No nos interesan los vehículos sin algún componente de motorización eléctrica, o que sean plenamente eléctricos, como el modelo que probamos de
BMW i3, si bien con la opción
REX («Range EXtender») se incluye un motor de gasolina de
34 CV -no motriz- generar electricidad y aumentar la autonomía,... con la servidumbre del peso, de un depósito de 9 litros que lo activa durante poco más de una hora,... y que, obviamente, no recupera la alegría del motor eléctrico de
170 CV (sí, ciento setenta) cargado en la red eléctrica.
Aún siendo una contradicción (un coche aligerado, que se carga con un motor térmico y depósito -120 Kg. adicionales-, y que es muy eficiente y silencioso en modo eléctrico pero que no puede presumir de nada de ello si activa el RX), sería interesante probar un
BMW i3 con REX para averiguar si se pierde la angustia de la batería cero, y cuántas veces se llegaría a utilizarlo. En definitiva, saber si es recomendable esta opción o no, con un coste de 4.500 euros, que imposibilita la apreciable opción de bomba de calor porque ocupa ese espacio, y una reducción de unos 20 Km de autonomía teórica en modo eléctrico, desde los 190 Km del
BMW i3 a los 170 si carga con la opción REX. A falta de un ensayo, anticiparíamos nuestra opinión de NO recomendarlo, aun siendo una opción que
BMW ofrece -creemos que sin gran entusiasmo- para esa clientela temerosa de la transición al eléctrico con esa leyenda de quedarse tirado en la carretera sin batería.
Volvamos a las sensaciones del modelo conducido,
BMW i3, acompañados de Dani Álvarez Lázaro de Enekuri Motor, quien atentamente nos facilitó, acompañó e ilustró (aprended con él en los vídeos), y con quien pudimos saborear una pizca del impresionante superdeportivo híbrido
BMW i8 (que comentaremos con imágenes de Aitor Agirregabiria y
una colección de vídeos en un
post posterior).
El
BMW i3 es, y se nota en todo,
un coche eléctrico Premium al nivel más avanzado de desarrollo de esta industria en 2015: Calidad máxima, detalles exclusivos (salpicadero ecológico hecho de cáñamo), ligereza extrema (con su chasis de aluminio y carrocería de fibra de carbono), potencia inigualable (¡170 CV!), diseño desde cero (que, aún siendo subjetivo, nos entusiasma con esa línea quebrada de ventanas para la apertura cruzada de puertas contrabatientes -como
las FlexDoors del Opel Meriva), propulsión trasera (es un BMW)... y un precio desde 35.500 (también supremo, si bien con baterías en propiedad).
Con un peso, sin REX, de 1.239 Kg (frente a los 1.465 del
Renault Zoe o los 1.507 del
Nissan Leaf) y una batería de 22 Kwh (la potencia útil es el 85% de la nominal), similar a las del
Zoe con 22 Kwh o 24 Kwh del
Leaf) la autonomía real del
BMW i3 puede oscilar entre los 100 y los 180 Km reales, muy dependiente del estilo de conducción, sin abusar de su aceleración, así como de la climatología (hay que mantener la temperatura del habitáculo,... y de las baterías), del tráfico,...
Frente a sus rivales más vendidos, aparte de contar con sólo cuatro plazas, llama la atención sus llantas-base de apenas 5x19", frente a los 6,5x16 de la competencia (
Zoe,
Leaf,...), equipados con tan estrechos neumáticos Bridgestone. Los precios comparados son difíciles de establecer, por subvenciones y formas de comercialización (baterías en alquiler o propiedad), pero los 35.000 euros iniciales del
BMW i3 (que con el cúmulo de opciones puede llegar o superar los 50.000€) son superiores a los que 32.000 de un
Leaf o los 27.000 de un
Zoe -con baterías-.
Las diferencias de precio se justifican por la originalidad y calidad del diseño,... y por la notable diferencia de potencia en estos tres VE (Vehículos Eléctricos): 170 CV para
BMW i3, 80 CV para el
Nissan Leaf y 65 CV del
Renault Zoe. Obviamente, ello se manifiesta en aceleraciones de 0 a 130 Km/h que se alcanzan, respectivamente, en 12.5, 20.5 y 25 segundos.
BMW marca la distinción con prestaciones acordes a la marca e, incluso, con esa originalidad hiperbólica de diseño llamativo más 170 CV, o ineditas soluciones como REX (un motorcito bicilíndrico compacto de gasolina de 95 octanos de 650cc procedente de la división de
motos BMW).
Muy fácil de conducir, y de adaptarse, aunque no se haya conducido previamente un coche con cambio automático (¿todavía debe de haber gente así?), lo único a reseñar es el sistema
"One pedal feeling". Básicamente consiste en la -comparativamente- fuerte deceleración -y consiguiente regeneración eléctrica- que se produce al levantar el pie del acelerador, reteniendo más que cualquier otro coche, eléctrico (EV) o convencional. Es casi inmediato acostumbrarse a ello, aunque habrá a quien no le agrade (a nosotros nos pareció muy cómodo y efectivo).