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Sobre la felicidad y las maravillas del mundo

Las siete maravillas del mundo según Alba, una perspicaz niña que apreciaba algo más que los monumentos.

Cien razones para la alegría

1. Porque estamos vivos. 2. Porque tenemos muchos amigos y amigas. 3. Porque tenemos ropa de abrigo. 4. Porque conocemos y nos relacionamos con gente de otros países. 5. Porque tenemos familia. 6. Porque tenemos unos padres que nos quieren. 7. Por conocer a personas que son buenos ejemplos para nosotros y nosotras. 8. Porque tenemos profesores que nos “aprenden”. 9. Porque estoy contento de tener hermanos. 10. Porque no dormimos en la calle. 11. Porque tenemos comida. 12. Porque tenemos una educación digna. 13. Porque no tenemos que huir con nuestra familia a otro lado del país por persecución. 14. Porque en clase no pasamos frío. 15. Porque tenemos maestros y maestras que nos enseñan. 16. Porque no tengo problemas con mis compañeros. 17. Porque tengo unos familiares espectaculares. 18. Porque tenemos salud. 19. Porque podemos leer o escuchar las palabras de un libro. 20. Porque el beso de la mañana de una madre es maravilloso. 21. Porque veo el sol cada día del año. 22.Porque estamos en clase para aprender. 23. Por ver las estrellas y la luna. 24. Por estar en una biblioteca como bibliotecario. 25. Porque estoy orgulloso y satisfecho de mis padres. 26. Porque tenemos un gran profesor. 27. Por poder correr por las calles. 28. Porque podemos disfrutar de los cuadernos nuevos. 29. Porque tenemos casa. 30. Por tener compañeros de otros países y saber de su cultura. 31. Por tener a toda mi familia. 32. Por estar relajado en mi cama. 33. Por levantarnos cada día. 34. Porque hay recursos que pueden curar enfermedades graves o salvarnos la vida. 35. Porque tenemos agua. 36. Porque ha llegado a clase un niño nuevo. 37. Porque tengo un padre y una madre. 38. Porque voy a la escuela y aprendo. 39. Porque me despierto y oigo a los pájaros cantar. 40. Porque estamos enamorados y enamoradas. 41. Porque no vamos descalzos. 42. Porque tenemos muchos años por delante. 43. Porque tenemos libros nuevos en la biblioteca. 44. Porque tenemos biblioteca. 45. Porque sabemos y podemos leer. 46. Porque hay muchas cosas que descubrir. 47. Por tener una hermana y dos primas que me apoyan en todo. 48. Porque tenemos sentimientos. 49. Por no tener que vivir bajo las órdenes de un dictador. 50. Porque esta mañana he escuchado Hey Jude de los Beatles.
51. Porque sabemos que en el mundo nunca estamos solos. 52. Porque en el futuro habrá muchos momentos buenos. 53. Porque mi madre hace la mejor comida del mundo. 54. Porque nos hacen regalos. 55. Porque somos jóvenes y éste es el momento de la vida que más se disfruta. 56. Porque tengo un hermano y no soy hijo único. 57. Porque todos los que conozco tienen buena salud. 58. Porque tenemos calefacción para estar calientes. 59. Por no tener una enfermedad grave. 60. Porque el próximo 23 de este mes será mi cumpleaños. 61. Porque aunque tuve que dejar a unos amigos cuando me fui de mi país, ahora tengo otros. 62.Porque podemos ver los patos nadando en el río. 63. Porque tenemos coincidencias. 64. Por poder ver la luz del sol cuando nos levantamos. 65. Por poder pasear por un bosque. 66. Por el aire que respiramos. 67. Por ver florecer los árboles en primavera. 68. Porque podemos ver volar a los pájaros, a las libélulas y a las mariposas. 69. Porque no tenemos miedo. 70. Porque podemos ver crecer a los niños pequeños. 71. Porque estamos muy unidos. 72. Porque podemos oler las flores. 73. Porque tenemos fuerza para seguir adelante con la vida. 74. Porque dentro de poco iremos al instituto. 75. Porque nuestros padres trabajan para que no nos falte nada. 76. Por haber tenido la oportunidad de recibir buena educación. 77. Por no nacer en tiempos de guerra. 78. Por poder ayudar a niños y niñas que tienen dificultades. 79. Por haber llegado al 2007. 80. Por haber cumplido 12 años. 81. Porque hay mucha gente que confía en mí. 82. Por tener el don de poder comunicarnos. 83. Porque gracias a este blog, otros conocerán los motivos de nuestra alegría. 84. Porque tenemos un blog donde leer y escribir cosas interesantes. 85. Porque podemos hacer un mundo mejor colaborando y aportando nuestra gota de agua. 86. Porque tenemos unos cuantos amigos en dos colegios asturianos. 87. Porque podemos probar la gastronomía de otros países. 88. Por tener corresponsales con quien comunicarnos. 89. Por tener una abuela que me hace comidas deliciosas. Por conocer a personas que son buenos ejemplos para nosotros y nosotras. 90. Por tener deseos de ser alguien en la vida. 91. Por ser responsables y saber lo que tenemos que hacer. 92. Por poder conocer las maravillas del pasado. 93. Por tener inteligencia. 94. Por tener gente sabia a nuestro lado. 95. Porque podemos viajar a otros países. 96. Por podernos comunicar con algunos escritores. 97. Por poder disfrutar de los colores de la naturaleza. 98. Por poder descubrir cosas nuevas cada día. 99. Por poder reír y 100. Por poder realizar nuestros sueños.

El síndrome del usuario de vehículos eléctricos 

Antes de nada, hemos de confesar que somos adictos al vehículo eléctrico. Incluso formamos parte de una conocida asociación de usuarios convictos de la movilidad sostenible, que se autodenomina como AUVE. Son muchos años de uso constante de estos motores a batería, y bastan pocos días para caer en ese conjunto de síntomas que hemos de reconocer como "el síndrome del usuario de vehículos eléctricos".

Al principio, todo parecía anecdótico. Se había descrito previamente y difundido profusamente que pasarse a la movilidad eléctrica produciría una "ansiedad de autonomía". Pero eso fue lo de menos y la experiencia de conducción rápidamente difuminó ese miedo, porque bastaron unos pocos viajes largos para que esa preocupación desapareciera sin dejar rastro. 

Pero entonces, cuando nos sentíamos felices, vino lo peor,... Todo provino de que nos acostumbramos a esas ilusiones, irrealizables en la actualidad, de que era posible viajar sin ruidos, sin contaminar, sin vibraciones,... y en un mundo imaginario donde nadie ensucia la atmósfera, ni ensordece, ni arruina el futuro y el presente de sus vecinos y de su ciudad.

