Acudiremos a alguna de las citas que en Euskadi se celebrarán en marzo durante la Primera
Semana del Death Cafe o `café de la muerte´. Vitoria-Gasteiz fue la primera población vasca en organizar este tipo de encuentros
que ya se extienden por todo el mundo
Euskadi celebrará del 24 al 27 de marzo de 2020 la Semana del Death Cafe o `café de la muerte´.
Tendrán lugar 20 reuniones en otras tantas localidades vascas donde se hablará
abiertamente, sin agenda, sin objetivos y sin temas previos, de la muerte. Esta iniciativa
social reunirá durante esos días a más de cuatrocientas personas, a menudo
desconocidas, y con el único objetivo de aumentar la conciencia de la muerte y ayudar
a las personas a aprovechar al máximo sus vidas (finitas).
Esta iniciativa tiene su origen en el Reino Unido. Jon Underwood (fallecido en 2017) y
Sue Barsky Reid, su madre, basándose en las ideas del sociólogo y antropólogo suizo,
Bernard Crettaz, impulsaron en 2011 el primero de estos encuentros que ya han
encontrado eco en más de 70 países en todo el mundo, reuniendo a miles de personas
todas las semanas para hablar sin tabúes de la muerte.
Tras la capital alavesa llegó Getxo y luego Orio, Sopelana, Zumaia, Bilbao, Zarautz,
Santurtzi, Lekeitio, Bermeo, Azkoitia, Azpeitia, Portugalete, Gatika, Donostia-San Sebastián,
Sodupe, Leioa… No hay mes que en Euskadi no tenga lugar en alguna parte de nuestra geografía
un Death Cafe.
Pero, ¿qué es el Death Cafe o café de la muerte?
Es una sencilla reunión donde se juntan personas, que normalmente no se conocen,
para tomar un café, un té, unas pastas y hablar sobre la muerte. Tiene lugar siempre en
un espacio y entorno accesible, respetuoso y confidencial. En estos encuentros se
fomenta de manera natural y espontánea una discusión grupal sin agenda, objetivos o
temas. Y, por tanto, sin intención de llevar a las personas a ninguna conclusión o acción
concreta.
Organiza la Fundación Doble Sonrisa, email hola@doblesonrisa.com, Tfno. 685 751178. Es un grupo de discusión en lugar de una sesión de apoyo o asesoramiento de duelo. El
objetivo es muy sencillo: "aumentar la conciencia de la muerte con el fin de ayudar a las
personas a aprovechar al máximo sus vidas (finitas)".
Quienes hemos sido zarandeados por la pérdida de un familiar cercano, queremos compartir algunas emociones que nos han conmovido.
La muerte es una vieja historia y, sin embargo, siempre resulta nueva para algunos de nosotros. Los últimos días han representado un aluvión de sensaciones entremezcladas, algunas revividas y otras inéditas para los más jóvenes de nuestras familias afectadas. El fallecimiento de un ser querido siempre desencadena un cóctel de reflexiones y sentimientos que marca un hito en el curso de nuestras vidas. Todavía bajo el shock de la desgracia, queremos comunicar algunas de las enseñanzas de tan amargo trance.
Trascendencia. Frente al dolor añadido que a muchos enfermos graves de la misma dolencia, como en nuestro caso, les ha producido la frivolidad y el exceso de algunos medios de comunicación por la agonía y defunción de una popular cantante, queremos reivindicar una llamada al rigor y al respeto hacia quienes se enfrentan a una lucha postrera entre la vida y la muerte. ¡Adónde hemos llegado si convertimos en espectáculo frívolo incluso la antesala cruel de la hora suprema!
Agradecimiento. Hacia todas las personas que han atendido y ayudado a morir con dignidad a nuestro familiar. Especialmente merece todo nuestro reconocimiento y gratitud el servicio de oncología del Hospital de Cruces (Barakaldo), que personifican ejemplarmente facultativos con grandeza de alma como la joven doctora de nombre Aitziber.
Serenidad. La vorágine de tareas a desempeñar tras una muerte actúa como un eficaz letargo que espacia la intensa pena. En esa maraña de trámites hemos de reconocer el consuelo que ha significado la profesionalidad y la alta calidad humana de quienes actúan en tan luctuosas circunstancias. En particular, nos ha supuesto una sorpresa y un alivio el calmado pero diáfano sosiego (y felicidad interna) que reporta todo el personal de la funeraria, con trato diario con la muerte, en medio de un mundo desquiciado donde todos corremos acelerados e insatisfechos en pos de no sabemos muy bien qué. Hoy, algunos tenemos más claro que nunca que la muerte no termina todo.
Lo único que nos separa de la muerte es un poco de tiempo. Incluso la vida más larga tiene un final; ojalá sea un final feliz.
La muerte es un destino inexorable para todos. Como dice Borges: “Morir es una costumbre, que sabe tener la gente”. Los poetas han señalado que la muerte no es algo que debemos temer porque, mientras somos, la muerte no es y cuando la muerte es, nosotros no somos.
La muerte es terrible para quienes con la vida lo pierden todo; no para aquéllos cuya grata memoria, obra y legado no podrán desaparecer nunca del corazón de sus allegados. Sólo a quienes están próximos a morir les es permitido conocer que la muerte es una felicidad; los dioses ocultan esta noción a quienes todavía tienen que vivir para que puedan seguir el camino de la vida.
Morir es tan sencillo, tan aceptable y tan feliz como nacer. La muerte sólo es un paso hacia delante: Es el comienzo de la inmortalidad. No podemos saber cómo vamos a morir, o cuándo. Sólo podemos decidir cómo vamos a vivir, ahora mismo, quizá mañana, para vivir una vida con un final feliz.
Christopher Morley fue un prolífico poeta y escritor inglés fallecido en 1957, hijo del ilustre Frank Morley, profesor de matemáticas de la Universidad John Hopkins, descubridor hacia 1899 del teorema de Morley, sobre el triángulo equilátero formado por las trisectrices de cualquier triángulo. Morley hijo popularizó citas muy difundidas y variadas: “En política siempre hay que elegir entre dos males”; “Solamente hay un éxito: ser capaz de gastar tu vida en tu propio camino”; “La vida es una lengua extranjera; todos los hombres la pronuncian mal” o “Cuando le vendes a uno un libro, no le vendes medio kilo de papel, tinta y cola, sino que le ofreces una nueva vida”.
