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Beneficios que aporta el pan de masa madre

Nos hemos pasado al pan de masa madre, siempre con un consumo bastante limitado. El pan de masa madre ofrece una serie de beneficios para la salud que lo convierten en una opción muy atractiva: 
  • Mejor digestión: Gracias a la acción de las levaduras y bacterias durante la fermentación, el pan de masa madre se digiere más fácilmente. 
  • Índice glucémico bajo: Este tipo de pan provoca menos fluctuaciones en los niveles de azúcar en sangre, lo que puede ayudar a proteger contra la diabetes tipo 2 y mantener niveles de energía estables. 
  • Mayor contenido de fibra y nutrientes: La mayor cantidad de fibra y nutrientes puede aumentar la sensación de saciedad y reducir la tendencia a comer en exceso. 
  • Mejora de la microbiota intestinal: Durante la fermentación, se producen exopolisacáridos (EPS) que actúan como prebióticos (no confundir con probióticos), que sin ser digeribles sí mejoran nuestra microbiota intestinal y regulan el sistema inmunológico. 
  • Menos gluten: La fermentación prolongada descompone el gluten, lo que puede ser beneficioso para personas con sensibilidad al gluten (aunque no es apto para celíacos). 
  • Conservación natural: La acidez natural generada durante la fermentación actúa como conservante, permitiendo que el pan dure más tiempo sin necesidad de aditivos. 
La principal diferencia entre el pan de masa madre y el pan convencional radica en el proceso de fermentación y en los ingredientes utilizados: 
  • Fermentación
    • Pan de masa madre: Utiliza un cultivo de levaduras salvajes y bacterias lactobacillus presentes en la harina y el medio ambiente. Este proceso de fermentación es más lento, permitiendo que las bacterias descompongan los carbohidratos complejos, lo que mejora el sabor y la textura del pan. 
    • Pan convencional: Se elabora utilizando levadura comercial, que es una mezcla de levaduras seleccionadas específicamente para la producción de pan. La levadura comercial actúa más rápido, permitiendo que la masa suba rápidamente. 
  • Sabor y textura
    • Pan de masa madre: Tiene una mayor profundidad de sabor, con notas ácidas y complejas debido a la acción de las bacterias lactobacillus. Además, suele tener una corteza más crujiente y un interior más denso y masticable. 
    • Pan convencional: Suele tener una textura más uniforme y ligeramente más esponjosa, con un sabor más neutro en comparación con el pan de masa madre. 
  • Duración
    • Pan de masa madre: Gracias a la acidez natural generada durante la fermentación, el pan de masa madre se conserva fresco y crujiente durante más tiempo. 
    • Pan convencional: Tiende a endurecerse más rápidamente, generalmente en un día. 
  • Digestibilidad
    • Pan de masa madre: La fermentación prolongada descompone el gluten, lo que puede ser beneficioso para personas con sensibilidad al gluten (aunque no es apto para celíacos). 
    • Pan convencional: Puede ser más difícil de digerir para algunas personas debido a la presencia de gluten no descompuesto.
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Mama, la araña de Bilbao junto al Museo Guggenheim

Mama, la araña de Bilbao junto al Museo Guggenheim
Mamá (Maman en francés) es el nombre que recibe una gran escultura con forma de araña de la artista francesa-americana Louise Bourgeois (1911-2010). Está realizada en bronce, acero inoxidable y mármol. Pesa 22 toneladas, y mide 10 metros de altura y 10 de diámetro. La autora, reconocida internacionalmente por su capacidad para reflexionar plásticamente sobre temas profundos y dolorosos de la naturaleza humana, llamó a la escultura "Maman" en homenaje a su madre, capaz de tejer la tela de los afectos y también quedar atrapada en ellos.
Es una de las esculturas de arte contemporáneo que forman parte de la colección permanente del Museo Guggenheim de Bilbao. Las arañas, que Bourgeois presenta como un homenaje a su madre, que era tejedora, ponen de manifiesto la duplicidad de la naturaleza de la maternidad: la madre es protectora y depredadora al mismo tiempo. La araña utiliza la seda tanto para fabricar el capullo como para cazar a su presa, así que la maternidad encarna fortaleza y fragilidad. 

Estas ambigüedades se ven intensamente reflejadas en esta Mamá gigantesca, que se sostiene ominosamente sobre unas patas que semejan arcos góticos y que funcionan al mismo tiempo como jaula y como guarida protectora de una bolsa llena de huevos que se encuentran peligrosamente adheridos a su abdomen. La araña provoca pavor y miedo pero su gran altura, sorprendentemente equilibrada sobre unas ligeras patas, transmite una vulnerabilidad casi conmovedora.
Mama, la araña de Bilbao junto al Museo Guggenheim
Pocas personas saben que la impresionante araña, en la parte trasera del museo Guggenheim Bilbao, cuenta una historia real, la de la artista franco-estadounidense, Louise Bourgeois. En realidad es un homenaje a su madre, que como todas las arañas era tejedora. La escultora mantuvo una afectuosa pero complicada relación con sus padres. El padre, contradictorio, engreído, cruel y autoritario, al caer su mujer enferma, introdujo a su amante en el hogar como institutriz de Bourgeois y sus hermanos. 

Sobre aquellos lamentables hechos, la artista hablaba así «De niña, me daba mucho miedo cuando en la mesa del comedor mi padre no dejaba de alardear y se jactaba una y otra vez de sus logros. Cuanto más grande quería volver su figura, más insignificantes nos sentíamos sus hijos. Mi fantasía era que le agarrábamos entre todos mis hermanos, le poníamos sobre la mesa, le troceábamos y le devorábamos,…».
Para Louise, que adoraba a su madre, fue un episodio traumático que influyó en su obra. Su madre aunque era cariñosa, también era posesiva y controladora con su hija, esto se percibe en su escultura “Mamá”. La maternidad es el tema central de la obra y pone de manifiesto la duplicidad y ambigüedad: la madre es protectora y depredadora al mismo tiempo, teje la seda tanto para fabricar el capullo como para defenderse de los depredadores. La maternidad puede ser frágil y fuerte al mismo tiempo, sentimientos complicados que presenta la madre hacia sus hijos y los hijos hacia la madre y la protección que les terminará debilitando para defenderse en la vida. 
Mama, la araña de Bilbao junto al Museo Guggenheim
Las patas arqueadas de la araña simulan una jaula, y también la guarida protectora de una bolsa con huevos, que se encuentran adheridos a su vientre de una manera un tanto peligrosa. La araña provoca en el espectador miedo y pavor, pero debido a la altura de sus patas y lo frágiles que parecen proyecta una conmovedora ternura. Cuando preguntaban a Louise el significado de su obra está respondía: “Es una Oda a mi madre, era ella mi mejor amiga”. La Mamá envuelta en sedosas conjeturas, hila, teje, cuida, protege secretos… y nos inquieta.

La madre de Louise Bourgeois nunca pudo ver su obra, ella empezó a estudiar arte después de que esta falleciera. “Mis obras son una reconstrucción del pasado. En ellas el pasado se ha vuelto tangible; pero al mismo tiempo están creadas con el fin de olvidar el pasado, para derrotarlo, para revivirlo en la memoria y posibilitar su olvido”.

