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Cuentos navideños que ninguna IA podría imaginar jamás

Para un blog que navega entre la tecnología y la lírica, hay que seguir creando cuentos y no basta con decir que la IA "no tiene sentimientos". Hay que explicar por qué su arquitectura probabilística choca contra la pared de la íntima experiencia humana. Con sempiterna nostalgia y bajo el árbol de Navidad, tirando de humanidad y generatividad, sin recurrir al prompt de turno, el reto es describir la fragilidad humana en una época de solidaridad.

Cierto que vivimos, y lo que se avecina es impensable, en la era de la "creatividad estadística". Hoy, cualquier modelo de lenguaje de gran tamaño (LLM) puede redactar, en segundos, un cuento sobre un reno que pierde su nariz roja o un robot que descubre el significado de la generosidad. Son relatos impecables, con una estructura de tres actos perfecta y una moraleja reconfortante. Sin embargo, todos comparten un aroma común: el de la media aritmética. Son historias nacidas del promedio de todo lo que ya se ha escrito.

La trampa de la perfección algorítmica. La Inteligencia Artificial trabaja mediante la predicción del "siguiente token más probable". Si le pides un cuento navideño, acudirá a los patrones de Dickens, a la estética de Coca-Cola y a la estructura de las películas de sobremesa. El resultado será acogedor, pero carecerá de "astillas".

Lo que la IA no puede imaginar no es la magia, sino la belleza de lo que no encaja. El silicio no entiende la melancolía de un juguete roto que, precisamente por estar roto, se convierte en el favorito. No comprende que la Navidad no ocurre en el árbol perfecto de Instagram, sino en el espacio entre lo que esperábamos y lo que realmente sucedió.

El cuento que ninguna IA escribiría jamás. Imaginemos un relato titulado "La Caja de Luces Fundidas". En él, no hay rescates heroicos ni milagros deslumbrantes. Trata sobre un niño que, al ayudar a su abuela a decorar un árbol raquítico, descubre una caja de bombillas viejas que ya no encienden.

Una IA resolvería el conflicto haciendo que las luces brillen por arte de magia o que el niño aprenda una lección sobre el reciclaje. Pero el cuento humano "imposible" para la IA sería aquel donde las luces siguen fundidas, y el clímax consiste en la abuela describiendo el color de cada una de esas bombillas muertas basándose en los recuerdos de los inviernos de 1964 o 1982.

El valor pedagógico no está en la resolución (el "output"), sino en la transmisión de la pérdida y la persistencia de la memoria a través de lo inútil. La IA, diseñada para la optimización y la resolución de problemas, tiene dificultades intrínsecas para valorar lo que no sirve para nada, que es, a menudo, donde reside lo sagrado.

Ética y Educación: El derecho al "error" humano. Desde una perspectiva educativa, delegar nuestras historias a la IA conlleva un riesgo ético: la homogeneización del asombro. Si alimentamos a los niños solo con relatos generados por modelos que evitan el riesgo, la ambigüedad y el dolor real, estamos atrofiando su capacidad para procesar la complejidad de la vida.

La educación humanista debe defender el "cuento con errores". Ese relato que un padre inventa antes de dormir, donde se equivoca de nombre, donde la trama no tiene sentido lógico, pero donde hay un hilo de verdad biológica y una conexión emocional que ningún servidor en la nube puede procesar. La IA no puede imaginar este cuento porque no tiene cuerpo; no sabe lo que es el frío en los pies, el olor a mandarina o el miedo irracional a que el tiempo pase demasiado rápido.

Pero la Navidad, en su esencia más profunda y pedagógica, no es un promedio. Es una anomalía. Es el territorio de lo que los científicos cognitivos llaman qualia: la experiencia subjetiva e intransferible de lo vivido. La genuina Navidad es, en términos técnicos, un glitch (un error) en el sistema de la lógica productiva. Es el momento en que decidimos que el tiempo de estar con otros vale más que la eficiencia.

La Navidad es, entre muchas otras cosas, un laboratorio emocional. Un espacio donde se mezclan memoria, imaginación, tradición y deseo. Y, sin embargo, en plena era de la inteligencia artificial, surge una pregunta que parece inocente pero que abre un debate profundo: ¿puede una IA imaginar un cuento infantil navideño que no esté ya contenido, de algún modo, en sus datos?

