Cada 24 de octubre, la Iglesia celebra la obra de San Antonio María Claret. Quienes elegimos para nuestros hijos un centro como Askartza Claret (posts, también sobre Claretenea) y convivimos con la tarea de directores como el inolvidable Josu Zabaleta, este es un día que festejamos con nuestros nietos allí escolarizados.
Antonio María Claret y Clará nació el 23 de diciembre de 1807 en Sallent, Barcelona, en el seno de una familia humilde de tejedores. Esta procedencia modesta marcaría profundamente su vocación educativa, orientada siempre hacia los sectores más desfavorecidos de la sociedad. Su juventud transcurrió entre los telares familiares, donde aprendió el oficio textil, pero pronto sintió una llamada más profunda. Tras un breve período trabajando en la industria textil en Barcelona, ingresó en el seminario de Vic en 1829. Fue ordenado sacerdote en 1835, justo cuando España atravesaba uno de sus períodos más convulsos, con las guerras carlistas y la desamortización de bienes eclesiásticos.
Claret destacó inmediatamente por su capacidad oratoria y su incansable actividad misionera. Durante más de una década recorrió Cataluña predicando misiones populares, pero con una particularidad que lo diferenciaba: combinaba la evangelización con la educación práctica. No se conformaba con predicar; quería transformar la sociedad mediante el conocimiento.
En Cuba, Claret fundó la Biblioteca Científica y Religiosa, creó numerosas escuelas, estableció cajas de ahorro para los más pobres y trabajó incansablemente por la abolición de la esclavitud. Su compromiso social era inseparable de su vocación educadora.
Regresó a España en 1857 como confesor de la reina Isabel II, cargo que ocupó hasta el destronamiento de la monarca en 1868. Falleció en el exilio francés, en Fontfroide, el 24 de octubre de 1870. Fue canonizado por Pío XII en 1950.
Obra educativa y legado pedagógico: La contribución educativa de Claret fue monumental y multifacética. Fundó la Librería Religiosa de Barcelona, que se convirtió en una editorial comprometida con la divulgación del conocimiento. Esta editorial publicó más de doscientos títulos, desde catecismos hasta manuales de agricultura, pasando por textos de higiene y economía doméstica.
Estableció las Academias de San Miguel, centros de formación para jóvenes artesanos donde se combinaba la instrucción religiosa con la formación profesional. También creó la Hermandad del Santísimo e Inmaculado Corazón de María, que incluía programas educativos para mujeres, algo revolucionario para su época.
🔴 ¡Buenos días! Cada 24 de octubre, la Iglesia celebra a San Antonio María Claret, religioso, que llegó a ser arzobispo en América y confesor de una reina. Su figura está muy vinculada a la educación católica gracias a sus esfuerzos por promover escuelas. #SanAntonioMaríaClaretpic.twitter.com/0x8QVyAUFm
Los artículos abordan temas tan variados como la crítica de la moda intelectual de la época, la enseñanza, la política, el papel del periodismo, la religión, la educación de las masas, la “gente culta” que quizá presume de saber pero carece de juicio, y la necesidad de una sabiduría que no sea sólo académica. El tono es ágil, sardónico, divertido muchas veces, pero también serio cuando apunta a lo que considera una decadencia moral o cultural.
Por ejemplo, uno de los ejes es la idea de que la cultura o la educación no garantizan el sentido común, la virtud o el buen juicio. Que una “gente culta” sin raíces, sin humildad, sin conexión con lo real, puede caer en la estupidez —en la vulgaridad intelectual, en la arrogancia. Esa es la provocación del autor.
Otra línea es la defensa de lo cotidiano, de lo popular, de la sabiduría común frente al elitismo o al esnobismo. Chesterton recuerda que los “expertos” no deben convertirse en sacerdotes de la verdad sin cuestionamiento.
Este libro permite al lector adentrarse en la faceta periodística de Chesterton, menos conocida quizá que sus novelas, pero igualmente reveladora de su personalidad literaria: humor, paradoja, crítica social, ironía ética. Además, muestra cómo pensaba en aquel momento sobre cultura, educación, medios de comunicación y sociedad. Aun siendo textos de 1912, muchas de sus observaciones tienen vigencia para la educación, la prensa y la reflexión sobre el saber.