Sus máximas sociales siguen siendo de innegable actualidad: “La verdad no es un régimen dietético, sino un condimento”, “No hay pendencia tan violenta como la que surge entre los que aceptaron alguna idea ayer y los que la aceptarán mañana”, “No se ha convertido un hombre si se le ha reducido al silencio”o “Leamos cada día algo que no lee nadie más. Pensemos cada día algo que nadie más piensa. No es bueno para la mente formar parte siempre de la unanimidad”.
De sus reflexiones destaca un pensamiento que prueba la dimensión profunda de la existencia: “Si descubriéramos que sólo nos quedan cinco minutos para decir todo lo que deseamos decir, todos los teléfonos estarían ocupadas por personas que llaman a otras para decirles que las aman”. Es una meditación impresionante. Recientemente en la tragedia del 11-S supimos que algunos de los pasajeros de los aviones secuestrados, sabiendo que les conducían a una muerte segura, dedicaron sus postreros minutos a telefonear a sus casas para despedirse.
Quién no ha imaginado alguna vez la última hora de un condenado a muerte. En mi infancia, hace años cuando la propagación de noticias no se producía a la velocidad de Internet, seguí con retraso la historia de Caryl Chessman, ajusticiado en la cámara de gas el día 2 de mayo de 1960, tras 12 años de lucha judicial declarándose inocente. La lectura de los acontecimientos de su noche final y su última cena repetida dos veces de hamburguesa con patatas fritas y chocolate caliente, cuando describe nítidamente los acontecimientos programados que en unos minutos vivirá, o mejor dicho, morirá: “Ya es hora; hora de caminar esos pocos y cortos pasos. Ya es hora de sentir el olor sintético similar al del florecimiento del melocotonero (en referencia al ácido cianhídrico). Es hora de inhalar y de que la conciencia retroceda hacia un vacío negro y eterno. Es hora, en breve, para morir. Dejemos aquí a un lado la cuestión de la culpabilidad o inocencia. Lo que me impele a escribir esta carta es que creo honradamente que hay algo más envuelto en este asunto que la muerte de un hombre. Escribo por cuanto he escuchado la voz de la humanidad que se ha levantado en mi favor. No me considero héroe ni mártir. Al contrario, soy un tonto que se da cuenta de la naturaleza y la calidad del desatino de sus primeros años de rebeldía. Aprendí muy tarde, sólo después de llegar a la celda de la muerte, de la hermandad del hombre y de la responsabilidad que individualmente tenemos".
Monstruosa la pena de muerte. Efímera siempre la vida. Apuremos los días en lo esencial, dedicándonos al amor y sin malgastarnos en odios. ¿Qué haríamos si nos restasen cinco minutos de vida? ¿Despedirnos de nuestros seres queridos, decirles cuánto les queremos, pedir perdón, rezar, confiar,…? Los próximos minutos nunca los volveremos a vivir. Dediquémoslos a evaluar y reconsiderar nuestra vida. Todavía estamos a tiempo.
¿Se convertirá el envejecimiento en una enfermedad curable? ¿Veremos la muerte de la muerte? Iñaki Gabilondo habla sobre estas y otras interesantísimas cuestiones con José Luis Cordeiro, profesor fundador de la Singularity University, su.org. 'Cuando ya no esté: El mundo dentro de 25 años', nuevo proyecto de Iñaki Gabilondo.
Recuperamos parte de la conferencia para el Club de Roma en 2013que dictó José Luis Cordeiro, a la que asistimos y que pudimos grabar. De acuerdo con las predicciones de Ray Kurzweil que aseguran que la Singularidad tecnológica ocurrirá hacia 2045, José Luis Cordeiro afirma que “la muerte será opcional en 2045”. Esto será posible “gracias a los avances exponenciales de la inteligencia artificial, la regeneración de los tejidos, los tratamientos con células madre, la impresión de órganos, la criopreservación, así como a las terapias genéticas o inmunológicas que resolverán el problema del envejecimiento del cuerpo humano”.
Con esta estrofa del poema 'Nanas de la cebolla' recordamos al gran poeta Miguel Hernández en el 76 aniversario de su muerte pic.twitter.com/9rd3qqqyG9
Desde este municipio de Pilar de la Horadada, segregado de Orihuela, se siente como cada año el aniversario de la muerte de Miguel Hernández a los 31 años.
Aún sin recurrir a la obsolescencia programada, todo tiene una fecha de caducidad. El diagrama adjuntado, titulado Extinction Timeline 1950-2050, muestra una proyección de objetos, países o personas que desaparecerán (o desaparecieron) en ese siglo comprendido entre la segunda mitad del XX y la primera mitad del XXI. Hay hechos históricos ubicados cronológicamente y ya acontecidos, así como prospectivas de lo cabe esperar que caduque en las cuatro décadas que faltan hasta 2050.
El primer personaje que figura es John_F._Kennedy, asesinado en 1963 (hoy justamente se celebra medio siglo de su muerte). Países (como Yugoslavia), enfermedades (como la viruela), hechos históricos (el muro de Berlín, el comunismo), artilugios (como las máquinas de escribir mecánicas, las Polaroid o el Concorde), ...
Sin duda, lo más interesante, inquietante o esperanzador es lo que se predice para los próximos 37 años. Se pronostica, y hay datos que lo avalan, el fin de las oficinas de correos, o de las reparaciones, el perderse (en 2014), la jubilación (en 2016, al menos tal y como la entendemos hoy), las bibliotecas (en 2019), el CopyRight o Derecho de Autor (en 2020), Blogging y las Maldivas (en 2022), los sindicatos (2028), las llaves (en 2030) y las monedas (en 2033, a ver si es verdad)así como los vehículos de combustión interna (en ese mismo 2033) y el petróleo, los ordenadores de sobremesa, los glaciares (en 2037), las corbatas (en 2014),los periódicos en papel y Google (en 2049),...
Incluso poco más allá de 2060 se proyecta el fin de la fealdad, los Estados Nacionales, o incluso de la Muerte (no deseada, como también apuntaba José Luis Cordeiro recientemente en una conferencia en Bilbao),... En conclusión, y por si alguien no se había enterado: Tenemos los días, o los años contados, todas las personas y todo aquello que conocemos (incluso quizá asistamos, paradoja de las paradojas, a la muerte de la muerte).
