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Funcionarios consuetudinarios

Los socialistas están acabando con el Estado español… No por el Estatut catalán, sino por poner en entredicho la estabilidad del funcionario.

Para empezar, señalemos que todos los que trabajamos lo hacemos para el Gobierno: Lo que sucede es que algunos, los funcionarios, hemos hecho oposiciones y los demás se han quedado en la categoría de contribuyentes.

Los funcionarios somos como los libros de una biblioteca: los que están en lugares más altos son los que menos sirven. Y esto rige especialmente para esos falsos funcionarios-kleenex, desechables de corta duración, que se llaman cargos políticos. Porque nadie negará la afirmación de Víctor Hugo: “Los dos primeros funcionarios del Estado son la nodriza y el maestro de escuela”. Ahora refundidos aparecen en la educación infantil, destinados a los nuevos ciudadanos desde su nacimiento, donde fueron atendidos por otros funcionarios sanitarios.

Los funcionarios tenemos mala fama, no tanto por el decimonónico “¡Vuelva usted mañana!” de Larra, sino por economistas como el Nobel Milton Friedman, al sostener que “El principal problema para cualquier Gobierno que llega al poder es el control de los funcionarios. Todos ellos tratarán de explicar por qué es prácticamente imposible hacer las cosas de manera distinta a como se vienen haciendo”, o que “No hay duda de que si fueras por todos los ministerios [del Reino Unido] y despidieras a uno de cada seis funcionarios, la productividad de los otros cinco aumentaría en lugar de descender”.

La mala prensa llega hasta el terreno literario de autores consagrados. Heinrich Heine arremete contra los funcionarios, incluyendo a sus equivalentes religiosos: “Respecto al bien de la república se podría citar la prueba que cita Boccaccio para la religión: existe, a pesar de sus funcionarios”. Charles Baudelaire opina: “Un funcionario cualquiera, un ministro, el director de un teatro o de un periódico, pueden ser a veces seres estimables, pero jamás son divinos. Son personas sin personalidad, seres sin originalidad, nacidos para la función, es decir, para la domesticidad”.

Se nos ha dicho de todo a los funcionarios: rutinarios, revolucionarios, contrarrevolucionarios, reaccionarios, sanguinarios, cuaternarios, estacionarios, ordinarios, extraordinarios, interdisciplinarios, legionarios, mercenarios, milenarios, millonarios, multimillonarios, valetudinarios,… En plena carrera armamentista un político ya olvidado dijo: “Hemos desarrollado un nuevo tipo de misil: se llama funcionario público, y… ni funciona ni puede ser disparado”.

En todo caso, si alguien envidia a los funcionarios de cualquier escala y categoría, desde administrativos a notarios, dispone de un recurso infalible: Que estudie, prepare y gane el correspondiente concurso-oposición para acceder a tan selecto y privilegiado clan. Ent
Versión .DOC para imprimironces comprenderá que los funcionarios somos trabajadores y necesarios en un Estado moderno.

Versión final en: http://mikel.agirregabiria.net/2006/funcionarios.htm

Una página completa... para ocultar la verdad

Sin ánimo de entrar en el fondo del debate sobre los "días moscosos", tras leer un anuncio a página completa he lamentado saber cómo se confunde a la opinión pública. En todo el extenso texto (véase aquí), se omite un dato esencial: En todas las administraciones del Estado (incluidas las ubicadas en Euskadi) y en todas las administraciones vascas, tanto Forales como Municipales, la jornada es intensiva todo el año. La única administración que mantiene jornadas partidas, de mañana y tarde, es la administración del Gobierno Vasco, con el consiguiente gasto y tiempo en comidas no contabilizados en este comunicado que alargan el horario efectivo. Una extraña situación que discrimina a catorce mil funcionarios en un conjunto de dos millones y medio de funcionarios bajo la misma ley estatal. Otra crónica posterior, de Administraciones en Red sobre este mismo tema. [El conocido chiste de abajo es para demostrar que, aunque nos llevamos la fama, no cardamos la lana...]
Comentario en respuesta a este post: "Estimado Jose: Sólo estoy de acuerdo contigo, en esta ocasión, en lo de "igualar los sueldos y jornadas del funcionariado con los del resto de trabajadores". Los funcionarios, en la mayoría de casos, gestionamos recursos humanos y materiales ingentes con remuneraciones y condiciones laborales comparativamente muy inferiores a las del sector privado. Maldita sea la desgracia de que la opinión pública sólo se acuerde del funcionariado en las épocas de vacas flacas, porque en las extensas etapas de las vacas gordas se nos olvida... a todos los efectos (mejoras salariales,...). Para no extenderme, sólo añado que si alguien lo tiene tan claro como tú, lo que debe hacer es... presentarse a una oposición y ganarla, alejándose de los 'inconvenientes del sector privado'. Saludos cordiales".
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¿Conviene al partido que sustenta el Gobierno Vasco no cuidar a su funcionariado?

"Erkoreka" eta Olentzero
Ante un calendario con unas Elecciones Generales inmediatas y Elecciones Vascas en menos de 10 meses, ¿conviene al partido que sustenta el Gobierno Vasco no cuidar a sus propios funcionarios? Parece que son más quienes creen que sí, porque consideran que el conjunto del electorado no les va a penalizar por ello.

Algunos, sin embargo, creemos que no haber avanzado ni un ápice en la convergencia de las Función Pública en nuestro espaguetizado entramado institucional después de más de 30 años de autogobierno es un imperdonable dislate. 

Si la defensa del autogobierno es una prioridad declarada para EAJ-PNV, ¿no incluye ello disponer de un funcionariado preparado y sintonizado con la clase política gobernante? La historia recoge casos donde hubo ataques (gratuitos y demagógicos) que pasaron factura,... 

¿Sabe la ciudadanía vasca que los funcionarios de ayuntamientos, diputaciones y gobierno vasco cuenta con condiciones laborales muy diferentes, siendo los del gobierno vasco quienes están en notable peor situación? 
¿Conocen quienes van a votar el domingo que muchos de los recortes del Rajoy-Montoro de la última legislatura han sido corregidos como medida electoral/electoralista, pero que Urkullu-Erkoreka que sí aplicaron los recortes no lo han enmendado? 

Lo cierto es que prácticamente TODO el funcionariado del Estado han recuperado hasta la mitad o la totalidad de la paga extra suprimida en 2012, disfrutan de los días de antigüedad (los canosos) y cuenta con unas condiciones de prejubilación muy alejadas de las que se aplican a los más de 70.000 funcionarios del Gobierno Vasco (profesorado, sanitarios, de Lakua y delegaciones,....).
 El vídeo inferior,  es una recreación, ¡Que vienen los sindicatos!, está grabado con un simple móvil al estilo de Reservoir Dogs, tras una concentración de @ELAsindikatua. La imagen superior corresponde a una entrega de carbón del Olentzero al Consejero Josu Erkoreka (alguien a quien conozco y aprecio, pero suelen asignar a los más distinguidos políticos los papeles menos gratos). El vídeo central (en una lista de reproducción) recoge una dramatización de hoy, con una "broma" donde el sorteo de Navidad deja al último funcionario (no de un ayuntamiento o diputación) fuera de concurso. 
Otro artículo relacionado con este tema, que Owen Jones tan bien describe, suscrito por varios autores:  Funtzionarioak eta (gainera) sindikalistak gara… barka! (euskaraz) / ¡Perdón, somos funcionarios,... y, además, sindicalistas!

Más vacaciones para funcionarios con trienios

BOE núm. 89. Viernes 13 abril 2007. 7788 LEY 7/2007, de 12 de abril, del Estatuto Básico del Empleado Público, Art. 48: ... Página 16284

...2. Además de los días de libre disposición establecidos por cada Administración Pública, los funcionarios tendrán derecho al disfrute de dos días adicionales al cumplir el sexto trienio, incrementándose en un día adicional por cada trienio cumplido a partir del octavo.

[Para algunos funcionarios significará una semana adicional de reposo... bien merecido por llevar 32 años (5 días laborables extras por 30 años) al servicio de distintas administraciones...]

¡Al fin, jornada continua todo el año!

Lakua, sede del Gobierno Vasco un día de invierno...
Los 17,000 funcionarios del estado de Utah están trabajando cuatro días a la semana desde hace años, con grandes beneficios para todas las partes. Algunas ventajas han sido inesperadas, como el compromiso del funcionariado con las ONGs durante los viernes libres, algo que les proporciona este horario. Mientras, la jornada laboral de la administración general del Gobierno Vasco era la única del Estado español donde se mantenía obligatoriamente la jornada partida, desde el inicio del autogobierno vasco.