Siguen tres citas extraídas del autor que ilustran bien su pensamiento (y que sirven como complemento al volumen, disponible también en Google Books):
"Sin educación, estamos en un horrible y mortal peligro de tomar en serio a las personas educadas."
"El momento en que los hombres comienzan a preocuparse más por la educación que por la religión, comienzan a preocuparse más por la ambición que por la educación... La educación tiende a ser un reflector que se centra enteramente en sí mismo."
Estas frases condensan la reflexión de Chesterton: no se trata de rechazar la educación ni la cultura, sino de advertir que hay formas de “ser culto” que pueden volverse vacías, arrogantes o desconectadas de lo humano. De qué sirve saber mucho si no se entiende lo humano: Es el mensaje de Chesterton contra la vanidad intelectual.
G. K. Chesterton (Gilbert Keith Chesterton, véase en otros muchos posts) nació el 29 de mayo de 1874 en Londres y falleció el 14 de junio de 1936 en Beaconsfield, Buckinghamshire. Fue un escritor muy prolífico: ensayista, novelista, crítico literario, periodista y apologista cristiano. Su educación incluyó estudios artísticos en la Slade School y literatura en University College London.
Chesterton desarrolló un estilo distintivo, lleno de paradojas, humor, ironía inteligente y una defensa de lo que él consideraba “el sentido común” frente a modas intelectuales o filosofías de su tiempo. Inicialmente se identificó con el anglicanismo, pero en 1922 se convirtió plenamente al catolicismo, lo cual marcó profundamente su obra posterior.
Entre sus obras más conocidas figuran la novela The Man Who Was Thursday (1908), la serie de relatos del sacerdote-detective Father Brown y los ensayos Orthodoxy (1908) y The Everlasting Man (1925). Su importancia literaria radica también en su capacidad para combinar lo cotidiano y lo filosófico, lo humorístico y lo serio, y para cuestionar la “sabiduría establecida” con una mirada fresca. Por todo ello, muchos lo han llamado “el príncipe de la paradoja”.
La niña del pelo rojo, una revolución pendiente desde 1910 según el gran escritor, periodista, polemista, e intelectual católico Gilbert Keith #Chesterton. Una historia para #QuantHumanity.  “Con el pelo rojo de una golfilla del arroyo prenderé fuego a toda la civilización… pic.twitter.com/yCDKVYWV0Z
Iremos repasando toda la obra de László Krasznahorkai, flamante Premio Nobel de Literatura 2025. Nace el 5 de enero de 1954 en Gyula, Hungría. Estudió Derecho y también Lengua y Literatura Húngaras. En sus primeros años trabajó como editor y vivió bajo el régimen comunista, lo que marcó su sensibilidad ante los temas del poder, la alienación, la historia.
En 1987 abandona Hungría (o se le concede la posibilidad de salir) y pasa temporadas fuera, viviendo en lugares como Alemania Occidental, Japón, China, Mongolia. Su obra se caracteriza por una prosa exigente, oscura, con frases extensas, sintaxis compleja, un tono casi dantesco, obsesionado con la memoria, con la historia, con lo extremo, lo límite del individuo ante fuerzas históricas, morales, existenciales.
Hoy hemos leído, Guerra y guerra (1999), su cuarta novela que resumimos sin spoilers: El protagonista es Korin, un archivista en una pequeña ciudad de Hungría, cuya vida está marcada por la melancolía, la contemplación, la sensación de que algo externo lo sobrepasa.
La historia arranca con un momento de peligro: Korin está a punto de ser atacado en un puente ferroviario por jóvenes agresivos. Poco antes de este incidente él descubre en los archivos un manuscrito antiguo de notable belleza, que narra la historia de dos camaradas que intentan regresar a sus hogares tras una guerra devastadora.
Korin atraviesa una crisis existencial: decide que quiere suicidarse, pero antes siente que debe salvar el manuscrito. Su idea es llevarlo a Nueva York y hacerlo accesible en Internet (“colgarlo en la web”) para preservarlo para la eternidad. Es así como el relato se bifurca: por un lado, el viaje físico de Korin de Hungría a Nueva York, sus peripecias, sus encuentros con la ciudad, con distintos tipos humanos, su obsesión por preservar lo que considera bello o verdadero; por otro lado, el del manuscrito, que se convierte en símbolo de memoria, esperanza, resistencia contra el olvido, contra la destrucción.
