Mostrando las entradas para la consulta esperanza de vida ordenadas por fecha. Ordenar por relevancia Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas para la consulta esperanza de vida ordenadas por fecha. Ordenar por relevancia Mostrar todas las entradas

Unamuno y la fe imposible en San Manuel Bueno, mártir

Hemos releído la novela corta San Manuel Bueno, mártir y repasado la biografía de su autor, Miguel de Unamuno (véase en otros muchos posts)San Manuel Bueno, mártir se ha interpretado como un testamento espiritual de Unamuno, donde la tensión entre razón y fe aparece en su forma más desnuda.

San Manuel Bueno, mártir es una de las obras más célebres de Miguel de Unamuno, publicada en 1931, poco antes de su muerte. Se presenta como un relato escrito por Ángela Carballino, que narra la vida y la figura del párroco de su pueblo, Don Manuel, sacerdote admirado y querido por todos por su bondad, entrega y capacidad de consuelo.

Don Manuel dedica su vida a ayudar a los demás, aliviar sufrimientos y transmitir fe y esperanza. Sin embargo, en la intimidad confiesa a Lázaro (hermano de Ángela) y luego a ella que no cree en la vida eterna ni en la resurrección de los muertos.

A pesar de su incredulidad personal, decide mantener su ministerio para sostener la fe de sus feligreses, convencido de que la religión es necesaria para dar sentido y felicidad al pueblo. Vive, pues, como un mártir de la fe que no tiene, sacrificando su verdad íntima por el bienestar espiritual de los demás. La novela plantea así temas centrales de Unamuno: la duda, la fe, la verdad, la mentira piadosa y el sentido de la existencia.

Algunas de las mejores citas del libro:
  1. Sobre la mentira piadosa y la fe del pueblo. «Lo que el pueblo necesita es vivir. Vivir de la ilusión, aunque ésta sea mentira.»

  1. Sobre el sentido de su sacrificio. «Yo hago lo que debo, cumplo con mi misión; y si creyese, haría lo mismo que hago.»

  1. Sobre su propia falta de fe. «No creo en la vida de ultratumba… y, sin embargo, hago vivir a los demás con esta esperanza.»

  1. Sobre la función de la religión. «La religión del pueblo es consuelo; y el pueblo necesita consuelo, no verdades.»

  1. Sobre la duda existencial. «Toda mi vida es una lucha entre la fe que quisiera tener y la razón que me la niega.»

  1. Sobre su martirio interior. «Mi vida es una especie de suicidio continuo, de lento morir para que los demás vivan.»

  1. Reflexión de Ángela, la narradora. «¡Y cuántos habrá que, como él, mueren sin creer en su propia resurrección, y sin embargo, hacen creer a los demás para que vivan!»

Estas citas muestran cómo Unamuno condensa en don Manuel su propia angustia existencial: la tensión entre desear creer y no poder hacerlo, y al mismo tiempo sentir la obligación de dar sentido a la vida de los demás.

Miguel de Unamuno nació en la calle Ronda de Bilbao el 29 de septiembre de 1864, en una familia de tradición católica. Estudió Filosofía y Letras en la Universidad Central de Madrid y se doctoró en Filología. Desde 1891 fue catedrático de griego en la Universidad de Salamanca, de la que llegó a ser rector en varias ocasiones. Fue uno de los principales representantes de la Generación del 98, preocupado por el problema de España, la identidad nacional y el sentido existencial del ser humano.

Sus obras abarcan ensayo (Del sentimiento trágico de la vida, En torno al casticismo), novela (Niebla, Abel Sánchez, San Manuel Bueno, mártir), teatro y poesía. Intelectual comprometido, crítico con las dictaduras de Primo de Rivera y después con la de Franco, lo que le valió destituciones, destierros y conflictos políticos. Falleció en Salamanca el 31 de diciembre de 1936, en los primeros meses de la Guerra Civil, bajo arresto domiciliario por sus tensiones con el régimen franquista.

