Billie Jean King vs Bobby Riggs: Cuando el tenis fue feminista

La “Battle of the Sexes”: el partido que sacudió al mundo

En pleno otoño de 1973, un partido de exhibición pasó a la historia no por su técnica tenística pura, sino por su carga simbólica: la llamada “Battle of the Sexes” entre la estrella feminista en activo Billie Jean King y el veterano showman y ex-número 1 Bobby Riggs. El enfrentamiento se celebró el 20 de septiembre de 1973 en el Houston Astrodome y King venció a Riggs en tres sets por 6–4, 6–3, 6–3. Este choque atrajo una audiencia televisiva masiva —cientos de millones en todo el mundo— y una asistencia en el Astrodome que, con algo más de 30.000 espectadores, permanece entre las mayores en la historia del tenis en EE. UU.

Bobby Riggs (1918–1995) no era un desconocido: fue campeón y figura del tenis de la década de 1930 y 1940, número 1 amateur en 1939 y también una personalidad del circuito profesional posterior. Tras retirarse como jugador de primer plano, Riggs reinventó su papel como provocador y showman: en 1973 afirmó públicamente que las jugadoras femeninas eran inferiores y que él, a sus 55 años, aún podría vencer a cualquiera de ellas. Esa mezcla de arrogancia y autopromoción alimentó el circo mediático que acabaría por rodear ambos partidos (primero contra Margaret Court, luego contra King).

El episodio previo más sonado fue la victoria de Riggs sobre Margaret Court en mayo de 1973 —partido que Riggs vendió como “Mother’s Day” y que Court aceptó por un garante económico—; esa victoria empujó a Billie Jean King a aceptar el reto, en parte porque temía el efecto regresivo que una derrota ante Riggs podría tener sobre la todavía reciente lucha por la igualdad de las tenistas profesionales. El encuentro con King fue un encuentro pactado como espectáculo (con importantes incentivos económicos) pero histórico por lo que representaba para el movimiento de mujeres en los años 70.

Técnicamente, el partido fue una demostración de la superioridad en ese momento de forma y de táctica de King: en lugar de adoptar un juego agresivo de acercamiento a la red (la seña de identidad de Riggs), King variaba ritmos, le hacía correr y explotó las debilidades de su rival. Riggs, que inicialmente lo planteó como mero show, intentó ajustarse pero la diferencia física por edad y la estrategia eficaz de King hicieron que el match se resolviera en tres sets. En palabras de King, la responsabilidad era enorme: sentía que no jugaba solo por ella sino por la credibilidad del tenis femenino y por el avance de la igualdad.

Más allá del marcador, el impacto social fue enorme. El partido se transformó en icono cultural —libros, documentales y una película reciente lo han recreado— y sirvió de catapulta para visibilizar la lucha por la igualdad en el deporte: la atención mediática ayudó a presionar por mejores condiciones y por la profesionalización del tenis femenino, parte de la energía que permitió avances como la creación de la WTA y los movimientos por la equiparación de premios en torneos importantes. A la postre, la “Battle” no resolvió todas las desigualdades, pero sí dejó una memoria simbólica potente sobre confrontar estereotipos de género en el deporte. 

Con los años han surgido también debates y teorías: algunos han afirmado que la diferencia de edad (Riggs tenía 55 años) fue el factor decisivo —y figuras como Martina Navratilova han matizado que un Riggs más joven habría sido un rival distinto—; otros han especulado con conspiraciones o arreglos, pero las fuentes y los implicados han defendido la veracidad del resultado y el mérito de King. Lo cierto es que la historia del encuentro mezcla deporte, espectáculo y política social y sigue siendo objeto de análisis desde perspectivas deportivas, de género y mediáticas.

Hoy, medio siglo después, la “Battle of the Sexes” se recuerda como un momento emblemático —tanto por la personalidad estrafalaria de Riggs como por la firmeza y el legado de King— que ayudó a convertir el tenis femenino en espectáculo global y a impulsar debates sobre igualdad que continúan vigentes. Releer aquel partido es, además de disfrutar de una anécdota chispeante del deporte, recordar cómo un evento deportivo puede amplificar causas sociales y transformar percepciones públicas.

La película "La batalla de los sexos" (2017)dirigida por James Erskine y Zara Hayesestá basada en aquellos hechos reales y mantiene una notable fidelidad con los acontecimientos históricos, aunque con algunas licencias dramáticas. La película condensa y dramatiza algunos aspectos para mayor impacto narrativo, como la cronología exacta de ciertos eventos y algunas conversaciones privadas que se recrean con fines cinematográficos. En general, es una representación históricamente responsable de un momento crucial en la lucha por la igualdad de género en el deporte.

