26 de julio: Día de los Abuelos
Existe un especial entendimiento y complicidad entre abuelos y nietos. Cada día se necesitan más unos a otros, los nietos a los abuelos y los abuelos a los nietos.
En homenaje a los dos únicos abuelos (los paternos) que conocí: Ezequiel Agirregabiria y Leonor Etxebarria.
Abuelas y abuelos para grandes literatos
29 de febrero: Día Mundial de los Bisabuelos y Bisabuelas
Se eligió esta fecha (29 de febrero) porque un bisabuelo es como tener “un abuelo más”, tal como ocurre con un día de más en los años bisiestos. Aunque nuestros bisabuelos vivieron en una época muy diferente a la nuestra están aquí con nosotros, merecen toda nuestro reconocimiento, respeto y atención.
El avance en edad de vida es evidente. Mis hermanos y yo solamente conocimos una bisabuela (Isabel) y dos abuelos (Ezequiel y Leonor). Nuestros hijos han conocido tres abuelos (Juan, Manuel y Esperanza Parte) y dos bisabuelos (Orencio y Esperanza Ibarreche). Nuestros tres primeros nietos conocen a sus cuatro abuelos, además de varios bisabuelos y alguna tatarabuela.
Con muchísima suerte, dentro de cuatro celebraciones más del Día Mundial de los Bisabuelos, allá por 2036 quizá alcancemos la gloria de ser bisabuelos, tras la licenciatura de la paternidad que conseguimos por primera vez en 1983 y el doctorado de la "abuelidad" logrado con el primer nieto unos días de esta fecha en 2010.
Abuelos explotados
Al reencontrar parecidas situaciones, hemos recordado un caso que nos impresionó hace dos décadas. Cuando les conocimos, ellos ya eran unos abuelos jubilados. Él había sido un relojero con negocio propio, y le había ido razonablemente bien. Tanto que pudo comprar una casa a cada uno de sus hijos e hijas en una gran capital. También contaba con una casita de verano, al lado de la nuestra.
Cada veraneo comenzaba igual. Primero venía el matrimonio de octogenarios, para limpiar la casa y llenar la despensa. Dos días después, con precisión insuperable, la vivienda se abarrotaba de hijos y nietos. Al amanecer, ya se podía ver a la abuela limpiando el porche, y su jornada laboral de ama de casa se prolongaba hasta el anochecer. Diariamente los dos abuelos hacían las compras, pero nadie de sus cinco hijos e hijas, ni nueras ni yernos, ni nietos o nietas, salía a su encuentro para descargarles de alguna de las bolsas, que en varios viajes transportaban a casa.
Preparando comidas, meriendas y cenas los ancianos, jamás iban a la playa, pero sí toda aquella tropa de descendientes que los explotaba sin piedad. A lo sumo, el abuelo bajaba a la orilla para cuidar a sus nietos más pequeños. También sacar la basura era función exclusiva suya. Era un escándalo de abuso familiar para quienes conocíamos la situación, pero no se lo parecía así a aquellos desalmados hijos y nietos que lo veían como algo que los abuelos hacían por obligación y con gusto.
Un año ya no vimos a los ancianos. Nos comunicaron que habían muerto en el otoño, con apenas unos días de diferencia entre ambos fallecimientos. Nos apenó sobremanera no poder hablar con aquellos bondadosos patriarcas que habían dedicado más de sesenta años a tan ingratos descendientes. Entonces, aquella panda de inútiles perezosos pareció que podía organizarse. Dejaron de venir tan sincronizadamente; compraron otras viviendas próximas y cada pareja se ocupó de su prole. Se había acabado el chollo de los abuelos: simplemente los habían exprimido hasta la muerte.
Siempre nos ha quedado el recuerdo amable de aquellos maravillosos abuelos, que siempre estuvieron unidos y felices en medio de tan fatigoso trabajo doméstico. No volvimos a tratar con sus desconsiderados herederos, aunque les seguimos viendo. Pronto varios de ellos se divorciaron, y tampoco se hablaban entre ellos. Había desaparecido lo que ellos nunca apreciaron y lo que jamás serán: Una pareja que se ama, y que al tener hijos propios reconoce aún más a sus progenitores y que se ocupan de ellos en su ancianidad.