Miguel de Unamuno es considerado un filósofo literario, más preocupado por la angustia vital, la duda, la fe y la inmortalidad que por los sistemas racionales. Su pensamiento sigue vivo por su autenticidad, su lucha interior y su capacidad de expresar las contradicciones humanas.

El globo rojo: la poesía que hizo volar al cine

El globo rojo (Le Ballon rouge, 1956) es un mediometraje francés escrito y dirigido por Albert Lamorisse, considerado una joya del cine infantil y una obra poética sobre la amistad, la inocencia y la libertad. Con un estilo casi sin diálogos; la narración es visual y simbólica, apoyada en la música y la fotografía. Todo en una Francia de posguerra, la película ofrece un retrato tierno y esperanzador, contrapuesto a la dureza urbana.

Fue rodado en 1955 en París, especialmente en el barrio de Ménilmontant. Aproximadamente 34 minutos de duración. El protagonista es el propio hijo del director, Pascal Lamorisse, interpretando al niño. Ganó la Palma de Oro al mejor cortometraje en Cannes y el Óscar al mejor guion original (algo inusual para un cortometraje).

La historia El globo rojo sigue a Pascal, un niño parisino que, camino a la escuela, encuentra un gran globo rojo atado a una farola. Tras liberarlo, descubre que el globo parece tener vida propia: lo sigue, juega con él y se convierte en su inseparable compañero. La amistad del niño con el globo despierta la envidia de otros niños, que intentan arrebatárselo y destruirlo. 

En un momento trágico, el globo es finalmente reventado. Sin embargo, en un giro mágico, globos de todos los rincones de París se liberan y vuelan hacia Pascal, elevándolo por los aires y llevándolo lejos, como si fuera un viaje de escape y libertad.

La película El globo rojo se convirtió en un clásico educativo, proyectada en escuelas de Estados Unidos y Canadá durante décadas (1960-1990), y fue presentada en televisión por Ronald Reagan en 1961. Ha inspirado referencias en cine y cultura pop, como en El vuelo del globo rojo (2007) de Hou Hsiao-hsien, una especie de secuela espiritual. Se lanzó en formatos hogar como LaserDisc (1986), DVD (2008) y Blu-Ray (2010). Su legado radica en su capacidad para capturar la magia de la infancia en un París posguerra, convirtiéndose en un ícono del cine francés infantil.

Con un profundo simbolismo se tratan temas como:

Inocencia y amistad: El globo es un símbolo de la pureza infantil.
Libertad: El vuelo final representa la superación de las limitaciones y las injusticias.
Soledad y esperanza: Aunque el mundo del niño es gris, el globo añade color y alegría.
Resistencia a la hostilidad: El vínculo con el globo desafía la crueldad y la rutina.

Ser progresista podría sumar años a tu vida

No es la primera vez que escribimos sobre esta idea, corroborada en Estados Unidos con los colectivos de electores demócratas y republicanos (ver en este post). La tesis que afirma que las personas progresistas tienden a ser más longevas que las conservadoras es sugerente y ha sido objeto de investigación en diversas disciplinas (epidemiología, sociología, psicología política). 

Aunque hay matices importantes y diferencias entre países, se puede desarrollar y fundamentar esta idea con argumentos basados en datos empíricos sobre salud y mortalidad, estilos de vida asociados a ideologías, así como por factores socioeconómicos, culturales y territoriales.

¿Por qué podría haber una diferencia de esperanza de vida entre progresistas y conservadores? La ideología política no es solo una opinión: se asocia a hábitos, entornos, actitudes frente al riesgo y a la ciencia, todos ellos relacionados con la salud y la longevidad. En general, los progresistas tienden a valorar más la prevención y la atención sanitaria pública, mantener estilos de vida más saludables, vivir en entornos urbanos con mejor acceso a servicios, y mostrar mayor apertura al conocimiento científico y cambios en salud pública.

Evidencia empírica basadas en estudios en Estados Unidos (más abundantes):

- Political affiliation and life expectancy. Estudio de Lee y Shapiro (2022) publicado en Health Affairs. Hallazgo: Los condados que votan mayoritariamente demócrata (progresista) tienen una esperanza de vida significativamente más alta que los condados republicanos. Diferencia acumulada: Hasta 4 años de diferencia en algunos casosCausa principal: Diferencias en acceso a salud, vacunación, tabaquismo, obesidad, políticas públicas.