«Después de cortarle la cabeza, lo enterraron vivo» (La muerte de Mongomer, de Henri Zvedan). «Guillermo no pensaba que el corazón pudiera servir para algo más que para la respiración» (La muerte, de Argibachev). «Esta espada de honor es el día más hermoso de mi vida» (El honor, de Octave Feuillet). «- Empiezo a ver mal -dijo la pobre ciega» (Beatriz, de Balzac). «Tenía la mano fría como la de una serpiente» (Ponson du Terrail). «El cadáver miraba con reproche a los que lo rodeaban.» «¿Qué puede hacer un hombre muerto por una bala mortífera?» «En las cercanías de la ciudad hubo rebaños enteros de osos que andaban siempre solos.» «Por desgracia, la boda retrasóse quince días, durante los cuales la novia huyó con el capitán y dio a luz ocho hijos.» «Excursiones de tres o cuatro días era para ellos cosa diaria.» «¡Pobre María! Cada vez que percibe el ruido de un caballo que se acerca, está segura de que soy yo» (El duque de Monbazon, Chateaubriand). «La tripulación del buque tragado por las olas estaba formada por veinticinco hombres, que dejaron centenares de viudas condenadas a la miseria» (Dramas marítimos, Gaston Leroux). «-¡Vámonos! -dijo Peter buscando su sombrero para enjugarse las lágrimas» (Lourdes, de Zola). «El duque apareció seguido de su séquito, que iba delante» (Cartas de mi molino, de Alphonse Daudet). «Con las manos cruzadas sobre la espalda, paseábase Enrique por el jardín, leyendo la novela de su amigo» (El día fatal, de Rosny). «Con un ojo leía, con el otro escribía» (A orillas del Rin, de Auback). «El cadáver esperaba, silencioso, la autopsia» (El favorito de la suerte, de Octave Feuillet).
La plaga del terrorismo doméstico puede remediarse
La alarma social que provoca la violencia de género está sobradamente justificada, con noticias diarias de mujeres asesinadas por sus parejas masculinas, con casos crecientemente preocupantes por la juventud de sus protagonistas, como el del muchacho de 18 años asesinando a su novia de 15 y suicidándose después, o el de la chica de 14 años violada y asesinada por un compañero de clase de su misma edad. La psicopatología de considerar a la mujer como una propiedad del varón parece que, por su alta frecuencia, podría ser considerado como “usual”, como la obra titulada “Mi marido me pega lo normal”.
La trágica realidad es inaceptable: Más del 1,1 % de las mujeres del Estado español es maltratada por su marido o compañero, y cuatro de cada cinco asesinadas lo fueron a manos de su pareja, novio, amante o ex de cualquiera de estas categorías. El INE (Instituto Nacional de Estadística) incluye la violencia de género entre las principales causas de muerte en los últimos años y el barómetro del CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas) sitúa este problema entre los más acuciantes.
Esta epidemia está profundamente enraizada en todo el planeta y en todo tipo de sociedades, hasta en las más ‘avanzadas’ supuestamente. Los escasos datos que se conocen, sesgados a falta de un estudio mundial, son estremecedores: El Informe del Consejo de Europa de 2002 indica que la violencia doméstica en los hogares europeos es la principal causa de muerte o invalidez en el grupo de mujeres entre 16 y 44 años, por delante del cáncer o los accidentes de tráfico. Los países escandinavos figuran a la cabeza de Europa occidental en asesinatos de mujeres cometidos por su pareja o su ex compañero, por lo que el mito de la latitud debe ser revisado. De acuerdo con los datos de los archivos policiales o judiciales del año 2000, en peor situación está Rumania con una cifra de 12,62 asesinadas por cada millón de mujeres, seguida de Finlandia (8,65), Noruega (6,58), Luxemburgo (5,56), Dinamarca (5,42), Suecia (4,59), Reino Unido (4,36), Alemania (3,58), España (2,44), Irlanda (2,01), Holanda (1,83) y Polonia (1,85). Destaca únicamente Islandia, que no contabiliza ninguna muerte por violencia de género.
En otros continentes de cultura occidental y estadísticas fiables la situación es parecida. Por ejemplo en Australia este “contador de la vergüenza” arroja 8,15 muertas por millón de mujeres. En EE.UU. (con un índice de 8,7), las visitas a urgencias por lesiones causadas por malos tratos superan el millón al año, más que los accidentes de coche, atracos y violaciones juntos. Más de 1.500 mujeres norteamericanas son asesinadas, cada año, por quienes juraron amarlas. Esta aberración sexista afecta a todas las clases sociales. Incluso el “mundo de los famosos” nutre las hemerotecas con casos de pésima repercusión internacional: La muerte de la actriz Marie Trintignat, o los malos tratos conyugales recibidos por personajes como Marilyn Monroe, Katharine Hepburn, Doris Day, Madonna, Halle Berry, Farrah Fawcett o Tina Turner, a manos de sus parejas también de renombre, demuestra que la pandemia no conoce fronteras.
En el resto del mundo la situación es aún peor. En Rusia son asesinadas diariamente 35 mujeres por sus parejas, lo que equivale a 13.000 mujeres muertas al año, cifra exorbitante si se compara –por ejemplo y salvando las diferencias- con los 14.000 rusos que murieron en los diez años de ocupación de Afganistán. No existen datos fiables de países tercermundistas, donde todos los indicadores prueban la espeluznante magnitud del drama.
Existe violencia contra las mujeres en todo el mundo porque en todas las culturas, en todas ellas, hay un componente patriarcal de base. La mujer ocupa aún un papel secundario y la violencia es utilizada para producir o mantener esa desigualdad histórica. La alta tasa de maltrato de género en los países nórdicos, los menos machistas, parece responder a una reacción violenta por parte de los varones ante los espacios que están conquistando las mujeres en la sociedad. ¿Cómo explicar que en Finlandia el 22% de los hombres utilice la violencia contra sus compañeras y el 50% de los separados o divorciados acose y maltrate a su ex?
