Mostrando las entradas para la consulta "Dos años de vacaciones""Dos años de vacaciones" ordenadas por fecha. Ordenar por relevancia Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas para la consulta "Dos años de vacaciones""Dos años de vacaciones" ordenadas por fecha. Ordenar por relevancia Mostrar todas las entradas

Lugares donde hemos vivido...

Freedom
Conviene saber dónde ha vivido cada persona para saber su origen y su recorrido. Lanzamos este meme a quienes nos leen y comentan, para que contéis vuestro itinerario vital por la geografía del mundo... En nuestro caso, si contabilizamos sólo aquellos donde hayamos pernoctado un mes, al menos, serían ordenados de mayor a menor:
  • 18 años en Las Arenas, Getxo, Bizkaia, Euskadi. Han sido los últimos desde 1989, excepto los veranos en Pilar de la Horadada,... Se supone que esta cifra puede aumentar al ser nuestra residencia actual,... Getxo es el municipio que elegimos para vivir y donde se han criado nuestros hijos (y ha nacido el primer nieto).
  • 17 años en Bilbao. Lugar de nacimiento y donde vivimos los primeros de nuestra vida, en domicilios familiares ya vendidos, alternando entre el hogar de nuestros padres en Indautxu (c/Gregorio de la Revilla, 20) y la casa de nuestros abuelos paternos en el Casco Viejo (c/ Cruz, 6, el mismo gran piso con terraza donde había nacido José Antonio Agirre y Lekube). Pero los veranos de aquellos años los pasábamos en Ubidea,... También Bilbao es el municipio donde más tiempo hemos trabajado: 20 años de los 35 que llevamos hasta la fecha, siendo otros 8 años en Iurreta (1991-1998) y 7 en Vitoria-Gasteiz (uno en la mili entre 1976 y 1977 y otros seis entre 1985 y 1991 en Educación, Cultura y Presidencia del Gobierno Vasco). Fueron en Bilbao 9 años de 1975 a 1985 (excepto la mili) en la Escuela Universitaria de Magisterio (y simultáneamente en el Colegio Azkorri entre 1977-1982 de Getxo), y los últimos 11 años en la Delegación de Educación de Bizkaia (y en Industria entre 2002 y 2005).
  • 11 años en Leioa (primera residencia desde que nos casamos en agosto de 1977 hasta 1989, aunque siendo en Avda. Santa Ana, junto a Las Arenas, su influencia era Getxo. En este municipio estudiamos nuestra primera carrera, en la entonces Universidad de Bilbao (ahora UPV-EHU).
  • 4 años en Pilar de la Horadada (Alicante), residencia de vacaciones desde 1988, donde confiamos vivir parte de nuestro retiro... si lo conseguimos. Esperamos estar allí dentro de muy poco, y su añoranza nos ha sugerido escribir este post.
  • 3 años en Ubidea, lugar de verano durante el trimestre vacacional de nuestra infancia. Es "nuestro pueblo", aunque allí éramos veraneantes. Allí vivimos entrañables vivencias que siempre nos acompañarán y algunas de las cuales hemos relatado.
  • 2 años en Vitoria-Gasteiz, en periodos de servicio militar en 1974 (último trimestre) y desde Julio de 1976 a Septiembre de 1977, entre Araca y Gamarra (algunas fotos). También algunas noches anteriores a exámenes en el Centro Asociado de la UNED.
  • 6 meses en Madrid, en diversos períodos del servicio militar (trimestre veraniego de 1975 en Fuencarral, formación en Ingeniería (varios semanas en distintos veranos), oposiciones en 1981,...
  • 4 meses en Roquetas de Mar (Almería) en los veranos de 1978, 1979,..., y 1985.
  • 3 meses en Tudela (Navarra), el inolvidable verano de 1963 con los tíos Julián y Maite, y los primos...
  • 3 meses en Amurrio (Álava), un maravilloso verano (¿de 1962?) con la familia materna en casa del primo de mi madre José Luis, su mujer e hijas,...
  • 2 meses en Gorliz (Bizkaia), con los tíos Ángel y Mariví, y los primos, en varios veranos en torno a 1970,...
  • 2 meses en París (Francia), en diversos períodos, dos en 1973 hasta el año pasado 2009,...
  • 1 mes en Rennes (Francia), Cambrils, Ibiza, Mallorca, Gran Canaria, Tenerife, Galizano (Cantabria), Playa de la Franca (Asturias), Hortigüela (Burgos), Llanes (Asturias), San Miguel de Basauri (Bizkaia),...
  • Total: 57 años y algunos meses. Los links en negrita llevan a referencias relativas a los lugares donde hemos vivido...
Tokina 11-16
¿Por qué no listáis los lugares donde habéis vivido? Resulta interesante. Fotos recientes de Aitor Agirregabiria, tomadas en Sopelana (muy cerca de Getxo) y en Bilbao.

Se acaban las vacaciones de Semana Santa...

IMG_5669-1IMG_5659-1
Con un tiempo excelente, y dos días nublados cuyas fotos incluimos arriba, hemos disfrutado de la paz de este rincón de Mil Palmeras en Pilar de la Horadada (Alicante) que tanto amamos (y cultivamos) desde hace 22 años.
Han sido unos días de descanso, amistad (vídeo) y reflexión, con Internet móvil por USD adicionado con muchos tés en cafeterías con wifi como el Vaivén y el Flamingo Bay. Estas últimas semanas han pasado muchos acontecimientos vitales y familiares que nunca olvidaremos. Falleció el tío Jesús Aguirregabiria, el menor de los cinco hermanos de los que nuestro padre Juan era el mayor. Ya no queda ninguno vivo, pero su recuerdo es indeleble. Y también perdimos a la tía Pilar Aguirre, la mayor de los hermanos de nuestra madre Marte, siendo ella la segunda. Sólo disfrutamos de tres de los siete hermanos que crecieron. Y hemos sido abuelos en medio de estos antecesores que nos han dejado, y a quienes dedicaremos una crónica pronto.
Convertirnos en abuelos es algo maravilloso (lo más excelso que se pueda imaginar), es volver a confiar en el futuro, renacer en nuestra paternidad/maternidad, volver a redescubrir la vida... por tercera vez (cuando la vivimos, cuando se la contamos a nuestros hijos/hijas y cuando la gocemos con nuestros nietos...).
Lo primero que le contamos a nuestro nieto de pocos días es cómo eran sus tatarabuelos, cómo era la vida antes, pero sólo para que él vaya descubriendo cómo será la existencia en las décadas que él construirá, cuando nosotros ya no podamos estar con él. Esperemos que siempre permanezcan con él nuestras enseñanzas y nuestro ejemplo de cómo supimos sobrellevar la parte de la historia que nos correspondió vivir.
IMG_5775red
En Alicante hemos disfrutado como los niños de las fotos inferiores de ayer mismo, con cometas (que siempre supimos manejar con maestría) y con Internet (que alcanza desde la calle a todo el mundo). Saludos a quienes nos leen, y disculpas por haber escrito tan poco estas dos décadas. Disculpadnos,... estábamos viviendo. Más fotos nuestras de Alicante.
IMG_5778red