Mikel Agirregabiria Agirre. Educador
blog.agirregabiria.net
Versión final en: mikel.agirregabiria.net/2006/explotados.htm
Abuelos y nietos en confinamiento, humor y amor
Hoy se celebra #Nursesday o el #DíadelaEnfermería, muy especialmente por la pandemia y el 200º aniversario del nacimiento de #FlorenceNightingale. Su lema profesional fue: "Atribuyo el secreto de mi éxito a que nunca di ni acepté excusa alguna".🤩#StayAtHome #StayHome #StayAtHomeChallenge #selfquarantine #COVID19 #COVIDー19 #COVIDIOTS #boston #nyc #selfisolationgame #coronavirus #coronapocolypse pic.twitter.com/xx8UFuROqd— Evan Kirstel #StayHome #RemoteWork (@evankirstel) March 26, 2020
It seems pertinent to remember #FlorenceNightingale today, on the 200th birth anniversary. At times as these, she's an inspiration! #COVID19 turns the world to see nurses as Angels. #NursesDay2020 #NursesDay #nurses #CoronaWarriors #Healing #HealthcareHeroes pic.twitter.com/8wFxl5IupE— Suresh Tiwari (@sureshTRIVERSE) May 12, 2020
Nos lo han dado TODO y TODOS estamos en deuda con ellos 👵🏼👴🏼 . Nuestros padres y abuelos merecen devolverles una ínfima parte con nuestra responsabilidad. En la distancia, pero más UNIDOS que nunca. Les debemos #MayoresCuidados pic.twitter.com/7w8hlw3JVO
— I b e r d r o l a (@iberdrola) May 14, 2020
Familias centrifugadas
Nuestro cuento predilecto: La mujer del saco
- Éste es uno de los muchos cuentos que hace casi dos décadas inventamos Carmen y yo para nuestros hijos, Leire y Aitor. No fue el cuento más largo, hubo alguno que duró dos años, con semejanzas con “Dos años de vacaciones” de Julio Verne (puede descargarse gratuitamente en “El Aleph”). Tampoco el más imaginativo, como los de ciencia-ficción que pedían cuando fueron algo mayores; ni el de más personajes, pues hubo alguno en el que intervenía casi toda la amplia familia y algunas amistades transportados a la selva africana; ni quizá el de más miedo, como los que aseguraban emoción y sorpresa con un grito garantizado cada minuto.
Algunas pautas comunes de todas los historias solían ser que los personajes centrales, ¿por casualidad?, siempre eran una niña y un niño de las edades de nuestros hijos; pasaban aventuras arriesgadas, acababan triunfantes con un final feliz y aprendían alguna moraleja. La versión final de los cuentas fue refinada por las preferencias de sus oyentes, que insistían en los detalles minuciosos que alargaban el relato tanto como fuera necesario. La fábula que a continuación se condensa fue descrita –en muchas ocasiones- en narraciones que se extendían por más de una hora, con descripciones completas e historias colaterales. Pasemos a oír el cuento favorito de Leire y Aitor.
Había llegado la navidad y los pequeños habían esperado con ansiedad la visita de los abuelos, pero aquel año no vendrían porque la abuela estaba enferma. Los hermanos se entristecieron porque querían ver a sus abuelos y pasar la nochevieja con ellos. Tanta fue su insistencia, que los padres, que no podían viajar por razones de trabajo, decidieron que los niños tomarían un tren e irían solos en un viaje de una jornada. Les dieron mil consejos de no hablar con extraños, les prepararon la comida y la merienda, y les sentaron juntos en un compartimiento del tren junto con una señora muy guapa y amable que aseguró que les cuidaría durante parte del viaje.
El primer trayecto lo pasaron muy bien y comieron los bocadillos observando y comentando los paisajes. La señora conversó con ellos y antes de bajar en su estación, les recomendó nuevamente que no hablasen con extraños y que se abrigasen bien porque había empezado a nevar y el frío de la tarde se notaba a través de las ventanas del tren. Cuando la señora se fue, los niños se miraron con un poco de miedo al quedarse solos. Cuando vieron que la puerta del camarote se abrió y vieron entrar a una anciana completamente tapada y cubierta de nieve, se alegraron porque les haría compañía. Dejó un pesado saco que traía con ella en el asiento, junto a ella, y se quitó el gorro y la bufanda que traía empapados de aguanieve. Al ver su cara descubierta, los dos hermanitos de 8 y 5 años se asustaron. Parecía una bruja con el pelo blanco y un grano muy grande en la punta de la nariz. Les habló con una voz ronca que también les atemorizó.- ¡Hola! ¿Dónde vais? ¿Viajáis solitos los dos?
- Nos esperan nuestros abuelos en la última estación, pudo responder la niña, que era la mayor, con un hilo de voz.
