Facilidad Cognitiva: El sesgo mental que nos hace preferir lo fácil

La Facilidad Cognitiva (Cognitive Ease) es un truco psicológico o sesgo cognitivo (ver en otros posts) que describe la tendencia del cerebro humano a preferir información que es fácil de procesar y entender. Cuando algo nos resulta familiar, claro o simple, lo percibimos como más verdadero, confiable y atractivo. Este concepto fue popularizado por el psicólogo Daniel Kahneman en su libro Thinking, Fast and Slow (2011), donde explica que nuestras decisiones y juicios suelen verse influenciados por la fluidez con la que procesamos la información.

Ejemplos de Cognitive Ease:


1º Publicidad y eslóganes simplesFrases como "Just Do It" (Nike) o "I'm Lovin' It" (McDonald's) son cortas, pegajosas y fáciles de recordar, lo que las hace más efectivas.

Fuentes legibles y diseño claroLos textos escritos en fuentes sencillas y bien organizadas se perciben como más confiables que aquellos con tipografías complicadas o desordenadas.

Repetición de informaciónCuando una idea se repite varias veces (por ejemplo, en discursos políticos o noticias), el cerebro tiende a creer que es más cierta, aunque no haya evidencia real.

Marcas y productos fáciles de pronunciarEmpresas como "Coca-Cola" o "Apple" tienen nombres simples y fluidos, lo que facilita que los recordemos y confiemos en ellas.

Uso de imágenes y colores llamativosInfografías y diseños visuales bien estructurados hacen que la información sea más fácil de digerir, aumentando la probabilidad de que la gente la recuerde y acepte.

Mensajes positivos y familiaresLas noticias o frases que evocan emociones positivas suelen ser más creíbles y compartidas en redes sociales, porque el cerebro prefiere procesarlas antes que las negativas o complejas.

En resumen, el Cognitive Ease nos muestra cómo nuestras mentes favorecen lo claro y familiar sobre lo difícil y nuevo. Esto puede influir en nuestras decisiones diarias sin que nos demos cuenta.

Muchos más posts sobre sesgos cognitivos

Algunos vídeos para entender qué está pasando en el mundo,...

El mundo se ha convertido en un "espectáculo" que sería ameno (como dirían los alienígenas si nos viesen: "Esta temporada de la Tierra es una locura"), si no fuera porque nos va la vida y el futuro en ello. Casi todo parece inexplicable, hasta dar con las claves de lo que se está moviendo en las intenciones de los protagonistas. El principal, por el juego que da, es Donald Trump.   
 
Estos son algunos de los últimos vídeos que hemos visto, y que aportan ideas como policrisis, ganadores y perdedores de la globalización, multilateralismo, el orden liberal de libre comercio y la expansión de la democracia se pierde, periodismo y diplomacia cercenados, autonomía estratégica europea, la nunca sonrisa de Trump,... Primero este conversatorio CENDA con los destacados académicos internacionalistas Carlos Fortín, Jorge Heine, Rodrigo Karmy y Manuel Monereo, acerca del "Tsunami Geopolítico de Febrero de 2025", la extraordinaria serie de acontecimientos desatados tras el encuentro de Riad entre EE.UU. y Rusia.
 
El inicio de las negociaciones entre Estados Unidos y Rusia para poner fin a la guerra sin la participación de Ucrania ni de la Unión Europea marca un punto de inflexión en la relación transatlántica. La Administración Trump muestra su determinación para cerrar el conflicto, pero ¿qué implicaciones tiene esto para Ucrania, Europa y el orden liberal internacional? En esta mesa redonda analizamos las consecuencias (geo)políticas y económicas de este proceso de paz y su impacto en la estabilidad global.