Hace dos años se produjo una primera flexibilización permitiéndose, sin merma salarial, una jornada mixta que facilitaba la jornada continuada dos días a la semana, además del viernes. Aún así, era obligatoria la jornada partida frente al resto de administraciones públicas (incluidas las forales y municipales vascas, o de gobierno central u otras administraciones autonómicas).

Hace unos días, se comunicó tras la negociación entre Función Pública y los sindicatos que, a partir del lunes 12 de marzo de 2011 era elegible una jornada continua para quienes así lo prefiriesen. Analicemos algunos aspectos de la anhelada propuesta:
  • Es un logro largamente esperado por los funcionarios, que finalmente en esta época de recortes salariales se ha concedido. Además, que sea elegible junto a otras opciones como la jornada partida o la jornada mixta, es una gran ventaja. Más cuando no supone merma alguna de complemento laboral. Todo ello debería suponer un estímulo a la productividad al permitir una mejor conciliación de la vida familiar y profesional. Adicionalmente equipara a estos pocos miles de funcionarios del gobierno vasco con los millones de equivalentes en todas las otras administraciones públicas del Estado.
  • Adolece, sin embargo, de algunas inflexibilidades con un doble efecto nocivo: Dificulta una jornada laboral común del conjunto del funcionariado, premisa para una eficiencia mayor, e imposibilita una elección más libre entre las tres opciones (continuada, mixta o partida). La primera consecuencia se podría atajar con el establecimiento de un período coincidente con independencia del modelo de jornada individual. Por ejemplo, de 9:00 a 14:00, lo que supondría la seguridad de contar con todo el personal, y la atención al público queda asegurado con el servicio Zuzenean de lunes a viernes, de 8:00 a 20:00 horas. Por otro lado, la teórica opcionalidad de la propuesta mantiene algunas condiciones de reloj diario que no facilita una elección plenamente libre. Lógicamente la jornada continua supone bastantes días menos de vacaciones, algo comprensible. No se entiende, por el contrario, que la capacidad de recuperar horario (siempre con un máximo de 75 minutos) no se extienda más allá de las 16:20.
  • En definitiva, el camino se ha iniciado, pero quedan muchos objetivos por alcanzar. La ciudadanía debe saber con exactitud todo el horario durante el cual es debidamente atendido, incluidas las horas donde puede encontrar a la totalidad de personal público. La administración podrá economizar con un uso más intensivo y compactado de edificios,... El funcionariado ha de poder organizarse para rendir al máximo durante su jornada laboral, con un núcleo común que facilite el encuentro general y un horario complementario para tareas más singulares con menor interacción (o pactada con citas concertadas,...).
Sede del Gobierno Vasco en Bilbao
Aún con todo, el cambio del entorno laboral podría mejorarse muy significativamente con propuestas complementarias de teletrabajo. Estamos en crisis, y hemos de aceptar la administración pública ha de ofrecer un ejemplo de moderación, con congelación salarial incluida. Pero ello no significa que no se puede negociar y ofrecer mejoras a su funcionariado que redunden a su vez en una mayor productividad y eficiencia, como puede ser la implantación de la jornada continuada flexible y del teletrabajo.

En lo personal, después de años esperando la jornada continuada (y un solo trabajo, porque durante años estuvimos pluriempleados), al final no hemos podido optar a esta modalidad. Por la imposibilidad de recuperar horas perdidas (o ganadas para otras convocatorias) dado que el reloj dejaría de contar a las 16:20 todos los días (sin contabilizar todo el tiempo posterior a ese momento). Así que nos hemos quedado con la miel en los labios.

Seis medidas efectivas de reducción del déficit público

Están tocando a rebato y, aunque mucho más tarde de lo debido, tanto el Gobierno español como la oposición están proponiendo medidas para paliar el desbocado déficit público. Desde la opinión blogger, con ánimo constructivo, la misma improvisación que las grandes instituciones pletóricas de expertos y para estimular la conversación social, también podemos sugerir algunas ideas que se escuchan por la calle y que raramente se recogen y propagan en los medios de comunicación convencional por enumerar temas tabú sobre los que se corre una espesa cortina de ocultación. La aceptación de estos recortes supondría un ahorro inmenso de los gastos, que podría dedicarse a inversiones en educación (para quienes acrediten competencia y voluntad de excelencia acorde a lo estudien, no para eternizarse en las Universidades), atención a los más desfavorecidos (siempre que no rehuyan aportar su esfuerzo de trabajo o de reconversión profesional en la medida de sus capacidades),...
  1. Cuando las tropas norteamericanas y europeas desfilan por Moscú, ¿con qué lógica se mantiene el ingente e innecesario gasto militar? Propuesta: Desmilitarización del Estado Español, que pasaría a ser el primero en Europa (salvo los minúsculos Vaticano, Andorra, Mónaco, Liechtenstein,...) sin ningún tipo de ejército. En un plazo de diez años, de modo gradual pero inexorable, se eliminarían todo el gasto militar (más de 18.000 millones de € al año). De modo inmediato se suprimirían todas las inversiones no comprometidas y, cumpliéndose los contratos firmados, se caminaría hacia un 2020 sin militares, sin desfiles,... Algunas unidades se transformarían en protección civil (salvamento marino, ...), o de control policial (de fronteras,...), pero desaparecerían todo presupuesto militar. Todo el personal militar excedente recibiría una compensación económica como indemnización y para su oportuna reconversión hacia sectores civiles, que procedería de la venta del material y de las instalaciones militares.
  2. Cuando por Internet se puede participar diariamente en las decisiones colectivas, ¿qué razón pervive para mantener un sistema de representación partidista tan oneroso como ineficaz? Propuesta: Reducción drástica de cargos políticos con medidas de fusión a escala local, autonómica y estatal. Los municipios habrían de mantener una dimensión demográfica mínima de 10.000 habitantes, procediéndose al reagrupamiento y fusión en mancomunidades con Alcaldía única en el plazo de 4 años. De los actuales 8.114 municipios en el Estado, se produciría un considerable reducción en cargos innecesarios, quedando los funcionarios adscritos a la nueva corporación agrupada. Por ejemplo, de los 112 municipios en Bizkaia (con alcaldías, concejalías, liberados,...), sólo trece superan los 10.000 habitantes, y de los cuatrocientos municipios de Burgos sólo tres cumplen con esta cifra. En Grecia han reducido de 1.300 a sólo 340 el número de entidades administrativas locales y municipios. Esto podría aplicarse a las caducas Diputaciones en las provincias no forales, o incluso en los territorios forales. ¿Qué sentido mantiene que en Euskadi se elija para siete parlamentos (3 forales, 1 autonómico, 2 estatales y 1 europeo), cuando al final nadie sabe quién es "su" representante, ni el elegido conoce a sus representados? ¡Ah, y que todos sean políticos sin privilegios (ni de jubilación,...)!
  3. Cuando existen miles de millares de liberados sindicales y empresariales a tiempo completo o parcial, pero cuya eficacia es discutible y de casi nula mejora de la productividad, ¿no convendría adelgazar estas organizaciones? Propuesta: Reducción significativa de las organizaciones políticas, empresariales y sindicales, cuyo cómputo total en liberaciones sumadas equivale (si se contabilizan todas las horas parciales de tantos agentes) a muchos centenares de miles de asalariados, al tiempo que se mejoran los sistemas de información y defensa de los trabajadores y se exige un mayor rendimiento respecto al costo a las organizaciones empresariales.
  4. Propuesta: Fusión y simplificación de las Administraciones que nunca serían redundantes, sino intercomunicadas en red con modelos de "gobierno abierto" reales, facilitando una gestión transparente a la ciudadanía de todos los procesos internos de decisión sobre la "cosa pública". Se procedería a la desaparición de tantas empresas, agencias o consorcios públicos que pretendidamente buscan la coordinación interinstitucional, aunque en general no logran sino hacer más tupida la maraña de lo público. Los puestos de cargos políticos únicamente supondrían una décima parte de los puestos de funcionarios del nivel máximo, evitándose el abuso de asesorías que pululan por todas las administraciones, entorpeciendo más que contribuyendo a la gestión. La misma Función Pública se profesionalizaría al máximo, con una progresión en escalafón basada en resultados (y no por mera antigüedad - o Carbono 14). También en este apartado podría incluirse la fusión racional de las Cajas de Ahorro, que son entidades medio públicas con mucho Consejo de Administración y duplicidades de gestión fácilmente simplificables... para ofrecer un mejor y más económico servicio.
  5. Propuesta: Aumento inmediato de puestos de funcionariado en inspección fiscal para que, tras una formación exhaustiva, velen para que toda la ciudadanía cumpla estrictamente con todas sus obligaciones de contribución al bien común. Así se obligaría a aflorar toda la inconmensurable economía sumergida (estimada en bastante más del 20% del PIB) y el fraude fiscal en los que chapotean muchas profesiones liberales y sectores desde hace años y hasta un grado de absoluto escándalo social.
  6. Propuesta: Anulación de todos los gastos suntuarios y de representación incompatibles con la situación de crisis que se vive en este momento. Los costes de la Casa Real, número de parlamentarios, vicepresidencias y ministerios superfluos, vehículos oficiales (como el que pagamos a esta impresentable política), viajes multitudinarios (cuando existen videoconferencias que son los viajes de los pobres), comilonas a costa del erario público, fiestas y celebraciones (incluidas las de cada barrio), Radio-Televisiones con pérdidas crónicas y astronómicas,... deberían ser acordes a nuestra dimensión internacional y a la preocupante situación económica.
¿A alguien se le ocurre algo más? ¿Quién discrepa con alguna o todas de estas medidas? Se aceptan y esperan comentarios... Hastag: #tijeretazo. Abajo: Un vídeo de un Lip Dub (doblaje de labios) de unos funcionarios catalanes que se lo toman con alegría.