La cuestión no es trivial. Los cuentos infantiles son artefactos culturales que condensan valores, miedos, aspiraciones y contradicciones de una sociedad. No son solo historias: son pedagogía emocional. Y la Navidad, con su mezcla de magia, nostalgia y ritual, es un terreno especialmente fértil para esa pedagogía.

La imaginación humana como territorio irreductible. Un cuento infantil navideño que la IA jamás podría imaginar no es necesariamente un cuento complejo, ni oscuro, ni filosófico. Podría ser, paradójicamente, algo muy sencillo: una historia nacida de una vivencia íntima, de un gesto irrepetible, de un recuerdo que no está en ninguna base de datos.

Imaginemos, por ejemplo, que una niña de siete años inventa un cuento sobre un calcetín que se siente solo porque todos los demás tienen dueño, y que en Nochebuena descubre que su misión no es guardar regalos, sino calentar los pies fríos de quienes llegan tarde a casa.

La Navidad como territorio de lo no cuantificable. La Navidad es un fenómeno cultural saturado de símbolos: luces, villancicos, rituales familiares, expectativas, tensiones, reconciliaciones. Una IA puede describirlos, clasificarlos, analizarlos. Pero no puede experimentar la mezcla contradictoria de emociones que provoca una mesa llena de gente que se quiere y se irrita a partes iguales.

El cuento imposible en este extraño tiempo de algoritmos y villancicos. Quizá el cuento infantil navideño que la IA jamás podría imaginar no sea un cuento concreto, sino un tipo de cuento: aquel que nace de una vivencia irrepetible.

El cuento que surge cuando un niño observa cómo su abuelo, que siempre fue serio, se emociona al colgar un adorno antiguo. O cuando una madre inventa una historia improvisada para consolar a su hija en una noche de tormenta. O cuando un adolescente decide escribir un cuento para un hermano pequeño que aún cree en la magia.

Esos cuentos no están en ninguna base de datos. No pueden inferirse estadísticamente. No pueden replicarse. Son cuentos que existen porque alguien estuvo allí. Porque alguien sintió algo. Porque alguien quiso contarlo. Y esa es, quizá, la lección más importante: la imaginación humana no es sustituible porque no es transferible.


El Muro de los 80 Años: 44 ideas para envejecer con dignidad

Hoy repasaremos un libro de lectura obligatoria para personas mayores: El Muro de los 80 Años de Hideki Wada. Reúne 44 micro-lecciones sencillas para no sólo aceptar sino disfrutar de la vejez con sentido, gratitud y alegría. Es pura y valiosa educación intergeneracional para cultivar un activismo cotidiano

En un mundo que teme a la vejez, Hideki Wada escribe con honestidad: la vida después de los 80 puede ser movimiento, deseo, aprendizaje y risa. ‘El Muro de los 80 Años’ no promete remedios milagrosos: propone actitudes pequeñas y valientes para transformar la caída esperada en un nuevo comienzo.

Hideki Wada (和田秀樹) es médico y psiquiatra japonés, especializado en salud mental de personas mayores. A lo largo de décadas de práctica clínica ha tratado a miles de pacientes geriátricos y ha publicado una amplia obra divulgativa sobre envejecimiento, salud mental y calidad de vida, que le ha convertido en una figura muy conocida en Japón. Su trabajo se mueve en el cruce entre la práctica clínica, la divulgación y la crítica social sobre cómo afrontamos la vejez. 

Hideki Wada, nacido el 7 de junio de 1960 en Osaka, Japón, es un psiquiatra especializado en enfermedades mentales en la tercera edad. Con más de 35 años de experiencia, ha tratado a aproximadamente 6.000 pacientes, enfocándose en cómo la mente influye en el proceso de envejecimiento. Estudió en la Escuela de Psiquiatría Karl Menninger en Estados Unidos, lo que le permitió integrar perspectivas occidentales a su práctica japonesa. 

Más allá de la medicina, Wada es un polímata: director de cine, con obras como I Will Never Forgive (2018) y Juken no Shinderera (2007), y colaborador en reseñas cinematográficas para la revista Asahi Weekly entre 2003 y 2005.  Su interés por el cine se entreteje con su trabajo psiquiátrico, usando narrativas para explorar temas de resiliencia y felicidad en la vejez. A los 65 años (en 2025), Wada aboga por llamar a las personas mayores de 70 "personas afortunadas" en lugar de "ancianos", promoviendo una visión positiva del envejecimiento. Su obra refleja esta filosofía, desafiando sistemas médicos que priorizan la restricción sobre la libertad.