Se suele confundir el término de violencia doméstica con el de violencia de género. En el Estado español coexisten bajísimos niveles de violencia contra menores con una alta tasa de violencia varón-mujer, estimándose que durante su vida fértil una de cada veinte mujeres se va a ver obligada a denunciar a su compañero íntimo por malos tratos. Ello certifica que se trata de dos fenómenos distintos, aunque puedan compartir causa en determinados casos, pero que requieren enfoques distintos para un adecuado abordaje de ambos problemas por separado.
Centrándonos, en este análisis, en la violencia de género, consideramos que son tres los bloques de soluciones que podrían aliviar el problema.
Medidas judiciales. Ningún problema social se ha solucionado jamás a golpes de Código Penal, sin abordar otros abanicos de soluciones que atajen la raíz del problema. Por tanto no se trata de seguir endureciendo las penas ad infinitum y reforzando de paso la interpretación meramente individual de la cuestión como suma de casos aislados patológicos, porque eso es lo que hemos hecho hasta ahora y hay que reconocer que el problema no mejora.
Existen otros mecanismos legales de eficacia probada, como la agilización de los procesos de divorcio o la extensión de un procedimiento rápido de expulsión del domicilio familiar del cónyuge violento por un período provisional inicialmente, así como otras fórmulas de protección de las víctimas, con vigilancia preventiva para la agredida y órdenes de alejamiento para el agresor.
Medidas educativas. Queda aún mucho camino por recorrer en la perspectiva de una auténtica coeducación de niños y niñas. Fueron muchas las generaciones que se formaron con aquella Ley de Educación Primaria de 1945, que dictaba que "La educación primaria femenina preparará especialmente para la vida del hogar, artesanía e industrias domésticas." Hoy en día, todavía son patentes, en muchas facetas escolares, rasgos sexistas que siguen transmitiendo un modelo machista. Desarraigar los roles sexistas y educar en la convivencia a la infancia y juventud, requiere actuaciones múltiples en todos los elementos presentes en la comunidad escolar, desde los recursos didácticos hasta la composición de los claustros académicos, desde una escrupulosa política de género hasta los modelos y ejemplificaciones que se importan de la realidad social y que deben ser analizados, debatidos y combativos por el sistema educativo.
Tres son las áreas básicas de incorporación curricular coeducativa, en pro de una sociedad igualitaria: 1) Convivencia de género, para el conocimiento del funcionamiento de las relaciones interpersonales, para contribuir a conocer lo que debe ser una equilibrada relación de pareja. 2) Corresponsabilidad en la vida doméstica y familiar, a fin de que chicas y chicos desarrollen por igual actitudes y habilidades, que contribuyan a un auténtico reparto de tareas en el hogar, tanto en su etapa estudiantil como en su futura vida adulta. 3) Ética del cuidado que forma parte constante de la vida cotidiana: cuidado de la casa, del entorno, de los pequeños y de los mayores, de personas dependientes,…. Estas labores deben quedar asociadas a ambos sexos, para que nadie renuncie definitivamente a sus propios proyectos personales y profesionales.
La adopción de una acertada política educativa de género, implica un sinfín de actuaciones desde las tempranas actividades lúdicas de socialización, siguiendo con el uso gramatical exacto y llegando a los sistemas de orientación escolar y profesional, a fin de corregir las desafortunadas consecuencias del desequilibrio en las opciones de carrera del estudiantado, en función de su sexo, tanto en FP como en la universidad.
Medidas sociales. Corresponde al conjunto de la sociedad, desde sus múltiples mecanismos de interacción, combatir radicalmente esta lacra social. Ello exige a toda la ciudadanía el repudio sin paliativos y la condena explícita de cualquier indicio o asomo de maltrato social, entre nuestros convecinos o amigos, en cualquiera de sus manifestaciones física, psíquica, verbal,... Algún día, todas y todos podremos suscribir aquel dicho de Mark Twain, en el que hemos permutado a sus protagonistas para evitar el sesgo sexista propio de cualquier cita anterior al siglo XXI: “Para Eva, el paraíso era donde estaba Adán”.
En todas las profecías está escrita la destrucción del mundo.
Todas las profecías cuentan que el hombre creará su propia destrucción.
Pero los siglos y la vida que siempre se renueva engendraron también una generación de amadores y soñadores; hombres y mujeres que no soñaron con la destrucción del mundo, sino con la construcción del mundo de las mariposas y los ruiseñores. Desde pequeños venían marcados por el amor.
Detrás de su apariencia cotidiana guardaban la ternura y el sol de medianoche. Las madres los encontraban llorando por un pájaro muerto y más tarde también los encontraron a muchos muertos como pájaros.
Estos seres cohabitaron con mujeres traslúcidas y las dejaron preñadas de miel y de hijos verdecidos por un invierno de caricias. Así fue como proliferaron en el mundo los portadores de sueños, atacados ferozmente por los portadores de profecías habladoras de catástrofes. Los llamaron ilusos, románticos, pensadores de utopías dijeron que sus palabras eran viejas y, en efecto, lo eran porque la memoria del paraíso es antigua al corazón del hombre. Los acumuladores de riquezas les temían lanzaban sus ejércitos contra ellos, pero los portadores de sueños todas las noches hacían el amor y seguía brotando su semilla del vientre de ellas que no sólo portaban sueños, sino que los multiplicaban y los hacían correr y hablar. De esta forma el mundo engendró de nuevo su vida como también había engendrado a los que inventaron la manera de apagar el sol.
Los portadores de sueños sobrevivieron a los climas gélidos pero en los climas cálidos casi parecían brotar por generación espontánea. Quizá las palmeras, los cielos azules, las lluvias torrenciales tuvieron algo que ver con esto, la verdad es que como laboriosas hormiguitas estos especimenes no dejaban de soñar y de construir hermosos mundos, mundos de hermanos, de hombres y mujeres que se llamaban compañeros, que se enseñaban unos a otros a leer, se consolaban en las muertes, se curaban y cuidaban entre ellos, se querían, se ayudaban en el arte de querer y en la defensa de la felicidad.
Eran felices en su mundo de azúcar y de viento, de todas partes venían a impregnarse de su aliento, de sus claras miradas, hacia todas partes salían los que habían conocido portando sueños soñando con profecías nuevas que hablaban de tiempos de mariposas y ruiseñores y de que el mundo no tendría que terminar en la hecatombe. Por el contrario, los científicos diseñarían puentes, jardines, juguetes sorprendentes para hacer más gozosa la felicidad del hombre.