La Educación de las Reinas, o aprendiendo a ser hija, madre y abuela

La perspectiva de este post sobre "la educación de las reinas" no se refiere a las abejas, ni a la monarquía,... sino a la esencia del aprendizaje a lo largo de la vida donde todas las personas nacen hijas o hijos, muchas llegan a ser madres y padres, e incluso algunas alcanzan el grado de abuelas y abuelos.

Ayer fue muy comentado un vídeo donde quiero analizar lo que fue para mí más evidente: el desaire a una abuela. Podríamos especular con las encendidas defensas o ataques que en las redes sociales se hacen de la educación de hija (menos comentado lo de la segunda hija), madre o abuela,... o del papel secundario pero (¿desconcertado, atónito, campechano?) de padre o abuelo.

Pésimo espectáculo de enfrentamiento a las puertas de una iglesia que dicen venerar y ante medios de comunicación. La primera hija, Leonor, sin interpretar su gesto (¿grosero, infantil?) de apartar la mano de su abuela, aún es disculpable por su corta edad y la rigidez del protocolo al que la someten, pero ha de aprender mucho aún. Más natural actúa la segunda hija, Sofía, porque debe ser grato no creer que eres princesa desde el nacimiento (sólo infanta). 

La abuela, Sofía, impecable (incluso en la defensa o acompañamiento periódico de Cristina e Iñaki, y sus nietos Urdangarin, porque como madre y abuela es enteramente comprensible, por muy deleznable que sea toda la corrupción), salvo quizá su insistencia ante semejante panorama de nuera. 

Impresentable Leticia o Letizia. Reinados aparte, plebeya, consorte o reina, una madre que no respeta a una abuela (sea su propia madre o su suegra) poco espera y entiende de la vida, porque una abuela es, ante todo, una madre con alguna hija o hijo que han llegado a la maternidad o paternidad. Es imperdonable no adorar a la madre (incluso al padre) de tu cónyuge, al menos si el grado de intromisión en tu familia nuclear se reduce a querer una foto en exclusiva con sus nietas.

Para concluir, todo esto confirma una vez más que la majestad y la autoridad de una abuela o de una madre (¡ah, cuántos modelos nos vienen a la mente!) no proviene de sangre "real", sino del amor, de la dedicación y del ejemplo que transmiten a su prole.

Malas madres


Recogemos un texto muy difundido, del Dr. Carlos Hecktheuer, Médico Psiquiatra, sobre las "malas madres". Fue objeto de una lectura elegida por una hija (y madre a su vez) en el obituario de una gran madre. También habló y emocionó relatando qué es un mujerón. ¡Gracias Ascen, y gracias a tu madre Clotilde!

Un día cuando mis hijos estén crecidos lo suficiente para entender la lógica que motiva a los padres y madres, yo habré de decirles: “Los amé lo suficiente como para haberles preguntado adónde van, con quién van y a qué horas regresarán”. 

Los amé lo suficiente para no haber quedado callada y hacerles saber, aunque no les gustara, que aquel nuevo amigo no era buena compañía. Los amé lo suficiente para hacerles pagar las golosinas que agarraron del supermercado o las revistas del kiosquero, y hacerles decir al dueño: “Nosotros tomamos esto ayer y queremos pagar”. 

Los amé lo suficiente como para haber permanecido en pie, junto a ustedes, dos horas, mientras limpiaban su cuarto, tarea que habría hecho yo en 15 minutos. Los amé lo suficiente para dejarles ver además del amor que sentía por ustedes, la decepción y también las lágrimas en mis ojos. Los amé lo suficiente para dejarlos asumir la responsabilidad de sus acciones, aun cuando las penalidades eran tan duras que me partían el corazón. Y ante todo, los amé lo suficiente para decirles NO, cuando sabía que ustedes podrían odiarme por eso (y en algunos momentos sé que me odiaron). Esas eran las batallas más difíciles de todas. Estoy contenta, vencí...Porque al final ¡ustedes ganaron también!

Y cualquiera de estos días, cuando mis nietos hayan crecido lo suficiente para entender la lógica que motiva a los padres y madres; cuando ellos les pregunten si su madre era mala, mis hijos les dirán: “Sí, nuestra madre era mala. Era la madre más mala del mundo... Los otros chicos comían golosinas en el desayuno y nosotros teníamos que comer cereales, huevos y tostadas. Los otros chicos bebían gaseosas y comían papas fritas y helados en el almuerzo y nosotros teníamos que comer arroz, carne, verduras y frutas. Mamá tenía que saber quiénes eran nuestros amigos y qué hacíamos nosotros con ellos.

Insistía en que le dijésemos con quien íbamos a salir, aunque demorásemos apenas una hora o menos. Ella nos insistía siempre para que le dijésemos siempre la verdad y nada más que la verdad. Y cuando éramos adolescentes, no sé cómo, conseguía hasta leernos el pensamiento.

¡Nuestra vida sí que era pesada! Ella no permitía que nuestros amigos nos tocaran la bocina para que saliésemos; tenían que bajar, golpear la puerta y entrar para que ella los conociese. Cuando todos podían volver tarde de la noche con 12 años, tuvimos que esperar como hasta los 16 para hacerlo, y aquella pesada se levantaba para saber si la fiesta había estado buena (solo para ver en qué estado estábamos al volver).

Por culpa de nuestra madre, nos perdimos inmensas experiencias en la adolescencia. Ninguno de nosotros estuvo envuelto en problema de drogas, robos, actos de vandalismo, violación de propiedad, ni fuimos presos por ningún crimen. ¡TODO FUE CULPA DE ELLA!” Ahora que somos adultos, honestos y educados, estamos haciendo lo mejor para ser “PADRES MALOS”, como fue mi madre. YO CREO QUE ESTE ES UNO DE LOS MALES DEL MUNDO DE HOY: ¡NO HAY SUFICIENTES MADRES MALAS!

Virgen María, Madre mía

Cuando apenas tenía nueve años recién cumplidos, mi madre murió tras una larga enfermedad. Mamá nos legó como única herencia una estampa de la Virgen a cada uno de sus hijos, manuscrita con su grácil letra desenvuelta que trazaba siempre con su pluma Parker predilecta. En aquellas pocas líneas, nos despedía amorosamente y nos encomendaba al cuidado de nuestro padre, de nuestra amplia familia y… de la Virgen María, con quien ella iba a reunirse.

Procedíamos de dos familias de hondas raíces católicas. Todos nuestros antepasados eran de raigambre religiosa, y en casa la fe nos mantuvo siempre unidos en la confianza de que la falta de una madre, tan desconsoladora para hijos entre 6 y 10 años, sería cumplidamente suplida por la custodia celestial, encarnada en la figura de la Santísima Virgen. Los hermanos no tuvimos una madre terrenal en quien confiar nuestras dudas adolescentes, nuestras preocupaciones de juventud, nuestras aflicciones de madurez,… Pero, a cambio, establecimos un diálogo íntimo, con la figura maternal de la Virgen María. Ella no nos dejó huérfanos en ningún trance, pudo socorrernos en todos los peligros y desventuras, nos escuchó y orientó en los momentos más críticos y tuteló todas nuestras decisiones.

A lo largo de la vida, comprobamos que seguir a Jesucristo, en toda su grandeza, es un camino comprometido. Pero refugiarse en la Virgen, siempre es viable. Como muchos, aprecio y disfruto especialmente con los templos y santuarios marianos: Aranzazu, Begoña, Estíbaliz, Leire, el Pilar, Montserrat, Covadonga, Lourdes, Notre Dame,… Cuando entro en una iglesia desconocida, indefectiblemente busco angustiado la figura de la Virgen. Muchas veces sólo la hallo en los rincones más modestos, pero -ya sea en representaciones grandes o pequeñas- María siempre aparece acogedora, maestra y guía, como la inmejorable Madre para cualquier hijo.