Participantes: Modera y presenta: Charles Powell, director, Real Instituto Elcano. -Félix Arteaga, investigador principal, Real Instituto Elcano. Carlota García Encina, investigadora principal, Real Instituto Elcano. Mira Milosevich, investigadora principal, Real Instituto Elcano. Luis Simón, investigador principal, director de la Oficina del Real Instituto Elcano en Bruselas e investigador principal. Miguel Otero, investigador principal, Real Instituto Elcano.
Warren Buffett (posts) explica la verdadera razón por la que está vendiendo sus acciones. Se trata de un análisis fundamental de las empresas, aplicación los principios del value investing o inversión en valor, para valorar las acciones, calculando el valor real de cada empresa, a partir de la capitalización, EV, beneficios, flujos de caja libres y el EBIT. El objetivo es decidir si comprar estas acciones o no y así maximizar la rentabilidad de la inversión en bolsa a largo plazo.
Pablo Gil Trader analiza la reciente caída del mercado cripto y los eventos que han sacudido la confianza de los inversores. Hablaremos de los últimos escándalos, incluyendo el colapso de la memecoin $LIBRA y el mayor robo de criptomonedas hasta la fecha. Revisaremos el impacto en Bitcoin (posts), Ethereum y otras altcoins, además de comparar su rendimiento con activos tradicionales como el oro y el Nasdaq100.

Gene Hackman: un adiós a la leyenda que redefinió el cine

Eugene Allen Hackman, conocido mundialmente como Gene Hackman, fue un actor estadounidense cuya carrera abarcó más de cuatro décadas, destacándose por su versatilidad y profundidad interpretativa. Nacido el 30 de enero de 1930 en San Bernardino, California, Hackman se convirtió en una figura emblemática del cine, dejando una huella imborrable en la industria cinematográfica.

Antes de incursionar en la actuación, Hackman sirvió en la Infantería de Marina de Estados Unidos. Posteriormente, estudió actuación en el Pasadena Playhouse Theatre en California, donde comenzó a forjar su camino en el mundo del espectáculo. 


Gene Hackman debutó en el cine en la década de 1960, alcanzando la fama en los años 70. Trabajó con destacados directores como Arthur Penn, William Friedkin, Francis Ford Coppola, Alan Parker y Mike Nichols, demostrando su capacidad para adaptarse a diversos géneros y personajes. Entre sus películas más reconocidas se encuentran: 

"The French Connection" (1971): Interpretó al detective Jimmy "Popeye" Doyle, papel que le valió su primer Premio Óscar como Mejor Actor

"The Conversation" (1974): Bajo la dirección de Francis Ford Coppola, interpretó a Harry Caul, un experto en vigilancia envuelto en una trama de intriga y paranoia. 

"Superman" (1978): Dio vida al icónico villano Lex Luthor, consolidándose como uno de los antagonistas más memorables del cine de superhéroes. 

"Mississippi Burning" (1988): Encarnó al agente del FBI Rupert Anderson, en una película que aborda temas de racismo y derechos civiles en Estados Unidos. 

"Unforgiven" (1992): Bajo la dirección de Clint Eastwood, Hackman encarnó al sheriff Little Bill Daggett, actuación que le otorgó su segundo Óscar, esta vez como Mejor Actor de Reparto

A lo largo de su carrera, Gene Hackman recibió numerosos reconocimientos, incluyendo dos Premios Óscar, dos Premios BAFTA y cuatro Globos de Oro, consolidándose como uno de los actores más respetados de su generación. 

En 2004, Hackman se retiró de la actuación, dedicándose a la escritura y la pintura. Vivió una vida tranquila en Santa Fe, Nuevo México, junto a su esposa, Betsy Arakawa, con quien contrajo matrimonio en 1991. El 26 de febrero de 2025, Gene Hackman y su esposa Betsy Arakawa fueron encontrados sin vida en su residencia de Santa Fe. Las autoridades estiman que el fallecimiento ocurrió alrededor del 17 de febrero, aunque las causas aún están bajo investigación. 

La comunidad cinematográfica y sus seguidores lamentan profundamente la pérdida de una leyenda del cine. Gene Hackman será recordado por su talento excepcional, su dedicación al arte y su capacidad para dar vida a personajes inolvidables que han dejado una marca indeleble en la historia del cine.