Political ideology and health outcomes.  – Barry et al. (2014), American Journal of Public Health. Conclusión: Las personas liberales (progresistas) muestran mejor salud autodeclarada y mayor esperanza de vida, aunque también mayor ansiedad (parcialmente atribuida al contexto político hostil).

Factores explicativos de esta realidad multifactorial:

a) Estilos de vida y salud preventiva. Los progresistas tienden a apoyar medidas de salud pública como vacunas, mascarillas, dieta saludable, reducir conductas de riesgo (menos consumo de tabaco o armas, más ejercicio físico) y usar más el sistema de salud preventivo. Los conservadores, en especial en contextos rurales o religiosos, pueden mostrar desconfianza hacia la medicina científica, o defender la responsabilidad individual como única guía, lo cual retrasa diagnósticos y tratamientos.

b) Lugar de residencia y entorno social. En Europa y América, las personas progresistas suelen vivir en zonas urbanas, con más acceso a servicios sanitarios, mejor infraestructura y asistencia social, así como más posibilidades de educación y concienciación en salud. Las zonas rurales, con mayor voto conservador, tienen peor acceso a médicos, mayor obesidad y enfermedades crónicas y una pobreza estructural en muchos países.

c) Educación y nivel socioeconómico: La ideología progresista está correlacionada con niveles más altos de estudios, lo que mejora la comprensión y adherencia a pautas médicas y se asocia a mejores condiciones laborales y de vida. Las personas conservadoras, en algunos países, muestran promedios educativos algo inferiores, lo que se traduce en más vulnerabilidad social y sanitaria.

d) Actitudes frente al cambio y la ciencia: Los progresistas aceptan mejor el cambio y la innovación (incluida la médica) y confían en la comunidad científica y en políticas públicas de salud. Los conservadores muestran mayor desconfianza en instituciones y un rechazo más frecuente a avances (como vacunas nuevas, terapias experimentales, cambios en el sistema de salud).

En el contexto europeo y español, aunque la brecha ideológica en salud no es tan marcada como en EE. UU., existen diferencias relevantes en esperanza de vida y salud percibida según territorio, clase social y orientación política. En España las zonas urbanas con voto progresista (Madrid centro, Barcelona, Euskadi, Navarra) tienen esperanza de vida más alta que zonas rurales o más conservadoras (como algunas áreas de Castilla-La Mancha, Andalucía rural o Murcia). La Encuesta Nacional de Salud y los informes del INE confirman que el nivel educativo y la actitud hacia la prevención están fuertemente asociados con mejores indicadores de salud.

En Europa, en países como Suecia, Países Bajos o Alemania, donde el voto progresista suele coincidir con políticas de bienestar y sanidad universal fuerte, la esperanza de vida es más alta. Donde dominan posturas conservadoras antiestatistas (ej. Hungría, Polonia rural), los datos de salud pública son más pobres.

Algunos matices y contraargumentos: Algunos grupos conservadores de alto nivel socioeconómico (ej. conservadores británicos o alemanes) tienen acceso excelente a salud privada y buena longevidad. En países con sanidad universal fuerte, la ideología influye menos directamente, pero indirectamente sigue marcando estilos de vida. La religión conservadora puede tener efectos ambivalentes: protege del alcohol y promueve comunidad, pero puede dificultar acceso a salud reproductiva o vacunación.

En conclusión, aunque la longevidad está influida por muchos factores (genéticos, ambientales, económicos), la ideología política se relaciona indirectamente con la esperanza de vida: Las personas progresistas tienden a vivir más años porque adoptan estilos de vida más saludables, confían en la ciencia médica, acceden mejor a servicios de salud y viven en entornos urbanos con mayores recursos.

Algunas frases a modo de resumen: Los progresistas no sólo piensan en el futuro… también lo viven más tiempo. Las ideas abiertas no solo abren mentes… también prolongan vidas. Tu ideología puede estar en tu historial médico.

