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Pasteles sobre la nevera de hielo

Vendedoras de hielo durante la I Guerra Mundial
Ice-women: Chicas repartiendo hielo en una foto de 16-9-1918, tras ser coloreada por Dana Keller.

El pasado 4 de diciembre de 2020 falleció nuestro Tío Félix Aguirre. En el funeral recordábamos muchas anécdotas del pasado, de cuando coincidíamos en la casa familiar de la calle María Muñoz de Bilbao (véase foto). Allí donde nuestra madre enferma estuvo dos años hasta que falleció bajo el cuidado de sus hermanas y hermanos.  Aquellas comidas eran memorables, en las que nos vigilaba el tío Félix a los cinco primos mayores Aguirre: Juan Carlos, Juan Mari, yo mismo Txemi (José Miguel, Mikel), Mari Pili y Javi.

El tío Félix era el encargado de la mesa en aquellos primeros años de los '60. Teníamos que comernos todo de todos los platos, incluidas las habas, que algunos odiábamos. Al final aprendimos, de por vida, a comer de todo. En justa reciprocidad y a él le exigíamos que comiese hígado, sabiendo que no era de su agrado. Y lo hacía, demostrando que la firmeza era para todos. Por cierto, dos platos que han desaparecido de nuestros menús.

Aquellas gloriosas comidas quedaron grabadas por la felicidad que emana de la familia,… Quienes más nos reíamos, sin saber exactamente de qué, éramos los dos más traviesos o niños,  Mari Pili y yo, que ya criamos nietos y seguro les hemos contado aquellos almuerzos,… o las meriendas-cenas antes de salir a jugar a los Auxiliares (Plaza Unamuno) a la vuelta del colegio.

El tío Félix nos daba su paga, si bien creo que toda ella la ahorrábamos en una hucha común de arcilla que, finalmente, un inolvidable día rompimos. Buena práctica para valorar el ahorro con aquella peseta o eran cincuenta céntimos, que ahora nuestros nietos no sabrían ni expresar en menos de un céntimo de euro.

Un aprendizaje directo del tío Félix, útil para toda la vida, fue sobre cómo elegir el mejor pastel de una bandejaRecuerdo exactamente la escena en la amplia cocina de aquella casa, encima del frigorífico de hielo, que se rellenaba con barras de hielo que cada semana traía a casa el hielero o heladero (ver otra imagen)

Aquella nevera ¿quizá una Gelat? (no confundir con la fresquera con su malla para ventilar) medía poco más de un metro  porque no tenía maquinaria alguna ni se enchufaba, y encima estaba la docena de pasteles entre los que debíamos elegir,... 

El tío Félix zanjó la dificultad de elegir (l'embarras du choix, como dicen los franceses), sobre todo para un niño entre aquellos manjares dulces, con un criterio objetivo: Selecciona por el peso. Todos los pasteles son deliciosos, de modo que el que tenga más masa o cantidad será el más placentero por degustarlo más tiempo. Una fórmula aplicable en muchas casos y momentos diferentes.

Una heladera en la época de la depresión repartiendo hielo.

Big Bang planetario de una familia de Bilbao

Big Bang planetario de una familia de Bilbao
Acabamos de estar en una de las periódicas videoconferencias familiares algunos primos carnales de la familia Aguirre que nos criamos en el Casco Viejo de Bilbao, entre las calles de la Cruz, María Muñoz, Artecalle y Somera allá por los años '50 y '60. Que jugábamos juntos, tras la merienda-cena, en la Plaza de Unamuno, entonces Plaza de los Auxiliares

Cierto que pronto ya nos dispersamos por Indautxu, San Ignacio, siempre en Bilbao o hasta Tudela (Navarra). Proveníamos de Bilbao, aunque algún predecesor nacido circunstancialmente en Cuba, pero también de Amurrio y Luiando (ambas localidades en Araba), de Ubide o Ubidea (Bizkaia),... o el otro apellido familiar, Agirregabiria procede de Leintz Galtzaga o Salinas de Léniz (Gipuzkoa).

Hoy, sesenta años después, Bilbao está eclosionada por todo el mundo. Hemos conversado más de una hora entre Bilbao, Getxo, Leioa, Zaragoza, Huesca, Alcobendas (Madrid), Málaga y el Estado de New York. Y eso que nos han fallado las conexiones con Brasil, Bolivia, México o Colombia. En otras ocasiones esta familia directa de Bilbao, ha conectado desde Badajoz, Murcia, Alicante, Valencia, Barcelona, Gran Canaria, o Francia, Reino Unido, Dubai, California,...
Mapamundi de Bilbao
Visto lo cual, con razón usábamos desde siempre el mapamundi de Bilbao

Responde a alguna de estas tres cuestiones de tu pasado

eVuelta, uno de nuestros sueños aún incumplido
Si aún no se te ha ocurrido por dónde empezar a contarnos algo de ti y de tus circunstancias, te proponemos tres cuestiones que ye animen a describir tus vivencias.

Serán en post sucesivos tipos variados de temáticas, similares a las que hoy te sugerimos:
  1. ¿Qué te gustaría hacer y que nunca te atreviste antes?
  2. ¿Cuál fue el día más feliz de tu infancia?
  3. ¿De cuántas maneras te han llamado en ámbitos distintos como familia, amistades, trabajo,...?
Para que veas que no te pedimos más de lo que ofrecemos, en modo telegráfico vamos a responder, para que compruebes que cabe todo tipo de extensión y formato en las contestaciones subjetivas. Las puedes aportar de modo anónimo, con iniciales o con nombre y apellidos completos,... como prefiera cada colega.
  1. Sigo pensando en hacer un viaje largo, por etapas, de más de una semana, andando o en coche, conversando con lugareños en cada una de las etapas,... (imagen superior)
  2. De los momentos infantiles que mantengo la memoria, un día que aún recuerdo vívidamente (aparte del día de la primera comunión), fue un festivo que rompimos una hucha de barro en forma de cerdito y estuvimos contando monedas un buen rato, entre hermanos y primos. Me gustó, no tanto por el (escaso) valor recaudado, sino porque significaba que aquellos pequeños ahorros se había convertido en una gran cantidad de céntimos, dos reales y pesetas.
  3. Si no me olvido de ninguna modalidad, me han llamado y algunas personas me siguen llamando, José Miguel, Josemi, Chemi, Txemi, José, Joseba, Mikel, Joseba Mikel, Huracán Mitch,... además de profe, papá, aita, aitxitxe, abuelo,... 
Firmado: J. Mikel A. A. 

Lugares donde hemos vivido...