Neo, el robot que quiere entrar en casas, fábricas y aulas

La llegada de Neo, el humanoide doméstico desarrollado por la startup 1X Technologies, abre un debate que combina entusiasmo tecnológico, marketing ambicioso y responsabilidades éticas. Presentado en octubre de 2025 como un asistente capaz de hacerse cargo de tareas domésticas —desde entregar objetos hasta “aprender” rutinas del hogar— Neo ya está en fase de preventa y promete llegar al mercado en 2026. Pero la realidad técnica y las condiciones comerciales merecen un análisis sosegado. 

¿Quiénes lo promueven?  Detrás de Neo está 1X Technologies, con sede en Noruega y presencia en San Francisco, con liderazgos públicos como el CEO Bernt Børnich y un ecosistema inversor que incluye vínculos a capitales del mundo de la IA. La campaña de lanzamiento ha sido contundente: vídeo-keynotes, demostraciones mediáticas y una narrativa centrada en “recuperar tiempo” para las personas liberándolas de tareas rutinarias. Esa narrativa ha funcionado: la prensa tecnológica y generalista lo ha difundido masivamente, creando la expectativa pública de un robot doméstico “listo para el hogar”. 

La compañía, fundada originalmente como Halodi Robotics, ha pivotado estratégicamente hacia el desarrollo de robots humanoides diseñados específicamente para entornos humanos. Su filosofía se fundamenta en una premisa simple pero poderosa: si nuestro mundo está construido por y para humanos, los robots que mejor se integrarán serán aquellos que compartan nuestra forma.

Presencia mediática y críticas tempranas.  Medios internacionales han recogido tanto la fascinación como la cautela. Si bien Neo aparece elegante y humanoide en fotografías y clips, reportajes de contraste señalan que muchas de sus acciones aun dependen de teleoperación o “modo experto” —es decir, intervención humana remota para enseñar o tomar el control— y que su autonomía real todavía está en desarrollo. Además, el precio anunciado (alrededor de 20.000 USD y opciones de suscripción) coloca a Neo fuera del alcance de la mayoría, lo que reconfigura su impacto social a corto plazo. 

Neo se distingue por su diseño biomimético y su enfoque en la seguridad. A diferencia de otros humanoides que priorizan la velocidad o la fuerza bruta, Neo está concebido como un asistente seguro para espacios compartidos con humanos. Su estructura incluye actuadores de diseño propio que permiten movimientos fluidos y naturales, alejándose de la rigidez mecánica que caracteriza a generaciones anteriores de robots.

Con aproximadamente 1.65 metros de altura y un peso cercano a los 30 kilogramos, Neo presenta proporciones que facilitan su movilidad en espacios domésticos y laborales estándar. Sus manos, dotadas de múltiples grados de libertad, pueden manipular objetos cotidianos con una destreza sorprendente, desde abrir puertas hasta organizar estanterías.

Quizás lo más revolucionario sea su sistema de locomoción bípeda. Neo camina con una estabilidad notable, adaptándose a diferentes superficies y obstáculos de manera autónoma. Esta capacidad, resultado de años de investigación en dinámica y control, representa un salto cualitativo en robótica móvil.

En el ámbito laboral, 1X Technologies propone a Neo como solución para tareas repetitivas en almacenes, manufactura ligera y logística. La automatización de estas funciones no sólo promete eficiencia, sino también la liberación de trabajadores humanos para actividades que requieran creatividad, empatía y pensamiento crítico. El sector asistencial emerge como otro campo prometedor. Neo podría apoyar en tareas básicas de cuidado, desde recordatorios de medicación hasta asistencia en movilidad, especialmente relevante en sociedades con poblaciones envejecidas.

Riesgos y preguntas abiertas.  Neo plantea preguntas que la educación debe abordar: ¿quién entrena a los robots y con qué datos? ¿qué empleo y qué cuidado social sustituye o complementa un asistente robótico? ¿cómo evitar que la brecha digital aumente con dispositivos de alto coste? La transparencia del fabricante y la regulación (certificados de seguridad, auditorías de privacidad) serán determinantes. 

Conclusión.  Neo es, hoy, tanto una promesa como un laboratorio social. Más útil que aceptar o rechazar el dispositivo por impulso es diseñar políticas públicas, proyectos educativos y marcos éticos que permitan experimentar con prudencia: aprovechar su potencial pedagógico mientras se protege la privacidad, la equidad y el sentido humano del cuidado.

