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Death Cafe, para conversar sobre la muerte sin tabúes y aprender a vivir

Snoopy sobre Death Cafe, para conversar sobre la muerte sin tabúes y aprender a vivir
Acudiremos a alguna de las citas que en Euskadi se celebrarán en marzo durante la Primera Semana del Death Cafe o `café de la muerte´. Vitoria-Gasteiz fue la primera población vasca en organizar este tipo de encuentros que ya se extienden por todo el mundo Euskadi celebrará del 24 al 27 de marzo de 2020 la Semana del Death Cafe o `café de la muerte´. 

Tendrán lugar 20 reuniones en otras tantas localidades vascas donde se hablará abiertamente, sin agenda, sin objetivos y sin temas previos, de la muerte. Esta iniciativa social reunirá durante esos días a más de cuatrocientas personas, a menudo desconocidas, y con el único objetivo de aumentar la conciencia de la muerte y ayudar a las personas a aprovechar al máximo sus vidas (finitas). 

Esta iniciativa tiene su origen en el Reino Unido. Jon Underwood (fallecido en 2017) y Sue Barsky Reid, su madre, basándose en las ideas del sociólogo y antropólogo suizo, Bernard Crettaz, impulsaron en 2011 el primero de estos encuentros que ya han encontrado eco en más de 70 países en todo el mundo, reuniendo a miles de personas todas las semanas para hablar sin tabúes de la muerte. 
Death Cafe, para conversar sobre la muerte sin tabúes y aprender a vivir
La primera localidad vasca en sumarse a esta `franquicia social sin ánimo de lucro´ fue Vitoria-Gasteiz de la mano de Iñaki Saralegui a través de la Asociación Vivir con Voz Propia y de Naomi Hasson, enfermera especializada en cuidados paliativos (verla en este otro post). No ha tardado en calar en nuestra comunidad. 

Tras la capital alavesa llegó Getxo y luego Orio, Sopelana, Zumaia, Bilbao, Zarautz, Santurtzi, Lekeitio, Bermeo, Azkoitia, Azpeitia, Portugalete, Gatika, Donostia-San Sebastián, Sodupe, Leioa… No hay mes que en Euskadi no tenga lugar en alguna parte de nuestra geografía un Death Cafe. 

Pero, ¿qué es el Death Cafe o café de la muerte? Es una sencilla reunión donde se juntan personas, que normalmente no se conocen, para tomar un café, un té, unas pastas y hablar sobre la muerte. Tiene lugar siempre en un espacio y entorno accesible, respetuoso y confidencial. En estos encuentros se fomenta de manera natural y espontánea una discusión grupal sin agenda, objetivos o temas. Y, por tanto, sin intención de llevar a las personas a ninguna conclusión o acción concreta. 
Death Cafe, para conversar sobre la muerte sin tabúes y aprender a vivir
Organiza la Fundación Doble Sonrisa, email hola@doblesonrisa.com, Tfno. 685 751178. Es un grupo de discusión en lugar de una sesión de apoyo o asesoramiento de duelo. El objetivo es muy sencillo: "aumentar la conciencia de la muerte con el fin de ayudar a las personas a aprovechar al máximo sus vidas (finitas)".
Hashtag: #DeathCafe

Podríamos vivir más de 120 años. - Premio Nobel Ramakrishnan

Podríamos vivir más de 120 años. - Premio Nobel Ramakrishnan
Traducción de un gran artículo en el Sunday Times, del 24-3-24 (véase aquí).
"
"Podríamos vivir más de 120 años": el científico que descubre por qué morimos Pocas personas saben más sobre el funcionamiento de la vida humana que Venki Ramakrishnan, biólogo molecular de Cambridge galardonado con el Premio Nobel de Química en 2009. Ahora se plantea la cuestión más profunda de la vida.

La clave de una larga vida no es ningún secreto: comer y dormir bien, hacer algo de ejercicio, evitar que te atropelle un autobús y esperar que cualquier enfermedad hereditaria se salte tus genes. Venki Ramakrishnan, vegetariano que va en bicicleta todos los días a su laboratorio de Cambridge, hace todo esto y, a sus 71 años, se declara "filosófico" sobre su propia muerte. Pero también toma pastillas para la tensión arterial, el colesterol alto y los coágulos sanguíneos (
blood clots): medicamentos mágicos que alargan nuestra vida y que toman millones de personas cada día.

Si al final de sus días le ofrecieran una píldora que, en lugar de prevenir la enfermedad, evitara el proceso de envejecimiento y le concediera diez años más de vida, ¿la tomaría? "Todos estaríamos tentados", afirma Ramakrishnan. "La voluntad de vivir más está profundamente arraigada en cada uno de nosotros". ¿Podría llegar a existir un fármaco así? "Tengo la sensación de que estamos en la cúspide de algo", afirma. ¿Cuánto tiempo podría vivir el ser humano? "No creo que haya ninguna ley científica que impida romper nuestra barrera natural de 120 años más o menos. Pero lo pondría en la misma categoría que ser capaces de colonizar Marte. No hay ninguna ley física que diga que no podemos hacerlo. Pero es muy difícil".

Pocas personas saben más de la vida -y del funcionamiento celular que la impulsa- que Ramakrishnan. Este biólogo molecular ganó el Premio Nobel de Química en 2009 por su trabajo para resolver la estructura del ribosoma, la parte de la célula que lee las instrucciones genéticas y utiliza esa información para fabricar proteínas. El ribosoma es crucial para el funcionamiento de nuestro cuerpo: determina el color de nuestros ojos, hace latir nuestros corazones y hace girar nuestras mentes. Fue un avance asombroso.

Ramakrishnan fue nombrado caballero en 2012, elegido presidente de la Royal Society en 2015 y en la última lista de honores de la Reina Isabel II fue nombrado miembro de la Orden del Mérito, de la que solo hay 24 miembros, entre ellos David Attenborough, el artista David Hockney y el arquitecto Lord Foster of Thames Bank. Tras el éxito que ha supuesto desenterrar los secretos de la vida, Ramakrishnan centra su mirada microscópica en las causas del fin de la vida. Ha escrito
un libro titulado Por qué morimos
.

Los egipcios construyeron las pirámides para preparar a sus faraones para la otra vida; los emperadores chinos fueron enterrados con ejércitos de terracota para defender sus cuerpos hasta el renacimiento. La reencarnación y el karma hindúes, el cielo y el infierno cristianos, el jardín de la paz eterna del Islam: estas doctrinas surgieron porque, como dice Ramakrishnan, "el conocimiento de la muerte es tan aterrador que vivimos la mayor parte de nuestras vidas negándola". Sólo el título de su libro basta para que muchos de nosotros entremos en pánico.