Freedom
Conviene saber dónde ha vivido cada persona para saber su origen y su recorrido. Lanzamos este meme a quienes nos leen y comentan, para que contéis vuestro itinerario vital por la geografía del mundo... En nuestro caso, si contabilizamos sólo aquellos donde hayamos pernoctado un mes, al menos, serían ordenados de mayor a menor:
  • 18 años en Las Arenas, Getxo, Bizkaia, Euskadi. Han sido los últimos desde 1989, excepto los veranos en Pilar de la Horadada,... Se supone que esta cifra puede aumentar al ser nuestra residencia actual,... Getxo es el municipio que elegimos para vivir y donde se han criado nuestros hijos (y ha nacido el primer nieto).
  • 17 años en Bilbao. Lugar de nacimiento y donde vivimos los primeros de nuestra vida, en domicilios familiares ya vendidos, alternando entre el hogar de nuestros padres en Indautxu (c/Gregorio de la Revilla, 20) y la casa de nuestros abuelos paternos en el Casco Viejo (c/ Cruz, 6, el mismo gran piso con terraza donde había nacido José Antonio Agirre y Lekube). Pero los veranos de aquellos años los pasábamos en Ubidea,... También Bilbao es el municipio donde más tiempo hemos trabajado: 20 años de los 35 que llevamos hasta la fecha, siendo otros 8 años en Iurreta (1991-1998) y 7 en Vitoria-Gasteiz (uno en la mili entre 1976 y 1977 y otros seis entre 1985 y 1991 en Educación, Cultura y Presidencia del Gobierno Vasco). Fueron en Bilbao 9 años de 1975 a 1985 (excepto la mili) en la Escuela Universitaria de Magisterio (y simultáneamente en el Colegio Azkorri entre 1977-1982 de Getxo), y los últimos 11 años en la Delegación de Educación de Bizkaia (y en Industria entre 2002 y 2005).
  • 11 años en Leioa (primera residencia desde que nos casamos en agosto de 1977 hasta 1989, aunque siendo en Avda. Santa Ana, junto a Las Arenas, su influencia era Getxo. En este municipio estudiamos nuestra primera carrera, en la entonces Universidad de Bilbao (ahora UPV-EHU).
  • 4 años en Pilar de la Horadada (Alicante), residencia de vacaciones desde 1988, donde confiamos vivir parte de nuestro retiro... si lo conseguimos. Esperamos estar allí dentro de muy poco, y su añoranza nos ha sugerido escribir este post.
  • 3 años en Ubidea, lugar de verano durante el trimestre vacacional de nuestra infancia. Es "nuestro pueblo", aunque allí éramos veraneantes. Allí vivimos entrañables vivencias que siempre nos acompañarán y algunas de las cuales hemos relatado.
  • 2 años en Vitoria-Gasteiz, en periodos de servicio militar en 1974 (último trimestre) y desde Julio de 1976 a Septiembre de 1977, entre Araca y Gamarra (algunas fotos). También algunas noches anteriores a exámenes en el Centro Asociado de la UNED.
  • 6 meses en Madrid, en diversos períodos del servicio militar (trimestre veraniego de 1975 en Fuencarral, formación en Ingeniería (varios semanas en distintos veranos), oposiciones en 1981,...
  • 4 meses en Roquetas de Mar (Almería) en los veranos de 1978, 1979,..., y 1985.
  • 3 meses en Tudela (Navarra), el inolvidable verano de 1963 con los tíos Julián y Maite, y los primos...
  • 3 meses en Amurrio (Álava), un maravilloso verano (¿de 1962?) con la familia materna en casa del primo de mi madre José Luis, su mujer e hijas,...
  • 2 meses en Gorliz (Bizkaia), con los tíos Ángel y Mariví, y los primos, en varios veranos en torno a 1970,...
  • 2 meses en París (Francia), en diversos períodos, dos en 1973 hasta el año pasado 2009,...
  • 1 mes en Rennes (Francia), Cambrils, Ibiza, Mallorca, Gran Canaria, Tenerife, Galizano (Cantabria), Playa de la Franca (Asturias), Hortigüela (Burgos), Llanes (Asturias), San Miguel de Basauri (Bizkaia),...
  • Total: 57 años y algunos meses. Los links en negrita llevan a referencias relativas a los lugares donde hemos vivido...
Tokina 11-16
¿Por qué no listáis los lugares donde habéis vivido? Resulta interesante. Fotos recientes de Aitor Agirregabiria, tomadas en Sopelana (muy cerca de Getxo) y en Bilbao.

Crónica de Getxo&Pintxo por Algorta

Familia degustando microgastronomía
Nuevamente en un día nublado que amenazaba lluvia, como ya sucedió en la ruta de Las Arenas en hemos recorrido Algorta con una nueva excursión gastronómica Getxo&Pintxo por los que juzgamos cinco mejores establecimientos de "pintxos" o tapas en Algorta. Bajo la dirección de MariLu Pérez, hemos puesto un "bote" inicial de 10 euros, de los que luego nos han sobrado siete. Todo gracias a las invitaciones con las que nos han recibido, a pesar de nuestra insistencia en pagar todo (lo que no ha sido posible).
Completamos la crónica fotográfica con todos los detalles que MariLu Pérez nos aporta en su crónica especializada, con los datos que en cursiva incluimos.

Bar Baserri (Telletxe 3). Vídeo en el Baserri (mostrada arriba). Según el relato de Marikeli: "Para cuando llegamos, Arkaitz (fotos) nos tenía preparados los pintxos Baserri que nos había recomendado Urko, compuestos de pimiento rojo, pimiento verde, bacon, un huevito de codorniz frito y una estupenda txistorra, sobre pan frito. ¿Suena bien verdad? Pues sabía mejor. Además nos tenían preparada una deliciosa sorpresa, un pintxo de patata paja, con cebolla caramelizada y paté de pato. Por si os quedáis con hambre, en el Baserri también tenéis una amplia selección de bocadillitos, tortillas de patatas como la de hongo encebollado con jamón serrano y queso y raciones. Los precios varían entre el euro y medio y el euro sesenta céntimos, pero a partir de las 19:00 horas sólo te costarán un euro cualquier día de la semana. Como novedad nos ha encantado el nuevo toldo de la terraza y que la cerveza la sirvan a la antigua".


Bar Barrukoa (Telletxe 5). Vídeo en el Barrukoa. Según el relato de Marikeli: "Allí comimos un sorprendente y riquísimo pintxo de aguacate preparado, tomate, verdel y salsa de Pedro Ximénez. Begoña nos sorprendió con una barra original y elaborada, con propuestas como la manzana a la plancha con cebolla caramelizada, confit de pato y salsa de higo, el pimiento verde relleno de txangurro y cebolla a la plancha o el tomate albardado con rape. Ella misma crea sus pintxos, rebuscando entre libros de cocina y con un poquito de ayuda de sus primos de Donosti. El Barrukoa está al fondo de la galería, así que fijaros bien y no os lo perdáis, porque merece la pena. El precio, un euro con cuarenta céntimos".


Restaurante Boga Boga. (Avda Basagoiti 63). Vídeo en el Boga Boga. Según el relato de Marikeli: "Un establecimiento recién renovado, que cuenta con una terraza super apetecible y una preciosa decoración. ¡Ahora que llega la primavera tendremos que andar vivos para coger sitio! Luis Montero, sus hijos Alvaro y Eder cocinero y camarero respectivamente, y el resto del equipo nos tenían preparada una riquísima milhoja de txangurro y vieira, donde el pan, la patata confitada, el txangurro, una fina capa de milhoja y la vieira se iban superponiendo para nuestro deleite. La barra la componen una selección de pintxos deliciosa como el queso de cabra con tomate confitado y nueces por poner un ejemplo, además puedes elegir entre un montón de raciones o incluso comer en el restaurante del piso superior. El precio de los pintxos es de un euro y medio".


