Ayer,
21 de octubre de 2025,
falleció en Bilbao
Roberto Martínez Celorrio,
presidente de
Nagusiak Bizkaia
y uno de los rostros más queridos y respetados del movimiento asociativo de personas mayores en Euskadi. Tenía 77 años y fue
la voz serena y firme de las personas mayores en Bizkaia.
Nacido en Santander en 1948, Roberto desarrolló su vida profesional en
Telefónica.
Tras su prejubilación, dedicó su tiempo libre al asociacionismo de personas mayores. Entró en la directiva de
Nagusiak Bizkaia
como vicepresidente y,
desde 2014 hasta 2021, ejerció como Presidente,
liderando procesos de modernización, apertura y diálogo con las instituciones.
Tuve el honor de conocerle siendo, a propuesta suya,
Secretario de Nagusiak Bizkaia desde 2019 hasta 2021. En el voluntariado se encuentran personas maravillosas, pero Robertoha sido el caso más referencial de ejemplo que he descubierto. Lo distinguían su lealtad, bonhomía, empatía y una capacidad suprema de sumar voluntades.
Roberto Martínez Celorrio defendió de forma sostenida la atención presencial para personas mayores frente a la
exclusión digital.
“La modernización no puede significar exclusión. Quien quiera hacer un trámite digital, que lo haga; pero quien prefiera hacerlo cara a cara, debe poder hacerlo también.”
Un modo eficaz y discreto de hacer asociacionismo y voluntariado. Quienes le conocimos destacamos su estilo pausado y empático, su enorme capacidad para escuchar y su voluntad por buscar consensos. No buscó la notoriedad: prefirió el trabajo diario que mejora la vida de sus socios y socias —excursiones, charlas, cursos y servicios— y la interlocución constructiva con las administraciones.
Lo mismo sucede con esta segunda adivinanza, apenas un poco más difícil. Los humanos la resolveríamos viendo que hay 15 cm (34 - 19) de diferencia entre la primera y segunda pila. Esos tres reboses de vasos miden 15; luego, cada rebose son 5 cm (15/3). Por tanto el vaso, restando en la segunda pila determina que tiene 14 cm de altura (19 - 5).
Como bonus final, un cuarto pasatiempo en X (Twitter).
Acertijo: Un niño que no tiene manzanas sube a un árbol sin manzanas (ni nada ni nadie alrededor) y baja con dos #manzanas. ¿Cómo es posible? pic.twitter.com/cs6qRMgElj
Confiamos mucho en el prometedor Papa León XIV. Todavía sin el carisma de su predecesor
Papa Francisco (posts previos), que le eligió quizá para ser un potencial sucesor.
Agustino, de alto CI (145), habla 7 idiomas, ex-profesor, licenciado en matemáticas y teología, misionero en Perú durante más de 10 años y primer papa estadounidense. Reconocido por su humildad y sus altas capacidades intelectuales. No es solo un Papa: Es una de las personas más inteligentes que han existido. Y preclara ha sido la elección del visionario tema elegido en su primera intervención mundial.
En el actual contexto tecnológico, la Iglesia católica vuelve a plantear el profundo interrogante sobre
el humanismo frente a la técnica,
y el pontificado de Papa León XIV está dotando de nueva urgencia este debate.
Al asumir el papado, León XIV no solo mantuvo la tradición de su predecesor, sino que puso sobre la mesa el impacto que la revolución de la
inteligencia artificial (IA) está teniendo en la dignidad humana, el trabajo, la justicia y la convivencia social.
En su primer gran discurso ante el Colegio de Cardenales,
el Papa explicó que la elección de su nombre no era casualidad: al tomar “León XIV” evocaba a su homólogo del siglo XIX,
León XIII, cuyas reflexiones sobre la “cuestión social” (como en la encíclica
Rerum Novarum) respondían a la revolución industrial.
Ahora, en nuestros días, el “otro salto industrial” que representa la IA exige una mirada semejante desde la doctrina social de la Iglesia.
Los ejes de su reflexión
Dignidad humana:
El Papa subraya que la IA debe estar al servicio de la persona, no reemplazarla.
En un discurso dirigido a políticos reunió estos conceptos: “la inteligencia artificial funcionará como gran ayuda para la sociedad, siempre que su empleo no menoscabe la identidad y la dignidad de la persona humana y sus libertades fundamentales.”
Trabajo, justicia y bien común:
Siguiendo la línea social de la Iglesia, León XIV afirma que la IA plantea nuevos “desafíos para la defensa de la dignidad humana, la justicia y el trabajo”.