Son peligrosos - imprimían las grandes rotativas Son peligrosos - decían los presidentes en sus discursos Son peligrosos - murmuraban los artífices de la guerra. Hay que destruirlos - imprimían las grandes rotativas Hay que destruirlos - decían los presidentes en sus discursos Hay que destruirlos - murmuraban los artífices de la guerra.
Los portadores de sueños conocían su poder por eso no se extrañaban también sabían que la vida los había engendrado para protegerse de la muerte que anuncian las profecías y por eso defendían su vida aun con la muerte. Por eso cultivaban jardines de sueños y los exportaban con grandes lazos de colores. Los profetas de la oscuridad se pasaban noches y días enteros vigilando los pasajes y los caminos buscando estos peligrosos cargamentos que nunca lograban atrapar porque el que no tiene ojos para soñar no ve los sueños ni de día, ni de noche.
Y en el mundo se ha desatado un gran tráfico de sueños que no pueden detener los traficantes de la muerte; por doquier hay paquetes con grandes lazos que sólo esta nueva raza de hombres puede ver la semilla de estos sueños no se puede detectar porque va envuelta en rojos corazones en amplios vestidos de maternidad donde piesecitos soñadores alborotan los vientres que los albergan.
Dicen que la tierra después de parirlos desencadenó un cielo de arco iris y sopló de fecundidad las raíces de los árboles. Nosotros sólo sabemos que los hemos visto sabemos que la vida los engendró para protegerse de la muerte que anuncian las profecías.
En EE.UU. parece reeditarse el exabrupto de Millán-Astray frente a Unamuno: ¡Abajo la inteligencia! ¡Viva la muerte!
El condenado a muerte, Daryl R. Atkins, evitó la inyección letal hace tres años porque su sentencia quedó suspendida por el Tribunal Supremo norteamericano al establecer la prohibición de ejecutar a reclusos cuyo coeficiente intelectual (CI) corresponda a la categoría de retrasado mental. Su célebre dictamen estableció que la ejecución de “retrasados” es inconstitucional, porque atenta contra la Octava Enmienda, que prohíbe los "castigos crueles" (sic). No se pronunciaron sobre la crueldad de la ejecución de los “normales”. Al menos, se creó una jurisprudencia de salvaguarda para “los deficientes” en esta extraña democracia que mantiene la pena de muerte en algunos Estados.
En 1998 Atkins sólo obtuvo un cociente intelectual de 59, siendo el promedio de la población 100 y estando fijado en 70 el umbral del retraso mental en el Estado de Virginia. Daryl, a quien en sus 27 años de existencia ni su familia, ni la educación recibida, ni el Estado lograron desarrollar su inteligencia, ahora parece que se ha “espabilado” por el trato con sus abogados para luchar por su vida. En su última evaluación ha alcanzado –desgraciadamente- un CI de 76. Haber llegado a ser “tonto estadístico”, pero no “retrasado”, le puede llevar finalmente a ser “matado legalmente” según el inhumano sistema judicial virginiano.
El psiquiatra forense encargado del caso, Evan S. Nelson, declaró el pasado noviembre que el convicto "Atkins recibió más estímulo intelectual en la prisión que durante toda su infancia y adolescencia, incluyendo las capacidades académicas teóricamente obligatorias de lectura y escritura, así como la competencia para aprender conceptos legales abstractos en su comunicación con los profesionales del Derecho que le defendieron”.
El disparate legal es inconmensurable: Establece una retroactividad para quien era un manifiesto “deficiente mental” cuando cometió su crimen. Se le condena a morir,… o a no progresar jamás en su vida, a pesar de haberse demostrado que podía hacerlo y que nadie se preocupó de él antes de iniciar su carrera criminal. Resulta bochornoso para todo el autodenominado “Primer Mundo” que, en el supuesto país líder mundial, las insuficiencias e ineficiencias de todo el gigantesco sistema social, en su escala familiar, educativa, sanitaria y de seguridad, la paga una víctima, que a su vez causó otra muerte aún más inocente.
Tras una nueva muerte en los Sanfermines, volvemos a declararnos pacifistas y sin aceptar el sufrimiento de ninguna especia viva, con especial respeto a la vida humana. Aunque somos vascos, nos gusta la fiesta navarra y hasta hemos corrido encierros de niños en Tudela, desde que tenemos uso de razón no comprendemos que una tradición a conservar sea... tan salvaje. La cultura, la tradición, la humanidad deben de aprender de la historia. Hemos repetido muchas veces nuestra negativa al maltrato de los animales, la última vez el pasado día anterior a San Fermín, como lo prueba este registro en Twitter con una horripilante foto.
Hoy, tras la brutalidad de la muerte por diversión (?), hemos de declarar nuestra posición contraria ante el espectáculo de los toros. Somos cada día más quienes detestamos la muerte gratuita, la sangre (humana o animal) derramada por un supuesto "arte". Podemos respetar fórmulas de rejoneo, con el baile de caballos y toros, pero sin banderillas, sin rejones, sin la cruel tortura y la muerte sangrienta. Los encierros y el toreo con muerte exhibidos en las calles o en una plaza son primitivos, bestiales e indignos de seres humanos contemporáneos.¿Apreciamos la tauromaquia como un hecho cultural relevante durante siglos, pero cuándo aprenderemos del Gernika donde Picasso expresó el dolor de personas y animales? [El vídeo en 3D permite visualizar y destacar detalles de las figuras humanas y animales que, de otro modo, quizá pasarían desapercibidos.]