El mundo que crea László Krasznahorkai es dual: belleza y horror, memoria y destrucción, urgencia individual frente al devenir colectivo, lo íntimo frente a lo histórico. Korin vive en el choque entre esas fuerzas. Se cuestiona qué significa preservar, qué poder tiene la palabra, la escritura, qué valor puede tener lo humano cuando todo indica fragmentación, catástrofe, guerra. Su estilo apocalíptico, con oraciones largas, muchas subordinadas, poco uso de puntos (o al menos fragmentaciones que retan al lector). Esto produce un efecto hipnótico; obliga a la lectura lenta, atenta.
Sus temas principales: Memoria vs Olvido: guardar lo que parece perdido, rescatar lo que la historia quiere borrar. La escritura como salvación: el manuscrito funciona como testimonio, acto de resistencia. La guerra (la gran guerra, y también las pequeñas guerras interiores, sociales, existenciales). El título lo sugiere: no solo guerra externa, sino guerra interna, guerra del individuo contra el mundo, contra su desesperanza. La belleza como territorio sagrado: incluso en un mundo violentado, la belleza —la literatura, la forma, la poesía del lenguaje— tiene un peso, un valor que no es menor, quizá lo único que puede salvar algo. Existencia, urgencia, suicidio: el personaje está al borde, la implicación acerca del fin, de lo que importa si se acaba uno mismo.
Relevancia de Krasznahorkai para la educación y la literatura: Enseña la importancia de la lectura lenta, de la atención al estilo, no solo al contenido. Buena para reflexionar sobre la historia (guerra, trauma, destrucción) pero también sobre lo personal: identidad, memoria, la responsabilidad del escritor / lector. Puede servir para estudiar cómo un autor contemporáneo utiliza la metaficción, la conciencia del texto, el manuscrito como objeto literario. Es un puente entre local (Hungría, Europa oriental) y universal (la migración, la guerra, la estética, los grandes interrogantes humanos).
Algunas citas del libro, extraídas de reseñas o traducciones, que ilustran su tono, sus ideas: “Pronto llegará la nieve…” “Si solamente quedara una frase, ésta sería, en mi caso, estimada señorita, que nada tiene sentido, […] Pero aún faltan muchas frases, y ahora acaba de llegar la nieve.” “Ay, todo posee idéntico peso y todo es igual en cuanto a urgencia e importancia, […] Idéntico, señorita, e igual en cuanto a urgencia.” “Existe una relación fuerte entre las cosas cercanas, una débil entre las lejanas y ninguna entre las muy distantes, y esto es Dios…”
Más reflexiones: “Cuando morimos todo el mecanismo continúa funcionando, y los hombres consideran eso lo más terrible, […] Aunque del hecho de que continúe se desprende precisamente que no existe tal mecanismo.” “El amor al orden es la mitad de la existencia, de modo que el amor al orden es el amor a la simetría y el amor a la simetría es el recuerdo de la eternidad, […] Una o dos horas, sólo faltan una o dos horas.” Estas líneas muestran claramente la densidad filosófica, la tensión entre lo inmediato y lo trascendente, la mezcla de belleza y urgencia.
Guerra y guerra nos ha parecido una novela desafiante. No es cómoda, no es fácil. Pero en esa dificultad reside su dignidad. László Krasznahorkaiexige que el lector se comprometa; que no se contente con el relato superficial, sino que se pregunte qué significa preservar, qué significa el deber de memoria, incluso el deber de belleza, en tiempos de destrucción.
Korin es un personaje que encarna una forma de resistencia, no activa en el sentido clásico de la acción política, sino en el sentido ético, literario, de la palabra escrita como testimonio contra el olvido. En su extremidad —el suicidio, la desesperación—, la novela no cae en nihilismo; antes bien, reaviva la pregunta por lo que vale la vida humana, lo que podemos hacer cuando parece todo perdido.
Desde un punto de vista educativo, esta obra es ideal para abordar tensiones contemporáneas: violencia, migraciones, guerras reales, destrucciones ambientales, cambio climático, pérdida de patrimonio, crisis de identidad... enseñar que la literatura puede ser un espacio para la deliberación moral y estética, no solo para el entretenimiento.
