Iremos repasando toda la obra de László Krasznahorkai, flamante Premio Nobel de Literatura 2025. Nace el 5 de enero de 1954 en Gyula, Hungría. Estudió Derecho y también Lengua y Literatura Húngaras. En sus primeros años trabajó como editor y vivió bajo el régimen comunista, lo que marcó su sensibilidad ante los temas del poder, la alienación, la historia.
En 1987 abandona Hungría (o se le concede la posibilidad de salir) y pasa temporadas fuera, viviendo en lugares como Alemania Occidental, Japón, China, Mongolia. Su obra se caracteriza por una prosa exigente, oscura, con frases extensas, sintaxis compleja, un tono casi dantesco, obsesionado con la memoria, con la historia, con lo extremo, lo límite del individuo ante fuerzas históricas, morales, existenciales.
Hoy hemos leído, Guerra y guerra (1999), su cuarta novela que resumimos sin spoilers: El protagonista es Korin, un archivista en una pequeña ciudad de Hungría, cuya vida está marcada por la melancolía, la contemplación, la sensación de que algo externo lo sobrepasa.
La historia arranca con un momento de peligro: Korin está a punto de ser atacado en un puente ferroviario por jóvenes agresivos. Poco antes de este incidente él descubre en los archivos un manuscrito antiguo de notable belleza, que narra la historia de dos camaradas que intentan regresar a sus hogares tras una guerra devastadora.
Korin atraviesa una crisis existencial: decide que quiere suicidarse, pero antes siente que debe salvar el manuscrito. Su idea es llevarlo a Nueva York y hacerlo accesible en Internet (“colgarlo en la web”) para preservarlo para la eternidad. Es así como el relato se bifurca: por un lado, el viaje físico de Korin de Hungría a Nueva York, sus peripecias, sus encuentros con la ciudad, con distintos tipos humanos, su obsesión por preservar lo que considera bello o verdadero; por otro lado, el del manuscrito, que se convierte en símbolo de memoria, esperanza, resistencia contra el olvido, contra la destrucción.
El mundo que crea László Krasznahorkai es dual: belleza y horror, memoria y destrucción, urgencia individual frente al devenir colectivo, lo íntimo frente a lo histórico. Korin vive en el choque entre esas fuerzas. Se cuestiona qué significa preservar, qué poder tiene la palabra, la escritura, qué valor puede tener lo humano cuando todo indica fragmentación, catástrofe, guerra. Su estilo apocalíptico, con oraciones largas, muchas subordinadas, poco uso de puntos (o al menos fragmentaciones que retan al lector). Esto produce un efecto hipnótico; obliga a la lectura lenta, atenta.
Sus temas principales: Memoria vs Olvido: guardar lo que parece perdido, rescatar lo que la historia quiere borrar. La escritura como salvación: el manuscrito funciona como testimonio, acto de resistencia. La guerra (la gran guerra, y también las pequeñas guerras interiores, sociales, existenciales). El título lo sugiere: no solo guerra externa, sino guerra interna, guerra del individuo contra el mundo, contra su desesperanza. La belleza como territorio sagrado: incluso en un mundo violentado, la belleza —la literatura, la forma, la poesía del lenguaje— tiene un peso, un valor que no es menor, quizá lo único que puede salvar algo. Existencia, urgencia, suicidio: el personaje está al borde, la implicación acerca del fin, de lo que importa si se acaba uno mismo.
Relevancia de Krasznahorkai para la educación y la literatura: Enseña la importancia de la lectura lenta, de la atención al estilo, no solo al contenido. Buena para reflexionar sobre la historia (guerra, trauma, destrucción) pero también sobre lo personal: identidad, memoria, la responsabilidad del escritor / lector. Puede servir para estudiar cómo un autor contemporáneo utiliza la metaficción, la conciencia del texto, el manuscrito como objeto literario. Es un puente entre local (Hungría, Europa oriental) y universal (la migración, la guerra, la estética, los grandes interrogantes humanos).
