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“Lo raro es vivir”: Viaje íntimo por la memoria y el amor perdido

Muchos deliciosos podcasts como en estos canales tipo "Un libro, una hora".

Solemos recomendar más libros o ensayos sobre actualidad y futuro, pero hoy hablaremos de uno de ficción que hemos releído casi 30 años después: "Lo raro es vivir" de Carmen Martín Gaite. Es una novela que explora la extrañeza de la existencia a través de la vida de Águeda, una mujer que, tras la muerte de su madre, se enfrenta a la necesidad de reconstruir su vida y encontrar un lugar en el mundo. La novela, publicada en 1997, profundiza en temas como la pérdida, la búsqueda de identidad, el amor, la memoria y la adaptación a la vida después de la muerte de un ser querido. 

Resumen de la novela: Águeda Luengo, una mujer de treinta y cinco años, se enfrenta a la muerte de su madre y a la dificultad de encontrar un equilibrio entre las heridas del pasado y la sed de presente. La novela se estructura como un paréntesis en la vida de Águeda, donde debe hacerse pasar por su madre para visitar a su abuelo, quien no se ha enterado de la muerte de su hija. 

A lo largo de la narración, Águeda reflexiona sobre su propia vida, sus relaciones y la extrañeza de seguir viva, experimentando un viaje de introspección y maduración. La protagonista, a través de sus indecisiones y "tomar indecisiones", se enfrenta a la dificultad de elegir un camino y de construir una nueva realidad. El final de la novela muestra cómo Águeda consigue, de alguna forma, reconciliar el pasado y el presente, aprendiendo a aceptar la muerte y a seguir adelante. 

Carmen Martín Gaite (1925-2000) fue una destacada escritora española, autora de novelas, ensayos y obras teatrales. Publicó obras como "El balneario", "Entre visillos", "Ritmo lento", "Retahílas", "Fragmentos de interior" y "El cuarto de atrás", entre otras. 

Sus obras se caracterizan por su estilo narrativo, su capacidad para explorar la condición humana y su enfoque en temas como el amor, la muerte y la memoria. Gaite también fue reconocida por sus ensayos, como "Usos amorosos de la postguerra española", que le valió el Premio Anagrama de Ensayo. En 1950 se traslada a Madrid y se introduce en el círculo literario de la Generación del 55. 

Debate: Los engreídos que no contentan a los trabajadores

"Los engreídos: Mi contraprograma en favor del civismo y de la cohesión social"  es una obra de Sahra Wagenknecht, una polémica política y economista alemana nacida en 1969. Con una licenciatura en Literatura y un doctorado en Ciencias Económicas, Wagenknecht ha sido miembro del Parlamento Europeo y del Bundestag por el partido Die Linke (la izquierda)

En enero de 2024, fundó el controvertible partido Alianza Sahra Wagenknecht – Por la Razón y la Justicia, BSWInaceptable que en temas de inmigración se ponga al lado de los fascistas que dividen a la clase obrera alemana.

En este libro, Wagenknecht analiza cómo muchos trabajadores y personas con bajos salarios se han distanciado de la política debido al desencanto, mientras que otros optan por apoyar a la extrema derecha por frustración y falta de alternativas. Argumenta que este fenómeno se debe, en gran medida, al fracaso de los liberales de izquierda para ofrecer programas atractivos a quienes se sienten abandonados por las políticas de las últimas décadas. Sahra Wagenknecht propone un programa que conecte con los intereses sociales y valores de estas personas, enfatizando que los valores comunitarios tradicionales son fundamentales para promover una mayor igualdad social y corregir las deficiencias del mercado.

La obra ha sido traducida al español y está disponible en formato digital y físico. (amazon.es). Su resumen señala lo siguiente: Muchos obreros y personas de bajos salarios se han alejado de la política porque están desencantados, otros votan a la extrema derecha por rabia y por falta de alternativas. La causa más importante del avance de la extrema derecha es, por tanto, el fracaso de los liberales de izquierda a la hora de ofrecer un programa atractivo a todas aquellas personas que se han visto abandonadas por las políticas de las últimas décadas o cuyas vidas, como mínimo, se han hecho más difíciles y peores.

Es necesario un programa que conecte con sus intereses sociales, pero también con sus valores, ya que ambas cosas van unidas. Los valores comunitarios tradicionales no son retrógrados ni están anticuados, sino que son la base indispensable de una política orientada hacia una mayor igualdad social y una corrección de los resultados del mercado. A diferencia de los valores del liberalismo de izquierdas, que son más adecuados para una reinterpretación progresista del capitalismo globalizado, los valores comunitarios son realmente adecuados como directriz para una alternativa progresista a una sociedad de mercado que campa a sus anchas.

Escribir es tratar de entender, según Clarice Lispector

Escribir un blog es contar diariamente lo que aprendes, lees, vives o presencias. Y el blog, ese diario, también te muestra lo que has compartido desde hace años. Y compruebo que nunca habíamos citado a Clarice Lispector. Algo imperdonable, que pasamos a corregir.


Clarice Lispector nació el 10 de diciembre de 1920 (coetánea de mi padre) en Chechelnyk, Ucrania, en el seno de una familia judía que huía de la persecución durante la guerra civil rusa. Poco después de su nacimiento, su familia emigró a Brasil, estableciéndose en Recife. Desde joven mostró una gran pasión por la literatura. Se trasladó a Río de Janeiro en su adolescencia, donde estudió Derecho en la Universidad Federal de Río de Janeiro. Sin embargo, su verdadera vocación era la escritura. 

En 1943, se casó con Maury Gurgel Valente, un diplomático brasileño, lo que la llevó a vivir en diversos países como Italia, Suiza y Estados Unidos. Durante este tiempo, siguió escribiendo, aunque sentía nostalgia por Brasil. En 1959, se separó y regresó definitivamente a Río de Janeiro con sus hijos. Lispector falleció el 9 de diciembre de 1977, un día antes de cumplir 57 años, a causa de un cáncer de ovario.

Clarice Lispector es una de las escritoras más importantes del siglo XX en Brasil y en la literatura universal. Su obra se caracteriza por un estilo introspectivo, filosófico y existencialista, con un lenguaje poético de no-estilo que explora la identidad, el autoconocimiento y la subjetividad.