En 2007 Gabriel Rolón publicó Historias de diván, un libro que no pretende enseñar técnicas terapéuticas ni erigir teoría nueva, sino acercar al lector a la experiencia clínica: a esos instantes en los que la palabra —dictada por el dolor o por la vergüenza— encuentra una escucha y, con ello, la posibilidad de ser pensada. Cada relato es una pequeña escena de consultorio donde afloran heridas antiguas (duelos, celos, abandonos), mecanismos de defensa y, sobre todo, la apuesta por resignificar el pasado.
Lo notable de la obra no es sólo su honestidad sino su estilo: Gabriel Rolón describe con economía narrativa y respeto al paciente, evitando el efectismo fácil. El lector entra en la sala, acompaña el silencio, presencia una frase que cae y una interpretación que abre una ventana. El resultado es una lectura doble: tanto humana como pedagógica; Historias de diván funciona como ejemplo de cómo la escucha profesional puede aportar recursos para comprender conflictos que todos, en mayor o menor medida, vivimos.
Para docentes de literatura, filosofía o educación emocional, el libro ofrece materiales preciosos: fichas de personaje para trabajar la empatía, textos breves para analizar cómo la narrativa puede transformar una experiencia personal y preguntas para debatir en clase sobre memoria, responsabilidad y vínculo. Y para lectores interesados en la condición humana, es una lectura cercana que recuerda que, a menudo, nombrar el dolor es empezar a desarmarlo.
Gabriel Rolón (n. 1961, La Matanza, provincia de Buenos Aires) es licenciado en Psicología por la Universidad de Buenos Aires, psicoanalista de profesión y divulgador habitual en radio y televisión. Su salto a la popularidad como autor comenzó con Historias de diván, que lo convirtió en uno de los escritores más leídos de Argentina en la última década; desde entonces ha publicado otros títulos de divulgación y una novela. Rolón combina su formación clínica con un estilo narrativo próximo, orientado a poner en lenguaje accesible temas del inconsciente, el duelo, los vínculos y los malestares cotidianos.
Historias de diván reúne relatos basados en casos clínicos —transcripciones o reescrituras de sesiones— en las que el analista relata el encuentro con distintos pacientes y las historias que estos traen al consultorio: duelos, celos, infidelidades, miedos, heridas de la infancia y reconstrucciones del pasado. No es una novela en sentido estricto sino una colección testimonial que busca mostrar cómo el psicoanálisis escucha y nombra el sufrimiento humano, y cómo la palabra puede convertirse en herramienta de transformación. El tono oscila entre la confidencia clínica, el ensayo y la narración breve, con una cuidada voluntad de hacer accesible el aparato conceptual del psicoanálisis al lector general.
El libro se compone de varias historias/autorretratos clínicos —en las ediciones aparecen ocho o diez relatos—, cada uno centrado en un paciente distinto y en un conflicto vital determinado. El narrador (el analista) introduce al lector en la escena del consultorio, describe la situación que trae el paciente y, paso a paso, las intervenciones, los silencios y las interpretaciones que emergen.
Sus temas recurrentes sonduelo, abandono, celos, culpa, memoria, “resignificación” del pasado, herencias familiares y la tensión entre lo que se dice y lo que se calla. El libro destaca la importancia del relato personal: contar la propia historia —aunque sea dolorosa— permite organizar la experiencia y, a veces, transformar la relación con el pasado.
Su estilo es de una claridad expositiva, anécdotas clínicas narradas con respeto, y frecuentes reflexiones meta-psicológicas que buscan que el lector comprenda el proceso terapéutico sin tecnicismos innecesarios. Su valor pedagógico radica en que funciona como puerta de entrada al psicoanálisis para lectores no especialistas y como material útil para debates en aulas de humanidades, filosofía y educación emocional.
Algunas citas de muestra: - “Mirá, a veces es interesante ver cómo uno repara afuera, en otros, lo que no puede reparar adentro.” - “A veces el tiempo y la memoria cambian un poco las cosas.” - “El amor es un sentimiento cuyo inicio se reconoce mirando hacia atrás e iluminando el pasado con la luz del presente.”
