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Síndrome de Dorian Gray en Silicon Valley: Séneca o Biohacking

¿Por qué estamos obsesionados con vivir para siempre si no sabemos en qué ocupar un domingo por la tarde? Nos hemos convertido en los gerentes de nuestra propia biología. Si te levantas hoy y lo primero que haces no es mirar por la ventana, sino consultar una aplicación que te dice qué tal has dormido (porque tu propia sensación de descanso ya no tiene autoridad), bienvenido: eres parte del “Yo Cuantificado”.

Vivimos en la era de la optimización total. Desde los protocolos de longevidad de millonarios tecnológicos como Bryan Johnson (otros posts nuestros) —quien gasta dos millones de dólares al año para tener los órganos de un adolescente— hasta el uso casual de nootrópicos y medidores de glucosa en personas sanas. El cuerpo ha dejado de ser el templo del espíritu para convertirse en un hardware defectuoso que necesita parches constantes, updates y mantenimiento preventivo.

El cuerpo como máquina, la educación como software. Esta visión mecanicista no se queda en el gimnasio o en la farmacia; ha infectado nuestras escuelas y bibliotecas. En la educación moderna, cada vez se habla menos de "formación del carácter" o de "sabiduría" y más de "adquisición de competencias", “rendimiento cognitivo” y "eficiencia". Tratamos a los estudiantes como discos duros que hay que desfragmentar y llenar de datos útiles para el mercado.

Si un niño se distrae mirando una mosca, buscamos una etiqueta diagnóstica y una solución química para "reoptimizar" su atención. Hemos olvidado lo que el filósofo Byung-Chul Han (otros posts) llama "el aroma del tiempo": la capacidad de demorarse en las cosas, de aburrirse, de contemplar sin un fin productivo.

La literatura como resistencia a la eficiencia. Aquí es donde los libros —los buenos, los difíciles, los lentos— se vuelven revolucionarios. Leer En busca del tiempo perdido de Proust o enfrentarse a la densidad de Thomas Mann es, bajo la óptica moderna, una pérdida de tiempo imperdonable. No es eficiente. No te hace más rico. No baja tu cortisol de inmediato.

Sin embargo, la literatura nos recuerda una verdad incómoda que el biohacking intenta ocultar: somos finitos, somos falibles y vamos a morir. Los estoicos, como Séneca, no buscaban la inmortalidad física, sino la robustez moral. En su tratado Sobre la brevedad de la vida, Séneca nos advierte: "No es que tengamos poco tiempo, sino que perdemos mucho". Pero su definición de "perder tiempo" no era dejar de trabajar para mirar las nubes; era precisamente lo contrario: gastar la vida en ocupaciones vanas, en la ansiedad por el futuro, en la obsesión por controlar lo incontrolable.

El miedo detrás del dato. ¿Qué hay detrás de esta obsesión por medir nuestros pasos, nuestras calorías, nuestras fases REM y nuestra variabilidad cardíaca? Miedo. Un pánico profundo al azar y a la decadencia.

Al tratar de convertirnos en máquinas biológicas perfectas, estamos extirpando lo que nos hace humanos: la vulnerabilidad, la pasión (que etimológicamente significa "sufrimiento" o "padecer") y el placer no utilitario. Comer ya no es un acto cultural y hedónico, es "ingesta de macros". Leer no es un diálogo con los muertos, es "procesamiento de información".

Conclusión: La rebelión de lo inútil. No estoy en contra de la ciencia ni de la medicina. Aspiro a la longevidad (centenares de posts). Vivir más y mejor es un triunfo de nuestra especie. Pero hay una línea delgada entre cuidar el vehículo y olvidar el viaje.

Quizás la verdadera salud hoy en día no se mida en un reloj inteligente. Quizás la salud mental resida en la capacidad de leer un poema sin buscarle la utilidad, en comer un trozo de pan sin pensar en el pico de glucosa, y en aceptar que nuestras arrugas y cicatrices no son errores del sistema, sino el mapa de que hemos estado aquí, de que hemos vivido, y de que, afortunadamente, no somos robots. Dejemos de optimizar un poco. Empecemos a vivir.