Cobijarse en la Madre de Dios, que es también dulce Madre nuestra, es un recurso infalible de esperanza. Ella, que acompañó a Jesucristo desde su nacimiento en Belén hasta su calvario en Jesusalem, supo estar erguida a los pies de la cruz cuando los discípulos huyeron. También sabrá acompañarnos durante toda nuestra vida si pedimos su intercesión. La Virgen siempre ha sido paciente mediadora, y algún día espero reunirme con Ella. Cuando la encuentre, allí estarán mis dos Madres. Así lo imaginaba el niño que fui con nueve años. Ahora, cuarenta años después, pienso exactamente lo mismo. Dos vídeos de porqué rezar el rosario en castellano y abajo otras en inglés.

Lenore Skenazy, la peor madre del mundo

«Es un honor ser considerada la peor madre de América», afirmó Lenore Skenazy, quien dejó que su hijo de nueve años viajara solo en el Metro de Nueva York. Es precursora del movimiento Free Range Kids (Niños sin barreras, niños en libertad).

La sociedad americana se sobresaltó cuando conoció que la periodista Lenore Skenazy dejaba que su hijo de nueve años viajara solo en el Metro de Nueva York. Claro, que no le dejó completamente solo. Le dio un mapa, dinero de más para algún imprevisto y monedas para llamar por teléfono. Su hijo vivió su primera aventura personal con éxito y ganó mayor autonomía. Tras la experiencia, Lenore fue calificada como «la peor madre de América».

Pero lejos de acobardarse, Lenore Skenazy continuó con su método educativo e, incluso, escribió el libro «Free Range Kids» y un blog con el mismo título. Desde entonces (eso ocurrió en 2009), promueve un movimiento que cuestiona la sobreprotección a los hijos y defiende la necesidad de darles libertad para que asuman sus propios riesgos y exploren por sí mismos. Una nueva tendencia que siempre genera debate. Hoy día, dirige el programa «La peor mamá del mundo» que se emite en el canal Discovery.

—¿Cómo surgió la idea de dejar a su hijo Izzy viajar en el Metro de Nueva York con nueve años?
—Fue idea de él. Llevaba tiempo pidiéndomelo. Quería que le llevásemos a un lugar donde nunca hubiera estado y le dejáramos que encontrase él mismo el camino de vuelta a cada. Fue magnífico. Después, todos nos sentimos contentos y más confiados. «La mayoría de las personas están encantadas de ayudar a un niño»

—Imagino que confiaba en él.
—Sí, sabíamos que pediría ayuda a alguien si lo necesitaba. Y así fue. Le preguntó a un extraño en qué andén tenía que esperar. ¡Y el extraño no lo secuestró! Lo cierto es que mucha gente equipara extraño a peligroso. Pero la mayoría de las personas están encantadas de ayudar a un niño.

—Tras esta experiencia fue calificada como «la peor madre de América». ¿Cómo se sintió?
—Al principio no podía creer que todo el país, y más tarde el mundo, estuviesen criticando mi forma de educar a mi hijo. Pero luego empecé a pensar en ello como un honor. Ahora incluso tengo un sombrero en el que pone «la peor madre de América».

—Su hijo tiene ahora 15 años. ¿Cómo le ve, después de darle la oportunidad de asumir sus propios riesgos?
—Le sigue encantando hacer cosas por su cuenta. Los fines de semana coge un autobús y se va a una montaña cercana para pasar el día haciendo snowboard. Es un chico feliz al que le encanta el deporte y estar con sus amigos. Los deberes... no tanto.

—¿Qué aconseja a los padres para que afronten el miedo a que sus hijos corran riesgos?
- «Preguntarnos cómo nos sentiríamos si los hijos muriesen es un histerismo diario»—Preguntarnos cómo nos sentiríamos si nuestros hijos muriesen es una forma histérica de pensar en las actividades cotidianas, como por ejemplo ir andando al colegio. Es una manera de pensar que nos han inculcado los medios de comunicación, que descubren las historias más tristes y nos las presentan cada hora del día. Después nos dicen que mantengamos a salvo a los hijos, como si tuviésemos que estar pensando todo el tiempo en secuestros y asesinatos. ¡Y lo hacemos! La mejor manera de empezar a combatir este tipo de lavado de cerebro es apagar la televisión.
—¿Cómo empezar a dejar a un niño que corra sus riesgos?
—Piense en su propia infancia. ¿Le dejaban sus padres que jugase fuera en la calle, que trepara a los árboles o que fuese al bosque? Si no cree que sus padres fueran negligentes, entonces puede criar a sus hijos de la misma manera.
   
—¿No cree que es mejor que el adulto siempre esté cerca?
—Insisto: piense en los momentos más felices de su infancia, en el momento en que se sintió en la cima del mundo, tan orgullosa, tan feliz. Ese es el fundamento de quien es usted hoy día. ¿Estaba su madre justo a su lado? Probablemente, no. ¿Por qué estamos eliminando las experiencias más educativas, más importantes, para la formación del carácter de las vidas de nuestros hijos?

—¿Cree que los niños si no corren riesgos les convertimos en adultos débiles?
—No estoy segura de que tengamos la capacidad de convertir a nuestros hijos en algo. Gran parte de la personalidad está predeterminada, como le podrá decir cualquier madre o padre con más de un hijo. Aborrezco que se responsabilice a los padres de cualquier pequeño elemento de la constitución emocional de una criatura. En mi libro incluso hay un capítulo titulado «¡Relájate! No todas tus pequeñas decisiones tienen tanta influencia en el desarrollo de tu hijo». Sí pienso que cuando los niños saben que creemos en ellos —lo cual se demuestra confiando en ellos sin que estemos continuamente justo a su lado— entonces crecen sanos.
Post que estuvo en borrador desde el 10-7-2017. 
Recuperado retrospectivamente cuatro años después.

Móviles en manos de niños que salvan vidas de sus madres,...

Son numerosos y bien documentados (desde hace años, como esta adorable niña en 2010) los casos de niños y niñas que, gracias a los móviles y a su competencia digital con herramientas como Siri, han salvado vidas como las de sus propias madres en estos tres casos que referenciamos. A nosotros nos gustan destacar, a diferencia de los mass-media, las noticias positivas que la tecnología hace posible incluso desde la infancia más precoz. 

El primer vídeo, el más reciente de este año y hecho público por Policía Metropolitana de Londres, recoge la conmovedora llamada de Roman, un niño de cuatro años pidiendo ayuda para su madre, que se había desvanecido y desplomado en su casa. Roman, el mayor de sus hermanos, desbloqueó el iPhone de su madre, y habló a Siri. Cuando este asistente electrónico le preguntó '¿En qué te puedo ayudar?', su respuesta fue clara: 'Ayuda para mi mamá'. De modo automático, Siri de Apple conectó con el 999, el número de las emergencias británicas (equivalente a nuestro 112), con las que contactó el niño (ver vídeo).

