Por primera vez hemos llegado antes del 40 de mayo, o 10 de junio, incluso antes de que los socorristas de la playa de Mil Palmeras comiencen su trabajo. Aquí y ahora se cumple el deseo que expresó Jonathan Swift entre otras muchas citas: “¡Ojalá vivas todos los días de tu vida!” Foto inicial de la instalación de su puesto de vigilancia.
Primer descubrimiento, que ya sospechábamos, pero que nunca pudimos verificar: Lo mejor de Julio es Junio, como lo mejor de Agosto es Septiembre. Quizá porque lo mejor del verano es la primavera final o el otoño inicial. Elegir los meses es un privilegio de los jubilados,... o de los teletrabajadores de verdad, al 100%.
Desde esta fecha, la de quitarse el sayo, el agua tanto del mar como de la piscina superan los 22º grados y el baño prolongado es perfectamente factible. Como todos los años, las actividades y propuestas son tantas, que ni hemos encendido la televisión aún, no sabemos ni siquiera si funciona. Pero lo excepcional es que tampoco hemos arrancado los aparatos de aire acondicionado, ni de día ni de noche. Los ventiladores, sí.
Será por el mes de llegada, quizá acentuado por la falta de residentes y visitantes de turismo, pero la naturaleza se ha aproximado a nuestros hogares más que nunca. Gorriones que se acercan hasta el plato, ardillas que ya no se esconden y gaviotas que casi chocan con nuestras cabezas sobre la playa.
Lo mejor de la
#AlicanTerapia es que las horas y los días pasan sin que nos demos cuenta, ya es el mediodía, ya es la noche, ya es el amanecer del día siguiente,... Cada una de las actividades rutinarias son igualmente placenteras: El despacioso desayuno, el baño en el mar y en la piscina, la comida a ser posible con amistades, la sobremesa para el recuerdo, la siesta sin prisa, el paseo vespertino, la cena en compañía, el anochecer de cielos sorprendentes,...
Centros comerciales como La Zenia Boulevard donde, al fin, se prohíbe fumar. Por supuesto, ni la normativa ni el civismo ha llegado a tanto, pero la pandemia puede que nos vaya acostumbrando.
El signo de la COVID-19 en una etapa se vacunación,... Ya podemos comer y cenar en restaurantes y las mascarillas se cuelgan de donde se puede, como de los sujeta-manteles. Y esas cenas con sol declinante son una maravilla.