Historias de diván mantiene su vigencia porque combina empatía clínica con economía narrativa: es accesible sin trivializar, cercano sin condescendencia. Aprovecha la fuerza de lo testimonial para hablar de problemas universales: cómo vivimos las pérdidas, cómo repetimos patrones, y cómo la palabra —en manos de un buen oyente— puede abrir posibilidades de cambio. Es, además, un texto útil para quienes trabajan en educación porque propone recursos prácticos para introducir la reflexión emocional en el aula.
Un pueblo en el Tercer Reich(A Village in the Third Reich) o cómo el auge del nazismo impactó en la vida de la gente corriente, obra de Julia Boyd y Angelika Patel. Una obra excelente para quienes buscan entender no solo qué hizo el nazismo, sino cómo fue aceptado, resistido, normalizado o rechazado por personas de a pie. Es un libro que educa, conmueve y desafía. En un momento en que los discursos autoritarios resurgen en distintos lugares, la lectura se vuelve no solo histórica, sino urgente.
Julia Boyd es una escritora británica especializada en no ficción histórica. Es autora de libros como Travellers in the Third Reich: The Rise of Fascism through the Eyes of Everyday People, y ha vivido en Alemania entre los años setenta. Su trabajo se caracteriza por recuperar voces personales, historias cotidianas, documentos privados (cartas, diarios, memorias) para ofrecer una mirada humana al gran proceso histórico.
Angelika Patel nació en Oberstdorf, Bavaria, en una familia con raíces en ese lugar. Estudió Historia y Literatura alemana, además de un MBA. Es autora de Ein Dorf im Spiegel seiner Zeit (Oberstdorf 1918-1952). Colabora con Boyd para aportar conocimiento local, archivos y el acceso a fuentes primarias del lugar que describen su propia comunidad.
Un pueblo en el Tercer Reich se enfoca en la historia de Oberstdorf, un pintoresco pueblo bávaro en los Alpes alemanes, normalmente apartado de los grandes centros de poder. Aun así, como muestran Boyd y Patel, ni siquiera ese remanso estuvo exento de la influencia, la presión, la propaganda y las leyes del régimen nazi.
El libro está construido con cartas, memorias personales, entrevistas, archivos municipales, diarios, etc., lo que permite ver cómo el nazismo fue ganando terreno en lo que parece una vida paradisíaca y natural, cómo fue imponiéndose lentamente en lo institucional (gobierno local, escuela, sociedad civil), cómo se transformaron actitudes, miedos, resistencias, complicidades, ruegos y silencios.
Algunos episodios concretos destacados:
- La votación del 5 de marzo de 1933, momento en que la gente se reúne para escuchar al alcalde hablar de las elecciones federales, mostrando cómo las tensiones políticas nacionales penetran en la vida local.
- La historia del alcalde Ludwig Fink, quien fue miembro del Partido Nazi y a la vez ejerció cierta protección hacia personas perseguidas, mostrando la complejidad moral del poder local.
- El caso de Theodor Weissenberger, un niño ciego cuya vida fue considerada “indigna de ser vivida” según la ideología nazi del programa de eutanasia Aktion T4.
- Historias de familias judías (como Dora Lemkes, Emil Schnell), de ciudadanos comunes que resistían o simplemente intentaban sobrevivir bajo la opresión, así como de los efectos de la guerra, los bombardeos, el adoctrinamiento en escuelas, la propaganda, la vigilancia social.
El libro no es una novela, es historia social, historia de lo cotidiano, con un fuerte componente de micro-historia, centrado en un lugar concreto para exponer cómo los grandes procesos del nazismo (legislación, propaganda, racismo, exterminio, guerra) se experimentaron desde abajo.
Aquí unas frases seleccionadas que pueden funcionar como citas representativas:
- «Escondido en lo profundo de los Alpes bávaros yace el pintoresco pueblo de Oberstdorf … Sin embargo, ni siquiera ese idílico lugar pudo escapar al brutal puño del régimen nazi.»
- «Basándose en archivos personales, cartas, entrevistas y memorias, desnuda su brutalidad y amor; valentía y debilidad; acción, apatía y dolor; esperanza, sufrimiento, alegría y desesperación.»