Balance del 2009

En este blog nuestro (vuestro y nuestro) no solemos publicar resúmenes, pero el año pasado en este último día sí publicamos unas Cifras de este blog.agirrregabiria.net. Ha sido 2009 un año ajetreado, durante el cual hemos participado en las siguientes actividades que -esperemos- tengan continuidad en el futuro.
Los vídeos más vistos del año 2009 han sido el de José A. Pérez (Mi mesa cojea) y los dos sobre Software Libre en la Educación 2.0 (vídeo 1º y vídeo 2º). Nuestra cuenta Twitter ha llegado a los 2.267 seguidores y figura como la 3ª de Euskadi en el ranking de Alianzo tras las de Patxi López y José A. Pérez. En Facebook hemos llegado a las 3.040 amistades y hemos subido a nuestra cuenta Flickr más de 8.000 fotos públicas en este año.
Concluyendo, el 2009 ha sido un año muy movido y dudamos de nuestra capacidad para mantener este ritmo en años sucesivos, pero desde hoy declaramos nuestra voluntad de seguir intentando aportar y compartir nuestra perspectiva sobre lo que sucede a nuestro alrededor. Reciban un abrazo caluroso como los que ayer se distribuyeron en Bilbao.
[La imagen ilustrativa muestra que nos sentimos con las baterías bajas al concluir el año...]

¿Se puede vivir sin Internet?

VIZ086 by Mikel Agirregabiria

VIZ086
Hoy, domingo se publica esta entrevista Lucía Martínez Odriozola (periodista) y Luis Ángel Gómez (fotógrafo) nos hicieron a Iñaki González Gurpegui y a mí en Donostia el pasado viernes 2 de octubre de 2009. Aunque significó perderme el Taller de Mapping de Aprendices por el viaje de ida y vuelta, fue una experiencia interesante. 

Fue una buena inversión de una tarde la inmensa oportunidad de ver cómo trabajan estos dos profesionales, Lucía y Ángel, a quienes hemos reencontrado en Euskadi 5.0, así como conocer a Iñaki González Gurpegui, con quien comparto aficiones y pasiones en casi todo... excepto el uso de las TICs (Tecnologías de la Comunicación, que son instrumentos de aprendizaje omnipresentes y omnipotentes). 

Fue una ocasión en el Hotel María Cristina de Donostia para departir con esta profesora de la UPV-EHU y aprender que la entrevista es... "un género de ficción". En este caso, aunque muy resumido y desbrozado, la única licencia debido quizá a la transcripción es el párrafo que dice: "El equipo que tengo en casa es de software libre y me permite soñar, me permite volar, relacionarme de una forma distinta"… 

Creo que no dije que fuese de "software libre", sino que aporta otro grado de libertad de expresión y de libertad de reunión que se fusionan y expresan en el ciberespacio. Os dejo abajo las dos hojas de esta entrevista dominical. 

También hice dos fotografías de urgencia con los profesionales Lucía Martínez Odriozola y Luis Ángel Gómez (foto conjunta), y al colega entrevistado Iñaki González Gurpegui (foto, para ver mejorar rápidamente su presencia en el ciberespacio ;-).
VIZ087

VIZ087 by Mikel Agirregabiria

Transcripción completa: ¿Se puede vivir sin Internet?

Iñaki demuestra que se puede vivir al margen de la Red, mientras que Mikel disfruta a tope de las posibilidades que ofrece el ciberespacio LUCÍA MARTÍNEZ ODRIOZOLA. | SAN SEBASTIÁN Domingo, 11 octubre 2009, 05:13
Iñaki se resiste a los encantos del mundo tecnológico que tanto seduce a Mikel.

La conversación transcurre en los salones de un hotel donostiarra. Ya no quedan en él los ecos del glamour que lo inundaba hace pocas semanas. Está casi vacío. Iñaki González Gurpegui y Mikel Agirregabiria no se conocen. El primero, profesor en la UPV, renunció hace cinco años al uso de Internet, pero la expresión 'analfabeto digital' no le gusta. El segundo es un entusiasta de las nuevas tecnologías, tiene un blog propio -https://blog.agirregabiria.net/- y se ha inscrito en todas, o casi todas, las redes sociales. Solamente en Facebook tiene 2.314 amigos. Una búsqueda literal de su nombre en Google da como resultado un número superior a 56.100 páginas. Es un hombre digital. El mismo experimento con Iñaki da 496 resultados en Google.