No te rindas: el poema que inspira a resistir siempre

 
El poema No te rindas, atribuido Mario Benedetti (más posts) pero parece obra de Guillermo Mayer, es un mensaje de esperanza, resistencia y renovación. Aunque no aparece en sus obras publicadas oficialmente, se ha popularizado como un himno motivacional. Es un poema que alienta a las personas a seguir luchando, a confiar en sí mismas y a no perder la fe en la vida, incluso en tiempos difíciles. Este es el texto: 

"No te rindas, aun estas a tiempo / de alcanzar y comenzar de nuevo,/  aceptar tus sombras, enterrar tus miedos, / liberar el lastre, retomar el vuelo. No te rindas que la vida es eso/  continuar el viaje, perseguir tus sueños, / destrabar el tiempo, / correr los escombros y destapar el cielo.

No te rindas, por favor no cedas, / aunque el frio queme, aunque el miedo muerda, / aunque el sol se esconda y se calle el viento, / aun hay fuego en tu alma, aun hay vida en tus sueños/ porque la vida es tuya y tuyo también el deseo, / porque lo has querido y porque te quiero.

Porque existe el vino y el amor, es cierto/ porque no hay heridas que no cure el tiempo, / abrir las puertas quitar los cerrojos, / abandonar las murallas que te protegieron.

Vivir la vida y aceptar el reto/ recuperar la risa, ensayar el canto, / bajar la guardia y extender las manos, / desplegar las alas e intentar de nuevo, / celebrar la vida y retomar los cielos.

No te rindas por favor no cedas, / aunque el frio queme, / aunque el miedo muerda, / aunque el sol se ponga y se calle el viento, / aun hay fuego en tu alma, / aun hay vida en tus sueños, / porque cada día es un comienzo/ porque esta es la hora y el mejor momento, / porque no estas sola, / porque yo te quiero".

Invita a seguir adelante a pesar de los obstáculos y los momentos difíciles. Habla de la importancia de no rendirse cuando la vida se torna complicada. Destaca que siempre es posible empezar de nuevo, sin importar cuántas veces se haya fallado. Sugiere que cada día trae consigo una nueva oportunidad para cambiar y mejorar. Evoca que el amor es una fuente de motivación y que los sueños son fundamentales para mantener la esperanza viva. Reconoce que hay heridas y momentos de sufrimiento, pero enfatiza que lo más importante es aprender de ellos y seguir avanzando con ilusión.

Síndrome de Vietnam: La guerra que nunca terminó

Anonadado aún ante el espectáculo de ayer. ¿Renace el Vietnam / Saigon Syndrome?
Cuando la Casa Blanca ofreció evacuar a Zelenski la 1º noche de la guerra respondió “I need ammunition, not a ride

El Síndrome de Vietnan o de Saigon es un término utilizado para describir las consecuencias políticas, sociales y psicológicas de la Guerra de Vietnam en Estados Unidos. Incluye dos aspectos principales: 1º Impacto psicológico en los veteranos: Muchos soldados que regresaron de Vietnam sufrieron trastorno de estrés postraumático (TEPT), ansiedad, depresión y dificultades para reintegrarse a la sociedad. 2º Efecto en la política estadounidense: Se refiere a la aversión del público y los líderes estadounidenses a involucrarse en conflictos militares prolongados después de la derrota en Vietnam. Esto influyó en la estrategia militar de EE.UU. en décadas posteriores.

El término se usó especialmente en los años 70 y 80 para describir la crisis de confianza en la política exterior de EE.UU. tras la guerra. El Síndrome de Vietnam es un término de la política estadounidense que se refiere a la aversión pública a las intervenciones militares estadounidenses en el extranjero tras la controversia interna sobre la guerra de Vietnam. En 1973, Estados Unidos puso fin a las operaciones de combate en Vietnam (muchos posts). Desde principios de la década de 1980, algunos de los posibles efectos del síndrome de Vietnam son la opinión pública contraria a la guerra, el fin del uso activo del servicio militar obligatorio, una relativa reticencia a desplegar tropas terrestres y la "parálisis de Vietnam".