 Principales novelas:

  • "Cerca del corazón salvaje" (1943) – Su primera novela, escrita cuando tenía 23 años. Ganó el premio Graça Aranha y fue comparada con Virginia Woolf y James Joyce por su estilo innovador.
  • "La hora de la estrella" (1977) – Su última novela y una de sus más conocidas, protagonizada por Macabéa, una joven nordestina que lucha con su invisibilidad en la sociedad.
  • "La pasión según G.H." (1964) – Relato existencialista que narra la transformación interna de una mujer tras un encuentro impactante con una cucaracha.
  • "Agua viva" (1973) – Un libro experimental, casi un monólogo poético, en el que la protagonista reflexiona sobre el arte y la existencia.

Cuentos y otros escritos: "Lazos de familia" (1960) – Una colección de cuentos sobre las complejas relaciones humanas. "Felicidad clandestina" (1971) – Relatos sobre la infancia y la juventud con un tono melancólico y reflexivo. "Dónde estuviste de noche" (1974) – Otra colección de cuentos con un enfoque experimental.

Además de novelas y cuentos, Clarice Lispector también escribió crónicas, artículos periodísticos y libros infantiles. Clarice Lispector revolucionó la literatura brasileña con su narrativa psicológica y filosófica. Sus libros siguen siendo ampliamente leídos y estudiados en todo el mundo. Es considerada una de las grandes voces de la literatura femenina y universal del siglo XX.

 
- "Escribir es una maldición que salva."
- "Libertad es poco. Lo que deseo aún no tiene nombre."
"Se gasta mucha energía en intentar ser como todo el mundo".
- "El amor es tan grande que hasta el dolor se vuelve una flor dentro de él."
- "No se equivoquen: la sencillez sólo se logra a través del trabajo duro." 
- "Elegir la propia máscara es el primer gesto voluntario humano. Y es solitario." 
- "Las palabras me preceden. No sé lo que quiero decir, y sin embargo ya lo estoy diciendo."
- "Si recibo un regalo dado con cariño por una persona que no me gusta, ¿Cómo se llama lo que siento?"
- "Es casi imposible evitar que el exceso de amor haga que uno actúe como tonto. Sólo el tonto puede amar demasiado." 
- "La vida es para ser vivida intensamente como el amor, que tiene que ser experimentado hasta la última gota sin ningún temor."
- "Siento una claridad tan grande que me anula como persona común y corriente. Es una lucidez vacía, ¿Cómo explicarlo?, algo así como un cálculo matemático perfecto que, sin embargo, no se necesita. Y no entiendo aquello que entiendo."
"Quería volver a ser una niña pequeña, porque las rodillas raspadas se curan mucho, mucho más rápido que los corazones rotos."
- "El futuro de la tecnología amenaza destruir todo lo que es humano en el hombre, pero la tecnología no alcanza a la locura, y en ella es donde lo humano del hombre se refugia."
- "Escribo porque me resulta un placer que no puedo traducir. No soy pretenciosa. Escribo para mí, para sentir mi alma hablando y cantando, a veces llorando…"
- "Al final, ¿Qué importa más: vivir o saber que se está viviendo?"
- "Un día será el mundo con su impersonalidad soberbia contra mi extrema individualidad de persona, pero seremos uno solo." 
- "Soy inquieta, inconstante, y hay en mí una altura inexplicable que me hace volar por los aires cuando menos lo espero."
- "Es necesario correr riesgos. Solo entendemos el milagro de la vida cuando dejamos que suceda lo inesperado."
- "La vida es igual en todas partes: lo que cambia es la manera de soportarla."
- "Escribo como si fuera a salvar la vida de alguien. Probablemente mi propia vida."
- "Hasta cortar los propios defectos puede ser peligroso. Nunca se sabe cuál es el defecto que sostiene nuestro edificio entero."

Momo: Una fábula sobre el inmenso valor del tiempo

Momo es una novela escrita por el autor alemán Michael Ende, publicada en 1972. Es una obra de fantasía dirigida tanto a jóvenes como a adultos, reconocida por su profundidad filosófica y crítica a la sociedad moderna. Podría considerarse una metáfora sobre el valor del tiempo y la conexión humana.

Michael Ende (1929-1995) fue un escritor alemán, conocido principalmente por “Momo” y “La historia interminable”. Su obra combina elementos de fantasía con profundas reflexiones filosóficas y sociales. “Momo” ganó el Premio al Libro Juvenil Alemán en 1974 y ha sido traducido a numerosos idiomas, convirtiéndose en un clásico de la literatura universal.

La historia gira en torno a Momo, una niña huérfana que vive en las ruinas de un anfiteatro en una ciudad sin nombre. Momo posee una cualidad especial: su capacidad de escuchar a los demás con una atención tan plena que las personas encuentran en ella las respuestas a sus problemas. Gracias a su presencia, la comunidad vive en armonía.

Momo, después de escaparse de un orfanato, termina encontrando un hogar en el viejo anfiteatro a las afueras de la ciudad. Rápidamente la comunidad del lugar la encuentra y después de discutirlo entre ellos deciden cuidar de ella entre todos. Es descrita como una niña pequeña que bien podría tener 8 u 12 años, con un pelo negro muy descuidado y unos ojos igual de negros que miraban todo con asombro y amabilidad, siembre anda con el mismo vestido remendado y un chaquetón viejo, grande, que se solía arremangar alrededor de la muñeca.

A pesar de su falta de escolarización, Momo es una niña muy inteligente y se le daban muy bien los acertijos, es muy imaginativa, amable y "sabía escuchar de tal manera que a la gente tonta se le  ocurrían, de repente, ideas muy inteligentes. No porque dijera o preguntara algo que llevara a los demás a pensar  esas ideas, no; simplemente estaba allí y escuchaba con toda su atención y toda simpatía. Mientras tanto miraba al otro  con sus grandes ojos negros y el otro en cuestión notaba de inmediato cómo se le ocurrían pensamientos que nunca hubiera creído que estaban en él. Sabía escuchar de tal manera que la gente perpleja o indecisa sabía muy bien, de repente, qué era lo que quería. O los tímidos se sentían de súbito muy libres y valerosos. O los desgraciados y agobiados se volvían confiados y alegres. Y si alguien creía que su vida estaba totalmente perdida y que era insignificante y que él mismo no era más que uno entre millones, y que no importaba nada y que se podía sustituir con la misma facilidad que una maceta rota, iba y le contaba todo eso a la pequeña Momo, y le resultaba claro, de modo misterioso mientras hablaba, que tal como era sólo había uno entre todos los hombres y que, por eso, era importante a su manera, para el mundo.