PS: Este es un post más de una larga serie dedicada a la longevidad que iniciamos el domingo 17-9-23. La longevidad ha sido un tema recurrente en este blog.

La elegancia de la decepción: Sándor Márai y el corazón húngaro

Proseguimos con literatura de hace casi un siglo, con metáforas de caídas de imperio como el austrohúngaro. Recuperando escritores de talla universal, como Irène Némirovsky (ver en posts recientes). En este caso, con la obra La herencia de Eszter de Sándor Márai. Un relato de memoria, deseo y renuncia en el corazón de Hungría.

La herencia de Eszter (título original: Eszter hagyatéka), publicada en 1939, es una novela breve e intensa del escritor húngaro Sándor Márai. Narrada en primera persona, cuenta la historia de Eszter, una mujer madura y solitaria, que vive en una casa austera en una ciudad de provincias, junto a una criada leal y las sombras de un pasado no del todo resuelto.

Durante años, Eszter ha vivido en una especie de pausa vital, marcada por una profunda traición amorosa: Lajos, un hombre carismático, manipulador y mentiroso, le arrebató su juventud, su fortuna y parte de su familia. Ahora, después de décadas, Lajos anuncia su regreso. La novela se desarrolla en un solo día, cargado de tensión emocional, en el que Eszter debe enfrentarse al pasado, a sus sentimientos y a las preguntas nunca resueltas.

Es un relato sobre la memoria, la ilusión y el autoengaño, pero también sobre el poder del deseo, la dignidad y la elección del silencio. Lo que tememos no es al otro, sino a lo que aún queda de él en nosotros.” La historia no ofrece redención fácil: Eszter no se presenta como víctima inocente, sino como alguien que eligió ser engañada, y que sigue atrapada, no por Lajos, sino por su recuerdo.

Algunas citas destacadas de La herencia de Eszter: 

- “No es fácil renunciar, pero a veces es más fácil que vivir.
- “El amor es un deseo de sufrir con otro. Y, si no es eso, no es nada.
- “Una mentira dicha con convicción puede parecer verdad durante toda una vida.

Sándor Márai (1900–1989) fue un escritor, periodista y diarista húngaro, considerado uno de los grandes autores europeos del siglo XX. Nació en Kassa (entonces Hungría, hoy Eslovaquia), en una familia de clase media alemana. Cosmopolita y culto, vivió en Alemania, Francia e Italia antes de establecerse en Budapest, donde tuvo una importante carrera literaria en los años 30 y 40.

Tras la Segunda Guerra Mundial y la llegada del régimen comunista, abandonó Hungría en 1948 y se exilió en Europa y después en EE. UU., donde vivió hasta su muerte. Durante décadas fue olvidado en su país natal, y su obra quedó prácticamente silenciada. Solo tras la caída del Telón de Acero fue redescubierto y traducido al mundo entero.

Su estilo es introspectivo, elegante y profundamente psicológico. Entre sus obras más conocidas se encuentran El último encuentro, La mujer justa y DiariosEn la vida, el que espera, pierde. El que decide, gana. Pero el que renuncia… comprende.

Márai se suicidó en San Diego en 1989, solo unos meses antes de la caída del Muro de Berlín, sin saber que su obra sería redescubierta como una joya de la literatura europea del siglo XX.

Seguimos recomendando audiolibros como este podcast.

Las seis principales alegrías de la vida según aparecen

Las fuentes de felicidad de una vida son tan sencillas que parecen invisibles. Quien sabe verlas, es ya un sabio. Como escribió Cesare Pavese: No se recuerdan los días, se recuerdan los momentos.” «La felicidad no brota de grandes cosas, sino de pequeñas cosas buenas que ocurren todos los días.» — Hermann Hesse.

Las seis principales alegrías de la vida, según una perspectiva cronológica y humanista, podrían ser las siguientes —una síntesis poética de lo que muchas culturas, literaturas y biografías celebran como los grandes gozos del ser humano a lo largo de su vida—:

1. El descubrimiento del mundo (la infancia). La alegría pura de jugar, de asombrarse con lo cotidiano, de preguntar sin miedo. "La infancia es el corazón de todas las edades." — Georges Bernanos.