Actualización, para una mejor comprensión: Creíamos haberlo dicho, aunque sin citarlo, pero ahora lo señalamos explícitamente. Al apuntar sobre lo indicado, y no sobre el resto, estamos sugiriendo que todo el funcionariado sanitario, educativo, asistencial, policial, justicia,... incluso administrativo como hacienda, gestión (no redundante),...- es imprescindible y necesario, y para prestar un buen servicio como los mejores países europeos probablemente hace falta tantos o más.... Algunos posts de otros blogs que enlazaron con éste, como en unmirador.wordpress.com,...

¡Perdón, somos funcionarios,... y, además, sindicalistas!

#Maiatzak1 @ELAsindikatua  #1Mayo
PERDÓN, SOMOS FUNCIONARI@S,…AH, ¡Y SINDICALISTAS!

Sabemos que el funcionariado, y más aún con el “agravante” de sindicalismo, no tiene buena prensa. ¡Bien que se encarga de ello buena parte de la misma! Estas letras son un humilde intento de cambiar esta percepción de buena parte de nuestra ciudadanía.

En una democracia los poderes deben estar distribuidos y contrapesados. Se deben establecer controles y repartir las atribuciones en tres poderes de un Estado: el legislativo, el ejecutivo y el judicial. Garantizar esa división es vital, para evitar quedar en manos de los poderes fácticos y de grupos de presión.

En nuestra era, el “poder económico” es cuasi-absoluto, globalizado y perfectamente interconectado. Estos agentes controlan, además, los medios de comunicación más poderosos, con una capacidad de influencia sutil, incondicional y muy difícil de contrapesar. Para esa hidra economicista e inhumana, debilitar la función pública es un objetivo preferente, pero el sindicalismo que debe hacerle frente aparece dividido, inmerso en dinámicas de acción sectorial y local, e incluso con una parte del mismo (hay muchos modos de sindicalismo amarillo) actuando como una quinta columna. Entre tanto, los mass-media del capital nos mantienen con una escasa y pésima cultura política, desincentivando el interés por la gestión de lo común, mientras nos sobrealimentan y anestesian con pan y circo a raudales.


El resultado es el que cabía esperar: el poder y la riqueza se concentran en manos de una exigua minoría, con una clase media cada vez más precarizada en tanto va siendo innecesaria, mientras los rituales “democráticos” de las elecciones periódicas ocultan que el “poder de la política” puede  pasar a la historia si no actuamos de inmediato y de modo eficaz. 

L@s triler@s que manejan los hilos de la comunicación, desprestigian y devalúan la función pública, la desmantelan y comercian con ella (externalización de servicios, subcontrataciones, cierre y venta de instalaciones y servicios diversos,…), sin demasiada oposición en Estados de pobre tradición democrática, como el español, o en instituciones dependientes del mismo, como las nuestras. 

LA POLÍTICA QUE DEBEMOS REIVINDICAR SI NO QUEREMOS QUE EL MERCADO LO GOBIERNE TODO, REQUIERE DE POLÍTIC@S Y FUNCIONARI@S QUE RECONOZCAN SU ROL TRASCENDENTE.


Un funcionariado bien preparado sabe que actúa como los brazos y los cerebros de la acción política. Por eso es incomprensible, incluso estúpido, que determinados modos de hacer política quieran desprestigiar la función pública, sin advertir que sin ella no se podrían materializar sus programas y es@s polític@s serían absolutamente prescindibles.

Conocemos países mal gobernados, pero bien administrados por una función pública potente, que han salido adelante.  Necesitamos polític@s que crean en LA POLÍTICA con mayúsculas, reconociendo y actuando AL SERVICIO DE SU CIUDADANÍA, y no de intereses ajenos a los que afirman defender en sus programas electorales. La GRAN POLÍTICA busca y activa un funcionariado público independiente y eficaz, seleccionado en base a criterios objetivos y evaluables, entendiendo su misión fundamental para la defensa del bien público, como base de una sociedad cohesionada y solidaria.

LOS PARTIDOS O DIRIGENTES QUE ATACAN AL SISTEMA PÚBLICO, O A SUS PROPIOS FUNCIONARIOS, NO REPARAN EN LAS GRAVÍSIMAS CONSECUENCIAS DE SU ACTUACIÓN. 


Reducir empleo público en Osakidetza, por ejemplo, conduce al modelo norteamericano (que luego no es posible corregir) donde el 15% de la población (o más de 46 millones de personas) no tiene  acceso al sistema de salud, por no disponer de dinero para sufragar un seguro privado. 

También en Euskal Herria, sólo la vigilancia sindical evitará recortes irreversibles que algunos irresponsables políticos quieren aplicar a sectores críticos como el sanitario, el educativo, el judicial,... que provocarían una grave perjuicio para la ciudadanía en general.

Es  preciso reivindicar, además del funcionariado docente, sanitario, judicial,... a quienes servimos en la administración general. Aunque pueda parecer una función menos obvia que la de los bomberos, por citar un caso, gestionamos ingentes recursos humanos, y materiales, con la garantía de una formación continua, contrastada y evaluada, y sobre todo, con una independencia que sirve de freno o disuasión ante actuaciones partidistas ilegítimas.
Los sindicatos deben actuar como un contrapoder que ha de velar por las condiciones laborales, y por consiguiente, por los intereses generales de toda la sociedad, para vertebrar una sociedad democrática que defienda la inclusión laboral como un derecho universal irrenunciable. 

Hemos asistido, en las últimas décadas, a una profunda evolución del sindicalismo,... pero también del escenario político en el que se mueve. Cuando en la CAPV recuperamos parte del autogobierno, hace más de 30 años, aquella clase dirigente era más consciente de su legítimo poder político, y el entendimiento con el sindicalismo fue más factible y eficaz aún dentro de la lógica dialéctica de perspectivas de enfoque. 

Actualmente, el poder político se pliega sin disimulos al poder del mercado, y es más necesario que nunca un sindicalismo independiente, potente y y bien articulado, a la vez que es necesario identificar y denunciar las prácticas de sindicalismo “amarillo”, aliadas al poder máximo, el económico.

La CAPV y Navarra están entre las cinco comunidades autónomas con MENOS empleados públicos en el Estado, pero es que España está a la cola de Europa, en tanto que los países con mayor calidad de vida,  son los que mayor proporción de empleo público ofrecen.

No es posible una democracia madura, ni una sociedad equilibrada y solidaria, sin la aportación decisiva de funcionari@s y sindicalistas.  Partidos políticos y organizaciones empresariales debieran reconocerlo y actuar en consecuencia (al igual que entendemos y respetamos su necesaria función social).


Como sociedad, estaríamos perdidos sin sindicatos bien organizados y presentes en el panorama de la influencia y de la movilización, o sin una función pública de calidad, con políticos de altura y funcionarios competentes.