Un día, aparecen los Hombres Grises, misteriosas criaturas que representan una organización que roba el tiempo de las personas. Convencen a la gente de ahorrar tiempo depositándolo en un banco del tiempo, prometiendo que podrán usarlo en el futuro. Sin embargo, en realidad, estos hombres se alimentan del tiempo ahorrado, dejando a las personas vacías, apresuradas y desconectadas de la vida.


Momo, con la ayuda de su amigo Beppo Barrendero, el niño Gigi Cicerone, la tortuga Casiopea y el sabio Maestro Hora, se enfrenta a los Hombres Grises para recuperar el tiempo robado. Con su valentía y amor, logra desbaratar sus planes, devolviendo el equilibrio y la alegría a la comunidad. Como temas principales se abordan ideas sobre la importancia del tiempo y cómo se vive, la conexión humana frente al aislamiento o la crítica al consumismo y la prisa en la vida moderna. 


Otros posts nuestros sobre Momo.

“La carta final”, una película para quienes aman los libros

Nos ha despertado una camaradería de lectores una vieja película que se puede ver en Netflix,... “La carta final” (“84 Charing Cross Road”) dirigida por David Hugh Jones en 1987 y protagonizada por Anne Bancroft y Anthony Hopkins. La historia se basa en hechos reales y sigue la correspondencia entre Helene Hanff (interpretada por Anne Bancroft), una escritora neoyorquina apasionada por la literatura británica, y Frank Doel (interpretado por Anthony Hopkins), un librero londinense. 

Helene envía una carta a la librería de Frank en busca de clásicos de la literatura inglesa difíciles de encontrar en Nueva York. A partir de ahí, se desarrolla una conmovedora amistad a través de cartas que dura veinte años, aunque nunca se conocen en persona. La película destaca por su emotiva narrativa y las actuaciones de Bancroft y Hopkins, y fue bien recibida por la crítica.

Hay varias escenas memorables en “La carta final”. Una de las más destacadas es cuando Helene Hanff recibe un paquete de libros raros y difíciles de encontrar enviados por Frank Doel. La emoción y gratitud de Helene al abrir el paquete y descubrir los libros es palpable y conmovedora. Otra escena significativa es cuando Helene envía un paquete de alimentos a la librería durante la posguerra, cuando Londres aún sufría de racionamiento. Este gesto de generosidad y la respuesta agradecida de Frank y sus colegas muestran la profundidad de la amistad que se ha desarrollado a través de sus cartas. Estas escenas capturan la esencia de la película: una conexión profunda y significativa entre dos personas que nunca se conocieron en persona, pero que compartieron una amistad duradera a través de su amor por los libros.

“La carta final” recibió críticas generalmente positivas tanto de la crítica profesional como de los espectadores. Destacan la emotividad de la historia y las actuaciones de Anne Bancroft y Anthony Hopkins. Los usuarios valoraron especialmente la química entre los protagonistas y la forma en que la película captura la pasión por los libros y la literatura. En general, “La carta final” es apreciada por su narrativa conmovedora y las sólidas actuaciones de su elenco principal.

Algunos de los personajes secundarios también son reseñables: 
  • Nora Doel (interpretada por Judi Dench): Es la esposa de Frank Doel. Aunque su papel es secundario, su presencia añade profundidad a la vida personal de Frank y muestra el impacto de la correspondencia en su familia1. 
  • Maxine Stuart (interpretada por Jean De Baer): Es una amiga de Helene Hanff en Nueva York. Su personaje ayuda a mostrar el entorno social de Helene y su vida fuera de la correspondencia con Frank.
  • George Martin (interpretado por Maurice Denham): Es un colega de Frank en la librería. Su personaje contribuye a la atmósfera de la librería y muestra la camaradería entre los empleados. 
  • Kay (interpretada por Mercedes Ruehl): Es otra amiga de Helene en Nueva York. Su personaje también ayuda a contextualizar la vida de Helene en Estados Unidos. 
Aunque “La carta final” es principalmente un drama, tiene algunos momentos ligeros y cómicos que añaden un toque de humor a la historia. Uno de estos momentos ocurre cuando Helene Hanff envía una carta a la librería en Londres con una lista de libros que desea comprar. Su tono directo y a veces sarcástico en las cartas provoca sonrisas, especialmente cuando compara los precios de los libros en Nueva York con los de Londres y se queja de los altos costos en su ciudad. Otro momento es cuando Helene envía un paquete de alimentos a la librería durante la posguerra. La reacción de los empleados de la librería, que no están acostumbrados a recibir tales regalos, es tanto conmovedora como divertida. Estos momentos de humor ayudan a equilibrar la emotividad de la película y muestran la personalidad vivaz de Helene.

@juantintapurpura

84, Charing Cross Road, de Helene Hanff, una bella compilación de cartas que rinde un homenaje a la literatura, las librerías y la amistad. No olviden, por favor, dejar sus comentarios y suscribirse al canal.

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Siete formas de estimular el cerebro

Cómo desarrollar tu reserva cognitiva: 7 formas de estimular tu cerebro Una nueva investigación ha descubierto que las actividades estimulantes pueden mejorar la salud del cerebro. Artículo de Antonia Hoyle en The Times sobre lo que realmente funciona.

El deterioro de la función cerebral puede ser a menudo parte del envejecimiento, pero hay medidas que podemos tomar para mitigar el impacto. Una investigación publicada esta semana encontró que un estilo de vida estimulante mental y físicamente podría generar una “reserva cognitiva”, es decir, un banco protector de enriquecimiento cerebral, por así decirlo, que nos hace más adaptativos y actúa como amortiguador del deterioro cognitivo, incluso en pacientes que demuestran los primeros signos de Alzheimer, ayudándoles a experimentar la enfermedad con menos rapidez. Investigadores del Instituto Karolinska de Suecia estudiaron a 113 pacientes de entre 47 y 82 años en una clínica de memoria, calculando su “índice de reserva cognitiva” basándose tanto en su rendimiento cognitivo como en su “educación, complejidad ocupacional, actividades físicas y de ocio y salud social”. 