Comenzamos una serie de relatos biográficos de personas de edad avanzada (con la nueva etiqueta MAYORES), a fin de destacar su valor para iluminar el futuro desde la perspectiva del pasado que supieron reconducir y superar. Vidas de lucha y superación que ofrecen modelos para todas las generaciones actuales. Ejemplos de cómo una pasión, la música en este caso, ilumina toda la trayectoria vital de una mujer excepcional. Un preámbulo fue, ayer mismo, el vídeo final de Boris Cyrulnik, quien también escapó del nazismo como la protagonista de hoy. Alice Herz-Sommer, también conocida como Alice Sommer (Praga, 26 de noviembre de 1903 - Londres, 23 de febrero de 2014), fue una pianista judía, profesora de música, y supercentenaria de Bohemia, y una superviviente del campo de concentración de Theresienstadt (Terezín). Este campo de concentración servía a dos propósitos: era al mismo tiempo un lugar de paso hacia los campos de exterminio, y un «asentamiento de retiro» para judíos ancianos y «prominentes» con el fin de engañar a sus comunidades en cuanto a la solución final. Sus condiciones fueron deliberadamente diseñadas para acelerar la muerte de sus prisioneros, si bien también tuvo un papel propagandístico. El aspecto más conocido de Terezín era su vida cultural, relativamente rica, incluyendo conciertos, conferencias y educación clandestina para los niños. Esto se debía a que estaba gobernado por una administración judía propia, además de que el número de judíos «prominentes» allí encarcelados facilitaba dicho florecimiento cultural. Una de las pocas personas supercentenarias conocidas por razones distintas a su longevidad, vivió en Belsize Park, Londres, desde 1986 hasta su muerte, a la edad de 110 años. Ha sido la mujer superviviente del Holocausto que ha alcanzado mayor edad en el mundo, solo superada por Yisrael Kristal (varón, quien el 19 de enero de 2016 pasó a ser el hombre vivo más viejo del mundo después de la muerte del japonés Yasutaro Koide.). Una película sobre su vida, The Lady in Number 6, fue nominada y ganadora del Premio de la Academia al Mejor Cortometraje Documental. Asimismo aparece en el documental de Daniel Hope, Refugio en la música, sobre su actuación en Terezín.
Jacques Mesrine fue un héroe de la Guerra de Argelia, condecorado por De Gaulle. Su participación en despiadadas operaciones de contrainsurgencia, donde se dice que los deberes de Mesrine incluyeron el asesinato de prisioneros, hizo que perdiera los escrúpulos.
Llegó a convertirse en el criminal asesino declarado "enemigo número 1" de Francia, caracterizado por disfrazarse y ofrecer aspecto muy diferentes (ver fotos de sus mil caras). Capturado y fugado varias veces, fue perseguido en Canadá, Estados Unidos, Venezuela y Francia. En una de sus estancias en las cárceles publicó su obra, "L'instinct de mort".
Su trepidante vida delictiva, superando cualquier novela negra, de permanente escapatoria hacia el abismo, lo convirtió en un mito periodístico que sólo concluyó fue acribillado en aquella controvertida detención / ejecución / muerte hoy hace exactamente 40 años.
El2 de noviembre de 1979 a las 15:15, la policía anti-gangsters bajo el mando del reputado comisario Robert Broussard (también autor de libros de memorias), siguiendo a un cómplice de Mesrine, logra dar con su guarida. Se monta un operativo para seguirlo y detenerlo antes de que salga de París, con más de 35 policías a pie y en quince distintos vehículos camuflados (desde motocicletas hasta camiones).
Sin identificarse y desde el camión SAVIEM, cuatro inspectores -tres con rifles Roger AR-556 y el cuarto con un subfusil UZI- tirotean el parabrisas con 19 disparos y un policía a pie lo remata de un tiro en la cabeza. Sylvia Jeanjacquot no fue acusada de ningún delito. Sobrevivió a los disparos, aunque perdió un ojo y sufrió daños permanentes en un brazo. También ella en 2011 escribió un libro titulado "Ma vie avec Mesrine".
Hubo rumores en la prensa de que a Jacques Mesrinele habían disparado sin previo aviso, una ejecución extrajudicial, pero la policía señaló que el delincuente había jurado en su autobiografía (ver enlace)que nunca se rendiría y que, en el momento de la operación, llevaba un arma de fuego, así como dos granadas adheridas a su cuerpo para activarse en el caso de algún ataque.
Como curiosidad, en 1973 cuando comienza la carrera criminal de Jacques Mesrine, unos estudiantes y amigos posábamos en la Porte de Clignancourt. Muy cerca de allí había nacido en 1936 y en ese mismo cruce murió Jacques Mesrine.
Otra película, que describe aquella época, es "Conexión Marsella".También en Amazon Prime Video. Este post estaba preparado para el 2-11-2019, pero lo hemos publicado un poco después.
La generación del “me aburro” parece haber despertado y su creatividad ha barrido las calles de frescura, rebeldía e inteligencia. Tanta muerte gratuita ha acuciado su mente, y la inventiva se ha desbordado en lemas, graffiti y foros. El realismo mágico de lo que puede escucharse estos días es desmedido. ¡Pobre alivio ante la catástrofe! Lemas concisos, con un ingenio superior al del ‘68 y una pizca de demagogia para contrarrestar la patraña belicista: Se necesita inventor de detector de insultos a la razón instalable en parlamentos. - Los mayores sois un desastre. - Dejen de jugar a la guerra, que ya son mayorcitos. – ¿Y si apagando el televisor se acabase la guerra? - Guerra, nunca máis. – Traducción correcta: Si quieres la paz, "para" la guerra. - Imagina que hay una guerra y no va nadie. - El imperialismo odia la democracia y sólo se expande. - El imperio siempre usa el mismo combustible: Vidas. - A Dios rogando y bombas tirando. -¡Padre nuestro que estás en el cielo, quédate! - Los antidisturbios a Bagdad, regalo de Aznar. - Paren el tren de la guerra. Que me bajo. - Sadam no usa las armas de destrucción masiva ni en defensa propia: Nobel de la Paz. - ¿Desatar una guerra para evitarla? - ¡Rumsfeld y Trillo, ministros de Ataque! – EE.UU. libera a los iraquíes gracias a la libertad proporcionada por estar muerto. - Guerra humanitaria: las bombas son más rápidas que el embargo. - España: quién te ama y quién te USA. - España está en la guerra, aunque no participe en la batalla.
