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La tecnología del Siglo XXI necesita más filosofía y ética

La ingeniería del presente y del futuro: Luciano Azpiazu Canibell nos habla de redes eléctricas, talento y la transformación de Bilbao,... En un país donde la tecnología avanza más rápido que la capacidad de regulación, donde la transición energética se discute a menudo desde el desconocimiento, escuchar la voz de un ingeniero con más de cuatro décadas de experiencia aporta una rara claridad. 

La conversación con Luciano Azpiazu Canibell —ingeniero industrial formado en la Escuela Técnica Superior de Bilbao, profesor y profesional durante 40 años en Iberdrola Redes— es también un retrato generacional de quienes han sostenido silenciosamente el progreso energético y urbano de España. 

Su historia familiar ya evoca la movilidad empresarial de otras épocas: abuelo catalán del sector textil, padre vasco, raíces que conectan la industria textil con la ingeniería eléctrica. Y a partir de ahí, la trayectoria de un profesional que ha sido testigo directo de la evolución del sistema eléctrico español y de los cambios profundos de Bilbao.

La situación real de las redes eléctricas

Azpiazu introduce una distinción fundamental: no todas las redes eléctricas sufren los mismos problemas. Las de muy alta tensión, gestionadas por Red Eléctrica, soportan la avalancha de peticiones de conexión de grandes plantas fotovoltaicas, eólicas o sistemas de almacenamiento. Las de media y baja tensión, que alimentan hogares, comercios e instituciones, presentan una situación más heterogénea: saturación en los centros urbanos —por el aumento de la demanda, climatización y peatonalización— y sobrantes de capacidad en zonas despobladas.

La paradoja es evidente: si pudiéramos trasladar demanda de las ciudades a Castilla, sobraría red, pero la necesidad está donde está la población, el tráfico y la actividad económica.

Electrificación, vehículos y transición real

Cuando se habla de vehículo eléctrico, la ingeniería se impone al entusiasmo. Azpiazu lo explica con claridad pedagógica: una comunidad de vecinos de 14 plantas puede funcionar con un único transformador, pero una sola carga rápida de un coche necesita otro transformador equivalente. Y aun así, no todos los vecinos tendrán coche eléctrico ni lo cargarán simultáneamente, lo que introduce factores de simultaneidad que suavizan el problema.

 ¿Será el coche eléctrico de baterías el dominante en el futuro? El ingeniero es escéptico. Prevén un camino intermedio:

Motores de combustión con combustibles alternativos ya desarrollados por empresas como Petronor.
Hidrógeno o metano para vehículos pesados: autobuses, barcos, camiones. 
- E incluso menciona el absurdo práctico de la carga por inducción: para cargar sin cables habría que colocar una placa metálica de hasta 80 kg bajo la batería.

Estamos —dice— en una transición dentro de la transición: la tecnología definitiva aún no está definida. 


Un elogio a los profesionales frente a los “todólogos”

Uno de los pasajes más contundentes es la crítica a los opinadores sin rigor técnico. Los “todólogos” que, ante una crisis como un apagón, hablan de grid forming sin que aún exista en operación real, o reclaman duplicar redes sin asumir los años de trámites necesarios para construirlas. Azpiazu recuerda un caso ilustrativo: un presidente de una gran compañía eléctrica pedía suministro a su finca… pero él mismo bloqueaba los permisos para la línea que debía alimentarla.

Su propuesta es provocadora pero argumentada: en ciertos asuntos, el voto de un profesional debería pesar más que el de un aficionado. No todas las opiniones son equivalentes cuando se discute cirugía, redes eléctricas o ingeniería civil.

Bilbao: la prueba de que la ingeniería transforma ciudades

Pocas ciudades simbolizan la transformación moderna como Bilbao. Y Azpiazu recuerda que el cambio no fue espontáneo ni mágico: detrás estaban la tenacidad de dos ingenieros —uno de Caminos y otro Industrial— que impulsaron la regeneración de Abandoibarra y facilitaron la llegada del Museo Guggenheim Bilbao. El metro, el tranvía y la limpieza de la ría completaron un proceso que convirtió una ciudad industrial oscura en un referente urbanístico europeo.

Los ingenieros no solo construyen infraestructuras: anticipan el futuro antes de que los demás lo vean.

Ingeniería, talento y el reto educativo

Las escuelas de ingeniería españolas mantienen buen número de alumnos, pero afrontan desafíos: nuevas profesiones sin atribuciones, cambios en los planes académicos, incorporación de formación humanística y ética para preparar un mundo con inteligencia artificial. Las mujeres representan ya casi el 30% de las nuevas promociones, gracias a mejores condiciones de conciliación y a una visión más amplia de la profesión.

Pero persiste un problema sistémico: la fuga de talento. Muchos ingenieros jóvenes encuentran mejores condiciones en Alemania, Suiza o Reino Unido, y España debe esforzarse por retener y atraer talento si quiere mantener su avance tecnológico.

En definitiva, la conversación con Luciano Azpiazu es un recordatorio de que la ingeniería es una disciplina silenciosa, rigurosa y profundamente humana. De ella depende que las luces sigan encendidas, que las ciudades funcionen y que la transición energética sea algo más que un eslogan.

iPhone 17 Pro Max para un usuario veterano

Hace casi 4 años pasamos del iPhone 7 al iPhone 13 (post}. Hoy saltamos al iPhone 17, ahora blanco antes azul siempre Pro Max en los tres casos. En el vertiginoso ciclo de renovación tecnológica anual, es fácil caer en el escepticismo. Durante años, la ley de los rendimientos decrecientes ha imperado en la telefonía móvil: las cámaras mejoraban marginalmente y los procesadores eran más rápidos para tareas que ya se sentían instantáneas. 