Algunas citas del libro, extraídas de reseñas o traducciones, que ilustran su tono, sus ideas: “Pronto llegará la nieve…” “Si solamente quedara una frase, ésta sería, en mi caso, estimada señorita, que nada tiene sentido, […] Pero aún faltan muchas frases, y ahora acaba de llegar la nieve.” “Ay, todo posee idéntico peso y todo es igual en cuanto a urgencia e importancia, […] Idéntico, señorita, e igual en cuanto a urgencia.” “Existe una relación fuerte entre las cosas cercanas, una débil entre las lejanas y ninguna entre las muy distantes, y esto es Dios…”
Más reflexiones: “Cuando morimos todo el mecanismo continúa funcionando, y los hombres consideran eso lo más terrible, […] Aunque del hecho de que continúe se desprende precisamente que no existe tal mecanismo.” “El amor al orden es la mitad de la existencia, de modo que el amor al orden es el amor a la simetría y el amor a la simetría es el recuerdo de la eternidad, […] Una o dos horas, sólo faltan una o dos horas.” Estas líneas muestran claramente la densidad filosófica, la tensión entre lo inmediato y lo trascendente, la mezcla de belleza y urgencia.
Guerra y guerra nos ha parecido una novela desafiante. No es cómoda, no es fácil. Pero en esa dificultad reside su dignidad. László Krasznahorkaiexige que el lector se comprometa; que no se contente con el relato superficial, sino que se pregunte qué significa preservar, qué significa el deber de memoria, incluso el deber de belleza, en tiempos de destrucción.
Korin es un personaje que encarna una forma de resistencia, no activa en el sentido clásico de la acción política, sino en el sentido ético, literario, de la palabra escrita como testimonio contra el olvido. En su extremidad —el suicidio, la desesperación—, la novela no cae en nihilismo; antes bien, reaviva la pregunta por lo que vale la vida humana, lo que podemos hacer cuando parece todo perdido.
Desde un punto de vista educativo, esta obra es ideal para abordar tensiones contemporáneas: violencia, migraciones, guerras reales, destrucciones ambientales, cambio climático, pérdida de patrimonio, crisis de identidad... enseñar que la literatura puede ser un espacio para la deliberación moral y estética, no solo para el entretenimiento.
En un mundo que teme a la vejez, Hideki Wada escribe con honestidad: la vida después de los 80 puede ser movimiento, deseo, aprendizaje y risa. ‘El Muro de los 80 Años’ no promete remedios milagrosos: propone actitudes pequeñas y valientes para transformar la caída esperada en un nuevo comienzo.
Hideki Wada (和田秀樹) es médico y psiquiatra japonés, especializado en salud mental de personas mayores. A lo largo de décadas de práctica clínica ha tratado a miles de pacientes geriátricos y ha publicado una amplia obra divulgativa sobre envejecimiento, salud mental y calidad de vida, que le ha convertido en una figura muy conocida en Japón. Su trabajo se mueve en el cruce entre la práctica clínica, la divulgación y la crítica social sobre cómo afrontamos la vejez.
Hideki Wada, nacido el 7 de junio de 1960 en Osaka, Japón, es un psiquiatra especializado en enfermedades mentales en la tercera edad. Con más de 35 años de experiencia, ha tratado a aproximadamente 6.000 pacientes, enfocándose en cómo la mente influye en el proceso de envejecimiento. Estudió en la Escuela de Psiquiatría Karl Menninger en Estados Unidos, lo que le permitió integrar perspectivas occidentales a su práctica japonesa.
Más allá de la medicina, Wada es un polímata: director de cine, con obras como I Will Never Forgive (2018) y Juken no Shinderera (2007), y colaborador en reseñas cinematográficas para la revista Asahi Weekly entre 2003 y 2005. Su interés por el cine se entreteje con su trabajo psiquiátrico, usando narrativas para explorar temas de resiliencia y felicidad en la vejez. A los 65 años (en 2025), Wada aboga por llamar a las personas mayores de 70 "personas afortunadas" en lugar de "ancianos", promoviendo una visión positiva del envejecimiento. Su obra refleja esta filosofía, desafiando sistemas médicos que priorizan la restricción sobre la libertad.
El Muro de los 80 Años —título traducido del inglés The 80-Year-Old Wall (o versiones con ese sentido)— llegó al gran público en Japón con un fuerte impacto: desde su aparición se ha señalado que superó las centenas de miles de ejemplares vendidos y se convirtió en un fenómeno de ventas y debate social, porque plantea una mirada optimista y práctica sobre la vida después de los 80 años. El libro recoge consejos directos y observaciones extraídas de la experiencia clínica del autor y ha sido glosado por medios y reseñas en distintos países.