La asistencia telefónica preguntó a Roman qué ocurría, quien confesó que su madre estaba "en el suelo, con los ojos cerrados y no respira". La mujer al otro lado del aparato le pidió al niño que intentara moverla para ver si reaccionaba, pero el niño aseguró que "no funcionaba". Fue entonces cuando la operadora le preguntó la dirección de su casa, que Roman supo ofrecer sin ningún tipo de dudas. Sólo 13 minutos más tarde, las asistencias llegaban a la casa de Roman. El niño no podía abrir la puerta, ante lo que decidieron tirarla abajo para poder atender a la madre que, efectivamente, se encontraba en el suelo. Tras ayudarla a recuperar la consciencia, la madre fue trasladada al hospital, donde en pocos días se recuperó.
  Otro suceso protagonizado por una niña de tres años que salvó a su madre embarazada que se había caído por las escaleras de su hogar. Finalmente,  Camden Vaughan, otro héroe de cuatro años en un caso similar,...

Una niña llamada Gillian, que se aburría en clase

Gillian Lynne nació en Bromley, condado de Kent, Inglaterra, en 1926, y se convirtió en una mujer que nos enseña una lección fundamental sobre la singularidad de cada persona. Cuando era niña, los maestros de Gillian Lynne comenzaron a enviar notas a sus padres. Les advertían que su hija era inquieta e indisciplinada, se distraía a la clase y su rendimiento académico dejaba mucho que desear. Incluso llegaron a sugerir que padecía un serio trastorno de aprendizaje. 

Su madre la llevó a un psicólogo por la falta de atención en la clase, su incapacidad para concentrarse y mantenerse quieta. Tras escuchar a la madre, el doctor le dijo a Gillian que necesitaba hablar en privado con su madre un momento y ambos salieron del despacho. El doctor le pidió a la madre que observase lo que la niña hacía mientras estaba sola, y vio que estaba bailando una canción que sonaba de fondo en la radio. 

El psicólogo dijo a la madre: “Señora, su hija no tiene ningún trastorno, su hija es bailarina. Le recomiendo que la lleve a una escuela de danza”. Allí, según declaró Gillian años después, "fue maravilloso encontrarse con tanta gente que no podía estar quieta y necesitaba moverse para pensar".

Gillian Lynne demostró desde muy pequeña un especial talento para la danza, formando equipo con su amiga de la infancia Beryl Grey desde el colegio y usando la danza para superar la trágica muerte de su madre en un accidente del coche el 8 de julio de 1939, cuando Lynne tenía solamente 13 años de edad.​ Ambas amigas llegaron a ser famosas bailarinas de ballet. 

Gillian Lynne fue bailarina y, sobre todo, una coreógrafa precursora de obras donde se mezcla el jazz, la danza clásica y el teatro, y creó coreografías y espectáculos como “El fantasma de la Ópera” y “Cats”. Gillian Lynne se mantuvo activa hasta sus 88 años, como directora de producción del Birmingham Royal Ballet. Además de su éxito profesional, Gillian también es un ejemplo de las propiedades pedagógicas y terapéuticas de la danza. Esta historia nos recuerda la importancia de reconocer y celebrar lo que nos hace únicos, para luego ponerlo al servicio de los demás. Lo que parece un “problema” puede ser la semilla de un talento extraordinario.
Foto en Cats.

Programa Foral de Intervención Familiar Especializada en Violencia Filio-Parental

Programa Foral de Intervención Familiar Especializada en Violencia Filio-parental

 Presentación del programa

El programa se ofrece desde el Servicio de Mujer e Intervención Familiar de la Diputación Foral de Bizkaia, y se propone abordar la violencia de los y las adolescentes y jóvenes que agreden a sus madres y/o padres u otros familiares convivientes.
Se dirige aquellas familias en cuyo seno se produzca violencia filio-parental, entendiendo por tal, cualquier acto perjudicial por parte de un hijo o hija, con el fin de ganar poder y control sobre su madre y/o padre u otros familiares. El abuso puede ser físico, psicológico o económico:
Abuso físico:
golpes, empujones, arrojar objetos, etc.
Abuso psicológico:
insultos, amenazas, humillaciones, fugas, amenazas de hacer daño a su madre, padre o a ellos mismos. etc.
Abuso económico:
robar o coger cosas sin permiso, daños en el hogar o en posesiones de la madre o el padre y demandar cosas que la madre o el padre no pueden afrontar.

 ¿Qué se ofrece?

El programa se propone abordar estas situaciones desde una intervención integral con la familia, con el objetivo de transformar el modelo relacional instaurado en la dinámica familiar y el aprendizaje de un modelo más sano y satisfactorio de relación, con el objetivo último de que desaparezca la violencia en las relaciones familiares.
Se ofrece para ello atención a la familia, realizando una valoración general de su dinámica familiar y de la situación de cada uno de los miembros, para llevar a cabo una intervención global, tanto a nivel individual como familiar. Esto se realiza de forma estructurada, en coordinación con otros agentes sociales y mediante una intervención tanto educativa como psicoterapeútica. Dentro de esta intervención, se abordará también la perspectiva de género que subyace a la problemática.

 Personas destinatarias

Serán destinatarias del Programa las familias residentes en el Territorio Histórico de Bizkaia, cuyos hijos o hijas, con edades comprendidas entre los 10 y 21 añosejerzan la violencia contra su madre o su padre, o contra cualquier otro miembro del núcleo familiar como hermanos/as, pareja de la madre o padre, abuelos/as,…
El programa atenderá tanto a familias donde el niño, niña o adolescente viva con su familia de origen, como casos en los que se encuentre separado de su familia de forma temporal o permanente ya sea como medida judicial, como medida de protección (en centro o familia de acogida) o conviviendo con otras personas o familiares por decisión familiar.
Pueden ser también personas beneficiarias las madres y/o padres o tutores de menores que estén sufriendo agresión por parte de sus hijos o hijas, aunque no vengan acompañados de el o la menor.

 ¿Cómo acceder al programa?

Se atenderá a los casos derivados desde el Servicio de Infancia de la Diputación Foral de Bizkaia, desde las Entidades Judiciales, desde los Servicios Sociales y desde otras entidades o instituciones (módulos psicosociales, centros de salud, SAV, etc), además de aquellos otros casos que sean determinados desde el Servicio de Mujer e Intervención Familiar de la Diputación Foral de Bizkaia.
Las solicitudes para acceder al Programa se presentarán bien directamente ante el Servicio de Mujer e Intervención Familiar del Departamento de Empleo, Inclusión Social e Igualdad de la Diputación Foral de Bizkaia o bien indirectamente a través de los Servicios Sociales o entidades derivantes que a su vez deberán emitir un informe de derivación que motive la adecuación del acceso de la familia solicitante al programa.
Para acceder al programa, la entidad derivante tramitará la solicitud que se podrá presentar en cualquiera de los Registros del Departamento de Empleo Inclusión Social e Igualdad; asimismo, podrá cursarse a través de cualquiera de las formas previstas en el artículo 16 de la Ley 39/2015, de 1 de octubre del Procedimiento Administrativo Común de las Administraciones Públicas.

 Documentación a presentar:

  • Solicitud firmada por la/las persona/s interesada/s.
  • Fotocopia del DNI, pasaporte, tarjeta de residencia, o, en su caso, de cualquier otro documento acreditativo de la identidad de la/las persona/s solicitante/s.
  • Certificado de empadronamiento.
  • Fotocopia del libro de familia correspondiente y/o, en su caso, de los pertinentes documentos que acrediten la patria potestad, la guarda y custodia, tutela ordinaria, etc.
  • En el supuesto de que concurra una Orden de Protección u otra resolución judicial al efecto, se deberá adjuntar copia de la misma.
  • Informe de derivación emitido por la entidad correspondiente, que motive la solicitud. Dicho informe deberá recoger:
    • Información completa acerca de la situación familiar.
    • Información sobre las intervenciones realizadas en atención al caso.
  • Cualquier otro documento que en su caso se considere necesario.

