Por su interés, reproducimos la primera noticia pública aparecida en El Correo de hoy, miércoles 25-9-19, firmado por Luis López:
Hay una paradoja: de un lado, buscamos talento porque esa es la gasolina que hace avanzar a una sociedad; y de otro lado, tiramos a la basura enormes cantidades de talento. Lo desperdiciamos.
¿Cómo es eso? En Euskadi en general, y en Bizkaia en particular, cada vez es mayor el colectivo de personas jubiladas en plenas facultades, con una experiencia impagable y con décadas de vida por delante. Gente que puede ser socialmente muy productiva y que, a menudo, no encuentra su sitio. Se aburre. En fin, que hay un montón de talento neutralizado.
En Bizkaia, a 1 de enero de 2019 estaban censadas 1.137.226 personas, de la cuales 262.309 personas tenían más de 65 años y 87.424 personas más de 80 años. Esto supone, que en la actualidad el 23% de la población tiene más de 65 años y el 7,7% tiene más de 80 años. Pero para 2061, EUSTAT pronostica en todos sus escenarios de análisis un incremento muy significativo de este grupo de edad de más de 65 años, que se mueve entre el 43% y el 72% de incremento. En esa misma proyección del EUSTAT, se apuntan escenarios de esperanza de vida que sitúa la misma en un incremento medio de 5 años. Además, los nuevos jubilados y jubiladas tendrán una renta superior a la actual.
Desde hace tiempo hay muchas administraciones que tratan de encontrar la tecla para terminar con semejante aberración, para activar a ese colectivo ingente -y creciente-, a partir de distintas iniciativas. Tanto aquí como en otros puntos de Europa. Ahora, la Fundación BBK pone en marcha un proyecto piloto que ha bautizado como BBKsasoiko y que pretende convertirse en una especie de plataforma innovadora donde la gente mayor se forme, aporte ideas, las desarrolle y, sobre todo, luego les dé salida más allá de este espacio para que reviertan en beneficio de otras personas. Que tengan una rentabilidad social. La idea es extender la etapa socialmente productiva de las personas una vez concluida su vida laboral.
El espacio físico donde se desarrollará todo esto se encuentra en el BBKsasoiko Zentroa, el edificio de BBK en la entrada de la calle Ronda, en el Casco Viejo (ver en imagen final). Ocupará el primer piso, donde antes había un centro de mayores al uso: se tomaba café, se jugaba a las cartas... Estos espacios son necesarios porque mitigan la soledad de mucha gente, personas que encuentran ahí su única oportunidad de socializar. Pero dentro de ese colectivo tan heterogéneo que son las personas mayores hay otro grupo que responde a otro perfil, quizá más activo, que incluso escapa de estos centros. Es fundamentalmente en ellos en quienes se ha pensado al diseñar Sasoiko, y también al reformar ese primer piso de la calle Ronda y dotarlo de luces indirectas, espacios acristalados y paneles blancos.
En todo caso, desde la Fundación BBK apuntan que el entorno físico es lo de menos porque, en realidad, su voluntad es que lo que allí ocurra trascienda fuera. Mañana se va a realizar la presentación oficial del proyecto y el equipamiento, que abrirá sus puertas la semana que viene (lunes 30-9-19) y durante quince días realizará actividades a las 11.00 y a las 17.00 horas para ilustrar sobre su contenido y objetivos. Habrá talleres de jubilación activa, técnicas de memoria, encuentros culturales para conocer qué se mueve por Bizkaia, así como teatro, lecturas dramatizadas y el desarrollo de competencias digitales.
BBKsasoiko Zentroa promueve distintas posibilidades: De lo que se trata en este primer momento, y luego durante el último trimestre del año en el que arrancará la programación, es de prender una mecha. Un punto de ignición. Crear un microclima para que surjan iniciativas con vocación de ir más allá del Casco Viejo. Se trata de atraer a gente de todo el territorio para que, por ejemplo, si se hace un curso de cocina en el Basque Culinary Center, quienes lo reciban utilicen ese conocimiento para impulsar iniciativas similares en sus pueblos o en sus barrios; igual con los cursos de teatro que impartirán profesionales de prestigio.
También se promoverán los contactos intergeneracionales para que jóvenes con ciertas inquietudes puedan tener acceso al conocimiento de los mayores. Pero no se trata de 'mentoring' empresarial, sino de iniciativas más enfocadas al mundo social. En el piso de arriba está Bolunta, la agencia para el voluntariado y la participación social, lo que facilitará el intercambio de información. Los proyectos que surjan en este ambiente, si pasan el corte, serán financiados por la BBK. En la fundación asumen que, en última instancia, el éxito de la iniciativa dependerá de la implicación de todos esos ciudadanos que aún tiene tanto que dar a la sociedad.