Sin embargo, el iPhone 17 Pro Max llega en un momento de inflexión histórica, marcando no solo una mejora incremental, sino un cambio de paradigma impulsado por la integración total de la Inteligencia Artificial generativa y un hardware finalmente capaz de ejecutarla sin compromisos.

Para el usuario que proviene de un iPhone 13, 14 o incluso 15, la pregunta no es si este dispositivo es mejor, sino si transforma sustancialmente su flujo de trabajo profesional y académico. Analicemos las novedades bajo una óptica crítica. 

1. La Hegemonía del Silicio: A19 Pro y la Gestión de Memoria. El corazón de esta máquina es el chip A19 Pro. Fabricado en un proceso de 2 nanómetros (según los últimos informes técnicos), este procesador no busca simplemente vencer en benchmarks de fuerza bruta. Su arquitectura está rediseñada para el Neural Engine.

Para educadores y profesionales, esto es crucial. La diferencia palpable para quien viene de versiones anteriores es la memoria RAM unificada de 12 GB. Esto permite que los Modelos de Lenguaje Grande (LLM) de Apple Intelligence residan y operen localmente en el dispositivo con una latencia casi nula. Ya no se trata de pedirle a Siri que ponga una alarma; se trata de pedirle al iPhone que resuma una conferencia de 2 horas grabada en Notas de Voz, transcriba el audio y genere mapas mentales, todo sin enviar un solo byte a la nube, garantizando la privacidad de los datos de investigación o del alumnado.

2. La Pantalla como Espacio de Trabajo. El aumento a las 6.9 pulgadas podría parecer excesivo sobre el papel, pero la reducción de los biseles a su mínima expresión física hace que el dispositivo mantenga una ergonomía aceptable.

Para la lectura de papers académicos, la revisión de tesis o el consumo de contenido multimedia educativo, el panel Super Retina XDR ofrece ahora una gestión de brillo y eficiencia energética superior gracias a la nueva tecnología LTPO de tercera generación. La tasa de refresco variable (ProMotion) se siente más orgánica que nunca, eliminando la fatiga visual en sesiones prolongadas de lectura o escritura.

3. El Triunvirato Fotográfico: 48 MP en Todo el Espectro. Aquí reside el argumento de venta más fuerte para creadores de contenido educativo y documentalistas. Por primera vez, el iPhone 17 Pro Max unifica la resolución: 48 megapíxeles en los tres lentes (Principal, Ultra Gran Angular y Teleobjetivo).

Si vienes de un iPhone 14 Pro, notarás que el teleobjetivo ya no es el "pariente pobre" en condiciones de baja luz. El nuevo sistema de periscopio tetraprisma optimizado permite capturar detalles en pizarras lejanas, diapositivas en auditorios oscuros o detalles arquitectónicos con una nitidez clínica. Además, la capacidad de grabar Video Espacial con mayor resolución prepara su biblioteca visual para el futuro ecosistema de realidad mixta (Vision Pro), algo vital para la educación inmersiva.

4. Conectividad y Autonomía: El Héroe Silencioso. En el entorno académico, la fiabilidad lo es todo. La inclusión de Wi-Fi 7 garantiza velocidades de transferencia teóricas que rivalizan con el cable, ideal para mover grandes bibliotecas de datos o proyectos de video 4K ProRes.

Asimismo, la nueva tecnología de baterías apiladas, combinada con la eficiencia del A19 Pro, ofrece por fin esa autonomía "real" de dos días bajo uso moderado, o un día completo bajo uso intensivo (hotspot, GPS, grabación de video). Para el docente que va de aula en aula sin acceso a un cargador, esto es libertad.

Conclusión: ¿Actualizar o esperar? El iPhone 17 Pro Max no es una compra impulsiva; es una inversión en eficiencia. La diferencia inmediata en fotografía es asombrosa. Véase dos imágenes nocturnas anexadas para comparar el iPhone 17 con teleobjetivo de x8 con el iPhone13 x4

Si tienes un iPhone 15 Pro Max: La actualización es sugerida solo si dependes críticamente de la IA local más avanzada o de la fotografía con teleobjetivo de alta resolución. 

Si tienes un iPhone 14 Pro o anterior: El salto es abismal. La combinación de USB-C (si vienes del 14 o 13), la pantalla de 120Hz optimizada, la ergonomía del titanio y, sobre todo, la capacidad de cómputo para la nueva era de la IA, justifican plenamente la inversión.

Este dispositivo deja de ser un teléfono para convertirse en un nodo de inteligencia personal, una herramienta que no solo consume información, sino que ayuda activamente a procesarla, sintetizarla y crearla. Pronto comenzaremos a publicar más fotos con estas capacidades,...

El Señor de las Moscas: Parábola sobre civilización y barbarie

La versión en película se puede ver en PrimeVideo.

Una vez más releemos "El Señor de las Moscas", de William Golding (ver en otros varios posts). Nos ofrece una visión descarnada de la civilización y la parábola definitiva sobre la naturaleza humana. Su relevancia literaria descansa en cómo la infancia desvela nuestro lado más oscuro, con símbolos como la caracola rota. Entre la hoguera y la caza esta obra actúa como espejo social.

William Golding nació en Cornualles, Inglaterra, en 1911. Educado en Oxford, trabajó como maestro de inglés y filosofía antes de servir en la Marina Real británica durante la Segunda Guerra Mundial, experiencia que marcaría profundamente su visión del ser humano. Las atrocidades que presenció durante el conflicto bélico lo llevaron a cuestionar la idea rousseauniana del "buen salvaje" y la creencia optimista en la bondad inherente del hombre. 

Golding publicó "El señor de las moscas" en 1954, tras múltiples rechazos editoriales. La novela se convirtió en un clásico instantáneo y le valió el Premio Nobel de Literatura en 1983. Falleció en 1993, dejando un legado literario que continúa interpelando a generaciones de lectores sobre la delgada línea que separa la civilización de la barbarie.

