No existe mejor medida del patriotismo que demostrarlo pagando impuestos. No sólo por imposición legal, sino también por profunda convicción moral. Recíprocamente, quienes evaden impuestos (y aún peor desde una posición económica desahogada) debieran ser privados de la nacionalidad o, al menos, ser objeto del mayor desprecio social.
Más exactamente el patriotismo se mide por el porcentaje de impuestos en función de las ganancias. Eso significa que no son más patriotas los más ricos, que normalmente escabullen su porcentaje de impuestos con ingeniería fiscal, que quienes apenas tienen nada y pagan impuestos indirectos como el IVA de todo lo que consumen.
El patriotismo bien entendido es amor no a una bandera, un himno o a un lugar del mapamundi, sino solidaridad con nuestros compatriotas, y por ende con toda la humanidad. Como obras son amores, esa lealtad se cumplimenta pagando impuestos, no evadiéndolos con triquiñuelas nada éticas, como residencias fiscales en otros países.
La grandeza de un pueblo no se mide por la extensión de su territorio, sino por la dignidad y honor de sus hijos e hijas. Por lo tanto, el patriotismo debe medirse por la forma en que la ciudadanía trata a sus compatriotas con respeto y honor.
Aplicando este criterio, a escala de Comunidades Autónomas, nos llevaría a gigantescas contradicciones: Gran parte de las Autonomías que más banderas exhiben son las que menos pagan impuestos (como Madrid en IRPF), siempre en promedio y con todas las salvedades personales que existen.
Es decisivo no confundir el patriotismo con el chovinismo o patrioterismo, que es la exaltación desmesurada de lo nacional frente a lo extranjero, llegando a fomentar el odio o la violencia.
El patriotismo es un sentimiento subjetivo y personal, por lo que su medición puede ser compleja y variar de una persona a otra. Pero se acredita pagando impuestos. Los excesos del chovinismo han sido debidamente alertados con citas a lo largo de la historia, pero la incultura política contemporánea aconseja recordar:
- Patriotismo es tu convencimiento de que este país es superior a todos los demás porque tú naciste en él. - George Bernard Shaw.
- Todo imbécil execrable, que no tiene en el mundo nada de que pueda enorgullecerse, se refugia en este último recurso, de vanagloriarse de la nación a que pertenece por casualidad. - Arthur Schopenhauer.
- Aléjate presuroso de los que emplean el tiempo en repetir que son patriotas y viven del patriotismo de los demás. Constancio C. Vigil.
- No reniego del patriotismo, pero primeramente soy un ser humano, y cuando ambas cosas son incompatibles, siempre le doy la razón al ser humano. Hermann Hesse.
- El patriotismo es el huevo de donde nacen las guerras. Guy de Maupassant.
- El patriotismo es el último refugio de un canalla. Samuel Johnson.
- Si alguien invoca el patriotismo, los demás a tocar madera -generalmente de ataúd». José Batlló.
- El patriotismo es un invento de las clases poderosas para que las clases inferiores defiendan los intereses de los poderosos. Gila.
Concluimos con una frase de Barack Obama: "Para mí el patriotismo es más que fidelidad a un lugar en el mapa. Es el respeto a unos valores, a una forma de pensar". Añadiríamos el respeto a contribuir con todo lo que nos corresponda.