Neo representa más que un logro técnico; simboliza una transición hacia una era donde la robótica sale de las fábricas para integrarse en nuestro tejido social. Su desarrollo nos invita a reimaginar nuestras instituciones educativas, espacios laborales y hogares. El verdadero éxito de Neo no se medirá en capacidades técnicas, sino en su capacidad para mejorar genuinamente la calidad de vida humana mientras preservamos los valores que nos definen.

Amistades de kilómetro cero: elogio del alma de barrio

En tiempos en que los algoritmos eligen por nosotros hasta la canción de la mañana, mantener una amistad de kilómetro cero es casi un acto de resistencia ecológica y emocional: Como cultivar tomates en la terraza en vez de comprarlos envasados. Estas amistades, muy cercanas en distancia, requieren cuidado, tiempo y una saludable obstinación contra la prisa digital. Este post es un homenaje al vecindario que te presta sal (y escucha tus penas).

Hay una pregunta que la modernidad líquida —esa que tanto le gustaba a Bauman (posts esenciales)— se empeña en hacernos olvidar: ¿Cuántos cafés has tomado este mes con alguien que viva a menos de diez minutos andando? Si la respuesta es “ninguno” o “¿cuenta el repartidor de pizzas?”, quizá sea momento de reivindicar lo que los comerciantes llaman “producto de kilómetro cero”, pero aplicado a algo infinitamente más nutritivo: las amistades.

La paradoja del infinito hiperconectadoVivimos en la era donde puedes mantener una conversación de WhatsApp con alguien en Tokio mientras ignoramos olímpicamente al vecino del quinto. Coleccionamos contactos como quien acumula puntos de fidelización: muchos, dispersos, y vagamente inútiles cuando realmente los necesitas. Virginia Woolf (posts) escribió que “la amistad es uno de los mayores placeres de la vida”, pero se olvidó de añadir el asterisco: "Especialmente si no requiere tres autobuses y planificación con quince días de antelación".

Filosofía y esquinaNo es nueva la idea de que la amistad es un bien mayor. Aristóteles habló de la amistad como una condición para la vida buena: forma parte de la ética de quienes desean el bien del otro por sí mismo. Aristóteles (posts) —ese señor que tenía razón en casi todo menos en física— decía que la amistad necesita “convivencia”. No Instagram, no videollamadas programadas: convivencia. 

Compartir tiempo sin mayor propósito que el tiempo mismo. Y seamos sinceros: ¿cuándo fue la última vez que fuiste “espontáneo” con alguien que vive en otra punta de la ciudad? La espontaneidad murió en algún lugar entre el “¿qué tal el miércoles que viene?” y el “mejor lo dejamos para después del puente”.

El contraataque de lo analógicoEn tiempos de nomadismo digital y amistades virtuales, reivindicar la cercanía física tiene algo de rebeldía anacrónica. Es casi punk preferir al vecino simpático antes que al contacto de LinkedIn que “deberíamos tomar un café cualquier día” (traducción: nunca).

Oscar Wilde, maestro de la paradoja, afirmó que “la verdadera amistad es como la salud: no valoramos su importancia hasta que la perdemos”. Pero hay otra cosa que no valoramos hasta que la perdemos: la posibilidad de tener amigos a los que puedas ver sin necesitar un permiso de tu jefe, tu pareja y el consejo de administración de tu calendario.

El milagro cotidianoFrente a las amistades globales y digitales, las amistades de proximidad —esas que viven a dos portales o a una calle— conservan una textura táctil: menos “pixeladas” y más inmediatas. Un “¿bajo a por un café?” puede valer más que cien mensajes de voz. La amistad de proximidad te permite recuperar el lujo de la pereza social: ese “me paso un rato” que no requiere ducha, cambio de ropa semi-formal ni planificación familiar. Es el antídoto contra la tiranía de la productividad aplicada hasta a las relaciones humanas.

Del barrio al pensamientoLo que aprendemos a pocos pasos del felpudo suele ser el material humano más sólido que luego aplicamos en otros ámbitos. Como escribió Italo Calvino, las ciudades son tejidos de memorias, deseos y trueques —una manera de decir que la vida urbana es, ante todo, relación. Las amistades locales son los hilos que sostienen esa trama. 