En su discurso indicó que el legado del siglo XIX frente a la maquinaria industrial ahora debe adaptarse a la era de los algoritmos.
Formación humana y sabiduría frente a datos: Una de las ideas más lúcidas del Papa es que “el acceso a datos — por extenso que sea — no debe confundirse con inteligencia.
La sabiduría auténtica tiene más que ver con reconocer el verdadero sentido de la vida que con pilas de información.”
Juventud, desarrollo intelectual y neurológico:
En un encuentro dedicado a la ética de la IA, dirigió particular atención a los jóvenes: “Todos nos sentimos concernidos por los niños y jóvenes y las posibles consecuencias del uso de la IA en su desarrollo intelectual y neurológico … nuestra juventud debe ser ayudada, no obstaculizada, en su camino hacia la madurez y la auténtica responsabilidad.”
Teología, antropología y tecnología:
El Papa no limita su discurso a una ética de “haz esto / no hagas aquello”, sino que exige que la reflexión sobre la IA sea antropológica:
¿Qué es el ser humano? ¿Cuál es su dignidad irreductible ante una entidad digital?
En un seminario dijo que “una visión exclusivamente ética del complejo mundo de la inteligencia artificial no es suficiente; se necesita una visión antropológica arraigada en la dignidad humana”.
Implicaciones y desafíos
La posición del Papa implica tanto advertencias como esperanzas. No se trata de demonizar la tecnología — de hecho,
reconoce su “inmenso potencial” — pero sí de redirigirla hacia el bien común, la libertad auténtica, el desarrollo de las personas.
Por ejemplo, hay escenarios laborales donde la IA
puede suplantar o automatizar tareas humanas, lo cual plantea una amenaza para el trabajo digno. También hay riesgos de que tecnologías de IA intensifiquen desigualdades, excluyan aún más a los vulnerables o reduzcan la persona a un dato manipulable.
El Papa lo ve así y pide una regulación global, un foro ético internacional, quizá un tratado que oriente la IA hacia los valores humanos.
Desde la perspectiva de la enseñanza religiosa, esto supone que la Iglesia asuma un rol más activo en comunidades digitales, que forme a agentes de pastoral tecnológica, que promueva la alfabetización digital con una mirada humana, y que articule la espiritualidad con el compromiso social en la era digital.
¿Por qué es importante para un público educativo y culto?
Pope Leo XIV revealed in his first interview since being elected pontiff that it’s going to be “very difficult to discover the presence of God” in artificial intelligence (AI), noting that he recently refused a proposal to create an avatar of himself. https://t.co/ehQLiHPdsapic.twitter.com/0xngBzk2pN
Entre los millones de víctimas del Holocausto, pocas imágenes resultan tan conmovedoras como la de
Czesława Kwoka,
una niña polaca de apenas catorce años cuyo retrato fue tomado en el campo de concentración de
Auschwitz-Birkenau
poco antes de morir. Su historia se ha convertido en un símbolo universal de la
inocencia destruida por la violencia
y una poderosa llamada a la paz y la memoria.
Una infancia interrumpida
Czesława Kwoka nació el
15 de agosto de 1928
en la localidad de
Wólka Złojecka, en el sureste de Polonia.
Vivía con su madre,
Katarzyna Kwoka,
cuando en 1942 ambas fueron deportadas al campo de
Auschwitz.
Su “delito” fue haber pertenecido a una familia católica polaca expulsada de su hogar para dejar espacio a colonos alemanes.
El 13 de diciembre de 1942,
Czesława fue registrada en el campo con el número
26947.
Su madre murió poco después, y Czesława fue asesinada el
12 de marzo de 1943.
La foto que lo cambió todo
Las imágenes de Czesława fueron tomadas por
Wilhelm Brasse,
un fotógrafo prisionero de Auschwitz encargado de documentar a los deportados.
En las tres tomas conservadas se aprecia un rostro tierno, con la mirada entre el miedo y la confusión.
La historia de Czesława se redescubrió gracias al documental
Portrecista (2005), de
Irek Dobrowolski.
En 2018, la artista
Marina Amaral
coloreó digitalmente la fotografía original, devolviéndole un realismo estremecedor.
Hoy recordaremos a John Fante: El Poeta de la Polvo y los Sueños Rotos en Los Ángeles. Pura poesía en la Prosa Urbana. Su nombre resuena con la crudeza de la vida urbana y la pasión inmigrante, es uno de esos autores que, aunque no siempre en el centro del canon literario, ha dejado una huella indeleble en la literatura estadounidense del siglo XX.