Bar Ereatxu (Andrés Cortina 3). Vídeo en el Ereatxu. Según el relato de Marikeli: "Además de la tortilla de patata y la brocheta de champiñones, hay un pintxo estrella en este bar y es su revuelto de champis. Las chicas del Ereatxu intentaban ponernos los pintxos en un plato, pero nos costó un rato de risas, porque según salían las bandejas la gente se acercaba y en un plis-plas desaparecían. Y es que a veces lo más apetecible puede ser una receta de toda la vida, cocinada con maestría. Un lugar muy agradable donde pasar un buen rato, dentro o en la terraza. Un euro y veinticinco céntimos cada pintxo".


Cafetería Usategi. Vídeo en el Usategi. Según el relato de Marikeli: "Lourdes (fotos) ya nos había avisado de que nos preparáramos para unas increíbles anchoas del cantábrico recién rebozadas, pero lo que no nos había dicho es que además íbamos a poder probar su tortilla de patata (un clásico muy solicitado en este lugar) y unos langostinos cocidos. Celebramos bien el día de la madre ¿verdad? En la cafetería Usategi, además, podéis disfrutar de su pintxo de jamón ibérico, del de bonito con alegrías, aceituna y mahonesa o de sus variadas raciones como la de pulpo, huevos rotos, ensaladas o foie a la plancha. Pero sobretodo disfrutaréis de una preciosa ubicación, desde la que se ve todo el parque de Usategi y el Abra. Una maravilla para los días despejados, pero también para ir bien abrigadita un día gris. El precio de los pintxos va del euro treinta al euro cincuenta, y dos euros para los pintxos más especiales".
En esta ocasión los bloggers cronistas hemos sido: MariLu Pérez (Coordinadora de GetxoPintxo), Mónica Mediavilla, Iaski Ruiz de Azua, Juan Karlos Pérez, Iker San Vicente (@ikertxus de GetxoGuide Televisión) y quien suscribe, Mikel Agirregabiria. También nos hemos encontrado con gentes amigas, como Gloria Marzo (@gloriaalgorta) y su marido Carlos que nos han acompañado parte del recorrido (que con Elements Comunicación Interactiva estaban grabando otro reportaje -ver abajo-), así como con Paul Rios (de Lokarri) y su familia,...

Posteriormente se programarán otras rutas por Romo (en junio de este año), Puerto Viejo,... Más información en el el wiki correspondiente de Getxo&Pintxo. Foto superior de una amable familia que nos ha autorizado. Fotos de Iaski Ruiz de Azua. vídeo-crónica de Iker San Vicente (GetxoGuide.tv). Nuestras 143 fotos y nuestros cinco vídeos en Baserri, Barrukoa, Boga Boga, Ereatxu y Usategi.

Homenaje al tío Jesús Aguirregabiria

Sus hijos, Luis Fernando, Txema y Nerea; hijos políticos, Estela González, Ana Martínez de la Pera y Julio Casas; nietos, Raquel, Kiko, Sonia y Sandra; June y Malen; Laura y Julen; hermanos políticos, sobrinos, primos y demás familia. Jesús Aguirregabiria Echevarria falleció en Bilbao, el día 19 de febrero de 2010. Era el menor de los cinco hermanos Agirregabiria Etxebarria, donde Juan -nuestro padre- era el primogénito y 13 años mayor que Jesús, el benjamín. Nos contaban que siendo niño, su hermano mayor le llevaba en volandas o sobre el cuello. Jesús fue un niño mimado, en una familia grande de hermanos y primos, con mucha gente siempre en aquella casa, c/ Cruz, 6 de Bilbao, 4º piso, el mismo donde nació el primer Lehendakari José Antonio Aguirre. Cuentan que, de niño, para quitarse los pantalones simplemente se soltaba el cinturón y patateaba hasta pasar por encima de ellos que quedaban en el suelo para ser recogidos por la sirvienta de la casa.

Nuestros recuerdos directos comienzan con una anécdota que siempre nos contaron. Siendo Jesús muy amante del campo, de la caza y de la pesca, parece que en alguna ocasión nos llevó a sus sobrinos mayores mientras cazaba codornices, pedernices o algo así. Y nos pedía que llevásemos las piezas capturadas. Parece que me tocó acarrear alguna muy destrozada y sanguinolenta, por lo que le pedí insistentemente no llevarla con la excusa de que 'petaba' (pesaba) mucho. Aquello me persiguió durante años por miedica. Curiosamente este precedente, me sirvió para saber que ceceé de niño, al igual que nuestra hija durante sus primeros años.

Nuestro tío se casó con la guapísima Mariángeles, una escultural morena que se parecía mucho a Sofía Loren. Su boda en verano fue una gran fiesta porque dispusieron de una cantidad inagotable para que todos los sobrinos fuésemos sin límite a las barracas (como se llama a la feria en Bilbao). Yo estaba en uno de mis veraneos con familiares en zona seca (Amurrio o Tudela) y me lo perdí, con gran pesar por todo lo que luego contaron mis primos y prima.

Otro recuerdo imborrable es del día que murió nuestro abuelo Ezequiel Aguirregabiria y que estuvimos en casa del tío Jesús, en San Ignacio. O del día que los tíos Jesús y María Ángeles nos visitaron en nuestra nueva casa cuando nos casamos, y vinieron con sus zapatillas de casa, porque sabían que se encontraban como en su hogar.

Su afición a la caza y a la pesca mantuvieron al tío Jesús muy vinculado a nuestras raíces en Ubide (o Ubidea). Aquel fue su lugar de verano, de fin de semana y de jubilación mientras pudo valerse. Allí mantuvo sus amistades y fue el último familiar mayor a quien visitábamos en nuestras visitas al molino. ¡Descanse en paz, en su naturaleza celestial donde seguro que es feliz!

Bodas de oro de Patxi y Adori

Hoy nos hemos reunido una gran parte de la familia Aguirre. Tíos, primos y tercera generación. Misa a las 12:00 horas en la capilla de la iglesia de los Santos Juanes y comida en la Casa Vasca. Aunque en la foto superior no aparece Aitor (quien obtiene la imagen) y algunos que han ido al restaurante, nos hemos reunido los siguientes: Familia Ochandiano - Aguirre: Juanito - Pilar, Mª Pili - Marce, Marta y Javier - José Ignacio. Familia Madariaga - Aguirre: Patxi - Adori. Familia Aguirregabiria - Aguirre: Juan Mª, Txemi - Mª Carmen y Aitor - Javi. Familia Aguirre - Izaguirre: Maite, Maitechu, Julián, Norberto - Marta, Pedro José - Lucía, Vicente - Ana. Familia Aguirre - Sanmartín: Félix - Mª Angeles, Marta - Jose y Ander, Nerea y Leyre, César - Rosabel e Iker, Jon e Irene, Fernando, Silvia - Pablo y Victoria y Laura, Diego - Susanne. Mª Carmen y Primi. Fotos de esta reunión(otras imágenes de anteriores "aguirradas"), vídeos (primero y segundo),...
Aguirrada de 2003
De los dos barcos del Tío Patxi, de los que tanto se ha hablado, tenemos fotos. Del "txintxorro" de navegar, he encontrado esta imagen de ¿1992?, con Leire y Aitor. Del velero de modelismo también debe haber, pero la pondremos cuando la encontremos...