El Muro de los 80 Años —título traducido del inglés The 80-Year-Old Wall (o versiones con ese sentido)— llegó al gran público en Japón con un fuerte impacto: desde su aparición se ha señalado que superó las centenas de miles de ejemplares vendidos y se convirtió en un fenómeno de ventas y debate social, porque plantea una mirada optimista y práctica sobre la vida después de los 80 años. El libro recoge consejos directos y observaciones extraídas de la experiencia clínica del autor y ha sido glosado por medios y reseñas en distintos países. 

El libro articula una metáfora central —la “pared” de los 80 años— para hablar del corte o la transformación que muchas sociedades perciben al llegar a edades muy avanzadas. En lugar de entender la vejez como declive inevitable, Hideki Wada propone 44 verdades / consejos (enunciados breves y prácticos) para vivir con mayor bienestar físico, emocional y social más allá de los 80.

Los conceptos principales del libro son: 

  • Movimiento y cuerpo: la importancia de mantenerse activo, caminar y evitar la rigidez.  
  • Actitudes frente a la salud: evitar la medicalización excesiva, priorizar la calidad de vida sobre la obsesión por parámetros fisiológicos y aprender a convivir con ciertas limitaciones.  
  • Autonomía emocional: permitir deseos, cambiar de opinión, elegir con quién pasar el tiempo y conservar la capacidad de disfrutar.  
  • Relación social y sentido: mantener actividades que provoquen alegría, aprendizaje continuo y la práctica de pequeños actos de servicio a otros.  

El tono es directo, con máximas que buscan ser memorables y accionables: no es un ensayo académico sino una guía humana y práctica basada en la clínica. Con citas como: “Camina siempre. No dejes de moverte.” Cuando estés enfadado, respira hondo.” “No hace falta bajar siempre la presión sanguínea o el azúcar a toda costa: el equilibrio es lo que importa.” “La vejez no debe ser la negación de los deseos: no finjas que ya no los tienes.” Aprende siempre. Si dejas de aprender, te sentirás viejo de inmediato.” “Sonríe. Lo bueno suele venir detrás de una sonrisa.” 

Análisis crítico y valor pedagógico:

  • Fortalezas: el libro ofrece consejos prácticos, claros y fáciles de recordar; su origen clínico (experiencia con personas mayores) dota a las máximas de credibilidad y calidez. Además, plantea un enfoque positivo del envejecimiento que puede funcionar muy bien en contextos educativos para sensibilizar sobre la autonomía y la dignidad en la tercera edad.  
  • Limitaciones: algunas recomendaciones son muy generales y rozan el aforismo; el enfoque optimista puede minimizar complejidades sociales o económicas del envejecimiento (por ejemplo, el acceso a cuidados, pensiones o la soledad estructural). Desde una óptica pedagógica conviene usar el libro como punto de partida para debate, no como manual único.  
  • Uso en el aula o en talleres: ideal para sesiones intergeneracionales (jóvenes + mayores), actividades de reflexión personal (cada participante elige 3 máximas que quiere aplicar) y proyectos de educación para la salud que combinen el aprendizaje de hábitos con el análisis crítico de discursos sobre la vejez.

En un mundo donde la longevidad se ha convertido en una realidad cotidiana, especialmente en sociedades como la japonesa, surge un libro que desafía las concepciones tradicionales sobre el envejecimiento. El Muro de los 80 Años (título original en japonés: *80-sai no Kabe*), escrito por el psiquiatra Hideki Wada, se ha posicionado como un fenómeno editorial, con ventas que superan las 500.000 copias desde su publicación. 

Esta obra no es solo un manual de salud, sino un manifiesto por una vejez feliz y liberada de mitos médicos restrictivos. Acompáñame en este análisis profundo, donde exploraremos la vida del autor, un resumen de la obra, citas clave y reflexiones para lectores interesados en literatura y educación gerontológica.