El estudio, publicado en Alzheimer's & Dementia, la revista de la Asociación de Alzheimer, encontró que aquellos con mejor velocidad de procesamiento mental, memoria y habilidades de razonamiento tenían una mayor reserva cognitiva. Sin embargo, también encontró que el aumento de los niveles de estrés podría anular los beneficios, potencialmente porque el estrés afecta nuestra capacidad de “participar en actividades físicas y de ocio”. Entonces, ¿cuáles son las mejores formas de reforzar nuestra reserva cognitiva y reducir el estrés que la pone en peligro? Todo ejercicio beneficia la salud del cerebro, pero bailar puede mejorar la memoria.

1. Aprende algunos pasos de baile. Todo ejercicio cardiovascular mejora la función cognitiva al aumentar el flujo sanguíneo al cerebro y promover el desarrollo de nuevas células cerebrales. Bailar tiene el beneficio adicional de exigir habilidades de memoria. "Tener que pensar además de hacer ejercicio es una buena combinación", dice la Dra. Emer MacSweeney, neurorradióloga consultora y directora médica de Re:Cognition Health, una clínica para el cerebro y la mente. Ella dice que cuanto más complicada sea la rutina de baile, mejor. "Estás usando tus lóbulos temporales para seguir el ritmo de la música, tu amígdala para recordar el siguiente movimiento y tu cerebelo en la parte inferior del cerebro involucrado en el ajuste fino del movimiento". Escuchar música mientras se baila “también se ha demostrado que ayuda a la salud cognitiva”, añade Natalie Mackenzie, experta en lesiones cerebrales y terapeuta de rehabilitación cognitiva. "Los escáneres cerebrales muestran que el ritmo de la música de tango beneficia la red cortico-subcortical bilateral (los sistemas motor, sensorial y emocional), mientras que se ha demostrado que la música clásica ayuda al aprendizaje". En un estudio, investigadores de la Universidad de Illinois dividieron a 174 personas sanas de entre sesenta y setenta años en tres grupos: uno que comenzó un programa de caminata rápida durante una hora tres veces por semana, un segundo que se embarcó en ejercicios de estiramiento y equilibrio, y un tercero que Aprendí baile country con lecciones cada hora tres veces por semana. Después de seis meses, los escáneres cerebrales revelaron que sólo mejoró la materia blanca del cerebro de los bailarines, que pasa mensajes entre neuronas de una parte del cerebro a otra y se vuelve menos eficiente con la edad.

2. Juega ajedrez con amigos. Ya seas principiante o experto, el ajedrez mejora nuestra “solución de problemas, concentración, atención y planificación anticipada: la capacidad de ver las cosas y no actuar impulsivamente, que son comportamientos de la corteza prefrontal”, dice Mackenzie. "Poder acceder a recuerdos de qué movimientos de ajedrez funcionan bien mejora el aprendizaje y el conocimiento del hipocampo". Una revisión de 2019 en la Revista Internacional de Investigación Ambiental y Salud Pública encontró que “el ajedrez podría considerarse un factor protector contra la demencia y el deterioro cognitivo en las personas mayores, particularmente debido a la mejora de la reserva cognitiva”. Una investigación sobre 79 jugadores hábiles en la revista Memory & Cognition encontró que recordar movimientos de ajedrez complejos significaba que tenían una capacidad mejor que el promedio para recordar y reconocer patrones visuales. A diferencia de los juegos mentales en solitario como el sudoku, el ajedrez con amigos ofrece los beneficios cognitivos adicionales de la interacción social, dice Mackenzie. Añade que jugar con un compañero en una computadora en línea mejorará "tus habilidades de procesamiento visual, una de las habilidades cognitivas de más alto nivel que tenemos en términos de complejidad".

3. Escucha un podcast de historia. Sí, la lectura tiene beneficios cognitivos (según una revisión sistemática de 2020, puede crear “redes cognitivas más eficientes, proporcionando así un efecto protector contra la neurodegeneración o el deterioro cognitivo”), pero un podcast desafiante puede ser igualmente útil. Mackenzie dice que los podcasts no solo utilizan las habilidades auditivas sino también el pensamiento abstracto y la capacidad de leer entre líneas. Ella dice que “una habilidad de alto nivel” se utiliza más que en los libros. "Si estás escuchando un podcast conversacional complejo, necesitas habilidades de inferencia de mayor nivel porque estos podcasts tienden a tener más opiniones, mientras que la lectura es la historia de una sola persona". Para un estudio de 2016, se pidió a un grupo de participantes que escucharan secciones de un libro de no ficción sobre la Segunda Guerra Mundial, a un segundo grupo que leyeran las mismas secciones en un lector electrónico y a un tercero que leyeran y escucharan en el Mismo tiempo. Después, todos hicieron una prueba para comprobar si habían absorbido el libro. "No encontramos diferencias significativas en la comprensión entre leer, escuchar o leer y escuchar simultáneamente", dice Beth Rogowsky, una de las autoras del estudio y profesora asociada de educación en la Universidad Bloomsburg de Pensilvania. Mackenzie añade: "Escuchar [un podcast] durante un paseo matará dos pájaros de un tiro en términos de salud cognitiva porque sabemos que el ejercicio mejora las sustancias químicas del cerebro".

4. Disfruta de una noche de preguntas. La amistad cuenta: un estudio de 2021 encontró que las personas que se sentían solas en la vejez tenían un 30 por ciento más de probabilidades de desarrollar demencia que aquellas que tenían una vida social plena. Socializar es importante porque “mantienes activo tu cerebro, un músculo como cualquier otro, porque tienes que seguir el hilo de la conversación”, dice MacSweeney. Añade que las interacciones positivas también aumentan los niveles de sustancias químicas cerebrales dopamina y serotonina (post previo), "que reducen el estrés". Incluso “una discusión es mejor [para el cerebro] que evitar la confrontación”, afirma, y recomienda buscar conversaciones desafiantes, “donde el cerebro tenga que trabajar más duro”. Cuanto mayor sea la calidad del diálogo, más eficaz será”. Una noche de concursos que combine el aprendizaje con el compañerismo es doblemente beneficiosa. Un estudio de 2018 en el Journal Motivation Science encontró que los participantes que participaban en actividades de trivia con regularidad mostraron mejoras significativas en la función cognitiva. Los cuestionarios involucran “el hipocampo, que se ocupa de la memoria y ahí es donde ocurre la neurogénesis (crecimiento neuronal),”, dice Mackenzie, quien agrega: “Se ha demostrado que hacer cosas en grupos sociales beneficia la salud cognitiva. Se aprende mejor cuando se tienen mejores sustancias químicas cerebrales, como la serotonina que se obtiene al estar rodeado de gente”.

