaadolescenciajuventudmadurez y vejez.

Cuento predilecto

La mujer del saco: Un cuento inventado hace 20 años que mis hijos siempre prefirieron antes de dormir.

- Éste es uno de los muchos cuentos que hace casi dos décadas inventamos Carmen y yo para nuestros hijos, Leire y Aitor. No fue el cuento más largo, hubo alguno que duró dos años, con semejanzas con “Dos años de vacaciones” de Julio Verne (puede descargarse gratuitamente en “El Aleph”). Tampoco el más imaginativo, como los de ciencia-ficción que pedían cuando fueron algo mayores; ni el de más personajes, pues hubo alguno en el que intervenía casi toda la amplia familia y algunas amistades transportados a la selva africana; ni quizá el de más miedo, como los que aseguraban emoción y sorpresa con un grito garantizado cada minuto.

Algunas pautas comunes de todas los historias solían ser que los personajes centrales, ¿por casualidad?, siempre eran una niña y un niño de las edades de nuestros hijos; pasaban aventuras arriesgadas, acababan triunfantes con un final feliz y aprendían alguna moraleja. La versión final de los cuentas fue refinada por las preferencias de sus oyentes, que insistían en los detalles minuciosos que alargaban el relato tanto como fuera necesario. La fábula que a continuación se condensa fue descrita –en muchas ocasiones- en narraciones que se extendían por más de una hora, con descripciones completas e historias colaterales. Pasemos a oír el cuento favorito de Leire y Aitor.

Había llegado la navidad y los pequeños habían esperado con ansiedad la visita de los abuelos, pero aquel año no vendrían porque la abuela estaba enferma. Los hermanos se entristecieron porque querían ver a sus abuelos y pasar la nochevieja con ellos. Tanta fue su insistencia, que los padres, que no podían viajar por razones de trabajo, decidieron que los niños tomarían un tren e irían solos en un viaje de una jornada. Les dieron mil consejos de no hablar con extraños, les prepararon la comida y la merienda, y les sentaron juntos en un compartimiento del tren junto con una señora muy guapa y amable que aseguró que les cuidaría durante parte del viaje.

El primer trayecto lo pasaron muy bien y comieron los bocadillos observando y comentando los paisajes. La señora conversó con ellos y antes de bajar en su estación, les recomendó nuevamente que no hablasen con extraños y que se abrigasen bien porque había empezado a nevar y el frío de la tarde se notaba a través de las ventanas del tren. Cuando la señora se fue, los niños se miraron con un poco de miedo al quedarse solos. Cuando vieron que la puerta del camarote se abrió y vieron entrar a una anciana completamente tapada y cubierta de nieve, se alegraron porque les haría compañía. Dejó un pesado saco que traía con ella en el asiento, junto a ella, y se quitó el gorro y la bufanda que traía empapados de aguanieve. Al ver su cara descubierta, los dos hermanitos de 8 y 5 años se asustaron. Parecía una bruja con el pelo blanco y un grano muy grande en la punta de la nariz. Les habló con una voz ronca que también les atemorizó.

- ¡Hola! ¿Dónde vais? ¿Viajáis solitos los dos?
- Nos esperan nuestros abuelos en la última estación, pudo responder la niña, que era la mayor, con un hilo de voz.
- No creo que el tren llegue hasta allí esta noche, porque la nevada es muy fuerte y la vía estará cerrada.

El niño miraba fijamente el saco, que era muy pesado y estaba lleno con algo que parecía agitarse. Al oído se lo contó a su hermana, quien también quedó petrificada. Dentro del sucio saco, atado con una soga, había algo o alguien que trataba de salir.

- ¿Qué lleva en el saco?, se atrevió a preguntar el niño al final.
- Son sólo varios kilos de patatas que he comprado en el mercado, mintió la vieja dama.
Ellos no la creyeron y se apretaron más fuertemente la mano. Cuando apareció el revisor a pedir el billete a la viajera, les dijo que tenían un aviso de que un alud impedía el viaje y que tendrían que pernoctar en la siguiente parada. Preguntó a la anciana:
- ¿Los niños pueden pasar la noche en su casa? Tráigalos mañana a las nueve para que reanudemos el viaje.
- No queremos ir con esta señora, protestaron al unísono ambos niños, pero nadie les hizo caso.
La anciana les llevó a su casa y preparó una copiosa cena. Toda la comida estaba deliciosa, y aunque al principio los hermanos no querían probar nada, ni la leche, por temor a ser envenenados, finalmente cenaron de todo y repitieron cada plato y hasta el postre. Cuando se quedaron solos y se acostaron en el cuarto que la anciana les había preparado, comenzaron a hablar y volvieron a preocuparse.

- Nos ha querido engordar como a los pavos de navidad porque nos quiere comer esta bruja, dijo el niño.
- Vamos a estar despiertos toda la noche, dijo la niña, para que no pueda atacarnos cuando estemos desprevenidos.
- Tengo mucho miedo, dijo Aitor.
- Tengo mucho sueño, respondió Leire. Se dieron la mano y aunque quisieron mantenerse en vela, el cansancio y el ajetreo del día pudo con ellos y pronto se durmieron plácidamente.

Al despertarse, la vela se había apagado y ambos sintieron que no podían mover los pies. Parecía que alguien les hubiera atrapado y no podían levantarse a abrir la ventana. De pronto, entró la extraña matrona y les gritó:
- ¡Despertaros, o perderéis el tren!