En Gasteiz a 19-11-2015. Mikel Agirregabiria, Bego Larraza, JJ Agirre, Aitziber Leturiaga, Asier Undabarrena, Mamen Ladrera. Funcionari@s y ELAkides

Pirámide funcionarial

Que el mundo es injusto es algo obvio. Y los salarios lo son, especialmente en el sector privado. Cabría esperar que en la reglamentada cosa pública hubiese algo más de racionalidad. No es el caso. De hecho, actúa un sistema de castas derivado del tamaño de la administración dependiente: Cuanto más grande, peor sueldo. A igualdad de titulaciones y funciones la peor es la administración central, luego la autonómica, después la local, luego la foral,… Lo óptimo es ser funcionario en los propios parlamentos o personal de sociedades públicas minúsculas.
En el País Vasco, sin llegar a que uno de cada cuatro trabajadores sea funcionario como en Extremadura o como Andalucía con más funcionarios que Euskadi, Cataluña y Madrid juntas), los sueldos dependen de si los abona el Estado a sus funcionarios (17.000 sólo en la CAPV), el Gobierno Vasco (62.000 entre docentes preuniversitarios, sanitarios, ertzainas,…, y los 5.100 de la Administración General), los Ayuntamientos (24.000), las Diputaciones Forales (6.000),…
Así se producen aberraciones como que un profesor universitario (Adm. Central) perciba menos que uno de Secundaria (Adm. Autonómica), que un administrativo de cualquier parlamento gane más que un diplomado en una autonomía, o que el Presidente de la Diputación de Palencia cobre más que el del Estado. Todo esto sin mencionar las diferencias entre comunidades autónomas, y otros casos como los centenares de directivos de Cajas de Ahorro vascas, algo público también, que ganan más que el Lehendakari, o Consorcios públicos (de Agua,…) donde hasta el último subalterno gana más que los Catedráticos de Universidad. ¿No tendríamos que hacer algo al respecto?

Un año en Lakua (servicios centrales de la administración vasca)

Se ha cumplido sobradamente un año desde el lunes 25 de noviembre de 2013 en el que me incorporé, en comisión de servicios, al puesto de Jefe de Servicios de Innovación Educativa (o Pedagógica) en Lakua, los servicios centrales de la administración vasca en Vitoria-Gasteiz. Casi con toda seguridad, antes de que se cumpla otro año retornaré a mi Jefatura de Innovación Educativa en la Delegación de Bizkaia, en Bilbao, donde mantengo mi plaza definitiva.

Cuando pude elegir, allá por 1991, mi plaza funcionarial "en propiedad" (horrible y anacrónica jerga burocrática) puede escoger entre la de Bizkaia, la actual en Lakua (a la que, en cierto modo, he retornado transitoriamente desde la que ocupé en "Tecnología y Educación") y otra de "Perfecionamiento de Profesorado", las dos últimas en Lakua. Residiendo en Getxo, mi opción fue la cercanía en previsión de las edades a las que estoy llegando a ritmo acelerado, tras haber recorrido más de un millón de kilómetros (y seis coches propios) in itinere en mi vida laboral al servicio de distintas administraciones públicas (central y autonómica) y en distintos departamentos.

Hoy, creemos, se convoca un concurso de traslados entre funcionarios de carrera en la franja de los niveles altos (del 25 al 28), paso previo a la OPE (Oferta Pública de Empleo) que se presentará el próximo año 2015. Una gran parte de estas plazas de mayor responsabilidad técnica, casi todas en departamentos como el de Educación, de estos niveles están ocupados por funcionarios de carrera en comisión de servicios o por interinos. 

Algunos de quienes hemos cumplido más de 100 años "vivi-trabajados", como suma de años vividos y años cotizados (61 + 39 + 10 meses de ambos), tras haber concurrido a numerosas convocatorias (como miembro de la comisión evaluadora o como participante), tras haber superado fases finales (donde finalmente sólo quedamos sexagenarios, aunque el Carbono-14 no fue el último determinante),... quizá ya no estemos dispuestos a rebuscar méritos o repasar cuestiones burocráticas (aunque lo real es que busquemos la congruencia con nuestras decisiones previas y la cercanía con la educación administrada propia de una Delegación Territorial, si bien han perdido gran peso del que tuvieron).

Ahora es el momento de reclutar personas valiosas de la sociedad (e, incluso, en las plazas educativas abiertas a docentes, grandes e innovadores profesionales del mundo escolar) para la administración pública, gentes que se incorporen con el entusiasmo y el optimismo de quienes lo hicimos en la década de los '80 (proviniendo de otros sectores muchas y muchos), al tiempo que con el rigor y la transparencia que la sociedad abierta requiere en el siglo XXI. ¿Quiénes se animan?

Lakua, al fondo,... de vuelta de una reunión en Lehendakaritza 
Algunas imágenes más de Lakua, o en Lakua

[Actualización y aclaración (20-2-15): Ante algunos malentendidos y dudas que me han trasladado, conviene señalar que la OPE anunciada se está retrasando, desmintiendo a quienes nos creímos plazos ágiles en nuestra angelical inocencia a pesar de los años en la administración, creíamos que se ejecutaría el concurso de traslados durante 2015.  Este ritmo, que ahora algunos apuntan podrían consumir años (y no meses), no requerirá decisiones inmediatas, de modo que mantendremos las opciones de proseguir en comisión de servicios en Lakua. En todo caso, quienes amablemente nos leen en este blog, serán quienes primeramente sabrán de novedades. Gracias por vuestra atención e interés.]

Mi chiste preferido de funcionarios

Esto no rige para los funcionarios del Gobierno Vasco, quienes por la tarde -al menos- venimos. Al menos hasta que escuchen a Administraciones en Red. Abajo un vídeo humorístico sobre cómo pueden "escaquearse" algunos empleados, públicos o no.

Tres preguntas, ninguna respuesta y una conclusión: Haremos huelga mañana

Tres preguntas, ninguna respuesta y una conclusión:
  • ¿Qué Presidente español subió por sorpresa el 5% de todo el funcionariado del Estado, porque la economía iba viento en popa y también los empleados públicos debían participar de la euforia general? Silencio histórico...
  • ¿Qué Presidente español garantizó que tras una bajada generalizada se recuperaría todo el poder adquisitivo de los funcionarios una vez pasado lo peor de la crisis? Silencio clamoroso...
  • ¿Qué sindicatos y sectores se han solidarizado con esta medida facilona, propia de un Gobierno que no promueve la economía sino que únicamente gestiona su propaganda? Silencio de corderos...
Conclusión: Mañana haremos huelga. Porque ni en Grecia, ni en Portugal, ni en Italia, ni el Reino Unido,... han bajado el sueldo de los funcionarios, sino que, a lo sumo, lo han congelado. Porque sí sabemos qué Presidente ha bajado el salario de todos sus empleados de forma unilateral, sorpresiva y por primera vez en la Historia, lo que denota el fracaso absoluto de su errática e improvisada gestión económica. Porque no lo olvidaremos, y tampoco a los partidos políticos que apoyen o acompañen al PSOE en el medida de recorte.
Por todo ello, muchos seremos quienes hagamos huelga mañana en el País Vasco. Lamentando la división sindical, la duplicidad de convocatorias en fechas diferentes en el Estado y en Euskadi, añorando la solidaridad de décadas pasadas, sintiendo que los poderosos se ríen de nuestra fragmentación y de nuestra pérdida de conciencia social. Pero nos queda nuestro voto, nuestra capacidad de revocar toda esta clase política caduca y sobrepasada por las circunstancias. Estamos dispuestos a arrimar el hombro si viésemos algo creíble, pero sólo nos queda soñar con las próximas elecciones, sindicales, municipales,... o lo que sea. Y empezar a organizarnos mejor, pidiendo participación, ofreciendo y compartiendo ideas para la austeridad (Seis medidas efectivas de reducción del déficit público) y para la inversión en una nueva economía sostenible, justa y competitiva, donde no quepan la especulación, la corrupción, la infiltración en los partidos, el manejo de políticos marionetas que nos distraen con las tristes diatribas sobre los chanchullos de los demás.

Signos de un buen funcionario (o trabajador)

Antes de enumerar síntomas, sí existe (o puede existir) un buen funcionario... que sería quien:

-Demuestra estar motivado cuando aparca el coche sin darle la vuelta. No como otros que, según llegan, lo orientan hacia la salida para ahorrar tiempo a la hora de escapar. [Sí, ya sabemos que puede haber otros motivos, pero si te han pillado te aguantas y lo disimulas más...]
- Acredita ser un buen programador y anticipador cuando en el baño baja el papel de secarse antes de mojarse y enjabonarse las manos, sabiendo cómo concluye el proceso de limpieza. [Si no se te había ocurrido, recapacita...]
- ¿A alguien se le ocurren más indicios sutiles? Añadirlos en los comentarios... [¡Vale, se aceptan también chistes sobre funcionarios...! Ejemplo: Vídeo humorístico sobre funcionarios]

¿Quienes son más fiables: Bloggers o periodistas?