El libro articula una metáfora central —la “pared” de los 80 años— para hablar del corte o la transformación que muchas sociedades perciben al llegar a edades muy avanzadas. En lugar de entender la vejez como declive inevitable, Hideki Wada propone 44 verdades / consejos (enunciados breves y prácticos) para vivir con mayor bienestar físico, emocional y social más allá de los 80.
Los conceptos principales del libro son:
Movimiento y cuerpo: la importancia de mantenerse activo, caminar y evitar la rigidez.
Actitudes frente a la salud: evitar la medicalización excesiva, priorizar la calidad de vida sobre la obsesión por parámetros fisiológicos y aprender a convivir con ciertas limitaciones.
Autonomía emocional: permitir deseos, cambiar de opinión, elegir con quién pasar el tiempo y conservar la capacidad de disfrutar.
Relación social y sentido: mantener actividades que provoquen alegría, aprendizaje continuo y la práctica de pequeños actos de servicio a otros.
El tono es directo, con máximas que buscan ser memorables y accionables: no es un ensayo académico sino una guía humana y práctica basada en la clínica. Con citas como: “Camina siempre. No dejes de moverte.” “Cuando estés enfadado, respira hondo.” “No hace falta bajar siempre la presión sanguínea o el azúcar a toda costa: el equilibrio es lo que importa.” “La vejez no debe ser la negación de los deseos: no finjas que ya no los tienes.” “Aprende siempre. Si dejas de aprender, te sentirás viejo de inmediato.” “Sonríe. Lo bueno suele venir detrás de una sonrisa.”
Análisis crítico y valor pedagógico:
Fortalezas: el libro ofrece consejos prácticos, claros y fáciles de recordar; su origen clínico (experiencia con personas mayores) dota a las máximas de credibilidad y calidez. Además, plantea un enfoque positivo del envejecimiento que puede funcionar muy bien en contextos educativos para sensibilizar sobre la autonomía y la dignidad en la tercera edad.
Limitaciones: algunas recomendaciones son muy generales y rozan el aforismo; el enfoque optimista puede minimizar complejidades sociales o económicas del envejecimiento (por ejemplo, el acceso a cuidados, pensiones o la soledad estructural). Desde una óptica pedagógica conviene usar el libro como punto de partida para debate, no como manual único.
Uso en el aula o en talleres: ideal para sesiones intergeneracionales (jóvenes + mayores), actividades de reflexión personal (cada participante elige 3 máximas que quiere aplicar) y proyectos de educación para la salud que combinen el aprendizaje de hábitos con el análisis crítico de discursos sobre la vejez.
En un mundo donde la longevidad se ha convertido en una realidad cotidiana, especialmente en sociedades como la japonesa, surge un libro que desafía las concepciones tradicionales sobre el envejecimiento. El Muro de los 80 Años (título original en japonés: *80-sai no Kabe*), escrito por el psiquiatra Hideki Wada, se ha posicionado como un fenómeno editorial, con ventas que superan las 500.000 copias desde su publicación.
Esta obra no es solo un manual de salud, sino un manifiesto por una vejez feliz y liberada de mitos médicos restrictivos. Acompáñame en este análisis profundo, donde exploraremos la vida del autor, un resumen de la obra, citas clave y reflexiones para lectores interesados en literatura y educación gerontológica.
El Muro de los 80 Años aborda el concepto de un "muro" invisible que muchos enfrentan al llegar a los 80: la brecha entre la esperanza de vida total (82 años para hombres y 88 para mujeres en Japón) y la esperanza de vida saludable (72 para hombres y 75 para mujeres). Wada argumenta que este muro no es físico, sino mental y social, impuesto por mitos médicos que fomentan el miedo y la inactividad. En lugar de enfocarse en curar enfermedades, el libro promueve "vivir con ellas" y disfrutar la vida sin excesivas restricciones.
Estructurado en 44 "verdades" simples pero profundas, el texto es un compendio de consejos prácticos para personas entre 60 y 80 años, con el objetivo de alcanzar los 100 en buena salud y felicidad. Wada critica la sobredependencia de chequeos médicos innecesarios y anima a priorizar el placer: comer lo que se antoje, mantener la curiosidad y rechazar el aislamiento. No es un libro de autoayuda convencional, sino una crítica cultural al envejecimiento "productivo", proponiendo en su lugar un "envejecimiento feliz". Su tono es humorístico, accesible y subversivo, invitando a los lectores a liberarse de estereotipos para una vejez plena.