La isla como microcosmos de la sociedad. "El señor de las moscas" narra la historia de un grupo de niños británicos que, tras un accidente aéreo, quedan varados en una isla desierta del Pacífico durante una guerra nuclear no especificada. Sin adultos que los guíen, los muchachos intentan organizarse democráticamente bajo el liderazgo de Ralph, quien es elegido por su carisma y sensatez. Junto a Piggy, un niño inteligente pero físicamente vulnerable, Ralph establece normas: mantener una hoguera como señal de rescate, construir refugios y utilizar una caracola como símbolo de autoridad para ordenar las asambleas.

Sin embargo, la frágil estructura social pronto comienza a resquebrajarse. Jack, líder del coro convertido en cazadores, representa el impulso primitivo hacia la violencia y el poder. Su obsesión por cazar cerdos salvajes lo aleja progresivamente de las responsabilidades colectivas. La división entre Ralph y Jack simboliza el eterno conflicto entre civilización e instinto, entre razón y pasión.

A medida que avanza la narración, los niños más pequeños comienzan a temer a una supuesta "bestia" que habita la isla. Este miedo colectivo, alimentado por la oscuridad y la imaginación infantil, se convierte en el catalizador de la degradación moral del grupo. Simon, un niño sensible y reflexivo, descubre que la bestia no es más que un paracaidista muerto, pero cuando intenta comunicar esta verdad, es asesinado en un ritual de histeria colectiva.

La violencia escalada culmina con el asesinato de Piggy, cuya muerte simboliza la destrucción completa de la racionalidad y el orden. Jack y su tribu de cazadores, con rostros pintados y comportamiento salvaje, cazan a Ralph por la isla hasta que la llegada de un oficial naval británico interrumpe abruptamente la persecución, devolviendo a los niños a una conciencia repentina de lo que han hecho.

Reflexiones sobre la condición humana. Golding construye una alegoría devastadora sobre la naturaleza humana. Cada personaje encarna un aspecto de la sociedad: Ralph representa el liderazgo democrático y la razón; Piggy, la inteligencia y el pensamiento científico; Jack, el autoritarismo y la sed de poder; Simon, la espiritualidad y la verdad; Roger, la crueldad desenfrenada . La caracola simboliza el orden legal y el derecho a expresarse; las gafas de Piggy, el conocimiento y la capacidad de transformar el entorno; la cabeza de cerdo ensartada —el "señor de las moscas"— personifica el mal inherente al ser humano.

La obra plantea preguntas incómodas: ¿es la civilización simplemente un barniz superficial que oculta nuestros instintos más oscuros? ¿Qué nos impide caer en la barbarie cuando desaparecen las estructuras sociales? Golding sugiere que el verdadero enemigo no está fuera, sino dentro de nosotros mismos.

La novela conserva su vigencia porque habla de verdades universales: la facilidad con que el miedo puede manipularse para obtener poder, cómo la violencia genera más violencia, y la fragilidad de las normas sociales que damos por sentadas. En tiempos de polarización política y tensiones sociales, "El Señor de las Moscas" sigue siendo una lectura obligatoria para comprender los peligros de la deshumanización del otro y la importancia de defender los valores civilizatorios.

Historia de GetxoBlog, de 2009 a 2024

Con gran añoranza de los Encuentros Anuales de GetxoBlog en estas señaladas fechas de finales de noviembre, y como prueba de que documentamos debidamente para la historia el recorrido de GetxoBlog, hemos pedido a algunas de la Inteligencias Artificiales del momento que exploren la web para contarnos esta peripecia colectiva.

Sigue un resumen generado automáticamente por Claude nos cuenta la fascinante trayectoria de GetxoBlog, una asociación cultural pionera en el País Vasco que representó durante 16 años un espacio de encuentro para bloggers y entusiastas de la comunicación digital.

Los orígenes (2008-2009)

GetxoBlog nació en 2008 como un proyecto en el municipio de Getxo, impulsado por Mikel Agirregabiria y colaboradores. El primer encuentro anual tuvo lugar el 31 de octubre de 2009 en el Aula de Cultura de Villamonte en Algorta. La iniciativa surgió como evolución natural de GetxoWeb, un proyecto pionero iniciado en 1995 que fue precursor de Google Street View, documentando fotográficamente 338 calles de Getxo.

Los objetivos fundacionales eran claros: promocionar Getxo desde la web social y transmitir las ventajas (advirtiendo de los riesgos) de Internet a la ciudadanía.

Primeros años y consolidación (2009-2012)

En sus inicios, GetxoBlog organizó citas temáticas con ponencias de figuras relevantes: José A. Pérez (diciembre 2009), Alberto Ortiz de Zarate (enero 2010), Lorena Fernández (marzo 2010), entre otros. La asociación se definía como un espacio abierto donde cualquier persona que mantuviera un blog o conversara en redes sociales podía participar.

En 2012, durante el IV Encuentro, comenzaron a entregarse los Premios GetxoBlog, con categorías HAREA Saria (Arena) y UR Saria (Agua). Las esculturas fueron creadas y donadas por la artista Patricia Cancelo Lorenzo. Desde entonces, la sede se estableció en el Palacio Bake Eder, Centro de Conocimiento de la Fundación BiscayTIK.

Expansión y madurez (2013-2018)

Durante esta etapa, GetxoBlog amplió su impacto añadiendo nuevas categorías de premios: AIRE Saria (Aire) a partir de 2016 para blogs colectivos y SU Saria a partir de 2018 para blogs en euskera. El encuentro del décimo aniversario (2018) tuvo especial relevancia, con el lema "111 bloggers de 2018 haciendo una retrospectiva y una prospectiva de los blogs presentes y futuros".