-¿Cuándo nació?
- Iñaki Gonzalez Gurpegui: En 1956, con el rock, cuando merecía la pena: Estuve esperando ese acontecimiento.
-Ya. Da clases para extranjeros en la UPV.
- Iñaki: Empiezo la vigésima segunda asignatura. No creo que nadie haya impartido tantas. Es sobre el humor gráfico en España. Desde hace 29 años soy profesor de mis pasiones, porque no distingo entre ellas y el trabajo.
- Mikel Agirregabiria: Yo también comparto con Iñaki la pasión por el trabajo, siempre ligado a la educación aunque en distintos departamentos. Se deben buscar los puntos comunes, aunque aquí exacerbemos las diferencias.
-Usted, Iñaki, ¿Qué relación mantiene con los ordenadores?
- Iñaki: La mínima, aunque es inevitable. Los evito. Hace 5 años un compañero me retó, decía que no se puede trabajar en la UPV sin correo electrónico. Han pasado cinco años y creo que soy el único en los tres territorios que mantengo esa cualidad.
-¿Fue una cabezonada?
- Iñaki: ¡¡No!! Yo, que vengo del mundo del arte, lo planteo como una 'performance'. Es un rechazo a estas formas de manipulación.
-¿Manipulación?
- Iñaki: No puedo entender que una persona llegue a su casa, vaya al baño, se quite los zapatos y encienda el ordenador para ver el correo, entrar en blogs... Para seguir en la misma onda que en el trabajo. Se debe desconectar.
-¿Hace eso cuando llega a casa, Mikel?
- Mikel: La descripción que hace Iñaki puede ser correcta, pero después de haber estado en el mundo real, en el 1.0, llegas a casa.
-Perdone, ¿el mundo real es el 1.0?
- Mikel: Sí, porque luego hay el 2.0. Yo, como tengo los hijos ya crecidos, enciendo el ordenador para ampliar mi círculo de amistades. No es hacer lo mismo. El equipo que tengo en casa es de software libre y me permite soñar, me permite volar, relacionarme de una forma distinta.
- Iñaki: No soporto que prostituyan o tergiversen el lenguaje. ¡Soñar! Yo cuando llego a casa tengo lo que llamo 'el ejército de salvación': enfrente un ataque de películas, en los flancos la música y en la retaguardia tengo libros. Y ahí sí están todos los sueños, todo eso que dices tú. Yo tengo muchos defectos pero, para compensar, Dios me ha dado muchos amigos. Nos han metido la idea de que si queremos contactar, si queremos conocer a gente necesitamos eso. ¡Pero, qué dices, si vivimos en una sociedad urbana! Mientras esperaba me he encontrado con mi tío, he hecho un contacto más.
- Mikel: Yo comparto eso la afición por la música y los libros, pero hay un nuevo espacio, un lugar distinto, el ciberespacio, en el que los grupos de amigos para los que somos más 'geek' que 'nerd'.
-¿Cómo?
- Mikel: Los 'geeks' son gente que explota la tecnología, le gusta usar las posibilidades que brinda lo digital. Los 'nerd' son los empollones, esos que en Japón se encierran en su casa.
- Iñaki: Como el 'otaku'.
- Mikel: Los 'otaku' tienen más que ver con el manga y los videojuegos.
- Iñaki: Se encierran en su casa y se comunican a través de los ordenadores.
- Mikel: Esos son los 'hikikomori', jóvenes varones.
- Iñaki: Sí, y solo quedan para suicidarse.
- Mikel: Los 'geeks' somos gente extrovertida, no estamos hablando del empollón aislado. Quienes estamos en redes sociales somos gente a la que se le ha quedado corto el círculo de amistades. Las redes sociales se usan para lo que se quiera. Se habla de 'ciberdelitos' y no tanto de sus posibilidades. Nos ha permitido reencontrar a viejos amigos. Puedo estar en plenas vacaciones en Alicante y colaborar con unos amigos de aquí o charlar con otro que está en Silicon Valley. Eso no es renunciar a nada, pero es verdad que el tiempo no se extiende.
- Iñaki: Se pervierte el lenguaje. Las llamas 'redes sociales', pero son redes de usuarios de informática. Red social es lo que yo hice ayer a las 9 de la noche. Llamé a mi hermano, que es periodista, y le dije que me hablara de esta entrevista y me puso al corriente de lo que era; después, hablé con mi mujer, le dije que me juntaba con Agirregabiria. Y también te conocía porque habéis trabajado juntos.
- Mikel: Qué casualidad.
- Iñaki: Me dijo que usabas corbata. Eso son redes sociales; lo otro es red de usuarios de productos informáticos. Y porque no sabía el nombre del fotógrafo, porque si no, también habría preguntado por él.
- Mikel: Pero sí son redes sociales. Y puedes estar en un sitio aislado y tener relaciones distintas. Yo no reverencio ni adoro la tecnología simplemente creo que me ofrece la posibilidad de mantener las redes humanas, de calidez humana.
- Iñaki: No, no, no.
- Mikel: ¿Por qué no? Yo ayer a las nueve y media de la noche estaba hablando con unos amigos de Madrid.
- Iñaki: Pero no es lo mismo.
- Mikel: No es exactamente lo mismo, pero es mejor que la dificultad que tendría de no verlos durante varios meses.
- Iñaki: Ahora te cuento la película: este verano hemos estado en un pueblo de 47 habitantes a 7 kilómetros de Estella. Eso es la desconexión total, pero a mi mujer le llegó un mensaje de que había cambios en un congreso al que quiere asistir y, por la tarde, tuvo que bajar a arreglar los papeles. En otras circunstancias, habría llegado el 1 de septiembre a su despacho y se habría enterado entonces. Le metieron el trabajo en sus vacaciones. Es una manera de tener a la gente controlada.
- Mikel: Yo puedo saber quién me llama, o quién se dirige a mí en una red social y puedo atenderlo o no. Esto abre posibilidades. Evidentemente, se puede vivir perfectamente sin aprovechar todas las posibilidades. Hay tecnologías que tú, Iñaki, ya has asimilado. La bicicleta es un artilugio que tenemos totalmente naturalizado. Tú has hablado de tus películas y seguramente usas las tecnologías. 
- Iñaki:Pero eso no es estar conectado perennemente.
l.m.odriozola@diario-elcorreo.com

Regalos sospechosos

Entre las primeras tareas al llegar al hogar tras unas vacaciones, además de comprobar cómo va Internet, toca leer el correo postal acumulado. Por cierto: ¿Cuándo se prohibirá gastar papel en esto? Calculamos, es nuestra predicción, que más de diez años, pero menos de veinte... Entre el spam de fibra extraída de árboles y junto a facturas de todo tipo, y quizá por ello mismo, nos encontramos tres obsequios de entidades que nos facturan regularmente:
  • El Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, a través de la facturación de Iberdrola y contra el planE (que terminarán de pagar nuestros nietos) en una campaña de IDAE, nos regala dos bombillas de bajo consumo que pasaremos a recoger a Correos en fechas próximas.
  • La Diputación Foral de Bizkaia, Territorio Histórico donde pagamos religiosamente nuestros impuestos, en una carta muy personalizada y mediante un 'servicio pionero' del proyecto BiscayTIK nos regala una cuenta de correo, que podemos personalizar como agirregabiria@bizkaia.eu mediante un fácil protocolo de apenas unos segundos. Se agradece "la intención de acercar la Administración Pública a la ciudadanía y convertir a Bizkaia en referente internacional", pero quienes nos leen sigan escribiendo con preferencia a agirregabiria@gmail.com.
  • Google nos envía el primer correo... ¡postal! con un regalo de 50€ para probar AdWords. El truco publicitario es demasiado evidente porque caduca mañana y para activarlo es preciso previamente facilitar los datos bancarios (véase en el recorte inferior). Gracias, pero seguiremos sin facturar nada...

Vuelta al Cole... 38 años después

En plenas vacaciones navideñas hemos vuelto Carmen y yo a visitar el Colegio Calasancio de Bilbao, donde estudiamos los tres hermanos Agirregabiria y los dos hermanos de Carmen. Nos ha recibido mi hermano Javier, sacerdote escolapio, que nos ha invitado a admirar el profundo cambio físico de expansión que ha experimentado este Centro centenario, ubicado en el centro de Bilbao, con entradas por Alda. de Recalde 19 (la entrada principal de siempre), Ajuriaguerra (antes Espartero, que era el acceso estudiantil) y una nueva puerta desde Henao. Excepto la capilla y las puertas citadas, el escenario se ha transformado. "El Cole" ha crecido hacia abajo, cuatro plantas subterráneas (las tres últimas dedicadas a parking), y con nuevos edificios anexados a los anteriores lo que casi duplica la superficie construida. Se ha conservado un gran frontón, antes disponíamos de varios pequeños cuando en los '60 se jugaba más a pelota mano.

La imagen central corresponde a entrañables fotos antiguas, con uno de los dos patios (el pequeño, cuadrado, y el grande), salas de ciencias naturales, escalera de honor y comedor de internos. Ahora los patios son elevados, hay un polideportivo en un semisótano y existen hasta cinco ascensores, que antes ni imaginábamos. De los Padres Escolapios recibimos una excelente educación, desde Párvulos donde comenzamos con la Señorita Tere hasta concluir el Preuniversitario con los Padres Mokoroa, Bermejo, Goñi, Iraola, Ortigosa o Santos (que nos animó a muchos a estudiar Ciencias Físicas) y con profesores laicos de la talla de Javier Izagirre o Fermín Juarrero. Sus clases nos legaron una sólida formación y un imperecedero recuerdo. Algo ya contamos de los primeros años, pero restan miles de recuerdos que iremos desgranando en este blog.