Ahí comenzaron nuestras pesadillas. Resulta inenarrable, pero estos fueron los primeros indicios de que algo estaba mal. Todo aquello que nos parecía normal, aceptable, cotidiano,... dejó de serlo. Veamos algunas señales de que algo grave nos había pasado, porque comenzamos a creer que vivíamos en una realidad distópica:
  • Nos vimos rodeados de ruidos, de motoristas que podían despertar a toda una ciudad o de conductores agresivos que bramaban chulescos con sus obsoletos cacharros, reliquias históricas por muy reciente que fuera su compra, pero que ni la policía los oía. 
  • Comenzamos a sentirnos ahogados cuando esas traqueteadas furgonetas esparcían humos negros de olor insufrible, pero que a nadie más molestaban.
  • Tampoco el resto de los mortales parecía sufrir con los traqueteos de los motores diésel de los autobuses, o cuando se quedaban hablando en su garaje subterráneo durante mucho tiempo en medio de la humareda de sus motores de combustión encendidos.
  • Aparecieron como si nunca hubieran existido esas horrendas manchones negros de grasa en todo tipo de aparcamientos y calzadas, así como esas bocanadas de aromáticos olores (VOC) derivados del petróleo refinado al repostar, tan consustanciales con la civilización (o apocalipsis) del consumo irrefrenable.
  • La desconexión fue creciente: Dejamos de acudir a las gasolineras para repostar, nos desinteresamos de aceites y aditivos, y olvidamos aquellas inolvidables visitas a talleres para las periódicas revisiones de mantenimiento,... Ya no frecuentábamos aquellos alegres lugares donde se socializa, mientras nosotros recargábamos aislados en la soledad del hogar, del trabajo o en lugares de paso.
  • Lo peor fue la pérdida de la belleza de la complejidad de los motores de combustión interna, con sus miles de piezas en movimiento, lanzando calor, humos irrespirables e ineficiencia por doquier,... Nos habían convencido esos simplones y pequeños motores irrompibles y sin rozamiento. No advertíamos que se infiltraban en los últimos rincones del universo, después de haberse adueñado de casi todo en ascensores, electrodomésticos, bicicletas y patinetes o transporte limpio como Metros o AVEs,... y comenzando a entrar en autobuses, camiones, barcos y aviones.
Las alucinaciones fueron creciendo. La siguiente fase fue la incapacidad de comprender todas aquellas maravillas que admiraban nuestros conciudadanos y que no lográbamos apreciar:
  • Llamaban libertad a los atascos inmensos de coches humeando en medio de un embotellamiento, que aprovechaban para bajar las ventanillas a fin de escuchar esos rugidos y respirar aire filtrado por tan complejos como engañosos sistemas de catalizadores e inyectores de urea.
  • Idolatraban esa aceleración que no acaba de llegar, esa potencia teórica que se alcanza finalmente cuando suben las revoluciones del cigüeñal,.. Esa lentitud que otros habíamos sustituido por la inmediatez y par motor máximo propios de cualquier motor eléctrico.
  • Consideraban el número de tubos de escape como una cualidad de un coche, de modo que cuanta más contaminación vertían a su alrededor mejor era el producto (a pesar de que quienes primero lo aspiraban eran su familia y ellos mismos). 
  • Incumplían sistemáticamente las normas de tráfico, especialmente las limitaciones de velocidad, alardeando de ello, algo por lo que habíamos perdido el gusto nosotros al habernos habituado a esas capas de software de seguridad y ayudas a la conducción automatizada. 
Continuará el relato, porque no cesan ni menguan las manifestaciones o la gravedad de nuestro reciente síndrome del usuario de vehículos eléctricos. Ayúdennos a superar esta grave afección y no caigan en la tentación de probar, ni una sola vez, estos peligrosos productos aparentemente inocuos, pero de pérfidas intenciones. Hay incluso quienes les atribuyen conspiratorios intereses de desequilibrar ese armónico entramado de geopolítica del petrodólar, y todo para animar a la subversión del autoconsumo sostenible.
El síndrome del usuario de vehículos eléctricos

William James Sidis según James Thurber en The New Yorker

¿Dónde están ahora? ¡Día de los inocentes! por James Thurber. The New Yorker, sábado 14 de agosto de 1937, 22-26.

Una tarde nevada de enero de 1910, alrededor de cien profesores y estudiantes avanzados de matemáticas de la Universidad de Harvard se reunieron en una sala de conferencias en Cambridge, Massachusetts, para escuchar a un orador llamado William James Sidis. Nunca antes se había dirigido a una audiencia y al principio se sintió avergonzado y un poco incómodo. Sus oyentes tenían que prestarle mucha atención, porque hablaba con una vocecita que no se escuchaba bien y puntuaba su charla con risas nerviosas y estridentes. Un mechón de cabello rubio le caía sobre la frente y unos penetrantes ojos azules se asomaban desde lo que uno de los presentes describió más tarde como un rostro "parecido a un duendecillo". El orador vestía medias de terciopelo negro. Tenía once años.

A medida que el niño se familiarizó con el tema, su timidez se derritió y llegaron a los oídos de sus oyentes las palabras más notables que jamás habían escuchado de labios de un niño. William James Sidis había elegido como tema de su conferencia "Cuerpos de cuatro dimensiones". Incluso en este selecto grupo de caballeros eruditos, hubo quienes fueron incapaces de seguir todos los procesos del pensamiento del niño. Para los legos que estaban presentes, la cuarta dimensión, como se demostró esa noche, debía de haber encajado perfectamente en su definición coloquial: "un reino especulativo de relaciones incomprensiblemente involucradas". Cuando todo terminó, el distinguido profesor Daniel F. Comstock del Instituto Tecnológico de Massachusetts se sintió impulsado a predecir a los periodistas, que habían escuchado con profundo desconcierto, que el joven Sidis crecería hasta convertirse en un gran matemático, un líder famoso en el mundo. de Ciencia.

William James Sidis, que a la edad de once años apareció en las portadas de los periódicos de todo el país, era un estudiante de Harvard en ese momento. Para explicar cómo llegó allí, debemos mirar a su padre, el fallecido Boris Sidis. Nacido en Kiev en 1868, el padre Sidis llegó a este país, aprendió inglés y fue a Harvard, donde se graduó en 1894. Su especialidad era la rama de la psicoterapia que se ocupa de aliviar las enfermedades nerviosas y los desajustes mediante sugestión mental. Escribió un libro titulado "La psicología de la sugestión" y estaba muy interesado en los experimentos para transmitir la sugestión mediante el estado hipnótico. Creía que en los primeros años el cerebro es mucho más susceptible a las impresiones que en la vejez. Cuando nació su hijo en 1898, nació, por así decirlo, en un laboratorio. Boris Sidis dirigía entonces un instituto psicoterapéutico en Brookline, Massachusetts. Era un admirador y amigo del fallecido William James, y le puso a su hijo el nombre de ese gran psicólogo.

Boris Sidis comenzó sus experimentos con su hijo cuando el pequeño William tenía dos años. Parece que indujo una especie de estado hipnoidal mediante el uso de bloques alfabéticos. Los rápidos resultados que obtuvo deleitaron su mente científica. El niño aprendió a deletrear y leer en unos meses. Al cabo de un año podía escribir tanto en inglés como en francés en la máquina de escribir. A los cinco años había compuesto un tratado de anatomía y había ideado un método para calcular la fecha en que había caído cualquier día de la semana durante los últimos diez mil años. Boris Sidis publicó varios artículos en revistas científicas describiendo los logros de su bebé. A los seis años, el niño fue enviado a una escuela pública de Brookline, donde sorprendió a sus maestros y alarmó a los demás niños al superar siete años de escolarización en seis meses. Cuando tenía ocho años, William propuso una nueva tabla de logaritmos, empleando 12 en lugar del habitual 10 como base. Boris Sidis publicó un libro sobre su increíble hijo, llamado "Filisteo y genio", y entró en Quién es quién en Estados Unidos .

El niño maravilloso tenía nueve años cuando su padre intentó matricularlo en Harvard. Podría haber aprobado los exámenes de ingreso con facilidad, pero las autoridades universitarias, sorprendidas y avergonzadas, no le permitieron realizarlos. Continuó realizando sus maravillas en casa y comenzó a estudiar latín y griego. No le interesaban los juguetes ni ninguno de los placeres normales de los niños pequeños. Los perros le aterrorizaban. "Si veo un perro", le dijo William a alguien en ese momento, "debo huir. Debo esconderme. Me gusta el gato. No puedo jugar, porque mi madre tendría que estar allí todo el tiempo, porque de la posibilidad de que pueda ver un perro." Su principal recreación parece haber sido viajar en tranvía con sus padres. El mayor Sidis le explicó los traslados y le interesó por los nombres de calles y lugares. Incluso antes de cumplir cinco años, William había aprendido a recitar todas las horas y estaciones de un complejo horario ferroviario. De vez en cuando recitaba horarios para los invitados mientras otros niños recitaban rimas de Mamá Ganso o cantaban pequeñas canciones. Quienes lo recuerdan en aquellos años dicen que tenía algo de la intensidad de un adulto neurótico.