Los encuentros se consolidaron como eventos de referencia, siempre celebrados a finales de noviembre, con transmisión por streaming, cobertura fotográfica extensiva y participación de figuras destacadas del mundo digital vasco.

Años de transformación (2019-2023)

Durante este periodo, GetxoBlog adaptó sus temáticas a los desafíos contemporáneos. En 2023 se celebró el XV Encuentro, consolidando la relevancia de esta plataforma. Los temas evolucionaron hacia la longevidad, la sostenibilidad, y especialmente la inteligencia artificial, reflejando las preocupaciones sociales del momento.

GetxoBlog creó lazos con proyectos como GetxoWeb y su evolución posterior GetxoLong, ampliando su enfoque hacia una sociedad más inclusiva adaptada a desafíos como la longevidad y la digitalización.

El cierre del ciclo (2024)

El 30 de noviembre de 2024 se celebró el XVI y último Encuentro Anual GetxoBlog. Después de más de 15 años, 5.509 días desde aquel primer encuentro, la decisión de cerrar este ciclo respondió a una reflexión sobre la evolución tecnológica. Como expresó la organización, los bloggers parecen hoy aquellos entusiastas de viejos cacharros, mientras la era de la Inteligencia Artificial transforma el panorama digital.

GetxoBlog desplegó diversos formatos: 16 Encuentros Anuales con 45 Premios entregados, 8 citas monotemáticas, rutas gastronómicas GetxoPintxo y excursiones blogger. Todo el proyecto se realizó desde el voluntariado, con presupuesto cero euros, apoyado por la familia de Mikel Agirregabiria y amistades, con el respaldo institucional del Ayuntamiento de Getxo y la Fundación BiscayTIK.

Legado

GetxoBlog representó un espacio de colaboración intergeneracional e interdisciplinaria, fomentando el intercambio de ideas sobre comunicación digital, innovación y sostenibilidad. Su cierre no significa el final del equipo, sino una transformación hacia nuevos proyectos como GetxoLong, enfocado en la longevidad y la sociedad del futuro.

Como testimonio de su impacto, algunos galardonados con los Premios GetxoBlog posteriormente recibieron reconocimientos de mayor relieve como los Premios de Periodismo Vasco, confirmando el valor de esta plataforma como espacio de referencia en el ecosistema digital vasco.

El arte de la guerra de Sun Tzu o la victoria sin combatir

El Arte de la Guerra, la Sabiduría Milenaria para los Desafíos Contemporáneos, de  Sun Tzu, el Estratega que Trascendió el Tiempo.  Sun Tzu (544-496 a.C.), cuyo nombre real era Sun Wu, fue un general, estratega militar y filósofo chino que vivió durante el período de las Primaveras y Otoños de la antigua China. 

Aunque los detalles históricos sobre su vida son escasos y están envueltos en la leyenda, las crónicas tradicionales lo sitúan al servicio del rey Helu del estado de Wu. Su brillantez táctica y su profundo entendimiento de la naturaleza humana le permitieron no solo conquistar territorios, sino también cimentar un legado intelectual que ha perdurado más de dos mil quinientos años.

La figura de Sun Tzu representa la confluencia entre el pensamiento taoísta y el pragmatismo militar. Su enfoque no se limitaba a la mera confrontación bélica, sino que abarcaba una comprensión holística del conflicto, donde la psicología, la diplomacia y la estrategia se entrelazaban de manera magistral.

La Obra: Trece Capítulos de Sabiduría Estratégica "El Arte de la Guerra" es un tratado militar compuesto por trece capítulos, cada uno dedicado a un aspecto específico de la guerra y la estrategia. Lejos de ser un simple manual de combate, esta obra constituye una profunda reflexión sobre la naturaleza del conflicto, la toma de decisiones y el liderazgo.

El texto comienza con consideraciones generales sobre la guerra y su importancia para el Estado, avanzando luego hacia temas como la planificación, el ataque estratégico, las disposiciones tácticas, la energía, los puntos débiles y fuertes, las maniobras, las variaciones tácticas, el ejército en marcha, el terreno, las nueve situaciones, el ataque con fuego y el empleo de agentes secretos.

Lo revolucionario de Sun Tzu reside en su énfasis en ganar sin combatir. Para él, la victoria suprema consiste en someter al enemigo sin batalla, mediante la inteligencia, la diplomacia y el engaño estratégico. Esta visión contrasta radicalmente con la glorificación de la violencia que caracterizaba a muchos escritos militares de su época. 

Principios Fundamentales y su Vigencia El núcleo filosófico de "El Arte de la Guerra" se sustenta en varios principios que han demostrado su validez más allá del campo de batalla. La obra subraya la importancia del autoconocimiento y del conocimiento del adversario, la flexibilidad táctica, la economía de recursos y la supremacía de la estrategia sobre la fuerza bruta.

En el mundo contemporáneo, estos principios han encontrado aplicación en ámbitos tan diversos como los negocios, la política, el deporte y las relaciones personales. Ejecutivos, negociadores y líderes de todo tipo han descubierto en las enseñanzas de Sun Tzu herramientas valiosas para navegar la complejidad de sus respectivos campos.