En el debate interno sobre las razones por las que EEUU fue incapaz de derrotar a las fuerzas norvietnamitas durante la guerra, los pensadores conservadores, muchos de los cuales pertenecían al ejército estadounidense, argumentaron que EEUU tenía recursos suficientes pero que el esfuerzo bélico se había visto socavado en casa. En un artículo publicado en Commentary, "Making the World Safe for Communism", el periodista Norman Podhoretz afirmaba: ¿Nos falta poder? Desde luego que no, si el poder se mide en términos brutos de capacidad económica, tecnológica y militar. Según esos criterios, seguimos siendo el país más poderoso del mundo,... 

A partir de entonces, el término "síndrome de Vietnam" proliferó en la prensa y en los círculos políticos como una forma de explicar el fracaso de Estados Unidos, una de las superpotencias mundiales, a la hora de repeler la invasión de Vietnam del Sur por Vietnam del Norte. Muchos conservadores de línea dura, como Ronald Reagan, estaban de acuerdo con Podhoretz. Con el tiempo, el término "síndrome de Vietnam" se extendió como abreviatura de la idea de que a los estadounidenses les preocupaba no volver a ganar una guerra y que su nación estaba en total decadencia.

En otoño de 1983, el Presidente Reagan puso en práctica sus convicciones ordenando la invasión de Granada. Una larga disputa interna en el seno del partido marxista-leninista gobernante en la isla del Caribe Oriental se había descontrolado repentinamente, provocando ejecuciones políticas y la muerte de civiles inocentes en la capital el 19 de octubre. Reagan llegó a la conclusión de que era necesaria una rápida acción militar estadounidense para proteger a unos 1.000 residentes estadounidenses en el microestado, y también para restaurar la democracia al estilo de Westminster y poner fin a la creciente influencia del bloque soviético sobre la antigua colonia británica. Reagan se sobrepuso a las dudas de los dirigentes del Pentágono, y a la previsible reacción nacional e internacional, y autorizó una intervención sorpresa liderada por Estados Unidos al amanecer del 25 de octubre. Su directiva presidencial ordenaba específicamente al Pentágono que adoptara estrictas medidas de secretismo para evitar cualquier acción preventiva por parte de los cubanos o los soviéticos. "Francamente, había otra razón por la que quería secretismo", confesó más tarde Reagan en su autobiografía. "Era lo que yo llamo el 'síndrome post-Vietnam', la resistencia de tantos en el Congreso al uso de la fuerza militar en el extranjero por cualquier motivo, debido a la experiencia de nuestra nación en Vietnam..... Sospechaba que si informábamos a los líderes del Congreso sobre la operación, incluso bajo los términos de la más estricta confidencialidad, habría alguien que lo filtraría a la prensa junto con la predicción de que Granada iba a convertirse en "otro Vietnam". .... No preguntamos a nadie, simplemente lo hicimos".

A finales de los setenta y en los ochenta, Ronald Reagan habló de los aspectos del síndrome de Vietnam, pero argumentó que podría superarse si los estadounidenses adoptaban una postura más confiada y optimista en el mundo, con él como líder. En el discurso a los Veteranos de Guerras Extranjeras (VFW), en el que utilizó el término "síndrome de Vietnam", Reagan alegó que era el momento adecuado para ese cambio de actitud y acción, ya que la Unión Soviética estaba superando a Estados Unidos en la carrera armamentística mundial, de modo que el poder global de este último estaba disminuyendo. Acusó a la administración Carter de ser "totalmente indiferente" a la amenaza soviética. Afirmando la necesidad de una política exterior más agresiva y activista, Reagan también sugirió que los estadounidenses podrían haber derrotado al Viet Cong y al ejército norvietnamita, alegó que el público estadounidense se había vuelto en contra de la guerra por la influencia de la propaganda norvietnamita y dio a entender que los funcionarios habían decepcionado a los soldados y habían tenido "miedo de dejarles ganar" la guerra. 