El Muro de los 80 Años aborda el concepto de un "muro" invisible que muchos enfrentan al llegar a los 80: la brecha entre la esperanza de vida total (82 años para hombres y 88 para mujeres en Japón) y la esperanza de vida saludable (72 para hombres y 75 para mujeres). Wada argumenta que este muro no es físico, sino mental y social, impuesto por mitos médicos que fomentan el miedo y la inactividad. En lugar de enfocarse en curar enfermedades, el libro promueve "vivir con ellas" y disfrutar la vida sin excesivas restricciones. 

Estructurado en 44 "verdades" simples pero profundas, el texto es un compendio de consejos prácticos para personas entre 60 y 80 años, con el objetivo de alcanzar los 100 en buena salud y felicidad. Wada critica la sobredependencia de chequeos médicos innecesarios y anima a priorizar el placer: comer lo que se antoje, mantener la curiosidad y rechazar el aislamiento. No es un libro de autoayuda convencional, sino una crítica cultural al envejecimiento "productivo", proponiendo en su lugar un "envejecimiento feliz". Su tono es humorístico, accesible y subversivo, invitando a los lectores a liberarse de estereotipos para una vejez plena.

Algunas de las 44 Verdades para una Vida Afortunada. 

Sobre la Actitud Mental y Emocional:

1. "Sigue caminando." – Enfatiza el movimiento constante para mantener la vitalidad.

2. "Respira profundo cuando sientas ira." – Controla las emociones para preservar la salud mental.

21. "Cuando el auto llega a la montaña, aparece el camino": esta es la frase favorita de los ancianos afortunados. – Promueve la resiliencia ante obstáculos.

Sobre la Salud y los Hábitos Diarios:

10. "No te preocupes por las manchas en la piel." – Ignora preocupaciones estéticas superficiales.

20. "En lugar de luchar contra la enfermedad, aprende a vivir con ella." – Acepta la coexistencia pacífica con afecciones crónicas.

30. "Come lo que te apetezca. Un poco de barriga no te va a matar" – Rechaza dietas estrictas en favor del placer gastronómico.

Sobre Relaciones y Sociedad:

35. "No te preocupes por lo que piensen los demás." – Libérate de juicios externos.

40. "Mantén la curiosidad por lo nuevo." – Explora intereses para evitar el estancamiento.

44. "La felicidad en la vejez viene de la libertad, no de la restricción." – Sintetiza la filosofía central del libro.

Estas citas, extraídas de reseñas y extractos públicos, ilustran cómo Wada transforma la geriatría en una celebración de la vida. Para una lectura completa, recomiendo adquirir el libro, disponible en ediciones japonesas y traducciones internacionales. La obra no solo es literatura inspiradora, sino una herramienta educativa para repensar la vejez en contextos de envejecimiento poblacional. Wada nos recuerda que envejecer no es un límite, sino una oportunidad para la sabiduría y el gozo.

Todas las recomendaciones: 1. Sigue caminando. 2. Cuando estés enojado, respira hondo. 3. Haz suficiente ejercicio para que tu cuerpo no se ponga rígido. 4. Bebe más agua cuando uses el aire acondicionado en verano. 5. Los pañales ayudan a aumentar la movilidad. 6. Cuanto más masticas, más activos se vuelven tu cerebro y tu cuerpo. 7. La pérdida de memoria no se debe a la edad, sino a la falta de uso del cerebro. 8. No hay necesidad de tomar demasiados medicamentos. 9. No hay necesidad de bajar excesivamente la presión arterial ni el azúcar en sangre. 10. Estar solo no es soledad; es pasar tiempo en paz. 11. La pereza no es algo de lo que avergonzarse. 12. No hay necesidad de gastar dinero en un carnet de conducir (hay una campaña en Japón para que las personas mayores devuelvan sus carnets). 13. Haz lo que quieras; no hagas lo que no te gusta. 14. Los deseos naturales persisten incluso en la vejez. 15. En cualquier caso, no te quedes en casa todo el tiempo. 16. Come lo que quieras; un poco de peso extra es mejor. 17. Haz todo con cuidado. 18. No te involucres con gente que no te cae bien. 19. No veas la televisión todo el tiempo. 20. En lugar de luchar contra la enfermedad, aprende a vivir con ella. 21. “Cuando el coche llega a la montaña, aparece el camino”: esta es la frase mágica para la felicidad de las personas mayores. 22. Come fruta fresca y ensaladas23. La hora del baño no debe exceder los 10 minutos. 24. Si no puedes dormir, no te fuerces. 25. Las actividades que te traen alegría aumentan la actividad cerebral. 26. Di lo que sientes; no pienses demasiado. 27. Busca un médico de cabecera lo antes posible. 28. No seas demasiado paciente ni rígido; ser un viejo valiente tampoco está mal29. A veces, cambiar de opinión está bien. 30. En las etapas finales de la vida, la demencia es un regalo de Dios. 31. Si dejas de aprender, envejeces32. No anheles la fama; lo que tienes es suficiente. 33. La inocencia pertenece a los mayores34. Cuanto más difícil es algo, más interesante se vuelve. 35. Tomar el sol trae felicidad36. Haz cosas que beneficien a los demás. 37. Disfruta del día con tranquilidad. 38. El deseo es la clave de la longevidad39. Vive con alegría. 40. Respira con tranquilidad. 41. Los principios de la vida están en tus manos. 42. Acepta todo con paz. 43. Las personas alegres son queridas por todos. 44. Una sonrisa trae buena suerte.