Con la luz vieron que un gato negro, muy gordo, estaba dormido y tumbado encima de la cama justo sobre sus pies. La anciana les dijo:
- No os asustéis del gato Micifuz que compré ayer en el pueblo. Venía metido en el saco porque el revisor no deja transportar animales en los vagones de pasajeros.

Así quedó aclarado el misterio y comprendieron todo. Tras desayunar con gran apetito y antes de subir al tren, dieron un abrazo y un beso muy fuerte a aquella cariñosa anciana que les había cuidado tan bien. Aprendieron que son las obras y no las apariencias las que diferencia a las personas, y que hay mucha gente bondadosa aunque tengan muchas arrugas o un grano feo en la cara. Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

Buscando a Agirre, documental sobre el primer Lehendakari

He disfrutado viendo en ETB2 el documental de 2016 que no conocíamos sobre José Antonio Agirre Lekube, nuestro primer Lehendakari. Un documental así remueve historias familiares y desemboca recuerdos agridulces de nuestros antepasados,... Bilbao es un pañuelo, y los personajes históricos están más cerca de nuestros propios ancestros de lo que nadie sospecharía. La vida del primer Lehendakari se cruza con la vida (y la muerte) de nuestros propios abuelos,... de los tatarabuelos de nuestros nietos,... 
Es obra del director  Francesc Escribano (Vilanova i la Geltrú, Barcelona, 1958), licenciado en Ciencias de la Información por la Universitat Autónoma de Barcelona (UAB), donde actualmente ejerce la docencia. Ha trabajado en prensa y radio, y desde hace 25 años se dedica principalmente a la televisión. Ha creado y dirigido numerosos programas en TV3-Televisió de Catalunya. Entre 2004 y 2008 fue director de Televisió de Catalunya. Es miembro del consejo de la Academia Internacional de las Artes y las Ciencias de la Televisión (Emmy). Actualmente dirige la productora Minoría absoluta. En 2016 ha dirigido los documentales-ficción Suñol, un crit valent y Buscando a Cervantes, ambos con un formato audiovisual innovador. 
Buscando a Agirre, documental sobre el primer Lehendakari
El actor Daniel Grao va la búsqueda del nuevo personaje que le han encargado interpretar: el lehendakari Agirre. Aquí comienza un viaje en el que conocerá a sus allegados, familiares, los que le conocieron y los que lo han estudiado. El resultado es una interpretación creíble y muy auténtica.
Al fondo la casa donde vivimos muchos años y donde nació José Antonio Agirre Lekube
Se ha hecho breve la síntesis del relato, a pesar de la hora de duración. He lamentado que, habiéndose grabado en las Calzadas de Mallona, al fondo de la imagen, no se hayan tomado y seleccionado unos planos del lugar de nacimiento del "Lendakari" José Antonio Agirre Lekube: La calle Cruz, número 6, piso 5º, piso que posteriormente perteneció a nuestro abuelo paterno Ezequiel Agirregabiria Usabiaga.

Según datos transmitidos por la familia, José Antonio Agirre nació en el cuarto señalado en la imagen siguiente, en una habitación sin luz natural, pero antecedida por un salón cuya ventana es la que figura junto al mirador de madera y la terraza (una de las únicas del Casco Viejo de Bilbao).
Arriba, piso 5º de la calle Cruz, 6, de Bilbao
Este documental cita, muy de pasada, alguno de los episodios más negros de aquella guerra fratricida. El 25 de septiembre de 1936, parece que en realidad en las primeras horas del 26, pocos días antes de constituirse el primer Gobierno Provisional Vasco, el salvajismo recíproco provocó el asesinato de personas inocentes en el barco-prisión Altuna Mendi (y en el Cabo Quilates) que estaba fondeado en Axpe-Erandio. Entre los 28 muertos sin causa ni condena estaba nuestro abuelo materno Norberto Aguirre Gardeazabal (pronto un merecido post, para un ferviente católico como lo fue José Antonio Agirre). Quedaron viuda y siete huérfanos menores de edad, póstuma la última, la tía Carmentxu, que nunca conoció a su padre.
Norberto Aguirre Gardeazabal
El 7 de octubre de 1936 cuando José Antonio Agirre Lekube es oficialmente Lehendakari, una de las primeras medidas que adoptó fue el traslado de los presos nacionales que se hacinaban en los barcos prisión anclados en la ría de Bilbao a diferentes edificios habilitados como cárceles en la misma ciudad. La intención era que no se volvieran a repetir las lamentables matanzas indiscriminadas ocurridas en estos barcos bajo responsabilidad de la extinta Junta de Defensa de Bizkaia semanas antes con motivo de bombardeos aéreos nacionales.
Abuelos Norberto Aguirre Gardeazal y Benita Cuadra Muguruza con las primeras cuatro hijas: Marta (a la derecha, mi madre), Julita, Adori y Pilar (la mayor).
Pero estas "sacas de presos" no cesaron y las amenazas, llevadas a su fin, de acabar con la vida de los presos en ilegítima represalia a las muertes y destrucción ocasionadas por la aviación franquista, desembocaron en los asaltos a las cárceles terrestres en Bilbao el día 4 de enero de 1937 y en el asesinato de 224 personas. Al final de la retirada tras la Batalla de BilbaoJosé Antonio Agirre y su Consejero de Justicia Jesús María Leizola (a quien sustituiría como Lendakari a su muerte en 1960), a última hora de la tarde del 17 de junio de 1937 decidieron entregar al enemigo los presos políticos que todavía se encontraban en manos republicanas para evitar que quedasen sin vigilancia.