Reagan equiparó el "síndrome de Vietnam" con una reticencia por parte de la opinión pública estadounidense a apoyar las intervenciones militares de Estados Unidos, pero también con sentimientos de culpa por la devastación provocada por la guerra de Vietnam y con sentimientos de duda sobre la moralidad de las intenciones y acciones de Estados Unidos durante la guerra. Reagan, sin embargo, argumentó que Estados Unidos había luchado por "una causa noble" y culpó de la guerra de Vietnam exclusivamente a la agresión de Vietnam del Norte.

Durante demasiado tiempo, hemos vivido con el "síndrome de Vietnam". Gran parte de ese síndrome ha sido creado por los agresores norvietnamitas que ahora amenazan al pacífico pueblo de Tailandia. Una y otra vez nos dijeron durante casi 10 años que nosotros éramos los agresores empeñados en conquistas imperialistas. Tenían un plan. Era ganar en el campo de la propaganda aquí en Estados Unidos lo que no podían ganar en el campo de batalla en Vietnam. A medida que pasaban los años, nos decían que la paz llegaría si dejábamos de interferir y nos íbamos a casa. Ya es hora de que reconozcamos que la nuestra era, en realidad, una causa noble. Un pequeño país recién liberado del dominio colonial buscaba nuestra ayuda para establecer el autogobierno y los medios de autodefensa frente a un vecino totalitario empeñado en la conquista. 

Deshonramos la memoria de 58.169 jóvenes estadounidenses que murieron por esa causa cuando cedemos a sentimientos de culpa como si estuviéramos haciendo algo vergonzoso, y hemos sido mezquinos en nuestro trato a los que regresaron. Lucharon tan bien y con tanta valentía como ningún estadounidense lo ha hecho jamás en ninguna guerra. Merecen nuestra gratitud, nuestro respeto y nuestra preocupación constante. Vietnam nos enseña una lección a todos. Si nos vemos obligados a luchar, debemos tener los medios y la determinación para prevalecer o no tendremos lo que hace falta para asegurar la paz. Y ya que estamos, digámosles a los que lucharon en esa guerra que nunca más pediremos a los jóvenes que luchen y posiblemente mueran en una guerra que nuestro gobierno tiene miedo de dejarles ganar.

La administración Reagan esperaba que el éxito de la invasión de Granada ayudaría a disipar el síndrome de Vietnam para que el público estadounidense pudiera ser galvanizado con éxito para apoyar nuevas acciones militares de EE.UU., con el presidente Reagan declarando después de la invasión: "Nuestros días de debilidad han terminado. Nuestras fuerzas militares vuelven a estar en pie". La rápida victoria durante la Guerra del Golfo fue considerada por muchos como el fin del síndrome de Vietnam. El presidente estadounidense George H. W. Bush declaró triunfalmente tras la guerra: "Los fantasmas de Vietnam han descansado bajo las arenas del desierto de Arabia".

"Levantar y golpear" fue una política propuesta por la administración Clinton en 1993, que Bill Clinton había apoyado durante su exitosa campaña presidencial de 1992. La política pretendía mejorar las posibilidades de un acuerdo político en la sangrienta guerra de Bosnia, en la antigua Yugoslavia, llena de atrocidades, levantando el embargo de armas, armando a los bosnios (musulmanes bosnios) y golpeando a los serbios bosnios si se resistían al proyecto de rearme. Una combinación del síndrome de Vietnam y una oposición muy fuerte de los aliados estadounidenses en Europa acabó con la propuesta, que nunca llegó a promulgarse.