De quién se aprende más

Existe una lógica inevitable en los aprendizajes: El tiempo de las ‘clases’ y la relación docente-discente son factores decisivos y primordiales.

Si reflexionamos un minuto sobre la persona que más ha influido en nuestra vida, de quien más hemos asumido su visión vital, seguramente habrá un acuerdo mayoritario en torno a alguien con quien hayamos convivido, trabajado o vivido durante un largo período de nuestra vida. También depende de nuestra capacidad de aceptación de sus enseñanzas, para lo cual es conveniente una relación de aprecio mutuo.

Por las razones expuestas, en la mayoría de las personas los padres y hermanos, o los parientes cercanos han sido las personas que más poso nos han transmitido. También algunos profesores, pero la parcelación en etapas educativas de corta duración ha impedido que cale en profundidad la labor de un único docente que se destaque sobre los demás.

Otro ámbito de aprendizaje a lo largo de la vida es el trabajo. Aprendemos de los colegas, de los jefes y de los colaboradores. Aquí también el tiempo de contacto es determinante. En general, puede suceder que haya una tendencia a formarse más del superior inmediato, siempre que haya voluntad bilateral de enseñar-aprender y que se base en el respeto recíproco.

En síntesis, aprendemos fundamentalmente de la familia, con mayor peso que las amistades o los colegas. De nuestros antepasados (de abuelos, padres y tíos) y de nuestros descendientes (hijos, sobrinos y nietos), de nuestros coetáneos (hermanos y primos), pero sobre todo… de los cónyuges.

Nuestras parejas, especialmente tras una convivencia de años, nos conocen mejor que nadie, saben de nuestras fortalezas y de nuestras debilidades. Sus consejos, sus ideas, sus refrendos, son continuos y trascendentales. La duración, intensidad y voluntariedad de esta relación elegida la hacen imbatible como la mejor fórmula de aprender, día a día y hora a hora. Por todo ello, ¡gracias, amados consortes!

Versión para imprimir en: mikel.agirregabiria.net/2007/aprendemos.DOC

Homenaje a la Tía Julita

Una tía soltera es la mejor tía de todos sus muchos sobrinos y sobrinas.

La Tía Julita, porque se llamaba Julita, que no es ningún diminutivo, fue la mejor tía y, en muchos casos, la madrina óptima que se pueda imaginar. Era una tía solícita, dedicada plenamente a todos sus sobrinos, algunos de los cuales (los cinco hijos del tío Félix y de la tía María Ángeles) tuvieron la inmensa suerte de convivir con ella muchos años de su vida.

Para los primos mayores fue un referente de mujer emancipada, oficinista dedicada y viajera incansable con su RENFE que la llevó hasta los extremos ferroviarios de Europa. Una mujer moderna para su tiempo, que recogía recuerdos y desplegaba cariño para toda su familia: hermanos y hermanas y… sobrinos por doquier.

Echaremos de menos su hablar precipitado, su actividad nerviosa, esos queridos rasgos familiales que muchos hemos heredado, incluidas aquellas siestas de minutos en las sobremesas de María Muñoz. La Tía Julita no deja un legado inmenso, un tesoro de recuerdos indelebles y de amor incondicional. A todos nos enseñó tantas cosas… A saber estar, a confiar, a apoyarnos en la bendición de una familia unida. A algunos nos tecleó a máquina nuestros primeros trabajos académicos, incluso nuestras primigenias poesías.

Ir a comer, o a tomar café, a la casa de la Tía Julita era una experiencia inolvidable. Allí se desplegaban recuerdos, se nos transmitía la herencia de los abuelos Norberto y Benita, del tío Felipe, de la tía Pascuala, de la amplia familia de Amurrio y Luyando,… Tantas historias de la guerra... Ella nos enseñó a perdonar, de corazón, pero sin olvidar. Y no sólo a nosotros, los sobrinos directos, sino también a nuestros hijos, los sobrinos-nietos de la Tía Julita.

La Tía Julita fue madrina de bautizos (de Leire, que nació el mismo día que ella, el 16 de junio), madrina de bodas,.. Más aún, hasta el último día de su vida –tras siete años de atención dedicada del tío Félix y de la tía María Ángeles, de la tía Carmentxu y de Primi, de Pilar y Adori, y de todos sus parientes, ella –quizá sin saberlo- fue el perfecto centro de la extensa Familia Aguirre Cuadra.

Hoy nos sentimos huérfanos, de alquien que como la mejor madrina rezaba y cuidaba de todos nosotros. Sólo nos consuela saber que desde el Cielo, pero como siempre la Tía Julita, reunida al fin con sus queridos hermanos Marta y Julián, seguirá velando por todos nosotros.

“In memoriam de Julita Aguirre (16-12-2007).”

Categorías familiares...

No siempre somos conscientes de la trascendencia de la institución familiar, que puede arroparnos y alegrarnos durante toda la vida.

Cuando nacemos, todos somos hijos. Muchos, además nacemos o nos convertimos en hermanos y primos. Casi todos somos nietos, y la mayoría sobrinos. Con suerte, antes o después, nos transforman en tíos. Muchos, más pronto o más tarde, nos desarrollamos como novios. Bastantes nos comprometemos a ser esposos (maridos o mujeres). Con un poco más de tiempo, los afortunados evolucionamos a padres o madres. Luego, un buen día quizá nos convierten en suegros. Quizá la máxima alegría sea verse encumbrados a la categoría de abuelos. Pocos, los más longevos, hasta pueden ser distinguidos como bisabuelos. Muy pocos, alcanzan el máximo honor de ser tatarabuelos,.. La familia lo es todo...

Versión para imprimir en: mikel.agirregabiria.net/2007/familiares.DOC

La experiencia más gozosa

Cuando ya se peinan canas, es hora de revisar las ocasiones más felices e inolvidables de toda una vida.

Del nacimiento nadie se acuerda, pero sí de los primeros años de una infancia feliz. El parque, los juegos, los hermanos, los primos, las vacaciones en el pueblo, todo fue muy agradable y digno de recordar. El día de la primera comunión, con la sensación de ser el protagonista por una jornada. Los estudios acabados, el ingreso en bachillerato, las reválidas superadas, la selectividad, la universidad, la carrera, el inicio de los diferentes trabajos, el progreso profesional, las oposiciones ganadas,… todo memorable.

