Igor Antón ha conseguido en Bilbao la primera victoria de Euskaltel en La Vuelta. Entre evento y evento, hemos grabado en su primer paso por la capital el vertiginoso paso de los cuatro escapados (foto superior y otras), entre ellos Gorka Verdugo -un segundo ciclista de Euskaltel junto a Marzio Bruseghin y Aleksandr Dyachenko. Los cuatro ciclistas de cabeza eran seguidos por el pelotón (grabado en el vídeo inferior).
Sigue una breve valoración de la mezcolanza deportivo - política, más en clave de polépica que de políRica. Parte de la premisa de que no somos muy aficionados a los deportes, ni siquiera como espectador, exceptuando el emperador de los deportes. No obstante, desde nuestra perspectiva fotográfica, reconocemos la vistosidad de estos espectáculos (de todos ellos).
Lo mejor del deporte es todo aquello que fomenta el fair play (juego limpio) y el esfuerzo individual y colectivo. Lo peor, hacer trampas para ganar a toda costa y ejercer el amor a unos colores malentendiéndolo como odio hacia otros.
El deporte, por calar profundamente en muchas personas, ha sido y es manipulado por el politiqueo del bajo instinto, mezclándose de mala manera. En ocasiones, y por desgracia, tampoco el periodismo especializado -en deporte o en política- ha ayudado nada por enaltecer las virtudes de una competición sana y repudiar absolutamente a quienes desde lo deportivo demuestran su incultura, bajeza y violencia.
La vuelta de La Vuelta, en nuestra modesta y particular opinión, ha demostrado que queda mucho camino por recorrer,... pero que se ha avanzado algo. La manipulación de una prueba deportiva, como se supone que es, ha sido manifiesta, por parte de intolerantes... de ambos bandos. Incluso se han manifestado entre comentaristas debatiendo sobre galgos y podencos, o sobre Ertzaintza (no ertzaina, por favor) o Guardia Civil. No obstante, la sangre no ha llegado al río, y eso -literalmente- ya es un progreso.
La identificación libre con unos colores (como el naranja de Euskaltel), y todas las personas las tenemos, debiera ser interpretada en sentido humano y positivo, apreciando especialmente a quienes participan en debates o competiciones como ese espectro de diversos códigos cromáticos. Todo ser humano aficionado al ciclismo, por ejemplo, prefiere conversar con otros aficionados al mismo deporte, sean o sean de su equipo (sería demasiado aburrido coincidir). Lo mismo debiera suceder en la política, donde cualquier persona interesada por esta materia habría de preferir el debate con quienes participan de su misma afición.
Hoy ha sido un viernes repleto de espectáculos, que hemos podido fotografiar desde el mediodía. En Bilbao, junto con Josu Garro @otxolua, en las cercanías del Museo Marítimo Ría de Bilbao (MMRB), hemos grabado unas espectaculares imágenes del Galeón La Pepa (que ya puede verse en esta entrada) y de la Escultura de Luz (que hemos publicamos contando con el permiso de su autora Esther Pizarro), además del paso de La Vuelta. Por la tarde-noche, el ambiente festivo en las calles de las Arenas nos ha permitido testimoniar la Jornada nocturna del comercio en Getxo.
Sigue una breve valoración de la mezcolanza deportivo - política, más en clave de polépica que de políRica. Parte de la premisa de que no somos muy aficionados a los deportes, ni siquiera como espectador, exceptuando el emperador de los deportes. No obstante, desde nuestra perspectiva fotográfica, reconocemos la vistosidad de estos espectáculos (de todos ellos).
Lo mejor del deporte es todo aquello que fomenta el fair play (juego limpio) y el esfuerzo individual y colectivo. Lo peor, hacer trampas para ganar a toda costa y ejercer el amor a unos colores malentendiéndolo como odio hacia otros.
El deporte, por calar profundamente en muchas personas, ha sido y es manipulado por el politiqueo del bajo instinto, mezclándose de mala manera. En ocasiones, y por desgracia, tampoco el periodismo especializado -en deporte o en política- ha ayudado nada por enaltecer las virtudes de una competición sana y repudiar absolutamente a quienes desde lo deportivo demuestran su incultura, bajeza y violencia.
La vuelta de La Vuelta, en nuestra modesta y particular opinión, ha demostrado que queda mucho camino por recorrer,... pero que se ha avanzado algo. La manipulación de una prueba deportiva, como se supone que es, ha sido manifiesta, por parte de intolerantes... de ambos bandos. Incluso se han manifestado entre comentaristas debatiendo sobre galgos y podencos, o sobre Ertzaintza (no ertzaina, por favor) o Guardia Civil. No obstante, la sangre no ha llegado al río, y eso -literalmente- ya es un progreso.
La identificación libre con unos colores (como el naranja de Euskaltel), y todas las personas las tenemos, debiera ser interpretada en sentido humano y positivo, apreciando especialmente a quienes participan en debates o competiciones como ese espectro de diversos códigos cromáticos. Todo ser humano aficionado al ciclismo, por ejemplo, prefiere conversar con otros aficionados al mismo deporte, sean o sean de su equipo (sería demasiado aburrido coincidir). Lo mismo debiera suceder en la política, donde cualquier persona interesada por esta materia habría de preferir el debate con quienes participan de su misma afición.
Hoy ha sido un viernes repleto de espectáculos, que hemos podido fotografiar desde el mediodía. En Bilbao, junto con Josu Garro @otxolua, en las cercanías del Museo Marítimo Ría de Bilbao (MMRB), hemos grabado unas espectaculares imágenes del Galeón La Pepa (que ya puede verse en esta entrada) y de la Escultura de Luz (que hemos publicamos contando con el permiso de su autora Esther Pizarro), además del paso de La Vuelta. Por la tarde-noche, el ambiente festivo en las calles de las Arenas nos ha permitido testimoniar la Jornada nocturna del comercio en Getxo.
Otras crónicas de Josu Orbe (con una gran foto), Julen Iturbe-Ormaetxe,...