- No creo que el tren llegue hasta allí esta noche, porque la nevada es muy fuerte y la vía estará cerrada.
El niño miraba fijamente el saco, que era muy pesado y estaba lleno con algo que parecía agitarse. Al oído se lo contó a su hermana, quien también quedó petrificada. Dentro del sucio saco, atado con una soga, había algo o alguien que trataba de salir.
- ¿Qué lleva en el saco?, se atrevió a preguntar el niño al final.
- Son sólo varios kilos de patatas que he comprado en el mercado, mintió la vieja dama.
- ¿Los niños pueden pasar la noche en su casa? Tráigalos mañana a las nueve para que reanudemos el viaje.
- No queremos ir con esta señora, protestaron al unísono ambos niños, pero nadie les hizo caso.
La anciana les llevó a su casa y preparó una copiosa cena. Toda la comida estaba deliciosa, y aunque al principio los hermanos no querían probar nada, ni la leche, por temor a ser envenenados, finalmente cenaron de todo y repitieron cada plato y hasta el postre. Cuando se quedaron solos y se acostaron en el cuarto que la anciana les había preparado, comenzaron a hablar y volvieron a preocuparse.
- Nos ha querido engordar como a los pavos de navidad porque nos quiere comer esta bruja, dijo el niño.
- Vamos a estar despiertos toda la noche, dijo la niña, para que no pueda atacarnos cuando estemos desprevenidos.
- Tengo mucho miedo, dijo Aitor.
- Tengo mucho sueño, respondió Leire. Se dieron la mano y aunque quisieron mantenerse en vela, el cansancio y el ajetreo del día pudo con ellos y pronto se durmieron plácidamente.
- ¡Despertaros, o perderéis el tren!
Con la luz vieron que un gato negro, muy gordo, estaba dormido y tumbado encima de la cama justo sobre sus pies. La anciana les dijo:
- No os asustéis del gato Micifuz que compré ayer en el pueblo. Venía metido en el saco porque el revisor no deja transportar animales en los vagones de pasajeros.
Así quedó aclarado el misterio y comprendieron todo. Tras desayunar con gran apetito y antes de subir al tren, dieron un abrazo y un beso muy fuerte a aquella cariñosa anciana que les había cuidado tan bien. Aprendieron que son las obras y no las apariencias las que diferencia a las personas, y que hay mucha gente bondadosa aunque tengan muchas arrugas o un grano feo en la cara. Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
Buscando a Agirre, documental sobre el primer Lehendakari
Según datos transmitidos por la familia, José Antonio Agirre nació en el cuarto señalado en la imagen siguiente, en una habitación sin luz natural, pero antecedida por un salón cuya ventana es la que figura junto al mirador de madera y la terraza (una de las únicas del Casco Viejo de Bilbao).
Pero estas "sacas de presos" no cesaron y las amenazas, llevadas a su fin, de acabar con la vida de los presos en ilegítima represalia a las muertes y destrucción ocasionadas por la aviación franquista, desembocaron en los asaltos a las cárceles terrestres en Bilbao el día 4 de enero de 1937 y en el asesinato de 224 personas. Al final de la retirada tras la Batalla de Bilbao, José Antonio Agirre y su Consejero de Justicia Jesús María Leizola (a quien sustituiría como Lendakari a su muerte en 1960), a última hora de la tarde del 17 de junio de 1937 decidieron entregar al enemigo los presos políticos que todavía se encontraban en manos republicanas para evitar que quedasen sin vigilancia.
Teléfono de hilo para hablar con los nietos en confinamiento
Hoy ha sido un día feliz. Nos hemos visto nietos y abuelos, aquellos desde la calle en su primer día de salida desde el 12 de marzo y nosotros desde el balcón.
Educación infantil con Astrid Manger
Estamos preparando una síntesis con las ideas conversadas, que servirán para unas próximas Jornadas sobre Educación Infantil y Primaria. Por el momento, avanzamos los dos vídeos (arriba una grabación con la exposición de Astrid Manger sobre lo que denominan la "Educación Preescolar" en Noruega, y abajo con un vídeo con la exposición muy reducida de la situación en el País Vasco).
También tomamos algunas fotos de la reunión, aunque las más interesantes serían las de las visitas cursadas a centros educativos de Bilbao y Barakaldo, en un recorrido en el que no pudimos acompañar a esta especialista con una visión preclara de la educación crítica de los primeros años de vida.