Mucho antes, desde la universidad, el descubrimiento del amor, el hechizo de la pasión, el compromiso, la boda, los años sin hijos, el nacimiento de la primera hija, del segundo hijo,… todo insuperable. Verlos crecer, sus estudios, sus amores,… todo inmejorable. Un largo matrimonio dichoso, una pareja enamorada con quien compartir todo,… algo inigualable. De las cosas uno se acuerda, los coches, las casas,… pero lo indeleble son las personas, las ya desaparecidas y las que nos hacen felices todavía.

Pero si hubiese que elegir unos instantes deliciosos, casi gloriosos, en este momento elegiríamos aquellos en los que con los hijos pequeños se revive la historia de la infancia, el descubrimiento de lo nuevo, los viajes, lo novedoso, las fiestas de celebración. Oír cómo aprender tus hijos e hijas, verles comprender conceptos complejos, sentir su inteligencia en desarrollo,… eso es lo más maravilloso que ha sido otorgado a la humanidad. Ése sentimiento también se emula en la docencia, con el alumnado que aprende ante nosotros. A quienes ya vivimos esa etapa con los hijos, nos queda esperar para revivir la existencia, por tercera vez, con los nietos.

Versión para imprimir: mikel.agirregabiria.net/2006/masgozosa.doc

Prefiero vecinos extranjeros

En las urbanizaciones de verano de la costa del mediterráneo, prefiero de largo que mis vecinos sean extranjeros lejanos.

Mis buenos amigos de Murcia, Valencia, Castilla-La Mancha y Madrid conocen mi opinión y la respetan, aunque no la comparten. En mi residencia de verano, disfruto cada año reencontrándome con ellos y con mis otros vecinos alemanes, noruegos, belgas,… Pero lamento que en el conjunto de la comunidad se estén yendo algunos extranjeros, siendo sustituidos mayoritariamente por los cercanos murcianos.

La razón de preferencia se basa en dos elementos esenciales: las visitas y el ruido generado. Una casita de verano ocupada por autóctonos significa el triple o cuádruple de personas que en el caso de que sean foráneos. En un simple apartamento recién adquirido, o simplemente alquilado, por murcianos cabe esperar la visita de toda la parentela de la región todos y cada uno de los días de veraneo. Los extranjeros, en cambio, aparecen poco en verano y siempre formando un grupo que ni crece, ni varía día a día en su composición.

La técnica de los nativos, debidamente analizada en mis largas estancias, se puede resumir bajo el nombre de “los invasores”. Con la autorización de los titulares del hogar, o sin ella, es previsible y predecible que en un piso de veraneo ocupado por mis queridos murcianos aparezcan poco antes del mediodía un gentío de remotos parientes o amistades de la infancia que, siempre sin avisar, se queden a comer y a cenar hasta la siguiente madrugada, amén de ocupar todas las áreas e instalaciones de la comunidad.

Estos visitantes, extrañamente planificados pues nunca coinciden dos muchedumbres pero no hay día donde falte una caterva de auto-invitados, acostumbran a acudir sin más obsequios que su pertinaz presencia, mucha hambre y mucha sed, pero con alegría a espuertas (será por lo barato que les sale su veraneo) y sin prisa por irse. Ya que no aportan nada para las varias comidas que piensan gorronear, tampoco traen toallas, sombrillas ni elementos de playa que, ya puestos, también corresponde ceder a sus sufridos y hospitalarias visitados.

Entre los pegadizos aprovechados, la peor especie son algunos familiares que, por hacer aprecio de las casas ajenas, se convierten en parásitos permanentes y regulares. Algunos de estos especimenes disfrutan de cualidades inverosímiles como poder establecerse de forma vitalicia en sofás (a ser posible en medio de la sala), o en tumbonas de jardines y terrazas (donde sólo molestan al conjunto del vecindario). Ya que supuestamente sólo se quedarán “unos días” (expresión que significa como mínimo una quincena), hacen un uso intensivo de todo lo comunitario, como piscinas, duchas, bancos,… dejándose notar por el conjunto de la colectividad que acaba aprendiéndose sus nombres e invocando con frecuencia el de sus antecesores.

En definitiva, en la misma casa-tipo de dos habitaciones donde sólo cabe una nuclear familia de extranjeros con el matrimonio y dos hijos, que hablan bajito, es posible “acomodar” a tres o cuatro familias autóctonas, compuestas por la siguiente relación de titulares e invitados: Tres, o cuatro, generaciones de abuelos, padres e hijos de todas las edades, con amigos y primos anexos, que disponiendo de un sofá libre en el trastero y bastante espacio en la piscina de la comunidad invitan a otros familiares y conocidos varios del pueblo a “visitarles cuando quieran” para que vean lo bien instalados (y espaciosos) que están en la “casa de la playa”.

Para compensar que son muchos ocupantes en un espacio pensado para muchos menos, la solución más frecuente es comunicarse… a gritos. Por si quedaba alguien en la zona que no se había enterado de que habían vuelto los inolvidables vividores que dieron la murga hace dos semanas… Estos gorrones profesionales han mejorado el dicho de que donde comen cuatro comen… cincuenta. Ahora, después de haber sobrevivido al último fin de semana con nuevo récord batido en el pleno de visitantes recalcitrantes, entiendo el porqué de que los pueblos del interior se queden vacíos… Luego dicen que extranjero es quien no tiene amigos. ¡Benditos vecinos extranjeros!
Versión .DOC para imprimir

Versión final en: mikel.agirregabiria.net/2006/extranjeros.htm

La familia crece

Todo padre o madre sabe que familia significa crecimiento continuo. Crece el vientre de la madre y nace un nuevo hijo, que no para de crecer.

Los zapatitos de bebés muestran cuán rápidos crecen. Aumentan los hermanos, los primos, los amigos,... Crecen tanto que hasta la mesa familiar se queda pequeña, y la casa también. Pasan la adolescencia y cuando parece que finalmente nuestros hijos e hijas no seguirán creciendo (al menos en altura), les aparecen a todos ellos esas extrañas sombras colaterales que parece ser que se llaman algo así como nueras y yernos.

Atención a esta brusca reduplicación de la familia. De pronto, las cuestiones familiares se multiplican por dos, y ya no sólo debemos seguir la carrera estudiantil o profesional de nuestros propios hijos, sino también las de sus parejas. Además cada uno de los nuevos miembros de la familia viene acompañado de todo tipo de parientes anexos, como consuegros y otras figuras que agotan al mismísimo diccionario.

Se supone que todo ello es el proceso creativo que nos lleva a la fase final, al esplendor de ser abuelos. Pensando en ello se comprende que toda esta familia recrecida es fundamental. Nos demuestra que si es importante que sepamos quiénes fueron nuestros abuelos, aún nos importa mucho más conocer quiénes serán nuestros nietos.
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Familias gitanas

En aquel lugar aquellos gitanos desentonaban, hasta que pudimos comprenderlo.