 Más información

En el Servicio de Mujer e Intervención Familiar del Departamento de Empleo, Inclusión Social e Igualdad de la Diputación Foral de Bizkaia.
Teléfonos: 94.608.3581- 94.406.6272 - 94.406.6266

 Legislación

 Enlaces de interés sobre el tema

Navidad en Bilbao

Hoy Belén está en Euskadi, pero todavía peor, sin portal, sin animales, sin estrella fugaz, sin Reyes Magos, sin angelitos y, lo peor, sin San José. Ha nacido en Bilbao. Y su madre, en su extrema necesidad, no tuvo otra opción que abandonar la criatura a las puertas del Hospital de la Cruz Roja, en el céntrico barrio de Indautxu. La niña de apenas un día, es inmediatamente atendida, y se encuentra bien a pesar de la noche fría. La madre, horas después arrepentida, vuelve a la clínica donde es detenida. Esa criatura clandestina, que su madre hubo de ocultar para no ser despedida, es sólo de su madre. Esa niñita debe conocer como primera sonrisa la de su ama (mamá).

¡Que se la devuelvan, por favor! Con todo el apoyo social y económico que necesiten para que ambas vivan como merece cualquier ser humano. Ésa es nuestra petición a la Diputación Foral de Bizkaia, que sin duda cuenta con recursos para ello. Si no, no podremos disfrutar de la Navidad… ningún vizcaíno, ni nadie que se sienta parte de la Humanidad. No existe amor más perfecto que el de una madre. ¡Amor de madre, que todo lo demás es… aire!

Madres de genios: Caso de Thomas Edison #madresconhistoria

Cuando era un niño soñador de siete años, un día Thomas Alva Edison llegó a casa y le dio a su madre una nota de su profesor, el Reverend G. Engle, diciendo: "Mi maestro me ha pedido que sólo te la diera a ti, mamá".

Los ojos de su madre, Nancy Edison, se llenaron de lágrimas cuando ella le leyó en voz alta la carta que había traído Thomas. "Su hijo es un genio, esta escuela es muy pequeña para él y no tenemos buenos maestros para enseñarlo,... Por favor, enséñele usted misma".

Muchos años después, tras la muerte de su madre, un día Thomas Alva Edison encontró una amarillenta carta que reconoció y abrió. En el papel estaba escrito: "Su hijo está mentalmente enfermo, es inviable e improductivo, y no podemos permitirle que venga más a la escuela".  

Edison lloró durante horas, y luego escribió en su diario: "Thomas Alva Edison fue un niño mentalmente enfermo, pero por una madre heroica se convirtió en el genio del siglo". 

Realmente, Thomas Alva Edison fue un alumno disléxico y retrasado respecto a sus condiscípulos. Le salvó el impresionante el poder de madres y padres, y del profesorado, sobre los hijos e hijas creyendo en su talento, su singularidad y su destino (efecto Pigmalion).

Una bilbainita sin regalo

El pasado día de Navidad contábamos en una “Carta al Director” que una niña recién nacida había sido abandonada en el Hospital de la Cruz Roja de Bilbao. La madre inmediatamente se arrepintió y volvió a por ella una hora después, aún a costa de quedarse en la calle tras ser despedida de su trabajo. La historia no ha concluido felizmente todavía. El capellán Javier del Hospital coordina la búsqueda de un empleo para que esta madre pueda quedarse con su hija, pero aún seguimos sin encontrar una salida digna y humanitaria como merecen ambas criaturas, hija y madre.

Por nuestros hogares pasaron el Olentzero, Santa Claus y los Reyes Magos, celebramos las comidas y nos repartimos los regalos al reunirnos con toda la familia, pero esta desconsolada madre sigue sin trabajo y las autoridades deberán retirarle el bebé si no encuentra un empleo en los próximos días. Mientras no resolvamos este caso, el Año Nuevo no comenzará en Bilbao, ni habrá felicidad para nadie.

Esta nena bilbainita necesita sólo un regalo, que es un derecho: El paraíso que está en el regazo de su ama. ¿Quién y cómo puede ayudar en este trágico caso real? La mejor solución sería un trabajo estable para la madre como empleada de hogar, interna o externa. Para más información llamar al Capellán del Hospital (94-4434792).

Un general, Colin Powell, hablando de educación

En esta charla sincera y personal, Colin Powell, el ex Secretario de Estado de EE.UU., pide a los padres, amigos y familiares que apoyen a los niños desde antes de que lleguen a la escuela primaria, a través de la comunidad y un fuerte sentido de la responsabilidad. 

Lo que quiero hacer esta tarde es algo un poco diferente de lo programado. De política internacional, pueden aprender mirando, no sé, a Rachel Maddow o alguien así, pero... (Risas) Quiero hablarles sobre los jóvenes y la estructura, los jóvenes y la estructura. Esto fue el pasado miércoles en la tarde en una escuela de Brooklyn, Nueva York, en la escuela secundaria Cristo Rey, dirigida por jesuitas. Y le hablaba a este grupo de estudiantes y obsérvenlos. Estaban a mi alrededor en tres direcciones. Notarán que casi todos son parte de una minoría. Notarán que el edificio es más bien austero. Es un viejo recinto escolar de Nueva York, nada lujoso. Aún tienen viejas pizarras y otras cosas. Hay aproximadamente 300 jóvenes en esta escuela, y la escuela funciona desde hace cuatro años, y están a punto de graduar a su primera clase. Se graduarán 22 jóvenes y los 22 irán a la universidad. 

Todos vienen de hogares en los que hay, en su mayoría, solo una persona en el hogar, comúnmente la madre o la abuela, y eso es todo, y vienen aquí en busca de educación y estructura. Hice que me tomaran esta fotografía y fue colocada en mi página de Facebook la semana pasada, y alguien escribió: "¿Por qué lo tiene en posición firme?" Y luego dijeron: "pero se ve bien". (Risas) Se ve bien, porque los jóvenes necesitan estructura, y el truco que hago en todas mis visitas a escuelas es que cuando termino de darle a los jóvenes mi pequeña homilía, luego los invito a que me hagan preguntas, y cuando levantan sus manos, digo, "Levántate", y hago que se levanten y se paren frente a mí. Hago que se paren firmes, como un soldado. Pongan sus brazos rectos hacia abajo y a su lado miren hacia arriba, ojos abiertos, mirando al frente, y hagan su pregunta en voz alta para que todos puedan oírla. Sin encorvarse, sin pantalones colgando, nada de eso. (Risas) Y a este joven, su nombre es... su apellido es Cruz... le encantó. Está por toda su página de Facebook y se ha hecho viral. (Risas) Así que la gente piensa que estoy siendo cruel con este chico. No, nos estamos divirtiendo un poco. Y, al respecto, he hecho esto durante años, mientras más jóvenes son, más divertido es. Cuando tengo niños de seis y siete años en un grupo, tengo que encontrar la manera de mantenerlos tranquilos. 

