Al principio, el epígrafe de esta entrada iba a ser: "
El poder de los blogs",... Pero no sería un título adecuado, porque no es nada original. Se puede comprobar en Google que, para ahora,
ya existen 44.600 posts con esta misma frase (en castellano, porque en inglés son millones).
Uno de estos artículos demuestra que una sola entrada en un blog relevante produjo pérdidas por varios miles de millones de dólares a una gran empresa. En todos los ámbitos, a día de hoy, es reconocida la influencia creciente e insospechada de la blogosfera. En la esfera política, antes y después de Obama, ya es aceptado que los blogs quizá no aseguren la victoria a ninguna candidatura, pero un sola bitácora o un pequeño anillo de blogs puede acarrear serias pérdidas electorales o, incluso, una imprevista derrota.
Siendo lo anterior verificable, también es exacto demostrar que quienes bloguean se atribuyen capacidades de comunicación y de impacto social que sólo existen en su egocéntrica imaginación. Porque el cibermundo es algo que conviene tasar en su justa medida, sin sobrevaloración y sin menosprecio. Una realidad es innegable:
la evolución tecnológica ha creado una nueva casta social: los bloggers. Son seres humanos, parece bastante verosímil, con cualidades nada destacables por apartados, pero bien combinadas (alfabetizaciones lingüística y digital superiores al promedio y una relativamente elevada autoestima -casi nunca justificada-). Unen a ello, una capacidad de agregación notable, con reuniones más virtuales que reales, y un efecto de expansión que está empezando a calar en los
mass-media, que amplifican los ecos de sus minoritarios susurros, opiniones y berridos en el ciberespacio.
La competencia grupal, la suma de personalismos, el ego como motor de automotivación y una respuesta palpable en el reconocimiento externo de sus "obras" les están dando aliento y un rol que progresa y se infiltra en todos los rincones de la sociedad. Pero, ¿con qué materias están construidos quienes bloguean día a día, sin obtener nada visible a cambio?
Una persona blogger mantiene unos dedos ágiles para moverse por el teclado, una mente abierta y receptiva como una antena para buscar temas interesantes, pies incansables para estar allí donde la noticia nace, y bastante tiempo para leer mucho antes de escribir algo... Necesita cerebro, lo normal para saber deambular entre lo virtual y lo real; educación, cuanta más... mejor; corazón grande, para encontrar resonancias y sintonías con los demás; y, sobre todo, precisa de tenacidad, perseverancia, empeño, constancia,...
porque un blog (como un hijo) es algo irreversible, para toda la vida.
[Reflexión a vuela pluma, se notará la confusa improvisación, después de una extensa y pluviosa jornada donde han llovido algunas llamadas y se han producido encuentros interesantes. Allá va, sin pulir pero no por cumplir, sino para compartir sentimientos...].