Algunos de los primeros contenidos derivan de esta fuente:  www.lehendakarieuskadi.eus.

Prefiero vecinos extranjeros

En las urbanizaciones de verano de la costa del mediterráneo, prefiero de largo que mis vecinos sean extranjeros lejanos.

Mis buenos amigos de Murcia, Valencia, Castilla-La Mancha y Madrid conocen mi opinión y la respetan, aunque no la comparten. En mi residencia de verano, disfruto cada año reencontrándome con ellos y con mis otros vecinos alemanes, noruegos, belgas,… Pero lamento que en el conjunto de la comunidad se estén yendo algunos extranjeros, siendo sustituidos mayoritariamente por los cercanos murcianos.

La razón de preferencia se basa en dos elementos esenciales: las visitas y el ruido generado. Una casita de verano ocupada por autóctonos significa el triple o cuádruple de personas que en el caso de que sean foráneos. En un simple apartamento recién adquirido, o simplemente alquilado, por murcianos cabe esperar la visita de toda la parentela de la región todos y cada uno de los días de veraneo. Los extranjeros, en cambio, aparecen poco en verano y siempre formando un grupo que ni crece, ni varía día a día en su composición.

La técnica de los nativos, debidamente analizada en mis largas estancias, se puede resumir bajo el nombre de “los invasores”. Con la autorización de los titulares del hogar, o sin ella, es previsible y predecible que en un piso de veraneo ocupado por mis queridos murcianos aparezcan poco antes del mediodía un gentío de remotos parientes o amistades de la infancia que, siempre sin avisar, se queden a comer y a cenar hasta la siguiente madrugada, amén de ocupar todas las áreas e instalaciones de la comunidad.

Estos visitantes, extrañamente planificados pues nunca coinciden dos muchedumbres pero no hay día donde falte una caterva de auto-invitados, acostumbran a acudir sin más obsequios que su pertinaz presencia, mucha hambre y mucha sed, pero con alegría a espuertas (será por lo barato que les sale su veraneo) y sin prisa por irse. Ya que no aportan nada para las varias comidas que piensan gorronear, tampoco traen toallas, sombrillas ni elementos de playa que, ya puestos, también corresponde ceder a sus sufridos y hospitalarias visitados.

Entre los pegadizos aprovechados, la peor especie son algunos familiares que, por hacer aprecio de las casas ajenas, se convierten en parásitos permanentes y regulares. Algunos de estos especimenes disfrutan de cualidades inverosímiles como poder establecerse de forma vitalicia en sofás (a ser posible en medio de la sala), o en tumbonas de jardines y terrazas (donde sólo molestan al conjunto del vecindario). Ya que supuestamente sólo se quedarán “unos días” (expresión que significa como mínimo una quincena), hacen un uso intensivo de todo lo comunitario, como piscinas, duchas, bancos,… dejándose notar por el conjunto de la colectividad que acaba aprendiéndose sus nombres e invocando con frecuencia el de sus antecesores.

En definitiva, en la misma casa-tipo de dos habitaciones donde sólo cabe una nuclear familia de extranjeros con el matrimonio y dos hijos, que hablan bajito, es posible “acomodar” a tres o cuatro familias autóctonas, compuestas por la siguiente relación de titulares e invitados: Tres, o cuatro, generaciones de abuelos, padres e hijos de todas las edades, con amigos y primos anexos, que disponiendo de un sofá libre en el trastero y bastante espacio en la piscina de la comunidad invitan a otros familiares y conocidos varios del pueblo a “visitarles cuando quieran” para que vean lo bien instalados (y espaciosos) que están en la “casa de la playa”.

Para compensar que son muchos ocupantes en un espacio pensado para muchos menos, la solución más frecuente es comunicarse… a gritos. Por si quedaba alguien en la zona que no se había enterado de que habían vuelto los inolvidables vividores que dieron la murga hace dos semanas… Estos gorrones profesionales han mejorado el dicho de que donde comen cuatro comen… cincuenta. Ahora, después de haber sobrevivido al último fin de semana con nuevo récord batido en el pleno de visitantes recalcitrantes, entiendo el porqué de que los pueblos del interior se queden vacíos… Luego dicen que extranjero es quien no tiene amigos. ¡Benditos vecinos extranjeros!
Versión .DOC para imprimir

Versión final en: mikel.agirregabiria.net/2006/extranjeros.htm

Homenaje a la Tía Julita

Una tía soltera es la mejor tía de todos sus muchos sobrinos y sobrinas.

La Tía Julita, porque se llamaba Julita, que no es ningún diminutivo, fue la mejor tía y, en muchos casos, la madrina óptima que se pueda imaginar. Era una tía solícita, dedicada plenamente a todos sus sobrinos, algunos de los cuales (los cinco hijos del tío Félix y de la tía María Ángeles) tuvieron la inmensa suerte de convivir con ella muchos años de su vida.

Para los primos mayores fue un referente de mujer emancipada, oficinista dedicada y viajera incansable con su RENFE que la llevó hasta los extremos ferroviarios de Europa. Una mujer moderna para su tiempo, que recogía recuerdos y desplegaba cariño para toda su familia: hermanos y hermanas y… sobrinos por doquier.

Echaremos de menos su hablar precipitado, su actividad nerviosa, esos queridos rasgos familiales que muchos hemos heredado, incluidas aquellas siestas de minutos en las sobremesas de María Muñoz. La Tía Julita no deja un legado inmenso, un tesoro de recuerdos indelebles y de amor incondicional. A todos nos enseñó tantas cosas… A saber estar, a confiar, a apoyarnos en la bendición de una familia unida. A algunos nos tecleó a máquina nuestros primeros trabajos académicos, incluso nuestras primigenias poesías.