Sin embargo, al debilitarse el control de la religión, ha quedado un vacío en nuestra relación con la muerte. En lugar de sacerdotes y profetas, nos dirigimos cada vez más a un grupo de personas -muchos de ellos hombres ultra ricos- a los que Ramakrishnan llama "mercaderes de la inmortalidad".

Ramakrishnan creció en Vadodara (Gujarat) en el seno de una familia hindú, aunque con dos padres científicos -su padre era bioquímico y su madre psicóloga experimental- tuvo una educación relativamente laica. "Pero como dice el chiste, en las trincheras y en las salas de examen nadie es ateo".

Me reúno con él en el Laboratorio de Biología Molecular del Consejo de Investigación Médica de Cambridge, donde trabaja desde hace 25 años. Esta altísima institución, situada en el campus del Hospital Addenbrooke, es la cuna de 12 premios Nobel, entre ellos el de Francis Crick y Jim Watson en 1962 por descubrir la estructura del ADN. El laboratorio y sus 440 científicos pretenden "abordar los principales problemas de la salud y la enfermedad humanas". Pero fuera del mundo de la ciencia académica, los investigadores ya no se conforman con luchar contra las enfermedades, sino que quieren engañar a la propia muerte.

A tan solo 10 kilómetros de donde estamos sentados se encuentra Altos Labs, la empresa biotecnológica de nueva creación más financiada de la historia, con 2.400 millones de libras de inversores como Jeff Bezos, de Amazon, y el multimillonario ruso-israelí Yuri Milner. Las instalaciones, que abrirán sus puertas en Cambridgeshire en 2022, tienen como objetivo detener por completo el proceso de envejecimiento. En la última década se han fundado más de 700 empresas de "vida más larga". La Iniciativa Chan Zuckerberg -creada por el cofundador de Facebook Mark Zuckerberg y su esposa, Priscilla Chan- incluye en su cometido nada menos que curar, prevenir o gestionar todas las enfermedades para finales del siglo XXI. ¿Se trata de una quimera? "Estos multimillonarios de la tecnología a menudo han tenido un éxito muy rápido a una edad temprana", afirma Ramakrishnan. "Tienen la idea de que la vida no es más que un código que hay que piratear. Pero el envejecimiento es muy complejo. Hay una gran exageración en este campo, y gran parte de ella se aprovecha de la ansiedad que sentimos como humanos ante el envejecimiento y la muerte".

Pero en medio de la arrogancia, hay esperanza, afirma. "En los últimos 50 años la biología molecular y la genética han hecho enormes avances en la comprensión de los procesos de envejecimiento". Volviendo al título de su libro, que recuerda a la Parca: ¿Cómo morimos? ¿Qué sabemos ahora de lo que ocurre en nuestras células cuando hacemos ese último giro mortal? La muerte -si se excluyen enfermedades e inconvenientes como ser devorado por un león- es el resultado, en términos sencillos, del envejecimiento. Pero morir de "viejo" parece algo insatisfactorio. ¿Qué ocurre realmente en el interior de sus víctimas para que la vida se detenga sin más? "Se puede pensar en el envejecimiento como una acumulación de daños en nuestras células, su capacidad para funcionar, su capacidad para hablar entre ellas, su capacidad para regenerarse", afirma Ramakrishnan. "El envejecimiento es una acumulación de defectos químicos que hace que estas células empiecen a funcionar mal".

Cuando somos jóvenes, muchas de las células de nuestro cuerpo rejuvenecen de forma natural. Si se dañan, se dividen y la célula madre muere una vez sustituida por su descendiente. Pero uno de los marcadores del envejecimiento es la "senescencia" (posts). Las células senescentes pierden la capacidad de dividirse y poco a poco se van dañando y muriendo. Esto no es un problema al principio. Las células mueren a lo largo de nuestra vida. "Ni siquiera nos damos cuenta. Puedes perder un miembro entero y seguir viviendo. Pero en el momento de la muerte se produce un fallo crítico de los sistemas. Se pierde la capacidad de funcionar coherentemente como individuo". Ramakrishnan cita El sol también sale, de Hemingway, en la que un personaje explica cómo se arruinó: "De dos maneras. Gradualmente, luego de repente". El cuerpo envejece gradualmente, luego muere de forma abrupta".

Desenmarañar los procesos graduales de los repentinos -envejecimiento de la muerte final- es un punto clave de la investigación sobre longevidad. ¿Cuál de estos procesos se debe a una enfermedad -el cáncer o el Alzheimer, por ejemplo, que nos afectan a muchos, pero no a todos- y cuáles son simplemente envejecimiento, que es universal? Para separar estos factores, los científicos creen estar cerca de un gran avance.

Un obstáculo clave es que las fuerzas evolutivas no están preparadas para que vivamos eternamente. "Lo que le importa a la evolución es que te propagues, te reproduzcas y transmitas tus genes", afirma Ramakrishnan. "No hay ningún beneficio, en términos evolutivos, en gastar muchos recursos intentando vivir más". Estas fuerzas, sin embargo, podrían superarse.

Ramakrishnan divide a los súper ricos que buscan la vida eterna en tres categorías: chiflados, misioneros y racionalistas. "Los chiflados tienen ideas realmente extrañas que no tienen ninguna base real en la ciencia actual", afirma. Esto incluye el campo de la criogenia: congelar nuestros cuerpos tras la muerte hasta que la tecnología avance hasta el punto de que podamos volver a la vida. "No hay ni una sola prueba creíble de que la criogenia humana vaya a funcionar nunca". Una vuelta de tuerca a este planteamiento es un plan para cargar el cerebro en un almacenamiento digital basado en la nube, para descargarlo en una nueva forma de vida en una fecha posterior. Sam Altman, director general de OpenAI, está en la lista de espera de la empresa Nectome, de San Francisco, que pretende "respaldar, registrar y guardar" las mentes de sus clientes.
Luego están los misioneros. "Son personas que entienden algo de biología y quieren utilizarla para prolongar la vida en serio", afirma Ramakrishnan. En esta categoría entraría Bryan Johnson (posts), el multimillonario tecnológico de 46 años que saltó a los titulares el año pasado cuando reveló que se había transfundido a sí mismo plasma sanguíneo de su hijo Talmage, de 17 años, en un proceso extrapolado de la técnica conocida como parabiosis, la unión quirúrgica de dos o más cuerpos. Esperaba que esto le diera el corazón de un hombre de 37 años, la piel de uno de 28 y la capacidad pulmonar y la forma física de uno de 18, pero acabó dándole un aspecto un poco espeluznante.