Una de las acusaciones más frecuentes respecto a la Blogosfera es la poca fiabilidad de su información. Todo el mundo puede abrir un blog y escribir lo que desee, por lo que parece que no existe autoridad en la credibilidad de lo que se encuentra en la red. Sin embargo, los sistemas de karma o de preferencia propios de Internet generan un filtro casi perfecto en las webs más visibles, con resultados tan sorprendentes como que la fiabilidad de la Wikipedia sea superior a la de la Enciclopedia Británica o la Encarta.
Por el contrario, los medios convencionales siguen procedimientos de selección mucho más arbitrarios y el resultado puede (y suele) ser peor. Como muestra un botón: Ayer, 1 de marzo de 2010, una difundida cadena de radio con un conocido contertulio (¿Manuel Martín Ferrán?) se despachó con una opinión que ciertamente sería machacada en el ciberespacio, pero pasa desapercibida en las ondas de la radio donde nada queda registrado. Señaló sin aspavientos que en menos de un año, un nuevo gobierno autonómico había conseguido en Euskadi un cambio increíble y apuntó dos materias de transformación: La administración vasca era la más ágil y con menos funcionarios de todo el Estado, al igual que las Cajas de Ahorros vascas eran las más sólidas y eficaces. Ciertamente son verdades irrefutables, pero no por la causa apuntada.
¿Acaso supone que la nueva administración ha despedido funcionarios o cambiado significativamente el modelo público de gestión para lo cual harían falta décadas? ¿O la fiabilidad de las Cajas de Ahorro se altera (¡a favor!) por la acción gubernamental de unos meses? Sin entrar en valoraciones políticas pensar que un Gobierno puede lograr tales efectos, además en mejoría respecto a la situación anterior, es una tontería de un calibre que jamás se encontraría en ningún blog del mundo.

[Actualización a 14-09-2010: Los blogueros pueden ser (como) periodistas en Chicago (para acceso a la noticia)]

Antton Pérez de Calleja ante el Grupo Vasco del Club de Roma

Antton Pérez de Calleja
De acuerdo con la convocatoria, hemos disfrutado con la conferencia del el D.  Antton Pérez de Calleja sobre "De crisis en crisis" (véase un post del ponente sobre este tema). Ha sido una valiosa reflexión sobre la economía, descrita con la descarnada sinceridad de la experiencia, con una crudeza inusual entre los economistas.

Lo más optimista que mencionó, ante una crisis que anunció profunda y prolongada por la falta de respuestas contundentes en sus tres raíces, fue la comparación entre economía y arquitectura, sobre la base del dicho según el cual "Los edificios no se caen porque tienen tendencia a no caerse". Así hemos de confiar en la "tendencia de la economía a no caerse"... (demasiado, añadiríamos).

Los tres desafíos, mal resueltos hasta la fecha a juicio del ponente, son:
  1. El retraso en reformar el mercado de trabajo. Considera que carecer de flexibilidad funcional y geográfica se pagará a un alto precio porque destruye la capacidad de adaptación de un sistema económico.
  2. El modo irresponsable con que se ha edificado el Estado, tanto desde el punto de vista de la estructura, el tamaño, evidentemente sobredimensionado, como de su eficacia, bajo mínimos.
  3. La irresponsable apuesta que el sistema financiero, especialmente las cajas de ahorro, hizo por el sector inmobiliario, al que prestaron hasta el último momento el dinero que tenían y el que no tenían, contra todos los principios de diversificación del riesgo. Este error es el único al que se ha comenzado a poner solución.
Antton Pérez de Calleja arremetió contra el "ejército de funcionarios" que han creado un Estado dentro del Estado, y siendo la base de reclutamiento de la clase política no fue muy optimista respecto a la escalada de su crecimiento que llevó de 600.000 funcionarios en 1975 a los más de tres millones hoy en España. 
Por último, Antton Pérez de Calleja estimó que España estaba en el bloque de los Estados con una recuperación más dilatada, muy lejos de Suiza (de recuperación rápida), Alemania, Estados Unidos y Francia (de recuperación discreta), Japón y Reino Unido (de recuperación lenta),... España, Portugal, Italia y Grecia, por los índices observados en la Tabla 9, son de previsible recuperación muy lenta.

Entre los asistentes estábamos José Luis Jiménez Brea (quien ha presentado al ponente, ver en esta imagen), Mikel Abasolo, Ane Agirre Romarate, Asier Alea, Manuel Alvariño, Jon Arrieta Mardaras, Atxurra Gualber, Juan Benguria Cortabitarte, Jesús Bezos, Jon Eguizabal Chacartegui, Luz Emparanza Bereciartua, Aitor Fernández Oneka, Fernando Fontova, Eduardo Giménez, José María Goñi, D. Hernández Zubizarreta, José Angel Icaza Arregui, Arrate Iraolagoitia Otxandiano, Jose Iraolagoitia Otxandiano, Daniel Zubimendi, Angel Larrauri, Paul Ortega Etxheverry, Miguel Ramos, Jose Luis Retolaza, Sergio Rivas, Maite Ruiz Roqueñi, Perdo Ruiz Aldasoro, Ramón Salbidegoitia Arana, Yabi Salcedo Bilbao, Alicia Tejerina, Gregorio Uribechebarria, Javier Velasco, Olga Villa, Vicente Zubizarreta y quien suscribe Mikel Agirregabiria Agirre.

Como es habitual, la conversación durante la comida resultó igualmente interesante. La coincidencia, en nuestra mesa redonda, de varios economistas inversionistas (Mikel Abasolo, Angel Larrauri, Asier Alea,...) que estudian el mercado con métodos analíticos de modelos cuantitativos fue de un nivel brillante y sumamente instructivo. Sorprende comprobar la creciente inclusión de destacables matemáticos y físicos en estos equipos económicos, a fin de operar con la avanzada estadística puesta en juego. 
GV Club de Roma con Antton Pérez de Calleja
Álbum de 28 fotos, vídeo completo y parciales en HD.
Muy recomendable la visión de los vídeos anexados.

Desfiles civiles

Viendo los anacrónicos desfiles, militares por supuesto, que nos transmiten por televisión, se supone que para mostrar orgullosamente lo mejor de una nación... se me ocurría que deberíamos cambiar los protagonismos.

Propongo que podrían aparecer en primer lugar las y los funcionarios más eficientes (¿¡debe haberlos!?), las y los profesores más ilustres, las y los alumnos más brillantes, luego las y los médicos más competentes, las y los deportistas más laureados, luego las y los científicos más sabios, las y los ingenieros y arquitectos más ingeniosos, las y los escritores más fecundos, las y los filósofos más sesudos, las y los inventores más creativos, las y los Premios Nobel más geniales,...

Y todos ellos desfilando ante el pueblo, no frente a políticos que podrían venir en el tropel de funcionarios… si cumplen el requisito (de eficacia).

Versión para imprimir en: mikel.agirregabiria.net/2007/desfilesciviles.DOC

Susurros políticos

La clase política bien podría aprender de la infancia.

Cualquier docente de Educación Infantil sabe que, cuando un problema de afonía le aqueja, sus escolares se acomodan inmediatamente y le contestan con bisbiseos a la comunicación susurrada por la maestra. No hay aula menos bulliciosa que aquella en la que la profesora apenas puede hablar. Esta lección de la escuela podría ser aprendida por la clase política.

Algunos políticos han pervertido en gran medida su acción representativa, por un exceso de engreimiento que les hace soberbios e ineficaces. La administración pública es esencial para una sociedad moderna, y su ejercicio favorece y facilita la vida de toda la ciudadanía. Pero la acción de las instituciones y de los poderes públicos, la ejercen fundamental y básicamente sus funcionarios y sus empleados. El ministro de turno no paga las pensiones, sino que éstas son recaudadas entre los trabajadores cotizantes, canalizadas por funcionarios y reintegradas a la misma ciudadanía que las proveyó. El “servicio público” funciona porque miles de educadores, sanitarios, bomberos o barrenderos trabajan diligentemente día tras día, y no por un puñado de políticos que acaparan los informativos insultándose y discutiendo entre ellos.

Complacidos dirigentes se creen salvadores (si no salvapatrias, que es peor), cuando en muchas ocasiones su aportación real al bienestar general es mínima o incluso negativa. Una precisa medida de la “inutilidad política” es el protagonismo que se auto-concede un mandatario, o la medida de lo que vocifera. La política es el arte de convencer, de negociar, de dialogar. El foro de la política se llama, no casualmente, “Parlamento”. Un político que no sepa hablar, no vale para esta noble profesión. El preclaro Unamuno sentenció: “Los hombres gritan para no oírse. Eso de que por más chillar se tenga más razón, resulta, de hecho, una tontería”.