Había algo que desafinaba en aquella consulta médica de una clínica de pago en el centro de Bilbao. En una esquina estaba una mujer con su anciana madre; en otro rincón, un hombre solo de edad avanzada; más allá, dos señoras cuchicheando y un matrimonio de jubilados completaban la escena. Todos de clase media o alta, como pudimos apreciar Carmen y yo cuando entramos. Nos sentamos y continuamos hablando, en voz baja, en aquella tranquila sala.

Entonces llegaron ellos. Primero tres niños correteando, perseguidos por dos hermanas o primas adolescentes que intentaban sujetarlos. Luego aparecieron tres mujeres, una de ellas embarazada con su marido, dos abuelas y un abuelo con una niña de apenas un año. Eran gitanos. Los mayores se sentaron ocupando todas las sillas disponibles, mientras los críos se asomaban a la ventana o jugaban en el suelo enseñando a andar a la pequeñita, que sonreía a todos mientras avanzaba tambaleándose.

Algunos de los presentes parecieron molestos por el ruido generado por los recién llegados, mientras otros hacíamos carantoñas a los pequeños. Nos enteramos que habían acudido a visitar a una pariente, y que ante la imposibilidad de permanecer todos en el mismo cuarto se habían repartido por las salas de espera.

Entonces entendimos qué era lo que chirriaba con su presencia. Allí estábamos todos nosotros en una consulta médica solos o apenas acompañados por un cónyuge, o un único familiar o amigo. Ellos, en cambio, acudían con toda la amplia familia para afrontar la enfermedad o, para vivir el acontecimiento (quizá un feliz nacimiento). Además la relación entre ellos denotaba que niños, padres y abuelos vivían muy cerca unos de otros, y que la familia significa mucho para todos ellos. Hermanos, primos, tíos, sobrinos, abuelos, nietos,.., todos podían contar con todos.

Aquel arropamiento colectivo de la institución familiar nos revivió tiempos pasados, no tan lejanos, cuando también nuestras familias eran grandes y cercanas. Creo que todos pensamos lo mismo: ¡Qué suerte tienen los gitanos, y las familias numerosas, de no haber perdido una tradición tan bella y fructífera!
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Curiosidades del número 153

1.- Es el número más pequeño que puede ser expresado como la suma de los cubos de sus dígitos: 153 = 13 + 53 + 33

2.- Es igual a la suma de los factoriales de los números del 1 al 5: 153 = 1! + 2! + 3! + 4! + 5!
3.- La suma de sus dígitos es un cuadrado perfecto: 1 + 5 + 3 = 9 = 32

4.- La suma de sus divisores (excluyendo al propio número) también es un cuadrado perfecto: 1 + 3 + 9 + 17 + 51 = 81 = 92. Además, como se puede ver, es el cuadrado de la suma de sus dígitos.
5.- Dando la vuelta a las cifras de 153 obtenemos el 351. Si los sumamos obtenemos 504, que cumple que su cuadrado es el número más pequeño que puede ser expresado como el producto de dos números diferentes cuyas cifras están invertidas: 153 + 351 = 504

5042 = 288 · 882

6.- Puede ser expresado como la suma de todos los números enteros del 1 al 17: 153 = 1 + 2 + 3 + 4 +…+ 15 + 16 + 17Esto significa que 153 es el decimoséptimo número triangular. Como su inverso, 351, también es un número triangular (suma del 1 hasta el 26) podemos decir que 153 es un número triangular invertible.
7.- Es un número de Harshad (o número de Niven), es decir, es divisible por la suma de sus dígitos: 153/(1 + 5 + 3) = 17. Como 351 también es un número de Harshad podemos decir que 153 es un número de Harshad invertible . Los números de Harshad fueron definidos por el matemático indio D. R. Kaprekar, del cual ya hemos hablado en Gaussianos.
8.- Puede ser expresado como el producto de dos números formados por sus dígitos: 153 = 3 · 51

9.- El número 135, formado por una recolocación de los dígitos de 153, puede ser expresado de esta curiosa forma: 135 = 11 + 32 + 53

10.- La suma de todos los divisores de 153 es 234: 1 + 3 + 9 + 17 + 51 + 153 = 234
El producto de todos los divisores de 153 excepto el propio número es 23409: 1 · 3 · 9 · 17 · 51 = 23409. Y vemos que 23409 está formado por 234, que es la suma de todos los divisores de 153, y por 09, que es la raíz cuadrada de la suma de todos los divisores de 153 excepto el propio número (ver 4.-).
11.- Tomemos un número múltiplo de 3, elevemos al cubo cada una de sus cifras y sumemos esos cubos. Repitamos el proceso con el resultado obtenido. Al final llegaremos al 153. Veamos un ejemplo con el número 1011: 13 + 03 + 13 + 13 = 3

33 = 27
23 + 73 = 351
33 + 53 + 13 = 153
Podemos decir que a partir del 1011 alcanzamos el 153 con 4 ciclos y podemos representarlo así: 1011–>3–>27–>351–>153. Todos los números menores de 10000 llegan con este procedimiento al 153 en, como máximo, 13 ciclos. El número más pequeño que necesita 13 ciclos es el 177: 177–>687–>1071–>345–>216–>225–>141–>

–>66–>432–>99–>1458–>702–>351–>153

12.- La sumas de las potencias 0, 1 y 2 de sus dígitos es igual al producto de ellos: 10 + 51 + 32 = 1 · 5 · 3

13.- Si π(x) (Pi(x)) representa el número de primos que hay menores que x, se cumple lo siguiente: π(153) = π(15) · 3! (Pi(153) = Pi(15) · 3!)
14.- En 6.- hemos visto que 153 es el número triangular número 17. Trabajemos con su inverso: 1/153 = 0,006535947712418300653594
Vemos que es periódico de período 0065359477124183. Quitemos los dos ceros y consideremos el resto. Unamos esta información con la posición que ocupa el 153 entre los números triangulares, la 17. Multipliquemos ahora esa parte del período por los sucesivos múltiplos de 17. Obtenemos lo siguiente:
65359477124183 · 17 = 1111111111111111
65359477124183 · 34 = 2222222222222222
65359477124183 · 51 = 3333333333333333
65359477124183 · 68 = 4444444444444444
65359477124183 · 85 = 5555555555555555
65359477124183 · 102 = 6666666666666666
65359477124183 · 119 = 7777777777777777
65359477124183 · 136 = 8888888888888888
65359477124183 · 153 = 9999999999999999

Realmente curioso el número, ¿verdad?. Si sabéis o encontráis alguna propiedad más de este número tan interesante no dudéis en comentarla. Fuentes: Web de Shyam Sunder Gupta & World! Of Numbers. (Dedicado a quienes nacimos en el mágico año 1953)

Matemática política


Aplicando la Lógica Matemática a la Política para ofrecer una mejorada descripción de nuestra sociedad.

Antecedentes: Habitualmente, en política se hacen muchas “cuentas de la vieja”, y lo que es aún peor, demasiadas “cuentas de la lechera”. Los partidos se ven a sí mismos, y a sus propios electorados, más como “rebaños” que como “fuerzas”. Y claro, los rebaños sólo pueden “contarse” aritméticamente, mientras que las fuerzas pueden “componerse” geométricamente.