La amistad de kilómetro cero es la que te conoce en chándal, con resaca, un martes cualquiera. Es la que no necesita versión editada de tu vida porque ha visto el making-of completo. Como decía Montaigne sobre su amigo La Boétie: “porque era él, porque era yo”. Y podríamos añadir: porque vivíamos a dos calles.

Pequeños ritualesSaludos en la escalera, la conversación en la panadería, ese banco en el parque: las afinidades que Montaigne celebró brotan sin planes maestros. Montaigne, en su clásico ensayo sobre la amistad, nos recuerda que la amistad perfecta surge sin otro propósito que ser ella misma.

Una amistad sostenibleSi hablamos de sostenibilidad, la proximidad también es un principio aplicable a los afectos: bajo consumo emocional, retorno inmediato, menor huella logística. No todo afecto necesita envío exprés: algunos abrazos se recogen en la panadería. 

Proust (posts) necesitó siete tomos para explicar cómo funciona la memoria y el afecto, pero quizá la respuesta era más simple: hace falta estar cerca. Las grandes conversaciones no surgen en cenas programadas con dos semanas de antelación; emergen en esos cafés de “cinco minutos que se convierten en dos horas”, en esos paseos sin rumbo, en ese “sube que tengo que contarte algo” a las once de la noche.

Quizá la gran estafa de la globalización sea hacernos creer que las mejores conexiones están siempre en otra parte: otra ciudad, otro país, otro continente. Mientras tanto, ignoramos que la buena vida —esa que los griegos llamaban eudaimonia (posts)— podría estar tomando cerveza en la terraza de tu calle con alguien que sabe cómo te llamas sin consultar tu perfil. Como escribió el poeta Kavafis (posts)el viaje importa más que Ítaca. Pero a veces, solo a veces, Ítaca está en tu mismo barrio, esperando a que toques el timbre.

 Despedida Balconil: Día 50º y final del Aplauso Sanitario
Manual de uso (y disfrute). Las amistades de kilómetro cero no se cultivan en Facebook ni en cenas trimestrales. Se construyen en: - La panadería donde coincides cada sábado y ese saludo evoluciona a conversación, y la conversación a “¿tomamos algo?” - La librería de viejo donde compartes opiniones sobre Bolaño con el único otro cliente menor de setenta años. - El parque donde tu hijo coincide con el del vecino y descubres que tienes más en común que el código postal.

Epílogo: Volver a saludar, porque la felicidad está en el portal de al ladoLa revolución silenciosa quizá consista en volver a saludar y encontrarnos sin pantallas. Como dejó dicho Antonio Machado, “al andar se hace camino”: las amistades que valen acompañan el paso, y si además viven cerca, mejor. Menos Wi-Fi, más vecinos, entre portales y confidencias: el arte de la cercanía.

Posdata: Si después de leer esto descubres que no tienes ninguna amistad de kilómetro cero, no te preocupes. Empieza por saludar y reconocer al vecindario. Roma no se construyó en un día, pero seguramente el arquitecto vivía cerca de la obra.​​​​​​​​​​​​​​​​
@bankinter 👯‍♂️💚 Los amigos Km0 son esos que siempre están cerca, sin importar la distancia. 🌍✨ ¡Descubre por qué son tan valiosos en este vídeo! ▶️💫 🔸 En colaboración con Fernando Mora, psiquiatra 👉🏻 @doctormora_ ♬ sonido original - Bankinter

“Alice and Sparkle”: La IA jaquea a ilustradores y editores

El caso Alice and Sparkle y la literatura generada por Inteligencia Artificial. ¿Puede una máquina o un algoritmo escribir un libro clásico? Lecciones del primer bestseller infantil hecho por IA.

En diciembre de 2022, el diseñador tecnológico Ammaar Reshi publicó Alice and Sparkle, un libro infantil producido en un fin de semana combinando ChatGPT para el texto y Midjourney para las ilustraciones. La rapidez y el bajo coste del proyecto lo convirtieron en botón de muestra: la IA ya no es solo herramienta experimental, sino una posible “autor” práctico capaz de generar obras publicadas.

La aparición de Alice and Sparkle desató una reacción en cadena: desde la fascinación mediática hasta una protesta intensa por parte de comunidades de artistas e ilustradores. Las críticas se centraron en dos ejes: primero, la ética de entrenar modelos con obras humanas sin compensación; segundo, la calidad estética y cultural de obras que, aunque técnicamente correctas, podrían carecer del “espíritu” o la intención humana.

¿Por qué importa este caso? Alice and Sparkle funciona como ejemplar porque condensa en un solo experimento las preguntas que ahora ocupan a editores, juristas y creadores: ¿Puede la IA ser autora?