2. La amistad verdadera (la juventud). El placer de los lazos escogidos, de las risas compartidas, de los secretos confiados bajo estrellas. "Un amigo es uno que lo sabe todo de ti y a pesar de ello te quiere." — Elbert Hubbard.

3. El amor y el deseo (la madurez temprana). El vértigo de enamorarse, la construcción de una vida compartida, la pasión y el proyecto común. El enamoramiento abre puertas a emociones intensas y descubrimiento de uno mismo a través del otro. Experimentar vínculos románticos y la independencia refuerza la autoestima y el deseo de conexión profunda. "Amar no es mirarse el uno al otro, es mirar juntos en la misma dirección." — Antoine de Saint-Exupéry.

4. La creación y la paternidad/maternidad (edad adulta). La alegría profunda de dar vida: a una criatura, a una obra, a un legado. De cuidar y ver crecer. "Tener un hijo es aceptar que tu corazón camine fuera de tu cuerpo." — Anónimo.

5. La realización interior (madurez). El placer de saberse útil, de cultivar pasiones, de comprender que la vida tiene sentido en el hacer con conciencia. "La verdadera felicidad está en el trabajo bien hecho." — Marie Curie.

6. La contemplación serena (vejez). El gozo de mirar atrás con gratitud, de vivir el presente con calma, de disfrutar a los nietos, los libros, la luz y las conversaciones lentas. "La vejez comienza cuando el recuerdo es más fuerte que la esperanza." — Proverbio francés. Y sin embargo, ¡qué dulce es ese recuerdo cuando ha sido plena la vida!

Estas seis categorías, quizá podríamos agruparlas en dos grupos de felicidad:

- Las alegrías de la A: Aprendizaje, Amistad, Amor y Arte

Aprender, preguntarse, leer, escribir. En cada libro, en cada conversación iluminada, florece una vida más amplia. «El conocimiento es la única riqueza que no se pierde.» — Ali ibn Abi Talib. Hay un gozo secreto en entender algo nuevo, en vincular ideas como quien enlaza versos en un poema.

La amistad verdadera es una segunda patria. «Amistad es igualdad.» — Aristóteles. Nada da más sentido que un corazón que late con otro, sin cálculos ni fronteras.

Amar es un arte y un riesgo, pero su recompensa es incomparable. El amor no sólo en el fulgor juvenil, sino en su forma madura: complicidad, cuidado, compañía. Caminar juntos durante décadas, compartir silencios sin incomodidad.

Apreciar el arte. «He descubierto que si uno mira con atención, siempre encuentra belleza.» — Vincent van Gogh. Quien aprende a contemplar, nunca está solo ni aburrido. Escribir, pintar, enseñar, construir, cocinar: crear es dar testimonio de la vida. «La creatividad requiere tener el valor de desprenderse de las certezas.» — Erich Fromm. En toda obra hay un pequeño desafío a la muerte.

Las alegrías del cuadrado: Familia, Trabajo, Legado y Gratitud

La alegría de la familia. Pocos momentos marcan tanto como sostener por primera vez a un hijo o a un nieto. Es un instante sagrado en que el tiempo se abre al futuro. «Cada niño que nace nos dice que Dios aún espera del hombre.» — Rabindranath Tagore. El llanto del recién nacido, la primera sonrisa de un nieto, esas celebraciones íntimas son anclas de sentido que justifican toda una existencia.

La alegría del trabajo. El orgullo de la obra bien hecha, sea un libro, un jardín, una empresa, o la crianza de los hijos. «El placer en el trabajo pone perfección en la obra.» — Aristóteles. 

La alegría del legado y la trascendencia. Dejar algo detrás: valores, amor, historias. Contar a los nietos cómo era el mundo antes. «Vivir en los corazones que dejamos atrás no es morir.» — Thomas Campbell. Ver a los hijos formar sus propias familias, sentirse parte de algo más grande y más duradero.