Algunas de las 44 Verdades para una Vida Afortunada.
Sobre la Actitud Mental y Emocional:
1. "Sigue caminando." – Enfatiza el movimiento constante para mantener la vitalidad.
2. "Respira profundo cuando sientas ira." – Controla las emociones para preservar la salud mental.
21. "Cuando el auto llega a la montaña, aparece el camino": esta es la frase favorita de los ancianos afortunados. – Promueve la resiliencia ante obstáculos.
Sobre la Salud y los Hábitos Diarios:
10. "No te preocupes por las manchas en la piel." – Ignora preocupaciones estéticas superficiales.
44. "La felicidad en la vejez viene de la libertad, no de la restricción." – Sintetiza la filosofía central del libro.
Estas citas, extraídas de reseñas y extractos públicos, ilustran cómo Wada transforma la geriatría en una celebración de la vida. Para una lectura completa, recomiendo adquirir el libro, disponible en ediciones japonesas y traducciones internacionales. La obra no solo es literatura inspiradora, sino una herramienta educativa para repensar la vejez en contextos de envejecimiento poblacional. Wada nos recuerda que envejecer no es un límite, sino una oportunidad para la sabiduría y el gozo.
Todas las recomendaciones: 1. Sigue caminando. 2. Cuando estés enojado, respira hondo. 3. Haz suficiente ejercicio para que tu cuerpo no se ponga rígido. 4. Bebe más agua cuando uses el aire acondicionado en verano. 5. Los pañales ayudan a aumentar la movilidad. 6. Cuanto más masticas, más activos se vuelven tu cerebro y tu cuerpo. 7. La pérdida de memoria no se debe a la edad, sino a la falta de uso del cerebro. 8. No hay necesidad de tomar demasiados medicamentos. 9. No hay necesidad de bajar excesivamente la presión arterial ni el azúcar en sangre. 10. Estar solo no es soledad; es pasar tiempo en paz. 11. La pereza no es algo de lo que avergonzarse. 12. No hay necesidad de gastar dinero en un carnet de conducir (hay una campaña en Japón para que las personas mayores devuelvan sus carnets). 13. Haz lo que quieras; no hagas lo que no te gusta. 14. Los deseos naturales persisten incluso en la vejez. 15. En cualquier caso, no te quedes en casa todo el tiempo. 16. Come lo que quieras; un poco de peso extra es mejor. 17. Haz todo con cuidado. 18. No te involucres con gente que no te cae bien. 19. No veas la televisión todo el tiempo. 20. En lugar de luchar contra la enfermedad, aprende a vivir con ella. 21. “Cuando el coche llega a la montaña, aparece el camino”: esta es la frase mágica para la felicidad de las personas mayores. 22. Come fruta fresca y ensaladas. 23. La hora del baño no debe exceder los 10 minutos. 24. Si no puedes dormir, no te fuerces. 25. Las actividades que te traen alegría aumentan la actividad cerebral. 26. Di lo que sientes; no pienses demasiado. 27. Busca un médico de cabecera lo antes posible. 28. No seas demasiado paciente ni rígido; ser un viejo valiente tampoco está mal. 29. A veces, cambiar de opinión está bien. 30. En las etapas finales de la vida, la demencia es un regalo de Dios. 31. Si dejas de aprender, envejeces. 32. No anheles la fama; lo que tienes es suficiente. 33. La inocencia pertenece a los mayores. 34. Cuanto más difícil es algo, más interesante se vuelve. 35. Tomar el sol trae felicidad. 36. Haz cosas que beneficien a los demás. 37. Disfruta del día con tranquilidad. 38. El deseo es la clave de la longevidad. 39. Vive con alegría. 40. Respira con tranquilidad. 41. Los principios de la vida están en tus manos. 42. Acepta todo con paz. 43. Las personas alegres son queridas por todos. 44. Una sonrisa trae buena suerte.
Las fuentes de felicidad de una vida son tan sencillas que parecen invisibles. Quien sabe verlas, es ya un sabio. Como escribió Cesare Pavese: “No se recuerdan los días, se recuerdan los momentos.” «La felicidad no brota de grandes cosas, sino de pequeñas cosas buenas que ocurren todos los días.» — Hermann Hesse.