Nacido en Denver, Colorado, el 8 de abril de 1909, Fante fue hijo de un inmigrante italiano de Abruzzo y una madre italoamericana. Su vida, marcada por la pobreza, la ambición y la lucha constante, se reflejó en sus obras semi-autobiográficas, donde Los Ángeles se convierte en un personaje tan vivo como sus protagonistas. Fante falleció el 8 de mayo de 1983, pero su legado fue redescubierto gracias a figuras como Charles Bukowski, quien lo elogió como un maestro olvidado. Este post explora su biografía, su obra literaria, sus libros principales y algunas de sus citas más impactantes, ofreciendo una visión completa para los amantes de la literatura culta.
Su biografía de la Pobreza a la Pantalla Grande. La vida de John Fante es un testimonio de la experiencia inmigrante en América. Creció en un entorno humilde, asistiendo a la Regis High School en Denver, donde comenzó a desarrollar su interés por la escritura. A principios de la década de 1930, se mudó a Los Ángeles, una ciudad que lo fascinó y atormentó a partes iguales. Allí, luchó por ganarse la vida como escritor, enfrentando rechazos y trabajos precarios. Su primera novela, The Road to Los Angeles, escrita en 1936, no se publicó hasta después de su muerte, en 1985, lo que ilustra las dificultades que enfrentó en su carrera temprana.
Fante no solo escribió novelas; también incursionó en el guión cinematográfico, trabajando en Hollywood durante décadas. Escribió guiones para películas como Full of Life (1956), basada en su propia novela, and collaborated on projects with directors like Orson Welles. Sin embargo, su carrera literaria estuvo plagada de altibajos. En los años 40 y 50, publicó cuentos en revistas como The American Mercury y The Atlantic Monthly, pero el éxito comercial le eludió. Su salud deteriorada por la diabetes lo dejó ciego en sus últimos años, dictando sus últimas obras a su esposa, Joyce.
Lo que hace única la biografía de Fante es su conexión con la identidad italoamericana. Sus personajes, como Arturo Bandini, encarnan el conflicto entre las raíces culturales y el sueño americano. Influenciado por autores como Knut Hamsun y sus propias experiencias de discriminación, Fante capturó la esencia de la Gran Depresión y la posguerra en California. Su redescubrimiento en los años 80, impulsado por Bukowski, quien lo llamó "mi dios", lo elevó a un estatus de culto. Hoy, festivales como el John Fante Festival en Italia honran su memoria, reconociendo su impacto en la literatura moderna.
A lo largo de su vida, Fante se casó con Joyce Smart en 1937, con quien tuvo cuatro hijos. Su familia fue una fuente de inspiración, apareciendo en obras como Full of Life, que explora la paternidad y el matrimonio con humor y ternura. A pesar de sus luchas con el alcohol y la pobreza, Fante mantuvo una fe católica intermitente, que impregna sus narrativas con temas de redención y culpa.
La obra de John Fante se caracteriza por su estilo crudo, poético y semi-autobiográfico, influenciado por el realismo y el modernismo. Su serie más famosa es la La Cuarteta Bandini y Más Allá, que sigue las peripecias de Arturo Bandini, un alter ego del autor. Esta saga captura la ambición juvenil, el amor no correspondido y la lucha por el éxito en Los Ángeles.
El primer libro publicado de la serie es Wait Until Spring, Bandini (1938), que narra la infancia de Arturo en Colorado durante la Depresión. Aquí, Fante explora temas familiares, la pobreza y la dinámica entre un padre inmigrante y su familia. Le sigue Ask the Dust (1939), considerada su obra maestra. Ambientada en Los Ángeles, sigue a Bandini como un escritor hambriento enamorado de Camilla López, una mesera mexicana. La novela es un himno a la ciudad, llena de polvo y sueños rotos, y ha sido adaptada al cine en 2006 with Colin Farrell y Salma Hayek.
The Road to Los Angeles (publicada póstumamente en 1985, pero escrita en 1936) es el origen cronológico de Bandini, mostrando su adolescencia rebelde y su obsesión por Nietzsche. Finalmente, Dreams from Bunker Hill (1982) cierra la cuarteta, con Bandini en Hollywood, lidiando con el fracaso y la vejez. Esta última fue dictada por Fante cuando ya estaba ciego.