Las fotos actuales (véanse 38 de hoy) poco servirán por los notables cambios producidos, pero incluso las inmensas puertas no nos parecen ahora tan grandes como cuando las cruzamos por primera vez con cinco años. Sirva esta nota de agradecimiento a quienes nos ayudaron tanto en este Colegio Calasancio, incluidos los condiscípulos que aún son nuestros mejores amigos. La antigua "provincia eclesiástica" de Vasconia se ha refundado como Escolapios Emaús reuniendo las congregaciones del norte con las andaluzas. Y la fundación Itaka-Escolapios expande su acción educativa y evangelizadora a varios continentes. Ha sido una mañana de profundo agradecimiento y emocionado homenaje. Como dato final, para conectar con ex-discípulos de Escolapios de Bilbao, yo empecé en octubre de 1958 en Párvulos A con cinco años y terminé con 17 años 'Preu' en Junio de 1970.

Hijos bilingües: El mejor método...

Son métodos que parecen reconocidos por la literatura científica, según asegura nuestra hija Leire, lingüista. Se aplica, en primer término, para padres y madres de distinta lengua materna, pero los criterios son referenciales en otros casos. Para asegurar un bilingüismo equilibrado de sus hijos (usaremos en masculino como genérico), dos reglas para los padres:
  1. Cada progenitor se dirigirá a los hijos en su respectiva lengua materna, siempre durante los primeros años de la prole.
  2. Si viven en el entorno (escuela, calle, televisión,...) de una de los idiomas, la lengua familiar común será la otra, a fin de asegurar la doble competencia. También se asegurará un contacto próximo con la otra cultura mediante viajes, vacaciones,...
  3. Si la lengua común del matrimonio es una tercera, sólo aparecerá en edades tempranas a fin de asegurar una correcta fonética en la transmisión de los tres idiomas.
¿Cómo se aplica toda esta teoría nítida en la mayoría de los casos, no siempre con la riqueza de dos lenguas maternas diferentes y cultivadas en la familia nuclear? Depende, de la libre decisión familiar y de la situación sociolingüística de la sociedad en la que se viva. En todo caso, la lengua de uso de cada hijo será de su elección, y al llegar a la adolescencia es probable que por rebeldía se alejan, durante algún tiempo, del sistema establecido anteriormente.

El día que más odio (meme)

Este meme le llegó á Raquel y se lo pasó a Makgregory. M@k nos lo reenvió a varios y, por mi parte, acepto el reto. Es una pregunta fácil y difícil, todo a un tiempo. Caben dos respuestas, aparentemente divergentes y, sin embargo, lógicas. Por un lado, y por mi edad "madura" (en tres días cumpliré 55 años), no odio ningún día; simplemente, no me lo puedo permitir. Y esto es verdad. No odio a ningún día en especial, ni uno tan incómodo como hoy que vuelvo de dos semanas de vacaciones (un lujo, ya lo sé) y estoy especialmente cansado de la jornada. También molesto por no haber podido acudir a la interesante convocatoria para la que me había apuntado. Desde el otro punto de vista, y reconociendo sinceramente que cada día me parece un regalo inmerecido, también he de admitir que odio a todos los días un poco, porque son demasiado breves y porque me recuerdan un progresivo declive... que todavía no acepto con plena naturalidad (aunque voy aprendiendo). No llego a ser un potencial comprador del reloj para pesimistas, pero he pasado de ser un impenitente contador de días que faltan (para vacaciones,..., aún me queda algo) a ser un usurero de días que gasto con cuidado, sabiendo que eso es lo que se mide cuando nos preguntan "¿cuántos años tienes?". En síntesis y con sinceridad, creo que he superado la etapa de odiar los lunes, o enero, o los días laborables. Pero, y en positivo, adoro los primeros días de las vacaciones (especialmente de las veraniegas), amo los viernes (desde la madrugada), y disfruto de las fiestas en familia y con amigos.
Paso el reto (el meme) a quienes leen este blog y a quienes lo comentan: ¿Cuál es el día que más odias? Quienes respondan al desafío,citando este post, se convertirán automáticamente en los destinatarios de mis siguientes memes, aunque no soy demasiado aficionado a ellos... Pero si me citan expresamente, jamás dejo de responder como a mi amigo Mak.

Rebaja de semana

Cada lunes trabajado acredita que hemos disfrutado de un descansado fin de semana de dos días (y medio).

Algunos dicen que la actual semana laboral se hace pesada. Demuestran que desconocen la semana recortada que ahora tenemos, comparada con la de nuestros padres o abuelos. Hasta 1904, se trabajaba y había clases todos los días de la semana, incluidos los domingos. Fue la presión de la Iglesia la que consiguió que "el Día del Señor" no hubiera clases dominicales. Todavía hace cuarenta años, los días laborables eran seis, todos excepto el domingo. Y muy pocos disfrutaban de un pagado mes de vacaciones al año.

Quienes estudiábamos entonces conocimos clases de mañana y tarde, de lunes a sábado, con la tarde libre del jueves, conocido como “el día de globos”, única fecha en la que podíamos ir de compras, porque el domingo todas las tiendas estaban cerradas. Más tarde, hacia 1966, pasa la tarde libre del jueves a las dos tardes de miércoles y sábados. Sólo hace tres décadas, llegó el “fin de semana inglés” con sábado y domingo festivos. Ahora, en muchos centros educativos se benefician de jornada intensiva, con clases sólo de mañana.

La semana laboral de cinco días y el calendario de trabajo de once meses (o menos) son logros históricos que no conocieron nuestros antepasados. Mi padre trabajaba de lunes a sábado, y el domingo por la mañana debía pasar a comprobar su negocio. Junto a las obligaciones religiosas, de enero a diciembre sólo disfrutaba libre la tarde del domingo. Esa misma tarde que ahora muchos ocupan con la depresión del stress pre-laboral. Es un invento muy reciente ese síndrome post-vacacional, producido tras las dos jornadas festivas del week-end o tras el mes vacacional.

Versión para imprimir en: mikel.agirregabiria.net/2008/semana.DOC

Más vacaciones para funcionarios con trienios

BOE núm. 89. Viernes 13 abril 2007. 7788 LEY 7/2007, de 12 de abril, del Estatuto Básico del Empleado Público, Art. 48: ... Página 16284

...2. Además de los días de libre disposición establecidos por cada Administración Pública, los funcionarios tendrán derecho al disfrute de dos días adicionales al cumplir el sexto trienio, incrementándose en un día adicional por cada trienio cumplido a partir del octavo.

[Para algunos funcionarios significará una semana adicional de reposo... bien merecido por llevar 32 años (5 días laborables extras por 30 años) al servicio de distintas administraciones...]