Ramakrishnan se muestra escéptico, y Johnson admite que el procedimiento, que cuesta 2 millones de dólares al año, apenas le reporta beneficios, pero hay estudios que demuestran que la sangre de ratones jóvenes puede prolongar la vida de ratones viejos. Los primeros resultados sugieren que la sangre joven reduce la actividad de los genes que causan inflamación. Aislar factores como éste podría ayudar a crear un tratamiento que ralentice el proceso de envejecimiento, afirma Ramakrishnan.

Sin inmutarse, la siguiente treta de Johnson tiene que ver con la ciencia en torno a los telómeros (posts), las puntas protectoras al final de nuestros cromosomas. A lo largo de nuestra vida, los telómeros se acortan cada vez que las células se dividen, lo que significa que ya no pueden proteger adecuadamente a los cromosomas y las células ya no pueden dividirse y reconstruirse. Una sustancia química del organismo llamada telomerasa permite a algunas células reconstruir los telómeros, lo que potencialmente permite a las células reponerse indefinidamente. Johnson pretende secuestrar este proceso. Sin embargo, también podría aumentar el riesgo de cáncer, ya que la telomerasa permite que las células tumorales se dividan indefinidamente. Ramakrishnan cree que, si se supera este obstáculo, se podrían abordar aspectos clave del proceso de envejecimiento.

Esto nos lleva a los racionalistas, categoría en la que se incluye Ramakrishnan. Este grupo se centra en la lucha contra las enfermedades como forma de alargar nuestra vida. "Para muchas enfermedades - cardiopatías, cáncer, demencia - el riesgo aumenta con la edad. Así que si el envejecimiento es un factor de riesgo común, quizá deberíamos pensar en qué podemos hacer para atajar el envejecimiento, de modo que podamos vivir más sanos".

Ramakrishnan parece estar en forma y sigue yendo de vacaciones de excursión con su mujer, Vera Rosenberry, ilustradora infantil y escritora de Ohio. Pero admite que "a veces da la sensación de que la vida es como estar limitado a una parte cada vez más pequeña de una casa, ya que las puertas de las habitaciones que nos gustaría explorar se van cerrando poco a poco a medida que envejecemos".

Pero, a decir verdad, Ramakrishnan no está interesado en la inmortalidad. Lo que le mueve es centrarse en los procesos celulares y moleculares que rigen el envejecimiento y la enfermedad, con la esperanza de que más personas puedan disfrutar de buena salud hacia el final de sus vidas. Si la búsqueda de la vida eterna nos lleva a esa meta, que así sea. "El libro se titula Por qué morimos, pero también podría llamarse Cómo vivir", afirma.

A sus 71 años, ¿no le tienta la perspectiva de aprovechar los rápidos avances de la ciencia del envejecimiento para alargar su vida y su carrera? Según él, ya vivimos lo suficiente. El peligro de una longevidad cada vez mayor es la creación de una sociedad estancada, en la que los ancianos se aferren a los recursos económicos y las posiciones de influencia. "Me jubilaré el año que viene. Mi laboratorio sigue publicando en buenas revistas. Pero una persona de 35 años podría crear un campo completamente nuevo. Es una cuestión de justicia generacional. Ya vivimos el doble que nuestros antepasados".

De todos los multimillonarios con complejo de dioses que invierten en longevidad, es Bill Gates, con sus mosquiteras contra la malaria y sus campañas de vacunación, por quien Ramakrishnan siente más respeto. "Se pregunta cómo podemos aumentar la esperanza de vida en los países pobres. Lo irónico es que probablemente él esté haciendo más por aumentar la longevidad humana que cualquiera de estos tipos". Así que en lugar de ocupar un valioso espacio en el laboratorio, Ramakrishnan va a aprender idiomas, leer y pasar tiempo visitando a sus hijos y nietos en Estados Unidos. Espera seguir el ejemplo de su padre, que a sus 98 años sigue viviendo de forma bastante independiente.

Como dice Ramakrishnan: "Mientras esperamos a que la vasta empresa gerontológica resuelva el problema de la muerte, podemos disfrutar de la vida en toda su belleza. Cuando nos llegue la hora, podemos adentrarnos en el ocaso con buen talante, sabiendo que hemos tenido la suerte de participar en ese banquete eterno."

Últimos minutos

¿Qué haríamos si nos quedasen sólo 5 minutos?

Christopher Morley fue un prolífico poeta y escritor inglés fallecido en 1957, hijo del ilustre Frank Morley, profesor de matemáticas de la Universidad John Hopkins, descubridor hacia 1899 del teorema de Morley, sobre el triángulo equilátero formado por las trisectrices de cualquier triángulo. Morley hijo popularizó citas muy difundidas y variadas: “En política siempre hay que elegir entre dos males”; “Solamente hay un éxito: ser capaz de gastar tu vida en tu propio camino”; “La vida es una lengua extranjera; todos los hombres la pronuncian mal” o “Cuando le vendes a uno un libro, no le vendes medio kilo de papel, tinta y cola, sino que le ofreces una nueva vida”.

Sus máximas sociales siguen siendo de innegable actualidad: “La verdad no es un régimen dietético, sino un condimento”, “No hay pendencia tan violenta como la que surge entre los que aceptaron alguna idea ayer y los que la aceptarán mañana”, “No se ha convertido un hombre si se le ha reducido al silencio”o “Leamos cada día algo que no lee nadie más. Pensemos cada día algo que nadie más piensa. No es bueno para la mente formar parte siempre de la unanimidad”.

De sus reflexiones destaca un pensamiento que prueba la dimensión profunda de la existencia: “Si descubriéramos que sólo nos quedan cinco minutos para decir todo lo que deseamos decir, todos los teléfonos estarían ocupadas por personas que llaman a otras para decirles que las aman”. Es una meditación impresionante. Recientemente en la tragedia del 11-S supimos que algunos de los pasajeros de los aviones secuestrados, sabiendo que les conducían a una muerte segura, dedicaron sus postreros minutos a telefonear a sus casas para despedirse.