La Ciencia inventó los vectores y los tensores, cuando los números no fueron suficientes para interpretar los fenómenos naturales. Los números sólo expresan cantidades escalares, mientras que los vectores incluyen cuantía (módulo), dirección y sentido. Los tensores o matrices son vectores multidimensionales, de mayor complejidad, de necesidad obligada en Física, Economía,… o Política. Como ejemplo de metáfora del progreso de la Historia con validez en la política pragmática, señalemos que los vectores explican cómo un montañero corona una montaña por pendientes accesibles o cómo un velero puede avanzar en zigzag contra el viento.

La política sigue en la prehistoria matemática, cuando se contaba con los dedos o se creía en la numerología. Exceptuando la Estadística, manejada por asesores externos para la azarosa predicción de resultados electorales, y una Tabla de Cálculo para la Ley d’Hont, sólo se utiliza la Aritmética más simple en la política. Ya en el siglo VI A.C., el filósofo griego Pitágoras sugirió que "la naturaleza geometriza", por lo que convendría en política manejar, al menos, vectores y no sólo números.

Si en países bipartidistas, o cuasibipartidistas, la mera aritmética numérica es insuficiente en el análisis político, aún lo es aún más en casos como la política vasca, donde los partidos significativos son más de siete. Así se producen en el Parlamento Vasco los frecuentes bloqueos numéricos de “empate infinito” o el “repita usted 33”,... mientras se cuentan y descuentan los escaños. Simple “teoría de conjuntos” y subconjuntos disjuntos. Aquello de si tengo 29 pero me quitan 7, más 3 y 1 que negocio, 7 que me suman temporalmente, menos 19 y 14 regalados, con 9 que no juegan a nada, me dan… ¡CERO PATATERO!

Porque a base de manejar sólo números, los políticos han llegado a poder ser clasificados como los tipos de números. Existen números y políticos naturales, nulos, negativos, enteros, racionales, irracionales, reales, imaginarios, trascendentes, complejos,… Incluso abundan hasta el infinito los números y los políticos primos, abundantes, amigos, defectivos o deficientes, perfectos, sociables, pares e impares, infinitos o transfinitos, superreales, hiperreales, subrreales,…

Mantenemos la vaga esperanza de que esta infrecuente asociación entre Matemáticas y Política nos sugieran a todos algunas reflexiones sobre las posibles combinatorias de los partidos políticos. Queremos que la “clase política” con sus quebraderos y quebrados “solucionen nuestros problemas” con nuevas fórmulas de adicionar, componer o reunir alianzas. De ahí que convenga observar bien con quién se complementa cada cual y, sobre todo, con quién se multiplica.

Conclusión: Se recomiendan clases adicionales de Matemáticas de la ESO para los políticos, a fin de que progresen desde las “sumas numéricas” hasta las “composiciones vectoriales” (véase la imagen adjuntada). Q.E.D., el viejo epílogo matemático ‘como se quería demostrar’ (Quad Est Demonstrandum).

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Sonido familiar

©Mikel AgirregabiriaUna historia que les sonará familiar, acerca de un medio donde el sonido se propaga lastimosamente lento.

Hace muchos siglos los pensadores intuyeron que el sonido se propaga en el aire como las ondas en el agua. Los primeros fueron el filósofo griego Crisipo (año 240 a. C.) y el arquitecto romano Vitruvio (siglo I a. C.). Hubo de esperarse hasta el siglo XVII, para conocer con mayor detalle la transmisión del sonido tras establecer Galileo la base del “método científico”.

Fue el propio Galileo (1564-1642) quien calculó por primera vez la velocidad del sonido, de una forma sencilla. Con la colaboración de un artillero, una medianoche dispararon una salva (sólo con pólvora), mientras observaban desde un monte próximo, a unos 3.500 metros del cañón. Con ayuda de un primitivo reloj inventado por Galileo, el "pulsilogium", contaron el tiempo transcurrido desde que se vio el fogonazo hasta que se oyó el estruendo. Fueron aproximadamente 10 segundos, por lo que Galileo exclamó en voz alta: ¡350 metros por segundo!

Poco después, el monje y matemático francés Marin Mersenne (1588-1648) realizó medidas precisas del retorno de un eco y calculó un valor más exacto de la velocidad del sonido. Por ello, Mersenne es considerado el padre de la Acústica, si bien es mucho más conocido en el mundo matemático por sus famosos (números) primos. En 1660, el científico inglés Robert Boyle (1627-1691) demostró que el sonido necesitaba un medio gaseoso, líquido o sólido para su transmisión, comprobando que una campana era inaudible en el vacío. El gran físico británico Isaac Newton (1643-1727) demostró que la propagación del sonido a través de cualquier fluido depende de sus propiedades, como la elasticidad o la densidad.

El siglo XVIII permitió el desarrollo del cálculo, con contribuciones de científicos suizos como Johann Bernoulli (1667-1748) y Leonhard Euler (1707-1783), y franceses, como Jean le Rond d'Alembert (1717-1783) y Joseph Louis Lagrange (1736 - 1813). Finalmente, en el siglo XIX se alcanzó una descripción completa del sonido mediante el análisis armónico, desarrollado en 1822 por el matemático francés Joseph Fourier (1768-1830) y aplicado al sonido por el físico alemán Georg Simon Ohm (1789-1854).

El sonido es una vibración que recorre un material haciendo que sus moléculas se contraigan o expandan. Por ello, el sonido no viaja en el vacío, a diferencia de las ondas electromagnéticas (como la luz) que no necesitan ningún éter de soporte. La velocidad del sonido varía según el medio y la temperatura: En aire a 20ºC viaja a 343 m/s, en aire a 100ºC a 390 m/s; en agua a 20ºC llega a 1.483 m/s y en acero alcanza los 5.060 m/s.

Sorprendentemente existe un medio, el entorno familiar, donde el sonido se oye casi instantáneamente… pero se escucha al cabo de una generación. Los padres damos múltiples consejos a nuestros hijos durante sus etapas infantil y juvenil: Estudia, aprende, lee, organízate, escucha a tus mayores, elige buenas amistades,… Los niños parece que atienden, pero no lo aplican. Los jóvenes lo rechazan directamente. Pero hay que insistir… El sonido les va llegando… muy vagamente. Los progenitores no debemos desesperar… Continuemos día tras día con buenos consejos y con mejores ejemplos.

Aparentemente pasan los años infructuosamente… Hasta que un día, tu hijo o tu hija te sorprenden. Me está pasando recientemente, de forma reiterada. Por ejemplo, uno de mis hijos me cuenta: “Anoche, tras revisar lo que puede del temario, me fui a dormir pronto para estar despejado por la mañana. Creo que fue una buena decisión, porque he rendido más en el examen”. Le contesto: “Has hecho muy bien, en lugar de estar toda la noche repasando y llegar dormido a la prueba. ¿Quién te lo ha aconsejado?”. Respuesta de nota: “¡Aita (papá en lengua vasca)!, ¿te has olvidado que tú siempre nos lo dices?”.