Charlas veraniegas

Las vacaciones permiten encuentros entrañables donde compartir vivencias ajenas, oír otras opiniones y percibir distintas visiones.

Dos agudas observaciones de Claudia, una joven maestra murciana con alguna experiencia docente en sustituciones. La primera es relativa al mundo laboral, que le parece desorganizado y mal diseñado, se supone que comparado con el ámbito universitario donde todo está programado y el alumnado sabe exactamente lo que le espera en el curso siguiente tras acabar el verano.

La segunda escuchada en boca de uno de sus alumnos de 6 años, cuando preparaban ideas para construir un mundo mejor. Un niño señaló que "habría que inventar una máquina para... matar inmigrantes". Desolador, pero verídico.

Todo ello sugiere algunas reflexiones, que dejamos a la imaginación y al buen criterio del lector.

La esperanza de los hijos

Si a algo nos obligan los hijos durante toda nuestra vida es a… esperarles.

Hace dos horas que mi esposa y yo estamos preparados para emprender el viaje de vacaciones en coche. Hemos despejado los cuartos de baño y preparado el desayuno, antes de despertar a nuestros hijos, dándoles tiempo a desperezarse. Poco a poco se han levantado, les hemos recordado los atascos previstos y animado a agilizar sus trámites preparatorios. Todavía calculamos que les quedan otras dos horas antes de que el “pater familias” que suscribe pierda los nervios y se ponga a dar gritos, y ellos finalmente se animen a iniciar un viaje de 850 Km.

Porque si algo define la condición por antonomasia de la paternidad o maternidad es la “espera”.
Nueve meses para que nazcan, un año más para que comiencen a hablar y andar; otro año más para que dejen de usar pañales,… y otras veinte (o treinta) años más para que alcancen cierta madurez. Nosotros estamos en esta fase inconclusa. Y después sigue la espera, a que se completen sus estudios, encuentren trabajo, se casen, tengan sus propios hijos,…

Ser padre o madre es una realidad irreversible: Cuando acaba de nacer un hijo entendemos que nuestra vida ha cambiado definitivamente. Desde ese momento tenemos mucho que aprender, que improvisar,… y que esperar. Pero los hijos son también la mayor esperanza que nadie pueda soñar. Ellos nos permiten vivir doble o triplemente nuestra vida y pervivir tras nuestra muerte.

Maestro retirado

Una visión actual de un sabio docente octogenario.

Fue un agradable encuentro con mi antiguo profesor, que acumulaba más de tres lustros de jubilación. A pesar del paso y el peso de los años, seguía con la misma mirada inteligente que acompañaba a su permanente sonrisa. Era uno de mis héroes predilectos, un maestro capaz de imprimir huella indeleble en sus alumnos más conspicuos de muy diversas generaciones. Ahora me llamaba por mi nombre, superando el primigenio apellido, común a todos los hermanos. Este etéreo pormenor quizá traslucía que, ocasionalmente, algunos alumnos con los que mantenía el contacto ascendían un escalón y adquirían la consideración de discípulos.

Cuando, tras numerosas e irreparables reformas ministeriales, el aula parece haberse transfigurado en un exótico laboratorio híbrido entre un circo y un programa de “Gran Hermano”, mi recuerdo de aquel antiguo bachillerato pausado era reconfortante. Así se lo comenté, añadiendo que la educación se había convertido en una profesión de alto riesgo. Él me dio una última lección, siempre con su habitual perspicacia, que exigía el concurso del aprendiz mediante la reflexión y el descubrimiento.

- Mikel, seguimos en una sociedad que paga menos a sus mejores profesores de cualquier nivel y especialidad que a sus peores entrenadores de fútbol. Los docentes competentes son tan escasos como los médicos ilustres, pero mucho menos reconocidos. Pero continuamos siendo insustituibles, porque sólo los profesores creamos riqueza espiritual y material. Aquí mismo, ¿donde ves tú nuestro mayor y mejor patrimonio?

Estábamos en medio de Bilbao, sobre el Puente de Deusto entre el Museo Guggenheim, la Universidad de Deusto, el Palacio de Congresos y de la Música Euskalduna, el Museo de Bellas Artes y el Parque de Doña Casilda, donde se veían muchos niños en un primer lunes de vacaciones escolares por la Semana Santa.

Creí que adivinaría su intención indicando el campus, donde todavía acudían a clase los universitarios. Él me corrigió, parcialmente, apuntando con un gesto fugaz hacia el parque.

- Esos niños y niñas son nuestro futuro, nuestro tesoro aún más preciado que la juventud. Como ya señaló Montesquieu, nuestra infancia recibirá tres educaciones: la de sus padres, la de nuestros profesores y la del mundo. La tercera contradirá todo lo que las dos primeras enseñan; incluso los más desvalidos apenas podrán aprender de sus familias. Sólo la escuela y el profesorado son garantía universal para todos; muchos no llegarán a la universidad, ni a la formación profesional.

Nos despedimos, pero su análisis me dejó cavilando. Pensé que, sin advertirlo, hemos ideado un sistema educativo donde el docente competente no obtiene reconocimiento oficial, excepto la vocación cumplida, mientras que el profesor inepto raras veces es reprendido. Me consolé pensando en tantos buenos maestros y maestras que, sin contabilizar las horas extraordinarias, han conducido a millares de alumnos y alumnas adonde hoy están.

¡Cuántos profesores, como los grandes médicos, saben que el verdadero éxito se logra con los casos aparentemente perdidos! Es el alumnado menos dotado quien obliga al profesorado a enseñar mejor. Lamenté no haber podido apostillar a mi profesor con una cita de Gertrude Stein que él ya conocería. La genial escritora norteamericana escribió: “Podría pensar en ser una buena alumna,… si fuera posible encontrar un buen profesor”. Su interesante vida y su inigualable obra son la mejor prueba de que sí debió descubrirlo.

Cuento predilecto

La mujer del saco: Un cuento inventado hace 20 años que mis hijos siempre prefirieron antes de dormir.

- Éste es uno de los muchos cuentos que hace casi dos décadas inventamos Carmen y yo para nuestros hijos, Leire y Aitor. No fue el cuento más largo, hubo alguno que duró dos años, con semejanzas con “Dos años de vacaciones” de Julio Verne (puede descargarse gratuitamente en “El Aleph”). Tampoco el más imaginativo, como los de ciencia-ficción que pedían cuando fueron algo mayores; ni el de más personajes, pues hubo alguno en el que intervenía casi toda la amplia familia y algunas amistades transportados a la selva africana; ni quizá el de más miedo, como los que aseguraban emoción y sorpresa con un grito garantizado cada minuto.

Algunas pautas comunes de todas los historias solían ser que los personajes centrales, ¿por casualidad?, siempre eran una niña y un niño de las edades de nuestros hijos; pasaban aventuras arriesgadas, acababan triunfantes con un final feliz y aprendían alguna moraleja. La versión final de los cuentas fue refinada por las preferencias de sus oyentes, que insistían en los detalles minuciosos que alargaban el relato tanto como fuera necesario. La fábula que a continuación se condensa fue descrita –en muchas ocasiones- en narraciones que se extendían por más de una hora, con descripciones completas e historias colaterales. Pasemos a oír el cuento favorito de Leire y Aitor.