Más allá de la cuarteta, Fante escribió novelas como Full of Life (1952), una comedia sobre el embarazo de su esposa, y The Brotherhood of the Grape (1977), que aborda la relación con su padre alcohólico en un viaje a Italia. Sus colecciones de cuentos incluyen Dago Red (1940), con historias sobre la vida italoamericana, y publicaciones póstumas como The Wine of Youth (1985), West of Rome (1986) y The Big Hunger (2000).
Otras obras notables son 1933 Was a Bad Year (1985), una novela corta sobre un joven beisbolista, y guiones para películas como Walk on the Wild Side (1962). La obra de Fante influyó en autores como Bukowski y Roberto Bolaño, y sus temas de alienación, identidad y la ciudad moderna siguen resonando. En total, su producción abarca novelas, cuentos y guiones, con un enfoque en la voz del underdog.
- "No eres nadie, y yo podría haber sido alguien, y el camino hacia cada uno de nosotros es el amor." Esta frase captura la soledad y el anhelo romántico que define su prosa.
- "¡Pregunta al polvo en el camino! Pregunta a los árboles de Josué que están solos donde comienza el Mojave. Pregúntales por Camilla López, y susurrarán su nombre." Evoca el desierto como testigo de amores perdidos.
- "Los Ángeles, ven a mí como yo fui a ti, con mis pies sobre tus calles, ciudad hermosa que amé tanto, flor triste en la arena, ciudad hermosa." Un tributo apasionado a la ciudad que lo inspiró.
- "Morir es fácil. Hazlo así. Llorar es fácil, levanta tu falda y déjame llorar y dejar que mis lágrimas laven tus pies para que sepas que sé lo que ha sido la vida para ti." Muestra su empatía profunda.
Otras citas incluyen: "Tenía una tarjeta de biblioteca. Saqué el libro, lo llevé a mi habitación, me subí a la cama y lo leí, y supe mucho antes de terminar que aquí había un hombre que había desarrollado una forma distinta de escribir." Reflejando su amor por la literatura. Estas palabras no solo ilustran su estilo lírico, sino que invitan a reflexionar sobre la existencia humana.
Conclusión: Un Legado Redescubierto. John Fante representa la voz de los invisibles, un escritor cuya obra trasciende el tiempo. Sus libros invitan a explorar la complejidad de la identidad y el sueño americano. Para quienes buscan literatura auténtica, Fante es esencial.
@labibliotecadavid John Fante es el único autor del cual he leído toda su obra, y por eso quiero compartirte esta pequeña guía de lectura. Su literatura es intensa, directa y profundamente humana. Habla de sueños, frustraciones, amor y soledad, siempre con una honestidad brutal que hace que cada página te toque de cerca. Leer a Fante es sumergirse en la vida misma: sus luchas, sus pasiones, sus derrotas, todo narrado con un estilo que combina crudeza y ternura. Es un autor que deja huella, y esta guía es solo una manera de acercarte a su mundo sin perderte nada de lo esencial. #JohnFante#GuíaDeLectura#LiteraturaContemporánea#LecturasQueMarcan#Bookstagram♬ original sound - LaBibliotecaDeDavid
Esta conmovedora imagen, capturada hacia 1960, nos transporta a la iglesia de Ubidea, un pequeño y pintoresco municipio de Vizcaya, en el corazón del País Vasco. En ella, un grupo de mujeres vascas se encuentra en oración, sus rostros serios y sus manos entrelazadas, reflejando una profunda devoción. Más allá de ser una simple instantánea, esta fotografía es una ventana a la historia social y cultural de la región en la segunda mitad del siglo XX.
En 1965, España vivía bajo el régimen franquista, un periodo marcado por una fuerte influencia de la Iglesia Católica en la vida pública y privada. En el País Vasco, la fe católica siempre ha ocupado un lugar central en la identidad y las costumbres de sus habitantes, y las mujeres, en particular, desempeñaron un papel crucial en la transmisión y preservación de estas tradiciones religiosas.
Más allá del acto religioso, esta escena también nos habla de la comunidad. Las iglesias eran puntos de encuentro vitales, especialmente en los pequeños pueblos rurales como Ubidea. Allí, las mujeres no solo rezaban, sino que también compartían noticias, se apoyaban mutuamente y fortalecían los lazos vecinales. Era un espacio donde la identidad vasca y las tradiciones se mantenían vivas, incluso en tiempos de censura y represión cultural.
Post generado automáticamente por la AI Gemini Google, a partir de la foto inferior.
La deducción de Grok es más escueta: Oración en Ubidea: Una mirada a la vida religiosa vasca en 1960.