Asoma la política entre esta adolescencia que parecía aletargada: ¿Por qué cuando alguien dice que no hay diferencia entre derecha e izquierda, esa persona es de derechas? - No sólo Aznar, todo el PP apoya la guerra. Él no se presentará, pero su partido sí. – Que el PP viva la operación de "acoso y derribo" que aplicaron ellos. - Diputados del PP, salid del armario y decid ¡No a la Guerra! - ¿Para cuándo una manifestación del PP en favor de la Guerra? - El PP se salta la legalidad internacional y constitucional y luego ilegaliza partidos y periódicos. ¡No lo entiendo! - Ilegalización: Batasuna hoy, IU mañana, PSOE pasado mañana... - B-52 sobrevuelan Bilbao: ¡Menos mal que Aznar se presenta a la alcaldía! - Aznar grita ¡no a la guerra!,… en la intimidad. - Aznar pasará a la Historia,... por la puerta de atrás. - Aznar, eres Dios: Has conseguido que todos sintamos lo mismo - Gracias, Aznar, por despertar mi conciencia política. - Aznarín I, has conseguido que vuelva a votar. Esto no se soluciona sólo con manifestaciones: te espero en las próximas elecciones. –Todos los mediocres necesitan una guerra. - Sr. Aznar: Si no levantas la vista, creerás que eres más alto. – No calientes banquillo, Aznar, vete a la guerra. - Se busca al estratega ibérico, miren debajo de la mesa de Bush. - Váyase, señor Aznar.
Descubren la historia como algo que les afecta, no sólo una soporífera asignatura: Volvamos a la edad de piedra: el del garrote más gordo, manda. - Están consiguiendo que nos volvamos locos, estos "romanos". - ...que yo sepa sólo un gobierno ha usado armas de destrucción masiva, y no una, sino dos veces. - ¡Memoria, Gernika! ¡Memoria, Humanidad! Siguen matando en nombre de la paz. - ¿Los ganadores olvidan el horror de las guerras? - Me contaron cómo era la dictadura de Franco; ahora la he vivido. - Todo por petróleo: En 40 años de dictadura no vinieron a salvarnos. - Si este gobierno hubiera dispuesto de mayoría absoluta durante la transición ¿hoy seríamos una democracia?
Reconocen los valores y contravalores en la política: Porque sobran balas. Porque sobran inocentes. Porque el poder enferma. - Hipocresía: Actitud de ciertos gobiernos, que declaran la guerra y luego envían ayuda humanitaria. - Sra. Palacio, basándose en otros "indicadores" bastante más contundentes, le ruega que ¡dimita! - Señor, no los perdones, porque sí saben lo que hacen. - ¿Por qué algunos se creen mejores que los iraquíes y con derecho a matarlos? - ¿Por qué "terrorista" es quien mata poderosos y no los todopoderosos que matan inocentes? - La violencia es el lenguaje de los ignorantes y prepotentes. - La fuerza: último recurso de los incompetentes. - Función humanitaria: salvar los pozos de petróleo. - Las armas de Sadam son destructivas. ¿Son constructivas las de Bush? - Los muertos iraquíes también tienen historia: Publíquenlas. - Los agresores proponen a la ONU reconstruir lo que han destruido sin su autorización. - Nunca se justifica la muerte: no intenten convencernos. - Que alguien defina "legalidad internacional", por favor. - No puedes devolver la vida..... así que no te apresures a dispensar la muerte. (Tolkien). - Una sola gota de sangre es un océano de estupidez. - Vivimos en una democracia en la que gozamos de libertad, a condición de no ejercerla. - Si callo ahora, no podré mirar a los ojos del futuro. - Me llamaron tonto y quise ser apátrida, pero en vez de quemar el pasaporte diré con mi voto: No soy tonto.
Una niña colombianade 13 años, atrapada entre el barro y escombros dejados por un deslizamiento ocurrido tras la erupción del volcán Nevado del Ruiz. Pese a que la imagen dio vuelta al mundo, nadie pudo rescatarla a tiempo. Los miembros de los equipos de rescate se limitaron a rezar junto a ella y tratar de aliviarle la penuria. Omayra murió 72 horas más tarde, tras permanecer a la intemperie.
Una muerte anunciada Sola en la noche, con el miedo de la oscuridad, el susurro de llantos, lágrimas, gritos, desfiles de cadáveres, la noche que venía, sola entre tantos muertos, sola sobre los es-combros de su ciudad, sola y abandonada por todos, la de Omayra fue una muerte anunciada y televisada. Cuentan que, cuando llegaron los reporteros, estaba agachada sobre un flotador (la cámara de un neumático) que colocaron bajo sus brazos como único recurso, sintió las voces, levantó la carita y les mi-ró. Intentó una sonrisa. "¡Ay...!", dijo pero no lloró, y los periodista afirmaron que "no nos miró con súplica, no estaba derrotada, había mu-cho de valentía en su mirada". No dijo que le dolían las piernas sino que simplemente no las podía mo-ver. "Siento frío", parece que dijo con una mirada profunda, entre resignada y triste, pero se le veía tranquila, valiente: "Era una niña toda coraje", escribió entonces Cristina Echandía. "Tengo miedo que el agua suba y me ahogue porque yo no sé nadar, aunque soy aquí de tierra caliente", balbuceó. En un momento apoyó su rostro sobre el neumático, como para descansar y estuvo así unos cinco minutos, después, otra vez le-vantó el rostro y pronunció unas frases un poco incoherentes y ya sus ojos estaban más rojos y se notaba algo de delirio. "Tengo sed", dijo e intentó tomar un poco de aquella agua putrefacta: "Se lo impedimos y le pasamos otro vaso de agua", recuerdan los periodistas que asistieron impotentes a su agonía. Los socorristas regresaron y se volvieron a ir, tras señalar que era imposible tratar de sacarla por la fuerza, porque eso sería destrozarla de la cintura para abajo o por lo menos perdería los pies. Dijeron que era indispensable traer la motobomba para sacar el agua y poder proceder a retirar la materia que la aprisionaba. Cuando los helicópteros pasaban sobre ella, Omayra levantaba sus ojos enrojecidos y los miraba alejarse. "Te juramos, Omayra, que vamos ya a traerte la motobomba para sacarte de aquí" le decían los socorristas para darle un poco más de tranquilidad pero la niña les respondió: 'Váyanse a descansar y vuelvan a sacarme" Entonces, las crónicas cuentan que le dieron la espalda y se fueron todos llorando, con rabia, como odiando a Dios, a los hombres y a la naturaleza. Por fin, llegó la motobomba en un helicóptero, pero funcionó de manera lenta, y a veces se obstruía por el barro; a esa hora, ya Omayra escasamente podía mantener los ojos abiertos, le habían quitado su blusita de color azul y yacía con su espalda descubierta. Hasta las cinco de la mañana había estado su-friendo delirios y cantado y contado chistes a los médicos y socorristas que la acompañaron durante la noche. Al principio de la noche, habían pasado ya tres días, estuvo todavía consciente, sosteniendo conversaciones coherentes, pero después de la una de la madrugada comenzó a delirar, cantaba canciones extrañas y un testigo relata que hacia las tres de la mañana le dijo que "ya el Se-ñor la estaba esperando". "Después cantó la canción de los pollitos", recuerda el socorrista, que fue su acompañante durante tres noches de agonía y muerte. Omayra Sánchez era fuerte, simpática, valiente y hacía sonreir entre lágrimas cuando la televisión transmitía las dramáticas imágenes, y siempre mostró una presencia de ánimo sorprendente. Estaba triste por no poder asistir al examen de matemáticas que tenía aquel 13 de noviembre, triste pero sonriente a las decenas de cámaras, todas impotentes, sin poder hacer nada. Entre ellas la de Frank Fournier, quien tomó la fotografía que todavía hoy nos anuda la garganta y nos encoge el alma. "Cuando se tomó esa foto, Omayra ya estaba agonizando, murió pocas horas después", recuerda Fournier que la valora porque "sirvió para destacar la irresponsabilidad y falta de coraje de los políticos del país". (Texto recogido de noticiasdenavarra.com)
Isabel Zendal, nacida en Santa Marina de Parada, Órdenes, La Coruña, fue una heroína olvidada que entregó su juventud a la medicina y a la ciencia. Inmersa de lleno en el siglo XVIII, esta enfermera decidió abandonar su tierra natal para poner rumbo al Nuevo Mundo como parte de la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna. Su apellido Zendaltambién se recoge como Sendalla, Zendalla, Sandalla, Cendalla, Cendales, Gandalla, Sendales o Cendala.