En 1908, a la edad de diez años, a William James Sidis se le permitió matricularse en Tufts College, en Medford. Viajaba diariamente desde Brookline con su madre, quien estaba tan interesada en su fenomenal desarrollo mental como su padre. Siempre iban y venían de la universidad en tranvía. El joven asistió a Tufts durante un año y finalmente, en 1909, cuando tenía once años, Harvard le permitió matricularse allí como estudiante especial. Se matriculó como estudiante de primer año al año siguiente, y así se convirtió en miembro de la promoción de 1914. Cotton Mather, en 1674, se había convertido en estudiante de primer año de Harvard a la edad de doce años, y probablemente debido a este distinguido precedente, William Sidis se le permitió matricularse a esa misma edad. Era una fuente de asombro para sus compañeros de estudios y para el profesorado; algunos de los periódicos asignaron periodistas para cubrir "el caso Sidis".

Se pierde en el registro cómo se convenció a William para hablar ante los eruditos eruditos en enero de su primer año en Harvard, pero se sabe que mostró un gran interés en escuchar las conferencias de otros y se unió fácilmente a las discusiones grupales sobre metafísica. En su tiempo libre empezó a componer dos gramáticas, una latina y otra griega. Sin embargo, la presión de sus estudios y su repentina fama comenzaron a hacerle efecto, y no pasó mucho tiempo después de su notable discurso cuando sufrió un colapso general. 

Su padre dirigía un sanatorio en Portsmouth, New Hampshire, en ese momento, y William fue trasladado allí de urgencia. Cuando finalmente regresó a Harvard, estaba retraído y tímido; no se le pudo persuadir para que volviera a dar una conferencia; Comenzó a mostrar una marcada desconfianza hacia la gente, miedo a la responsabilidad y una inadaptación general a su vida anormal. No se relacionaba mucho con los estudiantes y huía de los periodistas, pero estos lo arrinconaron, por supuesto, el día de su graduación como Licenciado en Artes en 1914. Tenía dieciséis años. Entonces vestía pantalones largos y se enfrentaba a los periodistas que bajaban al Yard con menos sensación de vergüenza que cuando era un niño con bragas. Pero en él se habían desarrollado claras fobias. "Quiero vivir la vida perfecta", dijo William a los periodistas. "La única manera de vivir la vida perfecta es vivirla en reclusión. Siempre he odiado las multitudes". Por "multitudes" no fue difícil leer "gente". Entre los que se graduaron con William James Sidis ese día se encontraban Julius Spencer Morgan; Gilbert Seldes; y Vinton Freedley y Laurence Schwab, los productores de la comedia musical. Los periodistas no les prestaron atención.

A los dieciséis años, William James Sidis era un chico grande y, cuando ingresó en la Facultad de Derecho de Harvard, ya no era la figura incongruente que había sido. Los periódicos tenían poco interés en sus idas y venidas. Asistió discretamente a la facultad de derecho durante tres años y aparentemente fue un estudiante brillante, pero su principal interés eran las matemáticas, y en 1918 aceptó un puesto de profesor en una universidad de Texas. Su fama le precedió, pero incluso si no lo hubiera sido, la extrema juventud de este profesor de matemáticas habría sido suficiente para convertirlo en una curiosidad. Se encontró en el centro de un interés que le molestaba y le consternaba. De repente renunció a su puesto y regresó amarga y silenciosamente a Boston, donde vivió en la oscuridad durante algunos meses.

Fue el 1 de mayo de 1919 cuando el nombre del joven Sidis volvió a ocupar las primeras planas de los periódicos. Con una veintena de jóvenes más, participó en una manifestación comunista en Roxbury y fue llevado ante el tribunal municipal como uno de los cabecillas del grupo y, de hecho, el mismo individuo que había portado la horrible bandera roja en su desfile. En el estrado de los testigos, Sidis demostró ser más franco y sincero que discreto. Anunció ante un tribunal estupefacto que para él no había más dios que la evolución; Cuando se le preguntó si creía en lo que representa la bandera estadounidense, dijo que sólo hasta cierto punto. En un momento dado, para instrucciones del magistrado, se lanzó a explicar la forma de gobierno soviética. Su inclinación marxista se había desarrollado durante un período de varios años. Cuando los Estados Unidos entraron en la guerra, se declaró objetor de conciencia y en varias ocasiones expresó la opinión de que los problemas del mundo eran causados ​​por el capitalismo. Un policía que había ayudado a disolver el desfile de los radicales identificó a Sidis como el hombre que llevaba la bandera roja. El oficial dijo que le había preguntado a Sidis por qué no llevaba la bandera estadounidense, y que Sidis respondió: "¡Al diablo con la bandera estadounidense!". Al regresar al estrado, el famoso prodigio negó vehementemente haber hablado alguna vez con el testigo y haber dicho alguna vez a nadie: "¡Al diablo con la bandera estadounidense!" Repitió que se oponía a la guerra y que creía en una forma de gobierno socializada. Después de una pausa, anunció que, en realidad, había llevado una bandera estadounidense, tras lo cual, ante el asombro de la sala del tribunal, sacó una bandera estadounidense en miniatura de su bolsillo. Fue condenado a dieciocho meses de cárcel por incitación a disturbios y agresión. Apeló y, mientras estaba en libertad bajo fianza de 5.000 dólares, desapareció del estado en el que había sorprendido a profesores eruditos y a policías patrióticos. Marcó el comienzo de un nuevo y curioso modo de vida para el joven.

Durante los cinco años siguientes, William James Sidis parece haber logrado la "vida perfecta" de la que había hablado el día de su graduación: la vida de reclusión. Aparentemente vagaba de ciudad en ciudad, trabajando como empleado, o en alguna otra función menor, por un salario que sólo le permitía subsistir. En 1924 volvió a aparecer en las noticias cuando un periodista lo encontró trabajando en una oficina en Wall Street, por veintitrés dólares a la semana. Estaba consternado al ser descubierto. Dijo que todo lo que quería era ganar lo suficiente para vivir y trabajar en algo que requiriera un mínimo de esfuerzo mental. Los últimos periodistas que bajaron a su oficina para entrevistarlo no lograron verlo. Había dejado su trabajo y había vuelto a desaparecer.

