

Potente metáfora sacada de la cotidianeidad, para aprovechar cada día y cada minuto. Carpe diem,... La vida no es "para llevar", sino para "comer aquí" y con todo.Nota del día vía @paito_b13 pic.twitter.com/kXHNeWWfmH
— Dr. Alberto Blázquez (@Dr_Blazquez) October 2, 2021
— literland (@literlandweb1) September 27, 2021Tres tuits de @Literland, una imprescindible dieta de aprendizaje y literatura para alegra cada día,... La literatura es el modo más elegante de ignorar la vida.
Y el amor, siempre el amor como el secreto de la felicidad, la esencia de la vida,... La felicidad es amor, no otra cosa. Quien sabe amar. es feliz."Alicia en el País de las Maravillas"
— literland (@literlandweb1) September 30, 2021
Lewis Carroll pic.twitter.com/isRxTYMCrt
Por último: el amor no necesita ser perfecto; basta que sea verdadero.“La felicidad es amor, no otra cosa. El que sabe amar es feliz”.
— literland (@literlandweb1) October 2, 2021
Hermann Hesse pic.twitter.com/pJ21DWaZWT
El amor no necesita ser perfecto, sólo necesita ser verdadero. #BuenosDias #BuenosDiasATodos #BuenosDiasMundo #FelizDomingo #3Oct pic.twitter.com/t8Mc68N2kl
— Imma Badia🌷 (@63imma) October 3, 2021
Hay un período / cuando los padres / quedamos huérfanos / de nuestros hijos.
Es que los niños crecen independientemente de nosotros, / como árboles murmurantes / y pájaros imprudentes.
Crecen / sin pedir permiso a la vida. / Crecen / con una estridencia alegre / y, a veces, / con alardeada arrogancia. / Pero / no crecen todos los días, / crecen de repente.
Un día se sientan cerca de ti / y con una naturalidad increíble / te dicen cualquier cosa / que te indica que / esa criatura de pañales, / ¡ya creció!
¿Cuándo creció / que no lo percibiste?
¿Dónde quedaron / las fiestas infantiles, / el juego en la arena, / los cumpleaños con payasos?
El niño crece / en un ritual de / obediencia orgánica / y desobediencia civil.
Ahora estás allí, / en la puerta / de la discoteca / esperando no sólo que no crezca, / sino que aparezca.
Allí están / muchos padres al volante / esperando que salgan.
Y allí están / nuestros hijos, / entre hamburguesas y gaseosas.
Con el uniforme / de su generación / y sus incómodas / y pesadas mochilas / en los hombros.
Allá estamos nosotros, / con los cabellos canos.
Y esos son / nuestros hijos, / los que amamos / a pesar / de los golpes de los vientos, / de las escasas cosechas de paz, / de las malas noticias / y la dictadura de las horas.
Ellos crecieron amaestrados, / observando y aprendiendo / con nuestros errores / y nuestros aciertos.
Principalmente / con los errores / que esperamos no se repitan.
Hay un periodo / en que los padres / vamos quedando / huérfanos de los hijos.
Ya no los buscaremos más / en las puertas de las discotecas / y del cine.
Pasó el tiempo del piano, / el fútbol, / el ballet, / la natación.
Salieron del asiento de atrás / y pasaron / al volante de sus propias vidas.
El secreto es esperar. / En cualquier momento / nos darán nietos.
Puede parecer contraproducente o arriesgado desprenderse en tan buen momento para empezar de nuevo y seguir creciendo, pero seguro que es más fácil abordar nuevos retos cuando se está en la cumbre que en situaciones de depresión. Arrancar aprovechando la inercia del éxito en nuevos proyectos personales y profesionales es lo óptimo, aunque no tiente el dejarnos llevar por el ascenso que se muestra aparentemente sin fin. Lo esencial es que empezar una nueva singladura no suponga abandonar todo lo vivido (incluido el aprendizaje del fracaso), sino proseguir la senda del crecimiento.