La legislatura que ahora termina ha sido una gritona algarabía desde la insolencia despectiva de la altanería. El peor aprendizaje para un nuevo siglo de la tolerancia. Un pésimo espectáculo brindado por unos malos políticos remedando a Rudyard Kipling, en su pesimista mensaje de “Todos somos islas, gritándonos mentiras unos a otros, a través de mares de incomprensión”.

Hay dos clases de personas: Las que tienen algo que decir y las que tienen que decir algo. En la política abunda la segunda categoría, la de hombres que no tienen nada importante que decir, pero lo dicen a voces. El saber y la razón hablan; sólo la ignorancia y el error gritan. Un proverbio irlandés, válido para la política, asegura que “los suspiros llegan más lejos que los aullidos”. Las acciones de los políticos anuncian más fielmente que los bramidos su gestión: ¿qué resultados en paro, en vivienda, en seguridad, en educación, en sanidad, en solidaridad o en democracia?

Las exclamaciones deben quedar reservadas a ¡eureka, eureka!, o a ¡tierra!, propias de los descubrimiento. Señores políticos: Aprendan a hacer política sin berrear. Basta de gritos de ¡fuego!, ¡al ladrón! o ¡que viene el lobo!, para obligar al pueblo a la única opción de proferir "amén". Queremos una política inteligente, conducida desde el sosiego y el pacto, como una susurrante brisa sutil y gentil que actúe para bien… no de ustedes, sino de la comunidad.

William James Sidis según James Thurber en The New Yorker

¿Dónde están ahora? ¡Día de los inocentes! por James Thurber. The New Yorker, sábado 14 de agosto de 1937, 22-26.

Una tarde nevada de enero de 1910, alrededor de cien profesores y estudiantes avanzados de matemáticas de la Universidad de Harvard se reunieron en una sala de conferencias en Cambridge, Massachusetts, para escuchar a un orador llamado William James Sidis. Nunca antes se había dirigido a una audiencia y al principio se sintió avergonzado y un poco incómodo. Sus oyentes tenían que prestarle mucha atención, porque hablaba con una vocecita que no se escuchaba bien y puntuaba su charla con risas nerviosas y estridentes. Un mechón de cabello rubio le caía sobre la frente y unos penetrantes ojos azules se asomaban desde lo que uno de los presentes describió más tarde como un rostro "parecido a un duendecillo". El orador vestía medias de terciopelo negro. Tenía once años.

A medida que el niño se familiarizó con el tema, su timidez se derritió y llegaron a los oídos de sus oyentes las palabras más notables que jamás habían escuchado de labios de un niño. William James Sidis había elegido como tema de su conferencia "Cuerpos de cuatro dimensiones". Incluso en este selecto grupo de caballeros eruditos, hubo quienes fueron incapaces de seguir todos los procesos del pensamiento del niño. Para los legos que estaban presentes, la cuarta dimensión, como se demostró esa noche, debía de haber encajado perfectamente en su definición coloquial: "un reino especulativo de relaciones incomprensiblemente involucradas". Cuando todo terminó, el distinguido profesor Daniel F. Comstock del Instituto Tecnológico de Massachusetts se sintió impulsado a predecir a los periodistas, que habían escuchado con profundo desconcierto, que el joven Sidis crecería hasta convertirse en un gran matemático, un líder famoso en el mundo. de Ciencia.

William James Sidis, que a la edad de once años apareció en las portadas de los periódicos de todo el país, era un estudiante de Harvard en ese momento. Para explicar cómo llegó allí, debemos mirar a su padre, el fallecido Boris Sidis. Nacido en Kiev en 1868, el padre Sidis llegó a este país, aprendió inglés y fue a Harvard, donde se graduó en 1894. Su especialidad era la rama de la psicoterapia que se ocupa de aliviar las enfermedades nerviosas y los desajustes mediante sugestión mental. Escribió un libro titulado "La psicología de la sugestión" y estaba muy interesado en los experimentos para transmitir la sugestión mediante el estado hipnótico. Creía que en los primeros años el cerebro es mucho más susceptible a las impresiones que en la vejez. Cuando nació su hijo en 1898, nació, por así decirlo, en un laboratorio. Boris Sidis dirigía entonces un instituto psicoterapéutico en Brookline, Massachusetts. Era un admirador y amigo del fallecido William James, y le puso a su hijo el nombre de ese gran psicólogo.

Boris Sidis comenzó sus experimentos con su hijo cuando el pequeño William tenía dos años. Parece que indujo una especie de estado hipnoidal mediante el uso de bloques alfabéticos. Los rápidos resultados que obtuvo deleitaron su mente científica. El niño aprendió a deletrear y leer en unos meses. Al cabo de un año podía escribir tanto en inglés como en francés en la máquina de escribir. A los cinco años había compuesto un tratado de anatomía y había ideado un método para calcular la fecha en que había caído cualquier día de la semana durante los últimos diez mil años. Boris Sidis publicó varios artículos en revistas científicas describiendo los logros de su bebé. A los seis años, el niño fue enviado a una escuela pública de Brookline, donde sorprendió a sus maestros y alarmó a los demás niños al superar siete años de escolarización en seis meses. Cuando tenía ocho años, William propuso una nueva tabla de logaritmos, empleando 12 en lugar del habitual 10 como base. Boris Sidis publicó un libro sobre su increíble hijo, llamado "Filisteo y genio", y entró en Quién es quién en Estados Unidos .

El niño maravilloso tenía nueve años cuando su padre intentó matricularlo en Harvard. Podría haber aprobado los exámenes de ingreso con facilidad, pero las autoridades universitarias, sorprendidas y avergonzadas, no le permitieron realizarlos. Continuó realizando sus maravillas en casa y comenzó a estudiar latín y griego. No le interesaban los juguetes ni ninguno de los placeres normales de los niños pequeños. Los perros le aterrorizaban. "Si veo un perro", le dijo William a alguien en ese momento, "debo huir. Debo esconderme. Me gusta el gato. No puedo jugar, porque mi madre tendría que estar allí todo el tiempo, porque de la posibilidad de que pueda ver un perro." Su principal recreación parece haber sido viajar en tranvía con sus padres. El mayor Sidis le explicó los traslados y le interesó por los nombres de calles y lugares. Incluso antes de cumplir cinco años, William había aprendido a recitar todas las horas y estaciones de un complejo horario ferroviario. De vez en cuando recitaba horarios para los invitados mientras otros niños recitaban rimas de Mamá Ganso o cantaban pequeñas canciones. Quienes lo recuerdan en aquellos años dicen que tenía algo de la intensidad de un adulto neurótico.

En 1908, a la edad de diez años, a William James Sidis se le permitió matricularse en Tufts College, en Medford. Viajaba diariamente desde Brookline con su madre, quien estaba tan interesada en su fenomenal desarrollo mental como su padre. Siempre iban y venían de la universidad en tranvía. El joven asistió a Tufts durante un año y finalmente, en 1909, cuando tenía once años, Harvard le permitió matricularse allí como estudiante especial. Se matriculó como estudiante de primer año al año siguiente, y así se convirtió en miembro de la promoción de 1914. Cotton Mather, en 1674, se había convertido en estudiante de primer año de Harvard a la edad de doce años, y probablemente debido a este distinguido precedente, William Sidis se le permitió matricularse a esa misma edad. Era una fuente de asombro para sus compañeros de estudios y para el profesorado; algunos de los periódicos asignaron periodistas para cubrir "el caso Sidis".

Se pierde en el registro cómo se convenció a William para hablar ante los eruditos eruditos en enero de su primer año en Harvard, pero se sabe que mostró un gran interés en escuchar las conferencias de otros y se unió fácilmente a las discusiones grupales sobre metafísica. En su tiempo libre empezó a componer dos gramáticas, una latina y otra griega. Sin embargo, la presión de sus estudios y su repentina fama comenzaron a hacerle efecto, y no pasó mucho tiempo después de su notable discurso cuando sufrió un colapso general. 