Quién no ha imaginado alguna vez la última hora de un condenado a muerte. En mi infancia, hace años cuando la propagación de noticias no se producía a la velocidad de Internet, seguí con retraso la historia de Caryl Chessman, ajusticiado en la cámara de gas el día 2 de mayo de 1960, tras 12 años de lucha judicial declarándose inocente. La lectura de los acontecimientos de su noche final y su última cena repetida dos veces de hamburguesa con patatas fritas y chocolate caliente, cuando describe nítidamente los acontecimientos programados que en unos minutos vivirá, o mejor dicho, morirá: “Ya es hora; hora de caminar esos pocos y cortos pasos. Ya es hora de sentir el olor sintético similar al del florecimiento del melocotonero (en referencia al ácido cianhídrico). Es hora de inhalar y de que la conciencia retroceda hacia un vacío negro y eterno. Es hora, en breve, para morir. Dejemos aquí a un lado la cuestión de la culpabilidad o inocencia. Lo que me impele a escribir esta carta es que creo honradamente que hay algo más envuelto en este asunto que la muerte de un hombre. Escribo por cuanto he escuchado la voz de la humanidad que se ha levantado en mi favor. No me considero héroe ni mártir. Al contrario, soy un tonto que se da cuenta de la naturaleza y la calidad del desatino de sus primeros años de rebeldía. Aprendí muy tarde, sólo después de llegar a la celda de la muerte, de la hermandad del hombre y de la responsabilidad que individualmente tenemos".

Monstruosa la pena de muerte. Efímera siempre la vida. Apuremos los días en lo esencial, dedicándonos al amor y sin malgastarnos en odios. ¿Qué haríamos si nos restasen cinco minutos de vida? ¿Despedirnos de nuestros seres queridos, decirles cuánto les queremos, pedir perdón, rezar, confiar,…? Los próximos minutos nunca los volveremos a vivir. Dediquémoslos a evaluar y reconsiderar nuestra vida. Todavía estamos a tiempo.

¿Quién quiere vivir para siempre?, Queen en Los Inmortales

Who Wants To Live Forever? in the movie Highlander

La canción “Who Wants To Live Forever?” (¿Quién quiere vivir para siempre?) de Queen es una reflexión profunda sobre la naturaleza efímera de la vida y el amor. Escrita por el guitarrista Brian May, esta canción forma parte de la banda sonora de la película “Highlander” (Los inmortales) de 1986. 

Aunque la película trata sobre guerreros inmortales, la canción no se centra en la fantasía, sino en la paradoja de la inmortalidad y el precio emocional que conlleva. En la segunda mitad de la década de los 80, las cosas no iban bien para Queen. 

En 1987, Freddie Mercury fue diagnosticado con VIH, aunque no hizo pública su enfermedad hasta más tarde. Por otro lado, Brian May lloraba la muerte de su padre y la ruptura de su matrimonio. Fue entonces cuando la banda vio parte del metraje sin editar de la película “Highlander”. Esto, junto con las experiencias personales de May, despertó su creatividad.

El guitarrista recuerda: “Esa fue nuestra primera experiencia con ‘Highlander’. No había leído el guión, no creo que ninguno de nosotros lo hubiera hecho. Me emocionó… Abrió una puerta dentro de mí. Estaba lidiando con muchas tragedias en mi vida: la muerte de mi padre y la muerte de mi matrimonio, entre otras cosas. Pude, inmediatamente, escuchar ‘Who Wants To Live Forever’ en mi cabeza, y estaba casi completa en el trayecto en coche hasta mi casa. Recuerdo que se la canté a mi mánager mientras me llevaba y se quedó sorprendido. Me dijo: ‘¿De dónde ha venido esto?’ y yo le contesté: ‘Ni siquiera lo sé’”

El tema se grabó junto a la Orquesta Filarmónica de Londres, con arreglos compuestos por Brian May y el encargado, en parte, de la música de la película, Michael Kamen. En la película, Freddie Mercury cantaba toda la canción, aunque en la versión del disco, Brian May también cantaba varias frases, incluyendo el primer estribillo. 

Ambos, sin duda, se enfrentaban, cada uno a su manera, a la muerte en sus distintas formas. La canción se convirtió en un elemento emotivo en la escena en la que el protagonista veía cómo su mujer envejecía hasta morir mientras él, inmortal, seguía siendo joven. Una curiosidad que añade un toque alegre a esta historia es que en el videoclip de la canción hay un elemento que no encaja en la composición, lo cual agrega un toque intrigante a la experiencia .
Nuestra versión preferida: Sarah Brightman, junto a la London Symphony Orchestra, el 2 de junio de 1997 (adjuntada bajo). Otra versión interesante también es la de la ucraniana Alyona, que se puede ver en Who Wants To Live Forever - Queen (Alyona).
Nuestra música preferida en vídeos.

Releyendo “El extranjero” de Albert Camus

Estamos releyendo “El extranjero” de Albert Camus, coincidiendo con la lectura de un ahijado (anietado, mejor), Sergio. Es una novela publicada en 1942 que se centra en la vida de Meursault, un hombre franco-argelino que vive en Argel. 

La historia se divide en dos partes principales: 
  • Primera parte: el delito. Meursault recibe la noticia de la muerte de su madre, pero muestra una indiferencia notable ante el hecho. Durante el funeral, su actitud desapegada sorprende a todos. De vuelta en Argel, Meursault se encuentra con su vecina Marie y comienzan una relación. También conoce a su vecino Raymond, quien le pide ayuda para escribir una carta a su amante. Un día, Meursault, Raymond y Marie van a la playa, donde se encuentran con el hermano de la amante de Raymond. Tras un altercado, Meursault mata al hombre con un revólver. 
  • Segunda parte: la sentencia de muerte. Meursault es arrestado y llevado a juicio. Su falta de remordimiento y su indiferencia ante la muerte de su madre juegan en su contra. A pesar de los esfuerzos de su abogado, Meursault es condenado a muerte. Durante su tiempo en prisión, reflexiona sobre la vida y la indiferencia del universo. Finalmente, acepta su destino y encuentra una especie de paz en su situación. La novela explora temas como la indiferencia, la falta de sentido y la filosofía del absurdo, y es considerada una de las obras más importantes de la literatura existencialista.
El título “El extranjero” de Albert Camus tiene varios significados y capas de interpretación: 
  • Aislamiento y Desconexión: El protagonista, Meursault, se siente como un extranjero en su propia vida y sociedad. Su indiferencia hacia los eventos importantes, como la muerte de su madre y su propio juicio, lo hace parecer desconectado y ajeno a las normas sociales. 
  • Filosofía del Absurdo: La novela está enmarcada en la filosofía del absurdo de Camus, que explora la idea de que la vida carece de sentido inherente. Meursault es un extranjero en un mundo que no comprende y que no tiene sentido para él. 
  • Crítica SocialAlbert Camus utiliza a Meursault para criticar una sociedad que juzga y condena a las personas basándose en su conformidad con las normas sociales. Meursault es un extranjero porque no se ajusta a las expectativas de la sociedad. 
En resumen, el título refleja la alienación y el sentimiento de ser un extraño en un mundo que no tiene sentido ni lógica para el protagonista.
Obra completa en PDF, donde también puede escucharse.