5. La carrera que elijas marca la diferencia. Un trabajo que aumenta tu reserva cognitiva no requiere un salario o estatus alto, sino que te cautive, dice MacSweeney. "Quieres que tu cerebro esté completamente involucrado" para que sea más eficiente, explica. "Gran parte de la actividad se produce en la corteza prefrontal, que regula los pensamientos, las acciones y las emociones, pero lo que es más importante son las interconexiones entre las diferentes partes del cerebro". Una investigación noruega publicada en la revista Neurology en abril encontró que de aquellos que trabajaban en los trabajos clasificados como los menos desafiantes cognitivamente, según factores como el grado de tareas analíticas e interpersonales involucradas, como el trabajo en carreteras y la limpieza, el 42% fueron diagnosticados con deterioro cognitivo leve, en comparación con sólo el 27% que trabajaba en roles estimulantes, que incluían la enseñanza y la docencia en la universidad. Un estudio anterior de la Universidad de Edimburgo encontró que las personas que tenían trabajos que les exigían analizar, como matemáticos e ingenieros civiles, mostraban una mejor capacidad cognitiva, al igual que aquellos que trabajaban en tareas complejas con personas, como jueces y trabajadores sociales. Sin embargo, un enfoque equilibrado del trabajo es clave, afirma MacSweeney. "Llega un punto en el que un trabajo se vuelve tan estresante que es contraproducente y perjudicial para la reserva cognitiva". El estrés puede agotar tu reserva cognitiva: dos formas rápidas de vencerlo 

6. Practica como jardinero aficionado. La jardinería se ha relacionado durante mucho tiempo con niveles reducidos de estrés: una investigación de 2021 encontró que quienes hacían jardinería a diario tenían niveles de estrés un 4,2% más bajos que aquellos que no trabajaban en absoluto. Sin embargo, a diferencia de plantar y crear, que requiere un esfuerzo mental, desherbar es “una forma de 'hacer sin pensar' que nos pone en modo de espera”, dice Mackenzie. Al “apagar”, se activa un área de nuestro cerebro llamada red de modo predeterminado, asociada con una mejora de la memoria y la creatividad. Mackenzie dice que coser, hacer crochet e incluso conducir pueden tener un efecto similar: "Deberías realizar algún tipo de actividad relajante como esta dos veces al día".

7. Prueba la atención plena mientras te cepillas los dientes. Una revisión sistemática de la Academia de Ciencias de Nueva York encontró que la atención plena (la capacidad de estar completamente presente y no demasiado reactivo o abrumado por eventos, pensamientos y sentimientos) puede mitigar el deterioro cognitivo, potencialmente debido a su impacto en la memoria, la atención y el procesamiento, mientras que otras investigaciones han demostrado que puede reforzar nuestra resiliencia al estrés. Como práctica que requiere largos períodos de concentración en una cosa, generalmente una parte de su cuerpo o su respiración, durante un período de tiempo, la atención plena puede tardar meses en dominarse. Pero “las tareas cotidianas se pueden practicar con atención plena”, dice Reading, “de modo que, en lugar de sentirnos a merced de pensamientos y sentimientos estresantes y reaccionar de manera instintiva, podamos dar un paso atrás y elegir qué hacer con ese sentimiento. Desarrollamos nuestra capacidad de ser más receptivos. Cuando te cepilles los dientes o te duches, por ejemplo, préstale toda tu atención. Observa si te sientes aburrido o estresado y trata esos sentimientos con compasión y sin juzgar”.

50 consejos (que da la ciencia) para vivir más y mejor

PLAN ANTIEDAD PARA LLEGAR ESPLÉNDIDO A LOS 80. Con 50 consejos (que da la ciencia) para vivir más y mejor en El Semanal de El Correo. La esperanza de vida de los españoles se ha duplicado en el último siglo. Si la lotería genética y los percances se lo permiten, a los 'baby boomers' de nuestro país les toca vivir, de media, hasta los 82. Como mínimo... Pero ¿cómo mantenerse saludable, flexible y activo? Para buscar respuestas, cruzamos los principales estudios científicos sobre el envejecimiento. Autor: CARLOS MANUEL SÁNCHEZ 

A veces, los estudios científicos aportan datos contradictorios, así que hemos cruzado decenas de ellos para descubrir qué hay que hacer, de verdad, para tener una vida larga y activa. Nos hemos centrado en dos indiscutibles: 'The Longevity Project', una investigación llevada a cabo durante 80 años sobre 1500 personas. Y otra sobre las comunidades centenarias del planeta, realizada por Dan Buettner, (ver varios posts previos) cuya última entrega tuvo mucho éxito en Estados Unidos.