Ir a comer, o a tomar café, a la casa de la Tía Julita era una experiencia inolvidable. Allí se desplegaban recuerdos, se nos transmitía la herencia de los abuelos Norberto y Benita, del tío Felipe, de la tía Pascuala, de la amplia familia de Amurrio y Luyando,… Tantas historias de la guerra... Ella nos enseñó a perdonar, de corazón, pero sin olvidar. Y no sólo a nosotros, los sobrinos directos, sino también a nuestros hijos, los sobrinos-nietos de la Tía Julita.

La Tía Julita fue madrina de bautizos (de Leire, que nació el mismo día que ella, el 16 de junio), madrina de bodas,.. Más aún, hasta el último día de su vida –tras siete años de atención dedicada del tío Félix y de la tía María Ángeles, de la tía Carmentxu y de Primi, de Pilar y Adori, y de todos sus parientes, ella –quizá sin saberlo- fue el perfecto centro de la extensa Familia Aguirre Cuadra.

Hoy nos sentimos huérfanos, de alquien que como la mejor madrina rezaba y cuidaba de todos nosotros. Sólo nos consuela saber que desde el Cielo, pero como siempre la Tía Julita, reunida al fin con sus queridos hermanos Marta y Julián, seguirá velando por todos nosotros.

“In memoriam de Julita Aguirre (16-12-2007).”

Sonido familiar

©Mikel AgirregabiriaUna historia que les sonará familiar, acerca de un medio donde el sonido se propaga lastimosamente lento.

Hace muchos siglos los pensadores intuyeron que el sonido se propaga en el aire como las ondas en el agua. Los primeros fueron el filósofo griego Crisipo (año 240 a. C.) y el arquitecto romano Vitruvio (siglo I a. C.). Hubo de esperarse hasta el siglo XVII, para conocer con mayor detalle la transmisión del sonido tras establecer Galileo la base del “método científico”.

Fue el propio Galileo (1564-1642) quien calculó por primera vez la velocidad del sonido, de una forma sencilla. Con la colaboración de un artillero, una medianoche dispararon una salva (sólo con pólvora), mientras observaban desde un monte próximo, a unos 3.500 metros del cañón. Con ayuda de un primitivo reloj inventado por Galileo, el "pulsilogium", contaron el tiempo transcurrido desde que se vio el fogonazo hasta que se oyó el estruendo. Fueron aproximadamente 10 segundos, por lo que Galileo exclamó en voz alta: ¡350 metros por segundo!

Poco después, el monje y matemático francés Marin Mersenne (1588-1648) realizó medidas precisas del retorno de un eco y calculó un valor más exacto de la velocidad del sonido. Por ello, Mersenne es considerado el padre de la Acústica, si bien es mucho más conocido en el mundo matemático por sus famosos (números) primos. En 1660, el científico inglés Robert Boyle (1627-1691) demostró que el sonido necesitaba un medio gaseoso, líquido o sólido para su transmisión, comprobando que una campana era inaudible en el vacío. El gran físico británico Isaac Newton (1643-1727) demostró que la propagación del sonido a través de cualquier fluido depende de sus propiedades, como la elasticidad o la densidad.

El siglo XVIII permitió el desarrollo del cálculo, con contribuciones de científicos suizos como Johann Bernoulli (1667-1748) y Leonhard Euler (1707-1783), y franceses, como Jean le Rond d'Alembert (1717-1783) y Joseph Louis Lagrange (1736 - 1813). Finalmente, en el siglo XIX se alcanzó una descripción completa del sonido mediante el análisis armónico, desarrollado en 1822 por el matemático francés Joseph Fourier (1768-1830) y aplicado al sonido por el físico alemán Georg Simon Ohm (1789-1854).

El sonido es una vibración que recorre un material haciendo que sus moléculas se contraigan o expandan. Por ello, el sonido no viaja en el vacío, a diferencia de las ondas electromagnéticas (como la luz) que no necesitan ningún éter de soporte. La velocidad del sonido varía según el medio y la temperatura: En aire a 20ºC viaja a 343 m/s, en aire a 100ºC a 390 m/s; en agua a 20ºC llega a 1.483 m/s y en acero alcanza los 5.060 m/s.

Sorprendentemente existe un medio, el entorno familiar, donde el sonido se oye casi instantáneamente… pero se escucha al cabo de una generación. Los padres damos múltiples consejos a nuestros hijos durante sus etapas infantil y juvenil: Estudia, aprende, lee, organízate, escucha a tus mayores, elige buenas amistades,… Los niños parece que atienden, pero no lo aplican. Los jóvenes lo rechazan directamente. Pero hay que insistir… El sonido les va llegando… muy vagamente. Los progenitores no debemos desesperar… Continuemos día tras día con buenos consejos y con mejores ejemplos.

Aparentemente pasan los años infructuosamente… Hasta que un día, tu hijo o tu hija te sorprenden. Me está pasando recientemente, de forma reiterada. Por ejemplo, uno de mis hijos me cuenta: “Anoche, tras revisar lo que puede del temario, me fui a dormir pronto para estar despejado por la mañana. Creo que fue una buena decisión, porque he rendido más en el examen”. Le contesto: “Has hecho muy bien, en lugar de estar toda la noche repasando y llegar dormido a la prueba. ¿Quién te lo ha aconsejado?”. Respuesta de nota: “¡Aita (papá en lengua vasca)!, ¿te has olvidado que tú siempre nos lo dices?”.