Ante la muerte

Quienes hemos sido zarandeados por la pérdida de un familiar cercano, queremos compartir algunas emociones que nos han conmovido.

La muerte es una vieja historia y, sin embargo, siempre resulta nueva para algunos de nosotros. Los últimos días han representado un aluvión de sensaciones entremezcladas, algunas revividas y otras inéditas para los más jóvenes de nuestras familias afectadas. El fallecimiento de un ser querido siempre desencadena un cóctel de reflexiones y sentimientos que marca un hito en el curso de nuestras vidas. Todavía bajo el shock de la desgracia, queremos comunicar algunas de las enseñanzas de tan amargo trance.

Trascendencia. Frente al dolor añadido que a muchos enfermos graves de la misma dolencia, como en nuestro caso, les ha producido la frivolidad y el exceso de algunos medios de comunicación por la agonía y defunción de una popular cantante, queremos reivindicar una llamada al rigor y al respeto hacia quienes se enfrentan a una lucha postrera entre la vida y la muerte. ¡Adónde hemos llegado si convertimos en espectáculo frívolo incluso la antesala cruel de la hora suprema!

Agradecimiento. Hacia todas las personas que han atendido y ayudado a morir con dignidad a nuestro familiar. Especialmente merece todo nuestro reconocimiento y gratitud el servicio de oncología del Hospital de Cruces (Barakaldo), que personifican ejemplarmente facultativos con grandeza de alma como la joven doctora de nombre Aitziber.

Serenidad. La vorágine de tareas a desempeñar tras una muerte actúa como un eficaz letargo que espacia la intensa pena. En esa maraña de trámites hemos de reconocer el consuelo que ha significado la profesionalidad y la alta calidad humana de quienes actúan en tan luctuosas circunstancias. En particular, nos ha supuesto una sorpresa y un alivio el calmado pero diáfano sosiego (y felicidad interna) que reporta todo el personal de la funeraria, con trato diario con la muerte, en medio de un mundo desquiciado donde todos corremos acelerados e insatisfechos en pos de no sabemos muy bien qué. Hoy, algunos tenemos más claro que nunca que la muerte no termina todo.
Versión .DOC para imprimir

Versión final en: mikel.agirregabiria.net/2006/muerte.htm

Hombre ma(ltra)ta mujer

La plaga del terrorismo doméstico puede remediarse

La alarma social que provoca la violencia de género está sobradamente justificada, con noticias diarias de mujeres asesinadas por sus parejas masculinas, con casos crecientemente preocupantes por la juventud de sus protagonistas, como el del muchacho de 18 años asesinando a su novia de 15 y suicidándose después, o el de la chica de 14 años violada y asesinada por un compañero de clase de su misma edad. La psicopatología de considerar a la mujer como una propiedad del varón parece que, por su alta frecuencia, podría ser considerado como “usual”, como la obra titulada “Mi marido me pega lo normal”.

La trágica realidad es inaceptable: Más del 1,1 % de las mujeres del Estado español es maltratada por su marido o compañero, y cuatro de cada cinco asesinadas lo fueron a manos de su pareja, novio, amante o ex de cualquiera de estas categorías. El INE (Instituto Nacional de Estadística) incluye la violencia de género entre las principales causas de muerte en los últimos años y el barómetro del CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas) sitúa este problema entre los más acuciantes.

Esta epidemia está profundamente enraizada en todo el planeta y en todo tipo de sociedades, hasta en las más ‘avanzadas’ supuestamente. Los escasos datos que se conocen, sesgados a falta de un estudio mundial, son estremecedores: El Informe del Consejo de Europa de 2002 indica que la violencia doméstica en los hogares europeos es la principal causa de muerte o invalidez en el grupo de mujeres entre 16 y 44 años, por delante del cáncer o los accidentes de tráfico. Los países escandinavos figuran a la cabeza de Europa occidental en asesinatos de mujeres cometidos por su pareja o su ex compañero, por lo que el mito de la latitud debe ser revisado. De acuerdo con los datos de los archivos policiales o judiciales del año 2000, en peor situación está Rumania con una cifra de 12,62 asesinadas por cada millón de mujeres, seguida de Finlandia (8,65), Noruega (6,58), Luxemburgo (5,56), Dinamarca (5,42), Suecia (4,59), Reino Unido (4,36), Alemania (3,58), España (2,44), Irlanda (2,01), Holanda (1,83) y Polonia (1,85). Destaca únicamente Islandia, que no contabiliza ninguna muerte por violencia de género.

En otros continentes de cultura occidental y estadísticas fiables la situación es parecida. Por ejemplo en Australia este “contador de la vergüenza” arroja 8,15 muertas por millón de mujeres. En EE.UU. (con un índice de 8,7), las visitas a urgencias por lesiones causadas por malos tratos superan el millón al año, más que los accidentes de coche, atracos y violaciones juntos. Más de 1.500 mujeres norteamericanas son asesinadas, cada año, por quienes juraron amarlas. Esta aberración sexista afecta a todas las clases sociales. Incluso el “mundo de los famosos” nutre las hemerotecas con casos de pésima repercusión internacional: La muerte de la actriz Marie Trintignat, o los malos tratos conyugales recibidos por personajes como Marilyn Monroe, Katharine Hepburn, Doris Day, Madonna, Halle Berry, Farrah Fawcett o Tina Turner, a manos de sus parejas también de renombre, demuestra que la pandemia no conoce fronteras.
En el resto del mundo la situación es aún peor. En Rusia son asesinadas diariamente 35 mujeres por sus parejas, lo que equivale a 13.000 mujeres muertas al año, cifra exorbitante si se compara –por ejemplo y salvando las diferencias- con los 14.000 rusos que murieron en los diez años de ocupación de Afganistán. No existen datos fiables de países tercermundistas, donde todos los indicadores prueban la espeluznante magnitud del drama.