Ya saben, siempre empezarán a conversar. Entonces hago un jueguito con ellos antes de que me se paren firmes. Digo, "Ahora escuchen. En el ejército, cuando queremos que pongan atención, usamos una orden. Se llama "descanso". Significa que todos deben quedarse callados y poner atención. Escuchar. ¿Comprenden?" "Ajá, ajá, ajá". "Practiquemos. Todos comiencen a charlar". Y hago que conversen durante unos 10 segundos y luego grito: "¡Descanso!" "¿Eh?" (Risas) "Sí, General. Sí, General". Inténtenlo con sus hijos. Vean si funciona. (Risas) No lo creo. De cualquier manera, es un juego que hago y obviamente viene de mi experiencia militar. Porque durante la mayoría de mi vida adulta trabaje con niños; yo los llamo adolescentes con armas. Los llevaríamos al ejército y lo primero que haríamos sería colocarlos en un ambiente estructurado, colocarlos en filas, hacer que todos vistieran lo mismo, cortarles el cabello para que se vean parecidos, asegurando que todos están en fila. Les enseñamos a ir a la derecha, a la izquierda, para que puedan obedecer instrucciones y conocer las consecuencias de no obedecerlas. 

Se les da estructura. Y luego les presentamos a alguien que llegan a odiar inmediatamente: el sargento. Lo odian. El sargento comienza a gritarles y a decirles que hacer y todo tipo de cosas terribles. Pero lo más sorprendente sucede con el tiempo. Una vez que la estructura se desarrolla, una vez que comprenden la razón de algo, una vez que entienden, "Mamá no está allí, hijo. Soy tu peor pesadilla. Soy tu papi y tu mami. Y es así. ¿Entiendes, hijo? Sí y, cuando te pregunte algo, solo hay tres respuestas posibles: sí, señor; no, señor; y no hay excusa, señor. No comiences a decirme por qué no hiciste algo. Es sí, señor; no, señor; no es excusa, señor". "No te afeitaste". "Pero señor..." "No, no me digas con qué frecuencia raspaste tu cara esta mañana. Te estoy diciendo que no te afeitaste". No es excusa, señor". "Buen chico, aprendes rápido". Estarían impresionados por lo que pueden hacer con ellos una vez que los ponen en esa estructura. En 18 semanas ya tienen un oficio. Son maduros. Y, saben qué, llegan a admirar al sargento y nunca se olvidan de él. Llegan a respetarlo. Y por eso necesitamos más de este tipo de estructura y respeto en las vidas de nuestros hijos. Pasé mucho tiempo con grupos de jóvenes, y le digo a la gente: "¿Cuándo comienza el proceso de educación?" Siempre estamos diciendo: "Arreglemos las escuelas. Hagamos más por nuestros maestros. Más computadoras en nuestras escuelas. Hagámoslo todo en línea". Esa no es la respuesta completa, es parte de la respuesta Pero la respuesta real comienza llevando al niño a la escuela con la estructura en el corazón y el alma de ese niño, para empezar. 

¿Cuándo empieza el proceso de aprendizaje? ¿empieza en primer grado? No, no, empieza desde el primer momento en que el niño está en los brazos de la madre, mira a la madre y dice: "Esta debe ser mi madre. Es la que me alimenta. Sí, cuando no me siento bien me cuida. Aprenderé su idioma". Y en ese momento excluyen todos los otros idiomas que podrían aprender a esa edad, pero durante tres meses, es el de ella. Y si la persona que lo está haciendo, ya sea la madre o la abuela, quienquiera que lo haga, ahí es cuando empieza el proceso educativo. Ahí es cuando empieza el lenguaje. Ahí es cuando empieza el amor; cuando empieza la estructura. Ahí es cuando uno empieza a marcar en el niño eso de "eres especial, eres diferente de todos los otros niños del mundo. Y voy a leerte un cuento". Un niño al que no le han leído está en peligro cuando llega a la escuela. Un niño que no conoce sus colores o no sabe ver la hora, no sabe cómo atarse los zapatos, no sabe cómo hacer esas cosas y no sabe hacer algo que va en dos palabras que se me quedaron grabadas cuando era niño: cuidado y respeto. ¡Cuida tus modales! ¡Respeta a los adultos! ¡Cuidado con lo que dices! Esta es la manera correcta de criar a los hijos. Y vi a mis nietos llegar y están, a disgusto de mis hijos, actuando igual que lo hicimos. ¿Saben? Nosotros los marcamos. Y eso es lo que tienen que hacer para preparar a los niños para la educación y la escuela. Estoy trabajando con toda la energía que tengo para de algún modo comunicar este mensaje de que necesitamos el preescolar, necesitamos el programa Head Start, necesitamos el cuidado prenatal. El proceso de educación empieza incluso antes de nacer y si no lo hacen, tendrán problemas. Estamos teniendo dificultades en muchas de nuestras comunidades y muchas de nuestras escuelas a las que van los niños a primer grado y sus ojos brillan, toman su pequeña mochila y están listos para ir, y luego se dan cuenta de que no son como los otros niños; que conocen libros, les han leído y pueden decir el alfabeto. Para tercer grado, los niños que no tuvieron esa estructura y ese cuidado al comienzo empiezan a darse cuenta de que están atrasados, ¿y qué es lo que hacen? Se portan mal. Se portan mal y van camino a la cárcel o van camino a abandonar la escuela. Es predecible. Si no tienes el nivel correcto de lectura en tercer grado, eres candidato a la cárcel a los 18 años, y tenemos la mayor tasa de encarcelamiento porque no les estamos dando a nuestros hijos un comienzo correcto en la vida. El último capítulo de mi libro se llama

"El regalo de un buen comienzo". Cada niño debería tener un buen comienzo en la vida. Fui privilegiado por tener ese tipo de comienzo. No fui un gran estudiante. Fui un niño de escuela pública de Nueva York y no lo hice bien del todo. Tengo todas mis notas del Consejo de Educación de Nueva York desde nivel inicial hasta la universidad. Lo quise cuando estaba escribiendo mi primer libro. Quería ver si mi memoria era correcta y, Dios mío, lo era. (Risas) C en todo. Y finalmente pasé la secundaria, entré al City College de Nueva York (CCNY) con un promedio de 78,3, con el que no debería haber sido admitido, y comencé ingeniería, y eso solo duró seis meses. (Risas) Después entré a geología, "rocas para deportistas". Esta es fácil. y luego encontré la Reserve Officers' Training Corps (ROTC). Encontré algo en donde lo hacía bien y algo que amaba hacer, y me encontré con un grupo de jóvenes como yo, que se sentían de la misma manera. Entonces dediqué toda mi vida al ROTC y al ejército. Y les digo a los niños, en todos lados, a medida que crecen y a medida que esta estructura se desarrolla dentro de Uds., siempre busquen aquello que hagan bien y aquello que amen hacer, y cuando encuentren esas dos cosas juntas, vaya, lo tienen. Eso es lo que pasa. Y eso es lo que encontré. Ahora, las autoridades del CCNY se estaban cansando de que estuviera ahí. Estuve ahí cuatro años y medio, casi cinco, y mis calificaciones no eran particularmente buenas, y tuve dificultades puntuales con la administración. Y entonces decían: "Pero lo hace bien en el ROTC. Miren, obtiene A en eso, pero no en en otra cosa". Y entonces dijeron: "Miren, tomemos su calificaciones de ROTC y juntémoslas con su promedio de calificaciones y veamos qué pasa". Y lo hicieron, y me llegó a 2.0. (Risas) Sip. (Risas) (Aplausos) Dijeron, "Es bastante bueno para el trabajo gubernamental. Démoslo al ejército. No lo veremos nunca más. No lo veremos nunca más". 