Existen matices útiles: algunos escritores han explorado la colaboración con IA como metodología creativa —usar modelos para desbloquear ideas, reescribir o proponer variantes— sin renunciar a la curaduría humana. El caso de Stephen Marche con Death of an Author (obra compuesta mayoritariamente con LLMs, y analizada en la prensa especializada) pone de manifiesto otra vía: la IA como “colaborador” masivo, donde el autor humano selecciona, corrige y organiza el material generado.

Frente a los problemas y oportunidades, propongo tres líneas de actuación práctica para el ámbito editorial y creativo:

  1. Transparencia obligatoria: etiquetar obras total o parcialmente generadas por IA. El lector tiene derecho a saber si la voz que lee surge íntegramente de un modelo estadístico o de una persona con historia y experiencia.
  2. Modelos de compensación y trazabilidad: desarrollar mecanismos que reconozcan la contribución de creadores cuyos trabajos (imágenes, textos) han servido para entrenar modelos.
  3. Nuevas prácticas editoriales: formar a editores y agentes en curaduría de outputs de IA (prompt‑engineering, edición post‑IA, normas estilísticas), de modo que el resultado final combine eficiencia tecnológica y criterio humano.

También hay propuestas culturales: fomentar proyectos que exploren la IA como herramienta pedagógica (talleres de escritura co‑creativa), y convocatorias literarias que acepten obras co‑firmadas por humanos e IA, para normalizar y estudiar la hibridación creativa.

Conclusión: Alice and Sparkle no es solo una curiosidad técnica: es un caso fundacional que obliga a reimaginar marcos legales, modelos de negocio y prácticas creativasEl Legado de un Cuento Algorítmico. Más allá de su calidad literaria cuestionable, Alice and Sparkle cumplió una función histórica: materializó ansiedades colectivas sobre automatización creativa.

@lebretzel_ Quel est le secret du livre Alice and Sparkle d'Ammaar Reshi ? 🤔 #chatgpt #openai #midjourney #technews #actutech #technologie #IA #AI #intelligenceartificielle #livre #amazon #fyp ♬ Try Something New - Alex Arias & Alexander Julius Wright

BookTok: ¿Leer vuelve a ser cool o banalización de la crítica?

Efecto BookTok: Cuando TikTok revolucionó la crítica literaria. Hemos pasado de los suplementos culturales a los vídeos de 60 segundos para recomendar obras. LGeneración Z reescribe las reglas del mercado editorial, creando lectores (y también best-sellers). El fenómeno BookTok se mueve entre el entusiasmo genuino por la democratización de la crítica y la dictadura del algoritmo. 

El nacimiento de un fenómeno culturalEn 2020, mientras el mundo se confinaba por la pandemia, algo inesperado ocurrió en TikTok: jóvenes de todo el planeta comenzaron a compartir sus recomendaciones literarias en vídeos de menos de un minuto. Lo que empezó como una tendencia espontánea se convirtió en BookTok, un movimiento que ha transformado radicalmente la industria editorial y la forma en que se consume y discute la literatura en el siglo XXI.

BookTok no es simplemente una etiqueta más en redes sociales. Con más de 200 mil millones de visualizaciones, representa un ecosistema completo donde millones de lectores, principalmente de la Generación Z y millennials jóvenes, comparten reseñas, recomendaciones y reacciones emocionales a sus lecturas. Y lo más sorprendente: están comprando libros en cantidades masivas. 

La democratización de la crítica literariaDurante décadas, la crítica literaria fue territorio exclusivo de suplementos culturales, revistas especializadas y académicos universitarios. Los guardianes del canon literario decidían qué obras merecían atención y cuáles quedaban en el olvido. BookTok ha dinamitado este modelo vertical.

En esta nueva crítica, no importan los títulos académicos ni la prosa refinada. Lo que cuenta es la autenticidad, la conexión emocional y la capacidad de transmitir pasión por la lectura en formato ultra-breve. Una adolescente llorando mientras sostiene "Una corte de rosas y espinas" de Sarah J. Maas puede tener más impacto en las ventas que una reseña de cinco páginas en un prestigioso periódico.

Esta horizontalidad tiene ventajas evidentes: voces diversas, criterios plurales y una accesibilidad sin precedentes. Jóvenes que nunca leyeron suplementos culturales ahora devoran recomendaciones literarias diariamente. BookTok ha conseguido algo que la educación formal llevaba décadas intentando: hacer que leer sea cool.