Su padre dirigía un sanatorio en Portsmouth, New Hampshire, en ese momento, y William fue trasladado allí de urgencia. Cuando finalmente regresó a Harvard, estaba retraído y tímido; no se le pudo persuadir para que volviera a dar una conferencia; Comenzó a mostrar una marcada desconfianza hacia la gente, miedo a la responsabilidad y una inadaptación general a su vida anormal. No se relacionaba mucho con los estudiantes y huía de los periodistas, pero estos lo arrinconaron, por supuesto, el día de su graduación como Licenciado en Artes en 1914. Tenía dieciséis años. Entonces vestía pantalones largos y se enfrentaba a los periodistas que bajaban al Yard con menos sensación de vergüenza que cuando era un niño con bragas. Pero en él se habían desarrollado claras fobias. "Quiero vivir la vida perfecta", dijo William a los periodistas. "La única manera de vivir la vida perfecta es vivirla en reclusión. Siempre he odiado las multitudes". Por "multitudes" no fue difícil leer "gente". Entre los que se graduaron con William James Sidis ese día se encontraban Julius Spencer Morgan; Gilbert Seldes; y Vinton Freedley y Laurence Schwab, los productores de la comedia musical. Los periodistas no les prestaron atención.

A los dieciséis años, William James Sidis era un chico grande y, cuando ingresó en la Facultad de Derecho de Harvard, ya no era la figura incongruente que había sido. Los periódicos tenían poco interés en sus idas y venidas. Asistió discretamente a la facultad de derecho durante tres años y aparentemente fue un estudiante brillante, pero su principal interés eran las matemáticas, y en 1918 aceptó un puesto de profesor en una universidad de Texas. Su fama le precedió, pero incluso si no lo hubiera sido, la extrema juventud de este profesor de matemáticas habría sido suficiente para convertirlo en una curiosidad. Se encontró en el centro de un interés que le molestaba y le consternaba. De repente renunció a su puesto y regresó amarga y silenciosamente a Boston, donde vivió en la oscuridad durante algunos meses.

Fue el 1 de mayo de 1919 cuando el nombre del joven Sidis volvió a ocupar las primeras planas de los periódicos. Con una veintena de jóvenes más, participó en una manifestación comunista en Roxbury y fue llevado ante el tribunal municipal como uno de los cabecillas del grupo y, de hecho, el mismo individuo que había portado la horrible bandera roja en su desfile. En el estrado de los testigos, Sidis demostró ser más franco y sincero que discreto. Anunció ante un tribunal estupefacto que para él no había más dios que la evolución; Cuando se le preguntó si creía en lo que representa la bandera estadounidense, dijo que sólo hasta cierto punto. En un momento dado, para instrucciones del magistrado, se lanzó a explicar la forma de gobierno soviética. Su inclinación marxista se había desarrollado durante un período de varios años. Cuando los Estados Unidos entraron en la guerra, se declaró objetor de conciencia y en varias ocasiones expresó la opinión de que los problemas del mundo eran causados ​​por el capitalismo. Un policía que había ayudado a disolver el desfile de los radicales identificó a Sidis como el hombre que llevaba la bandera roja. El oficial dijo que le había preguntado a Sidis por qué no llevaba la bandera estadounidense, y que Sidis respondió: "¡Al diablo con la bandera estadounidense!". Al regresar al estrado, el famoso prodigio negó vehementemente haber hablado alguna vez con el testigo y haber dicho alguna vez a nadie: "¡Al diablo con la bandera estadounidense!" Repitió que se oponía a la guerra y que creía en una forma de gobierno socializada. Después de una pausa, anunció que, en realidad, había llevado una bandera estadounidense, tras lo cual, ante el asombro de la sala del tribunal, sacó una bandera estadounidense en miniatura de su bolsillo. Fue condenado a dieciocho meses de cárcel por incitación a disturbios y agresión. Apeló y, mientras estaba en libertad bajo fianza de 5.000 dólares, desapareció del estado en el que había sorprendido a profesores eruditos y a policías patrióticos. Marcó el comienzo de un nuevo y curioso modo de vida para el joven.

Durante los cinco años siguientes, William James Sidis parece haber logrado la "vida perfecta" de la que había hablado el día de su graduación: la vida de reclusión. Aparentemente vagaba de ciudad en ciudad, trabajando como empleado, o en alguna otra función menor, por un salario que sólo le permitía subsistir. En 1924 volvió a aparecer en las noticias cuando un periodista lo encontró trabajando en una oficina en Wall Street, por veintitrés dólares a la semana. Estaba consternado al ser descubierto. Dijo que todo lo que quería era ganar lo suficiente para vivir y trabajar en algo que requiriera un mínimo de esfuerzo mental. Los últimos periodistas que bajaron a su oficina para entrevistarlo no lograron verlo. Había dejado su trabajo y había vuelto a desaparecer.

Dos años más tarde, en 1926, Dorrance & Company, una editorial de Filadelfia que imprime libros "vanidosos", es decir, libros publicados a expensas de los autores, publicó un volumen llamado " Notas sobre la colección de transferencias". Fue escrito por un tal Frank Folupa. Frank Folupa, según descubrió un periodista despiadadamente ingenioso, no era otro que William James Sidis. Nuevamente lo atropellaron y lo entrevistaron. Anunció que durante mucho tiempo había sido un "peridromófilo", es decir, un coleccionista de transferencias de tranvía. Él mismo había acuñado la palabra. Su libro (ahora agotado) tenía trescientas páginas y era un tratado erudito y laborioso sobre el origen, la naturaleza y la clasificación de nada más y nada menos que los trozos de papel que los conductores de tranvía entregan a los pasajeros cuando solicitan transbordos. Muchos psicólogos y analistas deben haber estado interesados ​​al leer en los artículos que el genio del niño precoz que había asombrado al mundo académico dieciséis años antes había florecido de esta manera extraña. El libro es digno de examen. Sidis escribió un prefacio al volumen, que comenzaba así: "Este libro es una descripción de lo que es, hasta donde sabe el autor, un nuevo tipo de pasatiempo, pero que a primera vista parece tan razonable como , tan interesante y tan instructivo como cualquier otro tipo de colección de moda. Esta es la colección de transferencias de tranvías y formas afines. El propio autor ya ha recopilado más de 1600 formas de este tipo." El prefacio revela, en otro lugar, que el autor no carecía de cierto humor. "Podemos mencionar", decía, "el interés geográfico y topográfico, tanto en la exploración como en el análisis de las transferencias mismas. También están las interesantes luces que una colección de este tipo arroja sobre la política en la que necesariamente están involucradas las empresas de tránsito". ; aunque difícilmente recomendamos que este interés político se lleve lo suficientemente lejos como para inducir al coleccionista a tomar partido en tales disputas. Y nuevamente: "Uno puede encontrar mucha diversión con las transferencias: se dice que un estudiante de la Universidad de Harvard se encontró en una calle coche y, deseando un viaje extra, le pidió al revisor un transbordo. Cuando se le preguntó "¿A dónde?" "En cualquier lugar", dijo. El conductor le guiñó un ojo y dijo: "Está bien". Te transferiré a Waverly. Posteriormente se rieron del estudiante cuando contó la historia y se le informó que el asilo para débiles mentales estaba ubicado en Waverly ". Sidis también incluyó en su prefacio algunos versos que había escrito cuando tenía catorce años. Comienzan:

Desde los trenes subterráneos en Central, se toma un transbordo y se va a Allston o Brighton o a Somerville, ya sabes; En los automóviles desde Brighton, haga transbordo al metro de Cambridge este y tome un tren hasta Park Street o Kendall Square, al menos.

"Conocemos", concluye el autor, "a alguien a quien realmente le ayudó a tomar el camino correcto al recordar un fragmento de uno de estos versos". El libro analiza todo tipo de transferencias: tipos estándar, tipo Ham, tipo Pope, tipo Smith, tipo Moran, transferencias Franklin Rapid, transferencias Stedman. De este último (para darle una idea), el Sr. Sidis escribió: "Transferencias Stedman: esta clasificación se refiere a un tipo peculiar elaborado por cierta imprenta de transferencias en Rochester, Nueva York. Las peculiaridades de la transferencia Stedman típica son el límite de tiempo tabular. ocupando todo el extremo derecho de la transferencia (ver Diagrama en la Sección 47) y la combinación de fila y columna de ruta de recepción (u otras condiciones de recepción) con el medio día que ya hemos discutido en detalle".