Otra evolución es el Somalia Syndrome, un término que describe la reticencia de Estados Unidos a intervenir militarmente en conflictos extranjeros después del fracaso de la misión en Somalia en 1993. El síndrome se originó tras la Batalla de Mogadiscio, donde 160 Rangers (soldados estadounidenses) fueron emboscados y murieron en un enfrentamiento con milicias somalíes. Las impactantes imágenes de los cuerpos de los soldados arrastrados por las calles generaron una fuerte reacción en la opinión pública y llevaron al gobierno de EE.UU. a reducir su participación en conflictos humanitarios o de mantenimiento de la paz. Este fenómeno influyó en la decisión de EE.UU. de no intervenir directamente en crisis como el genocidio en Ruanda en 1994 y refleja una tendencia similar al Síndrome de Vietnam, pero en un contexto más específico de operaciones de paz y misiones humanitarias.

Inolvidable aquel 29 de abril de 1975, cuando EEUU realizó la evacuación militar más grande de su historia. Se llamó Operación Viento Frecuente y marcó el final de la intervención norteamericana en la Guerra de Vietnam (muchos posts).

Seis años con un Tesla Model 3 y segunda ITV

Cada 28 de febrero, desde el año 2019, celebramos el cumpleaños de "Tresla", nuestro Tesla Model 3 que así bautizamos, mezclando el número tres con Tesla. El 29 de Julio 2017 Tesla entregó las primeras unidades del Model 3 en USA, convirtiéndose así en el primer coche que Tesla entregó en el tiempo prometido en la presentación. Ahora se ha convertido en el coche eléctrico más vendido a nivel mundial. 

A Europa llegó en febrero de 2019 el primer barco con 3.000 Tesla Model 3 AWD LR y Performance para distintos países europeos desde Fremont (California), entonces la única giga-factoría de Tesla hasta 2021. Aquel viaje histórico pudimos seguirlo por Internet atravesando el Canal de Panamá, pasando por el Caribe y desembarcando -con algún retraso- en el puerto Ro-Ro (roll on-roll off) de Zeebrugge (Bélgica)

Está impecable, mejor que nunca con los centenares de actualizaciones que ha ido recibiendo. Sí ha tenido una primera "avería" previsible: la batería... de 12 V a los 5 años y 9 meses,... Aparte de los filtros de aire y el líquido limpiaparabrisas, únicamente hemos remplazado los neumáticos más por edad (a los 4,5 años) que por desgaste. El odómetro marca 54.500 km (el primer año recorrimos 20.000 km, pero luego la pandemia,...).

El mantenimiento ha sido ínfimo en coste y dinero, y siempre a petición propia. Lo hemos contado en su momento. En 2021 la marca ha sustituido gratuitamente desplazándose hasta nuestro garaje particular, como a todos los Tesla de la primera remesa, el ordenador de abordo en un Retrofit hacia el Hardware 3.0, porque ya no podía gestionar el nuevo firmware. También en 2023 un mazo de cables de la novena cámara (la trasera) en previsión de algún error (post), en una acción preventiva sin que hubiéramos sufrido incidencia alguna en nuestro Tesla.
Tesla en Iruña (Pamplona)
Foto reciente en Iruña.
Celebrando anteriores cumpleaños: Primer año, cuarto año5 años,...

Homenaje a Boris Spassky, leyenda del ajedrez y rival de Fischer


Cuando estuve federado en ajedrez y era socio del Club Rey Ardid de BilbaoBoris Spassky era el campeón del Mundo entre 1969 y 1972. Un cuarto de siglo después, tuvimos ocasión de verle en Bilbao en 2007 (varios posts)

Boris SpasskyBorís Vasílievich Spaski, también transliterado como Boris Spasski o Boris Spassky (en rusoБори́с Васи́льевич Спа́сскийLeningrado, 30 de enero de 1937 - Moscú, 27 de febrero de 2025),​ fue un Gran Maestro Internacional de ajedrez soviético-ruso nacionalizado francés. Se proclamó décimo campeón del mundo de ajedrez en 1969 al derrotar al también soviético Tigrán Petrosián. Fue Campeón del Mundo entre 1969y 1972.