Así que me enviaron al ejército, y he aquí que, muchos años después, soy considerado uno de los mejores hijos en la historia del City College de Nueva York. Así que, le digo a los jóvenes en todos lados, que no es donde empiezan en la vida, es lo que haces con la vida lo que determina dónde la terminarás, y que tienen la dicha de estar viviendo en un país que, no importa donde empiecen, tienen oportunidades mientras crean en sí mismos, crean en la sociedad y en el país, y crean que pueden automejorarse y educarse a medida que avanzan. Y esa es la clave del éxito. Pero empieza con el regalo de un buen comienzo. Si no le damos ese regalo a todos y cada uno de nuestros niños, si no invertimos en la primera edad, vamos a tener dificultades. Es por eso que tenemos una tasa de deserción de aproximadamente el 25 % del total y casi el 50 % de las minorías viviendo en zonas de bajos ingresos, porque no tienen el regalo de un buen comienzo. Mi regalo de un buen comienzo no fue solo estar en una buena familia, una buena familia, sino también tener una familia que me dijo: "Ahora escucha, llegamos a este país en barcos bananeros en 1920 y 1924. Trabajamos como perros en la industria textil todos los días. No lo estamos haciendo para que te metas algo en la nariz o te metas en problemas. Y ni se te ocurra pensar en abandonar la escuela". Si alguna vez hubiera ido a casa y dicho a esos inmigrantes: "Saben, estoy cansado de la escuela, voy a dejarla", hubieran dicho: "Te vamos a dejar. Tendremos otro niño". (Risas) Tenían expectativas para todos los primos en la extensa familia de inmigrantes que vivían en el sur del Bronx, pero tenían más que expectativas sobre nosotros. Clavaron en nuestro corazón como una daga, un sentido de la vergüenza: "No avergüences a esta familia". A veces me metía en problemas, y mis padres cuando llegaban a casa, estaba en mi habitación esperando lo que pasaría, y me sentaba ahí diciéndome: "Está bien, mira, golpéame, pero, Dios, no me vengas con eso de la "vergüenza de la familia". Me abatía cuando mi mamá me lo decía. Y también tuve esta red extendida. Los niños necesitan una red. Los niños necesitan ser parte de una tribu, una familia, un comunidad. En mi caso eran las tías que vivían en todos esos edificios de apartamentos. No sé cuántos de Uds. son neoyorkinos, pero estaban esos edificios de departamentos, y estas mujeres siempre estaban pasando el rato en una de las ventanas apoyadas sobre una almohada. Nunca se iban. (Risas) Yo, que Dios me ayude, crecí caminando por esas calles, y siempre estaban allí. Nunca iban al baño. Nunca cocinaban. (Risas) Nunca hacían nada. Pero lo que hicieron fue mantenernos en juego. Nos mantuvieron en juego. Y no les preocupaba si te convertías en médico, abogado o general, nunca esperaron ningún general en la familia, siempre y cuando uno tuviera educación y luego un trabajo. "No nos digas ninguna de esas cosas de autorrealización. Obtén un trabajo y vete de la casa. No tenemos tiempo para perder en eso. Y entonces podrás apoyarnos. Ese es el papel de Uds.". Y así, es tan esencial que tendemos a poner esta cultura de nuevo en nuestra familias, en todas las familias. Y es tan importante que todos los que están aquí hoy que son exitosos, estoy seguro que tienen familias, hijos y nietos maravillosos. No basta. Hay que extender la mano y volver y encontrar jóvenes como el joven Cruz que puede hacerlo si se le da la estructura, si uno vuelve y ayuda, si se le enseña, si se invierte en clubes de chicos y chicas, si se trabaja en el sistema escolar, aseguremos que sea el mejor sistema escolar, y no sólo la escuela de tu hijo, sino la escuela de Harlem, no sólo el centro Montessori del West Side. Todos tenemos que tener un compromiso para hacer eso. 

Y no solo estamos invirtiendo en los niños. Estamos invirtiendo en nuestro futuro. Vamos a ser un país minoría-mayoría en una generación más. Aquellos que llamamos minorías ahora van a ser la mayoría. Y tenemos que asegurarnos de que están dispuestos a ser la mayoría. Tenemos que asegurarnos de que están listos para ser líderes de este, nuestro gran país, un país que no es como otro, un país que me maravilla cada día, un país que es rebelde. Siempre estamos discutiendo entre nosotros. Así es como se supone que funciona el sistema. Es un país de contrastes, pero es una nación de naciones. Tocamos a todas las naciones. Cada nación nos toca. Somos una nación de inmigrantes. Por eso es que necesitamos una buena política de inmigración. Es ridículo no tenerla para darles la bienvenida a aquellos que quieran venir y ser parte de esta gran nación, o podemos devolverlos a casa con educación para ayudar a su gente a salir de la pobreza. Una de las grandes historias que me gusta contar es sobre mi amor de ir a mi ciudad natal de Nueva York y caminar por Park Avenue en un bello día y admirar todo y ver la gente pasar de todas partes del mundo. Pero lo que siempre tengo que hacer es parar en una de las esquinas y comprar una salchicha del carrito ambulante del vendedor inmigrante. Tengo que comer una. (Risas) Y no importa donde esté o lo que esté haciendo, tengo que hacerlo. Incluso lo hice cuando fui Secretario de Estado. Salía de mi suite en el Waldorf Astoria... (Risas) caminaba por la calle y llegaba hasta la calle 55 buscando el carrito ambulante. Esos días, tenía cinco guardaespaldas alrededor y tres automóviles de policía de Nueva York cerca para asegurarse de que nadie me golpeara mientras caminaba por Park Avenue. (Risas) Y le pedía al hombre mi salchicha, y empezaba a hacerla y luego veía a su alrededor a todos los guardaespaldas y automóviles de policía... "¡Tengo permiso de residencia! ¡Tengo permiso de residencia!" (Risas) "Está bien, está bien". Pero ahora estoy solo. Estoy solo. No tengo guardaespaldas, no tengo automóviles de policía. No tengo nada. Pero tengo que tener mi salchicha. Lo hice la semana pasada. Fue en la tarde del martes por Columbus Circle. Y la escena se repite a menudo. Voy y pido mi salchicha, y el hombre empieza a hacerla y cuando termina, dice: "Lo conozco. Lo he visto en televisión. Ud. es, bueno, Ud. es el General Powell". "Sí, sí". "Oh..." Le paso el dinero. "No, General. No puede pagarme, ya me han pagado. EE. UU. me ha pagado. Nunca olvidaré de donde vine. Pero ahora soy estadounidense. Señor, gracias". Acepto la generosidad, continúo por la calle, y me inunda, Dios mío, es el mismo país que recibió a mis padres de esta manera hace 90 años. Así que aún somos ese magnífico país, pero que se alimenta de los jóvenes que llegan desde cada parte del mundo, y es nuestra obligación como ciudadanos contribuyentes de este nuestro hermoso país asegurarnos de que ningún niño se quede atrás. Muchas gracias.

Post que estuvo en borrador 11 años. Publicado en la fecha original.