Existe violencia contra las mujeres en todo el mundo porque en todas las culturas, en todas ellas, hay un componente patriarcal de base. La mujer ocupa aún un papel secundario y la violencia es utilizada para producir o mantener esa desigualdad histórica. La alta tasa de maltrato de género en los países nórdicos, los menos machistas, parece responder a una reacción violenta por parte de los varones ante los espacios que están conquistando las mujeres en la sociedad. ¿Cómo explicar que en Finlandia el 22% de los hombres utilice la violencia contra sus compañeras y el 50% de los separados o divorciados acose y maltrate a su ex?

Se suele confundir el término de violencia doméstica con el de violencia de género. En el Estado español coexisten bajísimos niveles de violencia contra menores con una alta tasa de violencia varón-mujer, estimándose que durante su vida fértil una de cada veinte mujeres se va a ver obligada a denunciar a su compañero íntimo por malos tratos. Ello certifica que se trata de dos fenómenos distintos, aunque puedan compartir causa en determinados casos, pero que requieren enfoques distintos para un adecuado abordaje de ambos problemas por separado.
Centrándonos, en este análisis, en la violencia de género, consideramos que son tres los bloques de soluciones que podrían aliviar el problema.

Medidas judiciales. Ningún problema social se ha solucionado jamás a golpes de Código Penal, sin abordar otros abanicos de soluciones que atajen la raíz del problema. Por tanto no se trata de seguir endureciendo las penas ad infinitum y reforzando de paso la interpretación meramente individual de la cuestión como suma de casos aislados patológicos, porque eso es lo que hemos hecho hasta ahora y hay que reconocer que el problema no mejora.

Existen otros mecanismos legales de eficacia probada, como la agilización de los procesos de divorcio o la extensión de un procedimiento rápido de expulsión del domicilio familiar del cónyuge violento por un período provisional inicialmente, así como otras fórmulas de protección de las víctimas, con vigilancia preventiva para la agredida y órdenes de alejamiento para el agresor.

Medidas educativas. Queda aún mucho camino por recorrer en la perspectiva de una auténtica coeducación de niños y niñas. Fueron muchas las generaciones que se formaron con aquella Ley de Educación Primaria de 1945, que dictaba que "La educación primaria femenina preparará especialmente para la vida del hogar, artesanía e industrias domésticas." Hoy en día, todavía son patentes, en muchas facetas escolares, rasgos sexistas que siguen transmitiendo un modelo machista. Desarraigar los roles sexistas y educar en la convivencia a la infancia y juventud, requiere actuaciones múltiples en todos los elementos presentes en la comunidad escolar, desde los recursos didácticos hasta la composición de los claustros académicos, desde una escrupulosa política de género hasta los modelos y ejemplificaciones que se importan de la realidad social y que deben ser analizados, debatidos y combativos por el sistema educativo.

Tres son las áreas básicas de incorporación curricular coeducativa, en pro de una sociedad igualitaria: 1) Convivencia de género, para el conocimiento del funcionamiento de las relaciones interpersonales, para contribuir a conocer lo que debe ser una equilibrada relación de pareja. 2) Corresponsabilidad en la vida doméstica y familiar, a fin de que chicas y chicos desarrollen por igual actitudes y habilidades, que contribuyan a un auténtico reparto de tareas en el hogar, tanto en su etapa estudiantil como en su futura vida adulta. 3) Ética del cuidado que forma parte constante de la vida cotidiana: cuidado de la casa, del entorno, de los pequeños y de los mayores, de personas dependientes,…. Estas labores deben quedar asociadas a ambos sexos, para que nadie renuncie definitivamente a sus propios proyectos personales y profesionales.

La adopción de una acertada política educativa de género, implica un sinfín de actuaciones desde las tempranas actividades lúdicas de socialización, siguiendo con el uso gramatical exacto y llegando a los sistemas de orientación escolar y profesional, a fin de corregir las desafortunadas consecuencias del desequilibrio en las opciones de carrera del estudiantado, en función de su sexo, tanto en FP como en la universidad.

Medidas sociales. Corresponde al conjunto de la sociedad, desde sus múltiples mecanismos de interacción, combatir radicalmente esta lacra social. Ello exige a toda la ciudadanía el repudio sin paliativos y la condena explícita de cualquier indicio o asomo de maltrato social, entre nuestros convecinos o amigos, en cualquiera de sus manifestaciones física, psíquica, verbal,... Algún día, todas y todos podremos suscribir aquel dicho de Mark Twain, en el que hemos permutado a sus protagonistas para evitar el sesgo sexista propio de cualquier cita anterior al siglo XXI: “Para Eva, el paraíso era donde estaba Adán”.

Los portadores de sueños, poema de Gioconda Belli

En todas las profecías
está escrita la destrucción del mundo.
Todas las profecías cuentan
que el hombre creará su propia destrucción.

Pero los siglos y la vida
que siempre se renueva
engendraron también una generación
de amadores y soñadores;
hombres y mujeres que no soñaron
con la destrucción del mundo,
sino con la construcción del mundo
de las mariposas y los ruiseñores.
Desde pequeños venían marcados por el amor.

Detrás de su apariencia cotidiana
guardaban la ternura y el sol de medianoche.
Las madres los encontraban llorando
por un pájaro muerto
y más tarde también los encontraron a muchos
muertos como pájaros.

Estos seres cohabitaron con mujeres traslúcidas
y las dejaron preñadas de miel y de hijos verdecidos
por un invierno de caricias.
Así fue como proliferaron en el mundo los portadores de sueños,
atacados ferozmente por los portadores de profecías
habladoras de catástrofes.
Los llamaron ilusos, románticos, pensadores de utopías
dijeron que sus palabras eran viejas
y, en efecto, lo eran porque la memoria del paraíso
es antigua al corazón del hombre.
Los acumuladores de riquezas les temían
lanzaban sus ejércitos contra ellos,
pero los portadores de sueños todas las noches
hacían el amor
y seguía brotando su semilla del vientre de ellas
que no sólo portaban sueños, sino que los
multiplicaban y los hacían correr y hablar.
De esta forma el mundo engendró de nuevo su vida
como también había engendrado
a los que inventaron la manera
de apagar el sol.

Los portadores de sueños sobrevivieron a los climas gélidos
pero en los climas cálidos casi parecían brotar por generación espontánea.
Quizá las palmeras, los cielos azules, las lluvias torrenciales tuvieron algo que ver con esto,
la verdad es que como laboriosas hormiguitas
estos especimenes no dejaban de soñar y de construir hermosos mundos,
mundos de hermanos, de hombres y mujeres que se llamaban compañeros,
que se enseñaban unos a otros a leer, se consolaban en las muertes,
se curaban y cuidaban entre ellos, se querían,
se ayudaban en el arte de querer y en la defensa de la felicidad.