La humanidad ha conseguido construir artefactos, como el avión supersónico X-43 de la NASA que vuela a 11.265 km/h y supera en más de 10 veces la barrera del sonido (Mach 10). Pero hemos de mejorar mucho la educación para que en la comunicación familiar, la velocidad de propagación de la sabiduría de los abuelos no requiera toda una generación para ser traspasada a los padres, y otra generación para alcanzar a los nietos.

Versión final en: http://mikel.agirregabiria.net/2005/sonido.htm

La infancia es un país completo…

Algunos de mis primos y yo. ©Mikel AgirregabiriaLa propia infancia es un país, o, al menos, debiera serlo; lástima que, al crecer, perdamos la nacionalidad...

Los años de la niñez son para cada uno de nosotros los tiempos más fabulosos de la historia. He vivido intensa y constantemente en el recuerdo de mi propia infancia, siempre presente en mi alma. Con el transcurrir de los años, he llegado a tres conclusiones, que quisiera compartir con los supuestos lectores que en algún sitio pudieran aparecer.

1ª) La propia infancia es un país plagado de difuntos presentes. La mayoría de los personajes con los que convivimos en nuestra niñez han ido desapareciendo gradualmente. Mis bisabuelos Isabel y Pedro, mis abuelos, mis padres, y otros muchos de quienes más aprendí habitan ya entre las estrellas del cielo. El peso de los grandes protagonistas infantiles persiste en nuestra memoria, tanto más vigentes cuanto más etéreos.

2º) La propia infancia es un país cargado de vivencias. Las experiencias más significativas y decisivas se producen en las edades más tempranas. Los sucesos se aceleran y atropellan en nuestros primeros años; a menudo, sin que puedan ser entendidos en su momento por quienes los vivimos y los aceptamos como inevitables. Esas vivencias moldean crucialmente nuestro espíritu.

3º) La propia infancia es un país rebosante de claves. La vida paulatinamente nos descubre las soluciones que explican lo que nos asombró durante la inocencia de nuestra niñez. La existencia va adquiriendo su significado progresivamente. El descubrimiento de los secretos y la magia del aprendizaje son máximos en las etapas incipientes; luego el escepticismo y, lo que es peor, la indiferencia se van apropiando de nosotros.

Por todo ello, muchos reivindicamos el retorno a los valores de la infancia, a los hallazgos propios de la niñez. No es nuevo el mensaje de la infancia como la patria común de todos los mortales. Antoine de Saint-Exupery señaló que “la infancia es la patria de todos los hombres”. Más matizadamente, Georges Bataille apuntaba que “la literatura es la infancia al fin recuperada”.

Otra conclusión también se deriva: La trascendencia de la educación infantil y primaria. Y necesariamente a través de educadores que coincidan con el pedagogo suizo Edouard Claparede, cuando sentenció que “todo el sentido que se da a la educación depende del significado que cada uno atribuya a la infancia”. De ahí la necesidad de que todos los adultos, pero especialmente quienes somos padres o educadores, interpretemos debidamente la etapa de la infancia. Con la misma atribución que otorgamos a nuestra propia niñez, desde la percepción más personal.

Sólo así descubriremos que la razón última es que “la infancia es un país repleto de amor”, ese deseo de imitación divina. El escritor Gilbert Keith Chesterton relataba: “Dios crea cada margarita separadamente, y nunca se cansa de forjarlas. Puede ser que Él tenga el apetito eterno de la infancia. Porque nosotros hemos pecado y envejecemos, pero nuestro Padre es más joven que nosotros”.

Un proverbio turco asegura que “el amor devuelve a los viejos sabios a la infancia”. Otros sugieren que el amor no envejece nunca,… muere en la infancia. Una razón más para perseverar en los valores infantiles de la incansable pasión por el juego, por la amistad y por el afecto. Hagamos que nuestra vida contradiga ese pesimista presagio que insinúa: “la infancia es una eterna promesa que nadie jamás mantiene”.

Versión final: mikel.agirregabiria.net/2005/infancia.htm

Lo natural es amar

La naturaleza tiende al caos, pero la humanidad busca el bien

Cuando se ha tenido la dicha de haber nacido en una familia donde los padres se han amado hasta la muerte, donde los hermanos han crecido juntos, donde los abuelos, tíos y primos han compartido grandemente nuestra infancia, lo natural es desear construir un hogar y una familia semejantes, con amor eterno a la pareja y con hijos a quienes legar ese sentido de la vida y la identidad de apoyarse en una gran parentela.

Cuando se ha gozado el privilegio de ser educado en el cariño a los libros, al estudio y al esfuerzo para progresar en la vida, poco importan las penurias y la escasez económica. Cuando se ha podido apreciar el cariño y la entrega de algunos grandes docentes en la escuela, que transmiten con convicción el amor al conocimiento y con tenacidad el descubrimiento paulatino de la sabiduría, lo natural es engancharse al mejor y único camino de rescate que siempre fue y será la educación.

Cuando se reconoce en nuestros mayores el amor profundo a las lenguas propias y a las culturas de nuestros antepasados, a sus costumbres y tradiciones, a sus valores, anhelos y creencias, lo natural es abrazar su defensa, su cultivo, su aprendizaje y su enseñanza, su propagación y su reconocimiento universal.

Cuando se ha vivido en una ciudad, en una región, en una nación, donde se ha sido feliz en numerosas ocasiones, donde se han descubierto en alguna medida todas las satisfacciones que el amor puede proporcionar en la vida, lo natural es que se queden grabadas en el corazón para siempre, sobre todo aquellos paisajes y paisanajes donde transcurrieron la infancia y la juventud que marcaron decisivamente nuestro destino.

Cuando se comprende cuánto se ha recibido de la familia, de los amigos, de la sociedad en se nació, lo natural es agradecer y corresponder aportando todo el esfuerzo y trabajo al bienestar de los nuestros, los familiares, las amistades, los vecinos, los hermanos que son el resto de la humanidad.

Cuando se percibe el admirable milagro de la vida, cuando uno se asombra de la belleza y bondad que esconde la existencia, a veces y por desgracia ocultamente, lo natural es vislumbrar un espíritu sobrenatural, una esencia divina que todo lo creó, un Dios que todo lo hizo bien, incluso el regalarnos el mayor de los dones: la libertad personal, la prerrogativa de escoger el bien sobre el mal, el libre albedrío de amar u odiar, de querer o aborrecer, de construir o destruir, de ayudar o perjudicar.

¡Qué caro regalo fue la libertad! Provocó el artificioso odio y la concienzuda maldad, porque la grandeza de nuestro destino sólo había de conquistarse desde la soberana voluntad propia. Sólo así se alcanza la altura a la que está predestinado el sagrado ser humano: la vocación suprema de descubrir el amor y apostar por la vida. Mahatma Gandhi nos enseñó “Allí donde hay amor, hay vida”, y el evangelio de Lucas aún lo expresó más sintéticamente: “Ama y vivirás”. Nuestro sino grabado en el alma es amar y quienes tenemos una misión hemos de cumplirla.