Las seis principales alegrías de la vida, según una perspectiva cronológica y humanista, podrían ser las siguientes —una síntesis poética de lo que muchas culturas, literaturas y biografías celebran como los grandes gozos del ser humano a lo largo de su vida—:
1. El descubrimiento del mundo (la infancia). La alegría pura de jugar, de asombrarse con lo cotidiano, de preguntar sin miedo. "La infancia es el corazón de todas las edades." — Georges Bernanos.
2. La amistad verdadera (la juventud). El placer de los lazos escogidos, de las risas compartidas, de los secretos confiados bajo estrellas. "Un amigo es uno que lo sabe todo de ti y a pesar de ello te quiere." — Elbert Hubbard.
3. El amor y el deseo (la madurez temprana).El vértigo de enamorarse, la construcción de una vida compartida, la pasión y el proyecto común. El enamoramiento abre puertas a emociones intensas y descubrimiento de uno mismo a través del otro. Experimentar vínculos románticos y la independencia refuerza la autoestima y el deseo de conexión profunda. "Amar no es mirarse el uno al otro, es mirar juntos en la misma dirección." — Antoine de Saint-Exupéry.
4. La creación y la paternidad/maternidad (edad adulta). La alegría profunda de dar vida: a una criatura, a una obra, a un legado. De cuidar y ver crecer."Tener un hijo es aceptar que tu corazón camine fuera de tu cuerpo." — Anónimo.
5. La realización interior (madurez).El placer de saberse útil, de cultivar pasiones, de comprender que la vida tiene sentido en el hacer con conciencia."La verdadera felicidad está en el trabajo bien hecho." — Marie Curie.
6. La contemplación serena (vejez). El gozo de mirar atrás con gratitud, de vivir el presente con calma, de disfrutar a los nietos, los libros, la luz y las conversaciones lentas. "La vejez comienza cuando el recuerdo es más fuerte que la esperanza." — Proverbio francés. Y sin embargo, ¡qué dulce es ese recuerdo cuando ha sido plena la vida!
Estas seis categorías, quizá podríamos agruparlas en dos grupos de felicidad:
- Las alegrías de la A: Aprendizaje, Amistad, Amor y Arte.
Aprender, preguntarse, leer, escribir. En cada libro, en cada conversación iluminada, florece una vida más amplia. «El conocimiento es la única riqueza que no se pierde.» — Ali ibn Abi Talib. Hay un gozo secreto en entender algo nuevo, en vincular ideas como quien enlaza versos en un poema.
La amistad verdadera es una segunda patria. «Amistad es igualdad.» — Aristóteles. Nada da más sentido que un corazón que late con otro, sin cálculos ni fronteras.
Amar es un arte y un riesgo, pero su recompensa es incomparable. El amor no sólo en el fulgor juvenil, sino en su forma madura: complicidad, cuidado, compañía. Caminar juntos durante décadas, compartir silencios sin incomodidad.
Apreciar el arte. «He descubierto que si uno mira con atención, siempre encuentra belleza.» — Vincent van Gogh. Quien aprende a contemplar, nunca está solo ni aburrido. Escribir, pintar, enseñar, construir, cocinar: crear es dar testimonio de la vida. «La creatividad requiere tener el valor de desprenderse de las certezas.» — Erich Fromm. En toda obra hay un pequeño desafío a la muerte.
- Las alegrías del cuadrado: Familia, Trabajo, Legado y Gratitud.
La alegría de la familia. Pocos momentos marcan tanto como sostener por primera vez a un hijo o a un nieto. Es un instante sagrado en que el tiempo se abre al futuro. «Cada niño que nace nos dice que Dios aún espera del hombre.» — Rabindranath Tagore. El llanto del recién nacido, la primera sonrisa de un nieto, esas celebraciones íntimas son anclas de sentido que justifican toda una existencia.
La alegría del trabajo. El orgullo de la obra bien hecha, sea un libro, un jardín, una empresa, o la crianza de los hijos. «El placer en el trabajo pone perfección en la obra.» — Aristóteles.