Aprendiendo a "promptear" con esquemas

Hoy he visto algo, que me parece digno de compartir para los que os vais iniciando en el noble arte del Prompt Engineering (es decir a los que os las "ingeniáis como podéis en promptear" los distintas aplicaciones que cada semana prometen ser "la definitiva"). El término «promptear» se refiere a la habilidad de formular instrucciones claras, detalladas y específicas para que la inteligencia artificial (IA) proporcione respuestas precisas y útiles. 

Le hice más de mil preguntas a ChatGPT-4o. Y estas 4 estructuras de prompts me dieron siempre los mejores resultados. Úsalas sin miedo:

1. BAB (Before – After – Bridge)

💡 Para mensajes persuasivos y claros.

🔹 BEFORE: Describe el problema actual.
🔹 AFTER: Muestra cómo sería la solución ideal.
🔹 BRIDGE: Explica cómo lograrlo.

Ejemplo: "Siempre me quedo mirando la pantalla en blanco. Quiero escribir con facilidad, con las ideas fluyendo. Ayúdame a crear una rutina diaria de escritura para superar el bloqueo creativo."
 
2. RTF (Role – Task – Format)

💼 Para que ChatGPT actúe como un experto.

🔹 ROLE: Asigna un rol ("Eres un psicólogo…")
🔹 TASK: Define qué debe hacer ("…y necesitas dar consejos…")
🔹 FORMAT: Pide el resultado en formato claro ("…en una lista de 3 pasos").

Ejemplo: "Eres un career coach. Da un plan de 5 pasos para cambiar de industria en formato lista."
 
3. TAG (Task – Action – Goal)

🎯 Ideal para resúmenes, análisis y textos con intención.

🔹 TASK: Lo que necesita hacerse.
🔹 ACTION: Qué tipo de respuesta debe dar.
🔹 GOAL: Para qué lo necesitas.

Ejemplo: "Resume este artículo en 3 frases. El objetivo es destacar las ideas clave."
 
4. CARE (Context – Action – Result – Example)

🧠 El más completo para tareas complejas.
🔹 CONTEXT: Sitúa el problema o necesidad.
🔹 ACTION: Qué debe hacer ChatGPT.
🔹 RESULT: Qué resultado esperas.
🔹 EXAMPLE: Un ejemplo que aclare todo.

Ejemplo: "Quiero entender los puntos clave del artículo adjunto. Resume el contenido en 3 frases. Necesito destacar las ideas principales sin entrar en detalles técnicos. 
Por ejemplo: 'La postura influye en la altura' o 'Dormir bien ayuda al crecimiento'."