1 Consuma 'superalimentos'. El brócoli no solo es el plato favorito de Barack Obama (o eso dice Michelle)... Es un 'superalimento', rico en antioxidantes, que repara los daños que provoca el oxígeno en el ADN. Le hacemos la lista de la compra con otros 'superalimentos' que no deberían faltar en su despensa: nueces (tres al día bastan, según la Universidad de Scranton, EE.UU.), manzanas, albaricoques, alcachofas, ajos, cebollas, plátanos, zanahorias, habichuelas, lentejas, judías verdes, mangos, aguacates, calabazas, espinacas, higos, boniatos, miel, chocolate negro, yogur... Y póngase morado a uvas moradas y ciruelas... Los alimentos púrpura son ricos en polifenoles, que mantienen las arterias limpias y protegen del alzhéimer (Robert Krikorian, Universidad de Cincinatti).
2 La dieta mediterránea nunca falla. La revista Time se ha hecho recientemente eco de un estudio del Hospital Clínic de Barcelona, dirigido por el doctor Emilio Ros, que demuestra que el aceite de oliva virgen no solo es bueno para el corazón, también para frenar el deterioro cognitivo.
3 La fruta, fuera del frigo Así no pierde los betacarotenos (que el cuerpo metaboliza como vitamina A) y el licopeno (presente en tomates y sandías).
4 Coma poco, muchas veces. Comer poca cantidad seis veces al día baja el colesterol (British Medical Journal) y reduce el riesgo de infarto entre un 10 y un 20 por ciento. Un truco: use platos pequeños. Otro: mastique bien.
5 No pase hambre. No hace falta, solo restringir las calorías. Olvídese de bebidas carbonatadas y azucaradas, beba agua. Y modérese con las patatas fritas de bolsa y otros snacks. Piense que 100 gramos de cacahuetes fritos contienen 600 calorías: tendría que correr una hora, nadar 80 minutos o caminar dos horas y media para quemarlas.
6 Más verdura y menos carne. Los vegetarianos viven más, sean veganos o incluyan pescado, leche o huevos en su dieta (Universidad de Loma Linda, California). Si come carne, mejor al corte (no procesada).
7 Una copa de vino tinto. Una copa diaria aporta flavonoides y resveratrol, buenos para las arterias y ralentizadores de los trastornos neurológicos. El café y el té, en dosis moderadas, también son beneficiosos.


8 En brazos de Morfeo. Lo mínimo que se debe dormir para que haya fases REM reparadoras son seis horas. Pero no remolonee: más de nueve horas eleva un 30% el riesgo de muerte prematura. Irse a la cama más temprano reduce la presión arterial en seis semanas (Harvard Business School).
9 Presión arterial Una tensión de 12/8 o menor reduce el riesgo de ataque al corazón. Cuidado con la sal.
10 Dientes limpios, corazón sano. Cepillo, hilo dental y colutorio. Las bacterias que anidan en la boca son responsables de inflamaciones que, a la larga, pueden producir daños en las arterias, diabetes y alzhéimer (Universidad de Nueva York)
11 Lávese las manos. Con jabón líquido mejor: las bacterias pueden vivir en las pastillas. Un estudio alemán señala que a mayor higiene, más anticuerpos.
12 Vigile su índice de masa corporal. Recuerde la fórmula: peso (en kilos) dividido por la altura al cuadrado (en metros). Cuando el resultado es mayor que 25, indica sobrepeso.
13 Mídase la cintura. Túmbese de espaldas. Si su barriga se aplana, la grasa es subcutánea. Tranquilo. Si se forma panza, la grasa ya está rodeando sus vísceras. Malo malo...


14 Levante el trasero. Estar sentado menos de tres horas al día alarga la vida un par de años (BMJ Open). Si su trabajo no se lo permite, ponga una alarma y dé una vuelta o haga unos estiramientos cada hora. Cualquier actividad, por pequeña que sea, libera una proteína llamada BDNF que contribuye a la supervivencia de las neuronas.
15 Agáchese. Ponerse en cuclillas con la espalda recta y levantarse es un ejercicio muy efectivo. Fortalece las piernas, ayuda al equilibrio y a prevenir caídas. Las sentadillas son, además, excelentes para eliminar grasa abdominal.
16 Estírese. Haga yoga o pilates. Reduce la arteriosclerosis y baja el colesterol. O por lo menos estire. Con buenos estiramientos mejorará su postura, tanto sentado como caminando. Le dolerá menos la espalda y la llevará más recta.
17 Pasee con amigos. Una caminata, aunque sea solo de media hora, mantiene joven el cerebro y ralentiza la pérdida de memoria. Bastan diez kilómetros semanales (Jay Olshansky, Universidad de Illinois, EE.UU.). Además, mejora el equilibrio y la musculatura. Si es con amigos, mejor.
18 Haga 'cacos'. Trotar durante cuarenta minutos, cinco días por semana, aumenta la esperanza de vida en cinco o seis años, según un estudio del Bispebjerg Hospital de Copenhague. Vaya poco a poco. Si no puede con su alma, haga 'cacos' (alterne caminar y correr suavemente).
19 Suba escaleras. La gente sedentaria que quiere mejorar su condición cardiaca y quemar grasas puede empezar por prescindir del ascensor (Universidad de Ginebra, Suiza) o caminar unos 5000 pasos más de los que acostumbra cada día (Universidad de Tennessee, EE.UU.).
20 A la pata coja. Estar sobre una sola pierna mientras se viste por la mañana obliga a su cuerpo a mantener el equilibrio y tonifica la región pélvica, la espalda y el abdomen. Reduce el riesgo de caídas y fracturas de cadera en el futuro.
21 Haga pesas, sin pasarse. Ayuda a recuperar masa muscular y densidad ósea (Miriam Nelson, Tufts University, EE.UU.). Practicando dos veces por semana, con muy poco peso y durante un año, se rejuvenecen 15 o 20 años en términos de masa muscular y densidad ósea recuperadas. 
22 Sacrificios... los justos. Nade, baile, lo que sea, pero haga algo que disfrute de verdad. Esto no va de sacrificarse. Si lo que hace no le gusta o le exige demasiado, abandonará. 
23 No sea un 'machaca'. Cuando se hace ejercicio, se producen microrroturas fibrilares. Son beneficiosas porque hacen que el músculo vaya cogiendo volumen. Pero hay que dejarlas cicatrizar. Y para ello se necesita descanso. No se 'machaque' todos los días.