Eran felices en su mundo de azúcar y de viento,
de todas partes venían a impregnarse de su aliento,
de sus claras miradas,
hacia todas partes salían los que habían conocido
portando sueños soñando con profecías nuevas
que hablaban de tiempos de mariposas y ruiseñores
y de que el mundo no tendría que terminar en la hecatombe.
Por el contrario, los científicos diseñarían
puentes, jardines, juguetes sorprendentes
para hacer más gozosa la felicidad del hombre.

Son peligrosos - imprimían las grandes rotativas
Son peligrosos - decían los presidentes en sus discursos
Son peligrosos - murmuraban los artífices de la guerra.
Hay que destruirlos - imprimían las grandes rotativas
Hay que destruirlos - decían los presidentes en sus discursos
Hay que destruirlos - murmuraban los artífices de la guerra.

Los portadores de sueños conocían su poder
por eso no se extrañaban
también sabían que la vida los había engendrado
para protegerse de la muerte que anuncian las
profecías y por eso defendían su vida aun con la muerte.
Por eso cultivaban jardines de sueños
y los exportaban con grandes lazos de colores.
Los profetas de la oscuridad se pasaban noches y días enteros
vigilando los pasajes y los caminos
buscando estos peligrosos cargamentos
que nunca lograban atrapar
porque el que no tiene ojos para soñar
no ve los sueños ni de día, ni de noche.

Y en el mundo se ha desatado un gran tráfico de
sueños que no pueden detener los traficantes de la muerte;
por doquier hay paquetes con grandes lazos
que sólo esta nueva raza de hombres puede ver
la semilla de estos sueños no se puede detectar
porque va envuelta en rojos corazones
en amplios vestidos de maternidad
donde piesecitos soñadores alborotan los vientres
que los albergan.

Dicen que la tierra después de parirlos
desencadenó un cielo de arco iris
y sopló de fecundidad las raíces de los árboles.
Nosotros sólo sabemos que los hemos visto
sabemos que la vida los engendró
para protegerse de la muerte que anuncian las profecías.

- Gioconda Belli, con su poesía Los portadores de sueños.
[Post en borrador mucho tiempo, que publicamos en su fecha original el 1-2-2012]

¿El envejecimiento y la muerte, serán enfermedades curables?


¿Se convertirá el envejecimiento en una enfermedad curable? ¿Veremos la muerte de la muerte? Iñaki Gabilondo habla sobre estas y otras interesantísimas cuestiones con José Luis Cordeiro, profesor fundador de la Singularity University, su.org. 'Cuando ya no esté: El mundo dentro de 25 años', nuevo proyecto de Iñaki Gabilondo.

Recuperamos parte de la conferencia para el Club de Roma en 2013 que dictó José Luis Cordeiro, a la que asistimos y que pudimos grabar. De acuerdo con las predicciones de Ray Kurzweil que aseguran que la Singularidad tecnológica ocurrirá hacia 2045, José Luis Cordeiro afirma que “la muerte será opcional en 2045”. Esto será posible “gracias a los avances exponenciales de la inteligencia artificial, la regeneración de los tejidos, los tratamientos con células madre, la impresión de órganos, la criopreservación, así como a las terapias genéticas o inmunológicas que resolverán el problema del envejecimiento del cuerpo humano”.
Adjuntamos la imprescindible presentación utilizada en 2013. Apasionante la panorámica prospectiva que nos ha ofrecido, con vertiginosos pronósticos de ritmos de advenimiento de realidades como la inmortalidad, o la lucha de Google contra... la muerte.
Amable dedicatoria del prologuista José Luis Cordeiro, tras reunión #GVCR
Al concluir, dedicó algunos libros de  "Cómo crear una mente", la séptima obra de Raymond Kurzweil, de gran interés y prologados por el conferenciante (ver en imagen). También se han citado, entre otras muchas referencias, como las del Doctor Watson de IBM como asistente médico, periféricos con sensores cerebrales como Mindwave, Glofish, peces alterados genéricamente para brillar como algunas medusas y alguna de las charlas TED de Steven Pinker (que recuperamos en un post ulterior).
Otros posts sobre José Luis Cordeiro.

Analepsis, prolepsis y elipsis, recursos narrativos mágicos


Existen tres tipos de anacroníasanalepsis, prolepsiselipsis. Analepsis: hacer un salto narrativo al pasado. Prolepsis: hacer un salto narrativo al futuro. Elipsis: omitir momentos siguiendo la línea de tiempo.

La analepsis, también conocida como flashback, es una técnica narrativa en la que se produce una interrupción en la secuencia cronológica de los eventos para narrar hechos ocurridos en un momento anterior al tiempo en el que transcurre la historia principal. Se utiliza para dar contexto, explicar antecedentes de los personajes o situaciones y profundizar en la trama, permitiendo que el lector o espectador entienda mejor el presente de la historia. La analepsis es común en la literatura, el cine y la televisión. 
Se suele distinguir entre flashback, término tomado del teatro donde se da un breve "salto atrás", y el racconto, de mayor extensión. Narra acontecimientos anteriores al presente de la acción e incluso anteriores al inicio de la creación. 

Un ejemplo clásico de 
analepsis se encuentra en la novela Cien años de soledad de Gabriel García Márquez. En esta obra, se utiliza el recurso de flashback para narrar eventos pasados de la familia Buendía, permitiendo comprender el presente de los personajes y la historia de Macondo. Otro ejemplo es en Forrest Gump, donde el personaje principal recuerda varios momentos de su vida mientras cuenta su historia a distintas personas en una parada de autobús. Estos saltos al pasado dan contexto a su vida y explican cómo llegó a la situación actual.

Un caso de prolepsis, o flashforward, aparece en Crónica de una muerte anunciada de Gabriel García Márquez. Desde el comienzo de la novela, el lector sabe que Santiago Nasar va a morir, y a lo largo de la historia se anticipa repetidamente su muerte inminente. Este recurso intensifica la tensión narrativa, ya que se exploran los eventos y decisiones que llevan a ese desenlace anunciado. Otro ejemplo es en la serie de televisión Breaking Bad, donde varios episodios inician con escenas en el futuro que muestran consecuencias catastróficas o misteriosas, antes de volver al presente para contar cómo los personajes llegan a esa situación.