Dos años más tarde, en 1926, Dorrance & Company, una editorial de Filadelfia que imprime libros "vanidosos", es decir, libros publicados a expensas de los autores, publicó un volumen llamado " Notas sobre la colección de transferencias". Fue escrito por un tal Frank Folupa. Frank Folupa, según descubrió un periodista despiadadamente ingenioso, no era otro que William James Sidis. Nuevamente lo atropellaron y lo entrevistaron. Anunció que durante mucho tiempo había sido un "peridromófilo", es decir, un coleccionista de transferencias de tranvía. Él mismo había acuñado la palabra. Su libro (ahora agotado) tenía trescientas páginas y era un tratado erudito y laborioso sobre el origen, la naturaleza y la clasificación de nada más y nada menos que los trozos de papel que los conductores de tranvía entregan a los pasajeros cuando solicitan transbordos. Muchos psicólogos y analistas deben haber estado interesados ​​al leer en los artículos que el genio del niño precoz que había asombrado al mundo académico dieciséis años antes había florecido de esta manera extraña. El libro es digno de examen. Sidis escribió un prefacio al volumen, que comenzaba así: "Este libro es una descripción de lo que es, hasta donde sabe el autor, un nuevo tipo de pasatiempo, pero que a primera vista parece tan razonable como , tan interesante y tan instructivo como cualquier otro tipo de colección de moda. Esta es la colección de transferencias de tranvías y formas afines. El propio autor ya ha recopilado más de 1600 formas de este tipo." El prefacio revela, en otro lugar, que el autor no carecía de cierto humor. "Podemos mencionar", decía, "el interés geográfico y topográfico, tanto en la exploración como en el análisis de las transferencias mismas. También están las interesantes luces que una colección de este tipo arroja sobre la política en la que necesariamente están involucradas las empresas de tránsito". ; aunque difícilmente recomendamos que este interés político se lleve lo suficientemente lejos como para inducir al coleccionista a tomar partido en tales disputas. Y nuevamente: "Uno puede encontrar mucha diversión con las transferencias: se dice que un estudiante de la Universidad de Harvard se encontró en una calle coche y, deseando un viaje extra, le pidió al revisor un transbordo. Cuando se le preguntó "¿A dónde?" "En cualquier lugar", dijo. El conductor le guiñó un ojo y dijo: "Está bien". Te transferiré a Waverly. Posteriormente se rieron del estudiante cuando contó la historia y se le informó que el asilo para débiles mentales estaba ubicado en Waverly ". Sidis también incluyó en su prefacio algunos versos que había escrito cuando tenía catorce años. Comienzan:

Desde los trenes subterráneos en Central, se toma un transbordo y se va a Allston o Brighton o a Somerville, ya sabes; En los automóviles desde Brighton, haga transbordo al metro de Cambridge este y tome un tren hasta Park Street o Kendall Square, al menos.

"Conocemos", concluye el autor, "a alguien a quien realmente le ayudó a tomar el camino correcto al recordar un fragmento de uno de estos versos". El libro analiza todo tipo de transferencias: tipos estándar, tipo Ham, tipo Pope, tipo Smith, tipo Moran, transferencias Franklin Rapid, transferencias Stedman. De este último (para darle una idea), el Sr. Sidis escribió: "Transferencias Stedman: esta clasificación se refiere a un tipo peculiar elaborado por cierta imprenta de transferencias en Rochester, Nueva York. Las peculiaridades de la transferencia Stedman típica son el límite de tiempo tabular. ocupando todo el extremo derecho de la transferencia (ver Diagrama en la Sección 47) y la combinación de fila y columna de ruta de recepción (u otras condiciones de recepción) con el medio día que ya hemos discutido en detalle".

Un año después de la publicación de su libro (al parecer sólo se vendió a unos pocos peridromófilos más), Sidis regresó a la ciudad de Nueva York y volvió a conseguir un trabajo como empleado en una empresa comercial. A su habilidad y experiencia en el trabajo de oficina en general, el genio matemático había añadido ahora, irónicamente, la capacidad de operar una máquina sumadora con gran velocidad y precisión, y le gustaba alardear de este logro. Vivía en 112 West 119th Street, donde se hizo amigo de Harry Freedman, el propietario, y su hermana, la señora Schlectien. Sidis ya no está con ellos y no te dirán adónde ha ido, pero te reenviarán cualquier correo que llegue por él. Aprecian al joven y aprecian su deseo de evitar la publicidad. "Tenía una especie de amargura crónica, como mucha gente que ves viviendo en habitaciones amuebladas", dijo recientemente Freedman a un investigador de la curiosa historia de William James Sidis. Sidis solía sentarse en un viejo sofá en la sala de estar de Freedman y hablar con él y su hermana. Sidis les dijo que odiaba Harvard y que cualquiera que enviara a su hijo a la universidad es un tonto: un niño puede aprender más en una biblioteca pública. Con frecuencia hablaba de su pasión por coleccionar transfers. "Él puede decirle cómo llegar a cualquier calle de cualquier ciudad de los Estados Unidos con un solo billete de tranvía", dijo el Sr. Freedman con asombro y admiración. Parece que Sidis mantiene correspondencia con peridromófilos en varias otras ciudades y de esta manera se mantiene al día con la situación del tranvía y los transbordos. Una vez, el joven bajó de su habitación un manuscrito en el que estaba trabajando y le pidió a la señora Schlectien si podía leerle "algunos capítulos". Dijo que resultó ser un libro del tipo "Buck Rogers", sobre aventuras en un mundo futuro de maravillosos inventos. Ella dijo que estaba genial.

William James Sidis vive hoy, a la edad de treinta y nueve años, en un dormitorio del destartalado extremo sur de Boston. Por una fotografía de él y de sus actividades, este disco está en deuda con una joven que recientemente logró entrevistarlo allí. Lo encontró en una pequeña habitación empapelada con el diseño de enormes flores rosadas, considerablemente descoloridas. Había una cama grande y desordenada y un enorme baúl medio abierto. En una pared colgaba un mapa de Estados Unidos. Sobre una mesa junto a la puerta había un paquete de transferencias de tranvía cuidadosamente unidas con un elástico. Sobre una cómoda había dos fotografías, una (sorprendentemente) de Sidis como el niño genio, la otra una chica de rostro dulce con gafas con montura de concha y un elaborado saludo de Marcel. También había un escritorio con una pequeña y antigua máquina de escribir, un Almanaque Mundial , un diccionario, algunos libros de referencia y un libro de la biblioteca que el visitante del joven recogió en un momento dado. "Oh, vaya", dijo Sidis, "esa es sólo una de esas historias de delincuentes". Dirigió su atención hacia la pequeña máquina de escribir. "Puedes cogerlo con un dedo", dijo, y así lo hizo.

William Sidis, de treinta y nueve años, es un hombre corpulento y corpulento, con una mandíbula prominente, un cuello grueso y un bigote rojizo. Su cabello claro cae sobre su frente como lo hizo la noche que dio una conferencia a los profesores en Cambridge. Sus ojos tienen una expresión que varía desde la ingeniosa hasta la cautelosa. Cuando es cauteloso, tiene una especie de dignidad incongruente que de repente se rompe en el alegre abandono de un niño de vacaciones. Parece tener dificultades para encontrar las palabras adecuadas para expresarse, pero cuando lo hace, habla rápidamente, asiente bruscamente con la cabeza para enfatizar sus puntos, hace gestos con la mano izquierda y, de vez en cuando, emite una risa curiosa y jadeante. Parece disfrutar mucho e irónicamente de llevar una vida de irresponsabilidad errante después de una infancia de escrupulosa reglamentación. Su visitante encontró en él cierto encanto infantil.

Sidis trabaja ahora, como de costumbre, como empleado en una casa comercial. Dijo que nunca permanece mucho tiempo en una oficina porque sus empleadores y compañeros de trabajo pronto descubren que él es el famoso niño prodigio y que no puede tolerar un puesto después de eso. "La sola visión de una fórmula matemática me enferma físicamente", dijo. "Todo lo que quiero hacer es ejecutar una máquina sumadora, pero no me dejan en paz". Resultó que una vez le ofrecieron un trabajo en la Eastern Massachusetts Street Railway Company. Parece que los funcionarios creían con cariño que el joven mago de alguna manera sería capaz de resolver todos sus problemas técnicos. Cuando se presentó a trabajar, le presentaron un montón de planos, gráficos y documentos llenos de estadísticas. Uno de los funcionarios lo encontró una hora después llorando en medio de todo. Sidis le dijo al hombre que no podía soportar responsabilidades, ni pensamientos complejos, ni cálculos, excepto en una máquina de sumar. Tomó su sombrero y se fue.

