Según Carol Dweck, existen dos tipos de mentalidades:
Mentalidad Fija: Aquellos con una mentalidad fija creen que su inteligencia, personalidad y carácter son rasgos estáticos e inmutables determinados al nacer. Estas personas tienden a evitar desafíos, renunciar fácilmente ante obstáculos, ignorar críticas útiles y sentirse amenazadas por el éxito de los demás.
Mentalidad de Crecimiento: Por otro lado, las personas con una mentalidad de crecimiento ven sus cualidades como algo que puede ser desarrollado a través de la dedicación y el trabajo duro. Ven los desafíos como oportunidades para aprender, persisten frente a los obstáculos, aprenden de las críticas y se inspiran en el éxito de otros.
Dweck argumenta que adoptar una mentalidad de crecimiento puede tener un impacto significativo en todas las áreas de la vida, incluyendo la educación, el trabajo y las relaciones personales. La mentalidad de crecimiento fomenta la resiliencia, la adaptabilidad y la motivación para superar los fracasos y alcanzar el éxito.