- «Conocemos a los judíos que sobrevivieron –y a los que no; al alcalde nazi que intentó proteger a los perseguidos por el régimen; y a un niño ciego cuya vida fue juzgada como “no digna de vivir.”»
- «Cómo un pueblo bávaro con historia y aparentemente idílico fue abrazando gradualmente la ideología nazi.»
Puntos fuertes:
- Humanización de la historia: El principal logro del libro es dar rostro humano al nazismo, al mostrar no solo a los verdugos o las víctimas, sino a los habitantes “corrientes” de un pueblo remoto, con sus contradicciones, miedos y decisiones morales. Esto lo hace especialmente valioso para lectores interesados en la historia vivida y en la educación ética.
- Fuentes ricas y locales: El uso de archivos locales, memorias familiares, entrevistas y documentos de Oberstdorf le da autenticidad y profundidad. La colaboración de Patel, hija de esa zona, aporta además matices de memoria íntima.
- Mirada compleja: El libro no presenta una historia maniquea; hay personajes con roles ambiguos (como el alcalde Fink), personas que colaboran, otras que resisten, otros que se dejan llevar. Esta complejidad es esencial para entender cómo funciona el totalitarismo.
- Relevancia pedagógica: Es un excelente material para enseñanza de historia, ética, ciudadanía. Permite reflexionar sobre propaganda, responsabilidad individual, complicidad, violencia institucional, memoria histórica.
Posibles limitaciones o puntos de reflexión:
- Algunos lectores pueden encontrar que la abundancia de personajes locales y episodios menores dispersa un poco la narración; no hay una trama central fuerte como en una novela, lo que puede hacer que en algunos pasajes parezca más crónica que narrativa fluida.
- Aunque aborda muchas facetas, el libro está limitado al contexto de Baviera y Oberstdorf; para una visión global del Tercer Reich habría que complementarlo con obras que cubran otras regiones, clases sociales, grupos perseguidos menos documentados.
En un mundo que teme a la vejez, Hideki Wada escribe con honestidad: la vida después de los 80 puede ser movimiento, deseo, aprendizaje y risa. ‘El Muro de los 80 Años’ no promete remedios milagrosos: propone actitudes pequeñas y valientes para transformar la caída esperada en un nuevo comienzo.
Hideki Wada (和田秀樹) es médico y psiquiatra japonés, especializado en salud mental de personas mayores. A lo largo de décadas de práctica clínica ha tratado a miles de pacientes geriátricos y ha publicado una amplia obra divulgativa sobre envejecimiento, salud mental y calidad de vida, que le ha convertido en una figura muy conocida en Japón. Su trabajo se mueve en el cruce entre la práctica clínica, la divulgación y la crítica social sobre cómo afrontamos la vejez.
Hideki Wada, nacido el 7 de junio de 1960 en Osaka, Japón, es un psiquiatra especializado en enfermedades mentales en la tercera edad. Con más de 35 años de experiencia, ha tratado a aproximadamente 6.000 pacientes, enfocándose en cómo la mente influye en el proceso de envejecimiento. Estudió en la Escuela de Psiquiatría Karl Menninger en Estados Unidos, lo que le permitió integrar perspectivas occidentales a su práctica japonesa.
Más allá de la medicina, Wada es un polímata: director de cine, con obras como I Will Never Forgive (2018) y Juken no Shinderera (2007), y colaborador en reseñas cinematográficas para la revista Asahi Weekly entre 2003 y 2005. Su interés por el cine se entreteje con su trabajo psiquiátrico, usando narrativas para explorar temas de resiliencia y felicidad en la vejez. A los 65 años (en 2025), Wada aboga por llamar a las personas mayores de 70 "personas afortunadas" en lugar de "ancianos", promoviendo una visión positiva del envejecimiento. Su obra refleja esta filosofía, desafiando sistemas médicos que priorizan la restricción sobre la libertad.
El Muro de los 80 Años —título traducido del inglés The 80-Year-Old Wall (o versiones con ese sentido)— llegó al gran público en Japón con un fuerte impacto: desde su aparición se ha señalado que superó las centenas de miles de ejemplares vendidos y se convirtió en un fenómeno de ventas y debate social, porque plantea una mirada optimista y práctica sobre la vida después de los 80 años. El libro recoge consejos directos y observaciones extraídas de la experiencia clínica del autor y ha sido glosado por medios y reseñas en distintos países.