La escena:
En 1960, un grupo de mujeres es captado rezando en una iglesia de Ubidea, Vizcaya. La imagen sepia las muestra sentadas en bancos de madera, con las manos juntas, vestidas con atuendos oscuros y modestos, reflejando las normas de la época.
Contexto histórico:
Este momento destaca el predominio de la Iglesia católica en la vida vasca tras la Guerra Civil Española, bajo el régimen de Franco. La Iglesia fue un pilar de la identidad cultural en medio de los desafíos políticos, con las mujeres a menudo al frente de la práctica religiosa.
Importancia cultural:
Ubidea, un pueblo rural vasco, preservó sus tradiciones a través de la fe comunitaria. La iglesia de piedra con vidrieras simboliza su papel histórico como centro comunitario, combinando espiritualidad y cohesión social.
Valor educativo:
Esta imagen ofrece una perspectiva sobre los roles de género, la influencia religiosa y la resiliencia cultural. Fomenta la exploración de cómo se mantuvo la identidad vasca y cómo estas prácticas se han transformado en la actualidad.
Esta imagen refleja también la transición entre dos mundos: el de la posguerra y el franquismo, con su peso moral y económico, y el que empezaba a abrirse hacia la modernidad de los años sesenta. En los pueblos vascos, la misa dominical, las novenas y las procesiones seguían marcando el ritmo de la vida, pero bajo esa apariencia de inmovilidad germinaban los cambios sociales que transformarían la región en las décadas siguientes.
Hoy, esta escena invita a reflexionar sobre el papel silencioso pero esencial de las mujeres en la transmisión de la cultura vasca, la lengua y los valores comunitarios. En su recogimiento y dignidad, estas mujeres de Ubidea representan la fortaleza y la memoria de un pueblo que, incluso en los momentos más oscuros, supo mantener viva su identidad.
Una de las leyendas más inspiradoras de la historia de la ingeniería cuenta que Henry Ford tenía un empleado (precursor de lo que ahora diríamos consultor) cuyo único trabajo era “pensar” en soluciones creativas a problemas de producción. Era el mejor pagado porque sus ideas ahorraban millones a la compañía. Supuestamente, cuando un periodista o visitante preguntaba qué hacía, Ford respondía: “Piensa. Y vale cada centavo de lo que cuesta”.
La historieta tiene una base real en la vida de Henry Ford, el fundador de Ford Motor Company. Aparece en libros y artículos sobre innovación y management, como en “Hoy y mañana” (un libro escrito por Henry Ford en 1926 con Samuel Crowther) o en relatos de Charles Sorensen (un ejecutivo clave de Ford). También se popularizó en charlas motivacionales y libros como “El hombre que sabía demasiado” o referencias en management moderno.
Este personaje existió y se llamada Charles “Cast-Iron Charlie” Sorensen(1881-1968), En algunas versiones, se refiere a otros ingenieros como Willis Carrier o incluso a un rol genérico de “pensadores” en la fábrica. Sorensen era un ingeniero danés que trabajó con Ford desde 1905 hasta 1944. Era el jefe de producción en la planta de Highland Park (donde se implantó la línea de ensamblaje en 1913). Su rol principal era resolver problemas complejos de ingeniería y optimización. Por ejemplo: Ideó formas de reducir el tiempo de ensamblaje del Model T de 12 horas a solo 93 minutos. Y desarrolló técnicas como el uso de moldes intercambiables y procesos de fundición que ahorraron fortunas en costos.
Ford lo valoraba tanto que lo pagaba extremadamente bien: Sorensen ganaba salarios equivalentes a ejecutivos top (alrededor de $50,000-$100,000 anuales en los 1920s, cuando un trabajador promedio ganaba $1,000-$2,000). Era uno de los mejor remunerados, no por “sólo pensar”, sino por resultados tangibles.
Ford promovía la idea de “pensar” como clave del éxito. En entrevistas y sus escritos, enfatizaba contratar mentes brillantes para innovar, no solo mano de obra. Tenía un equipo de ingenieros dedicados a experimentación, y la planta tenía “salas de pensamiento” donde se resolvían asuntos sin interrupciones. Un ejemplo concreto: En 1913-1914, durante la crisis de producción del Model T, Sorensen pasó días “pensando” en cómo mover el chasis en una línea móvil, lo que revolucionó la industria automotriz. Esto ahorró millones y multiplicó la producción.