Releyendo a clásicos, como Cervantes o Joyce

Los autores clásicos que aborrecimos en la educación secundaria, por qué merecen una segunda oportunidad en la etapa adulta. Cómo leer a Joyce (otros posts) y a Cervantes (otros posts) sin morir en el intento (y por qué ahora sí nos gustarán). Don Quijote y Ulises no eran aburridos: Sólo que entonces éramos demasiado jóvenes. La redención de las grandes obras tras la obligatoriedad de la secundaria. Quizá los odiamos a los 16 años… hoy los necesitamos a los 30, 50 o 70 años. Ahora sin exámenes ni resúmenes obligatorios: hoy daremos una guía para redimirlos.

Muchos, no todos, guardan cicatrices literarias de nuestra adolescencia. Para muchos, el Quijote representa tardes interminables descifrando un castellano impenetrable, mientras que Ulises —si tuvieron la desgracia de encontrárselo en bachillerato— equivale a un trauma permanente. Pero ¿y si el problema nunca fueron ellos, sino el sistema que nos obligó a leerlos cuando aún no estábamos preparados?

El fracaso pedagógico: cuando enseñar mata el placer La educación secundaria comete un error fundamental al abordar los clásicos: los trata como deberes morales en lugar de experiencias estéticas. Se nos impone la lectura de obras maestras con el mismo espíritu con que se administra un medicamento amargo pero necesario. El resultado es predecible: generaciones enteras asocian a Cervantes con el aburrimiento y a Joyce con la incomprensión.

El problema radica en la brecha cognitiva y experiencial. Un adolescente de 15 años carece del bagaje vital para apreciar la melancolía de Don Quijote contemplando su biblioteca en llamas, o la densidad del monólogo interior de Molly Bloom. La ironía cervantina requiere haber conocido el desengaño; la experimentación joyceana exige familiaridad previa con las convenciones narrativas que dinamita. Pedirles a los estudiantes que disfruten estas obras es como esperar que un novato aprecie el jazz avant-garde sin haber escuchado nunca música. Lo que no nos dijeron es que Leopold Bloom también es obscenamente divertido, tierno y sucio.

Además, la metodología es desastrosa. Los clásicos se diseccionan en busca de "temas" y "recursos literarios", convirtiendo la lectura en una autopsia. Se fragmenta el texto en capítulos obligatorios, se exigen resúmenes que demuestren que se ha leído (aunque no se haya comprendido), y se evalúa mediante exámenes que miden memorización, no sensibilidad. No es sorprendente que muchos estudiantes terminen odiando precisamente aquello que debería liberarlos.

La relectura adulta: Descubrir lo que siempre estuvo ahí Volver al Quijote con treinta o cuarenta años es una revelación. Lo que en la adolescencia parecía un ladrillo polvoriento se transforma en una comedia sofisticada sobre la naturaleza de la ficción y la realidad. El humor de Cervantes —sutil, compasivo, profundamente humano— cobra sentido cuando uno ha vivido lo suficiente para reconocer sus propias quijotadas: esos momentos en que la imaginación choca contra el mundo real.

La madurez permite apreciar la ternura con que Cervantes trata a su protagonista enloquecido. Don Quijote no es simplemente un loco ridículo, sino un idealista conmovedor en un mundo pragmático y desencantadoSus fracasos resuenan porque todos hemos sido derrotados por la realidad. Su dignidad, incluso en el ridículo, nos conmueve porque reconocemos en él nuestra propia vulnerabilidad. Alonso Quijano no es solo un loco; es un hombre que se niega a aceptar que el mundo es un lugar gris, burocrático y sin magia. Su lucha es la lucha contra el cinismo. Y Sancho Panza deja de ser el tonto glotón para convertirse en la representación de la lealtad más pura. La relectura adulta revela que el Quijote es un libro sobre cómo mantener la dignidad cuando la realidad te dice que eres irrelevanteEso es algo que un adolescente difícilmente puede captar, pero que un adulto siente en los huesos.