24 Tenga un objetivo. En Okinawa (Japón), una de las comunidades más longevas, las personas tienen una palabra, ikigai, para designar la razón para levantarse de la cama cada mañana. Descubra la suya.
25 Sea concienzudo. La gente metódica vive más. Sea ordenado y constante en su día a día, y lo mismo en su casa, que en su trabajo, o en sus actividades de ocio.
26 Buenos hábitos. Los centenarios suelen tener rutinas estrictas toda su vida (Jay Olshansky, Universidad de Illinois).
27 Respire por una pajita. Aprenda a respirar desde la barriga. Ejercítese inhalando y soltando el aire lentamente, a través de una pajita. Su ritmo cardiaco se ralentizará.
28 Cante en la ducha. Unirse a un coro reduce el estrés, la depresión y las enfermedades coronarias (Univ. de Hull, Reino Unido). Y si su voz no da para un coro, cante en la ducha.
29 Cuide geranios. La jardinería combina ejercicio cardiovascular moderado con flexibilidad, resistencia y actividad muscular... Una hora en el jardín equivale a un paseo de siete kilómetros.
30 No se jubile. Sí, ha oído bien, no se jubile, pero solo si su trabajo le da satisfacciones, porque vivirá más.
31 Adopte un perro. Lo obligará a pasear, lo que se traduce en un incremento de siete años en la esperanza de vida. Tener un perro mejora la frecuencia cardiaca (Universidad de Minnesota, EE.UU.), baja el estrés y levanta el ánimo.
32 Menos tele. Cada hora que acumule delante del televisor le restará 22 minutos de su vida (Inst. Nacional del Cáncer, EE.UU)


33 Salga de su zona de confort. Pruebe a escribir un rato con la mano izquierda (o con la derecha si es zurdo), ponga su cerebro bajo cierta presión. Igual que hay colesterol bueno, también hay cierto estrés bueno (llamado 'eustrés'). Con el envejecimiento se necesita estimulación externa para darle un 'meneo' a las neuronas, según el gerontólogo Marios Kyriazis.
34 Olvídese... Llenar el cerebro de información superflua puede ser tan malo como no ejercitarlo. El neurólogo John Medina (Seattle Pacific University, EE.UU.) advierte que muchos problemas de memoria no están causados por el deterioro de las neuronas, sino por las dificultades del cerebro para bloquear el exceso de datos.
35 'Minivoto' de silencio. Veinte minutos diarios en silencio, meditando o dejando la mente en blanco, sin móvil, reduce la ansiedad en un 25 por ciento (Universidad Thomas Jefferson, EE.UU)
36 Crea en algo. Existen más de mil estudios que han encontrado un vínculo entre fe y longevidad. Que la vida tenga un sentido ayuda a gestionar el estrés y los problemas emocionales, es bueno para el corazón e incluso para la digestión... Acudir a un servicio religioso cada semana alarga la esperanza de vida entre 1,8 y 3,1 años (Daniel Hall, Universidad Pittsburgh).
37 Diga la verdad. Mentir aumenta el estrés, causa taquicardias, ralentiza la digestión y predispone a dolores de cabeza, garganta y articulaciones. Sea más sincero y su salud mejorará (Anita Kelly, Universidad de Notre Dame, EE.UU.)
38 Camas separadas. Si su pareja se mueve mucho cuando duerme, existe un 50 por ciento de posibilidades de que interrumpa su sueño (Universidad de Surrey, Reino Unido). Mejor, camas separadas. Si ronca, habitaciones separadas. 
39 Sonría, por favor. Alarga la vida hasta siete años (Wayne State University, EE.UU.). La gente feliz mantiene, además, bajos los niveles de cortisol (la hormona del estrés), disminuyendo el riesgo de infarto, según un estudio de la revista Neurobiology of aging. 
40 Ría a carcajadas. Veinte carcajadas diarias mantienen en forma el sistema inmunitario y estimulan la producción de linfocitos T, células combaten el cáncer. Reírse hasta que duela la barriga, involucrando músculos abdominales, baja la tensión arterial (Robert Provine, Universidad de Maryland, EE.UU.). 
41 Quéjese menos. Los optimistas viven doce años más que los pesimistas (Clínica Mayo, EE.UU.). 
42 Pase página. Los que viven más suelen ser menos neuróticos que el resto, no se 'comen' la cabeza. Gestionan bien las frustraciones (Robyn Richmond, Universidad de Nueva Gales del Sur, Australia).


43 Diga 'sí, quiero'. Los casados viven más que los solteros (Ilene Siegler, Universidad de Duke, EE.UU.).
44 Papis y mamis. El riesgo de morir prematuramente (por cáncer, cardiopatías o accidentes) de los hombres sin hijos es el doble en relación con los que son padres (Univ. de Aarhus, Dinamarca).
45 Amigos para siempre. La gente que tiene al menos seis amigos a los que ve con frecuencia es más feliz (Gretchen Rubin, Reino Unido). Sus niveles de dopamina y oxitocina son más altos, lo que frena el envejecimiento neuronal.
46 Dime con quién andas. Si sus amistades tienen sobrepeso, las posibilidades de que usted gane kilos aumentan un 171 % (Nicholas Christakis, Universidad de Harvard, EE.UU.).
47 Cotillee. Veinte minutos diarios de cotilleo entre amigos aumenta los niveles de progesterona, una hormona que reduce la ansiedad (Universidad de Míchigan, EE.UU.).
48 Sexo. Un par de orgasmos semanales mejoran el ritmo cardiaco, alivian el estrés y añaden un par de años a la esperanza de vida (Universidad de Cardiff, Reino Unido).
49 Haga las paces. El 91% de los hombres de 50 años que no se llevan bien con sus padres acaban con tensión alta (Harvard Medical School).
50 No las guarde. Una discusión ocasional con su pareja es mejor que alimentar rencores (Univ. de Tennesse, EE.UU).

El sedentarismo afecta al cerebro, según Coral Sanfeliu


Coral Sanfeliu, investigadora del envejecimiento: “Estar sentado ocho horas al día afecta a las conexiones del cerebro”, según noticia recogida de El País. La científica del CSIC acaba de publicar un libro "El cerebro en movimiento" sobre los efectos beneficiosos que tiene el ejercicio sobre la salud cerebral y los mecanismos genéticos que se activan al realizar una cantidad adecuada de actividad física. 

Coral Sanfeliu Pujol (Sabadell, 69 años) dirige el Grupo de Neurodegeneración y Envejecimiento del Instituto de Investigaciones Biomédicas de Barcelona, del CSIC. Durante su carrera se ha centrado en el estudio de lo que le sucede al cerebro con el envejecimiento y cómo el ejercicio puede proteger frente al deterioro que llega con el tiempo. Sanfeliu acaba de publicar "El cerebro en movimiento" junto a José Luis Trejo, director del Grupo de Estilo de Vida y Cognición del Instituto Cajal, en Madrid. En poco más de cien páginas, los dos investigadores ofrecen las principales claves sobre el modo en que el ejercicio puede ser una herramienta para un envejecimiento saludable a nivel cerebral.