Sidis tiene un nuevo interés que le absorbe actualmente más que los traslados en tranvía. Se trata del estudio de ciertos aspectos de la historia de los indios americanos. Da clases a media docena de estudiantes interesados ​​una vez cada dos semanas. Se reúnen en su dormitorio y se acomodan en la cama y en el suelo para escuchar el intenso pero vacilante discurso del otrora prodigio. A Sidis le preocupa principalmente la tribu Okamakammessett, a la que describe como una especie de federación proletaria. Ha escrito algunos folletos sobre la tradición y la historia de Okamakammessett y, si se le solicita adecuadamente, recitará poesía de Okamakammessett e incluso cantará canciones de Okamakammessett. Admitió que su estudio de los Okamakammessetts fue una consecuencia de su interés por el socialismo. Cuando la joven mencionó la manifestación del Primero de Mayo de 1919, miró el retrato de la niña en su cómoda y dijo: "Ella estaba en ella. Era una de las fuerzas rebeldes". Él asintió vigorosamente con la cabeza, como complacido con esa frase: "Yo era el abanderado", prosiguió. "¿Y sabes qué era la bandera? Sólo un trozo de seda roja". Él soltó su risa curiosa. "Seda roja", repitió. No hizo ninguna referencia a la imagen que tenía de sí mismo en los días de su gran fama, pero su entrevistador supo más tarde que en una ocasión, cuando un alumno suyo le preguntó a quemarropa sobre su precocidad infantil e insistió en una demostración de sus habilidades matemáticas. Sidis logró con dificultad expulsarlo de la habitación.

Sidis reveló a su entrevistador que tiene otro trabajo en marcha: un tratado sobre las inundaciones. Le mostró la primera frase: "California ha adquirido considerable fama gracias a su supuesto clima". Parece que estuvo en California hace unos diez años durante sus andanzas. Su visitante se animó, por fin, a mencionar la predicción, hecha por el profesor Comstock del Instituto Tecnológico de Massachusetts allá por 1910, de que el niño que ese año daba una conferencia sobre la cuarta dimensión a una reunión de eruditos crecería hasta Sé un gran matemático, un líder famoso en el mundo de la ciencia. "Es extraño", dijo William James Sidis, con una sonrisa, "pero, ya sabes, nací el Día de los Inocentes".

―Jared L. Manley (James Thurber) 1

1 En Los años con Ross Thurber escribió: "Era uno de los '¿Dónde están ahora?' serie, para la cual hice la reescritura (Grossett & Dunlap, 1957, p. 210)". Pero Jared Manley era el seudónimo de Thurber. "Bernstein escribe: 'A principios de 1936, Thurber comenzó a escribir (en realidad a reescribir, ya que algunos de los mejores reporteros de The New Yorker, como Eugene Kinkead, estaban haciendo la investigación) una serie de perfiles breves y retrospectivos. Bernstein también revela que Jared L. Manley fue un nombre que Thurber improvisó cuando escribió su primer artículo sobre un viejo boxeador basado en las iniciales del boxeador John L. Sullivan y Manley basado en "el arte varonil de la autodefensa".'" — Privacidad, Información y Tecnología.

2 Norbert Weiner, que estaba en la reunión del club de matemáticas, escribió: "El joven Sidis, que entonces tenía once años, era obviamente un niño brillante e interesante. Su interés estaba principalmente en las matemáticas. Recuerdo bien el día en el Club de Matemáticas de Harvard en el que GC Evans, ahora jefe retirado del departamento de matemáticas de la Universidad de California y amigo de toda la vida de Sidis, patrocinó al niño en una charla sobre las figuras regulares de cuatro dimensiones. La charla habría dado crédito a un alumno de primera o segunda dimensión. estudiante de posgrado de cualquier edad, aunque todo el material que contenía era conocido en otros lugares y estaba disponible en la literatura. El tema me lo había hecho familiar EQ Adams, un compañero de mis días en Tufts. Estoy convencido de que Sidis no tenía acceso según las fuentes existentes, y que la charla representó el triunfo de los esfuerzos sin ayuda de un niño muy brillante ( Ex-Prodigy , Simon & Schuster, p. 131 - 132)".


4 Cfr. Siete mitos del fracaso por Dan Mahony: "Las investigaciones muestran que la mayoría de los niños prodigio llevan vidas productivas. Al igual que Sidis".

PDF  Mecanografiando por Bill Paton.

Maravillas del diálogo con la IA, mediante ChatGPT

El prompt propuesto es como un juego de simulación de viajes en el tiempo, pero también es una herramienta de reflexión. Después de copiar y pegar el prompt en ChatGPT tal cual, eso sí es muy importante respetar las comillas, ya que si no va entrecomillado el modelo intentará dar respuesta a las cuestiones que plantea el prompt y no hará la “simulación del juego”.

"Estás frente a la máquina del tiempo definitiva. Tienes la oportunidad de viajar a cualquier momento y lugar en la historia, pero también puedes seleccionar un equipo de tres expertos en diferentes campos (ciencia, política, arte, tecnología, etc.) para llevar contigo en tu viaje. Tu misión es utilizar tus conocimientos actuales y la experiencia de tu equipo para abordar un problema o desafío importante de la época en la que viajas y, en última instancia, cambiar la historia para mejor. Describe el período de la historia al que te gustaría viajar, el problema que deseas abordar y por qué crees que tu equipo de expertos es la elección ideal. Detalla cómo planeas resolver el problema y cómo crees que tu intervención podría impactar en la línea de tiempo. Ten en cuenta que cualquier cambio que realices en la historia tendrá consecuencias, positivas o negativas, en el presente. Explica cómo anticipas que estos cambios podrían afectar a la sociedad actual y si estás dispuesto a asumir esas consecuencias."


Viajaría al siglo XV durante el Renacimiento en Italia. Mi objetivo sería abordar el problema de la segregación y discriminación de género en el ámbito educativo y artístico, específicamente en el campo de las artes plásticas y la ciencia. En esa época, las mujeres tenían limitadas oportunidades para recibir una educación formal y participar en actividades creativas y científicas, lo que resultaba en una pérdida significativa de talento y contribuciones potenciales para la sociedad. 

Mi equipo de expertos estaría compuesto por: 

Leonardo da Vinci (Arte y Ciencia, otros posts): Un polímata del Renacimiento conocido por sus habilidades en diversas disciplinas artísticas y científicas. Su conocimiento y experiencia en anatomía, ingeniería, y arte serían invaluables para abordar el problema desde una perspectiva técnica y creativa. 

Isabella de Este (Política y Cultura, imagen a la derecha): Una destacada mecenas del arte durante el Renacimiento y una figura política influyente en Italia. Su experiencia en el ámbito político y cultural sería esencial para facilitar cambios en las políticas educativas y sociales de la época. 

Hypatia de Hipatia (Filosofía y Matemáticas, otros posts): Una filósofa, astrónoma y matemática de la antigua Alejandría. Su experiencia en el campo de las matemáticas y la filosofía sería valiosa para promover la igualdad de género en la educación y la ciencia. 

Plan para resolver el problema

Creación de Instituciones Educativas Inclusivas: Estableceríamos instituciones educativas inclusivas que permitieran la educación de mujeres en artes, ciencias y humanidades, proporcionando oportunidades para el desarrollo de talentos tanto masculinos como femeninos. 
Promoción del Talento Femenino: A través de la influencia de Isabella d'Este en la política y la sociedad, se implementarían políticas para reconocer y apoyar el talento artístico y científico de las mujeres, ofreciendo becas y oportunidades para que puedan destacarse en sus respectivos campos.
Concientización y Cambio Cultural: Utilizando los conocimientos de Hypatia de Hipatia en filosofía y ética, se llevarían a cabo campañas de concientización para cambiar las actitudes y percepciones de la sociedad hacia las mujeres en la educación y la ciencia. 