La humanidad ha conseguido construir artefactos, como el avión supersónico X-43 de la NASA que vuela a 11.265 km/h y supera en más de 10 veces la barrera del sonido (Mach 10). Pero hemos de mejorar mucho la educación para que en la comunicación familiar, la velocidad de propagación de la sabiduría de los abuelos no requiera toda una generación para ser traspasada a los padres, y otra generación para alcanzar a los nietos.

Versión final en: http://mikel.agirregabiria.net/2005/sonido.htm

Teléfono de hilo para hablar con los nietos en confinamiento

Teléfono de hilo para hablar con los nietos en confinamiento
Hoy ha sido un día feliz. Nos hemos visto nietos y abuelos, aquellos desde la calle en su primer día de salida desde el 12 de marzo y nosotros desde el balcón. Primer día salida niños
Como juego hemos preparado un teléfono de hilo para hablar con los nietos en confinamiento. Dos vasos de papel, un poco de hilo (sedal o pita de pescar) y cinco minutos han bastado. Lo más difícil calcular la distancia hasta el banco y alternar entre boca y oído para comunicarse en orden. Y señalar claramente cuál es el terminal de los nietos (txikitxus) y el de los abuelos (aitxitxe y amama).
Teléfono de hilo para hablar con los nietos en confinamiento
Para concluir, el 43º Aplauso Sanitario de hoy, domingo, en Getxo. Por primera vez con niños en las calles, entre las 9 y las 21 horas. 
Hoy ha habido menos aplausos, porque se ha convocado una protesta de silencio por la falta de medios de protección para el personal sanitarioEn este enlace su van acumulando las grabaciones de horas de aplausos.

Solar Aitxitxe: Todos los cumpleaños son para mirar hacia adelante

 
Actualización en 2020 ya subtitulado al español,... 
Sólo lo he encontrado subtitulado al portugués.

Todo blogger celebra cada uno de sus cumpleaños con un post. Este 3 de abril de 2019 he cumplido 66 años, y uno año de jubilación forzosa. El primer año de jubilación reubica la perspectiva, pero sólo es otro período de preparación para lo que seguirá. Los 365 días han sido dedicados a demostrar que aún se puede aportar a través de las distintas instancias de la sociedad civil. De hecho, aparte de las gratas tareas con la familia, me he introducido como voluntario en organizaciones como Nagusiak Bizkaia, BizkEliza del Obispado y Cáritas, clases a refugiados en Claret Enea, SECOT, Grupo Vasco del Club de Roma, Docentes Jubilados de 5 de Octubre, colaboraciones en Radios, CoHousing, AUVE y Tesla en pro de la movilidad eléctrica,...

Cumplir 66 años obliga a una nueva reformulación: Ya no se trata de demostrar que se mantienen capacidades propias de la juventud o la madurez, sino de legítimamente reivindicar la vejez. Tenía 56 cuando me convertí en abuelo, y mis nietos y nieta de ahora quieren saber qué ha pasado durante todos estos años de vida de su aitxitxe (abuelo). Más aún, necesitan conocer cómo veo el futuro tras todo este recorrido. Así que, acertado o no, les cuento con qué mundo sueño ahora,... pero comenzando desde el principio, para que aprecien la aceleración de la historia y la inminencia del futuro que ya está visible en el presente.

El 8 de marzo de 1953, 26 días antes de mi venida al mundo, se había publicado en The New York Times un artículo "Looking Back Two Billion Years" sobre "la chispa que prendió la vida en el universo", previo al que en mayo aparecería con el "Experimento de Stanley Miller - Harold Clayton Urey". Fue la primera comprobación de que se pueden formar espontáneamente moléculas orgánicas a partir de sustancias inorgánicas en simples condiciones ambientales adecuadas. Este descubrimiento en la Universidad de Chicago fue clave para apoyar a la teoría de la sopa primordial en el origen de la vida. Desde entonces, los nuevos conocimientos sobre el ADN y el ARN, condiciones prebióticas en otros planetas y el anuncio de posibles fósiles bacterianos encontrados en meteoritos provenientes de Marte (como el ALH 84001), han renovado la cuestión del origen de la vida.

Queridos nietos: Cuando yo nací, el 3 de abril de 1953, el viernes santo de aquel año, aún no había llegado la humanidad al Monte Everest. Tuvieron que pasar exactamente ocho semanas, 56 días, para que el 29 de mayo de aquel 1953 lograron el primer ascenso oficial del sherpa Tenzing Norgay y del neozelandés Edmund Hillary, pudiendo regresar con vida.

Transcurrieron 387 días, hasta que la primera Célula Fotovoltaica práctica se mostró públicamente el 25 de abril de 1954, en los Laboratorios Bell.​ Los inventores fueron Daryl Chapin, Calvin Souther Fuller y Gerald Pearson. Por primera vez, la energía solar se convertía directamente en electricidad.

Nací 449 días antes de la primera Central nuclear civil, de fisión, porque la eterna promesa de los de reactores de fusión nuclear aún se sigue esperandoentrase en funcionamiento el 26 de junio de 1954 en Óbninsk (actual Rusia). Generaba 5 MW con solo un 17% de rendimiento térmico, con su reactor de uranio y grafito. Fue desactivada el 29 de abril de 2002 y convertida en un museo.
Creciente Energía Solar en USA
Cuando éramos pequeños, véase en la foto del tuit siguiente, aún quedaban cerca de Ubide carboneras donde personajes como Olentzero producían carbón vegetal, que se usaban en las cocinas. Con madera de haya y encina, aquel desaparecido oficio de carbonero de los bosques ya es sólo historia. Pronto, en poco más de una década, otros cambios se irán produciendo,... Y serán beneficiosos si los conducimos para el bien de la humanidad, mirando hacia el futuro, repartiendo justamente la energía y la riqueza, apartando a quienes las controlan en la actualidad.