Pregunta. Uno de los términos que plantean en el libro es el beneficio de la hormesis, cómo el ligero daño al organismo que puede provocar el ejercicio tiene un beneficio a largo plazo. Pero el daño, también puede ser excesivo ¿Cuál es la dosis correcta de ejercicio? 
Respuesta. Desde luego, si el daño es muy severo, no va a producirse esa hormesis. Es un término que también se puede aplicar a otros problemas, de resistencia frente a un disgusto o un trauma, que luego tú creas defensas frente a ese estrés. Pero si el estrés es excesivo, el daño va a ser mucho mayor que el posible beneficio. En el caso del ejercicio y sus efectos en el cerebro, hay estudios en humanos, pero los principales son en ratones. Hemos visto, por ejemplo, que hay cambios epigenéticos, que son como unas etiquetas que se ponen en los genes, que producen una activación de genes contra la inflamación o el estrés oxidativo. Así, tú puedes tener una lesión, por esos motivos, y ya estás preparado para superarla, porque determinadas redes en el cerebro se refuerzan o se generan más redes. No es que se evite el daño, sino que se va a superar mejor cuando suceda. Eso es la resiliencia, en este caso inducida por una respuesta hormética.

P. Mucha gente empieza a hacer ejercicio después de muchos años de inactividad y no empieza con algo ligero, sino entrenando para medias maratones o haciendo crossfit. ¿Esto es bueno? 
R. Depende. La ciencia no es blanco y negro. El deporte es bueno y tiene muchas ventajas, pero tiene que ser progresivo. El nivel de hormesis cada vez va mejorando y el umbral en el que un ejercicio puede ser perjudicial se va elevando. Sobre los efectos en el cerebro, esto no quiere decir que los deportistas sean más listos que los demás. Si tú haces mucho deporte no vas a ser más inteligente, aunque vas a tener unas respuestas cerebrales optimizadas. No obstante, si entrenas muy fuerte, si haces maratones, hay que controlar el ritmo cardiaco, las constantes vitales, hacerte análisis. Pero desde el punto de vista del cerebro, un ejercicio extenuante no va a beneficiar.

P. ¿Los beneficios son iguales si se empieza a cualquier edad o es necesario empezar pronto? 
R. Lo que tenemos que pensar no es que el ejercicio mejora nuestra salud, sino que si no lo hacemos, nuestra salud empeora. Los niños tienen que moverse, su cerebro se está formando, y tienen que interactuar con el medio y en esa formación el deporte es importante. Si no les gusta uno, hay que buscar otro, o que vayan a algún sitio a bailar, pero tienen que moverse para que su cerebro madure bien. Y para los mayores, cualquier momento es bueno para empezar.

P. ¿Se puede recuperar el deterioro cognitivo si se empieza a hacer deporte a una edad muy avanzada? 
R. Lo que se ha ido dañando durante tantos años, no se va a reparar. Con el ejercicio no curaremos si hay muerte neuronal o una pérdida importante de conexiones. Pero en el envejecimiento normal, cuando no hay muerte neuronal ni una patología añadida, sí va a proteger. Si hablamos de un prealzhéimer o predemencia, aunque hay estudios que han visto que se puede revertir algo, es muy difícil. Ni con el ejercicio ni con la dieta vamos a curar la demencia, aunque se podría retrasar algo su progresión.

P. ¿Cuál sería la actividad mínima para tener beneficios? 
R. Todo suma, pero tiene que ser una actividad con cierta intensidad. Si andamos hasta el trabajo, no puede ser un paseo mirando escaparates, hay que caminar como si perdiésemos el autobús. Y tiene que ser al menos 10 minutos seguidos, para que de tiempo a que se acelere el ritmo cardíaco, que se liberen factores y se active todo. Y hay que hacer un mínimo semanal. Una recomendación son los 150 minutos recomendados por la OMS.

P. También se habla del daño que produce estar demasiado tiempo sentado, algo que en nuestra sociedad es necesario en muchos trabajos. 
R. Estar sentado ocho horas al día es perjudicial y afecta a las conexiones del cerebro y los neurotransmisores. Es verdad que no es lo mismo estar sentado delante del ordenador, que delante de la televisión, que es aún peor. Cuando pasamos ocho horas sentados, hay que hacer una hora de actividad para compensar. El sedentarismo aumentó con la pandemia y se teme que vayan a aumentar las demencias, no solo por los daños que pueda tener a largo plazo la enfermedad, sino por la inactividad. Aparte del aumento de problemas como la depresión o la ansiedad.

P. Hablan en el libro de que los beneficios del ejercicio no solo son para quien lo practica, sino también para sus descendientes
R. Esto lo han estudiado autores como José Luis Trejo, coautor del libro, que vieron que los ratones que hacían ejercicio, apareados con hembras que no hacían ejercicio, producían crías que, aunque ellas no hiciesen ejercicio, tenían unas mitocondrias con mejor funcionalidad y más cambios cerebrales beneficiosos, que las de crías de padres que no hacían ejercicio. Como mecanismo, se vio que había un factor epigenético llamado microARN que se transmitía con los espermatozoides y llegaba al embrión, aunque es probable que haya otras formas en que se produce esta transmisión intergeneracional.

P. ¿Tiene sentido plantear la posibilidad de crear tratamientos farmacológicos para sustituir los efectos del ejercicio en el cerebro, para gente que no pueda o no quiera hacer ejercicio? 
R. Sí, tiene sentido. Si identificamos mecanismos por los que el ejercicio activa los genes antioxidantes o protege de la inflamación, o libera factores que van a beneficiar a las neuronas o los neurotransmisores, podemos buscar tratamientos que activen esas vías que van desde el gen hasta la producción de una proteína beneficiosa. La sirtuina, por ejemplo, es una proteína que reduce el estrés oxidativo de las células, y su producción se activa con el ejercicio. Es una enzima de supervivencia y longevidad y estamos estudiando sustancias que activen el gen que la produce: un ejemplo es el resveratrol, que está en la uva. Otras opciones son las que buscan controlar los procesos inflamatorios, que se deterioran con la edad y tienen efectos negativos en el cerebro.