Impacto en la línea de tiempo: Anticiparía que estos cambios tendrían consecuencias positivas y transformadoras en la sociedad actual. Al proporcionar oportunidades equitativas en el pasado, el mundo contemporáneo se beneficiaría de una mayor diversidad de pensamiento y de descubrimientos científicos y artísticos. La igualdad de género en la educación y la ciencia podría haber acelerado avances tecnológicos y científicos, y haber llevado a una sociedad más inclusiva y progresista en términos de género. 
Sin embargo, también sería realista anticipar desafíos y resistencia a estos cambios, especialmente en una época histórica en la que las normas sociales eran significativamente diferentes. La intervención en el pasado podría dar lugar a tensiones sociales y políticas, y podrían surgir nuevos problemas derivados de un cambio tan fundamental en las estructuras de poder de esa época. 
Estoy dispuesto a asumir esas consecuencias, sabiendo que el objetivo es promover un mundo más equitativo y justo para las generaciones futuras. La lucha por la igualdad de género y la inclusión es fundamental, y aunque los cambios puedan ser difíciles y desafiantes, creo que el impacto positivo a largo plazo en la sociedad justifica los riesgos implicados en esta intervención histórica.

Para “jugar” hay que seguir los siguientes pasos: 

Elegir un momento de la historia de la humanidad: Primero, el usuario debe seleccionar un período específico en la historia al que desea viajar. Puede ser la antigua Roma, la Revolución Industrial, la Segunda Guerra Mundial, o cualquier otro momento histórico que le interese.
Identificar un problema o desafío de la época: Luego, el usuario debe identificar un problema o desafío importante de esa sociedad en ese momento histórico. Por ejemplo, podría ser la falta de acceso a la educación, la discriminación racial, la falta de avances médicos, o cualquier otro problema que se desee abordar.
Seleccionar el equipo: Aquí es donde la innovación entra en juego. El usuario puede elegir a tres expertos de diferentes campos para llevar consigo en su viaje en el tiempo. Estos expertos pueden ser científicos, políticos, artistas, inventores, o cualquier persona con conocimientos y habilidades relevantes para abordar el problema seleccionado. Incluso personajes de ficción como los superhéroes.
Planear la intervención: Una vez que el usuario tiene su equipo de expertos y un problema específico en mente, debe elaborar un plan para abordar el problema en la época seleccionada. Esto implica pensar en cómo aplicar el conocimiento actual y las habilidades de su equipo para resolver el problema de manera efectiva.
Anticipación de Consecuencias: Un aspecto crítico es considerar las consecuencias de cualquier cambio que se realice en la historia. ¿Cómo afectarán las acciones del usuario y su equipo al presente y al futuro? Esto puede incluir cambios sociales, políticos, tecnológicos y culturales.
Reflexión ética: Finalmente, el usuario debe reflexionar sobre si las acciones que planea tomar son éticas y si está dispuesto a asumir las consecuencias de sus acciones. Esto plantea cuestiones profundas sobre la ética de la intervención en la historia.
UTILIDAD DEL PROMPT:

Educación: Este prompt sería ideal para utilizar en el ámbito educativo, especialmente en cursos de historia. Ayudaría a los estudiantes a comprender mejor los eventos históricos al ponerlos en el papel de agentes de cambio en el pasado. Les permite aplicar sus conocimientos y desarrollar habilidades de análisis histórico, toma de decisiones y reflexión ética.
Evaluación de Habilidades de Pensamiento Crítico: En el contexto de la evaluación, este juego-prompt podría utilizarse para evaluar las habilidades de pensamiento crítico de los candidatos a puestos de trabajo o en procesos de selección académica. Los candidatos podrían ser evaluados en función de su capacidad para abordar problemas complejos, considerar múltiples perspectivas y anticipar consecuencias.
Dinámicas de equipos de trabajo: En entornos laborales o en la formación de equipos, este prompt podría utilizarse como una dinámica para fomentar la colaboración y la resolución de problemas en grupo. Los equipos podrían debatir y planificar cómo abordar un desafío histórico y luego presentar sus estrategias ante un panel de evaluadores.
Desarrollo de habilidades de comunicación: En la enseñanza superior, este prompt podría utilizarse para desarrollar las habilidades de comunicación de los estudiantes. Podrían tener que presentar sus planes y razonamientos de manera efectiva, lo que les ayudaría a mejorar sus habilidades de presentación y persuasión.
Juego de aprendizaje interactivo: También podría adaptarse como un juego de aprendizaje en línea, donde los usuarios pueden participar y compartir sus respuestas en una plataforma interactiva. Esto sería útil para promover el aprendizaje autodirigido y el compromiso del usuario en línea.

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... si mantienes un blog. La Enciclopedia Británica ha abierto su contenido para bloggers, webmasters o escritores. Nos inscribimos y en 48 horas hemos recibido un bono gratuito como suscriptores durante un año a Encyclopaedia Britannica Online. Es una medida desesperada de la que "fue" la mejor enciclopedia del mundo, frente a la que ahora lo "es": Wikipedia. Nos ha sorprendido favorablemente las posibilidades que brinda este acceso libre, por lo que recomendamos solicitarlo. Cuando con diez años (1963) soñábamos con disponer algún día de la Enciclopedia Universal Espasa, no podíamos imaginar que un fenómeno como Internet nos permitiría disponer de todas estas maravillas del saber a nuestro alcance, en cualquier lugar,...

Las 7 nuevas maravillas del mundo

Votando hacemos historia, al elegir 2.200 años después los actuales mejores sitios del planeta. Ahora, sólo quedan 86 DÍAS Y 19 HORAS PARA VOTAR... En la imagen, parece mi selección. Web sugerida por mi amigo Tomás,...

Tertulia Bilbaina con Fernando Canales (Restaurante Etxanobe)

Restaurante Etxanobe
Primera crónica exprés de la tercera Tertulia Bilbaina con Fernando Canales Etxanobe del Restaurante Etxanobe, el mejor de Bilbao situado en el Palacio Euskalduna. Acompañados de Iñigo Merino, Marilu Pérez y Raimundo Rubio, los habituales contertulios Iñaki Murua, Josu Garro y quien suscribe, Mikel Agirregabiria hemos disfrutado y saboreado un encuentro lleno de aromas, sabores, donde Fernando Canales ha desplegado su inmensa creatividad.
Ya habíamos comido anteriormente en este Restaurante Etxanobe, pero el maravilloso entorno creado y, sobre todo, el acompañamiento de su chef con su elaborada didáctica gastronómica nos ha dejado un recuerdo inolvidable durante las cuatro horas de exposición magistral y de degustación celestial. Hemos gozado de unos manjares únicos que quedaban realzados, si cabe, por la pasión de este gran arquitecto de delicias narrando cómo deben combinarse platos para convertir una comida en un referente indeleble para la posteridad.

Hoy nos hemos deleitado con un menú panorámico que describe Fernando Canales en el vídeo superior, y que no recomendamos ver en ayunas. El vídeo ha sido una licencia en este foro donde no grabamos, porque transmitir el entusiasmo por su profesión de este chef sería una ardua tarea. A modo de consejo final, para bilbainos y personas del mundo entero, sólo cabe recomendar una visita, al año o en la vida, a este templo de la gastronomía (Restaurante Etxanobe) y coincidir en la sobremesa con su artista forjador, Fernando Canales.