Un año después de la publicación de su libro (al parecer sólo se vendió a unos pocos peridromófilos más), Sidis regresó a la ciudad de Nueva York y volvió a conseguir un trabajo como empleado en una empresa comercial. A su habilidad y experiencia en el trabajo de oficina en general, el genio matemático había añadido ahora, irónicamente, la capacidad de operar una máquina sumadora con gran velocidad y precisión, y le gustaba alardear de este logro. Vivía en 112 West 119th Street, donde se hizo amigo de Harry Freedman, el propietario, y su hermana, la señora Schlectien. Sidis ya no está con ellos y no te dirán adónde ha ido, pero te reenviarán cualquier correo que llegue por él. Aprecian al joven y aprecian su deseo de evitar la publicidad. "Tenía una especie de amargura crónica, como mucha gente que ves viviendo en habitaciones amuebladas", dijo recientemente Freedman a un investigador de la curiosa historia de William James Sidis. Sidis solía sentarse en un viejo sofá en la sala de estar de Freedman y hablar con él y su hermana. Sidis les dijo que odiaba Harvard y que cualquiera que enviara a su hijo a la universidad es un tonto: un niño puede aprender más en una biblioteca pública. Con frecuencia hablaba de su pasión por coleccionar transfers. "Él puede decirle cómo llegar a cualquier calle de cualquier ciudad de los Estados Unidos con un solo billete de tranvía", dijo el Sr. Freedman con asombro y admiración. Parece que Sidis mantiene correspondencia con peridromófilos en varias otras ciudades y de esta manera se mantiene al día con la situación del tranvía y los transbordos. Una vez, el joven bajó de su habitación un manuscrito en el que estaba trabajando y le pidió a la señora Schlectien si podía leerle "algunos capítulos". Dijo que resultó ser un libro del tipo "Buck Rogers", sobre aventuras en un mundo futuro de maravillosos inventos. Ella dijo que estaba genial.

William James Sidis vive hoy, a la edad de treinta y nueve años, en un dormitorio del destartalado extremo sur de Boston. Por una fotografía de él y de sus actividades, este disco está en deuda con una joven que recientemente logró entrevistarlo allí. Lo encontró en una pequeña habitación empapelada con el diseño de enormes flores rosadas, considerablemente descoloridas. Había una cama grande y desordenada y un enorme baúl medio abierto. En una pared colgaba un mapa de Estados Unidos. Sobre una mesa junto a la puerta había un paquete de transferencias de tranvía cuidadosamente unidas con un elástico. Sobre una cómoda había dos fotografías, una (sorprendentemente) de Sidis como el niño genio, la otra una chica de rostro dulce con gafas con montura de concha y un elaborado saludo de Marcel. También había un escritorio con una pequeña y antigua máquina de escribir, un Almanaque Mundial , un diccionario, algunos libros de referencia y un libro de la biblioteca que el visitante del joven recogió en un momento dado. "Oh, vaya", dijo Sidis, "esa es sólo una de esas historias de delincuentes". Dirigió su atención hacia la pequeña máquina de escribir. "Puedes cogerlo con un dedo", dijo, y así lo hizo.

William Sidis, de treinta y nueve años, es un hombre corpulento y corpulento, con una mandíbula prominente, un cuello grueso y un bigote rojizo. Su cabello claro cae sobre su frente como lo hizo la noche que dio una conferencia a los profesores en Cambridge. Sus ojos tienen una expresión que varía desde la ingeniosa hasta la cautelosa. Cuando es cauteloso, tiene una especie de dignidad incongruente que de repente se rompe en el alegre abandono de un niño de vacaciones. Parece tener dificultades para encontrar las palabras adecuadas para expresarse, pero cuando lo hace, habla rápidamente, asiente bruscamente con la cabeza para enfatizar sus puntos, hace gestos con la mano izquierda y, de vez en cuando, emite una risa curiosa y jadeante. Parece disfrutar mucho e irónicamente de llevar una vida de irresponsabilidad errante después de una infancia de escrupulosa reglamentación. Su visitante encontró en él cierto encanto infantil.

Sidis trabaja ahora, como de costumbre, como empleado en una casa comercial. Dijo que nunca permanece mucho tiempo en una oficina porque sus empleadores y compañeros de trabajo pronto descubren que él es el famoso niño prodigio y que no puede tolerar un puesto después de eso. "La sola visión de una fórmula matemática me enferma físicamente", dijo. "Todo lo que quiero hacer es ejecutar una máquina sumadora, pero no me dejan en paz". Resultó que una vez le ofrecieron un trabajo en la Eastern Massachusetts Street Railway Company. Parece que los funcionarios creían con cariño que el joven mago de alguna manera sería capaz de resolver todos sus problemas técnicos. Cuando se presentó a trabajar, le presentaron un montón de planos, gráficos y documentos llenos de estadísticas. Uno de los funcionarios lo encontró una hora después llorando en medio de todo. Sidis le dijo al hombre que no podía soportar responsabilidades, ni pensamientos complejos, ni cálculos, excepto en una máquina de sumar. Tomó su sombrero y se fue.

Sidis tiene un nuevo interés que le absorbe actualmente más que los traslados en tranvía. Se trata del estudio de ciertos aspectos de la historia de los indios americanos. Da clases a media docena de estudiantes interesados ​​una vez cada dos semanas. Se reúnen en su dormitorio y se acomodan en la cama y en el suelo para escuchar el intenso pero vacilante discurso del otrora prodigio. A Sidis le preocupa principalmente la tribu Okamakammessett, a la que describe como una especie de federación proletaria. Ha escrito algunos folletos sobre la tradición y la historia de Okamakammessett y, si se le solicita adecuadamente, recitará poesía de Okamakammessett e incluso cantará canciones de Okamakammessett. Admitió que su estudio de los Okamakammessetts fue una consecuencia de su interés por el socialismo. Cuando la joven mencionó la manifestación del Primero de Mayo de 1919, miró el retrato de la niña en su cómoda y dijo: "Ella estaba en ella. Era una de las fuerzas rebeldes". Él asintió vigorosamente con la cabeza, como complacido con esa frase: "Yo era el abanderado", prosiguió. "¿Y sabes qué era la bandera? Sólo un trozo de seda roja". Él soltó su risa curiosa. "Seda roja", repitió. No hizo ninguna referencia a la imagen que tenía de sí mismo en los días de su gran fama, pero su entrevistador supo más tarde que en una ocasión, cuando un alumno suyo le preguntó a quemarropa sobre su precocidad infantil e insistió en una demostración de sus habilidades matemáticas. Sidis logró con dificultad expulsarlo de la habitación.

Sidis reveló a su entrevistador que tiene otro trabajo en marcha: un tratado sobre las inundaciones. Le mostró la primera frase: "California ha adquirido considerable fama gracias a su supuesto clima". Parece que estuvo en California hace unos diez años durante sus andanzas. Su visitante se animó, por fin, a mencionar la predicción, hecha por el profesor Comstock del Instituto Tecnológico de Massachusetts allá por 1910, de que el niño que ese año daba una conferencia sobre la cuarta dimensión a una reunión de eruditos crecería hasta Sé un gran matemático, un líder famoso en el mundo de la ciencia. "Es extraño", dijo William James Sidis, con una sonrisa, "pero, ya sabes, nací el Día de los Inocentes".

―Jared L. Manley (James Thurber) 1

1 En Los años con Ross Thurber escribió: "Era uno de los '¿Dónde están ahora?' serie, para la cual hice la reescritura (Grossett & Dunlap, 1957, p. 210)". Pero Jared Manley era el seudónimo de Thurber. "Bernstein escribe: 'A principios de 1936, Thurber comenzó a escribir (en realidad a reescribir, ya que algunos de los mejores reporteros de The New Yorker, como Eugene Kinkead, estaban haciendo la investigación) una serie de perfiles breves y retrospectivos. Bernstein también revela que Jared L. Manley fue un nombre que Thurber improvisó cuando escribió su primer artículo sobre un viejo boxeador basado en las iniciales del boxeador John L. Sullivan y Manley basado en "el arte varonil de la autodefensa".'" — Privacidad, Información y Tecnología.

2 Norbert Weiner, que estaba en la reunión del club de matemáticas, escribió: "El joven Sidis, que entonces tenía once años, era obviamente un niño brillante e interesante. Su interés estaba principalmente en las matemáticas. Recuerdo bien el día en el Club de Matemáticas de Harvard en el que GC Evans, ahora jefe retirado del departamento de matemáticas de la Universidad de California y amigo de toda la vida de Sidis, patrocinó al niño en una charla sobre las figuras regulares de cuatro dimensiones. La charla habría dado crédito a un alumno de primera o segunda dimensión. estudiante de posgrado de cualquier edad, aunque todo el material que contenía era conocido en otros lugares y estaba disponible en la literatura. El tema me lo había hecho familiar EQ Adams, un compañero de mis días en Tufts. Estoy convencido de que Sidis no tenía acceso según las fuentes existentes, y que la charla representó el triunfo de los esfuerzos sin ayuda de un niño muy brillante ( Ex-Prodigy , Simon & Schuster, p. 131 - 132)".


4 Cfr. Siete mitos del fracaso por Dan Mahony: "Las investigaciones muestran que la mayoría de los niños prodigio llevan vidas productivas. Al igual que Sidis".

PDF  Mecanografiando por Bill Paton.