La alegría de la gratitud. Agradecer es un acto filosófico: reconocer que nada nos era debido. La vida enseña a saludar cada día con asombro renovado. «La gratitud es la memoria del corazón.» — Lao Tsé. Vivir con gratitud transforma la escasez en abundancia. Aprender a dar gracias por el simple hecho de estar vivo. «La gratitud no es sólo la mayor de las virtudes, sino la madre de todas las demás.» — Cicerón.

Las grandes alegrías están al alcance de todos, pero requieren atención, gratitud y amor para ser reconocidas. Hay en la vida alegrías profundas que no hacen ruido, pero iluminan la existencia como un faro en la niebla. El instante de contemplación: la lluvia en el cristal, el crepitar del fuego, el verso subrayado en un libro.

Con los dos nietos pequeños

Joan Didion: cómo escribir cuando todo se desmorona

Como prometimos recientemente hoy escribimos un homenaje a Joan Didion (1934–2021). Fue una de las grandes maestras de la prosa norteamericana del siglo XX y comienzos del XXI. Nacida en Sacramento, California, creció en un ambiente marcado por las tradiciones pioneras y la luz implacable del Oeste americano, un paisaje moral y físico que impregnó gran parte de su obra.

Precoz escritora desde los cinco años, fue Licenciada en la Universidad de California, Berkeley. Joan Didion comenzó su carrera como redactora en Vogue en los años sesenta. Fue allí donde perfeccionó un estilo único, preciso como un bisturí, capaz de diseccionar con fría lucidez las tensiones y fracturas de la cultura estadounidense.

Periodista, ensayista, novelista y memorialista, Didion destacó como figura señera del nuevo periodismo, ese movimiento que rompió las fronteras entre el reportaje, la crónica y la literatura. Su escritura combina una mirada casi clínica con una sensibilidad doliente, revelando las grietas bajo la superficie del sueño americano.

Joan Didion fue también testigo lúcida y desgarrada de la dimensión más íntima del dolor. En sus libros de memorias, abordó sin concesiones la experiencia del duelo, el amor conyugal y la fragilidad de la vida, conquistando a nuevas generaciones de lectores con su honestidad brutal y su belleza implacable. Falleció en 2021 en Nueva York, dejando una obra que sigue iluminando las sombras de nuestra época.

Las Principales obras de Joan Didion según formatos de periodismo, memoria y ficción.

✒️ Ensayo y crónica. 

  • Slouching Towards Bethlehem (1968). Una colección seminal del nuevo periodismo: retratos implacables de la contracultura californiana y el desmoronamiento de los valores tradicionales.
  • The White Album (1979). Ensayos emblemáticos sobre el caos de finales de los años 60 y 70 en EE. UU., desde los asesinatos de Manson hasta las grietas en la psique colectiva.
  • After Henry (1992). Una colección que confirma su mirada crítica y melancólica sobre la cultura y la política americanas.
  • Political Fictions (2001). Análisis agudo de la política estadounidense, desnudando sus ficciones y rituales vacíos.
  • South and West (2017, póstumo en parte). Fragmentos de cuadernos que revelan su investigación sobre el Sur profundo y la California rural.

✍️ Memorias.

  • The Year of Magical Thinking (2005). Ganadora del National Book Award. Un relato inolvidable sobre el duelo tras la muerte súbita de su esposo, el escritor John Gregory Dunne. Una exploración sobre el dolor, la memoria y la obstinación de la esperanza. 
  • Blue Nights (2011). Un texto aún más íntimo y desgarrador, centrado en la muerte de su hija adoptiva, Quintana Roo. Reflexión sobre la maternidad, la pérdida y la fragilidad de la propia vejez.

📖 Novela.

  • Run River (1963). Su debut novelístico: un oscuro retrato del legado familiar y la violencia soterrada en el valle de Sacramento. 
  • Play It As It Lays (1970). Considerada su obra maestra de ficción: el vacío moral de Hollywood, el nihilismo elegante de una actriz rota, y la belleza mortal del desierto californiano. 
  • A Book of Common Prayer (1977). Una novela política y existencial ambientada en un país ficticio de Centroamérica, con mujeres atrapadas en el caos.
  • Democracy (1984). Ambiciosa y elusiva, explora la política internacional y las intrigas personales en el Pacífico.
  • The Last Thing He Wanted (1996). Thriller político que anticipa con fría ironía el escándalo Irán-Contra.