Hoy día las centrales nucleares, y otras muchas fuentes de energía como carbón, petróleo, gas natural o biomasa, han de ceder ante la ecología y economía de la EnergíaSolar, sólo complementada por energía eólica en latitudes extremas, así como por precedentes fuentes renovables como la hidraúlica o la geotérmica. Y esta es una lección que nos ofrece la historia, para profesionales y para quienes aún están en etapas formativas iniciales. Como abuelos SolarAitxitxe apostamos por la EnergíaSolar, por razones éticas, solidarias, científicas, tecnológicas e, incluso, económicas.

Este es sólo el primer post de un hilo con la etiqueta SolarAitxitxe.
Seguirán muchos más con esta etiqueta de EnergíaSolar.

Doble edadismo con el coronavirus

Parques infantiles cerrados, pero bares abiertos 
Vivimos en una sociedad adultocéntrica, que discrimina sin percibirlos o desdeñándoles a menores y mayores, un doble edadismo que se ha manifestado con toda su crudeza en este período del COVID-19, que quizá haya venido para quedarse. Todo pensado, organizado y calculado para el bienestar de quienes toman las decisiones: El resto es olvidado o, a lo sumo, paternalistamente contemplado.

En el discurso de las restricciones en los tramos de salida de los menores (incluidos adolescentes) o mayores, cada día son más perceptibles las disonancias cognitivas. Enumeremos algunas de estas paradojas incomprensibles, excepto bajo el sesgo de la edad:
La situación es peor para la infancia que para la madurez o vejez, por el simple hecho -corregible- de que no tienen capacidad de votar. Por ello, siempre hemos defendido el VOTO INFANTIL (post de 2004) que ejercerían los progenitores desde el nacimiento de cada niña o niño.
Doble edadismo con el coronavirus
Proseguimos con nuestra campaña a favor de las #MascarillasObligatorias en todos los lugares públicos, cerrados o abiertos. Casi estamos a punto de lograr nuestro objetivo,... en un tiempo de desescalada (web imprescindible por Distrito Postal) donde aumenta el contacto y la cercanía interpersonal. 
Para concluir, una maravillosa lección de resiliencia para la infancia o para cualquier momento de la vida. Aprendizaje básico de un experto como Boris Cyrulnik con una historia personal memorable.

Ponme a dormir

Una clave familiar que mide la felicidad y el éxito alcanzados dentro de un hogar.

Pasados los años, se llega a descubrir cuáles son las vivencias más significativas y gratificantes de una vida. Una de mis favoritas entre las más felices y repetidas es despertar de madrugada. En plena oscuridad ir recobrando la percepción del entorno: sentir la presencia de mi esposa apoyada en mi hombro y brazo izquierdos, sus pies junto a los míos, su respiración sosegada y su sueño sereno.

El juego del despertar incluye desde hace pocos años una adivinanza de saber dónde estamos: Si en nuestro hogar de Getxo o en la casa de Alicante. El colchón es similar y no vale palpar el cabezal o el borde de la cama, ni apurar la memoria del día anterior. El truco es tratar de acertar sin abrir los ojos, por algún leve ruido como la lluvia exterior en los ventanales o el tráfico lejano. Entonces comprendo si estamos de vacaciones o durante el curso, pero eso no importa demasiado, cuando se está entre personas amadas.

Luego sigue la preocupación por nuestros hijos: ¿Estarán en sus cuartos de al lado, o en su residencia de estudios? ¿Han de madrugar? ¿El pequeño que estudia lejos parecía feliz en su última llamada? ¿Los abuelos qué tal estaban según la conversación de cada noche? ¿Y el resto de la amplia familia? Cuando el repaso indica que todo parece estar en orden, casi inmejorablemente, no cabe mayor felicidad.

Todo este sosiego lo atribuimos a un lema familiar que les enseñamos a nuestros hijos. Cuando la mayor nació, su precocidad con el habla -en distintos idiomas porque uno le parecía poco- fue impactante. Ella recreó la expresión de "ponme a dormir", que incluía rezar sus oraciones, arroparla con su peluche del momento, leerle o contarle un cuento con precisión milimétrica para evitar inexactitudes, debatir con ella el desenlace de la historia, darle un beso y velar un buen rato mientras parecía dormir… pero estaba al acecho para evitar quedarse sola hasta que Morfeo la acunase, siempre con una tenue luz en su cuarto.

Ahora que pasamos más tiempo solos, mi esposa ha recupero el mimoso lema de "ponme a dormir". No en vano hemos compartido juntos nuestras vidas desde que éramos unos críos, ella de 18 años y yo de 20. Definitivamente es fácil compartir la idea de que sentirse querido es la sensación más humana que se puede experimentar. No existe mayor aprecio interpersonal que saberse querido en el seno de una familia, por parte de los padres, de la pareja, de los hijos, de los hermanos, de los familiares propios y políticos. La verdadera medida del éxito público en la vida, donde también la estima de colaboradores, colegas y superiores es decisiva, se determina por la dimensión del triunfo íntimo dentro del propio hogar.

