Vivimos sin vivir, muriendo por no morir, un tragicómico claroscuro de amor-odio, donde todo es lo contrario de sí mismo.La
realidad virtual de este mundo inmundo, oculta un agudo sarcasmo bajo un aparente absurdo. Es algo nuevo y redundante, descrito por clásicos modernos con santos malditos, filósofos ignorantes, honorables villanos, cobardes matadores, reclusos en libertad, mártires crueles, leales traidores y rendidos victoriosos.
Este hielo abrasador, fuego helado que duele y no se siente, breve descanso muy cansado, es soñado bien y mal presente. Es un descuido de cuidado, un andar solitario entre la gente, libertad encarcelada, enfermedad que crece si es curada,
un amar solamente ser amado. Un agridulce mundo así, de vista ciega y gentil descortesía tiernamente hiere la luz oscura, la música callada, la gloria triste, la vida muerta donde lo fugitivo perdura.
Nos inculcaron arquetipos híbridos como amor libre, discriminación positiva, lógica borrosa, cuadratura del círculo, estabilidad dinámica, apuesta segura, actuar con naturalidad, ambigüedad explícita, crecimiento negativo, caos controlado, club de solitarios, creencias científicas, cambio constante, aldea global, agricultura ecológica, comida basura,…
Primero fue la publicidad fiable, el espejismo real del pequeño milagro: Lujo imprescindible, nuevo y mejorado, estimación precisa, préstamo sin interés, ahorrar comprando, déficit cero, inversión segura, riesgo calculado y accidente premeditado, lavado en seco, café descafeinado, alarma muda, conservantes naturales, copia original, chocolate blanco de peso ligero, y para inyección letal estéril aguja.
Luego, el modelo plagiado de cultura de masas, espectacularmente aburrida, de intimidad compartida, espontaneidad calculada, improvisación pautada para perfectos idiotas, que en orden aleatorio siguen la línea discontinua de una organización caótica. El menos es más, la opulenta miseria de millonario arruinado, el éxito parcial del eterno presente, la emergencia rutinaria, el fanatismo cultural, la fantasía real, el realismo mágico de resultados iniciales, resumen detallado, porción completa de una realidad mística en silencio cacofónico de banalidad profunda.
Siguió la política privada, el rumor fidedigno, tregua permanente, calma tensa, suspensión indefinida, casi segura, principio del fin, paranoia justificada, pacto sin compromiso, paradas continuas, simples complicación de solución aproximada, el desacuerdo unánime, golpe institucional, derecha siniestra en una monarquía moderna de soberanía limitada.
Después, las medias verdades: Fuerza de paz, invasión humanitaria, guerra santa, ataque defensivo, ofensiva preventiva, armas inteligentes, destrucción creativa, ejército pacificador, fuego amigo, dulces derrotas, juegos de guerra, peligros controlados, desastres menores, y el yugo liberador de una paz armada.
Finalmente, la verdad relativa, la violación consentida de una moral flexible con opción obligatoria, plan espontáneo de opinión objetiva, la vida extinta en la historia del futuro, del hoy es el mañana para encontrarnos perdidos… en un secreto compartido de esperar lo imprevisto, de la versión definitiva de mudanza constante, semiprecioso zig-zag de simplicidad kafkiana vagamente consciente del nunca generalices.
Solos entre la multitud, soñamos despiertos las noches blancas de los recuerdos olvidados, medio muertos y medio enterrados. Para romper con cuidado esta atronadora mudez seamos pacientes ansiosos, pacíficos furiosos, tímidos arrogantes de graciosa torpeza, llena de vacíos repletos de tolerancia cero. Apresúrate despacio, calla y responde: ¿Prohibido prohibir la utopía viable?
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