Citas memorables:  "La habilidad suprema consiste en someter al enemigo sin darle batalla." "Si conoces al enemigo y te conoces a ti mismo, no debes temer el resultado de cien batallas."  "La suprema excelencia consiste en quebrar la resistencia del enemigo sin luchar."  Toda guerra se basa en el engaño."  "Las oportunidades se multiplican a medida que son aprovechadas."  "En medio del caos, también hay oportunidad." "El general que gana una batalla hace muchos cálculos en su templo antes de que se libre la batalla." "Ataca donde no esté preparado, aparece donde no seas esperado." "La invencibilidad reside en la defensa; la posibilidad de victoria, en el ataque." "Un ejército victorioso gana primero y entabla la batalla después; un ejército derrotado lucha primero e intenta obtener la victoria después." "Así como el agua moldea su curso según la naturaleza del terreno por el que fluye, el soldado trabaja su victoria en relación con el enemigo al que se enfrenta." "No hay instancia de una nación que se beneficie de una guerra prolongada." "El hábil guerrero se impone a sí mismo y no espera nada del enemigo." "Quien sabe cuándo puede luchar y cuándo no puede, será victorioso." "Todos los hombres pueden ver las tácticas mediante las cuales conquistó, pero lo que nadie puede ver es la estrategia a partir de la cual se forjan las grandes victorias." "Un ejército sin sus bagajes y provisiones está perdido; sin provisiones, está perdido; sin bases de abastecimiento, está perdido." "Concentra tus energías y acumula tu fuerza. Mantén al ejército en movimiento constante y diseña planes inescrutables." "Quien llega primero al campo de batalla y espera al enemigo está fresco para la lucha; quien llega segundo y debe apresurarse quedará exhausto." 

"La velocidad es la esencia de la guerra. Aprovecha la falta de preparación del enemigo; viaja por rutas inesperadas y ataca donde no haya tomado precauciones." "El general prudente considera tanto las ventajas como las desventajas. Cuando ve las ventajas, su ánimo se anima; cuando ve las desventajas, sus dificultades pueden resolverse." "Sé extremadamente sutil, incluso hasta el punto de no tener forma. Sé extremadamente misterioso, incluso hasta el punto de ser silencioso. Así podrás ser el director del destino del oponente."

Estas frases encapsulan la esencia de un pensamiento que privilegia la inteligencia sobre la fuerza, la preparación sobre la improvisación y la adaptabilidad sobre la rigidez.

Relevancia en el Siglo XXI "El Arte de la Guerra" continúa siendo objeto de estudio en academias militares de todo el mundo, pero su influencia se extiende mucho más allá. En la era de la competencia global, la información instantánea y los conflictos asimétricos, las lecciones de Sun Tzu sobre adaptabilidad, conocimiento del terreno y economía de recursos resultan extraordinariamente pertinentes.

La obra nos recuerda que los conflictos, ya sean militares, comerciales o personales, se ganan primero en la mente. La estrategia, la preparación y el entendimiento profundo de las circunstancias son las verdaderas armas de quienes aspiran no solo a vencer, sino a trascender.

¿Todos seremos usuarios de la IA? Esa no es la cuestión,...

En 1997 aparecimos en televisión no como expertos en Internet, sino como una rara avis de "usuario de Internet" . Dos décadas después, ya todos somos usuarios de Internet. En 2015 se creó AUVE, Asociación de Usuarios de Vehículos Eléctricos en España, de la que fui Presidente. Pronto todos los conductores seremos usuarios de VE (BEV), como en China lo son ya prácticamente todas las motos nuevas. 

También podríamos crear una Asociación de Usuarios de Vehículos Autónomos, pero también sería de duración limitada porque finalmente todos lo serán. Puede sonar prematuro, pero el principal modo de transporte humano ya es autónomo y sostenible-eléctrico también,... El ascensor. Y es autónomo, a pesar de que se limite a niños de muy poca edad o fuera protegido en algún tiempo y lugar para proteger un empleo ya desaparecido, las y los ascensoristas.

Con esta perspectiva histórica, lo que sobra es si seremos usuarios de la IA. Entre las muchas obsesiones de nuestro tiempo —la velocidad, la inmediatez, la eterna promesa de que “el mañana será mejor”— se ha colado discretamente una pregunta que parece inocente y, sin embargo, roza la metafísica tecnológica: ¿todos seremos usuarios de la inteligencia artificial?

La formulación recuerda a otras preguntas que hicieron historia. A finales del XIX, cuando la electricidad comenzaba a encender escaparates, hubo quien preguntó si llegaría a todos los hogares. Antes, cuando el ferrocarril unió territorios que se consideraban casi míticos, algunos dudaron de que la gente común necesitara semejante prodigio. Y cuando Internet apareció en escena, muchos pensaron que solamente sería útil para académicos, informáticos y quizá algún aventurero curioso. Hoy sabemos la respuesta. La historia de la tecnología, además de obstinada, es una gran aficionada a la ubicuidad y al usuario universal.

Tecnologías que no se eligen.  Las tecnologías verdaderamente transformadoras nunca se adoptan: se infiltran. Como escribió Calvino, “las ciudades se revelan en la manera en que se habitan”; también las tecnologías se revelan en la manera en que dejamos que nos acompañen, a veces sin advertirlo.  Del mismo modo que nunca decidimos “usar electricidad” —simplemente vivimos en ella—, tampoco decidimos “usar IA”: nos deslizamos hacia ese uso con la misma naturalidad con la que el teléfono clasifica nuestras fotos o el coche autónomo interpreta nuestro sueño al volante.

A menudo, la innovación se vuelve cotidiana a través de gestos mínimos: el mensaje autocompletado, la traducción instantánea, el asistente que nos recuerda un cumpleaños que juraríamos haber apuntado. Nada escandaloso, nada heroico. Y, sin embargo, decisivo.

Analogías históricas para un presente desconcertante.  Es útil mirar atrás para comprender la serenidad que exige el futuro. La imprenta no acabó con la palabra manuscrita, pero la transformó. El ferrocarril no destruyó los caminos, pero les cambió el ritmo. La televisión no hizo desaparecer la radio, pero la obligó a renovarse. Internet no sustituyó la conversación, pero la desplazó a nuevas plazas.