El libro articula una metáfora central —la “pared” de los 80 años— para hablar del corte o la transformación que muchas sociedades perciben al llegar a edades muy avanzadas. En lugar de entender la vejez como declive inevitable, Hideki Wada propone 44 verdades / consejos (enunciados breves y prácticos) para vivir con mayor bienestar físico, emocional y social más allá de los 80.
Los conceptos principales del libro son:
Movimiento y cuerpo: la importancia de mantenerse activo, caminar y evitar la rigidez.
Actitudes frente a la salud: evitar la medicalización excesiva, priorizar la calidad de vida sobre la obsesión por parámetros fisiológicos y aprender a convivir con ciertas limitaciones.
Autonomía emocional: permitir deseos, cambiar de opinión, elegir con quién pasar el tiempo y conservar la capacidad de disfrutar.
Relación social y sentido: mantener actividades que provoquen alegría, aprendizaje continuo y la práctica de pequeños actos de servicio a otros.
El tono es directo, con máximas que buscan ser memorables y accionables: no es un ensayo académico sino una guía humana y práctica basada en la clínica. Con citas como: “Camina siempre. No dejes de moverte.” “Cuando estés enfadado, respira hondo.” “No hace falta bajar siempre la presión sanguínea o el azúcar a toda costa: el equilibrio es lo que importa.” “La vejez no debe ser la negación de los deseos: no finjas que ya no los tienes.” “Aprende siempre. Si dejas de aprender, te sentirás viejo de inmediato.” “Sonríe. Lo bueno suele venir detrás de una sonrisa.”
Análisis crítico y valor pedagógico:
Fortalezas: el libro ofrece consejos prácticos, claros y fáciles de recordar; su origen clínico (experiencia con personas mayores) dota a las máximas de credibilidad y calidez. Además, plantea un enfoque positivo del envejecimiento que puede funcionar muy bien en contextos educativos para sensibilizar sobre la autonomía y la dignidad en la tercera edad.
Limitaciones: algunas recomendaciones son muy generales y rozan el aforismo; el enfoque optimista puede minimizar complejidades sociales o económicas del envejecimiento (por ejemplo, el acceso a cuidados, pensiones o la soledad estructural). Desde una óptica pedagógica conviene usar el libro como punto de partida para debate, no como manual único.
Uso en el aula o en talleres: ideal para sesiones intergeneracionales (jóvenes + mayores), actividades de reflexión personal (cada participante elige 3 máximas que quiere aplicar) y proyectos de educación para la salud que combinen el aprendizaje de hábitos con el análisis crítico de discursos sobre la vejez.
En un mundo donde la longevidad se ha convertido en una realidad cotidiana, especialmente en sociedades como la japonesa, surge un libro que desafía las concepciones tradicionales sobre el envejecimiento. El Muro de los 80 Años (título original en japonés: *80-sai no Kabe*), escrito por el psiquiatra Hideki Wada, se ha posicionado como un fenómeno editorial, con ventas que superan las 500.000 copias desde su publicación.
Esta obra no es solo un manual de salud, sino un manifiesto por una vejez feliz y liberada de mitos médicos restrictivos. Acompáñame en este análisis profundo, donde exploraremos la vida del autor, un resumen de la obra, citas clave y reflexiones para lectores interesados en literatura y educación gerontológica.
El Muro de los 80 Años aborda el concepto de un "muro" invisible que muchos enfrentan al llegar a los 80: la brecha entre la esperanza de vida total (82 años para hombres y 88 para mujeres en Japón) y la esperanza de vida saludable (72 para hombres y 75 para mujeres). Wada argumenta que este muro no es físico, sino mental y social, impuesto por mitos médicos que fomentan el miedo y la inactividad. En lugar de enfocarse en curar enfermedades, el libro promueve "vivir con ellas" y disfrutar la vida sin excesivas restricciones.