Joan Didion no fue solo una gran cronista de su tiempo. Fue, ante todo, una exploradora de la incertidumbre, de la fragilidad humana ante la muerte, el amor, la política y el mito del progreso. Su estilo —económico, luminoso y devastador— transformó el periodismo y la narrativa contemporánea. Su obra sigue siendo un espejo incómodo pero necesario, que nos obliga a mirar de frente el coste de nuestras ficciones colectivas y personales. ‘El agua estaba quieta y no sabíamos nadar’: el legado de Joan Didion, anatomista del colapso”

Tan poca vida: la épica de la fragilidad humana

Tan poca vida de Hanya Yanagihara es una novela sigue la amistad de cuatro hombres —Jude St. Francis, Willem, JB y Malcolm— que llegan a Nueva York tras graduarse. A lo largo de varias décadas, sus vidas se entrelazan con éxitos profesionales, vínculos afectivos profundos y convulsiones internas.

Sin embargo, la historia se centra especialmente en Jude St. Francis, cuya infancia estuvo marcada por traumas extremos, incluidos abuso sexual, auto‑lesiones y enfermedades crónicas. A pesar de su brillante carrera como abogado, Jude arrastra un dolor profundo que se manifiesta en su modo de relacionarse y vivir.

Tan poca vida es una novela poderosa y profundamente emotiva que indaga en los límites del sufrimiento y la importancia del apoyo emocional. Ha dejado huella en muchos lectores, aunque puede no ser adecuada para todos debido a su contenido muy explícito y emocionalmente difícil.

La novela explora temas oscuros y universales como el sufrimiento humano, la empatía, el valor de la amistad, la culpa, la identidad y el precio emocional de la existencia. Está escrita con un estilo intenso, detallado y, por momentos, brutalmente honesto.

Las reacciones de los lectores están muy divididas, con críticas sobre su extensión

- “Es un buen libro, pero bastante crudo. Toca temas sensibles… te deja con una sensación de agobio.”  

- “No lo recomendaría a alguien con TEPT, autolesiones o abuso sexual… no es un libro para todos.” 

- “Le sobran unas 400 o 500 páginas, se vuelve intolerable tanta descripción del sufrimiento de Jude…” 


Hanya Yanagihara nació en 1974 en Los Ángeles y creció en Hawái. Estudió en Punahou School y obtuvo su título en Smith College en 1995. Trabajó como publicista y en editorial Condé Nast Traveler, y desde 2017 es directora de T, el suplemento de The New York Times. Su primera novela fue The People in the Trees (2013), reconocida por la crítica. En marzo de 2015 publicó A Little Life (Tan poca vida), que fue finalista de varios premios prestigiosos —como el Man Booker Prize y el National Book Award— y ganó el Kirkus Prize de ficción.

Desde su lanzamiento, Tan poca vida ha vendido más de un millón y medio de ejemplares en inglés, generando debates polarizados: fue alabada por ser “emocionalmente devastadora” pero también criticada por su tono excesivamente doloroso. En 2022 publicó su tercera novela, To Paradise, ambientada en diferentes épocas en Washington Square.

Algunas Citas destacadas:

- “Él era el secreto de todos. El secreto más triste.”

- “No quiero saber cómo soy. No quiero conocerme.”

- “El problema no es que me odie. El problema es que me odio de una forma que no puedes imaginar.”

- “Para eso están los amigos, pensaba: para sostenerte cuando no puedes sostenerte solo.”

- “Todo en su vida se reducía a este miedo: que el amor no fuera suficiente.”

- “Podía soportar casi cualquier cosa, salvo la bondad.”

- “Él no creía en la felicidad. Solo en la resistencia.”

- “Era su mejor amigo, su única familia. Su hogar.”

- “Había aprendido que la esperanza era un crimen por el que siempre pagabas.”