El poder transformador del algoritmoLos números son contundentes. Libros como It Ends with Us de Colleen Hoover, publicado en 2016, experimentaron un resurgimiento extraordinario gracias a BookTok, vendiendo millones de ejemplares adicionales años después de su lanzamiento. Clásicos olvidados vuelven a las listas de más vendidos. Autores desconocidos alcanzan fama internacional de la noche a la mañana.

Las editoriales, inicialmente escépticas, han tenido que adaptarse. Muchas crean ahora departamentos específicos de BookTok, envían ejemplares a creadores de contenido y diseñan portadas "instagrameables". Las librerías han creado secciones especiales con el distintivo "Popular en BookTok", reconociendo la influencia real de estas recomendaciones en el comportamiento del consumidor.

Las sombras de la revoluciónSin embargo, BookTok no está exento de controversias y limitaciones. Los críticos señalan varios problemas estructurales de este nuevo paradigma:

- La tiranía del formato: Reducir una obra literaria compleja a un vídeo de 60 segundos inevitablemente simplifica, cuando no banaliza, el discurso crítico. ¿Cómo analizar los matices de Proust (otros posts) o la complejidad de Virginia Woolf (otros posts) en ese tiempo? La respuesta suele ser: no se hace.

- Homogeneización de gustos: El algoritmo de TikTok tiende a crear cámaras de eco. BookTok favorece abrumadoramente géneros específicos: romance, fantasía young adult, ficción new adult. Obras experimentales, literatura clásica o ensayo tienen escasa presencia. Esto plantea interrogantes sobre la diversidad real que el movimiento promueve.

- La supremacía de lo emocional: BookTok privilegia la reacción visceral sobre el análisis reflexivo. Los vídeos más virales suelen mostrar lágrimas, risas o sorpresa, no argumentaciones elaboradas sobre técnica narrativa o contexto histórico. ¿Es esto crítica literaria o simple entretenimiento emocional?

- Mercantilización acelerada: La línea entre recomendación genuina y marketing se difumina constantemente. Muchos booktokers reciben libros gratuitos, invitaciones a eventos o compensaciones económicas. La transparencia no siempre es óptima.

Hacia una convivencia enriquecedoraLa pregunta no debería ser si BookTok es bueno o malo para la literatura, sino cómo puede coexistir con otras formas de crítica literaria. La crítica académica aporta profundidad, contexto histórico y rigor analítico. Los suplementos culturales ofrecen perspectiva profesional y espacio para la argumentación extensa. BookTok contribuye con entusiasmo contagioso, accesibilidad y capacidad de llegar a audiencias tradicionalmente alejadas de la lectura.

El nuevo gatekeeper es el algoritmo. El algoritmo de TikTok no premia la profundidad, la complejidad o la ambigüedad. Premia la performance de la emoción. Prefiere lo que es fácilmente empaquetable en 60 segundos. Esto crea un bucle de retroalimentación que favorece ciertos tipos de narrativa: tramas de alto impacto emocional, romances tórridos y finales devastadores.

El desafío educativo consiste en formar lectores que puedan transitar entre estos niveles: disfrutar de la emoción inmediata que ofrece un vídeo de BookTok, pero también desarrollar herramientas para un análisis más profundo y crítico. 

Conclusión: La lectura se transforma, no desapareceBookTok demuestra algo fundamental: el deseo humano de compartir historias y conectar a través de la literatura sigue vivo, simplemente ha encontrado nuevos canales. Mientras algunos deploran la supuesta degradación del discurso literario, millones de jóvenes están leyendo, comprando libros y formando comunidades lectoras vibrantes.

La nueva crítica no sustituye a la tradicional; la complementa, la desafía y, ocasionalmente, la supera en alcance e influencia. El futuro de la literatura probablemente no esté en elegir entre ambas, sino en construir puentes que permitan el diálogo enriquecedor entre generaciones y formatos.

@sol.blazquez como empezar en booktok #lectoras #lectores #bookwarms #booktok #libros #leer #comoempezarbooktok #consejos #crearcontenido ♬ Pop beat BGM / long version(1283324) - nightbird_bgm

La estupidez de la gente culta: Lecciones para la educación

La obra «La estupidez de la gente culta» recopila los artículos periodísticos que Chesterton escribió en el año 1912 para varias publicaciones, siendo este tomo el séptimo de una serie de recopilaciones de sus escritos de prensa.  El título en español, «La estupidez de la gente culta», da a entender un choque de ideas: no se trata de atacar la cultura en sí, sino de advertir los riesgos de lo que se considera “culto” o “educado” cuando pierde el sentido de lo humano, ético o práctico.