La IA parece llamada a ocupar el mismo tipo de lugar: no vendrá a quitarnos la inteligencia, sino a obligarnos a preguntarnos qué hacemos con la nuestra. Como advertía Borges al imaginar su universo infinito, “cada acto supone un infinito de consecuencias”. También aquí.

Una herramienta que obliga a repensarse.   La Inteligencia Artificial (IA / AI) según  Andrew Ng  es la nueva "electricidad". Llegará, si es que no ha llegado, a todo el mundo, a todas partes y a todas las personas,  Es legítimo temer que la IA nos distraiga o nos haga delegar demasiado. La tentación de ceder tareas —y quizás decisiones— a una máquina que siempre parece disponible es grande.  Pero es un temor, en cierto modo, antiguo.

Los griegos sospechaban del alfabeto porque permitiría recordar sin memoria; los sabios de otras épocas desconfiaron de la imprenta porque “banalizaría” el conocimiento La historia no confirma esos temores, pero sí revalida algo más sutil: cada salto tecnológico nos obliga a redefinir nuestro papel. A preguntarnos qué queda de nosotros una vez que delegamos.

¿Todos seremos usuarios de la IA?  La respuesta más sobria, más dominical, es que sí: seremos usuarios, como lo somos de todo aquello que la vida cotidiana incorpora sin ruido Lo seremos no por moda ni por obligación, sino porque el mundo y la vida se organizan ya bajo formas de inteligencia que complementan —o imitan— la nuestra.

Sin embargo, la pregunta relevante para este tiempo convulso quizá no sea esa.  No es si utilizaremos la IA, sino en qué medida la IA estructurará lo que hacemos, lo que elegimos, lo que entendemos como posible.  Porque toda herramienta profunda transforma en silencio a quien la emplea. Y en este caso, la frontera puede resultar difusa.  Al final, la cuestión quizá no sea si todos seremos usuarios de la IA…  …sino si será la IA quien nos utilice a nosotros. Esta es la alternativa  que hemos de dilucidar: ¿ IA para todos… o todos para la IA?

HumanTek en la Semana Europea de la Robótica 2025 en Bilbao

Acudiremos el próximo jueves 20-11-25 a la primera jornada de la Semana Europea de la Robótica en el evento que se celebrará en la Sala Konekta de La Perrera de Bilbao. En el primero de los cuatro días, presentaremos la Asociación HumanTek (otros posts), que evoluciona después de más de 20 años del colectivo Internet & Euskadi que nació en 2003.

El evento, que es 100% gratuito, incluirá una variedad de actividades:

Charlas y Ponencias: Como la "Ponencia Humantek sucesora de Internet & Euskadi" sobre las nuevas perspectivas de la robótica e IA en Euskadi. Jueves 20 a las 16:00 horas.

- Hackathon "Le Robot": Tendrá lugar del 21 al 23 de noviembre, dirigido a talentos en robótica e inteligencia artificial, con 3.000 € en premios.
- Talleres Familiares: El 22 de noviembre (día de puertas abiertas) se ofrecerán talleres rotativos como "Carrera de Mario kart", "Perros Robots" y "Ugot Space Kit".
- Demostraciones: Se mostrarán robots en acción, incluyendo un "Robot Artista" y el robot Franka FR3.
- Paneles de Debate: Sobre el impacto de la IA y la robótica en la vida diaria.
- Exhibiciones: Incluirá una exhibición de proyectos de la First Lego League (FLL) y un encuentro de jóvenes "maker" (Bilbao Maker Faire).
- Presentaciones: Estudiantes presentarán proyectos de robótica y TFGs.
Networking: Pausas para conectar con profesionales y estudiantes.
Web oficial: semanaeuropearoboticabilbao.eus

TheySeeYourPhotos.com: ¿Qué revela a la IA una sola imagen?

Hoy descubriremos algo tan asombroso y simple de utilizar como aterrador por lo que supone. Todo lo que la IA de Google descubre de nuestras vidas a través de una sola fotografía. El título ya es explícito: They See Your Photos / Ellos ven tus fotos. La web promueve una visión educativa para hacernos comprender el poder de la IA (véase en muchos posts).

En un mundo donde las imágenes son el lenguaje universal de la era digital, una sola fotografía puede ser más reveladora que un diario íntimo. Imaginen subir una instantánea casual a la nube: un atardecer en la playa, un retrato familiar o incluso un objeto cotidiano como una máscara de cómic. ¿Qué secretos desvela? ¿Qué inferencias construye una inteligencia artificial sobre nuestra identidad, deseos y vulnerabilidades? 

Esta es la premisa inquietante de They See Your Photos (https://theyseeyourphotos.com/), un sitio web interactivo lanzado en noviembre de 2024 que transforma la curiosidad en una lección magistral sobre privacidad y ética en la inteligencia artificial. Como un espejo distorsionado por algoritmos, este experimento nos confronta con el poder voraz de la visión computacional, recordándonos que, en la red, nada es verdaderamente privado.

Detrás de esta herramienta se encuentra Ente, una plataforma de almacenamiento de fotos de código abierto y cifrada de extremo a extremo, fundada por Vishnu Mohandas, un ingeniero de software indio que abandonó Google en 2020 por motivos éticos. Mohandas, quien se formó en programación autodidacta en Bengaluru, se desilusionó al descubrir la colaboración de Google con proyectos militares de IA, como el análisis de imágenes de drones para el Departamento de Defensa de EE.UU. "Quería crear algo más privado, wholesome y confiable", declara en entrevistas, impulsando Ente como alternativa a Google Photos, con más de 100.000 usuarios enfocados en la privacidad. Sin embargo, convencer al público masivo de migrar de la comodidad de Google a un ecosistema cifrado resultó un desafío. Aquí entra They See Your Photos, ideado por un becario de Ente como un "golpe de marketing" que usa la arma del adversario contra sí mismo: la API de Visión de Google Cloud.