Estructurado en 44 "verdades" simples pero profundas, el texto es un compendio de consejos prácticos para personas entre 60 y 80 años, con el objetivo de alcanzar los 100 en buena salud y felicidad. Wada critica la sobredependencia de chequeos médicos innecesarios y anima a priorizar el placer: comer lo que se antoje, mantener la curiosidad y rechazar el aislamiento. No es un libro de autoayuda convencional, sino una crítica cultural al envejecimiento "productivo", proponiendo en su lugar un "envejecimiento feliz". Su tono es humorístico, accesible y subversivo, invitando a los lectores a liberarse de estereotipos para una vejez plena.
Algunas de las 44 Verdades para una Vida Afortunada.
Sobre la Actitud Mental y Emocional:
1. "Sigue caminando." – Enfatiza el movimiento constante para mantener la vitalidad.
2. "Respira profundo cuando sientas ira." – Controla las emociones para preservar la salud mental.
21. "Cuando el auto llega a la montaña, aparece el camino": esta es la frase favorita de los ancianos afortunados. – Promueve la resiliencia ante obstáculos.
Sobre la Salud y los Hábitos Diarios:
10. "No te preocupes por las manchas en la piel." – Ignora preocupaciones estéticas superficiales.
44. "La felicidad en la vejez viene de la libertad, no de la restricción." – Sintetiza la filosofía central del libro.
Estas citas, extraídas de reseñas y extractos públicos, ilustran cómo Wada transforma la geriatría en una celebración de la vida. Para una lectura completa, recomiendo adquirir el libro, disponible en ediciones japonesas y traducciones internacionales. La obra no solo es literatura inspiradora, sino una herramienta educativa para repensar la vejez en contextos de envejecimiento poblacional. Wada nos recuerda que envejecer no es un límite, sino una oportunidad para la sabiduría y el gozo.
Todas las recomendaciones: 1. Sigue caminando. 2. Cuando estés enojado, respira hondo. 3. Haz suficiente ejercicio para que tu cuerpo no se ponga rígido. 4. Bebe más agua cuando uses el aire acondicionado en verano. 5. Los pañales ayudan a aumentar la movilidad. 6. Cuanto más masticas, más activos se vuelven tu cerebro y tu cuerpo. 7. La pérdida de memoria no se debe a la edad, sino a la falta de uso del cerebro. 8. No hay necesidad de tomar demasiados medicamentos. 9. No hay necesidad de bajar excesivamente la presión arterial ni el azúcar en sangre. 10. Estar solo no es soledad; es pasar tiempo en paz. 11. La pereza no es algo de lo que avergonzarse. 12. No hay necesidad de gastar dinero en un carnet de conducir (hay una campaña en Japón para que las personas mayores devuelvan sus carnets). 13. Haz lo que quieras; no hagas lo que no te gusta. 14. Los deseos naturales persisten incluso en la vejez. 15. En cualquier caso, no te quedes en casa todo el tiempo. 16. Come lo que quieras; un poco de peso extra es mejor. 17. Haz todo con cuidado. 18. No te involucres con gente que no te cae bien. 19. No veas la televisión todo el tiempo. 20. En lugar de luchar contra la enfermedad, aprende a vivir con ella. 21. “Cuando el coche llega a la montaña, aparece el camino”: esta es la frase mágica para la felicidad de las personas mayores. 22. Come fruta fresca y ensaladas. 23. La hora del baño no debe exceder los 10 minutos. 24. Si no puedes dormir, no te fuerces. 25. Las actividades que te traen alegría aumentan la actividad cerebral. 26. Di lo que sientes; no pienses demasiado. 27. Busca un médico de cabecera lo antes posible. 28. No seas demasiado paciente ni rígido; ser un viejo valiente tampoco está mal. 29. A veces, cambiar de opinión está bien. 30. En las etapas finales de la vida, la demencia es un regalo de Dios. 31. Si dejas de aprender, envejeces. 32. No anheles la fama; lo que tienes es suficiente. 33. La inocencia pertenece a los mayores. 34. Cuanto más difícil es algo, más interesante se vuelve. 35. Tomar el sol trae felicidad. 36. Haz cosas que beneficien a los demás. 37. Disfruta del día con tranquilidad. 38. El deseo es la clave de la longevidad. 39. Vive con alegría. 40. Respira con tranquilidad. 41. Los principios de la vida están en tus manos. 42. Acepta todo con paz. 43. Las personas alegres son queridas por todos. 44. Una sonrisa trae buena suerte.