Su concepto de "ciudadanía infantil", desde el primer día de vida de cada bebé y el concepto expandido de la "democracia desde el nacimiento" son ideas-eje para una educación en las etapas más determinantes del aprendizaje de todo ser humano. Básicamente su mensaje fundamental insiste en que entendamos y tratemos a cada niña o niño como una persona plena, escuchando todo lo que pueden aportar a la sociedad desde el primer minuto de existencia.
El encuentro fue muy rico en ideas y conceptos que trabajaremos para mejorar nuestra educación infantil. Se reivindicó el papel esencial de las abuelos y los abuelos en este etapa inicial y decisiva, así como la implicación máxima de los progenitores de modo que esta colaboración sea máxima en edades mayores de su prole. También fue una loa al juego, como actividad inherente de la infancia, generadora de los más fértiles aprendizajes,... durante toda la vida, incluida la fase adulta. Así mismo, se destacó el inmenso valor de la educación no formal, en los entornos sociales, familiares o de barrio, en consonancia con los valores transmitidos en los centros de educación infantil.
Se resaltó el cuidado de los escenarios de aula, ricos en materiales didácticos y referencias significativas, que no encierre sino que enlace con la vida exterior, con los entornos cercanos que van expandiendo el cosmos conocidos por este alumnado ávido de estímulos externos. Disfrutamos con la obra infantil en forma de dibujos preclaros de la realidad, sumamente valiosos para el conjunto de la sociedad que ha de revalorizar al máximo estas precoces visiones del mundo. Al respecto, también se mencionó el poder de recursos digitales de reciente aparición o popularización como las tabletas tipo iPad para potenciar estas formas de expresión artística desde los primeros años de vida.
Twitter sobre abuelos y abuelas
El juguete más simple, uno que incluso el niño más pequeño puede usar, se llama abuelo. pic.twitter.com/RqBUi0qA9T
— Frases para cambiar (@Ignacionovo) 24 de abril de 2018
Post que estuvo en borrador desde el 25-4-2018.Los abuelos están hechos de acero inolvidable. pic.twitter.com/L3ThCxtniR
— Alejandra G. (@AlejandraG0903) 22 de abril de 2018
Cuando los padres quedamos huérfanos de nuestros hijos
Hay un período / cuando los padres / quedamos huérfanos / de nuestros hijos.
Es que los niños crecen independientemente de nosotros, / como árboles murmurantes / y pájaros imprudentes.
Crecen / sin pedir permiso a la vida. / Crecen / con una estridencia alegre / y, a veces, / con alardeada arrogancia. / Pero / no crecen todos los días, / crecen de repente.
Un día se sientan cerca de ti / y con una naturalidad increíble / te dicen cualquier cosa / que te indica que / esa criatura de pañales, / ¡ya creció!
¿Cuándo creció / que no lo percibiste?
¿Dónde quedaron / las fiestas infantiles, / el juego en la arena, / los cumpleaños con payasos?
El niño crece / en un ritual de / obediencia orgánica / y desobediencia civil.
Ahora estás allí, / en la puerta / de la discoteca / esperando no sólo que no crezca, / sino que aparezca.
Allí están / muchos padres al volante / esperando que salgan.
Y allí están / nuestros hijos, / entre hamburguesas y gaseosas.
Con el uniforme / de su generación / y sus incómodas / y pesadas mochilas / en los hombros.
Allá estamos nosotros, / con los cabellos canos.
Y esos son / nuestros hijos, / los que amamos / a pesar / de los golpes de los vientos, / de las escasas cosechas de paz, / de las malas noticias / y la dictadura de las horas.
Ellos crecieron amaestrados, / observando y aprendiendo / con nuestros errores / y nuestros aciertos.
Principalmente / con los errores / que esperamos no se repitan.
Hay un periodo / en que los padres / vamos quedando / huérfanos de los hijos.
Ya no los buscaremos más / en las puertas de las discotecas / y del cine.
Pasó el tiempo del piano, / el fútbol, / el ballet, / la natación.
Salieron del asiento de atrás / y pasaron / al volante de sus propias vidas.
El secreto es esperar. / En cualquier momento / nos darán nietos.
Ni euskalduna, nuestra historia contada por abuelos
A través de Jose A. del Moral nos pidieron localizar en Getxo y Bilbao algunas personas mayores para que contasen sus recuerdos en un vídeo en euskara. Mediante grabaciones de más de una hora, luego cuidadosamente editadas para sintetizar impresiones e imágenes de distintos barrios y municipios de Euskadi.