Había llegado la navidad y los pequeños habían esperado con ansiedad la visita de los abuelos, pero aquel año no vendrían porque la abuela estaba enferma. Los hermanos se entristecieron porque querían ver a sus abuelos y pasar la nochevieja con ellos. Tanta fue su insistencia, que los padres, que no podían viajar por razones de trabajo, decidieron que los niños tomarían un tren e irían solos en un viaje de una jornada. Les dieron mil consejos de no hablar con extraños, les prepararon la comida y la merienda, y les sentaron juntos en un compartimiento del tren junto con una señora muy guapa y amable que aseguró que les cuidaría durante parte del viaje.

El primer trayecto lo pasaron muy bien y comieron los bocadillos observando y comentando los paisajes. La señora conversó con ellos y antes de bajar en su estación, les recomendó nuevamente que no hablasen con extraños y que se abrigasen bien porque había empezado a nevar y el frío de la tarde se notaba a través de las ventanas del tren. Cuando la señora se fue, los niños se miraron con un poco de miedo al quedarse solos. Cuando vieron que la puerta del camarote se abrió y vieron entrar a una anciana completamente tapada y cubierta de nieve, se alegraron porque les haría compañía. Dejó un pesado saco que traía con ella en el asiento, junto a ella, y se quitó el gorro y la bufanda que traía empapados de aguanieve. Al ver su cara descubierta, los dos hermanitos de 8 y 5 años se asustaron. Parecía una bruja con el pelo blanco y un grano muy grande en la punta de la nariz. Les habló con una voz ronca que también les atemorizó.

- ¡Hola! ¿Dónde vais? ¿Viajáis solitos los dos?
- Nos esperan nuestros abuelos en la última estación, pudo responder la niña, que era la mayor, con un hilo de voz.
- No creo que el tren llegue hasta allí esta noche, porque la nevada es muy fuerte y la vía estará cerrada.

El niño miraba fijamente el saco, que era muy pesado y estaba lleno con algo que parecía agitarse. Al oído se lo contó a su hermana, quien también quedó petrificada. Dentro del sucio saco, atado con una soga, había algo o alguien que trataba de salir.

- ¿Qué lleva en el saco?, se atrevió a preguntar el niño al final.
- Son sólo varios kilos de patatas que he comprado en el mercado, mintió la vieja dama.
Ellos no la creyeron y se apretaron más fuertemente la mano. Cuando apareció el revisor a pedir el billete a la viajera, les dijo que tenían un aviso de que un alud impedía el viaje y que tendrían que pernoctar en la siguiente parada. Preguntó a la anciana:
- ¿Los niños pueden pasar la noche en su casa? Tráigalos mañana a las nueve para que reanudemos el viaje.
- No queremos ir con esta señora, protestaron al unísono ambos niños, pero nadie les hizo caso.
La anciana les llevó a su casa y preparó una copiosa cena. Toda la comida estaba deliciosa, y aunque al principio los hermanos no querían probar nada, ni la leche, por temor a ser envenenados, finalmente cenaron de todo y repitieron cada plato y hasta el postre. Cuando se quedaron solos y se acostaron en el cuarto que la anciana les había preparado, comenzaron a hablar y volvieron a preocuparse.

- Nos ha querido engordar como a los pavos de navidad porque nos quiere comer esta bruja, dijo el niño.
- Vamos a estar despiertos toda la noche, dijo la niña, para que no pueda atacarnos cuando estemos desprevenidos.
- Tengo mucho miedo, dijo Aitor.
- Tengo mucho sueño, respondió Leire. Se dieron la mano y aunque quisieron mantenerse en vela, el cansancio y el ajetreo del día pudo con ellos y pronto se durmieron plácidamente.

Al despertarse, la vela se había apagado y ambos sintieron que no podían mover los pies. Parecía que alguien les hubiera atrapado y no podían levantarse a abrir la ventana. De pronto, entró la extraña matrona y les gritó:
- ¡Despertaros, o perderéis el tren!

Con la luz vieron que un gato negro, muy gordo, estaba dormido y tumbado encima de la cama justo sobre sus pies. La anciana les dijo:
- No os asustéis del gato Micifuz que compré ayer en el pueblo. Venía metido en el saco porque el revisor no deja transportar animales en los vagones de pasajeros.

Así quedó aclarado el misterio y comprendieron todo. Tras desayunar con gran apetito y antes de subir al tren, dieron un abrazo y un beso muy fuerte a aquella cariñosa anciana que les había cuidado tan bien. Aprendieron que son las obras y no las apariencias las que diferencia a las personas, y que hay mucha gente bondadosa aunque tengan muchas arrugas o un grano feo en la cara. Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

Primer día de escuela (Escrito en 1986).

El primer gran acontecimiento vital de cada persona es el día en que inicia su escolarización.

Hoy he llevado a mi hija mayor, Leire, al colegio por primera vez. Ha ido muy emocionada, después de haber esperado impacientemente este día desde hace meses. Iba rodeada de dos amiguitos suyos, que también comenzaban hoy. Ya conoce a su maestra, porque vive en el barrio y desde hace algún tiempo sabían que se encontrarían en septiembre. Leire ha entrado con decisión en el "cole" y ha subido las escaleras alegremente, cogida de la mano a mi esposa y a mí.

Al llegar al aula, donde estaban algunos de sus compañeros -pocos, apenas una docena- la joven profesora la ha acompañado a una mesa circular junto con sus dos amigos. Entonces la maestra ha despedido a los padres que estábamos todavía allí y hemos sido los últimos en salir. Su madre le ha dicho adiós a Leire y yo también le he dirigido un gesto de despedida. He visto cómo nos miraba fijamente. Tras salir de la estancia, he vuelto a asomar la cabeza y todavía sus ojitos miraban a la puerta por la que habíamos desaparecido y al repetir la acción después de unos minutos, Leire todavía estaba mirando la puerta. Había algo patente en su mirada. Estaba embargada por la misma angustia que nosotros mismos sentíamos al dejarla. Era el pánico de comprender, de golpe, sin ningún proceso de acomodación, que "había sido escolarizada", lo que significaba en primer lugar que había abandonado el entorno familiar, el único escenario que conocía hasta ese momento, y que pasaba a otra etapa de su vida en la cual no contaría con la permanente presencia y ayuda de sus progenitores.

En pocos días, la maestra se había convertido en la figura más destacada de la vida de Leire. En la lista de los personajes más queridos de mi hija, nosotros -sus padres- habíamos perdido el primer puesto que quedaba asignado (esperamos que temporalmente) a su maestra Loli.