Es difícil de entender en una época donde las mujeres luchaban todavía por abrirse camino en la sociedad.
A lo largo de un viaje que anhelaba erradicar la viruela en todos los recovecos del renqueante Imperio español, la gallega se encargó del cuidado de los niños inoculados con el virus; una tarea que le granjeó su cariño y un espacio en la Historia.
Poco sabemos de la infancia de Isabel Zendal Gómez. Tan solo que nació en Santa Marina de Parada, allá por 1773 y que tuvo una infancia turbulenta. «Durante la epidemia de viruela de 1786 perdió a su madre y tuvo que abandonar una casa familiar con pocos recursos para ponerse a trabajar».
Cuando sumaba una veintena de primaveras a sus espaldas nació su hijo, Benito Vélez, centro de su vida debido a que fue una madre soltera.
La muerte de sus padres, «quasi pobres de solemnidad» según sus respectivas partidas de defunción, denotan que Isabel Zendalno provenía de una familia acaudalada. Pero esa condición no acabó con su ilusión de convertirse en enfermera y, ya en 1800, entró a trabajar como Rectora en una inclusa destinada a cuidar de niños abandonados. Aquel sería su sino en la vida, y lo llevaría como bandera en los siguientes años, como bien narra la «Asociación Isabel Zendal» en los muchos artículos sobre el personaje que albergan en su excelente página web.
Así discurría su vida cuando, en 1803, Carlos IV, que había perdido a una hija por culpa de la viruela, ordenó que un convoy partiera desde la Península para extender la vacuna contra esta enfermedad por todos los territorios de ultramar. El resultado fue la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna, que puede considerarse como la primera misión humanitaria de la historia. Solo había un problema: ¿Cómo trasladar la muestra? La respuesta llegó de la mano del médico alicantino Francisco Javier Balmis, al frente de esta aventura, y consistió en transportar el suero dentro de 22 niños vivos. Para ser más concretos, veintidós huérfanos de La Coruña.
Isabel Zendal en el telefilme '22 ángeles', sobre la expedición de la vacuna de la viruela.
Así lo narró la «Gaceta de Madrid»:
«Son varios los facultativos comisionados, y llevan 22 niños, que siendo sucesivamente inoculados brazo a brazo en el curso de la navegación, conservarán el fluido vacuno vivo y sin alteración. No por eso se han omitido otros medios de conducirlo, así para mayor seguridad, como para experimentar cuáles son los que a largas distancias y en diferentes climas deben preferirse».
Aunque en principio no se barajó la participación de una mujer en la expedición, se cambió de opinión al poco tiempo. Se pensó, y no sin razón, que los niños necesitarían una figura maternal que les diera confianza durante el trayecto.
«El 14 de octubre de 1803, mes y medio antes de la partida, Javier Balmis, su director, la contrató con un sueldo igual al que disfrutaban los varones de su formación y funciones, tres mil reales con destino a su habilitación y un sueldo de quinientos pesos anuales.
Fue la última expedicionaria que se incorporó al convoy humanitario». Así fue como comenzó su aventura en la corbeta «María Pita» con un Capitán nacido en Somorrostro (Bizkaia), que partió del puerto de La Coruña el 30 de noviembre de 1803.
Como enfermera, Isabel Zendal se encargó de cuidar a los niños tanto en tierra como en el mar. «La rectora tenía unas funciones privativas y específicas: cuidar, acompañar, entretener y serenar a los niños durante el viaje».
Entre los más pequeños, por cierto, se encontraba su hijo Benito Vélez, que hizo las veces de «receptáculo vivo», como señalaron los medios de comunicación de la época.
La coruñesa hizo bien su trabajo, pues recibió los elogios de unos superiores que, en los documentos, la definieron como «abnegada rectora», «madre de los galleguitos» y «mujer de probidad».
Tras pasar, entre otras regiones, por Canarias, Puerto Rico, Caracas o México, Isabel Zendal partió en 1805 hacia el Pacífico.
En ese caso junto a veintiséis niños mexicanos.
Tras los últimos viajes, decidió quedarse en México a pasar el resto de sus días. Allí trabajó en un hospicio de Puebla de los Ángeles junto a su pequeño. «Del final de su vida conocemos poco. Lo último que sabemos de ella es que en 1811 continuaba solicitando una pensión de 3 reales mensuales a la que tenía derecho su hijo por ser uno de los niños de número que vino con la vacuna y no se la pagaban las Cajas Reales de Puebla donde se hallaba viviendo. Se desconoce la fecha y el lugar de su muerte».