Con Joyce ocurre algo similar, aunque más extremo.  Ulises es objetivamente difícil, pero la dificultad es parte de su placer. Leerlo como adulto, sin la presión de un examen inminente, permite saborear su virtuosismo lingüístico, su ambición enciclopédica, su humor escatológico y su celebración de lo ordinario. Leopold Bloom, caminando por Dublín durante un día cualquiera, se convierte en un héroe moderno precisamente por su normalidad. Pero esa revelación exige paciencia, curiosidad y cierta experiencia de vida. Joyce es, ante todo, divertido y profundamente humano.

Cómo leerlos ahora: estrategias para la segunda oportunidad: 

Busca alternativas: Escuchar audiolibros como puerta de entrada o lee en grupo, para compartir dudas y descubrimientos enriquece la experiencia.

Elimina la obligación. Lee sin presión, sin calendario, sin necesidad de "terminarlo". Los clásicos no son montañas que conquistar, sino territorios que explorar.

Busca ediciones comentadas. Una buena introducción y notas al pie pueden iluminar referencias oscuras sin infantilizar al lector. Para el Quijote, la edición del Instituto Cervantes es accesible; para Joyce, las guías de lectura son prácticamente necesarias.

Acepta la dificultad. No entenderlo todo no es fracaso, es parte del proceso. Joyce escribió Ulises para mantener ocupados a los críticos durante siglos. No necesitas descifrar cada alusión para captar su belleza.

Lee en voz alta. Cervantes y Joyce escribieron con un oído exquisito para el ritmo y la sonoridad. Escuchar el texto añade una dimensión que la lectura silenciosa pierde.

Contextualiza sin academicismo. Comprender la España del siglo XVII o la Irlanda colonial enriquece la lectura, pero no te conviertas en historiador. Una biografía breve de los autores suele bastar.

Los clásicos que odiaste en el instituto no eran los culpables. El momento era erróneo, el enfoque era equivocado, y tu yo adolescente simplemente no estaba listo. Ahora sí lo estás. Dale a Cervantes y a Joyce —y a todos esos libros que abandonaste con resentimiento— la segunda oportunidad que merecen. Puede que descubras que el problema nunca fue la literatura, sino cómo te enseñaron a no amarla.

Filósofos para que la juventud aprenda a pensar en libertad

En nuestra labor educadora, ya como docentes jubilados, encontramos carencias en nuestro entorno más joven de nietos-nietas o amistades a quienes tratamos de formar. Quizá nuestra mayor preocupación actual resida en el escaso bagaje crítico de filosofía que observamos

Desde esta modesta plataforma de blog, vamos a repasar y combinar algunos clásicos universales, pensadores europeos clave, y otros que nos ayuden a todas las generaciones a entender los retos contemporáneos que se avecinan en ciencia, ética, política, tecnología, humanismo,...

Dedicaremos sendos posts a estos 20 Filósofos referenciales para la juventud europea, que hemos ordenado cronológicamente para dar visión histórica. De todos ellos ya escribimos en distintas ocasiones, pero queremos adquirir el compromiso de detenernos en su aportación específica y en cómo el pensamiento universal pudo evolucionar con sus contribuciones:

  1. Sócrates – El origen del pensamiento crítico y del diálogo.
  2. Platón Teoría de las Ideas, justicia, política y educación.
  3. Aristóteles Lógica, ética de la virtud, ciencia y política.
  4. Agustín de Hipona (San Agustín)Fe y razón en la tradición cristiana.
  5. Tomás de AquinoFilosofía escolástica y síntesis entre fe y razón.
  6. René DescartesRacionalismo, duda metódica y nacimiento de la filosofía moderna.
  7. John LockeLiberalismo, derechos individuales y empirismo.
  8. David HumeEscepticismo, empirismo y crítica a la religión.
  9. Immanuel KantDeber moral, crítica de la razón y autonomía.
  10. Georg Wilhelm Friedrich HegelDialéctica, historia y libertad.
  11. Karl MarxCrítica al capitalismo y teoría social.
  12. Friedrich NietzscheNihilismo, vitalismo y crítica a la moral.
  13. Søren Kierkegaard – Existencialismo, angustia y fe individual.
  14. Jean-Paul Sartre (posts previos) – Existencialismo, libertad y responsabilidad.
  15. Simone de Beauvoir – Feminismo existencialista, El segundo sexo.
  16. Hannah Arendt (posts previos) – Totalitarismo, política y condición humana.
  17. Ludwig Wittgenstein – Filosofía del lenguaje y los límites del pensamiento.
  18. Michel Foucault (posts previos) – Poder, biopolítica y crítica de las instituciones.
  19. Jürgen Habermas (posts previos) – Democracia deliberativa y comunicación.
  20. Martha Nussbaum  (posts anteriores) – Ética contemporánea, justicia social y emociones.

Podríamos crear un programa educativo, con siete módulos para entender la filosofía y la vida:

Módulo 1. Nacer a la filosofía: preguntas eternas

  • Sócrates – Pensar en diálogo, aprender a preguntar.
  • Platón – Justicia, política y la utopía de la educación.
  • Aristóteles – Virtud, lógica y cómo organizar la vida buena.

👉 Tema central: cómo empezó la filosofía y por qué seguimos preguntándonos lo mismo hoy.

Módulo 2. Fe, razón y mundo medieval

  • San Agustín – El sentido de la vida, la interioridad y la fe.
  • Tomás de Aquino – Ciencia, fe y la idea de un orden racional.

👉 Tema central: la búsqueda de armonía entre razón y religión.

Módulo 3. La revolución del pensamiento moderno

  • René Descartes – La duda metódica y el “pienso, luego existo”.
  • John Locke – Libertad, derechos y el contrato social.
  • David Hume – Empirismo y la fragilidad de nuestras certezas.
  • Immanuel Kant – Deber moral, autonomía y la Ilustración.

👉 Tema central: el nacimiento del individuo moderno y sus derechos.

Módulo 4. Historia, sociedad y revoluciones

  • Hegel – La historia como camino hacia la libertad.
  • Karl Marx – Crítica al capitalismo y justicia social.

👉 Tema central: comprender la sociedad y transformarla.

Módulo 5. Existencia, libertad y sentido

  • Søren Kierkegaard – Angustia, fe y elección personal.
  • Friedrich Nietzsche – Vitalismo, voluntad de poder y superar el nihilismo.
  • Jean-Paul Sartre – Existencialismo: somos libres y responsables.
  • Simone de Beauvoir – Feminismo existencialista: no se nace mujer, se llega a serlo.

👉 Tema central: cómo vivir auténticamente y asumir la libertad.

Módulo 6. Lenguaje, poder y política

  • Ludwig Wittgenstein – Los límites del lenguaje son los límites del mundo.
  • Hannah Arendt (posts previos) – Totalitarismo, acción política y la condición humana.
  • Michel Foucault – Poder, control y resistencia.
  • Jürgen Habermas – Democracia deliberativa y comunicación racional.

👉 Tema central: entender el poder, el lenguaje y cómo convivir democráticamente.

Módulo 7. Filosofía contemporánea y retos del presente

👉 Tema central: ética global, feminismo, desigualdad y cómo construir un mundo más humano hoy.

Aún nos quedarían otros 50 pensadores que conviene recordar, porque enriquecen la visión, abren nuevas perspectivas y completan el mapa de la filosofía occidental y global. Agrupados en bloques temáticos y cronológicos, serían:

🔹 Filosofía clásica y helenística

  1. Heráclito – Todo fluye, filosofía del cambio.
  2. Parménides – El ser inmóvil frente al devenir.
  3. Epicuro – Filosofía del placer sereno.
  4. Zenón de Citio – Estoicismo: vivir de acuerdo con la naturaleza.
  5. Marco Aurelio – Meditaciones, ética estoica práctica.
  6. Plotino – Neoplatonismo y el Uno trascendente.