Algunos canales YouTube sobre salud y longevidad

Canal Médico Vegano, Dr. Iñigo Martín

Véanse, en el vídeo siguiente, doce tareas o capacidades que, si se mantienen después de los 65 años, indican un envejecimiento exitoso y saludable. Estas habilidades no se conservan por casualidad, sino gracias a hábitos mantenidos durante años. El mantenimiento de estas capacidades distingue a un grupo selecto de personas mayores, demostrando que la pérdida de autonomía no es inevitable. La clave está en la constancia y el cuidado personal.
1. Subir y bajar escaleras: Implica coordinación muscular compleja y salud cardiovascular. Indica independencia física y capacidad de movimiento autónomo. 2. Vida social activa: Estimula la producción de neurotransmisores beneficiosos. Actúa como protección emocional y reduce riesgos de deterioro cognitivo. 3. Cocinar: Ejercita la planificación mental y la coordinación motora. Permite control sobre la nutrición y mantiene la autonomía personal. 4. Memoria social: Fortalece lazos afectivos y demuestra actividad mental. Se puede entrenar y mejorar con práctica constante. 5. Conducir: Requiere coordinación múltiple y reflejos rápidos. Ejercita el cerebro mediante el procesamiento de información compleja. 6. Caminar: Activa todo el cuerpo y mejora la circulación. Indica buen funcionamiento general del organismo. 7. Hacer y llevar compras: Ejercita múltiples grupos musculares. Representa independencia en actividades cotidianas. 8. Adaptación tecnológica: Estimula la memoria y el razonamiento. Mantiene la conexión social y ejercita el cerebro. 9. Buen descanso: Permite la reparación corporal y el equilibrio hormonal. Mejora la memoria y el sistema inmune. 10. Ejercicio suave: Mantiene la flexibilidad y el equilibrio. Reduce riesgos de múltiples condiciones de salud. 11. Lectura: Ejercita múltiples áreas cognitivas. Mantiene la mente ágil y mejora la concentración. 12. Cuidado personal: Refleja bienestar emocional y autoestima. Crea rutinas beneficiosas y estructura diaria.
En definitiva, estas capacidades no son producto del azar, sino de decisiones conscientes y hábitos sostenidos. Se observan en zonas longevas como Okinawa, demostrando que el envejecimiento saludable es posible. Nunca es tarde para comenzar a cultivar estos hábitos, pues el cuerpo responde positivamente a los cambios saludables a cualquier edad.
Canal DocFácil, con consejos de salud y bienestar

En este segundo vídeo, los 8 hábitos o señales coincidentes que se recomiendan son: 1º Ejercicio físico, 2º conexión social, 3º alimentación saludables, 4º mente activa (libros, ajedrez,..), 5º independencia vital, 6ºactitud positiva y agradecida, 7º buen sueño y 8º competencias digitales.
Pareja de ancianos descansando
Otra referencia en vídeos sería Elixir de Juventud, canal de fans del Dr. David Sinclair (ver muchos más posts), pero desde hace un año no publica.

El granjero de 61 años que ganó un ultramaratón sin dormir

Cliff Young fue un granjero australiano que, en 1983, a los 61 años, sorprendió al mundo al ganar el ultramaratón de Sídney a Melbourne, una carrera de 875 km considerada una de las más duras del mundo. A diferencia de los corredores profesionales, que entrenaban con equipos avanzados y estrategias bien planeadas, Cliff se presentó con un overol y botas de lluvia, sin patrocinadores ni preparación especial. Su peculiar estilo de correr, conocido como el "Young Shuffle" (un trote pausado y constante), lo hizo parecer un aficionado sin posibilidades.

Mientras los corredores tradicionales seguían una estrategia de correr durante el día y dormir por la noche, Cliff corrió sin parar, sin casi dormir. Su resistencia y constancia lo llevaron a la victoria en 5 días, 15 horas y 4 minutos, batiendo el récord de la carrera.

En la salida atletas experimentados se alinearon con el equipo más moderno, todos menores de 30 años y totalmente patrocinados. Entonces, Cliff apareció, vestido con un mono y botas de agua sobre sus botas de trabajo. Sin ningún entrenamiento profesional, simplemente se paró en la línea de partida y se preparó para correr como si hubiera pastoreado ovejas toda su vida.

Cliff nació en 1922 en el seno de una familia de agricultores pobres de Victoria (Australia). Durante su infancia en la granja de ocho kilómetros cuadrados de la familia, no tuvo acceso a caballos ni a coches durante la mayor parte de su vida, por lo que se convirtió en su propio medio de transporte. Cuando azotaban las tormentas, Cliff salía a pie a reunir las 2.000 ovejas de la granja, a veces corriendo tras ellas durante días. A los 57 años, Cliff descubrió las carreras de larga distancia y decidió dedicarse a ellas con la misma dedicación que dedicaba al pastoreo de ovejas, sin pensar nunca que su edad fuera un obstáculo.