El contexto: 1912 es el año del hundimiento del Hundimiento del Titanic, del escándalo Marconi en el Parlamento británico, del setenta aniversario de la revista The Illustrated London News (para la que Chesterton escribía) y de la fundación de la compañía teatral   The Players’ Club por el autor. 

Los artículos abordan temas tan variados como la crítica de la moda intelectual de la época, la enseñanza, la política, el papel del periodismo, la religión, la educación de las masas, la “gente culta” que quizá presume de saber pero carece de juicio, y la necesidad de una sabiduría que no sea sólo académica. El tono es ágil, sardónico, divertido muchas veces, pero también serio cuando apunta a lo que considera una decadencia moral o cultural.

Por ejemplo, uno de los ejes es la idea de que la cultura o la educación no garantizan el sentido común, la virtud o el buen juicio. Que una “gente culta” sin raíces, sin humildad, sin conexión con lo real, puede caer en la estupidez —en la vulgaridad intelectual, en la arrogancia. Esa es la provocación del autor.

Otra línea es la defensa de lo cotidiano, de lo popular, de la sabiduría común frente al elitismo o al esnobismo. Chesterton recuerda que los “expertos” no deben convertirse en sacerdotes de la verdad sin cuestionamiento.

Este libro permite al lector adentrarse en la faceta periodística de Chesterton, menos conocida quizá que sus novelas, pero igualmente reveladora de su personalidad literaria: humor, paradoja, crítica social, ironía ética. Además, muestra cómo pensaba en aquel momento sobre cultura, educación, medios de comunicación y sociedad. Aun siendo textos de 1912, muchas de sus observaciones tienen vigencia para la educación, la prensa y la reflexión sobre el saber.

Siguen tres citas extraídas del autor que ilustran bien su pensamiento (y que sirven como complemento al volumen, disponible también en Google Books):

  • "Sin educación, estamos en un horrible y mortal peligro de tomar en serio a las personas educadas."
  • "El momento en que los hombres comienzan a preocuparse más por la educación que por la religión, comienzan a preocuparse más por la ambición que por la educación... La educación tiende a ser un reflector que se centra enteramente en sí mismo."
  • "La democracia significa gobierno por los no educados, mientras que la aristocracia significa gobierno por los mal educados."

  • Estas frases condensan la reflexión de Chesterton: no se trata de rechazar la educación ni la cultura, sino de advertir que hay formas de “ser culto” que pueden volverse vacías, arrogantes o desconectadas de lo humano. De qué sirve saber mucho si no se entiende lo humano: Es el mensaje de Chesterton contra la vanidad intelectual.

    G. K. Chesterton (Gilbert Keith Chesterton, véase en otros muchos posts) nació el 29 de mayo de 1874 en Londres y falleció el 14 de junio de 1936 en Beaconsfield, Buckinghamshire.  Fue un escritor muy prolífico: ensayista, novelista, crítico literario, periodista y apologista cristiano.  Su educación incluyó estudios artísticos en la Slade School y literatura en University College London

    Chesterton desarrolló un estilo distintivo, lleno de paradojas, humor, ironía inteligente y una defensa de lo que él consideraba “el sentido común” frente a modas intelectuales o filosofías de su tiempo.  Inicialmente se identificó con el anglicanismo, pero en 1922 se convirtió plenamente al catolicismo, lo cual marcó profundamente su obra posterior. 

    Entre sus obras más conocidas figuran la novela The Man Who Was Thursday (1908), la serie de relatos del sacerdote-detective Father Brown y los ensayos Orthodoxy (1908) y The Everlasting Man (1925). Su importancia literaria radica también en su capacidad para combinar lo cotidiano y lo filosófico, lo humorístico y lo serio, y para cuestionar la “sabiduría establecida” con una mirada fresca. Por todo ello, muchos lo han llamado “el príncipe de la paradoja”. 

    Tuits para aprender física a cualquier edad

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    Edén: Historia real, horror genuino, así somos los humanos

    Cuando el sueño utópico se transforma en pesadilla existencial, esa es la historia y la película "Edén". Ron Howard regresa con "Edén", un thriller histórico que nos transporta a las islas Galápagos en los años 30, donde un grupo de europeos intenta crear una sociedad utópica alejada de la civilización. Basada en hechos reales, la película se estrena como una de las propuestas más ambiciosas y perturbadoras del año, explorando la delgada línea entre el idealismo y la barbarie.