Versión original en: http://mikel.agirregabiria.net/2005/ponme.htm

El papel de las mitocondrias en la salud y la longevidad

Recogemos en El Correo del 4-4-24 este artículo de Julia FernándezCómo activar tu mitocondria con pequeños gestos para vivir más y con más saludLas mitocondrias, orgánulos presentes en casi todas las células eucariotas, desempeñan un papel fundamental en la producción de energía celular a través de la respiración celular. Además de su función energética, las mitocondrias están implicadas en una variedad de procesos celulares, incluida la regulación del metabolismo, la apoptosis y la señalización celular

Para cuidar las mitocondrias, la receta es siempre la misma: alimentación sana, ejercicio físico, dormir bien,... Pero hay diferentes caminos para conseguirlo. El artículo, entrevistando a Antonio Valenzuela, sugiere cinco gestos para cuidar las mitocondrias
  1. 'Snacks' de movimiento: Mantenerse saludable incluye actividad física, «que no ejercicio». Es decir, para que tus mitocondrias vayan como la seda y tú también no hace falta que te conviertas en un atleta. «Se trata de mantenerse activo a lo largo de la jornada. Es más importante eso que hacer deporte una hora y pasar el resto del día sentado». El experto propone que sustituyamos los 'snacks' de comida que nos ponemos en los ratos de ocio (aceitunas, patatas, gominolas...) por lo que llama «snacks de movimiento: levántate cada hora, haz unos saltos, o unas sentadillas o bici estática... ¡Con un minuto es suficiente!». 
  2. Come como tu bisabuelo. La comida ultraprocesada no es el combustible que necesita nuestro cuerpo. Es la gasolina que alimenta el incendio que devora nuestra salud. «Hay que comer como nuestros abuelos... o mejor dicho, como nuestros bisabuelos: comida real, de calidad y evitando sobrealimentarnos porque esto satura las mitocondrias». Según su planteamiento, hay que ingerir de todo: verduras, pescado, carnes, frutos secos... «Y beber agua, al menos dos litros al día. Uno de los primeros síntomas de que estamos deshidratados es el cansancio». Otro asunto que tenemos que poner en práctica es el ayuno intermitente (post reciente). Se trataría de pasar al menos 12 horas sin probar bocado y lo ideal sería que lo hiciéramos en nuestro descanso nocturno. «Nuestra genética está programada para ello», señala. «Podemos retrasar un poco el desayuno para conseguirlo». Durante el ayuno, el cuerpo experimenta cetosis y cambia su fuente de combustible de glucógeno almacenado a ácidos grasos.
  3. No descuides el magnesio, Una dieta equilibrada debería proporcionarnos todo lo que necesitamos, pero hay un nutriente que tenemos que cuidar: debemos mantener nuestros niveles de magnesio adecuados. – ¿Con suplementos? – O tomando alimentos ricos en él. Aunque para eso hay que asegurarse que son de calidad y muchas veces no son fáciles de conseguir porque la agricultura intensiva y el suelo empobrecido influyen negativamente. Esta molécula está presente en «verduras de hoja verde como las espinacas, el kale, las acelgas, el brócoli...», el cacao puro, frutas «como aguacates, frambuesas, plátanos...», frutos secos y alimentos del mar. Por cierto, ojo con el estrés, que es un vampiro del magnesio.
  4. Baños de sol... y de frío. Pasar horas bajo el sol no es buena idea, pero darse pequeños baños diarios les encantan a nuestras mitocondrias. «No se trata de exponerse a él a las tres de la tarde en agosto», advierte, pero sí pasar unos minutos al amanecer o al atardecer. «Y podemos hacerlo desde casa, con la ventana abierta, eso sí, no detrás del cristal». También conviene darse baños de frío. «Nuestras mitocondrias elevan nuestro metabolismo y producen calor». Para estimularlas, hay que huir «del sedentarismo térmico en el que afortunadamente vivimos». No se trata de apagar la calefacción y pasar frío durante horas, «basta con, por ejemplo, salir a la calle y esperar un poco a sentirlo antes de ponerse el abrigo». 
  5. Respirar bien. Lo hacemos de continuo, pero le prestamos poca atención. Es hora de empezar a respirar bien: «Por la nariz y no por la boca porque la oxigenación es mayor y más completa». También conviene hacerlo de forma «profunda y usando el diafragma». «Según un estudio de la Universidad de Stanford, con tan sólo cinco minutos al día de práctica de esta técnica ya se obtienen beneficios para la salud», señala en el libro, donde despliega toda su teoría,
El proceso de envejecimiento es un fenómeno complejo influenciado por una variedad de factores, entre ellos, el estado de las mitocondrias, las estructuras intracelulares responsables de la producción de energía. Las mitocondrias desempeñan un papel importante en la supervivencia y muerte de las células. Por lo tanto, comprender y promover una función mitocondrial óptima es esencial para mantener una vida más saludable y longeva. No sólo son las “centrales eléctricas” de nuestras células, sino también guardianes de nuestra salud y longevidad. 

Aquí tienes una lista de alimentos que pueden ayudar a mantener y mejorar la función mitocondrial: Antioxidantes, con arándanos y otras bayas. Vitaminas B, con carne de res (de pasto):o de caza: Prueba la carne de búfalo o de caza. Azufre, como el brócoli, la coliflor, la col rizada y el repollo. Grasas saludables, como aguacates, aceite de oliva virgen extra. Magnesio, en espinacas, almendras o aguacates.

De quién se aprende más

Existe una lógica inevitable en los aprendizajes: El tiempo de las ‘clases’ y la relación docente-discente son factores decisivos y primordiales.