Spassky mostró talento desde niño, sobreviviendo al asedio de Leningrado durante la Segunda Guerra Mundial. Aprendió ajedrez a los 5 años y se convirtió en Gran Maestro a los 18, siendo una de las mayores promesas soviéticas. Su ascenso hacia la élite (1950s-1960s) se produjo siendo finalista del Torneo de Candidatos en 1956 y 1965. Se convirtió en Campeón Mundial en 1969 tras vencer a Tigrán Petrosián.

Su más célebre fue el Duelo histórico vs. Bobby Fischer (1972). Defendió su título contra Bobby Fischer en el "Match del Siglo" en Reikiavik, Islandia. Perdió el campeonato (12,5 - 8,5), marcando el fin de la hegemonía soviética en el ajedrez.

Sus últimos años en la élite (1970s-1980s) le permitieron seguir compitiendo con éxito, pero sin recuperar el título mundial. Se trasladó a Francia en los años 80 y representó a este país en torneos.

Fue un jugador versátil, capaz de adaptarse a diferentes estilos. Brillante en posiciones tácticas y estratégicasConsiderado uno de los campeones más completos de la historia del ajedrez.

Spassky sufrió un derrame cerebral en 2010 y desde entonces ha vivido alejado del ajedrez competitivo. A pesar de ello, sigue siendo un símbolo del ajedrez clásico y un referente en la historia del juego.

♟️ Conclusión: Spassky fue un gran campeón, pero su legado quedó marcado por su duelo con Fischer en 1972, uno de los momentos más icónicos en la historia del ajedrez.

Meliorismo: El mundo puede mejorar,... con tu ayuda

En tiempos de desazón y pesimismo, surge la oportunidad de ser meliorista. El meliorismo (del latín melior, mejor) es la idea de que el progreso es un concepto real y de que los seres humanos pueden interferir en los procesos naturales para mejorar el mundo. El meliorismo, como concepción de la persona y de la sociedad, está en la base de la democracia liberal contemporánea y de los derechos humanos y es un componente básico del liberalismo. 

El meliorismo es una filosofía que sostiene que el mundo puede mejorarse a través del esfuerzo humano. No es ni completamente optimista ni pesimista, sino que reconoce los problemas del mundo, pero cree en la capacidad humana para resolverlos.

William James (filósofo pragmatista) popularizó el término meliorismo en el siglo XIX. Se basa en el pragmatismo, que enfatiza la acción y la mejora gradual. Influye en movimientos políticos, sociales y tecnológicos que buscan el progreso humano.

Otra concepción importante de la tradición meliorista procede de la tradición pragmática estadounidense. Se puede leer sobre ella en las obras de Lester Frank Ward, William James y John Dewey. En las obras de James, sin embargo, el meliorismo no apunta al progresismo y/o al optimismo. Para William James, el meliorismo se sitúa en medio entre el optimismo y el pesimismo, y trata la salvación del mundo como una probabilidad más que como una certeza o imposibilidad. 

En el caso de una praxis meliorista, la activista contemporánea de los pragmatistas Jane Addams despojó a los ideales progresistas de cualquier privilegio elitista, abogando por un "progreso lateral" cuya preocupación fuera directamente la gente corriente. Arthur Caplan también ha utilizado el meliorismo para describir posturas en bioética que están a favor de mejorar las condiciones que causan sufrimiento, incluso si las condiciones existen desde hace mucho tiempo (por ejemplo, estar a favor de curar enfermedades comunes, estar a favor de terapias antienvejecimiento serias a medida que se desarrollan).

Ejemplos de meliorismo en Acción:

Derechos Humanos: Movimientos como la abolición de la esclavitud o el sufragio femenino. 

Medicina y Salud: Avances como las vacunas o la lucha contra enfermedades como el SIDA.

Cambio Climático: Acciones para reducir emisiones, energías renovables, acuerdos como el de París.

Tecnología y Educación: Internet y la IA como herramientas para democratizar el conocimiento.

Ciencia y EspacioExploración espacial, avances en física y biotecnología.

El meliorismo nos dice que el mundo no es perfecto, pero podemos mejorarlo con ciencia, ética y esfuerzo colectivo.