La alegría del legado y la trascendencia. Dejar algo detrás: valores, amor, historias. Contar a los nietos cómo era el mundo antes. «Vivir en los corazones que dejamos atrás no es morir.» — Thomas Campbell. Ver a los hijos formar sus propias familias, sentirse parte de algo más grande y más duradero.
La alegría de la gratitud. Agradecer es un acto filosófico: reconocer que nada nos era debido. La vida enseña a saludar cada día con asombro renovado. «La gratitud es la memoria del corazón.» — Lao Tsé. Vivir con gratitud transforma la escasez en abundancia. Aprender a dar gracias por el simple hecho de estar vivo. «La gratitud no es sólo la mayor de las virtudes, sino la madre de todas las demás.» — Cicerón.
Las grandes alegrías están al alcance de todos, pero requieren atención, gratitud y amor para ser reconocidas. Hay en la vida alegrías profundas que no hacen ruido, pero iluminan la existencia como un faro en la niebla. El instante de contemplación: la lluvia en el cristal, el crepitar del fuego, el verso subrayado en un libro.
Hoy retomamos uno de nuestros autores favoritos, Hermann Hesse, y en esta ocasión con su libro Demian(1919). Es una novela de aprendizaje o “bildungsroman”. Se centra en el desarrollo psicológico y espiritual de un joven llamado Emil Sinclair. La historia narra la lucha interna de Sinclair por encontrar su identidad. Vive inicialmente en un “mundo luminoso” de valores tradicionales y religiosos, pero pronto se siente atraído por un “mundo oscuro” de tentaciones, dudas y descubrimiento personal.
El personaje clave en esta transición es Max Demian, un joven misterioso e intelectualmente avanzado que empuja a Sinclair a cuestionar las normas sociales y religiosas. A través de él, Sinclair empieza a explorar ideas filosóficas, espirituales y simbólicas, como el concepto del dios Abraxas, que representa la unión de lo divino y lo demoníaco.
Los temas principalesson la dualidad entre el bien y el mal, la búsqueda del yo auténtico, la influencia del inconsciente y los sueños, la rebelión contra los valores tradicionales y el despertar espiritual y la auto-comprensión. Sinclair termina por aceptar la necesidad de integrar todas las partes de su ser —luz y sombra— en su identidad.
La novela culmina en un contexto bélico (la Primera Guerra Mundial), simbolizando la muerte del viejo mundo y el nacimiento de uno nuevo a través del sufrimiento y la transformación. Algunos de los titulares podrían ser “Demian: El despertar del alma y la búsqueda del yo auténtico”, “Entre la luz y la sombra: el viaje iniciático de Emil Sinclair”, “Hermann Hesse y el nacimiento del hombre nuevo”, “Abraxas y la integración de los opuestos: claves simbólicas en Demian”, “Demian, o cómo escapar del mundo convencional para encontrarse a uno mismo", “La influencia de Jung en Hesse: psicología y misticismo en Demian” o “Del colegio a la guerra: el rito de paso de Emil Sinclair”.
Demianes un libro que marcó a generaciones de jóvenes inconformes, una novela que desafió la moral burguesa de su tiempo. Fue, y sigue siendo, una guía literaria para la autoexploración, y un grito silencioso contra la hipocresía social. Demian es una novela sobre el despertar espiritual e individual de Emil Sinclair. A lo largo de la obra, se enfrenta a la dualidad entre el bien y el mal, simbolizada por dos mundos: el “luminoso” (la moral tradicional) y el “oscuro” (los instintos, lo prohibido, lo verdadero). El mensaje de Hesse es que solo aceptando ambos polos se puede alcanzar la totalidad del ser.
El personaje de Demian representa la conciencia interior o guía espiritual, que impulsa a Sinclair a cuestionar las normas y a buscar su verdadero yo. El dios Abraxas, que une luz y sombra, simboliza esa integración necesaria de los opuestos. Otros símbolos importantes incluyen: La marca de Caín, como señal de autenticidad espiritual. Eva, la figura femenina sabia, que representa la parte intuitiva y completa del alma. La guerra, como metáfora de la transformación personal y colectiva. En resumen, Demian es una invitación a romper con las convenciones, a escuchar la voz interior y a emprender un camino profundo hacia la autenticidad y la plenitud del alma.