Por mi parte, no me acuerdo de mi primer día escolar. Recuerdo los primeros días de algunas cursos siguientes, cuando tras las vacaciones de verano había que retornar al colegio. Mantengo algunas difusas reminiscencias del primer curso, con cuatro años, en lo que se llamaba Elemental A. Al rememorar aquellas resonancias del pasado, he de reconocer que despiertan una sensación placentera. He intentando exhumar de la memoria algunos recuerdos y puedo mencionar que estábamos sentados en pequeñas mesas de cuatro, con minúsculos taburetes individuales y que pasábamos muchas horas con las manos sobre el mármol de la mesita, sin hacer aparentemente nada, excepto escuchar, recitar o cantar. Nos gustaba oír con la oreja pegada sobre el frío mármol, el tamborilear de los dedos de un condiscípulo que retumbaba como los tambres de Semana Santa.

La maestra de los pequeños era la más dulce y en los cursos siguientes Elemental B y Elemental C, las profesoras eran cada vez más exigentes, hasta el punto de que la de Elemental C tenía fama de ‘ogro’. No he grabado los nombres de mis tres maestras, -lo siento-. Ahora podría llegar a saber cómo se llamaban, pero así no serviría para nada. Para mí, las tres fueron excelentes y creo que en nuestro colegio de Escolapios de Bilbao, donde no había, en aquel momento, más profesorado femenino, casi todos los alumnos guardarán buen recuerdo de ellas. De la maestra de Elemental B, recuerdo las interminables construcciones silábicas - la b con la a, ba, que era condición necesaria superar para poder salir al recreo. Esta maestra, que nos enseñó a leer, quería tanto a todos sus alumnos que fuimos rotando todos los niños de la clase en la revista colegial que destacaba mensualmente a los tres "mejores" alumnos de cada clase, con nuestra foto rodeada de aureolas. Tal vez para algunos escolares, hombres maduros hoy, aquella fuera nuestra única oportunidad de destacar que tuvimos en esta competitiva sociedad.

Con la vocacional maestra de Elemental C aprendimos a escribir y poner la fecha. Todavía hoy al poner el año me surge el inolvidable 1959, que aprendí a poner con letra legible al comienzo de las cuartillas. Tengo mala memoria de mi etapa infantil anterior a los cinco años. Poco recuerdo de lo vivido, a pesar de que me han narrado muchas anécdotas familiares que luego creo rememorar por mí mismo. Sin embargo, las primeras remembranzas propias provienen de aquellos episodios escolares, que nadie ha podido relatarme posteriormente. Fue una época muy feliz. Tuve la gran suerte de disponer de una infancia que siempre aporta un gran sosiego al evocarse. Ojalá que como padres, educadores y como ciudadanos pudiésemos asegurar que todos nuestros hijos y nuestros escolares disfrutan de una niñez feliz. Ése es el primer deber de una sociedad humana, solidaria y justa.

Amores dobles

Confidencias de un hogareño bígamo confeso.

Lo reconozco con mucha vergüenza: Tengo dos. Ya sé que es injusto y que muchos hombres no tienen ni una. Parece que sólo que los ricos y famosos pueden presumir de mantener varias en distintos países, aunque luego las abandonen con la misma ligereza sin preocuparse por su destino. Yo, aunque tuve algunas durante mi infancia y juventud, al casarme creí que con una me bastaría para el resto de mi vida. No fue así: pronto comenzaron las escapadas, en fin de semana o en vacaciones. Con el paso de los años pensé que me convenía escoger adecuadamente una segunda opción permanente, no para abandonar a la primera sino para complementarla.

La búsqueda no fue fácil, y durante años analicé varias candidatas. Hace cuatro años vi a la que luego sería la segunda, e inmediatamente quedé prendido. Fue una locura de madurez, que muchos me aconsejaron evitar. Me alegro de no haberles escuchado. Ahora estoy junto a ella. La miro, y comprendo que la quiero sólo para mí y para siempre. Es cierto que según la admiro, simultáneamente pienso en la primera y también la añoro. Me gustaría tenerlas juntas, en el mismo lugar, pero son incompatibles, y sé que jamás podré vivir junto a las dos, porque son radicalmente inconciliables.

Ambas son parecidas y, al mismo tiempo, tan diferentes… La primera es la oficial, vasca, convencional, recia, aporta seguridad y resulta claramente más confortable para cualquier estación del año. He vivido mucho tiempo con ella y ofrece una imagen más acorde a mi realidad. La segunda es blanca, mediterránea, más joven, más cálida, más informal y me ha enseñado desconocidas facetas de mi personalidad. Pero ambas son costeras, modestas y de gustos sencillos: adoran los libros apilados, las playas cercanas, el susurro de las olas, el vuelo de las gaviotas, la brisa marina a su alrededor y ver la salida o la puesta del sol. Además cada una de ellas aporta su propio grupo de amistades y vecindario. En ello reside gran parte de su peculiar y doble encanto: la suma de los amigos de siempre y de amigos recientes.

Les he declarado a ambas no exclusividad total, pero sí mi fidelidad hasta la muerte, porque estoy seguro que ambas me sobrevivirán. No soy uno de esos cada vez más abundantes promiscuos domésticos, que cada fin de semana o periodo vacacional se van a "conocer a desconocidas". Yo me muevo solamente entre mis dos pasiones, de una a la otra, para estar íntimamente unido a una de ellas mientras pienso en la otra, y así será hasta el fin de mis días. Sin más aventuras, con dos tengo bastante y quizá demasiado.

Ambas me exigen mucho esfuerzo y sacrificio en cuidarlas y mantenerlas. Pero todo ello es tan poco frente la hospitalaria acogida que me brindan… Quiero pensar que ambas ignoran deliberadamente la existencia de la otra, aunque bien podrían sospechar de mis ausencias. Son tan generosas que cada vez que llego ante su puerta, siempre me reciben con los brazos abiertos, como si nunca me hubiese movido de su lado. ¡Ah, cómo podría nadie no corresponder a una dulzura tan grande!

Hay quienes no comprenden que un cariño así pueda duplicarse. También hay quienes consideran que este tipo de amor es desproporcionado, y que debo ignorar sus sentimientos mirando únicamente por mis intereses. Hoy mismo, unos desaprensivos me han sugerido que "dado que uso poco la segunda, la alquile". ¡Hasta dónde hemos llegado! Jamás trataré como cosas a mis casas, que para mí son hogares donde habitan encantadoras almas como hadas-duendes que suspiran por sus dueños. Las casas propias son como seres vivos. "Somos el uno para el otro; vivimos en común lo que aquí acontece", nos dice cada hogar que nos ofrece dos placeres incomparables: la libertad de salir y la delicia de regresar.

1. MANIPULACIÓN FLAGRANTE, publicada por 'EL MUNDO' el 22-7-2004.

2. Usurpación de mi nombre en EL MUNDO del 23-7-2004, publicando una carta no remitida, en lugar de la versión literal.

3. Finalmente, el 11-10-2004 (un lunes de puente) tras demanda judicial ante la que se allanan, EL MUNDO atiende la petición de rectificación con la publicación íntegra (véase aquí).

¿Navidad o vanidad?