    El equipo creativo: maestría detrás de cámaras. Ron Howard, el veterano cineasta responsable de películas tan diversas como "Una mente maravillosa" y "Apollo 13", se adentra aquí en territorio psicológico y claustrofóbico. Howard demuestra una vez más su versatilidad, abandonando la comodidad de las producciones hollywoodienses convencionales para sumergirse en una historia incómoda, visceral y profundamente humana.

    El guión, escrito por Noah Pink, se inspira en los extraños sucesos conocidos como "El asunto de las Galápagos" o "La maldición de Floreana". Pink construye un relato que funciona simultáneamente como crónica histórica, thriller psicológico y meditación filosófica sobre la naturaleza humana. La narrativa avanza con la precisión de un reloj suizo, dosificando la tensión mientras los personajes se desmoronan bajo el peso de sus propias contradicciones.

    Un reparto excepcional en estado salvaje:

    Jude Law encarna al Dr. Friedrich Ritter, un filósofo alemán nietzscheano que huye a las Galápagos con su amante en busca de una vida auténtica. Law ofrece una de sus interpretaciones más matizadas, capturando la arrogancia intelectual y la fragilidad psicológica de un hombre que descubre que escapar de la civilización no significa escapar de uno mismo.

    Vanessa Kirby interpreta a Dore Strauch, la compañera de Ritter, en una actuación que rezuma vulnerabilidad y resistencia a partes iguales. Kirby, siempre magnética en pantalla, construye un personaje complejo que evoluciona de idealista soñadora a superviviente curtida.

    Ana de Armas asume el papel de la Baronesa Eloise von Wagner Bosquet, una austríaca excéntrica que llega a la isla proclamándose emperatriz de su propio reino tropical. De Armas brilla en este rol extravagante y manipulador, robando cada escena con una interpretación que oscila entre lo cómico y lo terrorífico.

    Daniel Brühl completa el cuarteto principal como Heinz Wittmer, un alemán más pragmático que llega con su familia embarazada buscando una vida simple. Brühl aporta el contrapunto de cordura necesario en medio del caos psicológico.

    La veracidad histórica: hechos más extraños que la ficción. Lo más fascinante de "Edén" es que los eventos más inverosímiles realmente ocurrieron. Entre 1929 y 1934, varios grupos de colonos europeos se establecieron en la isla Floreana (entonces Charles) en las Galápagos. Lo que comenzó como experimentos utópicos individuales derivó en conflictos territoriales, desapariciones misteriosas y muertes que nunca fueron completamente esclarecidas.

    La película respeta en gran medida los hechos documentados: la relación sadomasoquista entre Ritter y Strauch, la llegada teatral de la autoproclamada baronesa con sus amantes, las tensiones por los escasos recursos, y las misteriosas desapariciones que culminaron con la muerte de Ritter por intoxicación alimentaria y el hallazgo de un cadáver momificado en otra isla. Howard y Pink toman libertades dramáticas, evidentemente, pero el núcleo histórico permanece intacto, lo que hace la experiencia aún más inquietante.

    Sinopsis: cuando el paraíso se pudre. La película sigue cronológicamente la llegada de los colonos a Floreana. Primero, Ritter y Strauch, quienes se extraen sus propios dientes y adoptan una dieta cruda, convencidos de estar creando un nuevo modelo de existencia. La llegada de la familia Wittmer altera este frágil equilibrio, pero el verdadero caos comienza con la aparición de la Baronesa y su séquito.

    Lo que sigue es una espiral descendente hacia la paranoia, la violencia y la muerte. Los ideales se desmoronan ante la realidad de la escasez, el aislamiento y las personalidades tóxicas. Howard filma la descomposición del sueño edénico con una belleza visual que contrasta brutalmente con la podredumbre moral de sus habitantes.

    Valoración: una parábola sobre la condición humana. "Edén" es cine adulto e inteligente que confía en su audiencia. Howard no ofrece respuestas fáciles ni moraleja simplista. En cambio, presenta un espejo oscuro donde reconocemos nuestras propias contradicciones: el deseo de escapar conviviendo con la imposibilidad de huir de nosotros mismos.

    Visualmente deslumbrante, con actuaciones soberbias y un guión que respeta la complejidad moral de sus personajes, "Edén (disponible en Prime) es una experiencia cinematográfica inquietante y memorable. No es una película para todos los públicos —su ritmo es deliberado y su contenido perturbador— pero para quienes aprecian el cine que desafía y provoca, es imprescindible.