Anagnórisis y peripeteia, desde Ulises a Luke Skywalker


La anagnórisis (del griego antiguo ἀναγνώρισις, «reconocimiento») o agnición es un recurso narrativo que consiste en el descubrimiento por parte de un personaje de datos esenciales sobre su identidad, sus seres queridos o su entorno, ocultos para él hasta ese momento. La revelación altera la conducta del personaje y lo obliga a hacerse una idea más exacta de sí mismo y de lo que le rodea. 

También se produce anagnórisis cuando un personaje principal revela su identidad hasta entonces oculta o velada a otros personajes secundarios cambiando así la relación, normalmente de un nexo débil o inexistente (un mendigo o simple huésped) hacia un nexo fuerte (el hijo de un enemigo que clama venganza, el retorno de un rey por largo tiempo ausente,...), produciendo un punto de giro en la historia que la hace avanzar hacia su desenlace.

Al regresar a Ítaca Ulises se presenta o revela hasta en diez ocasiones su identidad a sus seres queridos, puesto que sus rasgos físicos han sido cambiados por los dioses y el tiempo y no siempre le reconocen. El término fue utilizado por primera vez por Aristóteles en su Poética. Aunque la anagnórisis es un recurso frecuente en muchos géneros, Aristóteles la describió en relación con la tragedia clásica griega, con la que está asociada de modo especial.

De acuerdo con Aristóteles, el momento ideal para la anagnórisis trágica es la peripecia (giro de la fortuna): en un momento crucial, todo se le revela y hace claro al protagonista, con efectos casi siempre demoledores. Por ejemplo, el descubrimiento por parte del héroe trágico de alguna verdad sobre sí mismo, otras personas, o de algunas acciones que significan que, ahora que las sabe, toda la trama cambia de dirección como resultado de su reacción a las noticias. La revelación de esta verdad (que ya era un hecho, pero el protagonista ignoraba) cambia la perspectiva y la reacción del héroe, que se adapta y se acomoda aceptando su destino y en consecuencia ayudando a que este ocurra.
Ejemplos: Edipo, rey de Tebas descubre que el verdadero origen de las plagas que asuelan su polis son causadas por él mismo al cumplir sin saberlo con el oráculo de Delfos: "Matarás a tu padre y te casarás con tu madre", con quien ha tenido cuatro hijos. Un ejemplo clásico de anagnórisis en la tragedia griega se halla en el «Edipo Rey» de Sófocles, cuando Edipo se entera de que la persona que había matado era su padre y que su esposa es su madre. Otro caso especialmente emotivo es el de Ágave al final de «Las bacantes» de Eurípides, que llega a Tebas con lo que cree la cabeza de una fiera en su mano. A medida que el dios Dioniso se va retirando de su ser, comprende que se trata de su propio hijo, Penteo, al que ella y las demás bacantes han despedazado en una orgía de sangre.

En la comedia griega, la anagnórisis es también un recurso frecuente: en las obras de Menandro y sus imitadores latinos, abundan los personajes que han sido abandonados de pequeños y criados como miembros de una clase social inferior. Al entablar una relación con un personaje noble, su extracción humilde supone un estorbo; al final de la obra, se descubre por algún indicio (una marca de nacimiento, un objeto personal que la madre dejó junto al bebé) su verdadera identidad, y la pareja puede unirse felizmente en matrimonio.

En la épica griega tenemos un buen ejemplo de anagnórisis en los últimos cantos de la «Odisea», cuando Ulises vuelve a Ítaca, su patria, y varios personajes lo van reconociendo (su viejo perro Argos, su nodriza Euriclea, su hijo Telémaco, su padre Laertes,...), en una gradación que termina cuando su esposa Penélope, la más reacia a aceptar la revelación, lo somete a una última prueba para confirmar su identidad.

En la literatura española, la anagnórisis es moneda corriente en las novelas de caballerías, el teatro barroco (p. ej. «La dama duende», de Pedro Calderón de la Barca) y el drama romántico. Y también está presente en La gitanilla y en varias de las novelas ejemplares de Miguel de Cervantes. En la literatura inglesa renacentista, William Shakespeare también utiliza las características asociadas a este término en sus obras dramáticas, específicamente en sus tragedias. A pesar del momento de anagnórisis, de reconocimiento, todo acaba mal por el hecho de la inclusión del fatalismo, propio de las obras trágicas.

En la literatura prehispánica, específicamente en el drama Ollantay encontramos una hermosa anagnórisis cuando el inca Túpac Yupanqui encuentra a Cusi Coyllur, prisionera, y reconoce que ella es su hermana.

El ejemplo más moderno sería en el episodio V de la Saga cinematográfica de Star Wars: Cuando Darth Vader revela a Luke Skywalker que él es su padre, la trama pasa de ser una batalla entre el bien contra el mal a ser un conflicto existencial del protagonista entre su deber de luchar contra el mal o redimir a su padre caído.
La peripeteia (en griego antiguo, περιπέτεια) o peripecia es el acontecimiento de una trama que supone un punto de inflexión, un giro en la suerte de los personajes. Este término especialmente se aplica a las obras dramáticas. Dicha historia se presenta como una adversa y repentina que sucede accidentalmente y sin previo aviso, lo cual provoca un cambio en la situación actual que se vive en lo relatado.

En las tragedias supone el punto en el que la trama toma el cariz propiamente trágico, es decir, el punto de inflexión en el que la suerte del héroe protagonista se trunca y comienzan las desgracias que le llevarán inevitablemente a un final desdichado.

Aristóteles define la Peripeteia como «un cambio por el cual la acción gira hacia su opuesto, sujeto siempre a nuestra regla de probabilidad o necesidad». Según Aristóteles, la peripecia, junto con el descubrimiento, es la más efectiva cuando se trata de drama, particularmente tragedia: «la mejor forma de Descubrimiento es aquella que asiste a Peripeteia, como la que conduce al Descubrimiento a Edipo».

La peripeteia incluye cambios en el personaje, además de cambios externos. Por ejemplo, si un personaje pobre y oscuro se ha vuelto rico y famoso, ha sufrido una peripeteia, incluso si su personaje sigue siendo el mismo. La peripeteia o peripecia se distingue de la anagnorisis o agnición, cuando un personaje descubre una información que previamente ignoraba. Esta distinción proviene de la Poética, que consideró que la anagnórisis, que lleva a la peripeteia, un aspecto superior de la tragedia. 

Dos de estas obras son Edipo Rey, donde la información proporcionada por el oráculo de Delfos (que Edipo mató a su padre y se casó con su madre) provocó la muerte de su madre, Yocasta y su propia ceguera y exilio, e Ifigenia entre los tauros, donde Ifigenia se da cuenta de que los extraños que ella debe sacrificar son su hermano y su amigo, lo que resultó en que los tres escaparan de Tauris. Consideró estas tramas complejas y superiores a las simples sin anagnórisis ni peripeteia, como cuando Medea decide matar a sus hijos sabiendo que lo son y aun así lo hace. Aristóteles identificó a Edipo Rey como la principal obra para ejemplificar la peripecia.
Otro recurso literario citado en este vídeo es el Arma de Chéjov: "Elimina todo lo que no tenga relevancia en la historia. Si dijiste en el primer capítulo que había un rifle colgado en la pared, en el segundo o tercero este debe ser descolgado inevitablemente. Si no va a ser disparado, no debería haber sido puesto ahí", indicó Antón Chéjov.