Mientras se preparaba para el ultramaratón, los medios de comunicación y los espectadores estaban en estado de shock. Allí estaba un hombre mayor sin equipo, patrocinadores ni estrategia para dormir. La mayoría de los corredores tenían como objetivo terminar en unos cinco días, corriendo 18 horas y durmiendo seis cada día. Pero Cliff no estaba al tanto de este plan y simplemente corrió como siempre lo había hecho, durante la noche y hasta el día siguiente sin descansar. Cada día se quedaba atrás, pero cada noche, mientras los demás dormían, Cliff ganaba terreno. En el último tramo, había tomado la delantera y terminó la carrera en 5 días, 15 horas y 4 minutos, superando al siguiente corredor por diez horas.

La victoria de Cliff sorprendió e inspiró a la nación, pero él siguió siendo humilde. Cuando ganó el premio de 10.000 dólares, decidió dividirlo equitativamente entre los corredores y se negó a aceptar un centavo. Este gesto, junto con su resistencia y determinación, lo convirtieron en un héroe nacional. Durante años, Cliff continuó corriendo, e incluso intentó recorrer una caminata de 16.000 kilómetros para recaudar dinero para niños sin hogar. A pesar de luchar contra el cáncer más tarde en su vida, Cliff estableció un récord mundial en un maratón de seis días en 2000 a los 78 años.

Falleció en 2003, dejando atrás un legado de perseverancia y generosidad que sigue inspirando a atletas y soñadores de todo el mundo. Su hazaña lo convirtió en una leyenda y en inspiración para corredores de ultradistancia. Además, Cliff Young rechazó el premio en metálico y lo repartió entre otros competidores, ganándose el cariño del público.
Cliffy - 2013.  Pelicular hecha para televisión basada en su historia.

Quiénes son los abuelos, según sus nietos

Los abuelos vistos por sus nietas y nietos de pocos años.
  1. ¡Un abuelo es el hombre más inteligente del planeta Tierra! Él me enseña muchas cosas buenas, pero no le veo lo suficiente como para conseguir ser tan inteligente como él.
  2. Los abuelos son una señora y un señor a los que le gustan mucho los niños pequeños .
  3. Los abuelos son gente que no tienen mucho que hacer; solo están ocupados cuando nosotros los vamos a visitar o cuando vienen ellos.
  4. Los abuelos son tan viejecitos que no deben correr.
  5. Los abuelos son personas con las que es divertido salir de compras.
  6. Cuando salimos a pasear con los abuelos, ellos se detienen para enseñarnos cosas bonitas... como hojas de diferentes formas, una mariposa de muchos colores o la casa del lobo.
  7. Los abuelos no nos dicen "¡date prisa!" como los padres.
  8. Por lo general, las abuelas son unas señoras bien gordas, pero así y todo, se agachan para atarnos los zapatos.
  9. Los abuelos son unos señores que para leer necesitan gafas, siempre las pierden y cuando me he quedado a dormir en su casa con ellos usan unas ropas muy cómicas.
  10. Algunos abuelos tienen papás; ¡esos si son bien viejitos! La mamá de mi abuelita se puede quitar las encías y los dientes... ¡a la vez!
  11. Los abuelos nos responden preguntas como: "¿Por qué Dios no está casado?" o "¿Por qué es que los perros persiguen a los gatos ?"
  12. A los abuelos no les importa contarnos el mismo cuento varias veces y les encanta leernos historias.
  13. Todo el mundo debe tener unos abuelos. Son las únicas personas grandes que siempre están contentas de estar con nosotros.
  14. Los abuelos saben que antes dormir podemos comer "algún dulce", les encanta rezar con nosotros y nos besan y nunca nos regañan aunque nos hayamos portado mal.
  15. Mi abuela vive en el aeropuerto; cuando la necesitamos, vamos allá y la buscamos; y cuando queremos que regrese a su casa la volvemos a llevar.
  16. Mis abuelos son de lo mejor; nos dejan correr, saltar en la cama y si mis papás nos quieren regañar, ellos los regañan a ellos.
  17. Mis abuelos son personas mayores, muy divertidos y muy pacientes; pero me parece que mi papá quiere que sean también sus abuelos porque los abrazan mucho. Voy a decirle que se busque los suyos.
Nietos con aitxitxe y el gorro de #Euskaltel
Este post estuvo en borrador desde 2015.

Regla 10-3-2-1-0 para mejorar salud, sueño y productividad

La regla 10-3-2-1-0 es una recomendable guía para mejorar la salud, el sueño e, incluso, la productividad y la longevidad. Es fácil de recordar: 
  • 10 horas antes de acostarte, no consumas cafeína: La cafeína puede permanecer en tu sistema durante muchas horas, afectando tu capacidad para conciliar el sueño. Evitarla 10 horas antes de dormir ayuda a asegurar que no interfiera con tu descanso.
  • 3 horas antes de acostarte, no comas nada, ni bebas alcohol: Comer o beber alcohol cerca de la hora de dormir puede causar problemas digestivos y afectar la calidad del sueño. Evitarlo 3 horas antes permite que tu cuerpo se enfoque en descansar. 
  • 2 horas antes de acostarte, deja de trabajar: Desconectarse del trabajo al menos 2 horas antes de dormir ayuda a tu mente a relajarse y prepararse para el sueño. 
  • 1 hora antes de acostarte, apaga todas las pantallas: La luz azul de los dispositivos electrónicos puede interferir con la producción de melatonina, una hormona que regula el sueño. Apagar las pantallas una hora antes de dormir puede ayudarte a conciliar el sueño más fácilmente. Es una hora que se puede dedicar a la lectura.
  • 0 veces presiones el botón de repetición de la alarma por la mañana: Evitar presionar el botón de repetición ayuda a despertar de manera más natural y a mantener un ritmo de sueño consistente. Esto es debido a que las repeticiones frecuentes interrumpen el sueño REM.
Esta regla es una forma sencilla de recordar hábitos saludables para mejorar la rutina de sueño. 

Hay quienes la simplifican a la Regla 321
  • No comer 3 horas antes de acostarse.
  • No beber ni trabajar 2 horas antes del sueño.
  • Apagar pantallas 1 hora antes de acostarse.

La siesta, el invento romano de la hora sexta


La palabra siesta proviene de la hora sexta romana, que designa la hora solar sexta, correspondiente a las 12 del mediodía. Con respecto al tiempo, esta puede variar desde 20 minutos a 4 horas, o sea, alrededor de las 12 h., momento en el cual se hacía una pausa de las labores cotidianas para descansar y reponer fuerzas. Esto en parte responde, a que entre las 12 h. y las 16 h. en muchas regiones templadas y subtropicales hace demasiado calor para el trabajo en el campo a pleno sol, razón por la cual los campesinos trabajaban a primeras horas de la mañana y a última de las tardes cuando el sol no es tan intenso.

El origen de la siesta se remonta al Imperio Romano. La palabra “siesta” proviene del latín “sexta”, que hace referencia a la sexta hora del día. Los romanos dividían el día en periodos de luz de 12 horas, y la sexta hora del día corresponde al comprendido entre la 1 de la tarde del invierno y las 3 de la tarde del verano. En ese momento, se hacía una pausa de las labores cotidianas para descansar y reponer fuerzas.

En España, la siesta comenzó a ser común después de la Guerra Civil. En este período, era habitual que un trabajador tuviese más de un empleo para mantener a su familia y recurriese al mediodía para comer y descansar, y de esta forma poder rendir lo suficiente en el trabajo de tarde. Además, la siesta tiene una explicación biológica. Es una consecuencia natural del descenso de la sangre después de la comida desde el sistema nervioso al sistema digestivo, lo que provocaba una consiguiente somnolencia. Por ello, después de comer, el cuerpo puede pedirte un descanso, sentarse, echar la siesta. Es importante mencionar que, aunque la siesta es muy conocida en España, datos de la BBC desmontan el mito: casi el 60% de los españoles nunca duermen una siesta, mientras que sólo el 18% toma algunas veces una siesta de mediodía. 
Algo impagable para una siesta, o para vivir: El #silencio,… Que solamente pueda ser roto por las aves autóctonas,…
¿Sabías que dormirse en el trabajo está bien visto en Japón? La palabra ‘’Inemuri’’ hace referencia a ‘’dormir despierto’’, o lo que es lo mismo: una forma de ser productivo y recuperar energías en el trabajo. Dormirse en otros lugares, como el transporte público, también está bien visto, pues demuestra que no has descansado por ejercer tu trabajo de la mejor manera posible. ¿Te imaginas poder dormirte en cualquier sitio y que no te miren mal?