Hermann Hesse (ver en otros posts) fue un escritor, poeta y pintor alemán-suizo, conocido por explorar en su obra temas como la espiritualidad, la identidad y el desarrollo interior. Hijo de misioneros protestantes, desde joven se sintió en conflicto con la religión institucional y con las estructuras sociales.
En 1946, Hermann Hesse recibió el Premio Nobel de Literatura por su obra profundamente humanista y su impacto duradero en la literatura mundial. Su nombre completo era Hermann Karl Hesse, nacido el 2 de julio de 1877 en Calw, Alemania y fallecido el 9 de agosto de 1962 en Montagnola, Suiza.
Tras sufrir varias crisis personales, incluyendo depresiones, rupturas matrimoniales y conflictos durante la guerra, Hesse encontró consuelo en la filosofía oriental, la psicología junguiana y el arte. Sus obras más destacadas son Demian (1919), Siddhartha (1922, post), El lobo estepario (1927), Narciso y Goldmundo (1930) y El juego de los abalorios (1943).
"No soy un hombre que sabe. He sido un hombre que busca y lo soy aún". "Demian", Hermann Hesse pic.twitter.com/NRhajDupat
"-El amor no debe pedir -dijo-, ni tampoco exigir. Ha de tener la fuerza de encontrar en sí mismo la certeza. En ese momento ya no se siente atraído, sino que atrae él mismo". “Demian”, Hermann Hesse 📷Paul Almasy pic.twitter.com/ShAUd4dvJi
Nos referimos al libro “Abel” del escritor italiano Alessandro Baricco (@bariccoale). Podría titularse “El silencio de Dios y el grito del hermano: la tragedia de Caín contada desde la herida”
Es una novela breve y poética en la que se reinventa el relato bíblico de Caín y Abel, pero se hace con un giro profundo y contemporáneo.
La historia es narrada por Caín, el hermano que, según la tradición, mató a Abel. Sin embargo, aquí no se presenta como un villano, sino como alguien que intenta comprender el misterio de su hermano y la razón por la que Dios lo prefería.
Baricco nos ofrece un relato introspectivo, simbólico y filosófico, donde Abel no es simplemente una víctima inocente, sino una figura casi enigmática, casi divina, que desconcierta a todos a su alrededor, incluido su propio hermano.
La narración Abelcuestiona la lógica de Dios, el sentido del sacrificio, la naturaleza del amor fraternal, y el dolor de ser ignorado.
El estilo de Baricco es sobrio, lírico y cargado de significado. Más que una historia lineal, es una meditación sobre el bien, el mal, el misterio de la elección divina y la soledad del ser humano frente al absoluto.
En esta reinterpretación, Abel no es solo un hermano bueno e inocente, como en el relato bíblico tradicional. Baricco lo presenta como una figura casi mística, impenetrable y pura, pero también incomprensible y hasta perturbadora para quienes lo rodean. No habla mucho, pero su sola presencia descoloca. Parece tener una conexión directa con lo divino, lo que genera en Caín una mezcla de admiración, frustración y dolor.
Abel representa la gracia inexplicable, la elección que no se justifica, el misterio del por qué algunos son “amados por Dios” sin que lo merezcan más que otros. En ese sentido, no es tanto una víctima, sino un símbolo de lo inalcanzable, lo que despierta preguntas más que respuestas.
Caín es quien narra la historia, y en esta versión, su figura está profundamente humanizada. No es simplemente un asesino envidioso, sino alguien que no logra entender por qué no es suficiente, por qué su esfuerzo no es reconocido, por qué su hermano es amado sin explicación. Vive en un estado de dolor, desconcierto y marginalidad, viendo cómo su hermano encarna algo que él jamás podrá alcanzar.
La relación entre ambos es profundamente asimétrica: Caín necesita comprender a Abel, pero Abel nunca parece necesitar comprender a Caín. Eso crea una tensión casi existencial, que va creciendo hasta la tragedia final, que no es solo un acto de violencia, sino una reacción desesperada ante lo incomprensible.
En resumen, Baricco no narra un crimen pasional, sino un drama existencial, donde Abel simboliza lo divino y lo inexplicable, y Caín representa al ser humano común que, por no poder comprender el misterio, termina destruyéndolo.