Seguiremos intentando explicar con palabras el festín de sensaciones con el que nos ha abducido este mago que hemos coincido en denominar como "el cocinero hacker", por el grado de innovación y de búsqueda de la perfección llevado al súmmum de la excelencia. Tod ello sin vanidad alguna, con elogios continuos a sus colegas, con admiración a Ferrán Adriá y a Juan Mari Arzac, Daniel García,... Incluso ante nosotros ha felicitado a un colega amigo por la reciente apertura de su restaurante.
Nos ha regalado y dedicado su libro "Recetas, trucos y cantidades en la cocina casera", una obra muy práctica para iniciarse en la gastronomía como un arte al alcance de todo el mundo. También nos ha recomendado la enciclopedia culinaria "La cocina y los alimentos" de Harold McGee, que el mismo Fernando Canales repasa de vez en cuando y subraya (algo de lo que somos testigos).
Post en elaboración que será completado en las próximas horas. Mientras quienes nos leen pueden hacer su reserva de mesa o, al menos, suscribirse a las redes sociales en las que participa activamente el Restaurante Etxanobe: Facebook, Twitter y YouTube (convendría también mostrar públicamente su presencia en Flickr). El canal de permite ver platos voladores y otras maravillas de la trastienda del Restaurante Etxanobe, que algún día visitaremos recogiendo la invitación final de Fernando Canales.
Menú completo degustado en la entrevista, combinando desbordante creatividad y productos excepcionales, de esta inigualable carta del Restaurante Etxanobe: Esterificación de tomate y aceite de oliva (similar a una yema) que explota en el paladar (los links llevan a la foto), una singular Croqueta de Kuzu y bacalao (kudzu como sustituto de la harina), Croquetas caseras y hechas al día (Fernando Canales ha revolucionado la categoría completa de croquetas), Jamón ibérico cortado a cuchillo, Lasaña fría de anchoas en sopa de tomate (plato estrella que hasta tiene un club de fans), Bacalao al pil-pil cremoso cocinado a 70º, Verduras en fina tempura con gambas, Chuletón a la brasa, Cuajada de oveja con yema de mango, exquisitos postres y petits-fous de lujo, esculturas comestibles de celulosa azucarada,... Total que obnubilados por la sorpresa continua casi nos comemos unas servilletas húmedas comprimidas que también parecían apetitosas tras un festín de recuerdo imperecedero que guardaremos en nuestra memoria hasta el final de nuestros días.
Algunas fotos nuestras, que se ampliarán en las crónicas de los demás comensales:

Nosotros, sí, gracias

En educación, los aspectos de relación son centrales, incluso en los casos límite con alumnado autista, por ejemplo. De ellos, hemos aprendido mucho y estas enseñanzas son válidas para todas las personas que deseen, real y sinceramente comunicarse mejor. Además, conociendo estas técnicas podremos desenmascarar a quienes las emplean con profusión para manipularnos, como algunos politiqueros y gacetilleros.

Muchos estudiantes, con o sin autismo, están condicionados a reaccionar negativamente a un ‘‘NO’’ imperativo (‘‘no hagas eso’’...). Estas negaciones indican frecuentemente que el hablante está disgustado o que algo está mal, pero no informan sobre cómo remediar el problema. Así que recomendamos al profesorado (y a las familias) el uso de palabras o expresiones negativas con extrema moderación y sólo cuando requieran obediencia inmediata en casos de emergencia. También es mejor hablar concisa y ordenadamente. Demasiadas instrucciones y explicaciones crean frustración y confusión. Es necesario que el profesor señale claramente qué es lo que quiere que los escolares hagan y por qué. Hay que ser razonable en lo que se pide y la demanda debe ser tal que los alumnos sean capaces de cumplirlo. Los enunciados negativos no aportan las indicaciones necesarias para aprender cómo comportarse de un modo más apropiado y, por el contrario, sugieren que lo negado es apetecible.

Debe evitarse las instrucciones formuladas de un modo amenazador o impositivo, porque los oyentes tenderían a ponerse a la defensiva y les provocaría a hacer justamente lo contrario de lo pedido. Un tono neutro puede ayudar. Por ejemplo: es mejor indicar: ‘‘Es la hora de estudiar’’, en vez de ‘‘Tienes que estudiar ahora mismo’’.

En comunicación, las críticas, los reproches, las amenazas, lo negativo, lo confuso…, sobra. Si nos dicen: «No pienses en un elefante rosa», ya lo estamos evocando en la imaginación… Queremos y necesitamos ideas positivas, claras, conciliadoras, específicas…, justamente lo casi inexistente en la comunicación social y política. Hasta las campañas más costosas y bienintencionadas caen en este craso error: ‘‘NUNCA MÁIS’’, ‘‘NO a las DROGAS’’, ‘‘PLAN ANTITABACO’’, ‘‘NO a la VIOLENCIA DOMÉSTICA’’… Forges, al menos y sólo por sobreabundar, en sus viñetas dice: ‘‘PAZ SÍ, guerra no’’, y el lema hippie decía ‘‘HAZ EL AMOR, y no la guerra’’. Otros aciertan de pleno como ‘‘Gesto por la PAZ’’.

Las frases negativas son nefastas, porque ­aparte de ser cognitivamente más difíciles de interpretar y más si son extensas­, declaran y despliegan una sensación general de inseguridad, desaprobación y hostilidad (a lo sumo condescendencia) que invade a lo dicho. Fíjense que, aunque gramaticalmente digan lo mismo, las tres oraciones siguientes trasladan una impresión muy diferente:
1. ‘‘Estoy contigo’’ (concluyente, enfática y con empatía).
2. ‘‘No discrepo de ti’’ (breve, pero displicente y apática).
3. ‘‘Nunca puedo evitar negar que no esté en desacuerdo con lo contrario que tú refutas rechazar’’... (pura confusión grouchiana).

Los diccionarios desperdician casi el 10% de su contenido con palabras con prefijos destructivos como a-, anti-, contra-, dis-, des-, i-, im-, in-, mal-…, (por ejemplo: a-moral anti-héroe contra-indicado dis-funcional des-acreditado i-lógico im-paciente in-activo mal-educado), y el habla popular desaprovecha un porcentaje de comunicación aún mayor con estas inexpresividades desventuradas y malhadadas (¡lo siento, me he dejado llevar!). La única expresión pseudo-negativa válida que se me ocurre, es la que aconseja el pez padre a su pececito: ‘‘Nada, hijo, nada’’. Hasta se ha impuesto un sistema negativo de votación, con los descartes en los concursos televisivos como ‘‘Gran Hermano’’…, sólo falta que esta fórmula se aplique a la política.

En política, asistimos a la ceremonia de la confusión desde el poder mediático. Se invierte la simplificación de convertir la doble negación en afirmación, para pedir en vez de ‘‘PAZ’’ el desalentador ‘‘NO a ETA’’, ‘‘NO al Nacionalismo Obligatorio’’... No nos merecemos la anacrónica época de violencia que hemos de vivir con bandas terroristas cuyo único sentido es la muerte y la coartada de gobernantes como el ‘‘gran dictador’’ que añora la conquista del Oeste (ahora del mundo) con la política del cowboy bueno frente al ‘‘eje del mal’’, y sus emuladores como el ‘‘pequeño dictador’’, que con nostalgia de reconquista nos abruma con más represión, venganza, pudrirse en las cárceles,… para ocultar esta ‘‘negra navidad’’. Todo ello adobado con la confusión entre valores e intereses, que siguen siendo el motor de la inacabada colonización perpetua de la humanidad por una minoría interesada y belicista.