El funcionamiento es sorprendentemente simple, pero sus implicaciones, profundas. El usuario sube una imagen —o selecciona una de las muestras proporcionadas, como un paisaje andino o una figura de Warhammer— y el sitio la envía al motor de visión computacional de Google. En segundos, recibe un informe exhaustivo de tres párrafos: una narración detallada que disecciona el contenido con precisión quirúrgica. No se limita a identificar objetos (un caballo, un pincel, una máscara); infiere emociones, demografías, contextos socioeconómicos y hasta inclinaciones políticas. 

Por ejemplo, una foto de una persona sola en un paisaje desolado podría describirse como "indicando una experiencia individualista o solitaria", ignorando que alguien más podría haber tomado la imagen. Otro caso: una imagen de un modelo de miniaturas de fantasía es etiquetada como perteneciente a alguien aficionado a la jardinería, la destrucción y la contaminación, alineado con el Partido Verde —una proyección absurda que roza lo cómico, pero ilustra el sesgo inherente en los modelos de IA entrenados en datos masivos y no auditados.

Estas deducciones no son meras curiosidades técnicas; son el combustible de la economía de la vigilancia. Google Photos, con sus 1.800 millones de usuarios activos, accede a nuestras bibliotecas visuales para entrenar modelos de IA y perfilar anuncios personalizados. Aunque los usuarios pueden desactivar algunas funciones de análisis, no hay forma de impedir el escrutinio total, ya que las imágenes no están cifradas de extremo a extremo. El sitio de Ente expone esta realidad: una foto tomada con un Pixel 8 a las 13:38 del 4 de diciembre de 2024 revela no solo el dispositivo, sino intereses en ciencia ficción, gaming y posiblemente impresión 3D, proyectando un perfil de "adulto joven con aficiones en fantasía". En foros como Reddit y Hacker News, los usuarios reportan asombro y alarma: "Esto enseña por qué la privacidad importa", comenta un redditor, mientras otro bromea sobre usarlo en r/roastme para autodesprecio algorítmico.

Desde una perspectiva educativa y científica, They See Your Photos es un artefacto pedagógico invaluable. En el cruce de la ciencia de la computación y la ética de la IA, ilustra conceptos clave como el reconocimiento de patrones en redes neuronales convolucionales (CNN) y los riesgos de sesgos en datasets como ImageNet, que perpetúan estereotipos raciales y de género —por ejemplo, asumiendo siempre un fotógrafo caucásico de clase alta, independientemente del contexto. En aulas de tecnología o talleres de IA, podría usarse para debates sobre el "derecho al olvido" o regulaciones como el RGPD europeo, que exigen transparencia en el procesamiento de datos. Además, resalta avances en multimodalidad: la API de Google no solo "ve", sino que narra, integrando visión con procesamiento de lenguaje natural (PLN), un pilar de modelos como GPT-4o.

Un año después de su lanzamiento —en este noviembre de 2025—, el sitio mantiene su vigencia en un panorama donde la IA generativa acelera la extracción de datos. Publicaciones como WIRED y PetaPixel lo alabaron por democratizar el conocimiento sobre vigilancia, pero también advierten: las fotos subidas al sitio se envían a Google, por lo que Ente urge leer su política de privacidad antes de experimentar. Ente, por su parte, ofrece importación desde Google Takeout, sincronización local y ML acelerado, posicionándose como baluarte contra esta erosión de la intimidad.

En última instancia, They See Your Photos no es solo un juguete interactivo; es un llamado socrático a la introspección digital. Nos obliga a cuestionar: ¿estamos dispuestos a ceder nuestra narrativa visual a algoritmos opacos? En una era de deepfakes y perfiles predictivos, recuperar el control —mediante herramientas como Ente— no es lujo, sino imperativo ético. Suban una foto, lean el veredicto y reflexionen: la IA no solo ve; interpreta, y en esa interpretación reside nuestro futuro compartido, o fragmentado.

¿Qué podemos hacer? Algunos medios y expertos sugieren medidas concretas para mitigar riesgos:

- Evitar la sincronización automática de las fotos con plataformas que puedan analizarlas sin tu control.
- Eliminar metadatos de las imágenes (por ejemplo, con herramientas como Exiftool) antes de subirlas o compartirlas.
- Utilizar servicios de almacenamiento más privados, como Ente o Proton Drive, que cifran los datos de extremo a extremo.
- Aplicar prácticas de alfabetización digital: educar a usuarios (especialmente jóvenes) sobre qué tipo de inferencias puede hacer una IA a partir de una imagen.

Neuronas y Algoritmos: El diálogo definitorio del siglo XXI

Durante siglos la humanidad ha interrogado la naturaleza de la inteligencia humana. Con la irrupción de la inteligencia artificial (IA), esa pregunta se vuelve técnica, ética y social. ¿Qué nos hace realmente inteligentes? ¿En qué se parecen y en qué se diferencian una mente humana y un algoritmo capaz de aprender?

La comparación entre inteligencia humana e inteligencia artificial es hoy inevitable, no solo porque compartan la palabra “inteligencia”, sino porque ambas reflejan modos distintos de procesar información, resolver problemas y generar conocimiento. Y, sin embargo, su naturaleza, origen y límites son profundamente dispares.

1. Orígenes: evolución vs diseño

La inteligencia humana es producto de la evolución biológica. Surgió hace millones de años a partir de sistemas nerviosos cada vez más complejos, afinados por la selección natural. El cerebro humano —con sus 86.000 millones de neuronas— no fue diseñado, sino que emergió, imperfecto pero sorprendentemente adaptable. La inteligencia humana opera con una eficiencia energética asombrosa: nuestro cerebro consume apenas 20 vatios, mientras que entrenar un modelo de IA avanzado puede requerir megavatios durante semanas. Esta disparidad subraya la elegancia de millones de años de evolución.

