Cuando nacimos los primeros del año 1953, por ejemplo el viernes santo 3 de abril, asistimos -aún de bebés- a la conquista del Monte Everest por el neozelandés Edmund Hillary (1919-2008) y el sherpa nepalí Tenzing Norgay (1914-1985). Fue el viernes 29 de mayo de aquel año 1953. Exactamente ocho semanas después de nuestro nacimiento. Fue un acontecimiento que no vivimos conscientemente, pero que marcó a nuestros familiares.
Sí vivimos con la televisión y en plena adolescencia la llegada de la humanidad a la Luna. Más exactamente de doce astronautas norteamericanos y varones. Quizá todo el mundo se acuerda solamente del Apolo XI, cuando Neil A. Armstrong y Edwin E. (Buzz ) Aldrin alunizaron el domingo 20 de julio de 1969 (tras cuatro días de viaje desde el lanzamiento). Ese mismo año, con el Apolo 12, el 19 de noviembre de 1969 Charles Conrad y Alan Bean volvieron a pisar la superficie lunar.
Luego en 1971 Alan Shephard y Edgar Mitchell. Ya van seis. Y David Scott y James Irwin otra vez en el mismo año 1971. En 1972 se hicieron los dos últimos viajes tripulados a la Luna: El Apolo XVI con John Young y Charles Duke y el Apolo XVII con Eugene Cernan y Harrison Schmitt.
Aquel fue el último alunizaje, el 11 de diciembre de 1972. Todavía nadie ha vuelto a nuestro satélite, y ni hay una fecha prevista para ello. Hoy, se han cumplido exactamente 49 años de aquel alunizaje final y no hay fecha prevista para el siguiente hasta esta publicación en 2021.
Entretanto, el 23 de enero de 1960 descendió la primera nave tripulada dentro de la fosa: el batiscafo Trieste, invención de Auguste Piccard, capitaneado por Jacques Piccard, hijo del primero y acompañado por Don Walsh, oficial de la Armada estadounidense. La inmersión se proyectó para obtener datos del origen de este abismo. El lugar del descenso fue el extremo suroccidental de la fosa, a unos 338 km de Guam. Los sistemas de a bordo indicaban una profundidad de 11.521 m, que después fue revisada y resultó ser de 11.034 metros. El batiscafo de la Armada de los Estados Unidos Trieste apenas estuvo 20 minutos en el fondo.
En 2012, el director de cine y explorador James Cameron llegó a las profundidades de la fosa a bordo del submarino Deepsea Challenger 42 años después. “El 8 de mayo de 2020, a las 22:34, hora de Moscú, el vehículo submarino no tripulado autónomo ruso Vitiaz llegó al fondo de la Fosa de las Marianas. Los sensores de Vitiaz registraron una profundidad de 11,028 metros”, destacó la fundación de acuerdo con la agencia Sputnik.
En 2019, el empresario y oficial naval retirado Victor Vescovo se sumergió 10,93 km (35,853 pies) en la trinchera, estableciendo un nuevo récord. Lamentablemente, las cuatro nuevas especies que Vescovo descubrió durante este viaje no fueron las únicas cosas coloridas que encontró en las profundidades más profundas del océano; afirmó haber visto también envoltorios de dulces y una bolsa de plástico.
El 7 de junio de 2020, Victor Vescovo regresó con una copiloto: la Dra. Kathy Sullivan de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), una ex astronauta que ahora es la primera mujer en viajar al fondo del océano.
Hoy, 11 de diciembre de 2021, se han cumplido exactamente 49 años del último alunizaje y no hay fecha prevista para el siguiente. https://t.co/fF7UKlDKTH pic.twitter.com/UyKEiC3scQ
— Mikel Agirregabiria (@agirregabiria) December 11, 2021