🔹 Filosofía medieval y renacimiento

  1. Boecio – La consolación de la filosofía.
  2. Averroes (Ibn Rushd) – Transmisor de Aristóteles al mundo medieval.
  3. Maimónides – Filosofía judía y conciliación de razón y fe.
  4. Guillermo de Ockham – Nominalismo y la “navaja de Ockham”.
  5. Erasmo de Róterdam – Humanismo renacentista, crítica y tolerancia.
  6. Giordano Bruno – Universo infinito y libertad de pensamiento.
  7. Francis Bacon – Método científico y empirismo inicial.

🔹 Filosofía moderna (siglos XVII–XVIII)

  1. Thomas Hobbes – Contrato social y el Leviatán.
  2. Baruch Spinoza – Ética racionalista, panteísmo.
  3. Gottfried Wilhelm Leibniz – Mónadas y optimismo metafísico.
  4. Montesquieu – Separación de poderes y espíritu de las leyes.
  5. Jean-Jacques Rousseau – Contrato social y la educación natural.
  6. Voltaire – Ilustración, tolerancia y libertad de expresión.
  7. Denis Diderot – Enciclopedia y filosofía materialista.

🔹 Filosofía del siglo XIX

  1. Auguste Comte – Positivismo y sociología.
  2. John Stuart Mill – Utilitarismo, libertad individual y feminismo temprano.
  3. Arthur Schopenhauer (posts previos) – El mundo como voluntad y representación.
  4. Charles Darwin – No filósofo sistemático, pero con impacto filosófico radical en la concepción del hombre.
  5. William James – Pragmatismo y filosofía de la experiencia.
  6. Henri Bergson – Intuición, tiempo y creatividad.

🔹 Filosofía del siglo XX

  1. Edmund Husserl – Fundador de la fenomenología.
  2. Martin Heidegger – Ser y tiempo, ontología fundamental.
  3. Karl Popper (post dedicado) – Ciencia, falsacionismo y sociedad abierta.
  4. Theodor W. Adorno – Crítica cultural, Escuela de Frankfurt.
  5. Max Horkheimer – Crítica de la razón instrumental.
  6. Herbert Marcuse – Filosofía crítica y movimientos sociales.
  7. Claude Lévi-Strauss – Antropología estructural.
  8. Roland Barthes – Semiología y crítica cultural.
  9. Jacques Derrida (post dedicado) – Deconstrucción.
  10. Gilles Deleuze  (post dedicado) – Filosofía del deseo, rizoma.
  11. Paul Ricoeur (post dedicado) – Hermenéutica y narrativa.
  12. Emmanuel Levinas (post dedicado) – Ética de la alteridad y responsabilidad.
  13. Cornelius Castoriadis (post dedicado) – Imaginario social y autonomía.
  14. Zygmunt Bauman (posts previos)Modernidad líquida y sociedad contemporánea.

🔹 Filosofía contemporánea y global

  1. Byung-Chul Han (varios posts) – Crítica cultural y sociedad del cansancio.
  2. Peter Sloterdijk (post dedicado) – Ensayos sobre filosofía, cultura y esfera pública.
  3. Charles Taylor (post dedicado) – Identidad y multiculturalismo.
  4. Kwame Anthony Appiah (post dedicado) – Cosmopolitismo y ética global.
  5. Seyla Benhabib (post propio) – Teoría feminista y democracia deliberativa.
  6. Judith Butler (post dedicado)Teoría queer y performatividad de género.
  7. Slavoj Žižek (post dedicado)– Filosofía política y crítica cultural.
  8. Donna Haraway (ver con detalle en otro post) – Ciborg, tecnociencia y feminismo.
  9. Amartya Sen  (posts) – Filosofía de la justicia y desarrollo humano.
  10. Enrique Dussel (post dedicado) – Filosofía de la liberación latinoamericana.

En la medida de lo posible, también procuraremos traer más referencias de filosofía a este modesto blog

Muchos más posts sobre filosofía.