En prensa oímos demasiadas veces desgobierno, deslegitimización, desinvestigación…, y seguramente asistiremos a la aparición de otros neologismos: desprograma, despolítica, desoposición… El periodismo ha perecido de éxito. Su creciente poderío ante la opinión pública, la que vota bajo su influjo en las democracias, lo había ensalzado hasta un punto en el que debía comprarse su subordinación. Así parece que ha sido ‘‘el cuarto poder’’, no ha resistido la embestida del poder último: la prepotencia económica que necesita controlar el poder político.
Falta veracidad, y pulula el cinismo. No hace falta leer, impertérrito, que Bush pagará a los periodistas o que se defienda públicamente la creación de una agencia de desinformación, la Oficina de Influencia Estratégica (OIE), cuyo supuesto cierre posterior por presiones quizá sea su primera obra y su inaugural patraña.

Nosotros queremos caminos, soluciones, propuestas de PAZ y de CONVIVENCIA a las que podamos decir, ‘‘Sí’’. Queremos más periodistas pacifistas que nos cuenten de Lula. ¡Gracias, presidente Lula, por protagonizar nuestra diaria noticia política agradable, que demuestra que no es imposible ser un político de verdad, que construye, que alivia desigualdades, que no anuncia ni prepara guerras! Lula, tú sí eres grande, cancelas la compra de juguetes bélicos a los militares y les pides que arreglen carreteras y repartan comida; visitas las zonas más pobres de tu país, y no te vas a televisiones italianas en pleno cataclismo ecológico. Sigue así, no desesperes, te esperan grandes desafíos, pero quizás sea la primera figura histórica de este todavía triste siglo XXI.

Truco final: Hagamos una prueba durante una semana. Hablemos sólo cuando lo que tengamos que decir cumplan tres condiciones: Que sea cierto, necesario y amable. ¡Usemos sólo enunciados positivos y veremos cómo mejora nuestra vida, y la de los nuestros! Seamos positivos. Aprovechemos toda oportunidad de felicitar o alentar a alguien. Definámonos por lo que amamos, por lo que creemos; acumulemos amigos. Olvidemos odios, enemigos… ¡Ah, y las palabras mágicas! Pero antes, la palabra más usada y la que más nos fastidia, que es ‘‘NO’’ (se dice que un niño a los 10 años ha escuchado 9 ‘‘Nones’’ por cada ‘‘SÍ’’) y la más superflua, ‘‘YO’’ (que indica egocentrismo). En el ranking de las frases más poderosas, junto a la palabra que más nos agrada escuchar y que es nuestro nombre propio, están:


­ NOSOTROS (equipo: grupo + estructura + objetivo común)
­ ¡MUCHAS GRACIAS! (amabilidad, cortesía,...)
­ ¿SERÍAS TAN AMABLE...? (ayuda, colaboración,...)
­ ¿CUÁL ES TU OPINIÓN? (interdependencia, altruismo)
­ ¡HABÉIS REALIZADO UN BUEN TRABAJO! (reconocimiento, generosidad)
­ ¡ADMITO QUE HE COMETIDO UN ERROR! (perdón, corrección, rectificación)

Esta pirámide de frases, de una a seis palabras, obra maravillas. Digámoslas como si tal cosa, y veremos los resultados. Con nuestros padres o con nuestros hijos, con nuestros amigos o con nuestros hermanos…, que son todos los demás.

Más que una persona

La playa es un lugar único, donde todavía se entremezclan todas las personas, sin distinción de clase, raza o religión. Vivimos en un mundo cada día más segregado, con barrios, escuelas e iglesias donde no se producen encuentros humanos imprevistos. Pero siempre nos quedará la playa. Representantes de tres continentes, venidos de muy lejos en tumbonas señoriales con lugareños arracimados bajo una sombrilla, ancianos y bebés, muchos descansando y unos pocos vendiendo alfombras de Bagdad que ya no vuelan. Todo tan exuberantemente humano que resulta insólito, pero nunca demasiado humano.

En medio de esta muchedumbre que diariamente se agolpa voluntariamente, resulta imposible entender y relacionar lo que cuentan los periódicos con lo que sucede alrededor. Por mucha escandalera que produzca el borrador del plan Ibarretxe, aquí los vascos hablan con los madrileños sin que parezca importarles nada el tema, ni a unos ni a otros. Los conceptos y las ideologías políticas, casi siempre ocultando turbios intereses económicos, quedan eclipsados ante la presencia masiva de esta humanidad espléndida en una playa. Aquí las entelequias de la unidad nacional (española) o la dignidad parlamentaria (vasca) se posicionan donde deben: muy detrás de las personas reales. Aquí no caben los voceros salvapatrias ni los falsos profetas que, con graves palabras vacías, sólo sirven para encrespar los ánimos y conducir a enfrentamientos que sólo son deseados por quienes esperan vivirlos de lejos.

En un día con dos noches (porque la siesta es obligatoria), bajo este sol común para todos, y viendo a unos críos mientras comen un bocadillo y balancean despreocupadamente las piernas desde las sillas en las que están sentados, aquí y ahora sólo cabe reflexionar sobre las personas. La magnificencia humana demuestra que, siendo iguales en derechos, somos muy diferentes. Sin duda, los mejores seres humanos son los más desvalidos: los niños y los mayores, los enfermos y los incapacitados, ellos son el mejor modelo de referencia humana por el testimonio que nos brindan con su alegría infantil, con su sabia experiencia y con su valentía vital, en definitiva, con esa voluntad de superar las dificultades de la existencia.

Pero hay un tipo de personas con un aura especial, que brillan con más colores que el resto de los mortales. Algunos nunca podremos pertenecer a este selecto grupo, de permanencia limitada a unos meses. Es fácil distinguir a estas personas en la playa: ellas valen por dos, o por tres, raramente por cuatro, pero a veces hasta por cinco o seis individuos. Su doble valor, como coraje y como valía, nos asegura el futuro a la humanidad, y ejercen la actividad más humana que conocemos. Demuestran que el hombre es mucho más que cerebro y corazón. Estas máximas maravillas del universo son las mujeres embarazadas, cuyo seno materno es la obra maestra de la creación. Este estado humano nunca será debidamente reconocido por nosotros, todos nacidos del vientre de una mujer, donde por primera vez escuchamos la lengua materna. ¿Cumplimos debidamente con el artículo 25 de los derechos humanos, que declara que la maternidad y la infancia tienen derecho a cuidados y asistencias especiales?

Cuando desde ese océano de líquido amniótico primigenio que es el Mediterráneo se observa el bullir de la playa, no se puede asimilar las cifras recientemente publicadas de embarazos indeseados y abortos. Desde el máximo respeto hacia todas las creencias, y desde la plena convicción de que son las mujeres las primeras o segundas víctimas, resulta muy doloroso comprobar cómo hemos fracasado como humanidad cuando todavía se dan las circunstancias para que una madre se crea obligada a matar a su criatura. ¡Cuánto tarea nos queda a los educadores!

Reviviendo un Sinclair ZX81 en 2012

Anuncios del Sinclair ZX81 en todo el mundo. 
 
Se conseguía hasta que emitiese sonido,... 
Abajo algunas "maravillas de la época" programadas en código máquina,...
Había programas que se fueron sofisticando, dentro de las limitaciones del hardware, hasta lograr primitivos simuladores de vuelo, y hasta han logrado conectarlo a redes. También dispuso de una impresora propia que vaporizaba un papel de aluminio, con un olor muy especial. 
Todavía se encuentran Sinclair ZX81, se reparan y se venden en eBay,... Pero, para quienes mantengan la nostalgia, lo más operativo es rememorarlos con emuladores perfectos, como este de www.chuntey.com.  O acudir a este Museo del ZX-81. Mañana grabaremos una resurrección de un Sinclair ZX81. Hoy, lo hemos conseguido a medias (ver vídeo).
Sinclair ZX-81 (ZX81)
Nuestras entradas anteriores sobre el Sinclair ZX-81, y nuestras fotos sobre este equipo.