Un ejemplo de elipsis ocurre en El extranjero de Albert Camus (varios posts). En esta novela, la muerte de la madre del protagonista, Meursault, no es detallada; simplemente se menciona que ha fallecido. La narrativa omite cualquier descripción del evento en sí, y en cambio se centra en las reacciones de Meursault y su indiferencia ante el hecho. Esta elipsis refleja la apatía del personaje y enfatiza la distancia emocional que lo caracteriza. Otro ejemplo se da en Don Quijote de la Mancha (varios posts) de Miguel de Cervantes, donde la historia omite detalles de la recuperación de Don Quijote después de sus derrotas. Simplemente se menciona que volvió a casa o que pasó un tiempo sin aventuras. Esto permite avanzar rápidamente en la trama sin detenerse en eventos que no son esenciales para el desarrollo principal.

Isabel Zendal, enfermera referencial como Florence Nightingale


Clara Estrems de GuruWalk interpretando a Isabel Zendal.

Isabel Zendalnacida en Santa Marina de ParadaÓrdenesLa Coruña, fue una heroína olvidada que entregó su juventud a la medicina y a la ciencia. Inmersa de lleno en el siglo XVIII, esta enfermera decidió abandonar su tierra natal para poner rumbo al Nuevo Mundo como parte de la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna. Su apellido Zendal también se recoge como Sendalla, Zendalla, Sandalla, Cendalla, Cendales, Gandalla, Sendales o Cendala.

Es difícil de entender en una época donde las mujeres luchaban todavía por abrirse camino en la sociedad. A lo largo de un viaje que anhelaba erradicar la viruela en todos los recovecos del renqueante Imperio español, la gallega se encargó del cuidado de los niños inoculados con el virus; una tarea que le granjeó su cariño y un espacio en la Historia. 

Poco sabemos de la infancia de Isabel Zendal Gómez. Tan solo que nació en Santa Marina de Parada, allá por 1773 y que tuvo una infancia turbulenta. «Durante la epidemia de viruela de 1786 perdió a su madre y tuvo que abandonar una casa familiar con pocos recursos para ponerse a trabajar». Cuando sumaba una veintena de primaveras a sus espaldas nació su hijo, Benito Vélez, centro de su vida debido a que fue una madre soltera
Isabel Zendal, otra enfermera referencial como Florence Nightingale
La muerte de sus padres, «quasi pobres de solemnidad» según sus respectivas partidas de defunción, denotan que Isabel Zendal no provenía de una familia acaudalada. Pero esa condición no acabó con su ilusión de convertirse en enfermera y, ya en 1800, entró a trabajar como Rectora en una inclusa destinada a cuidar de niños abandonados. Aquel sería su sino en la vida, y lo llevaría como bandera en los siguientes años, como bien narra la «Asociación Isabel Zendal» en los muchos artículos sobre el personaje que albergan en su excelente página web

Así discurría su vida cuando, en 1803, Carlos IV, que había perdido a una hija por culpa de la viruela, ordenó que un convoy partiera desde la Península para extender la vacuna contra esta enfermedad por todos los territorios de ultramar. El resultado fue la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna, que puede considerarse como la primera misión humanitaria de la historia. Solo había un problema: ¿Cómo trasladar la muestra? La respuesta llegó de la mano del médico alicantino Francisco Javier Balmis, al frente de esta aventura, y consistió en transportar el suero dentro de 22 niños vivos. Para ser más concretos, veintidós huérfanos de La Coruña. 
Isabel Zendal en el telefilme '22 ángeles', sobre la expedición de la vacuna de la viruela.

Así lo narró la «Gaceta de Madrid»: «Son varios los facultativos comisionados, y llevan 22 niños, que siendo sucesivamente inoculados brazo a brazo en el curso de la navegación, conservarán el fluido vacuno vivo y sin alteración. No por eso se han omitido otros medios de conducirlo, así para mayor seguridad, como para experimentar cuáles son los que a largas distancias y en diferentes climas deben preferirse». 

Aunque en principio no se barajó la participación de una mujer en la expedición, se cambió de opinión al poco tiempo. Se pensó, y no sin razón, que los niños necesitarían una figura maternal que les diera confianza durante el trayecto. «El 14 de octubre de 1803, mes y medio antes de la partida, Javier Balmis, su director, la contrató con un sueldo igual al que disfrutaban los varones de su formación y funciones, tres mil reales con destino a su habilitación y un sueldo de quinientos pesos anuales. 

Fue la última expedicionaria que se incorporó al convoy humanitario». Así fue como comenzó su aventura en la corbeta «María Pita» con un Capitán nacido en Somorrostro (Bizkaia), que partió del puerto de La Coruña el 30 de noviembre de 1803. Como enfermera, Isabel Zendal se encargó de cuidar a los niños tanto en tierra como en el mar. «La rectora tenía unas funciones privativas y específicas: cuidar, acompañar, entretener y serenar a los niños durante el viaje». Entre los más pequeños, por cierto, se encontraba su hijo Benito Vélez, que hizo las veces de «receptáculo vivo», como señalaron los medios de comunicación de la época. 
Isabel Zendal, otra enfermera referencial como Florence Nightingale
La coruñesa hizo bien su trabajo, pues recibió los elogios de unos superiores que, en los documentos, la definieron como «abnegada rectora», «madre de los galleguitos» y «mujer de probidad». Tras pasar, entre otras regiones, por Canarias, Puerto Rico, Caracas o México, Isabel Zendal partió en 1805 hacia el Pacífico. 

En ese caso junto a veintiséis niños mexicanos. Tras los últimos viajes, decidió quedarse en México a pasar el resto de sus días. Allí trabajó en un hospicio de Puebla de los Ángeles junto a su pequeño. «Del final de su vida conocemos poco. Lo último que sabemos de ella es que en 1811 continuaba solicitando una pensión de 3 reales mensuales a la que tenía derecho su hijo por ser uno de los niños de número que vino con la vacuna y no se la pagaban las Cajas Reales de Puebla donde se hallaba viviendo. Se desconoce la fecha y el lugar de su muerte».

Isabel Zendal es considerada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como la primera enfermera de la historia en misión internacional. Es medio siglo anterior a la británica, aunque nacida en FlorenciaFlorence Nightingale (1820-1910), reconocida como “La dama de la lámpara” que salvó vidas con las matemáticas y fundadora de la enfermería moderna así como la primera teórica de la profesión. 
Entre otras las enfermeras más famosas de la historia pueden citarse a las diez siguientes: