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La tecnología del Siglo XXI necesita más filosofía y ética

La ingeniería del presente y del futuro: Luciano Azpiazu Canivell nos habla de redes eléctricas, talento y la transformación de Bilbao,... En un país donde la tecnología avanza más rápido que la capacidad de regulación, donde la transición energética se discute a menudo desde el desconocimiento, escuchar la voz de un ingeniero con más de cuatro décadas de experiencia aporta una rara claridad. 

La conversación con Luciano Azpiazu Canivell —ingeniero industrial formado en la Escuela Técnica Superior de Bilbao, profesor y profesional durante 40 años en Iberdrola Redes— es también un retrato generacional de quienes han sostenido silenciosamente el progreso energético y urbano de España. 

Su historia familiar ya evoca la movilidad empresarial de otras épocas: abuelo catalán del sector textil, padre vasco, raíces que conectan la industria textil con la ingeniería eléctrica. Y a partir de ahí, la trayectoria de un profesional que ha sido testigo directo de la evolución del sistema eléctrico español y de los cambios profundos de Bilbao.

La situación real de las redes eléctricas

Azpiazu introduce una distinción fundamental: no todas las redes eléctricas sufren los mismos problemas. Las de muy alta tensión, gestionadas por Red Eléctrica, soportan la avalancha de peticiones de conexión de grandes plantas fotovoltaicas, eólicas o sistemas de almacenamiento. Las de media y baja tensión, que alimentan hogares, comercios e instituciones, presentan una situación más heterogénea: saturación en los centros urbanos —por el aumento de la demanda, climatización y peatonalización— y sobrantes de capacidad en zonas despobladas.

La paradoja es evidente: si pudiéramos trasladar demanda de las ciudades a Castilla, sobraría red, pero la necesidad está donde está la población, el tráfico y la actividad económica.

Electrificación, vehículos y transición real

Cuando se habla de vehículo eléctrico, la ingeniería se impone al entusiasmo. Azpiazu lo explica con claridad pedagógica: una comunidad de vecinos de 14 plantas puede funcionar con un único transformador, pero una sola carga rápida de un coche necesita otro transformador equivalente. Y aun así, no todos los vecinos tendrán coche eléctrico ni lo cargarán simultáneamente, lo que introduce factores de simultaneidad que suavizan el problema.

 ¿Será el coche eléctrico de baterías el dominante en el futuro? El ingeniero es escéptico. Prevén un camino intermedio:

Motores de combustión con combustibles alternativos ya desarrollados por empresas como Petronor.
Hidrógeno o metano para vehículos pesados: autobuses, barcos, camiones. 
- E incluso menciona el absurdo práctico de la carga por inducción: para cargar sin cables habría que colocar una placa metálica de hasta 80 kg bajo la batería.

Estamos —dice— en una transición dentro de la transición: la tecnología definitiva aún no está definida. 


Un elogio a los profesionales frente a los “todólogos”

Uno de los pasajes más contundentes es la crítica a los opinadores sin rigor técnico. Los “todólogos” que, ante una crisis como un apagón, hablan de grid forming sin que aún exista en operación real, o reclaman duplicar redes sin asumir los años de trámites necesarios para construirlas. Azpiazu recuerda un caso ilustrativo: un presidente de una gran compañía eléctrica pedía suministro a su finca… pero él mismo bloqueaba los permisos para la línea que debía alimentarla.

Su propuesta es provocadora pero argumentada: en ciertos asuntos, el voto de un profesional debería pesar más que el de un aficionado. No todas las opiniones son equivalentes cuando se discute cirugía, redes eléctricas o ingeniería civil.

Bilbao: la prueba de que la ingeniería transforma ciudades

Pocas ciudades simbolizan la transformación moderna como Bilbao. Y Azpiazu recuerda que el cambio no fue espontáneo ni mágico: detrás estaban la tenacidad de dos ingenieros —uno de Caminos y otro Industrial— que impulsaron la regeneración de Abandoibarra y facilitaron la llegada del Museo Guggenheim Bilbao. El metro, el tranvía y la limpieza de la ría completaron un proceso que convirtió una ciudad industrial oscura en un referente urbanístico europeo.

Los ingenieros no solo construyen infraestructuras: anticipan el futuro antes de que los demás lo vean.

Ingeniería, talento y el reto educativo

Las escuelas de ingeniería españolas mantienen buen número de alumnos, pero afrontan desafíos: nuevas profesiones sin atribuciones, cambios en los planes académicos, incorporación de formación humanística y ética para preparar un mundo con inteligencia artificial. Las mujeres representan ya casi el 30% de las nuevas promociones, gracias a mejores condiciones de conciliación y a una visión más amplia de la profesión.

Pero persiste un problema sistémico: la fuga de talento. Muchos ingenieros jóvenes encuentran mejores condiciones en Alemania, Suiza o Reino Unido, y España debe esforzarse por retener y atraer talento si quiere mantener su avance tecnológico.

En definitiva, la conversación con Luciano Azpiazu es un recordatorio de que la ingeniería es una disciplina silenciosa, rigurosa y profundamente humana. De ella depende que las luces sigan encendidas, que las ciudades funcionen y que la transición energética sea algo más que un eslogan.

Releyendo a clásicos, como Cervantes o Joyce

Los autores clásicos que aborrecimos en la educación secundaria, por qué merecen una segunda oportunidad en la etapa adulta. Cómo leer a Joyce (otros posts) y a Cervantes (otros posts) sin morir en el intento (y por qué ahora sí nos gustarán). Don Quijote y Ulises no eran aburridos: Sólo que entonces éramos demasiado jóvenes. La redención de las grandes obras tras la obligatoriedad de la secundaria. Quizá los odiamos a los 16 años… hoy los necesitamos a los 30, 50 o 70 años. Ahora sin exámenes ni resúmenes obligatorios: hoy daremos una guía para redimirlos.

Muchos, no todos, guardan cicatrices literarias de nuestra adolescencia. Para muchos, el Quijote representa tardes interminables descifrando un castellano impenetrable, mientras que Ulises —si tuvieron la desgracia de encontrárselo en bachillerato— equivale a un trauma permanente. Pero ¿y si el problema nunca fueron ellos, sino el sistema que nos obligó a leerlos cuando aún no estábamos preparados?

El fracaso pedagógico: cuando enseñar mata el placer La educación secundaria comete un error fundamental al abordar los clásicos: los trata como deberes morales en lugar de experiencias estéticas. Se nos impone la lectura de obras maestras con el mismo espíritu con que se administra un medicamento amargo pero necesario. El resultado es predecible: generaciones enteras asocian a Cervantes con el aburrimiento y a Joyce con la incomprensión.

El problema radica en la brecha cognitiva y experiencial. Un adolescente de 15 años carece del bagaje vital para apreciar la melancolía de Don Quijote contemplando su biblioteca en llamas, o la densidad del monólogo interior de Molly Bloom. La ironía cervantina requiere haber conocido el desengaño; la experimentación joyceana exige familiaridad previa con las convenciones narrativas que dinamita. Pedirles a los estudiantes que disfruten estas obras es como esperar que un novato aprecie el jazz avant-garde sin haber escuchado nunca música. Lo que no nos dijeron es que Leopold Bloom también es obscenamente divertido, tierno y sucio.

Además, la metodología es desastrosa. Los clásicos se diseccionan en busca de "temas" y "recursos literarios", convirtiendo la lectura en una autopsia. Se fragmenta el texto en capítulos obligatorios, se exigen resúmenes que demuestren que se ha leído (aunque no se haya comprendido), y se evalúa mediante exámenes que miden memorización, no sensibilidad. No es sorprendente que muchos estudiantes terminen odiando precisamente aquello que debería liberarlos.

La relectura adulta: Descubrir lo que siempre estuvo ahí Volver al Quijote con treinta o cuarenta años es una revelación. Lo que en la adolescencia parecía un ladrillo polvoriento se transforma en una comedia sofisticada sobre la naturaleza de la ficción y la realidad. El humor de Cervantes —sutil, compasivo, profundamente humano— cobra sentido cuando uno ha vivido lo suficiente para reconocer sus propias quijotadas: esos momentos en que la imaginación choca contra el mundo real.

La madurez permite apreciar la ternura con que Cervantes trata a su protagonista enloquecido. Don Quijote no es simplemente un loco ridículo, sino un idealista conmovedor en un mundo pragmático y desencantadoSus fracasos resuenan porque todos hemos sido derrotados por la realidad. Su dignidad, incluso en el ridículo, nos conmueve porque reconocemos en él nuestra propia vulnerabilidad. Alonso Quijano no es solo un loco; es un hombre que se niega a aceptar que el mundo es un lugar gris, burocrático y sin magia. Su lucha es la lucha contra el cinismo. Y Sancho Panza deja de ser el tonto glotón para convertirse en la representación de la lealtad más pura. La relectura adulta revela que el Quijote es un libro sobre cómo mantener la dignidad cuando la realidad te dice que eres irrelevanteEso es algo que un adolescente difícilmente puede captar, pero que un adulto siente en los huesos.

Con Joyce ocurre algo similar, aunque más extremo.  Ulises es objetivamente difícil, pero la dificultad es parte de su placer. Leerlo como adulto, sin la presión de un examen inminente, permite saborear su virtuosismo lingüístico, su ambición enciclopédica, su humor escatológico y su celebración de lo ordinario. Leopold Bloom, caminando por Dublín durante un día cualquiera, se convierte en un héroe moderno precisamente por su normalidad. Pero esa revelación exige paciencia, curiosidad y cierta experiencia de vida. Joyce es, ante todo, divertido y profundamente humano.

Cómo leerlos ahora: estrategias para la segunda oportunidad: 

Busca alternativas: Escuchar audiolibros como puerta de entrada o lee en grupo, para compartir dudas y descubrimientos enriquece la experiencia.

Elimina la obligación. Lee sin presión, sin calendario, sin necesidad de "terminarlo". Los clásicos no son montañas que conquistar, sino territorios que explorar.

Busca ediciones comentadas. Una buena introducción y notas al pie pueden iluminar referencias oscuras sin infantilizar al lector. Para el Quijote, la edición del Instituto Cervantes es accesible; para Joyce, las guías de lectura son prácticamente necesarias.

Acepta la dificultad. No entenderlo todo no es fracaso, es parte del proceso. Joyce escribió Ulises para mantener ocupados a los críticos durante siglos. No necesitas descifrar cada alusión para captar su belleza.

Lee en voz alta. Cervantes y Joyce escribieron con un oído exquisito para el ritmo y la sonoridad. Escuchar el texto añade una dimensión que la lectura silenciosa pierde.

Contextualiza sin academicismo. Comprender la España del siglo XVII o la Irlanda colonial enriquece la lectura, pero no te conviertas en historiador. Una biografía breve de los autores suele bastar.

Los clásicos que odiaste en el instituto no eran los culpables. El momento era erróneo, el enfoque era equivocado, y tu yo adolescente simplemente no estaba listo. Ahora sí lo estás. Dale a Cervantes y a Joyce —y a todos esos libros que abandonaste con resentimiento— la segunda oportunidad que merecen. Puede que descubras que el problema nunca fue la literatura, sino cómo te enseñaron a no amarla.

Adiós a Roberto Martínez Celorrio, voz de Nagusiak Bizkaia

Ayer,  21 de octubre de 2025, falleció en Bilbao  Roberto Martínez Celorrio, presidente de Nagusiak Bizkaia y uno de los rostros más queridos y respetados del movimiento asociativo de personas mayores en Euskadi. Tenía 77 años y fue  la voz serena y firme de las personas mayores en Bizkaia.  Nacido en Santander en 1948, Roberto desarrolló su vida profesional en Telefónica.

Tras su prejubilación, dedicó su tiempo libre al asociacionismo de personas mayores. Entró en la directiva de Nagusiak Bizkaia como vicepresidente y, desde 2014 hasta 2021, ejerció como Presidente, liderando procesos de modernización, apertura y diálogo con las instituciones. 

Tuve el honor de conocerle siendo, a propuesta suya, Secretario de Nagusiak Bizkaia desde 2019 hasta 2021. En el voluntariado se encuentran personas maravillosas, pero Roberto ha sido el caso más referencial de ejemplo que he descubierto. Lo distinguían su lealtad, bonhomía, empatía y una capacidad suprema de sumar voluntades.

Durante su presidencia impulsó campañas para mejorar la accesibilidad y la participación de las personas mayores en la vida pública, manteniendo diálogo permanente con la Diputación Foral de Bizkaia y con el Ayuntamiento de Bilbao. Participó en numerosas jornadas y seminarios sobre envejecimiento activo, así como en encuentros con la banca y otros servicios.

Roberto Martínez Celorrio defendió de forma sostenida la atención presencial para personas mayores frente a la exclusión digital. La modernización no puede significar exclusión. Quien quiera hacer un trámite digital, que lo haga; pero quien prefiera hacerlo cara a cara, debe poder hacerlo también.”

Un modo eficaz y discreto de hacer asociacionismo y voluntariado Quienes le conocimos destacamos su estilo pausado y empático, su enorme capacidad para escuchar y su voluntad por buscar consensos. No buscó la notoriedad: prefirió el trabajo diario que mejora la vida de sus socios y socias —excursiones, charlas, cursos y servicios— y la interlocución constructiva con las administraciones.

El legado de Roberto Martínez Celorrio permanece en la federación Nagusiak Bizkaia que presidió y en las miles de personas mayores que en Bizkaia hallaron espacios de participación y pertenencia. Nagusiak Bizkaia le recordó en su comunicado como “ un presidente ejemplar, un compañero leal y un amigo querido”.

Imágenes nuestras del encuentro con el Lehendakari en plena pandemia y de la AG de 2021.

Una de sus intervenciones, en el 50º Aniversario de Nagusiak
Funeral el jueves 23 de octubre de 2025, a las 19:30 en Salesianos (Bilbao).

Otra vuelta de tuerca: Entre la razón y la fantasía

Si hay una novela esencial y una de nuestras favoritas, que tuvo varios intentos de convertirse en película pero sin lograrlo, es Otra vuelta de tuerca de Henry James. Así que mejor escuchar (en un audiolibro como el incluido) o leerlo en un libro, que no verlo en el cine. Publicada en 1898, con el título original: The Turn of the Screw, es una novela corta de terror gótico, estructurada como un relato enmarcado que explora temas de aislamiento, inocencia y lo sobrenatural en una remota mansión inglesa. 

Un narrador en una reunión cuenta la historia de una joven institutriz que acepta cuidar a dos huérfanos —Flora y Miles— en una aislada mansión de campo. Pronto la institutriz comienza a percibir apariciones: primero un hombre (Peter Quint) y luego una mujer (Miss Jessel). Convencida de que esos espectros han influido en los niños, la institutriz se empeña en protegerlos; pero su lucha plantea una ambigüedad persistente: ¿son reales las presencias o son proyecciones de la mente de la narradora? El relato mantiene la tensión entre lo sobrenatural y la psicología, dejando intencionadamente abiertas múltiples interpretaciones.

La historia se centra en la tensión psicológica de una joven institutriz y los niños a su cargo, con una narración ambigua que deja al lector cuestionando la realidad de los eventos. A continuación, un resumen detallado de la trama, incluyendo personajes principales y eventos clave, sin spoilers innecesarios.

Personajes Principales:
- La institutriz: Protagonista anónima y narradora en primera persona del manuscrito principal. Una joven de origen modesto, contratada para cuidar a los niños, se involucra profundamente en su bienestar. Su perspectiva subjetiva impulsa la historia, revelando sus observaciones, miedos y convicciones crecientes.
- Miles: El sobrino de unos 10 años del tutor de los niños. Encantador, inteligente y bien educado, regresa de un internado. Su comportamiento y la expulsión inexplicada del colegio añaden intriga.
- Flora: La hermana menor de Miles, de unos 8 años, vivaz e inocente en apariencia. Vive en la mansión y forma un vínculo cercano con la institutriz.
- El tío: El tutor rico de los niños, que vive en Londres. Atractivo y carismático, contrata a la institutriz pero exige aislamiento total de los asuntos de los niños, prohibiendo cualquier contacto con él.
- Mrs. Grose: La ama de llaves amable pero analfabeta de la mansión. Actúa como confidente de la institutriz y proporciona información clave sobre la historia del hogar.
- Peter Quint: El difunto valet anterior de la mansión, conocido por su relación cercana e inapropiada con la institutriz previa. Aparece como una figura espectral.
- Miss Jessel: La institutriz anterior, fallecida, que tuvo una asociación escandalosa con Quint y pasó mucho tiempo con los niños. También se manifiesta como presencia fantasmal.
- Douglas: Personaje del prólogo que comparte el manuscrito con el grupo. Conocía a la institutriz y la admiraba.

 

Henry James (1843–1916) fue un novelista y cuentista estadounidense que pasó buena parte de su vida en Europa y adoptó la ciudadanía británica al final de su vida. Es considerado un puente entre el realismo decimonónico y las técnicas modernistas: su obra explora con finura la conciencia, la percepción y las relaciones sociales entre americanos y europeos. Entre sus obras destacadas están The Portrait of a Lady, The Ambassadors y The Wings of the Dove

The Turn of the Screw apareció primero por entregas en la revista Collier’s Weekly y luego se publicó en volumen junto a otra novela corta en The Two Magics. Se trata de una novela corta (novella) pensada como relato de fantasmas, escrita en la madurez creativa de James y enmarcada en una estructura de narración enmarcada (historia contada en una velada, con el relato principal remitido por la institutriz). 

Temas principales:

- Ambigüedad narrativa: James trabaja la focalización de modo que el lector nunca llega a una evidencia indiscutible; la duda es el motor del relato.
Inocencia y corrupción: la tensión entre la supuesta pureza infantil y las influencias externas (reales o imaginadas). 
Locura vs. lo sobrenatural: la obra ha generado dos grandes líneas críticas: la que la lee como cuento de fantasmas clásico y la que interpreta la historia como un descenso psicótico de la institutriz. Ambas lecturas han alimentado debates literarios y adaptaciones. 
Estructura y estilo: economía del relato corto, uso de la voz enmarcada y la precisión psicológica son rasgos jamesianos que aquí se concentran en un formato terrorífico y simbólico.

La novela sigue interesando y funciona como un excelente ejemplo para enseñar cómo la forma narrativa construye sentido: la voz, la focalización y la omisión son herramientas que generan significados múltiples. Además, su ambigüedad permite debates en aulas de literatura sobre metodología crítica: lectura histórica, psicoanalítica, feminista y de teoría de la narración, entre otras. Cita final seleccionada: ¿Acaso no valía la pena tender una mano a su espíritu para alcanzar su alma?” 

Un film derivado, entre otros, que no logra alcanzar el contexto único del libro,...

Reflexiones históricas leyendo “Un pueblo en el Tercer Reich”

Un pueblo en el Tercer Reich (A Village in the Third Reich) o cómo el auge del nazismo impactó en la vida de la gente corriente, obra de Julia Boyd y Angelika Patel. Una obra excelente para quienes buscan entender no solo qué hizo el nazismo, sino cómo fue aceptado, resistido, normalizado o rechazado por personas de a pie. Es un libro que educa, conmueve y desafía. En un momento en que los discursos autoritarios resurgen en distintos lugares, la lectura se vuelve no solo histórica, sino urgente.

Julia Boyd es una escritora británica especializada en no ficción histórica. Es autora de libros como Travellers in the Third Reich: The Rise of Fascism through the Eyes of Everyday People, y ha vivido en Alemania entre los años setenta. Su trabajo se caracteriza por recuperar voces personales, historias cotidianas, documentos privados (cartas, diarios, memorias) para ofrecer una mirada humana al gran proceso histórico. 

Angelika Patel nació en Oberstdorf, Bavaria, en una familia con raíces en ese lugar. Estudió Historia y Literatura alemana, además de un MBA. Es autora de Ein Dorf im Spiegel seiner Zeit (Oberstdorf 1918-1952). Colabora con Boyd para aportar conocimiento local, archivos y el acceso a fuentes primarias del lugar que describen su propia comunidad. 

Un pueblo en el Tercer Reich se enfoca en la historia de Oberstdorf, un pintoresco pueblo bávaro en los Alpes alemanes, normalmente apartado de los grandes centros de poder. Aun así, como muestran Boyd y Patel, ni siquiera ese remanso estuvo exento de la influencia, la presión, la propaganda y las leyes del régimen nazi. 

El libro está construido con cartas, memorias personales, entrevistas, archivos municipales, diarios, etc., lo que permite ver cómo el nazismo fue ganando terreno en lo que parece una vida paradisíaca y natural, cómo fue imponiéndose lentamente en lo institucional (gobierno local, escuela, sociedad civil), cómo se transformaron actitudes, miedos, resistencias, complicidades, ruegos y silencios. 

Algunos episodios concretos destacados:

- La votación del 5 de marzo de 1933, momento en que la gente se reúne para escuchar al alcalde hablar de las elecciones federales, mostrando cómo las tensiones políticas nacionales penetran en la vida local. 

- La historia del alcalde Ludwig Fink, quien fue miembro del Partido Nazi y a la vez ejerció cierta protección hacia personas perseguidas, mostrando la complejidad moral del poder local. 

- El caso de Theodor Weissenberger, un niño ciego cuya vida fue considerada “indigna de ser vivida” según la ideología nazi del programa de eutanasia Aktion T4. 

- Historias de familias judías (como Dora Lemkes, Emil Schnell), de ciudadanos comunes que resistían o simplemente intentaban sobrevivir bajo la opresión, así como de los efectos de la guerra, los bombardeos, el adoctrinamiento en escuelas, la propaganda, la vigilancia social. 

El libro no es una novela, es historia social, historia de lo cotidiano, con un fuerte componente de micro-historia, centrado en un lugar concreto para exponer cómo los grandes procesos del nazismo (legislación, propaganda, racismo, exterminio, guerra) se experimentaron desde abajo. 

Aquí unas frases seleccionadas que pueden funcionar como citas representativas:

- «Escondido en lo profundo de los Alpes bávaros yace el pintoresco pueblo de Oberstdorf … Sin embargo, ni siquiera ese idílico lugar pudo escapar al brutal puño del régimen nazi.» 

- «Basándose en archivos personales, cartas, entrevistas y memorias, desnuda su brutalidad y amor; valentía y debilidad; acción, apatía y dolor; esperanza, sufrimiento, alegría y desesperación.»

- «Conocemos a los judíos que sobrevivieron –y a los que no; al alcalde nazi que intentó proteger a los perseguidos por el régimen; y a un niño ciego cuya vida fue juzgada como “no digna de vivir.”»

- «Cómo un pueblo bávaro con historia y aparentemente idílico fue abrazando gradualmente la ideología nazi.»

Puntos fuertes:

- Humanización de la historia: El principal logro del libro es dar rostro humano al nazismo, al mostrar no solo a los verdugos o las víctimas, sino a los habitantes “corrientes” de un pueblo remoto, con sus contradicciones, miedos y decisiones morales. Esto lo hace especialmente valioso para lectores interesados en la historia vivida y en la educación ética.
- Fuentes ricas y locales: El uso de archivos locales, memorias familiares, entrevistas y documentos de Oberstdorf le da autenticidad y profundidad. La colaboración de Patel, hija de esa zona, aporta además matices de memoria íntima.
- Mirada compleja: El libro no presenta una historia maniquea; hay personajes con roles ambiguos (como el alcalde Fink), personas que colaboran, otras que resisten, otros que se dejan llevar. Esta complejidad es esencial para entender cómo funciona el totalitarismo.
- Relevancia pedagógica: Es un excelente material para enseñanza de historia, ética, ciudadanía. Permite reflexionar sobre propaganda, responsabilidad individual, complicidad, violencia institucional, memoria histórica.

Posibles limitaciones o puntos de reflexión:

- Algunos lectores pueden encontrar que la abundancia de personajes locales y episodios menores dispersa un poco la narración; no hay una trama central fuerte como en una novela, lo que puede hacer que en algunos pasajes parezca más crónica que narrativa fluida.

- Aunque aborda muchas facetas, el libro está limitado al contexto de Baviera y Oberstdorf; para una visión global del Tercer Reich habría que complementarlo con obras que cubran otras regiones, clases sociales, grupos perseguidos menos documentados.