La inteligencia artificial, por el contrario, es una creación humana. No nace, se programa. Aunque los modelos actuales de IA generativa, como los grandes modelos de lenguaje o los sistemas de aprendizaje profundo, pueden “aprender” de enormes cantidades de datos, su aprendizaje sigue siendo una simulación inspirada en el cerebro, no una réplica.

La inteligencia biológica es el resultado de la experiencia vivida; la artificial, del cálculo estadístico sobre datos. Donde una siente, la otra estima probabilidades.

2. Semejanzas funcionales entre mente y máquina

Ambas inteligencias comparten un mismo propósito funcional: procesar información para adaptarse o actuar eficazmente en un entornoTanto un niño como una IA aprenden por exposición: el primero observa y experimenta; la segunda analiza patrones en los datos. En ambos casos, el aprendizaje consiste en ajustar conexiones —sinápticas o matemáticas— para mejorar el rendimiento.

También comparten rasgos como la capacidad de reconocer patrones, generar soluciones, o incluso crear contenidos nuevos. Los sistemas de IA generativa son capaces de redactar textos, componer música o resolver problemas lógicos de manera similar a la creatividad humana. 

Sin embargo, esa semejanza es sólo superficial: la IA imita resultados, no comprende significados. Lo que parece “entendimiento” en una máquina es, en realidad, una correlación estadística refinada.

3. La diferencia esencial: conciencia y contexto

El abismo entre ambas inteligencias radica en la conciencia. La inteligencia humana está impregnada de emociones, intenciones y contexto social. Cada decisión es una síntesis de razón, memoria, deseo y cultura. Pensamos porque sentimos, y sentimos porque vivimos en comunidad. Los seres humanos experimentan estados subjetivos, emociones y sentido corporal; las máquinas, hoy, no tienen vivencia propia. 

Investigadores del ámbito de la neurociencia, como Christof Koch, estudian las bases neuronales de la conciencia y debaten hasta qué punto sistemas complejos podrían exhibir propiedades análogas.  La IA, por el momento, carece de experiencia subjetiva. No sabe que sabe. No tiene emociones ni cuerpo, y por tanto no comprende el sufrimiento, el humor ni la ironía más allá de patrones textuales.

Mientras la mente humana entiende los significados desde la experiencia vital, la IA los infiere desde correlaciones numéricas. La diferencia no es solo técnica, sino ontológica: la IA procesa símbolos, pero no vive sentidos.

4. Límites y promesas

La inteligencia humana es creativa y ética, pero también limitada por sesgos cognitivos y fatiga. La IA puede procesar volúmenes de datos inmensos sin cansancio, pero replica y amplifica los sesgos presentes en sus datos de entrenamiento. La literatura científica y los artículos de revisión en revistas como Nature Machine Intelligence subrayan la necesidad de métodos explicables y regulación. 

La inteligencia humana es limitada por su biología: se cansa, olvida, se deja llevar por sesgos. La IA, en cambio, puede procesar millones de datos en segundos, sin distracciones ni fatiga. Pero la IA también tiene límites profundos: depende de los datos que recibe (y sus sesgos), carece de intuición, y no entiende los valores ni la ética de sus actos.

Por eso, más que competir, ambas inteligencias se complementan. La IA amplifica la inteligencia humana, automatiza tareas, descubre patrones invisibles y permite dedicar más tiempo al pensamiento crítico y la creatividad. El futuro no será de una inteligencia contra la otra, sino de una alianza entre mente y algoritmo, donde lo humano aporte sentido y ética, y lo artificial potencia capacidad y precisión.

5. Complementariedad hacia una inteligencia híbrida: Alianza más que competencia

Más que una competición, lo prometedor es la colaboración entre dos paradigmas cognitivos: la IA amplifica la capacidad humana para detectar patrones, acelerar descubrimientos y automatizar tareas rutinarias; la humanidad aporta juicio, valores y contexto. El desafío social será gobernar esa alianza para priorizar la dignidad, la justicia y la educación. 

Algunos científicos, como el neurocientífico Christof Koch o el filósofo Daniel Dennett, proponen que la frontera entre lo biológico y lo artificial podría diluirse en las próximas décadas. La interfaz cerebro-computadora, la biotecnología y el aprendizaje profundo apuntan a una inteligencia híbrida, donde la mente humana se expanda gracias a la tecnología.

En ese horizonte, el desafío no será técnico, sino moral: ¿cómo preservar la dignidad humana en un mundo donde las máquinas piensan, crean o deciden con nosotros?

Conclusión: Este diálogo entre inteligencias nos obliga a reconsiderar qué valoramos de nuestra propia cognición. Quizás la inteligencia no sea una propiedad monolítica que se posee en mayor o menor grado, sino un ecosistema de capacidades: memoria, razonamiento, creatividad, empatía, intuición. En este espectro multidimensional, humanos y máquinas ocupan nichos distintos pero igualmente fascinantes.

Mientras continuamos desarrollando sistemas artificiales más sofisticados, no estamos simplemente creando herramientas más poderosas. Estamos sosteniéndonos un espejo que nos revela, por contraste, qué significa verdaderamente ser humanos. La inteligencia humana y la artificial son dos espejos que se observan mutuamente. 

Mientras la primera nos recuerda la fragilidad y profundidad de la conciencia cuando aporta sentido y experiencia, la segunda proporciona escala y potencia de la abstracción matemática. El futuro ideal es híbrido: tecnologías que amplían la mente humana sin reemplazar su autoridad ética. 

Tal vez el verdadero futuro de la inteligencia no consista en elegir entre cerebro o circuito, sino en aprender a convivir con ambos como partes de un mismo proyecto evolutivo: comprender el conocimiento y darle sentido.