La natividad conmemora un nacimiento muy pobre, de un personaje histórico, cuya vida fue de entrega y sacrificio, y que concluyó con su muerte ajusticiado en la cruz entre dos ladrones. En vida fue abandonado por sus escasos seguidores, traicionado por uno de ellos, y a su ejecución sólo asistieron su madre con su hermana, su discípulo Juan y María Magdalena.

Jesucristo nació, vivió y murió pobre. La Navidad que conmemoramos describe el portal de Belén, único lugar donde pudieron refugiarse María y José, tras ser rechazados por ser extranjeros indigentes de todos los posibles lugares de acogida.

Dos mil años después los rituales navideños se limitan a comidas y cenas pantagruélicas, regalos por doquier pero sólo para la familia, y consumismo desbocado, todo aderezado de lotería para hacerse rico de golpe y sin dar golpe. Incluso a los niños se les encarrila por la senda de los juguetes por docenas, vacaciones sin tareas y egocentrismos en cadena.

Mientras, ese “cuarto mundo” que vive en nuestros suburbios se asoma por las calles comerciales, junto a los nuevos extraños venidos de fuera, a quienes parecemos no querer ver. Seguro que el niño Jesús preferiría unas navidades de menos viandas y más dádivas para socorrer a las nuevas familias que viven entre nosotros, y que por cierto son las que más nacimientos alumbran. Sólo habrá Feliz Navidad cuando la Felicidad y la Prosperidad sean para todos.

Cordada familiar

Ella tenía 18 años y yo 20 cuando nos cogimos de la mano, y ya nunca nos hemos separado. Por nuestra cama de matrimonio, siempre la misma, han pasado varios colchones que siempre acaban cedidos a dos vertientes y con caída hacia el centro, lo que es muy recomendable para la estabilidad conyugal. El caso es que nos casamos casi sin casa y casualmente aparecieron los hijos: ella y él. Por algún extraño mecanismo de impronta, como los patitos siguen instintivamente a los patos, se han pegado a nosotros y nos persiguen a todas partes, veinte años después.

Los hijos, y sus conflictos continuos, también colaboran a la unión matrimonial, porque hacen falta dos aliados firmes para aguantar las tribulaciones del ataque filial. Los retoños han crecido y con su virulenta adolescencia también aumenta la capacidad de protesta continua, pero sin riesgo alguno de alejamiento. Se sublevan para ir de vacaciones con nosotros, pero se molestarían más si no les obligásemos a acompañarnos, eso sí, tras enviarles un mes a conocer tierras e idiomas lejanos y para que aprecien el refugio doméstico.

La familia es como una cordada de escalada: Ir atados a una soga común restringe la movilidad individual, pero otorga mucha confianza a todo el equipo. Como en una cordada, a veces hay que dar más cuerda a algún miembro díscolo, pero nunca se debe cortar del todo el cordón umbilical que une a toda la familia.

Los padres también sabemos que una cuerda no puede ser empujada desde atrás, sino que hay que tirar desde adelante para remolcarla. Los hijos aprenden directamente de los padres, no de lo que dicen sino de lo que hacen. Si perciben que el lazo entre marido y mujer es fuerte, ellos se vinculan a esa seguridad familiar. Un proverbio ruso dice que “La familia es una cuerda cuyos nudos nunca se deshacen”. Lo cierto, y todos lo sabemos, es que nuestra vida depende de aquellos con quienes convivimos familiarmente, y la felicidad reside básicamente en la calidad y en la calidez del hogar que nos acoge.

El amor es cosa de dos

Los periódicos recogen lo anómalo, lo monstruoso de la sociedad, porque las buenas noticias no venden. Asistimos al cruento descubrimiento diario de agresiones entre cónyuges. Hasta Marie Trintignant, la actriz hija del mítico actor francés, ha perdido la vida a los 41 años a manos de su compañero sentimental, un famoso roquero que le propinó una brutal paliza. En apenas unos meses de 2003 ya son 57 las mujeres asesinadas en España por la violencia doméstica. Son datos horripilantes, que requieren medidas urgentes, algunas de naturaleza educativa predicando la igualdad de género desde la más tierna infancia.

Pero todo esto no debe hacernos olvidar la noticia imposible por sobreabundante: el cotidiano amor de pareja que millones y millones de personas se profesan en todo el planeta. En cada segundo se producen miríadas de actos de amor, de cariño, de afecto. Estamos tan habituados a contemplarlos, que casi nunca los reconocemos como tales. Algunos son muy obvios, entre novios o entre madre e hijo. Pero existen muchos más.

Hoy, comiendo en familia, de vacaciones y lejos de casa, mi hijo pequeño (ya un joven consciente de detalles como éste) nos ha contado algo de los abuelos que le sorprendió durante este pasado curso, tras comer regularmente con ellos los lunes por razones de organización escolar. La abuela le preparaba su plato favorito: alubias con morcilla, chorizo, tocino,… Mis octogenarios suegros, que gozan de excelente salud, programan meticulosamente sus comidas y cuidan hasta los menores detalles de toda su alimentación. Pero cada lunes, el nieto observa que la abuela, magnífica cocinera, siempre le pregunta al abuelo si quiere los "sacramentos" (los aditamentos de morcilla,…) junto a las alubias o por separado. Todos sabemos sobradamente que el abuelo le dirá que primero comerá las legumbres y luego la carne, porque así lo ha querido indefectiblemente durante más de 50 años de convivencia. Pero la abuela se lo pregunta cada lunes, y ése nos pareció un insuperable acto de amor que jamás será noticia de prensa.

Se buscan parlamentarios

Requisitos: Puntualidad, próstata y posaderas resistentes y poco interés político. No se exige militancia, ni saber leer o escribir y se penaliza mantener ideas propias o ser experto en alguna materia. Se valorará la capacidad de aplaudir o patear con entusiasmo oportuno, así como la habilidad de mantenerse aparentemente despierto durante algunas largas sesiones dos o tres veces al año.

Funciones: Decir varias frases seguidas ocasionalmente en alguna intrascendente comisión, entender las señales del portavoz de sí o no, y apretar el correspondiente botón.

Condiciones: Buen sueldo, dietas y jubilación muy superior al resto de la ciudadanía. Despacho y secretaria. Muchas vacaciones y viajes múltiples gratis total. Buen ambiente en el intramuros legislativo cuando no haya cámaras de televisión, aunque no se pueda demostrar fuera ese compañerismo. Sin riesgo de reducción de plantilla, ni previsible incremento de la carga de trabajo. Puestos renovables hasta la jubilación, por periodos de cuatro años.

Incorporación inmediata en el Parlamento de Madrid, pronto en Cataluña, Andalucía,…

Abstenerse: Oportunistas, chanchulleros, especuladores, difamadores, tránsfugas, fugados, famosillos, indisciplinados, filibusteros, caraduras,… Ya tenemos bastantes.
[Actualización: Fotografía de Juanjo Martin, de la Agencia EFE , tomada en el Congreso el 18-10-2007 a las 14:45. Otro caso en el Senado.]