Alessandro Baricco nació el 25 de enero de 1958, en Turín, Italia. Escritor, ensayista, dramaturgo, director de cine y músico Alessandro Baricco es uno de los escritores italianos más reconocidos de las últimas décadas. Se hizo famoso con su novela “Seda” (Seta, 1996), traducida a más de 30 idiomas y adaptada al cine. Sus obras combinan belleza literaria, reflexión filosófica y una sensibilidad muy particular. También ha trabajado como guionista, crítico musical y ha dirigido películas.
Alessandro Bariccoes fundador de la Scuola Holden, una prestigiosa escuela de escritura en Turín. Sus novelas más conocidas incluyen Seda, Océano mar, City y Mr. Gwyn. Su estilo mezcla lo clásico con lo contemporáneo, siempre explorando las emociones humanas con un lenguaje elegante y accesible.
El fallecimiento del Papa Francisco hoy, 21 de abril de 2025, ha dejado un profundo sentimiento de orfandad en millones de fieles alrededor del mundo. Para millones de creyentes y no creyentes, su legado como el "papa del cambio", su cercanía con los más necesitados y su compromiso con una Iglesia más humilde y abierta han marcado una etapa transformadora en la historia del catolicismo.
En este momento de duelo, la comunidad católica y el mundo entero se unen para rendir homenaje a un líder espiritual que dedicó su vida al servicio de los demás. La tristeza embarga al mundo entero por la partida de Jorge Mario Bergoglio, Su Santidad el Papa Francisco, quien falleció esta mañana a los 88 años. Nacido en Buenos Aires el 17 de diciembre de 1936, Bergoglio dedicó toda su vida al servicio de Dios y de los más necesitados. Primero jesuita, luego arzobispo de su ciudad natal y cardenal, fue elegido el 13 de marzo de 2013 como sucesor de San Pedro, convirtiéndose en el primer Pontífice latinoamericano y el primer jesuita en ocupar la Sede de Roma.
Durante sus casi doce años de pontificado, el Papa Francisco fue un líder valiente, que supo mantener la unidad ecuménica pero abriendo caminos, rompiendo moldes, acogiendo causas y despertando fe, esperanza y solidaridad. Con gesto sencillo y corazón abierto, quiso acercar la Iglesia a los descartados: refugiados, enfermos, migrantes, ancianos y jóvenes sin voz. Sus documentos magisteriales –Evangelii Gaudium, Laudato Si’, Amoris Laetitia– marcaron un antes y un después en la reflexión sobre la justicia social, el cuidado de la creación y la humanidad del amor familiar.
Francisco llevó su mensaje de misericordia y diálogo a los cinco continentes. Sus viajes –a Lampedusa, a Tierra Santa, a Centroamérica, a Sudamérica– fueron estaciones de un peregrinaje global en busca de la paz. Fue pontífice de los humildes, con el Vaticano como casa de todos y no privilegio de unos pocos. Dispuesto siempre a pedir perdón incluso por los errores de la propia Iglesia, dejó sembrado un legado de escucha y conversión.
Su partida deja un vacío inmenso. Nos sentimos huérfanos de su voz pausada, de su sonrisa franca, de su abrazo de padre que lo mismo perdonaba al pecador que alentaba al desanimado. Nunca antes la palabra “orfandad” había resonado con tanta fuerza en tantos corazones: “Hijos míos, no os dejéis robar la esperanza”, solía decir, y ahora, en el silencio que deja tras de sí, nos toca a nosotros sostener esa esperanza que él nos regaló.
En este momento de duelo, la Iglesia, guiada ya por su sucesor, rinde homenaje a un pastor que hizo de la ternura su fuerza, de la humildad su estandarte y del servicio su gloria. Que su memoria inspire nuestras obras y que su espíritu de reconciliación y compasión continúe transformando el mundo.
Descansa en paz, Papa Francisco. Tu misión terrena ha concluido, pero tu voz seguirá resonando en cada gesto de amor que florezca en el corazón de la humanidad. Ojalá tu sucesor prosiga la labor que iniciaste por la paz y la humanidad, que tan necesarias vemos cada día.
#Orfandad: Es el sentimiento universal que hoy nos embarga. Papa Francisco: ¡Gracias!
"El amor venció al odio. La luz venció a las tinieblas. La verdad venció a la mentira. El perdón venció a la venganza. El mal no ha desaparecido de nuestra historia, permanecerá hasta el final,… pic.twitter.com/gc7uz7WFFz