Lo que es exagerado.No era “solamente pensar” en el sentido literal de sentarse sin hacer nada. Sorensen era activo: diseñaba, probaba prototipos y supervisaba. La anécdota simplifica su rol para ilustrar el valor de la creatividad. Tampoco hay evidencia documental de que fuera “el mejor pagado de toda la fábrica” en todos los años (Ford mismo y algunos accionistas ganaban más vía bonos). Pero sí era elite en compensación para un no-ejecutivo.
Ford era conocido por mitificar sus logros en autobiografías, así que parte es propaganda para vender su filosofía (eficiencia, innovación salarial como el “salario de $5 al día” en 1914). Hay un núcleo verídico: Henry Ford valoraba tanto las ideas innovadoras que pagaba fortunas a genios como Sorensen por resolver problemas “pensando” estratégicamente, lo que transformó su imperio.
Conocido como “Cast-Iron Charlie” (Charlie de Hierro Fundido) por su expertise en fundición y su temperamento duro, fue uno de los ingenieros más influyentes en la historia de la industria automotriz. Nacido en Copenhague, Dinamarca, emigró a Estados Unidos con su familia a los 4 años y creció en Detroit, Michigan. Provenía de un fondo humilde: su padre era herrero, y Sorensen empezó trabajando como aprendiz en una fundición a los 14 años. No tenía educación formal superior (solo hasta secundaria), pero era un autodidacta brillante en mecánica y metalurgia. Murió en 1968 a los 86 años, dejando un legado como el “padre de la producción en masa moderna”.
Antes de estar en Ford, trabajó en varias fábricas de Detroit. En 1900, entró en la industria automotriz en la Oldsmobile, y luego en Cadillac (1904), donde conoció a Henry Ford durante una visita. Ford lo reclutó personalmente en 1905 para Ford Motor Company, empezando como patternmaker (diseñador de moldes) con un salario inicial modesto de $100 al mes. Sorensen impresionó a Ford con su habilidad para resolver problemas prácticos. En 1907, ya era superintendente de la planta Piquette Avenue, donde se diseñó el Model T (1908). Su apodo “Cast-Iron” provino de su innovación en fundición de hierro para motores más eficientes y baratos.
Optimización de procesos: Desarrolló moldes intercambiables, máquinas herramienta precisas y el uso de vanadium en acero para partes más duraderas. Durante la I Guerra Mundial (1914-1918), reconvirtió la fábrica para producir submarinos, aviones y tanques Liberty L-12, ahorrando millones al gobierno de EE.UU.
Planta River Rouge: En los 1920s, diseñó esta mega-fábrica (la más grande del mundo entonces), integrando todo: minería de mineral, fundición, ensamblaje. Incluyó innovaciones como conveyors aéreos y control de calidad estricto.
Relación con Henry Ford: Como mentor-protegido, tuvo una relación estrecha pero tensa con Henry Ford. Ford lo llamaba “mi mano derecha” y lo pagaba generosamente: para 1920s, ganaba hasta $75,000-$150,000 anuales (equivalente a millones hoy), más bonos. Era uno de los mejor compensados, reflejando el valor de sus “pensamientos” estratégicos. Sin embargo, Sorensen era el “policía malo”: imponía disciplina dura, despidos masivos y ritmos intensos, lo que generó resentimientos (e.g., huelgas en 1930s).
En 1941, con la muerte del hijo de Ford (Edsel), Sorensen chocó con Harry Bennett (guardaespaldas y favorito de Ford). En 1944, fue forzado a renunciar tras 39 años. Ford reconoció su deuda: “Sin Sorensen, no habría Ford como lo conocemos”. En 1941, antes de salir, diseñó la planta bombera Willow Run (Michigan), la más grande bajo un techo (produjo 8,600 B-24 bombers para la guerra). Tras Ford, consultó para el gobierno y empresas como Willys-Overland (Jeep).
Se retiró en Florida, escribió su autobiografía “My Forty Years with Ford” (1956, con Samuel T. Williamson), donde detalla anécdotas internas, critica a Ford por antisemitismo y paranoia, pero lo elogia como visionario. El libro es una fuente primaria clave, revelando cómo “pensar” en soluciones (como experimentos nocturnos) era su superpoder.
Su legado es inmenso. Revolucionó la manufactura global. Su modelo de producción en masa influyó en Toyota (lean manufacturing) y toda la industria. Sin él, el fordismo (eficiencia masiva) no habría sido tan exitoso. De personalidad dura, workaholic (trabajaba 18 horas/día), leal pero ambicioso. Tuvo 3 hijos; su nieto continúa en ingeniería.