Si reflexionamos un minuto sobre la persona que más ha influido en nuestra vida, de quien más hemos asumido su visión vital, seguramente habrá un acuerdo mayoritario en torno a alguien con quien hayamos convivido, trabajado o vivido durante un largo período de nuestra vida. También depende de nuestra capacidad de aceptación de sus enseñanzas, para lo cual es conveniente una relación de aprecio mutuo.

Por las razones expuestas, en la mayoría de las personas los padres y hermanos, o los parientes cercanos han sido las personas que más poso nos han transmitido. También algunos profesores, pero la parcelación en etapas educativas de corta duración ha impedido que cale en profundidad la labor de un único docente que se destaque sobre los demás.

Otro ámbito de aprendizaje a lo largo de la vida es el trabajo. Aprendemos de los colegas, de los jefes y de los colaboradores. Aquí también el tiempo de contacto es determinante. En general, puede suceder que haya una tendencia a formarse más del superior inmediato, siempre que haya voluntad bilateral de enseñar-aprender y que se base en el respeto recíproco.

En síntesis, aprendemos fundamentalmente de la familia, con mayor peso que las amistades o los colegas. De nuestros antepasados (de abuelos, padres y tíos) y de nuestros descendientes (hijos, sobrinos y nietos), de nuestros coetáneos (hermanos y primos), pero sobre todo… de los cónyuges.

Nuestras parejas, especialmente tras una convivencia de años, nos conocen mejor que nadie, saben de nuestras fortalezas y de nuestras debilidades. Sus consejos, sus ideas, sus refrendos, son continuos y trascendentales. La duración, intensidad y voluntariedad de esta relación elegida la hacen imbatible como la mejor fórmula de aprender, día a día y hora a hora. Por todo ello, ¡gracias, amados consortes!

Versión para imprimir en: mikel.agirregabiria.net/2007/aprendemos.DOC

El mejor día de cada vida...

¿Cuál es día más feliz de una persona? En la infancia suele serlo la fecha de los cumpleaños. Luego cuando se conoce a la pareja, o al casarse, o al tener descendencia,... Pero con la edad aprendemos cuál es realmente ese mejor día de cada vida.

Hoy ha sido uno de los mejores días de la vida de muchas familias. Justamente de aquellas en la que haya nacido un nuevo miembro, tras estar nueve meses en el seno de su madre. En este "cumpleaños cero" sus felices padres, con ayuda de la familia y de toda la humanidad, le donan el mejor regalo de su vida, porque cuando nacemos nos dan el universo como obsequio de cumpleaños. El bebé lo irá descubriendo poco a poco,... y su familia con él puede aprender que el nacimiento es el gran día de cada persona.

El bebé corresponde con títulos
, y responsabilidades, a todos sus parientes. Cuando es el primero de su generación, a cambio de no tener hermanas ni hermanos, regala el título de madre y padre a un joven matrimonio. Y con suerte puede otorgar títulos de abuelos, tíos o o incluso rango de bisabuelos o tatarabuelas por primera vez a sus felices antepasados. Con cada recién nacido, revive la humanidad.
[Foto propia de Cruces, Barakaldo, donde cada día nacen muchos bebés...]

Riqueza verdadera

Descubriendo la grandeza de algunas gentes, que por nuestra pereza y simpleza suele pasarnos desapercibida.

Todos los días, mi esposa Carmen y yo paseamos por Getxo. Nuestro recorrido predilecto va desde el Puente Colgante hasta el Puerto Nuevo, donde la elegante y variada arquitectura capitula ante la belleza natural de la costa vasca. En apenas dos kilómetros pueden verse desde gigantescos barcos mercantes que navegan por la Ría Nervión-Ibaizabal hasta gráciles veleros o ferries por el Abra de Bilbao, tres playas y varios monumentos históricos junto a palomas y gaviotas, pero lo mejor es la gente con la que te encuentras.

Ayer caminando en nuestro trayecto habitual, descubrimos que vivimos entre personas “ricas”. Pero “ricas” de verdad. Queremos compartir nuestro hallazgo, porque en todas las sociedades y en todos los pueblos hay “gente acaudalada”, pero no son necesariamente los “millonarios en dinero” que creemos por ser tan visibles. La genuina riqueza se disfraza, muy a menudo, de enfermedad, de pobreza, de flaqueza, de torpeza y de crudeza en la corteza. Porque la auténtica fortaleza reside interiormente en la sutileza de la agudeza, en la certeza de la entereza y en esa nobleza que sólo otorga la proeza de sobrevivir.

Quizá sea grandeza y delicadeza, mejor que riqueza, lo que caracteriza a estas personas de firmeza y gentileza, de dureza y pureza, de belleza con tristeza, justeza y largueza. Sólo los niños “reconocen” a esas personas que se han hecho “grandes”, día a día, porque cabeza, listeza, destreza, franqueza y realeza se acumulan únicamente ganando la batalla cotidiana de la existencia, atesorando arrugas que son las cicatrices de la experiencia.

Si aún no lo has entendido, quizá necesites unas horas más, unos meses más o unos años más. Con suerte al final serás tan ‘rico’ como cualquier anciano, y todo lo comprenderás. Porque no hablamos de riqueza económica, sino de riqueza en pasado, en alegría compartida, en vida subsistida y transmitida. Nos referimos a los “verdaderos ricos” que son los abuelos de la Tierra, los aristócratas de la Vida, los añosos vencedores del Tiempo.

Artículo ilustrado en: http://mikel.agirregabiria.net/2005/riqueza.htm